UN COMPLEJO REFERÉNDUM Y ELECCIONES BAJO FUEGO

Colombia vota en clima tenso

Desde Bogotá, politóloga uruguaya Laura Gil: El gobierno de Andrés Uribe enfrenta dos actos cívicos trascendentes, en un ambiente enrarecido por las amenazas y los asesinatos de la guerrilla. El sábado, un insólito referéndum en el que los colombianos deberán resolver sobre 15 temas de alcance político y fiscal. El domingo, la elección de autoridades regionales, que podría significar el primer revés para la actual administración. Un impresionante dispositivo de seguridad pondrá en la calle a 300 mil policías.


EN PERSPECTIVA
Viernes 24.10.03, 09.06.

JOSÉ IRAZÁBAL:
En un clima de extrema violencia, Colombia se prepara para un largo fin de semana electoral. El operativo de seguridad será impresionante: 300 mil efectivos de la Policía y el Ejército van a patrullar el país, van a intentar asegurar a todos los ciudadanos el acceso a las urnas.

Mañana sábado se va a poner a consideración de la ciudadanía la reforma política que ha propuesto el presidente Álvaro Uribe. En tanto, el domingo son las elecciones para alcaldes, gobernadores y municipales.

Aún quedan cerca de 15.000 candidatos, a pesar de que en las últimas semanas 27 candidatos fueron asesinados por la guerrilla.

Para acercarnos a este escenario político y tratar de entender qué se juega el gobierno de Álvaro Uribe en estas instancias electorales vamos a consultar a la politóloga uruguaya Laura Gil, analista política y profesora de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.

Las dos banderas del presidente durante su campaña electoral fueron el combate a la guerrilla y una reforma política “para luchar contra la corrupción y la politiquería”. ¿Qué es lo que se vota mañana?

LAURA GIL:
Mañana se vota un referéndum de 15 preguntas que se dividen en dos grandes bloques. Uno tiene que ver con la reforma política y otro con ajustes fiscales.

JI - ¿A qué apunta cada una de esas reformas?

LG - El referéndum es una experiencia muy difícil de explicar a todos aquellos que no estén aquí en Colombia, porque creo que Colombia ha dado una lección de cómo no hacer un referéndum.

Son 15 preguntas sumamente complejas, algunas modifican tres o cuatro artículos de la Constitución. O sea que hay preguntas que tienen 10 o 12 párrafos; la papeleta es del tamaño de una página de diario doblado, o sea que es supercomplejo.

La registraduría afirmó que una persona demoraría un mínimo de 22 minutos en leer las preguntas. Y eso si es una persona educada, porque son preguntas tan complejas que son muy difíciles de leer rápidamente.

Los temas políticos son en la mayoría marginales, pero serían positivos para el país: pérdida de derechos políticos en caso de corrupción, voto nominal y público para congresistas, eliminación de las suplencias de los congresistas... Algunas cosas tan inocuas pero tan importantes para Colombia como la separación de los servicios administrativos del Congreso de las funciones de los congresistas, la reducción del Congreso.

En la parte fiscal congelación de salarios para empleados públicos por dos años, congelación de gastos del Estado, racionalización de pensiones y eliminación de auxilios, que son rubros que los congresistas usan para negociar su voto en el presupuesto con el Ejecutivo.

JI - Por lo que tú dices, el sistema político, en este caso el Congreso, puesto bajo la lupa de forma muy fuerte…

LG - Sí. Así y todo, son reformas marginales; son reformas positivas, importantes, pero marginales. No es la reforma que había prometido Uribe en su campaña. Uribe en su campaña tenía otras pretensiones, por ejemplo un Congreso unicameral, lo que no pasó por el Congreso. Este referéndum iba a tener cuatro preguntas más, que fueron eliminadas por la Corte Constitucional.

JI - Por lo que explicas va a ser muy complejo, si a cada colombiano que concurra a los circuitos electorales le va a llevar prácticamente media hora llenar ese cuestionario… Hay que tomar en cuenta que el voto no es obligatorio y que se necesita que concurra por lo menos el 25 por ciento del electorado; ¿es correcto?

LG - Sí; un 25 por ciento significa alrededor de 6 millones 300 mil votantes. Colombia es un país con una larga tradición de abstención; en las presidenciales la abstención ha oscilado alrededor de un 50 por ciento, han logrado bajarla en las dos últimas, pero hay una abstención importante.

Para un referéndum se necesita un 25 por ciento; lo que necesita el gobierno para pasar el referéndum es conseguir esos votos, que vayan 6 millones 300 mil votantes, porque está claro que la mayoría de quienes se acerquen a las urnas va a votar a favor. En realidad este referéndum se convirtió en un voto de confianza al gobierno. Va a haber poca gente que vote discriminadamente las preguntas. Entonces, en la última semana el gobierno ha sacado toda la artillería para solicitarle a la gente que se acerque a las urnas.

JI - Decías que de alguna forma se va a convertir en un referéndum de apoyo, de respaldo al gobierno; pero la oposición está realizando campaña para que la gente no vaya.

LG - Exactamente. La oposición dice que este referéndum es inocuo, que no hace lo suficiente, que incluso algunas de las preguntas son malas para el país: hay una en particular que modifica el proceso de elaboración del presupuesto nacional, y le da más poder al Congreso para participar; la oposición ha sido muy crítica de esta pregunta.

La oposición dice básicamente que, si uno va a votar prácticamente, está ayudando a que el referéndum pase, porque como la mayoría va a votar “sí” en bloque a todas las preguntas el punto de inflexión es el número de votantes, no cómo votan. Tanto el Polo Democrático como el Partido Liberal Colombiano han llamado a la abstención.

