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LA IGLESIA NIEGA DISCRIMINACIÓN, OTROS PADRES LA CONFIRMAN
Sigue la polémica por la adolescente embarazada
Sacerdote Marcelo Fontona (Asociación Uruguaya de Educación Católica): La actitud de Jesús fue acoger al pecador. El 73 por ciento de los embarazos adolescentes no es deseado, y se debe aprovechar esa situación como oportunidad pedagógica, no mirar para atrás sino lo que está por delante, acompañar a la joven para que pueda realizar su proyecto educativo, su proyecto personal, integrar la maternidad como un elemento nuevo. Ese colegio cumple una obra social importante; si cometió un error, se debe enmendar y no tomar medidas contra él.
EN PERSPECTIVA
Martes 16.09.03, 08.52.
EMILIANO COTELO:
Vamos a ocuparnos de la fuerte discusión que se ha instalado en la sociedad uruguaya a partir de la denuncia de un presunto caso de expulsión de una adolescente de 14 años estudiante de un colegio católico.
El caso tomó estado público el jueves pasado a través del semanario Búsqueda, cuando se informó que la consejera Carmen Tornaría presentaba ese día, ante el Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública (Anep), una carta que le hizo llegar la jefa del Servicio de Adolescentes de la Asociación Española, doctora Laura Batalla. En esa carta, la médica relataba este caso a partir del tratamiento efectuado a la joven en esa mutualista, y de las conversaciones en las que surgió la decisión del colegio Divina Pastora de no permitirle continuar con sus estudios en esa institución.
El caso ha dado lugar a versiones encontradas y a todo tipo de opiniones. En estas horas ustedes habrán escuchado, leído o visto pronunciamientos (comunicados de la Vicaría de la Educación, la AUDEC, de la Comisión de Padres del Colegio Divina Pastora, cartas de los docentes y no docentes del Colegio), pero también se han sumado padres de alumnos y se agregan testimonios individuales que parecen marcar que en ese instituto habrían ocurrido otros comportamientos de las autoridades que tendrían coherencia con lo que se denuncia en este hecho reciente.
Mientras tanto las autoridades de la educación continúan con la investigación y se supone que entre hoy y mañana estará pronto el resultado de esa indagatoria. Según los datos recabados por En Perspectiva recabó, hoy martes se continuará la recepción de testimonios de distintos actores involucrados en este caso; quizás hoy mismo se produzca el fallo, si no habrá que esperar hasta mañana.
Está en juego, por un lado, la posibilidad de revertir la decisión, si es que existió, y por otro se ha llegado a manejar incluso la alternativa de sanciones para el colegio protagonista de estos hechos.
En este contexto vinieron a conocerse declaraciones de la madre de la joven, que ahora, en lo que ha señalado a la televisión y a otros medios de comunicación, deja al colegio en una situación diferente de la que ella misma y su hija habían descrito en su momento, cuando se pusieron en contacto con los técnicos del Servicio de Adolescentes de la Asociación Española.
Un panorama realmente complejo, difícil de pasar en limpio, en el que en el día de ayer sumó su voz la propia Iglesia Católica.
***
El vicario para la Educación de la Arquidiócesis de Montevideo, sacerdote Basilio Ivanov, dio a conocer ayer en una conferencia de prensa los resultados de la investigación que la propia Iglesia hizo en torno a este caso. Ivanov explicó que los trabajos que culminaron el sábado por la mañana tuvieron dos partes. En una primera instancia se estudiaron los documentos del colegio para comprobar si se tenían registros de la expulsión de la alumna.
(Grabación)
“Se revisaron la libreta de asistencia, el registro diario de inasistencia y la lista de alumnos; en todos los documentos figura la mencionada estudiante, al igual que en todas las libretas de los profesores. Consta en las mismas que la alumna faltó cuatro días de la semana anterior a las vacaciones de julio y que después ya no concurrió más. En el libro de pases no aparece ninguno dado a la referida alumna.
A la vista de toda esa documentación podemos afirmar con toda claridad que la alumna sigue en lista y que es imposible sostener que haya sido expulsada.”
(Fin de la grabación)
Terminado este proceso administrativo, dijo Ivanov, la investigación de la Vicaría de la Educación continuó con una entrevista a la madre de la alumna, para conocer su versión.
