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DESGARRAMIENTO AL PARTIR, SERIOS PROBLEMAS AL LLEGAR
Los uruguayos siguen emigrando
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Desde España, crónica de Mauricio Rabuffetti sobre un vuelo en el “viaje del adiós”. Desde estudios, el vicepresidente de la Casa Uruguay en Madrid, ingeniero Daniel Bilinis (foto), advierte sobre las dificultades que esperan en aquel país. Con una desocupación de más de 8%, “tienen problemas los propios españoles”. Incluso los inmigrantes documentados son discriminados, y la ley de extranjería dispone perseguir a los indocumentados. “Si de todos modos alguien insiste en ir, que vaya solo”, porque las condiciones de vida pueden ser insoportables para la familia.
EN PERSPECTIVA
Miércoles 15.10.03, 08.46.
EMILIANO COTELO:
La emigración no se detiene. La fuga de uruguayos en busca de un destino mejor fuera del país tuvo su punto alto –incluso de mayor cobertura mediática– a fines del año pasado y principios del este 2003.
Sin embargo, aún hoy, calladamente, la sangría continúa. Dos muestras, nada más.
Hace apenas una semana un amigo de 45 años me contó, sorpresivamente, que tiene pronto para instalarse en Estados Unidos y que a fin de mes se va con su esposa y su hija.
Pero no sólo Estados Unidos. También sigue vigente el otro destino tradicional de los emigrantes uruguayos de los últimos tiempos, España. Pudo comprobarlo en carne propia un periodista de En Perspectiva, Mauricio Rabuffetti. El domingo viajaba por motivos personales a Europa, y cuando quiso acordar se dio cuenta de que le tocaba uno de los “vuelos del adiós”, el 802 de Pluna de los domingos, Montevideo - Madrid.
La experiencia lo impresionó tanto que, apenas llegó a destino, nos llamó para contarnos lo que acababa de vivir.
A mí me pareció que valía compartir esas vivencias con la audiencia de nuestro programa. Saliendo de los números, saliendo de la frialdad de un reporte periodístico convencional, averiguar cómo transcurre ese momento tan fuerte en el que ese compatriota efectivamente se separa de su país y de sus seres queridos. ¿Qué pasa en Carrasco? ¿Cómo transcurre el viaje en ese avión tan particular? ¿Cómo es la llegada al aeropuerto de Barajas? Vamos a dialogar con Mauricio Rabuffetti, comentarista de temas internacionales en nuestro programa.
Mauricio, buenas tardes para ti.
MAURICIO RABUFFETTI:
Sí; aquí son las dos menos diez de la tarde en Madrid.
EC - Tú viajaste hace algunos días en uno de los vuelos de Pluna a Madrid. Es un vuelo con características muy especiales...
MR - Sin duda es un vuelo muy, muy especial. Es un vuelo en el que, como tú decías, suelen verse cosas muy particulares, que en lo personal realmente me impresionaron mucho. Desde el ingreso a Carrasco, para quienes estamos un poco acostumbrados porque viajamos con determinada frecuencia por motivos laborales, el día en el cual se va un vuelo de Pluna suele marcar situaciones diferentes, muy especiales.
Yo personalmente tenía que abordar este vuelo de Pluna el domingo y desde el ingreso al aeropuerto las imágenes que vi fueron… no exagero si te digo que fueron desgarradoras. Muchas madres con niños saliendo del aeropuerto, llorando, mucha gente abrazándose y un enorme tumulto delante del hall de entrada, algo bastante común en estos días, según me explicaron.
Estos vuelos de Pluna –en particular los de Pluna– marcan jornadas muy especiales.
EC - ¿Por qué dices que son jornadas especiales?
MR - Quizás debí decir jornadas tristes, días tristes. Desde que entré al aeropuerto vi gente saliendo, gente abrazada, gente muy humilde, notoriamente gente muy humilde, abrazada. Cuando entré al hall a hacer el check-in me encontré con un tumulto de unas 300 personas tirando papelitos, sacudiendo banderas de Uruguay, cantando “No se va, Fabián no se va”, “No se va, Rosana no se va”, ese tipo de cosas. Además escenas bastante fuertes, como por ejemplo madres que se desmayan, algunas que casi se desmayan, sostenidas por hermanos de quienes emigran, abrazos interminables, personas que tratan de prolongar lo más posible ese momento antes de entrar en la sala de embarque, donde ya no ven a sus seres queridos, donde de verdad se marca la ruptura que muchos me contaban que esperaban desde hace meses, en algunos casos.
