EL LEJANO ESPLENDOR, LA DECADENCIA, Y UN EMPUJE DECIDIDO DE REVITALIZACIÓN
75 años del Palacio Salvo
"El postre más alto de Sudamérica", denostado por Le Corbusier y reivindicado en las últimas décadas, el símbolo de Montevideo en el siglo XX viene siendo recuperado con el apoyo oficial y ahorros propios. Se busca adecuar su funcionamiento como edificio de viviendas a una construcción concebida como hotel, y además convertirlo en atractivo turístico. Presidenta del directorio y de la comisión ejecutiva de conmemoración, Beatriz Quiroga, con La Tertulia de los viernes.
En perspectiva
EN PERSPECTIVA
Viernes 17.10.03, 09.10.
EMILIANO
COTELO:
El Palacio
Salvo es todo un símbolo de Montevideo, nos guste o no. También
es un símbolo de otro Uruguay, pujante y rico, el de los años
20, cuando se construyó lo que entonces fue el primer rascacielos de
Sudamérica, un complejo hotelero y comercial sólido y lujoso.
En estos días, el Palacio Salvo cumple 75 años y sus habitantes,
que son mil -para manejar un número redondo-, conmemoran esta fecha empeñados
en revitalizar un edificio que venía siendo ganado por la decadencia.
Un proyecto importante, que va más allá de la torre en sí
y que resulta clave para la recuperación de toda la zona del Centro y
la Ciudad Vieja.
Hoy les proponemos repasar la historia y la leyenda del Palacio Salvo, los
secretos que esconde y las personalidades que hicieron el mito. Pero además,
¿qué obras de refacción se han realizado ya y cuáles
están pendientes; qué vida adquirirá de ahora en adelante?
En primer lugar vamos a escuchar a Rosario Castellanos, que está subida
al Palacio; ¿en qué piso?
ROSARIO
CASTELLANOS:
En el piso 18; si miran desde abajo es fácil de identificar porque es
una de esas torrecitas que parecen adosadas al cuerpo más alto del propio
Palacio Salvo. La vista desde aquí es excepcional: el Cerro por un lado;
giro la cabeza y llego a lo largo de 18 de Julio, hasta el edificio de El Gaucho
por lo pronto. Mirando hacia afuera y también hacia adentro, estoy en
un lugar excepcional, porque se trata del estudio de un arquitecto, el arquitecto
Juan Carlos Vanini. Sin embargo, antes de ingresar en este sitio, estuve recorriendo
el edificio.
EC - ¿Cómo lo encontraste?
RC - Te diría que el interior está mucho mejor de lo que se ve
desde el exterior. Fue una grata sorpresa porque yo estuve aquí hace
unos años y esto era un desastre. Hoy por hoy está completamente
a nuevo el acceso a la columna de ascensores de la edificación; todavía
le falta bastante al pasaje que une con la calle Andes; está muy bien
el entrepiso, el salón de fiestas donde se ha instalado la firma Sirfil
hace una semana, está totalmente remodelado, ganada y recuperada la ornamentación
de los techos y los pasillos interiores. Todo el interior ha mejorado muchísimo,
más allá de lo que es una estructura que de por sí puede
sorprender a muchos porque es un verdadero recoveco, con llegadas de ascensor
a pasillos mínimos, donde de pronto la llegada de la escalera, aun al
piso 18, que se supone que nadie usa, tiene mucha más jerarquía
que el palier de ascensores. Problemas del diseño.
Lo
que todavía está por hacerse tiene que ver con la pasiva, el lugar
exterior, el lugar hacia la Plaza Independencia, que tiene muchas de las cosas
que el propio edificio ha perdido. Conserva la decoración que en un momento
fue prácticamente eliminada de toda la fachada en la medida que empezó
a caerse. Les pediría que miraran hacia los capitales de los enormes
pilares que van conformando la pasiva sobre la plaza y vieran la decoración
en bronce original; es realmente una belleza. Claro, es difícil de ver
en la medida que se ha agregado sin demasiado criterio una serie de quioscos,
en la medida que todavía se mantiene una antena en lo alto que no sé
-ya que no se utiliza más- por qué no se retira, y hasta un cartel
de Pilsen de lo que fue una cervecería (ahora convertido en un local
de Movicom) que tampoco sé porqué se mantiene adosado a la fachada.
Parecería que todavía hay cuentas pendientes en el exterior en
la medida que el interior está muy bien.
EC - Se han adelantado y han ingresado al estudio algunos integrantes de la
Tertulia de los viernes; por ejemplo José Claudio Williman, que creo
que algún comentario quería agregar a lo que venías diciendo
tú.
JOSÉ CLAUDIO WILLIMAN:
Más bien consultarte, pedirte que explicaras, porque he leído
que sobre todo cierta decoración interior responde al Art Décó;
¿podés decir en breves palabras que es ese movimiento?
