18.12.2005














Víctor Lissidini en libertad

El ex director de Aduanas dijo que la corrupción llega a niveles que nunca imaginó. "Está enquistada en los partidos políticos, que son financiados por el contrabando. Después, ejercen presiones". Afirmó que hubiera preferido recibir apoyo del Partido Colorado antes del procesamiento. En lo político partidario, hoy se siente “uruguayo”, y, por ahora, no tiene objetivos electorales. “La gente dirá”.



EN PERSPECTIVA
Lunes 29.09.03, 07.38.

EMILIANO COTELO:
Después de pasar casi dos meses preso en una cárcel del departamento de Colonia, Víctor Lissidini obtuvo el viernes la libertad provisional. Aunque sigue procesado por reiterada coautoría de usurpación de funciones, el ex director de Aduanas regresó a Montevideo el sábado, encabezando una caravana de automóviles.

Lo acompañaban en primera fila su esposa, sus hijos y los amigos que durante varias semanas habían recolectado firmas reclamando su liberación. En el trayecto recibió el saludo de numerosas personas que lo vivaron como adalid de la lucha contra la corrupción y, en muchos casos, lo proclamaron también candidato presidencial. Sin embargo, en la movilización no se observaban banderas partidarias.
Sí había, en cambio, carteles con la foto de Lissidini, el pabellón nacional y una leyenda: “Lissidini sí, mafias no. Si a los buenos orientales no los dejan construir la patria, ¿qué hogar le dejaremos a nuestros hijos?”

48 horas después, un poco más distendido, el ex director de Aduanas se propone retornar hoy mismo a su trabajo en la actividad privada. Pero antes se hizo un tiempo para acompañarnos en los estudios de El Espectador.

“Distendido”, decía yo.

VÍCTOR LISSIDINI:
Y muy cansado, pero con una especie de compromiso con la prensa... Yo estaba alejado del mundo: no leía diarios, no miraba televisión, no escuchaba la radio...

EC - ¿Ah, no?

VL – No.

EC - ¿Le era posible?

VL – Sí. Yo trataba de no enterarme de lo que pasaba en el mundo exterior. Una sociedad decente es la que no humilla a su gente, y yo realmente me sentí humillado. A pesar de que una persona se me acercó ayer a decirme “Yo estuve 12 años preso en la época de la dictadura y no me sentí humillado”. Bueno: es de cada uno; la verdad es que yo me sentí humillado por mí y por mi familia. Es una situación muy difícil.

Y después que vi todo lo que vi, me sentí realmente sorprendido. Por eso estoy acá, porque creo que ustedes jugaron un papel fundamental y tengo una especie de deuda de honor con ustedes.

EC – Vamos a la pregunta más reciente que su nombre generó, la que se instaló este fin de semana a partir de esa caravana que lo trajo de regreso el sábado. ¿Usted está lanzando su candidatura para las próximas elecciones internas?

VL – Es absolutamente imposible porque estoy proscripto. No puedo ser candidato absolutamente a nada.

EC – Es cierto; usted ya había hecho esa aclaración, pero el oyente desconfiado puede retrucarle “Sí, pero hay un margen de tiempo todavía hasta las internas, y en esos meses esa situación procesal suya puede cambiar...”

VL – Eventualmente puede cambiar.

EC – “...entonces usted o sus amigos pueden estar preparando el ambiente”.

VL – No, no. Creo que no se hizo con esa finalidad, de ninguna manera.. A mí, la política me gusta; es natural: fui candidato a diputado en 1989 por la lista 27... La política es como un bicho que le pica a uno y es muy difícil tener el antídoto.

EC – Usted no es nuevo en la política, para nada: viene del grupo de Víctor Vaillant, el Movimiento de Reafirmación Batllista. Cuando Vaillant se incorporó al Encuentro Progresista, usted permaneció en el Partido Colorado, y ha ocupado cargos, por ejemplo, en entes autónomos: primero secretario general en AFE y luego en su presidencia, cuando renunció Vaillant a fines de 1998. Las imágenes del sábado dieron para la especulación acerca de sus próximos pasos. Por ejemplo, varias personas durante la caravana lo proclamaron “Víctor presidente”. Su abogado, Gustavo Salle, declaró a la prensa esto que tengo aquí: “Tenemos un 20% de desocupación en un país rico que tiene todo para salir adelante. No nos hagan cuentos, podemos salir adelante y el doctor Lissidini será el líder que nos conduzca”.

