18.12.2005














Atrasos en rubros para ciencia y tecnología

Presidente del Consejo Directivo del I. Clemente Estable, Rodolfo Wettstein: No se ha convocado a investigadores por tres años, pese a que el costo es de $11: por año; el Fondo Clemente Estable tiene un atraso no menor al 25 – 30%. Los gobernantes piensan que la investigación es un lujo para cuando el país sea rico, y está demostrado que es al contrario.



EN PERSPECTIVA
Martes 14.10.03, 08.40.

EMILIANO COTELO:
El ministro de Educación y Cultura (MEC), Leonardo Guzmán, reconoció ayer en el Parlamento, en la Comisión de Ciencia y Tecnología, la preocupación de su cartera por la reducción y el atraso en la entrega de fondos destinados a programas de investigación. Legisladores integrantes de la comisión dijeron que realizarán una gestión directa ante el ministro de Economía, Isaac Alfie, antes de recorrer otras instancias parlamentarias. Luego podría resolverse la convocatoria de Alfie para que responda qué sucede con el dinero que estaba previsto destinar a ese tipo de programas.

Para conocer más detalles de esta situación vamos a dialogar con el profesor Rodolfo Wettstein, presidente del Consejo Directivo del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE). El IIBCE depende, justamente, del MEC.

RODOLFO WETTSTEIN:
Sí, somos una unidad ejecutora del MEC.

EC - ¿Es una de las instituciones afectadas por el retraso en la entrega de los fondos?

RW - Sí; yo diría que somos menos afectados en forma directa, porque los rubros que mantienen el funcionamiento de nuestro instituto en realidad no han tenido un retraso grave durante el ejercicio de este año. Sin embargo el instituto, como todas las instituciones que participan de lo que podríamos llamar la comunidad científica de Uruguay, está viviendo una grave crisis, originada por un lado en el retraso de la ejecución de los rubros presupuestales, en aquellos puntos en los cuales el Estado invierte dinero en este campo, y por otro en la exigüidad de esos fondos. Cuando el mundo vive la etapa de la economía del conocimiento, nuestro país es de los que invierten menos en ciencia y tecnología en relación al PBI, a sus ingresos totales. Estamos por debajo del 0,25 por ciento del PBI y estamos entre los países de menor inversión en este campo, no ya comparándonos con el hemisferio Norte, sino dentro de la propia América Latina. Eso es extremadamente grave.

Como miembros de la comunidad científica entendemos que no se puede lograr el desarrollo, no ya el desarrollo cultural, el patrimonio cultural que genera la producción de conocimiento original, sino el desarrollo material de un país sin una fuerte inversión en este campo. Resalto la palabra “inversión”, porque a lo largo de muchos años hemos vivido en la opinión de muchos políticos y gobernantes de que para un país pequeño hacer ciencia es un lujo al cual se llega después del desarrollo material. La realidad histórica del mundo ha demostrado que, justamente, se llega al desarrollo material a través de la inversión en ciencia y tecnología, de la incorporación de conocimiento que permite el aumento de la productividad, de la competitividad de los productos exportables y sobre todo del aumento del valor agregado de esos productos.

EC - En esta materia el diálogo entre la comunidad científica y los gobiernos no ha sido fácil, no ha sido sencillo lograr acercamientos. Este tipo de cuestiones está sobre la mesa… ¿desde hace cuánto tiempo?

RW - Desde el punto de vista teórico han estado permanentemente; no han tenido una respuesta que se refleje en las prioridades, sobre todo en las prioridades presupuestales. Don Clemente Estable decía hace muchos años que el país tenía políticos que se dedicaban a apagar los incendios, pero que se iba quedando sin estadistas. Es necesario en un país como el nuestro, con las crisis que hemos vivido, apagar los incendios desde el punto de vista social, pero también es necesario que el país piense, invierta y obre en función del desarrollo futuro, pensando en el futuro, más allá de los períodos electorales y de los intereses político-partidarios. Justamente, lo que podemos llamar el área científico-tecnológica debería ser un área de coincidencia en la manera de pensar de los partidos políticos y el país debería tener una política de Estado en la materia. No lo hemos logrado todavía, lo que seguramente es un reflejo de nuestra forma de subdesarrollo.

EC - ¿Hay alguna instancia en la que esto todavía pueda discutirse? No me refiero a lo puntual de estos últimos meses, a los atrasos; me refiero a lo estructural.

RW - Sí; trabajamos siempre con la esperanza de poder explicarle a la sociedad en primer lugar, con la ayuda de los comunicadores, a través de la educación y a través del diálogo con gobernantes y políticos, la importancia de invertir en este campo, de hacer una fuerte inversión; porque lo vemos como una necesidad permanente, es parte de nuestro trabajo.

EC - ¿Hay alguna oportunidad más o menos cercana en el horizonte para volver a discutir esto a nivel de las autoridades políticas?

RW - Tenemos un buen diálogo y creo que hay una comprensión de la importancia del problema por parte del actual ministro de Educación y Cultura; hay instancias de diálogo frecuentes con la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado de la República; y diría que hay una permeabilidad mayor por parte de un número importante de parlamentarios en cuanto a tratar de revertir esta situación que entendemos es urgente. Una primera medida que estamos reclamando y explicando es que se salde los atrasos, que se cumplan los compromisos que el propio Presupuesto Nacional ha asignado a diferentes rubros, como el Fondo Clemente Estable (FCE), el Fondo Nacional de Investigadores (FNI)…

EC - ¿Qué orden de atrasos hay, por ejemplo, en el FNI?

RW - Tenemos un atraso gravísimo porque ni siquiera se ha llamado a los períodos 2002, 2003 y este año se debería haber llamado para 2004; quiere decir que llevamos tres años sin que el rubro entero se esté ejecutando.

EC - O sea que hay tres años de atraso.

RW - Sí.

EC - ¿De qué monto anual estamos hablando?

RW - Del orden de los 11 millones de pesos por año.

EC - No son cifras descabelladas.

RW - No; si pensamos en un país que ha invertido 1.100 millones de dólares en un sistema financiero expoliado, son muy pequeñas las cifras necesarias para empezar a mejorar y dar una señal positiva, de aliento, a una generación de jóvenes investigadores que estamos perdiendo en este momento.

EC - ¿Cuál es el atraso en el caso del FCE?

RW - En el caso del FCE el porcentaje de atraso es bastante grande, es de por lo menos un 25-30 por ciento. En la contrapartida del préstamo BID para ciencia y tecnología el atraso es tremendamente importante, las cifras totales aportadas por la Dirección Nacional de Ciencia y Tecnología (Dinacyt), del MEC, por vía del recorte presupuestal respecto de lo asignado están en el orden de los 8 millones de dólares, de los cuales el componente mayor es el atraso en las contrapartidas al préstamo BID.

Más allá de eso, que sería cumplir con los compromisos presupuestales ya establecidos, estamos planteando la necesidad de lograr un refuerzo en varios de estos rubros, de manera de dar una señal, por un lado una señal positiva a los investigadores jóvenes que les permita mantener la esperanza y seguir trabajando en el país, y por otro crear instrumentos que permitan dedicar este esfuerzo a la generación de investigadores jóvenes, porque es con ellos que se va a construir el nuevo país en el futuro. No podemos darnos el lujo de seguir perdiendo una generación de científicos que se han formado con el esfuerzo muy significativo de la comunidad científica y del propio Estado a través del Programa de Desarrollo de Ciencias Básicas (Pedeciba).

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón

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