RC - Teniendo un arquitecto al lado... le traslado la pregunta. Arquitecto
Vanini, el doctor Williman pregunta si hay elementos de Art Décó
en la decoración del Palacio Salvo. Además el italiano Palanti
tiene una obra en Buenos Aires y un edificio casi mellizo de este, el Barolo,
en la avenida de Mayo.
JUAN CARLOS VANINI:
Yo diría que no, que la vertiente estilística de Palanti es otra.
Es de un eclecticismo muy fuerte, muy potenciado por una fantasía exuberante,
y si bien en el tiempo es contemporáneo con los movimientos Art Décó,
no lo es desde el punto de vista de su raíz en la composición
arquitectónica.
JCW - Muchas gracias, Vanini; te mando un abrazo.
RC - Una última pregunta: un arquitecto que se instala en un edificio
que por años fue absolutamente defenestrado por los arquitectos, ¿por
qué elegir un lugar que durante años tuvo esa característica?
JCV
- Por dos razones. Cuando nosotros vinimos a este edificio, hace apenas cinco
años, aquella negación absoluta del eclecticismo y de su obra
paradigmática en Montevideo, como podía ser el Palacio Salvo -me
refiero al eclecticismo del siglo XX, no a un eclecticismo historicista del
siglo XIX-, ya había sido muy superada, ya se había aceptado que
se había incorporado al patrimonio arquitectónico de la ciudad.
Pero lo que nos atrajo no fue tanto el propio edificio, sino lo que desde el
edificio se podía observar: esta visión completa, de 270 grados,
de la ciudad de Montevideo, es realmente el valor fundamental de este lugar.
RC - Sin lugar a dudas, lo es.
***
(Música.)
EC - ¿Recuerdan este disco, esta música? "Tiroleses",
de la banda de sonido de la película El Dirigible; un tema de Fernando
Cabrera que aludía a quien de alguna manera era protagonista de aquel
polémico filme uruguayo: el Palacio Salvo, este que está cumpliendo
75 años.
(Música.)
Con esa música de fondo seguimos incorporando voces a esta charla. Ya
habló Williman; también están Carlos Maggi, María
Elena Laurnaga y nuestra invitada: Beatriz Quiroga. Beatriz Quiroga es presidenta
de la Comisión Ejecutiva del 75 Aniversario de Palacio Salvo y presidenta
del Directorio de Palacio Salvo SA; es profesora de literatura, licenciada en
Ciencias de la Comunicación... pero es argentina, ¿verdad?
BEATRIZ QUIROGA:
Sí, soy argentina y egresé de la escuela normal regional de Chascomús,
provincia de Buenos Aires.
EC - ¿Desde cuándo vives en Uruguay?
BQ - He tenido distintos momentos en mi vida, pasando varios años; diría
que desde hace 25 años estoy por momentos o por años en Buenos
Aires y otros en Montevideo.
EC - Vives y trabajas en el Palacio Salvo; por eso tienes dos apartamentos.
BQ - Sí, tengo dos apartamentos; uno en el que vivo y que funciona en
este momento transitoriamente como un anexo de esa gran actividad del 75 Aniversario;
y otro que funciona como un lugar de trabajo, porque soy profesora, doy cursos
de capacitación a docentes sobre los medios de comunicación y
su aprovechamiento en el aula desde una perspectiva de educación en valores.
EC - Me contaron que elegiste el Palacio Salvo para vivir por la atmósfera
esotérica y mística, ¿puede ser?
BQ
- Tiene mucho de eso el Palacio Salvo... Tiene mucho por la gran influencia
de esto tan ecléctico, como bien señaló el arquitecto;
ecléctico en la cantidad de personas con distintas modalidades de vida.
Recordaba antes de venir gente que tiraba las cartas, adivinos; que transitaban
por allí mujeres que se dedicaban a esto. Hay esa atmósfera porque
también tiene la historia, la leyenda, lo que es un constructo del mito,
¿verdad?, en este caso un símbolo; cuentan que gente se suicidó,
por ejemplo -no quiero ser trágica como un elemento de anticipación
para la alegría como van a ser los diez días-, pero hay algo muy
extraño que tienen sus espacios, sus lugares, esa arquitectura tan especial
que fue hecha nada menos que por el arquitecto Palanti, arquitecto que fue un
mojón en el Río de la Plata; no solamente con el Barolo.
EC - Creado en realidad para hotel: era un complejo hotelero y comercial en
su arranque, ¿verdad?
BQ
- Sí; tenía hasta el noveno piso la cantidad de habitaciones que
todavía están, por supuesto con una infraestructura en madera,
roble, mármol de Carrara que se conserva; los halls que ha visto Rosario,
con los mismos dibujos que diseñó Palanti, que estamos tratando
de recuperar en nuestra vereda. No es fácil, pero lo vamos a lograr.
EC - Por un lado hotel...
BQ - Luego el hotel se destinó, a partir de una sociedad anónima
-la primera en 1941-, a este funcionamiento tan multifacético, que creo
que no se pudo incorporar al régimen de propiedad horizontal porque entonces
no existía la ley, ¿verdad, doctor?