EC - ¿Qué ocurre después, una vez que ese uruguayo que está emigrando en ese momento atraviesa la puerta de acceso a la sala de embarque?
MR - Esa es la parte que no se ve, es la parte que yo en lo personal nunca había percibido. Alguna vez había visto lo que ocurría antes, pero no en la sala de embarque. Cuando hacías la introducción escuchaba la canción de Ruben Rada… y después te voy a contar por qué me impresionó esa canción. Tuve un diálogo muy breve con la gente que sellaba el pasaporte dentro de la sala de embarque…
EC - Los funcionarios de Migraciones del aeropuerto.
MR - Exactamente. La señora que me tomó los datos me decía “Esto siempre es así, y hoy no es nada” (había unas 300 personas afuera). Me contaba que alguna vez la gente se ha desbordado hacia adentro de la sala de embarque. Las escenas que se ven dentro del hall son bastante fuertes. Recuerdo a un amigo consolando a otro que no podía parar de llorar; a una mamá que estaba con su marido y su nena, los cuentos que le hacía a la nena –se iban, después me explicaron que emigraban–, y la niña no paró de llorar en todo el viaje… Esto era un preludio de que se vería después en el avión. Además ocurren cosas que no se ven en otros vuelos, como por ejemplo empresas de envío de dinero entregando folletos y explicándote cómo es el sistema para que tú puedas enviarle dinero desde otro país a tu familia.
EC - ¿Eso ocurre en la propia sala de embarque?
MR - En la propia sala de embarque tenés empresas que te explican eso; me consta, por experiencia propia, que no ocurre lo mismo en todos los vuelos que salen de Carrasco.
EC - Tú señalabas que has viajado bastante; comparando con experiencias anteriores, ¿qué características particulares dirías que tiene este vuelo de Pluna por dentro, cómo es la cosa dentro del avión?
MR - Te lo cuento con la anécdota que de alguna forma fue lo que más me impresionó. Tú ponías esa canción de Ruben Rada que dice “Hoy puedo ver todo lo bueno que hay aquí, añorar las tradiciones que hacen grande a mi país”. Con toda la carga emocional que esa canción tiene para los uruguayos, cuando entré al avión con mucha gente que después me enteraría que se iba, que había decidido emigrar, fue la canción que recibió a la gente en el avión… En ese momento hubo gente que se desarmó. Me consta que se desarmó, la vi llorar, mujeres, mujeres mayores… Recuerdo perfectamente un matrimonio, el hombre abrazó a su pareja; ellos se iban, dejaban el país… Y los comentarios que se escuchaban sobre esas canciones, que fueron seguidas por otras de Jorge Drexler, de La Vela Puerta y otros grupos uruguayos.
EC - Claro, se supone que esa música está puesta como ambiente en el avión, como forma de reforzar la identidad de la compañía aérea, pero que en ese contexto tan especial tiene un efecto… no sé si calculado, pero muy duro sin dura.
MR - Creo que la palabra es que tiene un efecto matador. Yo vi a gente sentarse y agarrarse la cabeza y ponerse a llorar dentro del avión; gente que de repente había visto tranquila después de la sala de embarque, se agarraba los ojos porque esa canción… es la que marca la llegada y la salida, el desembarco aquí en Madrid. En ese momento, cuando mucha gente viene con las banderas uruguayas colgadas o con camisas que dicen “Montevideo”, camisas de su grupo de rock, alguna gente que se va con la camisa de Peñarol, Nacional o Defensor –el equipo que sea–, esa canción en particular tiene un efecto realmente mortal sobre la gente.
EC - ¿Después cómo continúa el vuelo?
MR - Una cosa muy llamativa… Porque después de ver todo esto empecé a ponerme más atento… Cuando las azafatas preguntaron por el altoparlante del avión quién se quedaba en Rio de Janeiro, que es la escala del vuelo de Pluna, te diría que no fueron más de ocho, nueve, diez personas, según un cálculo a vuelo de pájaro, las que se quedaron. La mayor parte de la gente iba a Madrid. Hablé con algunos, no con todos, pero uno empieza a ver ciertas características por las cuales comienza a pensar que esa gente puede estar emigrando. Había por lo menos unas 15 personas que estaban volando para una estancia bastante prolongada aquí en España.