(Grabación)
“Le pregunté directamente si su hija había sido expulsada o persuadida por la dirección del colegio de no concurrir más a clase. Y la señora, con toda contundencia, me manifestó que no, que su hija ya había dejado de concurrir unos días antes de las vacaciones de julio, que recién después de casi un mes de inasistencia pudo ella –la mamá– conversar con la directora, manifestarle la situación de embarazo de su hija y que en esa conversación tampoco fue impulsada a que la misma no concurriese a clases.
La actitud de la madre ante el colegio es sumamente positiva y manifiesta estar muy conforme con él. Expresó que su hija no desea concurrir a clase, pero sí prepararse para dar en el colegio los exámenes a fin de año.”
(Fin de la grabación)
Por último, Ivanov dio a conocer las conclusiones a las que se llegó a través de esta investigación.
(Grabación)
“En ningún momento fue expulsada la referida alumna, en ningún momento se la coaccionó para que dejara de concurrir a clase. Las puertas del colegio han estado y están totalmente abiertas para ella. En definitiva: no se verificó la expulsión denunciada y el colegio veló por la dignidad de su alumna.”
(Fin de la grabación)
En otro orden, Ivanov aseguró que la autoridad eclesiástica tomó contacto con este caso por primera vez a través de la prensa y realizó la siguiente puntualización.
(Grabación)
“En ningún momento llegó a nuestras manos ni a ninguna oficina de la Curia la denuncia que, según dice en algún pasaje de la misma, citada por el mismo semanario, se hizo llegar a la Junta Arquidiocesana de Colegios. Aquí hay una primera irregularidad: no fuimos informados del hecho sino por la prensa; creemos que por la gravedad de la cuestión que se denunciaba hubiera sido ético se nos enviara una copia de la carta”.
(Fin de la grabación)
En Perspectiva procuró una entrevista con el sacerdote para poder ir más a fondo en las dudas, las preguntas, los temas que están arriba de la mesa a partir de que este caso tomó estado público. La respuesta que obtuvimos fue que lo que la Vicaría de Educación tenía para comunicar era lo que se había dado a conocer ayer en esa rueda de prensa, que no iba a conceder entrevistas.
Pero como en el fin de semana, por otro lado, se había difundido un comunicado de la Asociación Uruguaya de Educación Católica (Audec), nos pareció conveniente recoger el punto de vista de las autoridades de esta gremial.
Vamos a dialogar con Marcelo Fontona, sacerdote salesiano, coordinador de las Obras Sociales Salesianas y subdirector de Audec.
Una aclaración antes de ir al tema: en la declaración que emitieron ustedes no se pronuncian específicamente sobre este caso que ha estado en discusión en estos días.
MARCELO FONTONA:
Es cierto. La Audec es una sociedad civil que reúne a todos los colegios y las instituciones educativas de educación no formal. Nosotros no podemos pronunciarnos por un colegio: cada colegio que forma parte de Audec es autónomo, de modo que el colegio Divina Pastora da cuenta de su gestión por sí mismo, no podemos hacerlo nosotros en su nombre. Es por eso que nuestra declaración no hace alusión a ese colegio.
EC - Pero el colegio Divina Pastora integra Audec.
MF - Sí, por cierto.
EC - ¿Cómo observan el comunicado que recién estábamos escuchando, dado a conocer ayer por la Vicaría de Educación de la Arquidiócesis de Montevideo? ¿Qué relación hay entre ustedes, Audec, y la Vicaría representada por el sacerdote Ivanov?
MF - Entre la Vicaría y los pastores de la Iglesia tenemos un vínculo de índole pastoral; las orientaciones pastorales en evangelización están dadas evidentemente por los pastores de la Iglesia, como católicos las compartimos y seguimos.
Como asociación civil de segundo grado, como instituciones educativas, como miembros de la sociedad civil, en lo pedagógico, lo educativo, la gestión, la administración, los criterios de corte pedagógico somos autónomos. De manera que hay vínculos y hay espacios de autonomía.
***
EC - ¿Cómo se observa desde los colegios católicos el problema de las adolescentes embarazadas, un fenómeno creciente, según señalan los expertos que trabajan en esa área?