JCW - Exacto.
BQ - La ley es de 1945, 1946, así que no se incorporó como propiedad
horizontal. Pero creo, de acuerdo a mis investigaciones, que hubo luego dificultades
de tipo metraje, por ejemplo, no se podía adecuar el edificio a propiedad
horizontal, lo cual le crea al Palacio Salvo una suerte de corsé.
EC - Tenemos en la mesa dos contertulios cuyas edades son mayores a la del
Palacio Salvo. (Risas.) ¿Ustedes llegaron a verlo funcionar como hotel?
¿Existió el hotel?
CARLOS MAGGI:
Era una cosa levemente diferente; el Palacio Salvo se hacía para un cambio
de vida sustancial: eran familias que querían vivir en un habitáculo
sin cocina, la señora era una reina, ya no cocinaba. Era otra sociedad,
una sociedad moderna, yanqui. Los que se alojaban ahí tenían un
lugar donde comer, y estaban muy bien servidos porque el Palacio Salvo no era
una solución habitacional de emergencia: era una solución lujosa
y pretenciosa. Por eso hay apartamentos que no se puede concebir lo chico que
son. Recuerdo uno que tenía Rubén Castillo: para entrar al living
había que levantar la cama, que se plegaba sobre la pared, entonces ese
lugar de cuatro por cuatro se transformaba en el living del apartamento, con
un precioso balcón para afuera, eso sí; y un baño.
EC - Claro, porque...
MARÍA ELENA LAURNAGA:
Esas eran las habitaciones del hotel.
EC - Las habitaciones del hotel terminaron reconvertidas en apartamentos y
se generaron dificultades grandes de lugar.
CM - Claro. La ley de propiedad horizontal tiene exigencias que el edificio
no podía prever: el cableado y las cañerías del edificio
no preveían que se dividiera en propiedad horizontal. Pero hay una escapatoria
bastante sencilla, que es no vender la propiedad sino el uso. Si se vende el
uso de las unidades por 99 años, el que compra sabe que durante su vida
va a tener el uso de ese apartamento, que es equivalente para él a tener
la propiedad.
EC - La solución desde el punto de vista jurídico fue la creación
de una sociedad anónima, entonces.
CM - Durante los pocos meses en que Glauco Segovia fue intendente de Montevideo,
salió una autorización para el Palacio Salvo que permitió
soluciones de propiedad, de uso o de usufructo con desmembramiento de la propiedad,
que estaba sobre los límites de lo... no digo ilegal, pero sí
contrario a las ordenanzas.
EC - Beatriz Quiroga, ¿cómo es lo de Palacio Salvo SA, esta empresa
de cuyo directorio tú eres presidenta?
BQ - Actualmente somos una sociedad anónima sin fines de lucro. Esto
es lo más atípico desde el punto de vista...
JCW - Eso sí que es atípico.
(Risas)
BQ - Totalmente atípico; porque el objeto social de esta anónima
es nada más que la administración del edificio, de estas unidades.
Quiere decir que somos coaccionistas todos, no somos copropietarios sino coaccionistas,
lo que, como recién dijo Maggi recién, nos da el usufructo de
tanta cantidad de acciones como cantidad de metros.
EC - Ajá, la proporción es la cantidad de metros en el total
de metros cuadrados que tiene el Palacio Salvo.
BQ - Eso mismo.
EC
- Eso es lo que define la cantidad de acciones que tiene cada uno de ustedes.
BQ - Sí; yo tengo 114 acciones, de modo que tengo 114 metros distribuidos
en dos apartamentos.
EC - María Elena...
MEL - Una anécdota; no pude hablar con mi madre (intenté hacerlo
por teléfono esta mañana) porque tengo el recuerdo de mi abuelo,
un estanciero, un hacendado que vivía en Durazno, de los que vivían
todo el año en su campo o en Durazno y venían tres o cuatro veces
al año a Montevideo, a la Exposición Rural, alguna pasada por
Maroñas, la Tablada cuando había que hacer negocios... Él
paraba en el Salvo, yo llegué a escucharlo contar que venía con
mi abuela, una señora muy elegante y fina en esa época, que venían,
se instalaban en el Salvo y era como un lugar muy fino, muy elegante, muy prestigioso
también. Era el paseo del año.
JCW - El Radisson de la época.
(Risas.)
JCW - Hubo cosas -estoy seguro de que van a salir-, primero los bailes del
Salvo; ¿qué recuerdos tengo?, los bailes del Salvo.
EC - Bailes a los que usted concurría, supongo.
JCW - Claro. En una época había al mismo tiempo en Carnaval muchos
bailes y se llenaba de gente. Lo he comentado con taximetristas viejos de aquella
época y es cierto, en un momento donde de repente había bailes
en el Solís, en el Palacio Salvo, en el Parque Hotel y en el Hotel Carrasco
y en todos lados estaba lleno. ¿Qué se hizo esa gente? No sé.
CM - Y El Retiro.
JCW - El Retiro también, pero era más alternado en El Retiro.
