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El lugar de las naranjas
Salto está ubicado en la banda del Sur apto para cítricos, y el litoral sufre menos las heladas que terminaron con otras plantaciones en el país. En los 70, una política de Estado permitió una reconversión con el objetivo de exportar. Ese esfuerzo debe continuar para aumentar la calidad y sustancialmente la cantidad, cuando se está intentando vender a China. Gerente de Producción y Cosechas del grupo Caputto, Leonel Rodríguez, y ex técnico extensionista del Plan Citrícola Michael Brennan.
EN PERSPECTIVA
Lunes 06.10.03, 09.41.
EMILIANO COTELO:
La naranja se ha constituido, sin lugar a dudas, en un símbolo del departamento de Salto.
Salto concentra más del 40% del área total de cítricos cultivada en el país, así que este departamento se ha ganado algo así como la “paternidad” de esta fruta.
Pero siempre me he preguntado:
 ¿Qué condiciones o factores contribuyeron a transformar al litoral del país - y en particular de Salto - en una especie de “enclave naranjero”?
 ¿Cuál es el impacto socioeconómico de la actividad en el departamento?
Vamos a conocer más de esta estrecha relación entre la tierra de Salto y sus naranjales, y entre los salteños y sus naranjas, en diálogo con el ingeniero agrónomo Leonel Rodríguez que es gerente de Producción y Cosechas del Grupo Caputto, responsable de sus quintas. Tiene 52 años y hace 14 años que trabaja en la empresa. También conversaremos con el ingeniero agrónomo Michael Brennan. Hoy trabaja en el Ministerio de Ganadería, en la Dirección General de Servicios Agrícolas. Se desempeñó como Técnico Extensionista en el Plan Citrícola en Salto, hasta que el mismo desapareció en enero de este año. Es Montevideano, tiene 49 años y hace 26 que vive en Salto.
Vamos a la primera pregunta: ¿por qué Salto? Para empezar, según tengo entendido la naranja no es autóctona de América del Sur.
MICHAEL BRENNAN:
No.
EC - Dicen que vino con Colón en el segundo viaje, en 1493; ¿puede ser?
MB - Aquí siempre se habló de introducción a partir de las Misiones; también hay historias que hablan de una introducción a partir de semillas de Rio de Janeiro que habrían llegado en el siglo XIX. Eso poco a poco se va consolidando, sobre todo en manos de los inmigrantes, italianos fundamentalmente, que se asientan en los alrededores de Salto; lo traen en su cultura y empiezan a multiplicar estas plantaciones, hasta que a mediados de 1930 en Salto ya hay una citricultura comercial establecida. La historia es muy larga y variada.
EC - ¿Son 9.000 las hectáreas plantadas de cítricos?
MB - Casi; 8.600 aproximadamente.
EC - En números redondos, el 40 por ciento del total plantado en el país. Según veía, están básicamente concentradas en una franja de 20 quilómetros de ancho sobre el río Uruguay, desde Constitución al Norte hasta el río Daymán al Sur.
MB - Sí. Desde el punto de vista de los suelos, Salto se puede dividir groseramente en tres fracciones: una que bordea el río Uruguay, donde está la citricultura, que es de suelos más bien livianos, donde la citricultura prospera bien; a medida que nos vamos internando en el departamento pasamos a suelos profundos, pero de basaltos, suelos más pesados; y por último suelo superficial de basalto, ya llegando a Tacuarembó.
La citricultura está en la zona donde los suelos son aptos, que contra el río.
EC - Esos suelos, ¿tienen alguna ventaja especial para este tipo de producción? ¿En Salto pasa algo desde el punto de vista geográfico, climático, de la calidad de la tierra, que haya atraído este tipo de producción?
MB - Todos los manuales de citricultura dicen más o menos que los citrus se adaptan a una amplia gama de suelos. Si recorremos la citricultura del mundo encontramos condiciones totalmente dispares en la calidad. Claro que eso implica elegir distintos cortes de injertos, que hay distintas limitantes en función del tipo.
Tal vez para explicar el éxito de la citricultura en Salto hay que hablar más de clima que de suelos.
EC - ¿Y qué pasa con el clima?
MB - Los inmigrantes no vinieron sólo a Salto, ni intentaron hacer citricultura sólo en Salto. Hay una historia de citricultura en Melo, en Cerro Largo; en los censos más viejos todavía había un área citrícola importante para su época, que desapareció fundamentalmente por un tema de heladas (quienes plantaron citrus en Cerro Largo no las tuvieron en cuenta). Las heladas son una limitante importante para el cultivo de citrus.
EC - ¿Ese factor no existe en Salto?
MB - En Salto está muy atemperado; hay problemas ocasionales, pero tal vez en el país es de los lugares donde menos problemas de heladas hay.
EC - ¿Esa es la clave, entonces?