EC - ¿Cuáles eran los comentarios?
MR - Comentarios que escuché lateral o directamente: “Se comenta que un mozo gana tanto en Madrid”, “Se comenta que un mozo gana tanto en Barcelona”, “Se dice que si trabajás en la construcción podés ganar determinada cantidad de dinero”, “Tengo mi hermano allá y por eso me voy, a ver qué pasa”, “Me voy de vacaciones y voy a ver qué pinta”, “Yo tengo un amigo que me va a alojar”... Son dichos que luego se repiten entre los uruguayos en las calles de Madrid. El “se dice que”, todo lo que se transmite verbalmente es muy importante y se percibe incluso entre los uruguayos que uno encuentra por casualidad.
De todos modos lo que me pareció más dramático fue la llegada, otra vez con la música de Ruben Rada. Otra cosa que me pareció un detalle muy interesante –mucha gente lo percibió así– fue que, al bajar del avión, lo que Pluna te regala es un caramelo Zabala.
EC - Como para reforzar todavía más el sacudón.
MR - Hubo un uruguayo que vive hace bastantes años en el exterior –no vive en Madrid–, que me dijo: “Yo a este no me lo como, me lo guardo”.
EC - ¿Cómo es el trámite en el aeropuerto mismo, en Barajas?
MR - En ese momento sube la adrenalina, notoriamente. Tú ves que la gente –alguna gente, la que uno piensa que puede estar emigrando o la que te consta que está emigrando– se pone más nerviosa. Porque tenemos dos o tres tipos de inmigrantes: los que viajan con pasaporte comunitario, que son uruguayos pero con ascendencia italiana, española o lo que sea, que no tienen problemas; luego están los que viajan como turistas pero para quedarse; y los que viajan con un trabajo preacordado. Los dos últimos son los que pueden llegar a tener más problemas. En ese momento del control policial y de aduana es cuando sube la adrenalina.
Por otro lado ocurre una cosa bastante curiosa, porque existen dos filas, la de los comunitarios y la de los extracomunitarios. Los extracomunitarios pueden tener que soportar varias horas. No fue mi caso, pero sí el de alguna que me lo contó. Fijate cómo será el susto que muchas de las personas con las que hablé me contaban que existen estrategias para preparar el viaje, para que no sospechen que la persona quiere quedarse en Madrid.
EC - Estrategias para preparar el equipaje, por ejemplo.
MR - Por ejemplo. Algunos me contaban que viajan con poca ropa, sólo lo necesario para estar unos meses; otros me decían que viajan con ropa de estación, cosa de no despertar sospechas trayendo, por ejemplo, camperas en verano o remeras de manga corta en invierno. Algunos incluso habían sacado el pasaporte recién y habían hecho algún viajecito a Buenos Aires como para despistar, como para que no se pensara que sacó el pasaporte para emigrar. Otras personas me comentaban que vienen con su estado de cuenta bancaria porque tienen miedo, a pesar de que no se van a quedar, de que crean que sí lo van a hacer. De alguna forma existe un perfil del uruguayo que emigra: es una persona relativamente joven en general, muchas veces soltera, a veces con hijos; aunque yo vi de todo: personas de 27, 28, de 19 años; vi madres con hijos solas, vi familias y gente adulta de unos 40, 41 años que estaba despidiéndose.
En ese momento empiezan los controles. Una cosa que me llamó poderosamente la atención fue una mamá que se iba con sus dos bebés, que llegó a Barajas y en las manos llevaba todo en bolsitas de un supermercado de Uruguay.
EC - Dos palabras sobre lo que te encontraste luego, en las calles.
MR - No es muy difícil encontrar uruguayos en Madrid, si bien son una minoría que no se refleja en las estadísticas. En este momento específicamente en Madrid el tema inmigratorio está muy metido en la campaña electoral. Uno encuentra uruguayos por todos lados: encontré uruguayos atendiendo comercios, la mayoría de los que vi como mozos de bares, algunos de ellos con títulos universitarios; encontré uruguayos tocando la guitarra por la calle. Ayer iba por un parque y escuché una canción de La Vela Puerca tocada por guitarra y cantada con acento español; por supuesto que me detuve, me puse a hablar y uno de los muchachos era uruguayos y vivía de lo que le daba la gente por tocar la guitarra.