MF - Para nosotros es preocupante esta realidad. Los casos que han surgido en los colegios se atienden; la práctica universalizada es la integración, no la discriminación. En primer lugar, tratamos de prevenir: en los colegios católicos desde hace varias décadas somos pioneros en el país en la educación para el amor y la sexualidad. De manera que procuramos educarlos desde muy niños para vivir el amor y la sexualidad en forma responsable. Recuerdo que en quinto año de escuela ya recibía educación para la sexualidad, o sea desde muy pequeño.
Cuando surge una situación de embarazo adolescente, la práctica es el acompañamiento porque eso es lo que tiene que hacer la educación: educar es conducir, acompañar.
EC - Una alumna liceal –en este caso de 14 años– que queda embarazada puede, en principio, ser vista como un problema, como “un mal ejemplo”. Esa es una de las lecturas posibles; la otra es que también pueda ser una oportunidad pedagógica. ¿Cómo se sitúan ustedes, los colegios católicos, ante una situación así? ¿Cómo manejan la primera de las visiones posibles, la del “mal ejemplo”?
MF - Malos ejemplos damos todos, todos somos pecadores y, en la medida en que somos pecadores, no siempre nuestra conducta, nuestra forma de ser, por acción o por omisión, es un buen ejemplo. La actitud de Jesús fue la de acoger siempre al pecador; si queremos seguir a Jesús esa actitud tan evangélica tiene que ser la que nuestros centros repliquen. Los estudios dicen que el 73 por ciento de los embarazos adolescentes no es deseado. De manera que en esta situación lo que cabe es aprovecharla como una oportunidad pedagógica, no mirar para atrás sino lo que está por delante, acompañar a la joven para que pueda realizar su proyecto educativo, su proyecto personal, que pueda integrar la maternidad como un elemento nuevo, que no afecte al estudio. La escolaridad es fundamental, por eso es que tratamos de fortalecer la pertenencia de la chica al centro educativo; de acompañar a los padres, porque tampoco para ellos es sencilla la situación que se presenta. Por otro lado la práctica en algunas instituciones –muy interesante– es no sólo el acompañamiento durante el embarazo, sino integrar también al bebe al colegio, en el “Maternalito”, para que la chica siga realizando la secundaria. Son ejemplos maravillosos.
De las 300 instituciones que integran nuestra Asociación –creo que vale la pena mencionarlo– 115 trabajamos en el campo de la educación no formal, son ONG católicas, proyectos socioeducativos; algunas de ellas abordan de forma específica esta problemática. Por ejemplo nucleamos cerca de 40 Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAIF) en todo el país, donde la mayoría o muchos de los niños que concurren son hijos de madres solteras; se acompaña a estas jóvenes y a sus bebes. Y hay otros proyectos que recientemente han inaugurado una casa nueva, como Casa Luna, que se dedica exclusivamente a atender madres adolescentes; estas chicas son derivadas desde oficinas públicas, desde Salud Pública o desde centros educativos públicos o de otras ONG. De manera que en la práctica de nuestra Asociación el embarazo adolescente se asume, se aprovecha como un hecho educativo y se acompaña siempre a la joven.
EC - Yo utilizaba al pasar en algunas de las preguntas anteriores el término “mal ejemplo” entre comillas, aludiendo a la parte problemática que puede tener un caso de estos en el alumnado de un colegio de secundaria. ¿Por qué podría verse como un mal ejemplo? Dicen especialistas que trabajan con adolescentes embarazadas que una de las consecuencias que muchas veces termina dándose es el abandono de los estudios, y al abandonar los estudios esa joven está perjudicando sus posibilidades de futuro, sus propias posibilidades de mejoramiento económico y social, las suyas y las del hijo que esta por nacer. ¿Cómo forma parte de la experiencia pedagógica de los colegios católicos ese aspecto del embarazo adolescente?
MF - Todos aprendemos de nuestros aciertos y de nuestros errores. El aprendizaje de los errores es tomar conciencia de aquello que me llevó a hacer lo que hice, tratar de no repetirlo, de superarlo. Cuando uno vive en un centro educativo y comparte la experiencia con otros chicos, los chicos aprenden de los aciertos y de los errores de sus compañeros, de sus educadores. Indudablemente es una oportunidad pedagógica, educativa; depende mucho de cómo este hecho, este acontecimiento, sea trabajado.
