18.12.2005














Dudas sobre la muerte de Jorge Peirano Facio.

Informe En Perspectiva


EN PERSPECTIVA
Jueves 25.09.03, 07.38.

EMILIANO COTELO:
Jorge Peirano Facio ¿puede no haber muerto? ¿Alguien puede haber tramado una operación de rescate, aprovechando su traslado de Cárcel Central al sanatorio Impasa y fraguando su fallecimiento? ¿Cabe la posibilidad de que esté vivo, en la clandestinidad?

Son especulaciones novelescas, macabras y, para muchos, exageradas al borde del paroxismo. Sin embargo, esta bola de nieve de rumores y habladurías se ha ido extendiendo con fuerza. Sobre todo desde el lunes, cuando se confirmó que la Justicia investiga denuncias según las cuales el cuerpo enterrado en la tumba de Peirano no sería el del ex presidente del grupo Velox y del Banco Montevideo. El solo hecho de que un juez haya considerado esas denuncias y ordenado actuaciones al respecto, contribuyó a agitar la polémica pública.

Ayer, sin embargo, esta espiral de comentarios tuvo un corte abrupto cuando la médica forense Isabel Gubitosi concluyó que la historia clínica de Peirano Facio no presenta irregularidades y, en función de ello, el juez descartó la posibilidad de exhumar el cadáver.

De todos modos queda pendiente la pregunta: ¿Cómo se llegó a esta situación? Trataremos de ordenar, en la medida de lo posible, este tema.


TODO COMENZÓ COMO UN RUMOR

El pasado 20 de abril, la noticia de la muerte, en el sanatorio Impasa, producto de una complicación cardíaca derivada de una insuficiencia renal del entonces aún detenido Jorge Peirano Facio encendió las primeras sospechas.

Ya entonces, un grupo de ex ahorristas del liquidado Banco Montevideo, manifestaron su sorpresa por la rapidez con que se había procesado el velatorio y el sepelio del banquero.

Las especulaciones llegaron a ocupar espacio en la prensa: "Pasadas las 15.30 horas ya estaba enterrado, cuando murió al mediodía...” decía una crónica de esos días. “Es sorprendente lo rápido que se pueden hacer algunas cosas", señalaban algunos comentarios que se escucharon aquel fin de semana.

Al parecer, algunas “rarezas” ocurridas entorno a la muerte de Peirano despertaron sospechas acerca de la veracidad del hecho. ¿De que rarezas estamos hablando?

- Por ejemplo, que el entierro se hubiese producido apenas tres horas después del deceso cuando, según esas versiones, el Digesto Municipal establece la necesidad de que transcurran 24 hs.

- Que el entierro, previsto para la hora 16, se adelantó en media hora, sin que tampoco pudieran conocerse los motivos. Algo poco frecuente.

- Que justo hubiera fallecido el domingo de Pascuas.

- Que, según confió un oficial de Investigaciones a la revista Caras y Caretas, sus hijos José, Jorge y Dante no hayan aprovechado la decisión del juez Pablo Eguren de autorizar su concurrencia al sanatorio, a las 11 de la noche del día previo al de la muerte.

- Que, el día del entierro, los hermanos Peirano hayan salido en un coche policial de Cárcel Central –donde estaban recluidos– y nunca hayan llegado al Cementerio Central.

Esto en lo que hace a aquellos días, los posteriores a la muerte, o sospechada muerte a esta altura. Pero se suma ahora también el hecho, confirmado a En Perspectiva por funcionarios de Necrópolis en el Cementerio Central, de que muy poca gente concurre a visitar el panteón familiar.


OTRAS AVERIGUACIONES

A propósito de esta serie de especulaciones, versiones y rumores, la producción de En Perspectiva realizó algunas averiguaciones.