EC - El Retiro en el Parque Rodó.
CM - Claro. Se bailaba.
EC - ¿Dónde era el salón de bailes en el Palacio Salvo?
JCW - Tendría que ser en el entrepiso, ¿no?
BQ - En el primer piso.
CM - Ahí funcionaron cosas muy ilustres...
EC - Sí, donde más recientemente estuvieron los bailes del Coco
Bentancur; pero ya en otra época.
MEL - Ahí no venía Williman.
CM - En ese piso estaba la redacción del diario Acción.
EC - ¿Allí trabajaste tú?
CM - Radio Nacional estuvo también ahí.
BQ - Está, sigue estando.
JCW - ¿En qué piso estaban las oficinas de la Impositiva?
BQ - En el segundo piso.
JCW - Porque ahí se crearon los famosos impuestos a las ganancias elevadas
durante la guerra, funcionaron allí; es decir, se gravaba, porque la
guerra había provocado ganancias especiales...
CM - El impuesto a la renta...
JCW - Fue el primer impuesto a la renta, como dice Carlitos. Un impuesto a
la renta, pero por arriba del 12 por ciento de ganancia, creo. Funcionaba en
el Palacio Salvo.
EC - A propósito de bailes, un oyente le recuerda a Williman que también
estaban el Teatro Artigas y el Urquiza.
JCW - ¡Epa!, pero ése es más viejo que yo...
(Risas)
CM - Yo estuve en el Artigas con Troilo...
JCW - En el Artigas sí...
CM - Con la orquesta de Troilo, una cosa...
JCW - No, por favor, en el Artigas sí; pero en el Urquiza no.
EC - Y hablando de música, en el Palacio Salvo se encontraba también
la confitería La Giralda...
JCW - Antes. Antes de hacerse. Ese era un edificio casi colonial, o colonial,
que se echó abajo para hacer el Palacio Salvo en el año 1928.
Ahí desaparece.
BQ - La construcción comenzó en 1922 y en La Giralda, en 1917
se tocó por primera vez La Cumparsita.
EC - ¿Cuándo fue eso?
BQ - En 1917.
JCW - En La Giralda.
(Se oye La Cumparsita.)
EC - Así que el nacimiento de La Cumparsita está fuertemente
asociado al lugar.
JCW - Al lugar.
EC - No al Palacio Salvo como tal.
JCW - No, no, no, porque ese edificio se echó abajo.
EC - Al lugar, a esa esquina de la Plaza Independencia...
JCW - Empieza a construirse en 1922; se inaugura en 1928.
BQ - Sí; el 12 de octubre de 1928, con una gran muestra industrial,
fue exactamente el día de la inauguración del Palacio Salvo. Por
eso no quisimos esperar más del 30 para estar dentro de ese tiempo tan
glorioso para Uruguay, de tanto progreso y de tanto éxito pensando en
el futuro.
JCW - Hubo otros acontecimientos en 1928.
EC - A ver...
JCW - Uruguay salió campeón olímpico en Amsterdam...
EC - Nada menos.
JCW - ...en 1928. En 1928 nos visitó Hoover, presidente de Estados Unidos;
y después se crearon la agrupación Avanzar, de Julio César
Grauert, y la Agrupación Nacionalista Demócrata Social de Carlos
Quijano. Son todas de 1928.
BQ - Y vino en esa época -lo digo como profesora de literatura- por
primera vez, nada menos que Federico García Lorca.
EC - Era otro Uruguay, decía yo en la introducción de esta conversación;
un Uruguay poderoso, rico, en el que se llevaban adelante, desde el punto de
vista arquitectónico, nada más, emprendimientos de gran envergadura.
El Palacio Salvo es el que hoy nos ocupa, pero por esos mismos años se
estaba construyendo el Palacio Legislativo y se construiría, a ritmo
de vértigo, nada menos que el Estadio Centenario, ¿no?
JCW - El Estadio Centenario, que se hizo con un préstamo internacional.
No había dinero, pero había posibilidades de pagarlo.
EC - Carlos, ¿tú recuerdas exactamente en qué período
se construyó el Estado Centenario?
CM - De enero a julio de 1930; en 180 días se hizo el estadio.
EC - ¡Qué increíble!
CM
- ...el arquitecto Scasso. En el año 1927 se inauguró el puente
sobre el Santa Lucía, que era el más largo del continente y el
edificio del Salvo era el más alto del continente. Estábamos...
JCW - ...bajando records...
CM - Sí, sí: "uruguayos campeones de América y del
mundo".
EC - Hablando de eso, llamó un oyente que cuenta que él tenía
su oficina en el Palacio Salvo. Era despachante de aduana y recuerda que en
el Salvo había un vigía que los días en que este oyente
estaba esperando la carga del puerto le avisaba si el barco había atracado.
JCW - Exactamente. Vivió años, ese vigía fue funcionario
durante mucho tiempo.
EC - Y otro oyente recuerda que en el año 1938 su madre y su padre tuvieron
su luna de miel en el Palacio Salvo.