EC - Parece vital que esa alumna no deje de estudiar, que tenga todas las condiciones para no distraerse o verse agobiada por las responsabilidades de la maternidad y termine abandonando los estudios y entrando en ese ciclo perverso de ignorancia - más miseria, etcétera. ¿Las directivas son absolutamente claras en Audec en este sentido?
MF - Son principios generales, no es que la dirección esté dando directivas a sus afiliados.
EC - ¿No hay entonces normas en común? En definitiva ustedes están relatando lo que ocurre en los hechos. ¿No hay acuerdos de los colegios católicos en este sentido?
MF - Formulados de manera expresa, no. Están los estatutos de la Asociación, que mencionan los criterios que nos unen, pero este caso, esta situación puntual no está referida allí.
EC - No está prevista específicamente.
MF - Es importante tener presente que se puede educar siempre que haya libertad. Para que el proceso educativo pueda ser realmente provechoso para la joven es importante que ella quiera estar y seguir participando del dentro educativo. Si la chica, o la joven adolescente embarazada, no quiere ir al centro educativo, coaccionarla puede ser contraproducente. Por eso es importante poder persuadirla, invitarla, acogerla, pero de ningún modo presionarla.
Tenemos experiencias de dos tipos: aquellas que quedan y se sienten muy acompañadas, aquellas que deciden abandonar el centro educativo en el año de la maternidad y retornar luego, y las que deciden abandonar el centro educativo. En estos casos las direcciones de los centros educativos no podemos actuar en nombre de la chica y de la familia.
EC - Hay normas del propio Consejo Directivo Central de la Educación que valen para los institutos públicos y también para los habilitados a propósito de cómo tratar este tipo de casos.
MF - Sin duda.
EC - Ustedes no han entendido necesario agregar una normativa propia.
MF - No.
EC - ¿Puede ser una decisión que tomen a partir de este caso? ¿Cabría uniformizar criterios dentro de Audec en esta materia?
MF - En mi opinión –y no en la de la dirección de Audec– este hecho nos está haciendo reflexionar a todos, a los que estamos en el campo de la educación y a la sociedad. Tenemos muchas prácticas sociales que muestran que nos cuesta integrar al diferente, al que piensa distinto. Hechos como este o la situación planteada en la prensa nos invitan a todos a reflexionar y pensar. No le puedo decir si esto va a desencadenar la formulación de algunos criterios en la Asociación o no, pero sin duda todos estamos reflexionando, como también lo están haciendo ustedes.
***
EC - En el comunicado ustedes afirman: “No ha sido una práctica de nuestros centros rechazar o discriminar madres adolescentes. Por el contrario, siempre hemos procurado acompañar a la madre en la asunción gozosa y responsable de la maternidad, acogiendo y cultivando el don de la vida desde su concepción, fortaleciendo la experiencia de socialización que vive en su centro educativo y apoyando afectiva y profesionalmente cada caso, en el entendido de que es además vital que continúe integrada al sistema educativo”.
Eso en cuanto a los principios generales, los criterios generales. ¿Qué ocurre si en una institución las cosas no se procesan de esa manera? Hoy, por ejemplo, el diario El País recoge el testimonio de la señora Norma Pérez, madre de una alumna que tuvo un problema en este mismo colegio del que se ha estado hablando, en el año 1999. Ella y el padre de la criatura fueron obligados a dejar de asistir a clase cuando le comunicaron a la directora que la chica estaba embarazada y que iban a casarse. Parece que ella asistía a quinto año biológico y él a sexto de ingeniería; los jóvenes comunicaron a sus padres el embarazo, resolvieron anotarse para contraer matrimonio, los cuatro padres concurrieron en ese momento –mayo de 1999– junto a sus hijos al colegio para poner a la directora al tanto de la situación. “La madre superiora nos dijo que era una vergüenza y una deshonra para la institución y que a ese colegio no podían ir más, que les iba a dar el pase para uno público”. Señala además que la madre superiora les dijo, al igual que en el caso denunciado recientemente, que los jóvenes tenían que dedicarse “a cuidar a su crío” en lugar de estudiar.
Este es un testimonio con nombre y apellido, que se publicó ayer y se recoge en la prensa de hoy. ¿Cómo lo observa usted?