MB - Tal vez haya sido uno de los filtros más importantes, sí. Pero después hay otras cosas a tener en cuenta como la calidad, que está muy asociada al clima. Calidad interna y externa de la fruta. Para poner un ejemplo bien grande, Brasil es el productor más importante de citrus del mundo (hablan de cifras… bueno: como todo lo brasileño), sin embargo es fruta tropical, que tiene características totalmente diferentes; se presta para la industria, pero es una fruta apta para el consumo fresco. Cuando digo “apta” quiero decir apetecible. Hay determinadas características climáticas que hacen que la fruta logre un muy buen balance entre azucares y ácidos, además de una buena coloración. Esas características se dan en dos bandas en el mundo: una al Norte, que pasa fundamentalmente por el Mediterráneo –España hoy es el principal productor exportador de fruta fresca–, y al Sur una que pasa por Salto, por nuestros hermanos argentinos de Entre Ríos, y por Sudáfrica.
EC - Ingeniero Rodríguez, cuando hablamos de esa asociación tan fuerte entre Salto y la naranja, ¿nos estamos olvidando de los pomelos, de las tangerinas, de los limones? ¿O es que el protagonista es la naranja?
LEONEL RODRÍGUEZ:
Cuando hablamos de naranjas nos estamos refiriendo a naranjas y mandarinas. Pomelos y limones –sobre todo pomelos– hay muy poco plantado, más que nada por un problema comercial.
EC - ¿Cómo es esto?
LR - En el caso de los pomelos, no hay un mercado muy fluido de comercialización; además el pomelo que podemos producir aquí no tiene las condiciones de azúcar; es una de las variedades más originarias de un clima tropical. Por ejemplo, el pomelo de Cuba tiene una cantidad de azúcar mucho más importante y menos acidez; por lo tanto es más apetecible. El que nosotros producimos no es de los que puedan tener mejor venta en el mercado. A su vez la cantidad de pomelo que se vende en el mercado externo es bastante limitada.
EC - ¿Qué pasa con la tangerina?
LR - Las mandarinas han llevado a la reconversión varietal que ha habido en la mayoría de las empresas de Uruguay y el mundo, hacia una fruta que se pele fácil y no tenga semillas. Eso es lo que está buscando el mercado, o sea que la tendencia va hacia las mandarinas para comer y las naranjas, algunas para comer y la mayoría para jugo.
EC - En proporción, ¿cómo juega hoy cada una de estas variedades en la producción salteña?
LR - Hay más producción de naranjas, quizás, que de mandarinas.
EC - Ese “quizás”… ¿No es tan grande la diferencia entre una y otra?
LR - En Salto especialmente algunas empresas se han ido reconvirtiendo hacia la producción de mandarinas. En el país la producción de naranjas es mucho más importante; me estoy refiriendo sobre todo a la empresa.
EC - ¿En el caso de Caputto se tiende a emparejar la producción de tangerina con la de naranja?
LR - Prácticamente la producción de naranja anda en el 48 por ciento y la de mandarina en el 44 por ciento. Ese proceso de reconvertir las naranjas y mandarinas del mercado interno, que no tienen salida hacia la exportación, hacia variedades que podamos vender en el mercado externo, se inició hace más de 15 años.
EC - Vuelvo al ingeniero Brennan, que tiene la experiencia de haber estado trabajando con relación de cítricos, pero desde afuera del sector. Usted no estaba vinculado a ninguna empresa sino al Poder Ejecutivo, al MGAP, desde el cual a mediados de los años 70 se implementó el Plan Citrícola. Usted trabajó allá, fue técnico extensionista en ese plan.
Otra de mis dudas es: ¿cuán fundamental fue el Plan Citrícola en el desarrollo explosivo de esta producción en el país, sobre todo en esta zona?
MB - Es difícil ser totalmente objetivo, pero –como decía Leonel– en 1970 había una composición varietal totalmente diferente de la actual. Las variedades que se plantaban era elegidas fundamentalmente por las posibilidades de ser exportadas, lo que conocíamos como el “aguante”; la fruta muy delicada con la tecnología de la época no llegaba a Europa en buenas condiciones. De ahí que las recomendaciones que se hacían eran producir básicamente naranja Valencia, que es una fruta muy dura, aguanta cualquier maltrato.
A medida que pasan los años, la nueva tecnología da lugar a que se puedan ir incorporando variedades que antes era totalmente impensable que llegaran en buenas condiciones.
Volviendo a cuál era el papel del Plan Citrícola en aquel momento, yo diría que lo que hizo fue unir a los productores alrededor de un proyecto, que era convertir una citricultura destinada al mercado interno en lo que es hoy, un sector pujante, un sector que va a más.
EC - ¿Qué hizo el Plan Citrícola a esos efectos?
MB - Fundamentalmente incorporar tecnología, ayudar; en todas estas cosas lo que se hace es buscar condiciones, hacer convenios, traer gente y generar la interacción entre los productores.
EC - ¿Se subsidia? ¿El Plan Citrícola subsidió esta reconversión?
