18.12.2005












Los niños del Cerhin

El Centro de Reproducción Humana del Interior se instaló en Salto por las características del lugar, que da un ambiente adecuado para parejas sometidas a un tratamiento estresante. Está vinculado al Instituto Jones, primer centro de fecundación in vitro en EEUU, tercero en el mundo. Codirector Dr. Juan Carlos Rodríguez Buzzi, y Quím. Farm. Silvia Sterla (Laboratorio de Embriología y Laboratorio de Inmunología de la Universidad de la República - Regional Norte).

EN PERSPECTIVA
Lunes 06.10.03, 10.10.

EMILIANO COTELO:
El nacimiento de un niño es siempre un motivo de alegría para cualquier familia. Imaginemos ahora esa alegría multiplicada por 100.

El CERHIN – Centro de Reproducción Humana del Interior – establecido en la ciudad de Salto, festejó el mes pasado el nacimiento de su “hijo” número 100 desde que comenzó a trabajar, en 1997.

El Centro es uno de los tres que existen en el país dedicados a la asistencia de parejas con problemas de fertilidad.

En particular, el CERHIN es el único instalado en el interior del país. Contrastando con las dificultades que atraviesa el sector salud, estamos frente a un proyecto exitoso, en una actividad altamente especializada y en la que se trabaja con tecnología de punta.

Para conocer más sobre esta experiencia, vamos a dialogar con el doctor Juan Carlos Rodriguez Buzzi, médico ginecólogo de 50 años. Es co-director del CERHIN, además de miembro de la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida y ex presidente de la Sociedad Uruguaya de Reproducción Humana.

También entrevistaremos a la química farmacéutica Silvia Sterla, integrante del equipo del laboratorio de Embriología del CERHIN y miembro de la Cátedra de Inmunología de la Universidad de la República – Regional Norte.

Lo primero que quiero preguntarles es si ese número, 100, el centésimo nacimiento, fue para ustedes algo removedor.

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ BUZZI:
Sí… La doctora Rita Vernocchi y yo somos de Montevideo, los dos ginecólogos. Para nosotros venir acá fue una gran experiencia, un gran esfuerzo. Encontramos gente y colegas que nos apoyaron realmente muy bien y el esfuerzo del niño número 100, por supuesto, se nos ve como aumentado por el grupo de trabajo, que es fundamental, y por el esfuerzo que hemos hecho para venir acá.

EC - El 100 ya pasó, ya es historia.

JCRB - Exacto.

EC - ¿Qué número es éste que tenemos acá?

JCRB - Este es como el 104, 105… Es el último nacido en Salto.

EC - Les voy a contar a los oyentes, no sé si se imaginan la escena, pero en la mesa, junto a los dos representantes del Cerhin, se encuentran por un lado Pablo (31 años) y Rosario (32), están casados y han sido pacientes del Cerhin; pero aquí está también Joaquín, atrás de mi silla está el “zapato” [cuna] y dentro Joaquín, con sus flamantes 19 días, supongo que dormido.

ROSARIO:
Sí, plácidamente dormido. Le gusta el ruido.

EC - Francamente es un acontecimiento en la historia del programa: nunca habíamos tenido un bebé de 19 días a nuestros pies.

¿Por qué se instala el Cerhin en la ciudad de Salto; cómo fue la gestación del instituto en el año 1997?

JCRB - Con la doctora Vernocchi, fiel amiga y colega, se nos ocurrió montar un centro –ya que había dos y en ese momento se gestaba otro en la ciudad de Montevideo– en un departamento del interior. Se nos ocurrió Salto por muchas cosas. Una por un problema de amistad con los colegas; y porque Salto tiene todo lo que es necesario para alojar a una pareja que viene a hacerse un procedimiento sumamente cargado de estrés y afectividad –tiene las termas, tiene una infraestructura hotelera– y además está en un lugar estratégico por Argentina y Brasil.

EC - Ustedes apostaban no solamente al interior, sino a quienes pudieran buscar este tipo de apoyo desde los países vecinos. Cuando presentan el centro ustedes dicen que es el único instituto de estas características en un radio de 500 quilómetros. Inicialmente uno piensa en 500 quilómetros hacia adentro de Uruguay; pero resulta que 500 quilómetros hacia afuera tampoco hay. ¿Esa apuesta a la región ha ido mostrándose viable?

JCRB - En el inicio sí, por supuesto; después el tema económico de la región hizo que haya disminuido el número de pacientes, pero ahora comenzamos nuevamente en forma económicamente competitiva y creo que nuevamente vamos a tener pacientes. Es más, ya para el próximo ciclo tenemos pacientes argentinas.