VL - Lo que es que Gustavo Salle... Es muy subjetivo lo de él. Es un amigo de toda la vida... Creo que en definitiva la gente es la que decide. Yo me comprometí en una causa tan difícil, tan compleja como fue la Aduana, que fue un reto muy grande. Reto, además, que luego de que el país se desmoronó económicamente, el peor año de la historia económica del país, con una deuda externa de más de 14.000 millones de dólares, tenemos que enfrentar desafíos y los empezamos desde la propia Aduana. Gracias a una idea brillante del embajador Brugnini en el Ministerio de Relaciones Exteriores, empezamos el camino del Exporte Fácil Uruguay, dijimos “Se terminó la patria financiera, empecemos con la exportación”.

Y ¿sabe qué me llevó a eso? Fundamentalmente varios feriantes, pequeños bagayeros que me decían: “Lo que nos sacó la gente de los grupos de represión era lo que teníamos para comer”. La gente compraba bolsas de ropa para venderla en la feria, iban los grupos de represión y, por supuesto, cumplían su función. Pero, me decían, “nos están quitando el pan que llevamos todos los días”.

A mí, realmente me molestaba ese tema, y tenía que buscar un antídoto a esa enfermedad, una solución al problema, y se creó Exporte Fácil Uruguay. Llegamos a convenios realmente muy importantes con las cámaras de Industria, de Comercio, Mercantil, por los que no se cobraba el certificado de origen. El Laboratorio Tecnológico del Uruguay no cobraba el certificado de calidad hasta U$S 10.000 por empresa y por año, y los despachantes de aduana renunciaban al cobro de honorarios hasta U$S 10.000 por año y por empresa. Esto es, empezar con la pequeña empresa para salir adelante. Pero logramos algo mucho más importante: primer país en el mundo que iba a tener en el sitio web de la Aduana un link de la FAO con el códex alimentario. Eso quería decir empezar a producir lo que el mundo compra: estamos a contraestación del Norte, que son los países que nos pueden comprar alimentos... ¡señor, empecemos a producir, cambiemos nuestra filosofía, no producir lo que queremos sino lo que el mundo compra!

Y no podemos permitir la injusticia social porque, en definitiva, desde la Aduana uno tiene una perspectiva absolutamente global porque todo lo que entra, todo lo que sale, todo lo que pasa en tránsito, pasa por la Aduana (en el deber ser debería pasar absolutamente todo).

EC – Usted hace esas consideraciones, pero lo que yo le estaba preguntando era si lo del sábado era o no una proclamación para las elecciones internas.

VL – No; realmente es muy apresurado para hablar de candidaturas.

EC – Pero ¿por qué salió con este resumen de resultados de su gestión en la Aduana?

VL – Porque me parece prioritario entender, primero, que la recaudación es de previo y especial pronunciamiento. No podemos hablar de políticas de vivienda, de mejorar los magros sueldos de la Policía, hablar de educación, de políticas que son de Estado y no de gobierno. Está fuera de los partidos; si no hay recaudación, ningún partido (sea de izquierda, de derecha, de centro, pro Talibán, pro militar, pro lo que se le ocurra) no va a poder cumplir sus fines si no tiene recaudación. Ese es un tema de Estado, y lamentablemente creo que en este país el gran debe es ese. Este es un tema de Estado.

EC – Y ¿por qué no se puede recaudar; en el caso de la Aduana por qué no se puede combatir efectivamente el contrabando?

VL – Perdón: yo lo combatí. Y a las grandes mafias del contrabando.

EC – Pero mire cuál fue el resultado. Quiero decir...

VL – La señal fue mala, obviamente.