Lo que más me impacta del diálogo que tuve con ellos es lo informados que están de lo que está pasando en Uruguay. Eso a pesar de que la mayoría me dijo que por ahora no tiene condiciones materiales, económicas, para regresar; te dicen textualmente: “En Uruguay, ¿qué voy a hacer?”. Eso es lo que más me ha impresionado de los diálogos que sostuve en las calles de Madrid con uruguayos que fui encontrando sin buscarlos, con familias enteras instaladas aquí.
***
EMILIANO COTELO:
¿Cómo viven hoy los uruguayos que emigraron a España? ¿Cómo ha evolucionado este fenómeno en los últimos meses? El Congreso español acaba de aprobar una reforma a la ley de Extranjería dirigida a establecer nuevos controles que permitan hacer un seguimiento más severo de quienes ingresan a ese país. ¿Qué impacto tendrán esos cambios sobre las posibilidades de inserción de los compatriotas emigrantes en la sociedad española? Sobre estos temas, vamos a conversar con el ingeniero Daniel Bilinis. Quien tiene 49 años y hace un año que vive en Madrid.
DANIEL BILINIS:
Sí, un año.
EC - Tú tienes pasaporte comunitario.
DB - Sí, griego.
EC - O sea que te has enfrentado con menos dificultades que otros.
DB - Bastantes menos.
EC - ¿En qué trabajas?
DB - En este momento estoy en una empresa de venta de maquinaria de gastronomía y administro una empresa. A pesar de que no figuro como administrador, administro la empresa. Es una de las tantas características que sufre un uruguayo en Madrid.
EC - No figuras como administrador, que es tu tarea real. ¿Cómo figuras?
DB - Como telefonista.
EC - Eres vicepresidente de la Casa Uruguay en Madrid. Recordemos qué es esa institución.
DB – Hace ocho años, un grupo de uruguayos que llegaron en la primera oleada de emigración del Uruguay se juntaron y quisieron formar un club para reunirse, para tomar mate, que es una terapia muy importante –aunque no lo crean, es muy importante para el uruguayo allá; esté bien o esté mal: lo necesita–, para comentar cosas del país... Así surge una asociación civil que hoy es Casa Uruguay, que tiene sus socios en una cantidad bastante importante, y gente que sin ser socia participa, quiere estar en las últimas actividades... En este momento hay varias actividades sociales. Se trata de estar juntos, compartir las cosas, muchas veces compartir dolores, si alguien está bajoneado tratamos de alentarlo… Eso nos toca a todos, no sólo a los que en algún momento tratamos de alentar, gente que llega a último momento, desinformada –después podríamos hablar de este tema, es muy importante. En sí es festejar fiestas; el tema es reunirnos, compartir en un lugar tan lejos.
EC - Esta corriente emigratoria tuvo un punto alto durante los peores momentos de la crisis del año pasado, pero la tendencia se mantiene. La crónica de Mauricio recién era bastante clara en ese sentido, sobre el vuelo de Pluna del domingo pasado. ¿Cómo evalúan ustedes la intensidad de la emigración hacia España hoy por hoy?
DB - Te aclaro que la nota de Mauricio no solamente fue clara, sino que para mí, que estoy aquí ahora, fue muy emocionante. Lo que dijo es lo que ocurre.
Es cierto que el uruguayo emigró el año pasado en una cantidad muy importante, pero entre marzo y junio de este año también hubo una cantidad importante; como el invierno se aproxima en España, en Madrid va a ser muy bravo el frío, de alguna manera puede llegar a calmar la oleada de ida de los uruguayos. De cualquier manera hay una desesperación muy grande por irse.
EC - Todavía.
DB - Todavía; esperamos mucha gente. También hay que ver en qué condiciones se van.
EC - ¿Qué tipo de uruguayo está emigrando hoy a España?
DB - Desde la gente humilde, como decía Mauricio, hasta profesionales. Encontramos gente mayor de 40 años, y bastantes; el joven está en primer lugar, es el primero que piensa en viajar; pero ya hoy por hoy jefes de familia con más de 40 años quieren trasladarse buscando algo más. Lo importante es que –me gustaría recalcar esto– vayan solos. Es muy importante eso.
EC - ¿Cómo es eso?