EC - Silvia, ¿cuántas personas trabajan en Cerhin?

SILVIA STERLA:
Tenemos un cuerpo médico en Salto, que apoya; están los codirectores; en el laboratorio tenemos otra persona que colabora; en Montevideo tenemos un técnico que trabaja para el Laboratorio de Cerhin… O sea que en total somos unas siete u ocho personas en el equipo.

EC - Hay un nombre que tiene mucho que ver con este proyecto, que es el doctor Oehninger, una especie de alma máter de esta experiencia.

JCRB - Es un pionero de quien tomamos el ejemplo para venir a Salto. Fue pionero en Estados Unidos.

EC - Ubiquemos al doctor Oehninger.

JCRB - En este momento es el director del Jones Institute, que funciona en la ciudad de Norfolk, en Virginia; es un instituto universitario. Es el primer centro de fecundación in vitro en Estados Unidos, tercero en el mundo. El doctor Oehninger comenzó su carrera como ginecólogo en Montevideo y desarrolló toda la parte de reproducción en el Jones Institute; ahora es el director. Yo lo destaco: que venga el doctor Oehninger a Salto es que venga un referente mundial de la reproducción a trabajar con nosotros.

EC - ¿Cuántas veces por año viene, y para qué?

JCRB - Es el supervisor y coordinador de los ciclos de fecundación in vitro; viene dos veces al año, en junio y diciembre. Junto con él viene una bióloga, Estela Jones, que es la que supervisa el laboratorio y los temas de micromanipulación y subdirectora de ese instituto.

EC - El público, los pacientes de Cerhin, ¿cómo se reparten entre Montevideo y el interior?

SS - Seguimos la proporción que tiene nuestro país: la mayoría viene del Sur, pero tenemos representantes de todos los departamentos, absolutamente, que han estado aquí.

EC - Que la mayoría venga del Sur no me resulta menor; podría pensarse que la gente de la capital o de la zona cercana a Montevideo iba a tener tendencia a atenderse en los centros en Montevideo.

SS - Es importante la metodología de trabajo. Nosotros trabajamos por ciclos, en grupo y las pacientes se ven apoyadas por psicólogas sociales que trabajan con ellas. Estar en grupo es muy importante porque cuando uno pasa por un tratamiento de este tipo es una sensación estresante, angustiante, tenés una expectativa muy grande, y tener a otras personas que están pasando por lo mismo te ayuda muchísimo. Todas las pacientes a las cuales les pedimos su evaluación al finalizar el ciclo, lo hacen positivamente; venir a Salto también. Eso nos ha ayudado; el boca a boca influye bastante.

JCRB - Diría más: el 90 por ciento de los pacientes viene de Montevideo. Es un porcentaje muy alto y para ellos nunca venir a Salto nunca ha sido un problema; los grupos de psicología social se forman en Montevideo, se retoman aquí y generalmente la evaluación es que los pacientes nos dicen: “No se vayan de Salto”. Es tan así que estamos ubicados en la hotelería junto con ellos, o sea que es una comunicación donde todos estamos viviendo lo mismo.

EC - ¿Dónde queda el Centro? ¿Dónde se realizan las actividades principales cuando los pacientes llegan a Salto?

JCRB - La actividad del Laboratorio de Embriología es en el Sanatorio Uruguay y nos alojamos en la Posada del Siglo XIX, donde se forman los grupos, los grupos de psicología social se reúnen con ellos allí, tomamos mate en las piscinas… Es un clima que realmente distiende. Como decía Silvia, el tema de la fecundación in vitro, aparte del costo –es enteramente privado, lamentablemente–, es muy estresante. Por ejemplo, que las pacientes tengan que saber resultados –cantidad de embriones, calidad de embriones–, es muy estresante. En este entorno –belleza, árboles, piscinas– se provoca la distensión. Y la ayuda de la psicología social es fundamental.

EC - Vamos a Pablo y Rosario, flamantes padres de Joaquín. Cuenten cómo fue la experiencia.

PABLO:
Como nosotros vivimos en Salto, parte de lo que decían Silvia y Rodríguez Buzzi no lo vivimos. Nosotros tenemos una distensión especial porque están la familia, los amigos, mucha gente que nos acompañó en el tema.

EC - ¿Qué técnica se utilizó en ustedes?