EC – ...usted ¿no siente que lo mandaron a la guerra con un tenedor? Porque lo terminan procesando con prisión por coautoría de usurpación de funciones, porque personal que desarrollaba tareas para la Aduana en realidad no lo eran, tenían los contratos vencidos... Por ese tipo de formalidades (en una apreciación del juez aparentemente correcta, en cuanto a que hubo una desviación en ese sentido)...

VL – Perdón: total y absolutamente incorrecta.

EC – Pero adonde voy es a que lo que el juez termina detectando son consecuencias de un esquema de funcionamiento en el que el director de Aduanas se ve obligado a incurrir: la creación de estos cuerpos de élite, ese tipo de cosa.

VL – Yo utilicé todas las herramientas legales para dar la gran lucha contra la defraudación fiscal y el contrabando, porque no sólo nos circunscribimos al contrabando. Hicimos procedimientos junto con la Dirección General Impositiva, me di cuenta... Porque cuando estaba en AFE realmente vivía en otro Uruguay y cuando hablaba con inversionistas extranjeros para ver la posibilidad de modificar AFE, el tren de la Costa, ideas realmente renovadoras, impactantes en lo que implica el transporte que es una cuestión absolutamente fundamental para mejorar la calidad de vida de la gente... Yo hablaba de un Uruguay donde, la verdad, pensaba que la corrupción era absolutamente mínima.

Luego asumo en la Dirección Nacional de Aduanas y me doy cuenta de una realidad absolutamente distinta, con empresarios y mafias enquistadas, donde cuando hago procedimientos me dicen “Pero toda la vida hice esto”, y terminaron presos por reiterados delitos de estafa; empresarios que cobraban reintegros a las exportaciones por mandar basura o por no existir realmente. Una empresa fue declarada de interés nacional en 1998, y con plata de todos los uruguayos le pagamos tres millones 800 mil dólares. A una empresa que nunca existió. Exportó pintura por U$S 38 millones. Ese es el país en el que estamos viviendo. De alguna manera había que frenar una cantidad de hechos delictivos que, en definitiva, perjudican la mano de obra nacional. El contrabando es un flagelo que nos tenemos que dar cuenta... Gente que me ha parado por la calle, que había logrado empezar una pequeña industria y ahora ve que tiene que cerrar porque volvió a invadir el contrabando.

EC – Recuerdo que, cuando usted asumió, hicimos una entrevista aquí a esta misma hora. Yo le planteé varias preguntas que, le decía, me salen de memoria cada vez que asume un nuevo director de Aduanas. Las repetimos siempre y, de alguna manera, son preguntas que ahora voy a formularle de nuevo ahora que ya no es más director de Aduanas y que además terminó preso por consecuencias del tipo de operaciones que debe realizar un organismo como este. Yo las resumía en un editorial a propósito de esta situación, y las tengo anotadas aquí:

- ¿Cómo es posible que sigan pasando los directores de Aduanas, y el problema del contrabando, con sus distintas variantes, continúe allí, tan campante -reconvirtiéndose, actualizándose, fortaleciéndose incluso- pese a que, teóricamente, se lo está combatiendo?

- ¿Por qué no se entra con el bisturí a fondo en la Aduana y se remueve en serio todos los bolsones de corrupción que alberga la propia Aduana?

- ¿Por qué cada director tiene que agregar esas otras estructuras de los llamados “grupos de élite”?

- ¿Tiene alguna lógica todo ese entrevero de contratados, pases en comisión, asesores e informantes, algunos de ellos, necesariamente, gente con antecedentes penales?

- Ese estilo de trabajo, ¿no termina siendo una mala parodia de Los Intocables?

- ¿No estamos ante una dispersión brutal de esfuerzos que, aparentemente, combate el contrabando pero que, en realidad, le pega a la mitad de la tabla (y eso, con mucha suerte)?

- ¿Estamos ante una monumental ineficiencia estatal?

- ¿O es que, como muchos sospechan, no habrá nunca voluntad política real de liquidar este fenómeno?

Me gustaría saber si, ahora que tuvo este tiempo para pensar –casi dos meses en la cárcel de Colonia— logró sacar respuestas para algunas de ellas. Le reitero entonces una pregunta anterior: ¿no siente que lo mandaron a la guerra con un tenedor, que al nombrarlo director de Aduanas lo dejaron colgado del pincel?