DB – Antes de comenzar me decías que querían saber en qué condiciones está el uruguayo en Madrid. Te diría que regular, de regular para abajo. Encontramos uruguayos viviendo en plazas públicas, porque se quedaron sin plata para pagar una pensión.
EC - ¿Hay muchos de estos uruguayos que se van sin nada más o menos organizado, a lo que salga?
DB - Sí, sí. Te digo más: nos llaman por teléfono a veces, incluso a teléfonos particulares, porque llegan a averiguarlos, nos preguntan cómo está allá, les decimos la verdad y nos dicen: “Igualmente nos vamos”. Tú podés decir: ¿entonces para qué llaman? Simplemente forma parte de esa emoción, de esa desesperación por dejar algo y encontrar algo por allá, que lamentablemente no encuentran.
EC - Vayamos a las dificultades que encuentran los extranjeros que pretenden radicarse en España, en particular los uruguayos. Tú estabas empezando la descripción.
DB - Tenemos que empezar diciendo (Mauricio lo señalaba) que hay dos filas en el aeropuerto de Barajas. Una de los comunitarios -en esa fila estuve yo–, que va rápido, sales rápido de ahí, los nervios son mucho menos. De cualquier manera el uruguayo comunitario no deja los nervios, los tiene. Dejó la emoción de la despedida, que es muy fuerte, el desarraigo es tremendo, pero allá tienes que enfrentar la situación, los nervios son de otro tipo.
Está la otra fila y comienzan las dificultades. Ya comienzan las dificultades, ahí mismo.
EC - En el aeropuerto.
DB - Te doy un ejemplo muy concreto: hay funcionarios del aeropuerto, de una empresa particular, que son uruguayos y han visto casos –incluso integran Casa Uruguay– en que son sacados de las filas muchos uruguayos, jefes de familia que en ese momento están con su familia, o sea con su señora y sus hijos, lo sacan a él y las autoridades deciden deportarlo porque averiguan o tan sólo consideran que va a quedarse a trabajar, y la familia queda sola en la fila y tiene que seguir el camino.
EC - ¿Qué pasa después, en la calle, en la de todos los días?
DB - En la de todos los días se empieza primero a buscar el lugar donde se va a vivir. Quizás tenga un pariente, un amigo, pero la experiencia es que tanto con el pariente como con el amigo se quedan muy poco tiempo, porque les resulta difícil enfrentar la realidad. El que está desde hace tiempo ya está habituado, la sufre de otra forma; pero el que recién llega no acepta algunas cosas. No las acepta hasta el punto de que no puede entender cómo pudo ir tan desinformado, llegar allá pensando encontrar un panorama y encontrar otro muy negativo.
EC - ¿Alquilar un apartamento, por ejemplo, es algo sencillo?
DB - No, no. Y no sólo en la parte económica –que es bastante difícil–, sino que es difícil simplemente el trámite del alquiler. Te piden uno o dos meses de depósito –le llaman fianza–, algunos llegan a pedir aparte un aval bancario o garantía propietaria. Vamos a suponer que eso se consigue, que alguien tenga dinero, el aval bancario, que un amigo le salga de garantía, pero lo peor es la reacción del que le va a alquilar. La reacción por lo general es que no quiere inmigrantes en su casa. Hemos hecho la experiencia: llama alguien con acento nuestro, intenta alquilar, le dicen que ya está alquilado, que lamentablemente el departamento está para otra persona, pero hacemos llamar a un español a quien el propietario, la propietaria o la misma inmobiliaria le dicen que cómo no, que vaya a verlo, que lo esperan y arreglan.
EC - Tú hacías una exhortación muy enfática: que los que se largan, los que van a esta aventura, que ya anticipas que es dura, vayan solos, no con la familia. ¿Por qué?
DB - Porque hemos vivido experiencias que no queremos repetir. Pero de cualquier manera se piensa que por la falta de información que existe, porque aunque podamos hablar largo y tendido sobre la situación negativa que pueden encontrar, hay uruguayos que todavía no nos escuchan. Lo encontramos lógico, pero por otro lado, si no nos escuchan les decimos “Bueno: vayan, pero solos”. El tema está en la responsabilidad de llevar a la familia y de encontrar una solución negativa, puede llevarla a vivir en lugares precarios, en lugares que no son aptos para chicos... Aparte de todo lo que dejan acá, encuentran allá una situación que los deforma absolutamente en cuanto a familia. Conozco casos en que se ha llegado a separaciones… Esto ha cambiado, tanto emocional como socialmente al Uruguay. El interior es impresionante la soledad que en muchas ciudades se encuentra, porque la mayoría se ha ido. En la época en que se iban a Estados Unidos, sabemos muy bien que había tours organizados y se quedaban. En este momento, si Pluna lleva 500, 300 se quedan en Madrid, otro tanto en el resto de España, pero otra cosa: el resto de España no es mejor que Madrid. También hay que tenerlo claro.
