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El relanzamiento de la campaña sobre Ancap
46 en contra, 31 a favor, 23 indecisos. Análisis político del director de Factum, Oscar A. Bottinelli.
EN PERSPECTIVA
Viernes 03.10.03, 08.15.
EMILIANO COTELO:
Faltan 65 días para el referéndum sobre la Ley de Asociación de Ancap. Esta semana la campaña se aceleró de manera notoria. A partir de estas novedades, Oscar Bottinelli nos propone para su análisis político de hoy este título: “El relanzamiento de la campaña sobre Ancap”.
Recordemos los datos sobre el estado de opinión pública en relación con este referendo. ¿Cuáles son las cifras más nuevas?
OSCAR A. BOTTINELLI:
Recordemos que la medición de Factum es representativa del 100 por ciento del país, lo cual quiere decir que comprende no sólo lo que es habitual en las encuestas efectuadas en el país, que son las grandes ciudades, sino también toda esa mitad del interior constituida por pequeños pueblos y las zonas rurales; que no es menor porque vota distinto del resto del país. Los siguientes son los datos al cierre de setiembre, lo que a esta altura ya es una intención de voto hacia el referendo del 7 de diciembre:
- en contra de la ley se inclina el 46%,
- a favor de la ley, 31%,
- indecisos, 23%.
Pero ese 46 en contra y ese 31 a favor se componen de gente que está segura y de gente que está dudosa.
De ese 46 por ciento que está en contra, el 36 por ciento está seguro y dice que probablemente vote en contra, tiene dudas, el 10 por ciento.
Del 31 por ciento que vota a favor, el 17 por ciento está seguro y el 14 por ciento está dudoso.
EC - ¿Cómo viene la evolución de las posiciones a favor y en contra de la ley?
OAB - En contra: en abril 45, en julio 45, en agosto 46, en setiembre 46. Recordemos que en abril todavía no se sabía si iba a haber referendo; en julio se tenía la convicción de que las firmas estaban pero no había ningún pronunciamiento; en agosto el referendo estaba a punto de ser convocado o convocado, según el momento.
EC - No ha habido grandes variaciones.
OAB - Ninguna variación, prácticamente.
En la inclinación a favor de la ley sí las hubo: en abril era 36%, en julio 33, en agosto 30 y en setiembre 31.
EC - Se ha ido dando una caída del apoyo a la ley.
OAB - Se da una caída hasta agosto, que a partir de ese mes se revierte tenuemente.
De abril a agosto también suben los indecisos. Curiosamente, cuando hay un referendo claro en el horizonte tenía posición tomada mucha más gente y el 19 por ciento no se pronunciaba; en julio, con el referendo casi en el horizonte los indecisos eran el 22 por ciento; en agosto, con el tema sobre la mesa son el 24 por ciento y en setiembre bajan a 23 por ciento.
En resumen tenemos: 46 a 31 con una ventaja en contra de la ley, y si tomamos sólo los seguros la relación es de 36 a 17 y todo el resto campo de dudas o indecisión.
EC - ¿Qué pasa en materia de alineamiento partidario?
OAB - Hasta agosto se notó un fuerte desalineamiento partidario; al punto de que la mayoría de los colorados –un poco más de la mitad– y cerca de la mitad de los blancos estaban en una línea contraria a sus partidos. Esto tiene una explicación lógica: un sector muy fuerte del Partido Colorado (PC) tiene una fuerte raíz estatista, del viejo Batllismo; en el Partido Nacional (PN) siempre hubo un segmento con una adhesión importante a la intervención del Estado; y en la izquierda se daba el fenómeno inverso: había un segmento significativo de gente a favor de la ley, lo cual también era coherente con que tres de los senadores del Frente Amplio (FA) fueron corredactores de la ley.