VL – Da esa sensación. El 2002 fue el año más crítico del país. Hubo incluso una reducción del gasto público, exigida por la gente, que le tocó también a la Aduana. Yo discrepaba porque a una oficina de recaudación hay que darle justamente todo lo contrario. Yo tenía la sensación, la vivencia concreta en ciudades como Salto, Paysandú, de que hasta el comerciante formal me decía “No puedo seguir pagando los impuestos, me tengo que informalizar para poder vender algo y subsistir, para que mi comercio no se me venga abajo”. Era una lucha a dos frentes, con la invasión de productos desde Brasil y Argentina, el problema de las mercaderías en tránsito, que en gran parte quedaban en Uruguay... Era realmente una tarea titánica y la hice dentro de las posibilidades: a partir del 1º de enero de este año me bajaron la cantidad de vehículos, de 43 pasamos a tener 33; se bajaron los gastos confidenciales de $140 mil trimestrales a 70.000... Teníamos el problema de los contratos, pero en relación a los contratos por los cuales voy preso por un delito continuado de coautoría de usurpación de funciones, la nota que presenté para la recontratación de una cantidad de gente fue aprobada el 7 de enero por el programa de las Naciones Unidas que es el que lo paga. Y recién se los firma en mayo.

EC – Pero es que a eso iba con la pregunta: se supone que la tarea de combatir el contrabando es muy importante para el Uruguay, dos por tres surgen campañas publicitarias desde el gobierno, destinadas a crear una cultura en la gente, convencerla de lo nocivo que es para la economía del país que se adquiera productos de contrabando, etcétera. Pero el organismo que tiene que ejecutar ese combate es cualquier cosa, un organismo en el que hay que empezar por eludir la corrupción que está metida adentro, y para eso hay que traer gente de afuera y armar los grupos de élite, para los cuales los contratos después no son firmados en fecha, etcétera, etcétera. Es un organismo en el cual el director gana... ¿cuánto ganaba usted?

VL - $20.000 líquidos.

EC - $20.000 líquidos para combatir fenómenos tan poderosos como los que se esconden detrás de algunas de estas maniobras. Quiero decir: ¿es posible combatir el contrabando en Uruguay?

VL – Si hay voluntad política y cambiar... Aquí tenemos un programa legislativo. Yo ya había planteado al Ministerio de Economía que debemos convertir a la DGI y la Aduana en una sola cosa, una unidad con verdadera autonomía a efectos de hacer los controles imprescindibles, porque ahí se juega la vida del país.

EC - Pero eso es un proyecto. En la realidad...

VL – La realidad es que quedé bastante solo. Realmente quedé bastante solo. Tal vez tenga la culpa por estar expuesto a la prensa, y uno con eso genera enemigos –lamentablemente, creo que es un tema de mediocridad— porque sale en la pantalla chica o sale por la radio.

EC - ¿Usted ha hecho algo de autocrítica en ese aspecto? ¿Quizás habló de más, quizás hizo comentarios inoportunos...?

VL – Yo dije siempre lo que pensaba y voy a seguir diciendo lo que pienso. Por lo tanto, no tengo ataduras y no me reprocho nada. Primero, porque teníamos que dar a conocer la parte represiva porque, cuando la pone ante la gente, disuade al que va a cometer un ilícito aduanero. Y además educa a la gente, que se dé cuenta de que no sirve en definitiva comprar cosas de contrabando; no sirve comprar sin factura porque nos hacemos daño a nosotros mismos... ¿Decimos que somos un pueblo solidario? No: la solidaridad se demuestra en otro lado. Me llena de dolor cuando se hacen campañas para operar a gente en Estados Unidos, cuando tenemos la posibilidad de hacerlo, de tener la tecnología en Uruguay y no irla a buscar afuera; tenemos excelentes profesionales que tal vez no tengan los medios técnicos, pero si la Aduana y la DGI tuvieran todas las posibilidades de recaudar, educando a la gente, no tenga duda de que tendríamos un país totalmente distinto.