MF - Yo le decía al comienzo que estoy hablando en nombre de la dirección de Audec, de modo que si la dirección de Audec no ha considerado el testimonio no puedo dar mi opinión. Escuché ayer el testimonio de esta persona en otra radio; tiene algunas diferencias con respecto a lo que tú mencionabas recién, no habla de expulsión sino de que los chicos siguieron en el colegio; la madre hace mención de que no les fue fácil la permanencia.
EC – Claro; pero en este caso se habla de una situación en la que no se facilitó sino, por el contrario, se complicó la permanencia en el colegio. Por otra parte, en el caso que en estos días ha estado en el tapete, las consultas que En Perspectiva ha podido realizar tratando de profundizar en la información nos han permitido verificar que efectivamente la directora del colegio les anunció a técnicos del Servicio de Adolescentes de la Asociación Española que a la joven se le iba a dar pase a un liceo público. Es cierto que no habló de expulsarla y por lo visto es un hecho que no se la expulsó, según acaba de verificar la Iglesia Católica, pero sí habló de darle pase con argumentos como que el horario doble del colegio no iba a permitir a la joven “ocuparse de su crío”, manifestó preocupación por la exposición violenta de su situación ante sus compañeros, reafirmando que las prioridades eran “el crío y la madre”; “estudiar es lo de menos”, habrían sido palabras utilizadas por la madre superiora. Estoy utilizando algunos términos casi textuales, porque se trata de una monja española, de ahí el empleo de palabras como “el crío”.
Cuando en un colegio integrante de Audec pasa algo así, que las autoridades resuelven en base a este tipo de criterios que no son los que usted exponía, ¿cómo reacciona la Asociación? Supongamos que todo esto ocurrió de esta manera.
MF - Sí, si esto fuera así... Si esto fuera así la dirección tendría que considerarlo. Están los principios de la autonomía de cada una de las asociaciones. En nuestros estatutos, en el artículo 10 se habla de las posibles sanciones de los miembros, se establece que será causa de expulsión de la Asociación la realización de cualquier acto u omisión que importe un agravio relevante a la Asociación y a sus autoridades o a los principios morales que deben presidir las actividades de la Asociación, o el desacato reiterado a resoluciones de sus autoridades. La referencia es siempre con respecto a la Asociación, no a un centro educativo. No ha sido un tema planteado, nunca nos hemos planteado el caso de una expulsión, de manera que tampoco esto ha sido considerado.
A mi entender, como opinión personal, es significativa la presencia de este colegio; muchos padres han destacado ante la opinión pública la obra que está realizando en el barrio. En un momento en que las instituciones de educación católica están cerrando este colegio se sigue desarrollando, con un gran aporte de la congregación que está atrás. De manera que creo que hay que apoyarlo y, si llegase a haber alguna situación, buscar mejorarla, enmendarla, pero de ninguna manera tomar medidas con una institución.
EC - Ustedes en Audec han sido de las escasas instituciones que hasta ahora han aceptado formular declaraciones. Quizás más de una pregunta no debió haber sido dirigida a usted, pero son preguntas que están en la conversación, en el debate público en estos días y me pareció importante tener una respuesta de su parte, un punto de vista. No sé si está quedando algo en el tintero, si quiere agregar algo…
MF - Me parece importante aclarar que la intervención de Audec fue porque se empezó a generalizar a partir de este caso, de un caso que surge por el testimonio de una doctora, cuando ni la madre ni la institución se habían pronunciado. Durante varios días la opinión pública fue trabajando el caso, se empezó a generalizar y nos sentimos involucradas todas las instituciones de la educación católica, entonces nos pareció muy importante poner en claro cuál era nuestra forma de proceder.
Por otra parte nos duele porque hoy día esta chica adolescente, esta madre y esta institución terminaron siendo víctimas de cómo hemos manejado el tema. Si nos proponíamos el bien de la chica, de la madre, de su familia y de esta institución, de esta congregación de hermanas que están trabajando en la educación, no sé si los terminamos favoreciendo con la forma en que hemos ido manejando el tema.
Corresponde mencionar el bien que se hace, todo el trabajo que se viene haciendo. Quizás el momento más conveniente para sacar algunos elementos de la investigación a la opinión pública sea cuando se tengan los resultados.
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Mensajes recibidos
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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