P - Fertilización in vitro. Se colectaron óvulos, hubo fertilización en vitro, después se transfirieron los embriones y por suerte y gracias a Dios prendió uno.

EC - ¿Cuánto tiempo estuvieron en esta relación con el Cerhin? ¿En qué medida fue una vivencia pasable; cómo vivieron esto que comentaban los profesionales?

R - Tuvimos suerte; recuerdo que el 30 de noviembre –el día de mi cumpleaños, me acuerdo patente– yo estaba en el campo con Pablo y decidimos: es ahora. No queríamos dejar pasar más tiempo. Me vine desde Cerro Largo sola porque tenía que empezar con mis inyecciones; tuvimos la suerte de que el 22 de diciembre me estaban haciendo la transferencia y el 3 de enero me enteré de que estaba embarazada. Tuvimos suerte porque fue el primer ciclo que entramos; encima de todo tenemos algunos esperándonos todavía, para el próximo ciclo que queramos hacer.

EC - Trabajan en ciclos; ¿cómo es esto?

JCRB - Preparamos el grupo de pacientes para junio y diciembre. Los pacientes eligen cuál es el mejor momento para ellos. Allí se preparan, se hace un timing de la ovulación de ellas, con medicación, y en 12-14 días se trabaja en Salto, se realizan las recuperaciones de esos óvulos, las fertilización y la formación de los embriones que se van a transferir después.

¿Por qué dos ciclos y esa fecha? Porque en esos momentos vienen el doctor Oehninger y Estela Jones a supervisar el trabajo.

EC - Son los momentos en los que los pacientes peregrinan a Salto. Ustedes usan ese término, ¿no?

JCRB - Es una hermosa palabra porque la peregrinación implica ir a la búsqueda de algo muy bueno. Es el esfuerzo de venir de Montevideo y lograr su esperanza aquí.

EC - ¿Cuáles son las técnicas que ustedes tienen disponibles?

JCRB - Tenemos las técnicas que se realizan a nivel mundial. La fecundación in vitro estándar implica la unión del óvulo y el espermatozoide en un platillo –dish–; allí esperamos 48 horas la formación del embrión. Y tenemos las técnicas llamadas de micromanipulación, para factores masculinos muy severos o para factores azoospérmicos –no hay espermatozoides-, se hace una biopsia testicular, se capta el espermatozoide y se lo introduce dentro del óvulo. Esta técnica, que tiene ocho años, hace dos dejó de ser una técnica experimental para los estadounidenses, ahora es una técnica común en medicina. Nosotros empezamos a aplicarla hace cinco años, o sea que una vez que se comenzó rápidamente la aplicamos, con buenos resultados. Las tasas de fertilidad que se obtiene con fertilización in vitro estándar o con ésta son las mismas. O sea que el factor masculino prácticamente no incide en el embarazo.

EC - ¿Qué planes tienen de aquí en adelante? Estamos hablando de una institución con seis años de vida.

JCRB - Lo fundamental es seguir manteniéndonos; eso es muy duro en este país. Estos son grupos enteramente privados, no tenemos el apoyo del Estado ni de ninguna institución. Estamos muy relacionados con Femi, pero no tenemos ayuda económica para alguna derivación de pacientes.

Estamos posicionados en el medio, queremos seguir; nuestros técnicos ahora vienen de hacer cursos en el exterior; estamos teniendo la última tecnología de Norfolk actualizada cada seis meses. Cuando comenzamos a transferir embriones comenzamos con una técnica que hoy ha cambiado de forma radical. Obviamente, no podemos hacer investigación –por el escaso número que tenemos–, pero aplicamos técnicas de otros centros de primer nivel, como el Jones.

EC - En el caso de Pablo y Rosario, ¿cuáles son los planes? ¿Vendrán otros?

P - Sin duda que sí. Primero vamos a tratar de criar a este nuevo retoño; las satisfacciones son enormes… Rosario ya quiere encargar otro, así que…

EC - ¿Pasarían por el mismo tratamiento? ¿No dejó secuelas, inconvenientes, traumas, problemas…?

R - No, para nada.

EC - ¿Lo recomiendan?

P y R - Sí.

R - Hablando con amigos que nos hicimos aquí, en el ciclo, que venían de otros tratamientos, ellos destacaron mucho el trato humano y el trato directo con los médicos. Uno los ve todos los días, habla por teléfono, porque tiene que estar todos los días con la medicación, que te la van cambiando a medida que te hacen los análisis de sangre. Hay que destacar el trato que han tenido con nosotros, porque realmente es muy humano.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón

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