Por un lado, la secretaria general de Necrópolis de la Intendencia de Montevideo, Ana María Paradarino, explicó que el Digesto Municipal maneja las 24 horas de plazo conveniente a aguardar entre la muerte y el entierro, sólo a modo de sugerencia, y que la decisión final queda siempre a consideración de la familia. Esto significa, que el haber realizado el funeral a sólo tres horas de la muerte no constituye una violación a ninguna ordenanza.

Respecto al cambio de planes de los hermanos Peirano, cuando se dirigían al Cementerio Central el día del sepelio, fuentes de En Perspectiva señalaron que, en realidad, este cambio de planes se debió a que en el trayecto recibieron, vía telefónica, una amenaza de muerte, del tipo “Si ponen un pie en el suelo, son boleta”. Esta advertencia, recibida en el teléfono móvil de alguien que viajaba en la camioneta policial, habría llegado de parte de un grupo de damnificados del Banco Alemán en Paraguay.

Estos son algunos de los elementos que han estado circulando. De todas formas, la pregunta que cabe hacerse es si esos hechos configuran un comportamiento suficientemente anormal, como para justificar denuncias que sostienen que no son los restos de Jorge Peirano Facio los que descansan en el panteón de la familia.


LAS DENUNCIAS

El diario Ultimas Noticias informó el lunes pasado que existen actualmente tres denuncias presentadas en el Juzgado Penal de Primer Turno, a cargo del doctor Eduardo Cavalli, solicitando que se investigue la muerte del banquero.

En estos documentos se manejan términos como: “sustitución de cuerpos” y “cambio de identidad”.

Si bien fue el juez en lo Penal de 8º Turno, Pablo Eguren, quien procesó a Peirano Facio por insolvencia societaria fraudulenta, esta nueva faceta del caso está en la órbita de Cavalli, por la fecha en que se produjo el deceso.

La pregunta inmediata fue ¿quién está detrás de este paso tan audaz? Las primeras hipótesis apuntaron al grupo de ahorristas perjudicados por la quiebra del Banco Montevideo, que con esta denuncia buscarían “no dejar morir el tema” y, al mismo tiempo, “complicar” a la familia Peirano con temas delicados considerando su profundo carácter religioso.

La escribana Alicia Barbani, representante de un grupo de ahorristas del Banco de Montevideo, dijo al diario El Observador que “desde el principio” tuvo dudas en torno a la muerte de Peirano Facio. “La duda ya estaba instalada en el país, pero ahora que la Justicia actuó tiene que haber exhumación del cadáver”, agregó.

Ayer, hablando con la producción de En Perspectiva, Barbani fue enfática al afirmar que si no se procede a la exhumación de los restos, “es porque Peirano Facio no está ahí”. De todos modos, aclaró que no tiene nada que ver con estas denuncias y que no piensa participar de este proceso.

Entonces, si no fue el grupo representado por la escribana Barbani, ¿de dónde llegaron las denuncias?

En Perspectiva se comunicó con el juez Cavalli para conocer detalles de las actuaciones, pero el magistrado señaló que, dado que el caso está aún en etapa de presumario, no puede efectuar declaraciones. Su hermetismo volvió a dejar pendiente el origen de la denuncia, un elemento esencial para entender cómo fue posible que la Justicia haya tomado en cuenta una sospecha tan insólita como la de que podría haberse simulado una muerte.

Según el diario El País de hoy, la denuncia fue presentada por cinco personas, entre ellas algunos médicos que, además, fueron ahorristas del Banco de Montevideo. El semanario Búsqueda aporta más detalles y deja en claro que el factor determinante de la viabilidad de las denuncias fue la presencia, entre los firmantes, de varios profesionales de la medicina. Estos médicos, no vinculados a Impasa, se basaron en las dudas que les generó el hecho de que Peirano, internado en ese sanatorio desde el 6 de abril, no hubiera recibido el tratamiento requerido para la dolencia cardíaca y renal que se dijo que padecía este hombre de 82 años.