MB - No subsidió, pero en el inicio hubo reintegros a las exportaciones, que no digo que fueran el factor fundamental, pero sí expresaban una política de apoyo al sector.
EC - Pero no era lo básico, dice usted…
MB - No creo que haya sido lo que más incidió; era una parte en el resultado económico final, pero no era lo que más incidía. Creo que el rol fundamental fue ordenar el sector, darle un enfoque nuevo y apostar a la exportación.
EC - Ahora, 30 años después, acaba de bajar la cortina. Se extinguió el Plan Citrícola. ¿Por qué?
MB - Se extinguió el Departamento Técnico, no la Comisión. Sigue existiendo la Comisión que dirigía al Plan Citrícola, que tenía por objetivo fundamental fijar las orientaciones de política sectorial y asesorar al gobierno en política sectorial. Esa Comisión está integrada por representantes de los productores y de la industria, además de representantes del Poder Ejecutivo. La Comisión sigue existiendo y tomando decisiones en la orientación del sector.
Lo que dejó de existir es el Departamento Técnico. Muchas de sus funciones fueron tomadas por la División General de Servicios Agrícolas –donde trabajo ahora– y otras fueron tomadas –bienvenido sea– por el sector privado. En 1970 creo que había dos ingenieros agrónomos que trabajaban en el sector privado en la citricultura; hoy la cifra es de más de 30.
EC - Ingeniero Rodríguez, ¿cuánta gente trabaja directa o indirectamente en Salto en relación con la citricultura, con las naranjas y las mandarinas en particular?
LR – Según algunas estimaciones, más de 10.000 personas trabajaban en forma directa en la citricultura, y muchas más que por su tipo de trabajo tenían conexiones con la citricultura.
EC - Quizás por eso, quizás por la historia que veníamos repasando, la naranja forma parte hasta de la cultura de los salteños. ¿Está bien decirlo así?
LR - Sí, pienso que sí.
EC - ¿Cómo se lleva el salteño con la naranja? Porque desde afuera del departamento uno hace la asociación automática; el propio departamento la ha promovido; pero no sé si a los salteños todo esto les resulta agradable, estimulante o… no sé, cansador.
LR - Quizás dependa de la gente a la que se refiera, si está ligada a la naranja o no. La gente que está ligada a la naranja la siente; quizás en otros sectores pase desapercibida, no la sientan.
EC - ¿Cuáles son los desafíos que enfrenta hoy la citricultura salteña?
LR - El primero es tratar de producir la mejor calidad para poder exportar más, ya que Uruguay exporta 120 mil toneladas de las 340 mil que produce, sólo un 30-35 por ciento. Ese es el primer y más importante desafío, ya que significa seguir o quedar en el camino.
EC - ¿Cuáles son los mojones más destacados en ese sentido? ¿Qué es lo que tiene que mejorar en materia de calidad?
LR - Poder hacer uso de la tecnología es uno de los caminos más importantes.
EC - Para lograr, ¿qué mejora?
LR - Para lograr una calidad que permita acceder a más mercados.
EC - ¿Cuál puede ser un déficit de calidad que todavía hoy tenga la producción citrícola salteña?
LR - Cuando hablo de calidad me estoy refiriendo a la calidad cosmética, a que la fruta salga lo más limpia posible, que es lo que uno vende en el mercado; se vende por los ojos, además del producto en sí. También a la contención, al mantenimiento libre de determinadas plagas, que nos permita acceder a otros mercados importantes.
EC - En particular está en la puerta el mercado chino.
LR - Sí, este año se está enviando algunos contenedores de prueba, de ajuste al mercado chino.
EC - Es una oportunidad monumental.
LR - Sí. Si pudiéramos venderle a China, no va a alcanzar la fruta que hay en Uruguay...
EC - Eso es clarísimo.
LR - ...pero China está lejos. Hay que ajustar todas las técnicas posibles, hay requerimiento cuarentenario, de enfermedades... Este año se ha hecho una prueba para ir ajustando todo.
EC - ¿Qué otra prioridad hay en cuanto a acceso a mercados, antes que China? ¿Estados Unidos, por ejemplo?
LR - El mercado de Estados Unidos se viene trabajando desde hace muchos años. Es muy difícil de entrar por problemas económicos, políticos; se está haciendo lo imposible para poder acceder a ese mercado, que si lo comparamos con el europeo es más importante en cuanto a precios.
***
EC - Cuando la planta de packing de Caputto estaba trabajando a pleno, hace dos semanas, Rosario la visitó y nos contó cómo era. Ayer nosotros fuimos a hacer la misma recorrida, pero nos encontramos con una fábrica vacía; el empuje exportador ya pasó. ¿Cuándo se retoma la actividad?
LR - Ayer era domingo y no se estaba trabajando, pero hoy sí.
EC - De todos modos no es ya el movimiento más fuete.
LR - En la primera quincena de marzo es cuando la planta de empaque comienza a funcionar a pleno.
EC - Ojalá podamos volver por esa fecha…
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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