En agosto y setiembre el comienzo de la campaña electoral, la posición fuerte de los partidos y la entrada en la cancha de los líderes –Tabaré Vázquez, Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle, Jorge Larrañaga– llevaron a un mayor alineamiento. Si bien las cifras parecen no haberse movido –46 a 30 en agosto y 46 a 31 en setiembre–, ello no es producto de una estabilidad sino de que los cruces para un lado se compensan con cruces para el otro, se cruza a favor de la ley la misma cantidad de gente que se cruza en contra: los frenteamplistas se están alineando más en contra y blancos y colorados más a favor.
***
EC - ¿En qué contexto se está dando el debate en torno al referendo?
OAB - En varios contextos. Primero los coyunturales; recordemos que la campaña empezó prácticamente a fines de julio –las dos primeras semanas de agosto destinamos el análisis aquí a la campaña de Ancap–, pero luego el conflicto de la salud, sobre todo el de Salud Pública, tapó el escenario político y fue el gran tema durante un mes. Ese escenario se despejó hace 15 días y recién ahora está tomando protagonismo otra vez el referendo.
El problema de un referendo es que se debaten muchas cosas y, por supuesto, cada parte va a tratar de que la cosa que tenga más importancia sea la que más lo favorece. Por un lado hay una clara definición sobre una ley concreta, puntual, que tiene que ver con el destino de Ancap; por otro lado existe, es inevitable y la izquierda trata de potenciarlo, una inclusión de la reforma de Ancap en un contexto general sobre el papel del Estado.
Aquí juega como trasfondo una sociedad uruguaya que en forma abrumadoramente mayoritaria es estatista: de cada 10 uruguayos 7 tienen una fuerte adhesión al papel del Estado; 1 y algo es claramente contrario al Estado y 2 tienen una posición más oscilante. Entonces, obviamente, otro eje que la izquierda trata de potenciar es que está en juego el rol del Estado. Los defensores de la ley están tratando de disminuir este aspecto y plantearlo como un tema estricto, una forma distinta de gestionar una empresa pública.
También es inevitable que en un referendo se cuele el juicio sobre el desempeño del gobierno. Sobre todo porque la izquierda, o los opositores a la ley, están teniendo una actitud muy desprolija. Ha habido los más diversos argumentos, contradictorios entre sí, pero ha ido afinando es tratar de unir, no meramente un voto castigo al gobierno –para que no digan: “¿Y esto qué tiene que ver con Ancap?”–, sino la desconfianza en cuanto a la aplicación de la ley, considerar que ésta, más allá de sus bondades o virtudes, es más mala porque sería aplicada por este gobierno, en el cual no se tiene confianza.
EC - Además el contexto incluye la campaña electoral rumbo al año próximo, que de hecho ya está en marcha.
OAB - Claramente; no sólo la campaña electoral o, además de la campaña electoral, la idea de cuánto puede ser el 7 de diciembre un test de preelección. A esta altura, con los grandes líderes jugados en la cancha –no quedó ninguno fuera–, es muy difícil que el resultado del 7 de diciembre no se interprete como una primera de la cantidad de vueltas que tenemos el año que viene, por lo menos como una medición preliminar de fuerzas. Sin duda, a una izquierda que está rondando el 50 por ciento en la intención de voto desde hace ya largo tiempo, largos meses, que cuando no tiene 50 tiene 49, la aprobación de la ley le estaría implicando que no demuestra la fuerza que viene demostrando en las encuestas. Por otro lado, para el gobierno, un triunfo claro de la izquierda estaría significando una especie de certificado notarial del estado de la opinión pública y confirmaría que el escenario hacia 2004 es difícil para los partidos tradicionales. Cada uno tiene mucho para ganar y mucho para perder políticamente hacia el año 2004, más allá del tema Ancap y del tema valoración del Estado.
EC – Retomamos el tema en un próximo comentario, porque sería bueno analizar por dónde van los ejes del debate, por mencionar nada más que un tema.
OAB - Podríamos manejar este aspecto de dos maneras: los ejes desde el punto de vista conceptual, del fondo de lo que se discute; y los ejes desde el punto de vista político y los ataques recíprocos entre los líderes.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
(Versión sin editar)
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