LA INVESTIGACIÓN

Fue en función de ese antecedente que los denunciantes solicitaron la investigación sobre la posible simulación de la muerte, y para ello pidieron al magistrado que exhumara el cadáver del panteón familiar.

Ante la situación planteada y la calificación profesional de los denunciantes, Cavallli se presentó en Impasa el viernes 19, sin anunciarse previamente, y requirió la historia clínica del paciente. Más tarde convocó a la doctora Gubitosi, a quien informó las dudas respecto a las dudas planteadas por los denunciantes y entregó la documentación para su análisis. Paralelamente, sin que existiera coordinación con Cavalli, Eguren pidió al ministro del Interior, Guillermo Stirling, que dispusiera una guardia policial frente al panteón de la familia Peirano.


EN IMPASA

Los cardiólogos de la mutualista Impasa que atendieron a Peirano Facio están indignados con la versión de que el paciente no murió y de que se podría haber tendido una trampa a través de un cambio de identidades.

El doctor Jorge de Paula, que formó parte del grupo de profesionales que trató al ex bancario durante su intervención, relató su experiencia a El Espectador, y puso énfasis en un momento de esos días en el sanatorio:

(Grabación)

"Por una coyuntura, el doctor Peirano, en una guardia mía, firmó la historia clínica para una autorización de ir al baño, porque nosotros le aconsejábamos que no lo hiciera. Como no obligamos sino que aconsejamos, si el paciente está lucido, si está en su capacidad de razonar y analizar, firma y asume los riesgos. En este caso fue lo que sucedió. Es algo que muy pocas veces sucede, porque generalmente los pacientes aceptan nuestros consejos. Pero en este caso se dio y está la firma de él en la historia clínica (...)

El doctor Peirano falleció allí, está muerto, no puede quedar duda. Por eso es tan importante aventar todo dislate con respecto a este tema”.

(Fin de la grabación)


Di Paula dijo además que con la denuncia no sólo se cuestionó a la unidad que él integra, sino también valores muy serios de nuestra sociedad como lo son el prestigio de la medicina y de los médicos. “En el plano de dudar se podría dudar incluso del resultado del ADN”, dijo, “lo que indica que nuestra sociedad está camino del caos”.


LO OCURRIDO AYER

La médica forense, Isabel Gubitosi, concurrió ayer al Juzgado, tuvo una extensa reunión con el juez Cavalli y se retiró de la sede próximo a las 17.30, según consigna hoy Búsqueda.

La médica informó al magistrado que, del estudio que realizó sobre la historia clínica de Peirano Facio, no surgen irregularidades. Explicó que, según la información que se le proporcionó, Peirano Facio había padecido las dolencias establecidas en la historia, y el tratamiento fue interrumpido días antes del fallecimiento en razón del carácter irreversible de su enfermedad.

En poder de esos datos, Cavalli consideró innecesario exhumar el cadáver, y la Suprema Corte de Justicia informó oficialmente ayer que el juez no encontró elementos que merezcan la exhumación, descartándose una resolución en tal sentido.

En cambio, el juez dispuso otras citaciones para completar la indagatoria, y luego pasar los antecedentes a la fiscal en lo Penal de 5º Turno, Ana Tellechea. En poder del presumario, ésta deberá expedirse sobre la continuación o el archivo de la investigación.


EN LOS PRÓXIMOS DÍAS

De todos modos, este asunto no parece tener un final próximo en los tribunales. El doctor Carlos Curbelo Tammaro, abogado de Peirano Facio, anunció a comienzos de esta semana que, una vez que se compruebe la falsedad de los hechos denunciados, efectuará por su parte una denuncia penal por calumnia y simulación de delito, “porque nadie que tuviera buena fe pudo realizar una denuncia de estas características y distraer la atención de la Justicia”, dijo.

Señaló además que no descarta iniciar acciones ante la Justicia civil, por el daño que estos hechos ocasionaron a la familia Peirano.

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón

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