(Sigue La Cumparsita.)
EC
- ¿Qué dices, Rosario?
RC - Yo estuve en la torre, en la famosa torre del vigía, en el mirador.
Hay que llegar en el ascensor hasta el piso 23 y luego tomar unas escaleras
hasta llegar a un lugar increíble, con una fenomenal vista con un círculo
casi completo. Está moqueteado, tiene una planta... Me gustaría
que preguntaran si ese lugar está previsto para que se visite, porque
el vigía no está, pero se llega y realmente vale la pena.
EC - Beatriz está encantada con lo que acabas de comentar. Ya vamos
a hablar de eso.
***
EC - ¿Quiénes viven hoy el Palacio Salvo? Para mucha gente eso
es un misterio insondable. Para otra quizás hay por lo menos un prejuicio,
la imagen de algo decadente, como que se han juntado algunas profesiones o actividades
no muy prestigiosas... los tarotistas, los adivinadores, lugar de encuentro
clandestino de parejas... ¿Cómo es hoy la población del
Palacio Salvo?
BQ - En este caso yo hablaría de la salud social del Palacio Salvo.
La salud social que está compuesta por esta heterogeneidad de personas;
de la misma manera que en su momento vivían personas que se dedicaban
(serían dos o tres) a adivinar y toda esa cosa esotérica, hoy
podemos decir que tenemos artistas, pianistas del Sodre, pintores, gente extranjera
que ha sido becada y alquila en lo más alto escribiendo sus libros, como
un escritor que viene becado por Fullbright; tenemos jubilados, jubiladas enfermeras,
periodistas, fotógrafos...
EC - Seguramente uno no imagina niños viviendo en el Palacio Salvo,
¿no?
BQ - Hay muy pocos, tal vez por esto de que es tan chiquito, tiene muy pocos
espacios. Pocos espacios destinados a lo que hoy es vivienda, pero no creo que
haya en Montevideo otro edificio con halls tan grandes como los tiene el Palacio
Salvo.
EC
- El hecho de que los apartamentos sean viejas habitaciones de un hotel reconvertidas
implica una serie de complicaciones para la vida cotidiana. Por ejemplo, ¿dónde
se cuelga la ropa?
BQ - Ese es un gran tema, porque tenemos que encontrar -lo digo en plural,
en mi condición de mujer y de la vida que vivimos- una forma para preservar
la intimidad de la gente. Esto tiene que ver con que si la gente no tiene dónde
colgar la ropa y no piensa que de alguna manera, siendo los espacios tan chicos,
no encuentra una alternativa de privacidad, significa que ¿por qué
mi vecino de ALADI o de tal embajada tiene que enterarse de mis zapatillas o
de mi ropa? No, tengo que encontrar -por una cuestión de pudor, por último...
EC - También hay una cuestión de aspecto del propio Palacio Salvo
y de imagen de la propia ciudad, ¿no? Lamentablemente, la fachada termina
tapizada de ropa colgada.
BQ
- Sí; también de antenas: chiquitas, más grandes y la gran,
gran, gran antena, la preocupación y el interés de tantas personas...
Estoy pensando en una mirada de hacedora de sueños porque creo que también
hay que señalar esto. Recién Rosario estuvo en un lugar...
EC - En seguida vamos a eso, pero terminemos con esto de quiénes viven
hoy y cómo viven hoy en el Palacio Salvo. Por ejemplo, ¿tenemos
gente que hace añares que está allí?, ¿o hay gente
que se ha ido incorporando más recientemente?
BQ - Hay gente que hace añares -50 años, 45 años- que
viven allí, que le tienen cariño al Palacio Salvo. Yo digo que
hay una actitud que tiene que ver con la pertenencia. Hay gente que siente ese
sentimiento de pertenencia, en el que me identifico; yo soy argentina, mi única
propiedad es Palacio Salvo y vuelvo allí. Quiere decir que ese sentimiento
de pertenencia es el que tiene una cantidad de personas que hace muchos años
viven aquí.
Por otro lado, dada la realidad social, hay gente que vive por poco tiempo.
Hay estudiantes del interior y están unos meses; hay becarios como dije
antes; hay gente que vive en la costa y durante la semana necesita estar en
un lugar que le permita su traslado y un ahorro para llegar a su trabajo.
EC - ¿Todos son propietarios? ¿O también se alquilan?
BQ - Se alquilan; muchos accionistas alquilan.
EC - Y si uno quiere comprar en el Palacio Salvo, ¿es barato o caro?
BQ
- Yo hago un monitoreo permanente, justamente en esta cruzada tengo que fijarme
cómo están los metros cuadrados, el costo en la zona. He percibido
-tal vez sea exceso de subjetividad- que los alquileres y también los
metros cuadrados en el Palacio Salvo han aumentado un poquito.
EC - Pero el hecho de que uno, formalmente hablando, no sea propietario del
apartamento, que tenga acciones de esa sociedad anónima, supongo que
juega en contra del precio.