EC - ¿Es fácil conseguir trabajo en negro?
DB - Diría que no, a partir de distintas enmiendas a una ley de extranjería, que de por sí ya era dura –ahora es mucho más–. El empresario o el dueño de un negocio tiene mucho temor a las multas, que son muy graves, si descubran personal que no está en regla.
EC - ¿Son actitudes más reticentes que se han acentuado en los últimos tiempos? ¿No es el mismo panorama de hace un año o dos, por ejemplo?
DB - No, no es el mismo. De cualquier manera siempre fue difícil, pero siempre había alguna que otra oportunidad. En este momento si había cinco, hoy hay dos oportunidades.
EC - ¿Los problemas son sólo para los indocumentados, o también para quienes tienen papeles en regla?
DB - El problema es también para el español, y con eso creo que te estoy diciendo todo. El trabajo no solamente escasea, sino que los sueldos, por favor: nada de lo que se habla.
EC - El desempleo en España hoy es del 8,6 por ciento de la población económicamente activa. A nosotros nos suena bajo porque estamos en el doble, pero para los términos europeos y la propia España son números alarmantes.
DB - Es importante; el porcentaje es realmente altísimo. Tienes que tomar en cuenta, por ejemplo, la cantidad de inmigrantes de otros países, que eso ha trastocado incluso el empleo del uruguayo o el argentino que estaban acostumbrados a ir de camarero, aun siendo profesionales universitarios. Hay 350 mil ecuatorianos, hay rumanos, rusos, colombianos, venezolanos, encuentras cualquier tipo de cultura dentro de la ciudad, es tremendo. A partir del 1º de enero se suman a la Comunidad Europea 10 países del Este que son los más pobres y se espera para ese momento otra oleada migratoria de cada uno de esos países hacia España.
EC - ¿Cómo son hoy en España las probabilidades de acceso al mercado laboral para los uruguayos?
DB - Son muy difíciles, incluso si tienes un trabajo… Hay contratos con vigencia de horas.
EC - ¿Cómo por hora?
DB - Sí, hay un trabajo X, puede ser en la construcción misma, que podemos decir que se paga bien, pero puede durar tres horas; y no tienen responsabilidad ninguna porque has firmado un contrato donde se especifica que es por hora, que a cada hora se te renueva. De esa manera no hay responsabilidad; por supuesto, estamos hablando de últimos casos, pero por lo general son contratos a término, contratos de obra.
EC - En la Casa Uruguay en Madrid, ¿tienen alguna cuantificación del éxito o el fracaso de los uruguayos que emigran hacia España? ¿Cuántos logran instalarse, cuántos tienen que regresar?
DB - No tenemos cifras oficiales, no podemos ni siquiera acceder a organismos oficiales que nos puedan ayudar. Tenemos la experiencia, sacamos proporciones en cuanto a la gente que podemos recibir o de la que tenemos noticias. Por lo general más del 60 por ciento está en una situación precaria. Podemos agregar un 30 por ciento que es regular; y llamo regular a llegar a fin de mes, no estoy hablando de que quede dinero para poder enviar a Uruguay y vivir tranquilos durante un mes; sino que llegan al mes. Y hay otro porcentaje de los que hace años que están, están estabilizados, pero viven como vivirían acá, normalmente, sin mucha pompa.
EC - ¿Hay un trato diferencial para los uruguayos hijos de españoles?
DB - El comunitario es tratado mejor que el mismo hijo de español. Hay experiencias propias, de casos en que aún teniendo documentos españoles –pasaporte y DNI, nuestra cédula— igualmente no se los toma como españoles. La pregunta clásica: ¿Tú naciste acá? No. No eres español.
EC - ¿Entonces dices que al uruguayo hijo de español no se lo trata bien?