EC – Alguna vez, en alguna de las tertulias en que se comentaba la situación generada en la Aduana en los últimos meses, alguien dijo: “La Aduana así como está no tiene solución: hay que ponerle una bomba, derrumbar hasta el edificio y empezar de vuelta”. Claro: no se puede tomar una medida así, desmontar todo y comenzar de cero. Pero, con todos los problemas que tiene la Aduana, ¿usted asumiría nuevamente el cargo?

VL – No, no. Se lo prometí a mi familia: nunca más director de Aduana.

EC – Está bien; pero de haber sabido que las cosas eran así, ¿habría aceptado el cargo en su momento?

VL – Es muy fácil ser juez de fútbol mirando el replay. Estoy seguro de que, aunque hubiera visto el replay, igual hubiera aceptado. Porque tengo un compromiso conmigo mismo. Antes de asumir como director nacional fui asesor de Aduanas, y realmente vi que el país pasaba por la aduana. Era un desafío realmente muy importante, lo asumí y, si volviera al pasado, viendo toda esta película, no tenga la menor duda: lo hubiera asumido de vuelta. Ahora ya me comprometí con mi familia y, en el futuro, nunca más voy a ser director nacional de Aduanas.

EC - ¿Usted ha llegado a alguna conclusión sobre por qué se bloquea permanentemente la lucha al contrabando?

VL – Se bloquea claramente, porque está enquistada en los partidos políticos. No me pida nombres, pero...

EC – Usted ya dijo alguna vez alguna frase que despertó polémica y generó malestar en varios partidos, cuando habló que lo que algunos contrabandistas le habrían dicho en cuando a que aportaban a las campañas electorales.

VL – Exacto.

EC – De aquellos dichos ¿no se arrepiente?

VL – De ninguna manera; pero de ninguna manera.

EC – Usted no aportó pruebas en aquel momento.

VL – Por supuesto, porque es lo que me decían los propios contrabandistas. Pero es más: yo pregunté a grandes empresas multinacionales si aportaban a los partidos políticos, y me dijeron que no aportan un peso a los partidos. Pregunto: ¿quién aporta a los partidos?

EC – Más allá de lo que grandes empresas multinacionales le hayan contestado a usted, es un hecho que hay empresas que sí aportan e incluso lo han reconocido, no tienen ningún inconveniente en informar. Es más...

VL – Pregunte la cifra.

EC – Es más: algunas de ellas aportan a varios partidos.

VL – Sí, sí. Pero pregúnteles cifras.

EC - ¿Usted dice que no son significativas?

VL – Realmente; yo veo que no son significativas.

EC – Y a partir esa comprobación, ¿cuál es la conclusión?

VL – Que hay malos empresarios que aportan a las campañas y luego influyen en los partidos políticas.

EC - ¿Usted se topó con ese tipo de barreras?

VL – Me topé con... Varias veces, en varios procedimientos, me dijeron “Yo aporté a tal o cual partido, no veo qué viene a hacer acá”.

EC - ¿Así, exactamente?

VL – Exactamente así.

EC – Y después ¿cómo continuaba el proceso con ese empresario, o con ese contrabandista?

VL – Inmediatamente la acción judicial.

EC - ¿Prosperaba la acción judicial?

VL – Algunas están en trámite; en una (era un tema médico) lamentablemente el fiscal de aduana clausuró el procedimiento, ese tema me ocasionó bastante malestar.

***

EC – En síntesis, usted entiende que es difícil combatir el contrabando en Uruguay, porque éste ejerce su influencia en partidos políticos a través de contribuciones a las campañas electorales. ¿Está bien resumido lo que usted señaló en los minutos anteriores?

VL - No tenga la menor duda.

EC - La suya es una acusación poco específica, de alguna manera con ese planteo mancha a todos.

VL - Vamos a tenerlo claro: si usted me pide nombres, los tengo. Pero yo soy un individuo procesado, nunca tuve fueros, ni siquiera como director nacional de Aduanas; el director nacional de Aduanas no tiene fueros. No tengo separación de bienes; no tengo capitulaciones matrimoniales; no soy ni fui nunca titular, ni tuve acciones en sociedades anónimas… No me pida más riesgos de los que ya hemos corrido yo y mi familia. ¿Qué más se le puede pedir a una persona? Creo que se me ha pedido demasiado. Es más: estuve preso casi dos meses.