BQ - Es probable.
EC - Juega a favor del que va a comprar.
BQ - Tal vez; pero tiene sus beneficios, porque al no tener gasto de escritura
pública y ser las acciones la garantía de los gastos comunes...
quiero señalarlo porque muchas veces puede dar lugar a una curiosidad
de tipo capcioso, ¿qué pasa con los gastos comunes? ¿Qué
se paga con eso? Servicios que da el Palacio Salvo. El que compra, compra acciones;
hoy compra a las 10 de la mañana y a las 12 tiene las llaves. Tiene que
constatar que ese apartamento no tenga deudas, en este caso de gastos comunes,
que incluyen la contribución inmobiliaria.
En
este momento 25 metros cuadrados de superficie cubierta -esto tiene que ver
con un ambiente, un baño y una pequeña kitchenette-, esa gran
estructura tan bien hecha en 1928, da la posibilidad de hacer dignamente un
pequeño monoambiente. Eso puede estar en el orden de los 11.000, 12.000
dólares. Creo que vivir en Andes y 18 en un edificio que prospera o que
recupera y que además comunica... porque ¿qué está
comunicando Palacio Salvo hoy con sus persianas pintadas? ¿Que estará
comunicando dentro de unos días que esté iluminado como entonces,
o mejor? Esto tiene que ver también con una cuestión político-social
muy importante de señalar: UTE nos financia los materiales que faltan
y la Intendencia de Montevideo pone el material que había y la mano de
obra gratuita. Quiere decir que la contribución inmobiliaria, de la que
estamos exonerados, se nos ha premiado por 2004 y 2005,
JCW - La exoneración ¿es una resolución nueva?
BO - No: data de 1995 cuando el edificio fue declarado de interés municipal.
En 1998 también fue declarado patrimonio histórico nacional, y
a partir de ello se nos conceden ciertos beneficios. En el caso de la contribución
inmobiliaria, condicionada a que el equivalente de esa contribución sea
volcado al edificio. Poner dinero en el Palacio Salvo con sus 75 años
significó recuperar y pintar los pasillos como los vio Rosario; tres
ascensores digitales de primera línea que en el día del Patrimonio
nos permitió llegar al piso 23 en 52 segundos...
(Exclamaciones)
...sí: en 52 segundos; y subieron 750 personas...
CM - Vende muy bien.
BO - No vendo: quiero al Palacio Salvo, el lugar donde vivo, los símbolos
uruguayos como si fueran míos, y pienso que la recuperación denota
la recuperación de la confianza, de la esperanza. Es lindo pensar en
1928 que no viví, pero estoy en el 2003 frente a este emprendimiento
al que me entrego porque siento que, como decía Kierkegaard, tiene que
ver con la pasión y el conocimiento.
EC - Con ese entusiasmo con el que viene embalada, ¿por qué no
nos sigue contando qué están haciendo? Porque cuando uno piensa
en un edificio como el Palacio Salvo, de ese tamaño, de esas proporciones,
y que en su momento costó lo que costó, que tiene el tipo de materiales
que tiene, tan valiosos, algunos tan lujosos, también piensa cómo
se hace para recuperarlo, cuánto dinero hace falta para ponerlo a punto.
¿Cómo está el emprendimiento en ese sentido, y en qué
otras líneas vienen trabajando?
BO
- En esta gestión de administración que presido hemos ahorrado
agua en una importante cifra, lo que nos permitió ahorrar dinero. En
un Uruguay devaluado, Palacio Salvo ha ahorrado dinero sin aumentar los gastos
comunes, y ese dinero ha sido volcado al edificio. De modo que, por ejemplo,
los vitrales están siendo restaurados dentro de las posibilidades; sentido
estético con economía. A veces hay que resignar algunos aspectos
pero uno lo acepta para que no esté destruido o tenga esa pérdida
total de la imagen que había sufrido.
Hemos ahorrado ese dinero, hemos pintado todo el edificio, y lo más
importante fue dar mejor calidad de vida a los residentes que viven en la torre,
porque nos faltaba ese tercer ascensor. Su arreglo significaba pagar un IVA
muy, muy importante; hemos cumplido con él para que la gente tenga mejor
calidad de vida, pero por suerte creemos que el Ministerio de Economía,
cumpliendo con el decreto ley, nos devolverá el 75% sobre los materiales.
EC - El problema de la seguridad ¿está resuelto? En un monstruo
como ese, se había convertido en algo que no dejaba vivir con mucha tranquilidad.
BO - La seguridad y el mantenimiento del edificio está a cargo de dos
empresas tercerizadas que nos han ayudado también a bajar los costos
(por ejemplo del Banco de Previsión Social), y damos trabajo a las Pymes,
lo que nos permite tener aseado el edificio, en perfecto estado (Radio habrá
visto los pisos lustrados) y la seguridad que tanto nos preocupaba. Creo que
si hacemos hoy un censo en la zona, el Palacio Salvo es el lugar donde se vive
con más seguridad. Y si no, se lo preguntamos a los propios residentes
y a los ancianos que allí viven y son asistidos correctamente.