DB - No, no se lo trata bien. No se trata bien a ningún inmigrante.
EC - Por más que sea hijo de español.
DB - Lamento decirlo, pero lo tengo como experiencia propia: no se lo trata bien. Hay diferencias en cuanto a países; nosotros de alguna forma, igual que los argentinos, estamos en una situación medianamente tranquila, pero de todas maneras sufrimos mucho de eso. Sufrimos.
***
EC - Desde mediados del año pasado varios países europeos han ido adoptando medidas para frenar la llegada de inmigrantes y para luchar contra las mafias del tráfico de personas, que es una de las caras negras de esta problemática. Han salido disposiciones en Austria, Italia, Dinamarca, Holanda, Reino Unido y Portugal. En junio de este año, los 15 países de la Unión Europea aprobaron un nuevo paquete de medidas para reforzar el control de las fronteras e impulsar la creación de una policía fronteriza común. Mientras se termina de perfilar esa política común, algunos países pusieron en marcha sus propias iniciativas. En España, en particular, el gobierno del Partido Popular volvió a reformar la ley de extranjería, como ya dijimos. ¿Qué impacto ha tenido esa reforma, en términos prácticos?
DB - En términos prácticos el inmigrante se siente perseguido. Ya la ley de extranjería de por sí era bastante dura, pero uno está allá, se acostumbra, trata de vivir, porque en realidad el problema va a estar mayoritariamente sobre los que piensan ir ahora, más que sobre los que ya están en España. Si hablamos de las enmiendas se va a endurecer más el tema; la ley ya está aprobada, rige a partir de enero de 2004: y se habilita al Ministerio del Interior a perseguir –esa es la palabra– al inmigrante hasta el último lugar para deportarlo. Por supuesto, estoy hablando del inmigrante ilegal. Comúnmente se dice “inmigrante” y ya se lo toma como ilegal, hay una deformación del concepto. Es ilegal aunque tenga el pasaje de vuelta: la aerolínea está obligada a denunciar a quien no use ese pasaje de vuelta (estamos hablando del que se quedó más de tres meses) y ahí comienza la búsqueda.
Y hay mucha confusión con respecto al famoso visado de tres meses al que cualquier inmigrante puede acceder, como que se le da permiso durante esos tres meses para buscar trabajo, no se lo va a perseguir, pero si no encuentra trabajo tiene que volver. Para ir va a necesitar informarse muy bien cómo va, a qué va, adónde va, porque de lo contrario se estaría en la misma condición que sin papeles y a lo que venga.
EC - En general tú destacas un endurecimiento, ¿pero cómo es esa ventana de los tres meses?
DB - Primero, está dirigida mayoritariamente a los descendientes de españoles; por otro lado, dan tres meses, como una visa de turista, durante los cuales puedes permanecer en territorio español buscando trabajo. Si lo encuentras, debes demostrarlo con un contrato, que puede ser un contrato por un año; pero terminado ese año, si no tienes otro trabajo, tienes que volver. Cuidado con eso. Hay pequeñas trampas; por falta de lectura, de interpretación o desinformación, no importa pero se ha endurecido muchísimo, porque quieren solucionar el tema de la inmigración. No saben qué hacer con los 750 mil que ya tienen: tratan de tomar alguna medida, pero ya están; ahora tratan de solucionar otro tema, porque se les fue de las manos.
EC - ¿Algo importante para agregar en el final?
DB - Sí; independientemente de que dijimos que los jefes de familia lo piensen, que las familias permanezcan acá, estén atentas, que los ayuden, que vayan solos; Casa Uruguay con muchísimo gusto y como lo ha hecho hasta ahora, los va a ayudar en lo que sea. Pueden recurrir a la embajada, que la misma embajada los va a enviar a Casa Uruguay. Pero que se tenga claro que Casa Uruguay no puede –no es que no quiera– dar alojamiento, conseguir trabajo –no tiene bolsa de trabajo–, hasta miembros de la directiva de la asociación están sin trabajo. Que eso les quede claro: que no vayan pensando que “Bueno, está la embajada”, que tiene sus dificultades, y está Casa Uruguay.
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Antecedentes
"La gente tiene que saber que emigrar sin papeles es muy duro. Tiene que estar dispuesta hasta a dormir en una plaza". Presidente de la Casa Uruguay en Madrid, Daniel Caserta. 29.08.00
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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