EC - Usted entiende que estuvo preso…

VL - Por un horror jurídico.

EC - Sí, pero ese “horror jurídico”, a su vez, ¿tiene origen en esa fuerza que dice usted que frena el combate al contrabando? ¿Es un complot? La resolución de un juez en lo penal, Carlos Colmenero, ¿forma parte de un complot?

VL - La gente va a sacar sus propias conclusiones, cuando tengamos en Internet todos los expedientes judiciales de toda la gente, que cayó se va a sorprender.

EC - ¿Usted se dispone a publicar esos expedientes judiciales en Internet?

VL - Todos, absolutamente todos.

EC - ¿Para qué?

VL - Para que la gente vea que el doctor Colmenero y la fiscal Alba Corral procesan a una persona por usurpación de funciones, por atender dos veces el teléfono y decir: “Oficina 518”; vea que una persona es procesada por el delito de usurpación de funciones por bajar cajas en un procedimiento frente a toda la televisión; por eso está presa por usurpación de funciones.

EC - Aparentemente se trataba de personas que no tenían el vínculo formalizado con la DNA.

VL - Eran informantes; ¿qué vínculos van a tener? No tenían ningún vínculo. Si usted me dice que por atender el teléfono está usurpando la función aduanera… ¡Por favor, la función aduanera no es eso! La función aduanera es ejercitar, lo dice el verbo nuclear del artículo del delito de usurpación de funciones. Si usted me dice que atender el teléfono es ejercitar o usurpar funciones, yo preguntaría: los secretarios de los parlamentarios, de los diputados y los senadores, cuando atienden el teléfono, ¿están usurpando la función legislativa?

EC - Todo esto venía a propósito de si el fallo judicial era parte o no de un complot.

VL - La gente va a sacar sus conclusiones. Cuando tengamos todos los expedientes en Internet va a poder leerlos y sacar sus propias conclusiones; yo estoy absolutamente subjetivizado.

EC - A partir de estos obstáculos al desarrollo de su función que encontró, de esto que identifica genéricamente como “mafias” –es un término que ha empleado en distintas ocasiones–, ¿qué entiende que hay que hacer para que la DNA pueda funcionar efectivamente?

VL - Primero, DNA unida a la DGI; eliminación del secreto tributario; y reglamentar muy bien el secreto bancario. Estas oficinas tienen que tener absoluta libertad para investigar. Quedamos a mitad de camino en determinadas investigaciones, justamente porque había varios secretos que nos impedían continuar, teniendo la casi absoluta seguridad de adónde nos iban llevando.

EC - Usted habla todo el tiempo de presiones políticas. ¿Cómo eliminar esas presiones políticas que estarían frenando este tipo de acciones, por más que se reestructure la Aduana y se la fusione con la DGI?

VL - Es que no va a haber presión política posible sobre un órgano de contralor que esté por encima de ellos. Tiene que ser una política de Estado. Si los partidos políticos tomaran la decisión de nombrar gente para ese cargo, como ocurre con la FUIP argentina, que tiene a la Aduana y la DGI juntas. Que sea un tema de Estado, esto es que pasen los gobiernos y los recaudadores sigan siendo los mismos, las mismas personas. En definitiva es eso, que sea una política de Estado.

EC - ¿Usted se sintió respaldado? En estos meses que pasaron, en el episodio que derivó en su renuncia, en la actuación posterior de la Justicia, en el procesamiento, ¿se sintió respaldado por sus superiores, por quienes lo nombraron, por quienes en su momento le encargaron esta tarea?

VL – Mire: lamentablemente los uruguayos presumimos culpable a la gente hasta que demuestre fehacientemente su inocencia, por lo tanto puedo entender, comprender, olvidar; yo hubiera esperado un mayor apoyo. No tengo rencor de ninguna especie, no quiero venganza ni nada que se le parezca…

EC - ¿De quién hubiera esperado mayor apoyo?