EC - Carlos escucha con una sonrisa desde hoy.
CM - Le tengo mucha simpatía, diría que una especie de ternura
por el Palacio Salvo. La verdad es que, cuando se construyó, era "el
postre más alto del mundo"; todo decorado, todo confitado como decían,
me parecía un mamarracho arquitectónico espantoso. Pero el tiempo
va ennobleciendo las cosas, las va cambiando...
Con todo, detrás del juicio sobre el Palacio y de la parte emotiva innegable
al respecto (es "nuestro pasado glorioso"), implica un test también.
Esta ciudad tiene un edificio feo y más bien más hecho, cargado
con una afectividad muy importante: somos los uruguayos triunfadores de los
años 80. Y en otro lado tiene una torre maravillosa hecha por Carlos
Ott, a la que todos los montevideanos y es una construcción fenomenal
que corresponde al tiempo que vivimos, no a los años 30, que hace 70
u 80 que sucedieron.
EC - Es muy buena tu observación, porque en definitiva son hoy por hoy
los dos símbolos de Montevideo: el Palacio Salvo lo fue hasta la torre
de Antel...
CM - Uno es de lo que sucedió y otro de lo que va a suceder, y los uruguayos
eligen lo que sucedió. A mí me llama mucho la atención,
para mí es un test: cuando digo que la torre de Ott es el símbolo
extraordinario del Uruguay de hoy, la gente se enoja.
MEL - Es el símbolo de muchas cosas...
BO - A los símbolos los construyen los hombres a lo largo de los años,
y estoy segura de que la torre, dentro de 75 años será lo que
es hoy el Palacio.
CM - No: cuando esté a punto caerse, todos los uruguayos van a estar
encantados de ir a sostenerla.
BO - Jung mediante, los símbolos son construidos por los hombres y el
tiempo, los años; es un constructo social, y por eso tenemos un Palacio
Salvo que es símbolo de Montevideo y del Uruguay. Tanto es que ¿quién
se imagina Montevideo sin el Palacio Salvo?
EC - Ahí hay un detalle sobre el que quería preguntar, porque
es uno de los íconos más fuertes de la ciudad. Algunos han dicho
que es lo que la Torre Eiffel para París, o lo que eran las Torres Gemelas
para Nueva York. Sin embargo, desde ese punto de vista el Palacio Salvo juega
un papel muy pasivo: no funciona como un atractivo turístico. Hasta ahora
no ha pasado.
CM - Y los 52 segundos del ascensor, ¿para qué te crees que son?
EC - Ese será el futuro, pero hasta ahora no había visitas guiadas
al Palacio.
BO - Como las hubo, y como las habrá dentro de unos días para
los estudiantes, y como va a ser tercerizado el servicio porque ese mirador
tan espléndido implica también un programa planificado y serio
en un Uruguay de progreso.
Cosas abandonadas, que se dejan... no sirven. Cuidamos nuestro patrimonio pero
también en un plano de permanencia como un lugar atractivo. Y me interesa
lo que preguntabas, porque ya tenemos "coqueteando a varias instituciones
internacionales que quieren tomar al Palacio Salvo como lugar de llegada y de
visita; que no quede esa expresión desde la plaza de un edificio descolorido,
sino que puedan entrar. Tenemos tres exposiciones de pintura (anoche inauguramos
la última), con un éxito muy grande. Quiere decir que ese hall
de entrada que tenía ese aspecto triste, de sarcófago (hay que
decirlo por su nombre, y cuando hablamos con metáforas nos sentimos mejor),
ahora se ha transformado en una galería de exposiciones.
Esperamos tener también ese pasaje (que ahora está triste)...
EC - La galería que va de Plaza Independencia a la calle Andes...
BO - Ahí está: necesitamos tres árboles de tres metros...
EC - ...que es notorio que tuvo su encanto.
BO - Lo tuvo. La bóveda que tiene es tan parecida al Barolo de Buenos
Aires, con la diferencia de que la del Barolo tiene nueve pisos, como lo pensó
Palanti inspirado por Dante en La Divina Comedia. Así que también
está en nuestro proyecto que el Palacio Salvo abra sus brazos al turismo,
y que Uruguay tenga -a partir de este empeñoso trabajo, titánico,
un espacio más de ingresos.
EC - ¿Va a haber actividades culturales con mayor regularidad? El Palacio
Salvo tiene un teatro... que Maggi conoce bien.
CM - Estrené dos o tres veces en ese teatro, que fue hecho para Ruben
Castillo. Estrené "El pianista y el amor"; una obra deliciosa
de la que soy autor con José Pedro Díaz...
EC - "Noticias de la aventura del hombre".
CM - "Noticias de la aventura del hombre", en que el programa decía
"Los autores declaran no haber escrito ninguna palabra de este texto".
(Dialogados)
Eran momentos estelares de la humanidad. Cuando vino Vargas Llosa le gustó
muchísimo, y después hizo en la BBC un programa que se llamaba
"Noticias de la aventura del hombre".
EC - Este teatro, ¿será revitalizado también ahora?
BO - Se va a hacer "Las noches mágicas del Palacio", y la
próxima obra de teatro, que tenemos el 7 de noviembre con dirección
de Alvaro Loureiro. También tenemos solicitudes para presentación
de libros en el entrepiso que estamos refaccionando para las actividades culturales:
va a venir Horacio Ferrer a hablar sobre La Cumparsita, habrá charlas
con arquitectos, historiadores, gente del arte, la pintura...
Esa será la actividad dentro del Palacio, y fuera la gran fiesta en
la calle para todo el mundo.
EC - No dejemos fuera al mirador, que ha despertado mucho interés desde
que apareció en la charla, y los oyentes piden más detalles.
BO - Lo hemos recuperado con bajo costo y con un mantenimiento que nos da la
garantía de que podremos seguir mostrándolo. Ese es un proyecto
para después de las fiestas del 75º aniversario. Los recursos humanos
y financieros no nos permiten en este momento una planificación para
lo inmediato.
EC - ¿Se puede visitar?
BO - Ahora, no.
EC - ¿Cuándo se podrá?
BO - Saliendo de esto, tenemos encaminadas las negociaciones para tercerizar,
pero está sujeto a lo que resuelvan por consenso los miembros del directorio.
MEL - Mirando de afuera ese peloteo entre el Uruguay del 28 y el del 2003,
que de alguna manera planteaba Carlos como contraposición entre el Palacio
Salvo y la torre de Antel, él hacía valoraciones estéticas
como si fueran categóricas. Los símbolos, como decía ella,
son constructos sociales y humanos y la estética también. Vos
decís "Esa cosa horrible, y este edificio nuevo, qué fantástico".
Creo que el edifico nuevo es lindísimo, lo comparto, y hay otras connotaciones
que lo hacen cuestionable; no el pobre edificio, que para mí es una belleza.
Pero la cuestión estética también es una cuestión
de cultura, y la generación del 45 definió que el Salvo era horrible
y la torre es hermosa. Y me pareció muy interesante la contestación
de Beatriz: esperemos a 75 años, cómo la torre se apropia de ellos,
y qué símbolos construimos entre todos en relación a eso.
CM - Le Corbusier estaría de acuerdo conmigo y no contigo.
MEL - De acuerdo: sé que lo criticó muy...
BO - Representantes de la arquitectura de entonces le calificaron de loco.
EC - Llegan cantidad de mensajes. Eva dice que lo del Palacio funcionando como
hotel no es tan lejano en el tiempo, porque en los 60 su hermano, que venía
de Cerro Largo, se alojaba ahí, y funcionaba como un hotel más.
MEL - ¿Tan, tan próximo?
EC - Habla de la década de los 60. Después aparecen referencias
a nombres de personalidades que vivieron en el Palacio Salvo, como Armonía
Sommers...
BO - La conocí.
EC - Una ex primera dama: Elisa de los Campos, esposa del presidente Oscar
Gestido; la crítica de música Nilda Müller, esposa del maestro
Carlos Estrada...
JCW - Y yo quería recordar a los Salvo. Fueron tres hermanos italianos
que vinieron muy chicos acá, y además del Palacio Salvo hicieron
cosas increíbles: en 1897 crearon la primera fábrica nacional
de tejidos, en el 99 le pusieron "La Nacional, de Salvo y Campomar"
(se retiran en el 29, cuando se crea Campomar y Soulas); en 1905 crearon la
textil La Industrial, en lo que después sería Juan Lacaze... Fueron
grandes empresarios que se jugaron por este edificio pero además crearon
fábricas, dieron trabajo, invirtieron... Quería recordarlos porque
me parecen unos personajes impresionantes.
BO - Como hijos de inmigrantes, apostaron al Uruguay. Y hoy nosotros apostamos
a un Uruguay en el 2003 con un Palacio Salvo recuperado.
EC
- Una oyente agradece a nuestra invitada la forma como se expresa y su actitud
ante el 75º aniversario. Dice que si los tres millones de uruguayos tuviéramos
ese entusiasmo, las cosas serían diferentes.
CM - Nos volveríamos a bañar en el mismo río; sería
maravilloso.
MEL - Pienso lo mismo que ese oyente: te felicito, Beatriz.
BO - Las cosas suceden y esto también es parte de lo místico.
Cuando vine al Uruguay, María Elena fue mi profesora en Ciencias Sociales:
me enseñaste a creer en Weber cuando decía "en la vida se
logra lo posible cuando se intenta lo imposible una y otra vez".
JCW - Beatriz es, al fin y a la postre, nativa de las Provincias Unidas del
Río de la Plata como todos, así que...
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo y Jorge García
Ramón
Edición: Jorge García Ramón
Fotos: Lucila Carbajal, Virginia Morales, Fiorella Galeotti y Mauricio Erramuspe