VL - No sé… Tal vez de… en definitiva, un poco más apoyo de mi partido antes del procesamiento y no después, ¿no?

EC - A partir del procesamiento se disparó una serie de manifestaciones de adhesión.

VL - ¿Cuáles?

EC - Incluso visitas a la cárcel, etcétera.

VL - Lo hubiera preferido antes.

EC - Hoy se reúne con el presidente de la República.

VL - Sí, señor.

EC - Él lo convocó.

VL - Me llamó para hablar con él hoy a las cuatro de la tarde.

EC - ¿Cómo está su relación con el doctor Batlle?

VL - Bien. Está bien.

EC - ¿En estos meses han hablado en otras ocasiones?

VL - No; antes de estar preso tuvimos una reunión, justamente por el tema de la dirección de Exporte Fácil Uruguay; yo entendí que no debía aceptar ningún cargo, que y eso a estaba empezando a funcionar y creía que debía funcionar. Fui a no aceptar ese otro cargo público.

EC - ¿Sigue sintiéndose colorado?

VL - Me siento uruguayo. Tengo raíces batllistas. En la cárcel uno aprende muchas cosas. Volví a leer a los viejos filósofos: Platón, Aristóteles, la Biblia, el Corán, la Torá y una cantidad enorme de cosas que había leído de muy joven. El tema en la vida es una cuestión de valores, hay que lugar por esos valores desde cualquier lugar. Me di cuenta de que en Uruguay tenemos una gran pérdida de valores, que debemos recuperar.

EC – Pero no contestó la pregunta…

VL - ¿Cuál era la pregunta?

EC - Si sigue sintiéndose colorado.

VL - Me siento uruguayo.

EC - Más temprano dijo que no está preparando su candidatura; ¿qué va a hacer ahora entonces?

VL - Hoy empiezo con mi actividad privada.

EC - ¿Hoy mismo?

VL - Hoy mismo.

EC - ¿Dónde es su actividad privada?

VL - Soy asesor en el Automóvil Club del Uruguay desde hace 20 y pico de años.

EC - ¿Se va a dedicar solamente a eso?

VL - No; estoy invitado por su colega Raquel Daruech, estoy estudiando el tema de tener un espacio radial.

EC - El sábado anunció que combatirá la corrupción desde cualquier puesto. ¿Qué se propone hacer?

VL - Es un tema hasta filosófico, de subsistencia: no podemos dejarles a nuestros hijos un lugar donde las reglas de juego no sean claras; eso es la corrupción. Un lugar donde no definimos bien la cancha; eso es corrupción. Donde tenemos empleados que cobran aunque no vayan a trabajar; eso es corrupción. Que no firman tarjeta; eso es corrupción. Hay tanta corrupción, lamentablemente; es un tema de valores.

Aparte el uruguayo tiene la filosofía del “No te metás”, “Mirá para el costado”; mire dónde estamos gracias a todo eso: con una deuda externa de 14.000 y pico de millones de dólares, con niños que se mueren de hambre en Artigas. Y creo que es tiempo de decir: metámonos de una buena vez por todas.

EC - Esa va a ser una de sus obsesiones, una de sus tareas, la de denunciar todo esto; ¿sin ningún objetivo electoral?

VL - Hoy sin ningún objetivo electoral. No puedo, por suerte; tengo una inhibición ética y legal. Fundamentalmente ética.

EC - Pero si esos obstáculos se remueven… no descarta ir por ese camino.

VL - No lo descarto.

EC - ¿Puede llegar a ser un precandidato presidencial, por ejemplo?

VL - Me parece demasiado exagerado, a pesar de que algunos amigos entienden que sí.

***

Otras entrevistas

Defensa de Lissidini impugna el procesamiento. Doctor Gustavo Salle: El “funcionario de facto” es común en la Administración pero es delito en la Aduana. Los delitos cometidos por los informantes fueron denunciados a la Justicia por el propio jerarca Lissidini. Todo esto en un mundo en que impera el “capitalismo mafioso” (04.08.03).

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Transcripción: Jorge García Ramón y María Lila Ltaif
Edición: Jorge García Ramón



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