JI - Recordemos algunas cifras importantes: 25 millones de habilitados para votar; se precisa el 25 por ciento del electorado, que serían 6 millones 300 mil personas.

LG - Sí; esa cifra ha subido a 6 millones 297 mil personas.

JI – De modo que lo que se espera para el día sábado es el referéndum. Y el domingo los colombianos son convocados a elegir autoridades, ¿verdad?

LG – Sí, de autoridades locales.

JI - ¿Qué se elige el domingo y cómo se está organizando esta elección?

LG - El domingo se eligen gobernadores de departamento, alcaldes, asambleas departamentales, consejos municipales y administradores de juntas locales. Son 70.000 candidatos que aspiran a alrededor de 18.000 cargos. Va a haber unas 75.500 mesas en 9.000 puestos de votación.

Decidieron hacer el referéndum junto con las elecciones locales, en un mismo fin de semana, por razones logísticas, porque el despliegue logístico y de seguridad en la geografía colombiana es sumamente complejo, entonces decidieron juntar las dos elecciones.

Esta decisión de juntar las dos elecciones es complicada por una razón: al juntarlas, el referéndum va a depender más que nada de la votación en las ciudades, porque en las zonas rurales es poco probable que la gente salga a votar dos días seguidos, y lo más posible es que salga a votar el domingo para elegir las autoridades locales.

Las campañas para estas elecciones locales se han dado en el marco de mucha presión de los grupos armados ilegales. Han hecho un esfuerzo inmenso para garantizar las elecciones en todo el país, pero de 1.098 municipios va a haber cuatro donde no se va a poder hacer elecciones. Hay dos departamentos donde hay candidatos únicos a la gobernación; hay 22 municipalidades donde hay un solo candidato para alcalde y hay siete donde nadie se inscribió por temor a las presiones de los grupos irregulares. Esos asesinatos que usted mencionó en la introducción han causado una cascada de renuncia de candidatos.

La democracia local en Colombia es una democracia en riesgo. Pero esta experiencia hoy, en el año 2003, no es tan mala como la que se dio en el año 2000, cuando las elecciones locales tuvieron lugar inmediatamente después de la ruptura de los diálogos. En esa ocasión las presiones de las FARC fueron superiores a las que se están viviendo hoy en día.

JI - De cualquiera manera, el número de candidatos que fueron asesinados impresiona.

LG - Sí; pero así y todo es menos de lo que vivimos en el año 2000. Por eso insisto: la democracia local en Colombia es una democracia en riesgo, es una democracia muy frágil, las campañas no se dan en un ambiente de libertad; tanto el Partido Liberal como el Polo Democrático han denunciado presiones a sus candidatos y, sobre todo, han denunciado presiones de los grupos paramilitares en sus zonas de control para que la gente salga a votar en el referéndum.

JI - En este caso estarían respondiendo a los intereses del gobierno.

LG - Sí, es cierto; y también las FARC han llamado a la abstención; entonces... Aquí es muy fácil ser maniqueísta; el gobierno dice: “Los que se abstengan de votar el referéndum le están haciendo el juego al terrorismo”; “Como las FARC llamaron a la abstención los que se abstienen están del lado de las FARC”. Es muy fácil hacer ese tipo de vinculaciones un poco irresponsablemente. Creo que en su gran mayoría la gente va a salir a votar con responsabilidad, pero es una situación muy, muy delicada.

Sobre todo, el referéndum se ha vuelto una situación muy delicada para el gobierno, porque al sacar esta retórica, “Si el referéndum no pasa Colombia cae en un abismo”, “Si el referéndum no pasa tendremos que imponerlo por decreto”... ha creado un ambiente de incertidumbre en los mercados tanto internos como internacionales, que ha llevado a una disparada del dólar en las últimas dos o tres semanas.

Creo que si el referéndum no pasa, el gobierno va a tener que hacer un esfuerzo muy grande para convencer a los mercados internacionales de que el problema es fiscal y se puede resolver independientemente.

JI - Tú decías que las reformas propuesta a ese referéndum era en temas no centrales. Tengo aquí que, a partir de estudios del Ministerio de Hacienda y de Planeamiento Nacional, se afirma que si se aprueba el país ahorraría unos 7.300 millones de dólares en los próximos 10 años. ¿Ese es el argumento que se ha manejado?

LG - Sí, ese es el argumento. Aquí hay dos cosas muy importantes: la congelación de gastos del Estado y la racionalización de pensiones. Explico el tema de las pensiones: aquí hay varios regímenes privilegiados de pensiones (empleados públicos que se pensionan incluso después pocos meses de servicio, como por ejemplo los congresistas, con grandes pensiones). Esto acabaría con esos sistemas. Pero también es cierto que si el referéndum no pasa, esto también puede pasar por ley; el referéndum no es el único mecanismo para lograr esos ahorros.

Esos ahorros son sí fundamentales en un país que tiene un 50 por ciento de deuda pública. Pero hay otras alternativas: se puede ir al Congreso y llevar un proyecto de ley. Lo que pasa es que el gobierno mismo se encerró en esta retórica de que si no pasa el referéndum Colombia amanecerá en caos. Va a ser muy difícil dar marcha atrás y mandar el mensaje de que si el referéndum no pasa hay otras maneras de lograr esta reforma.

Anecdóticamente le cuento algo. El presidente ha hecho una campaña muy intensa en las últimas semanas, incluso ha ido a reality shows como El Gran Hermano y otros. El Reto fue un día explicar el referéndum; ha estado en todos lados. Y ayer por la noche, en una entrevista que dio mencionó el caso de las pensiones y dijo: “Es que nosotros tenemos que evitar convertirnos en Uruguay, donde hay unos pensionados jovencitos jugando fútbol y el presupuesto arruinado”...

JI - Realmente curiosa la referencia... Habría que ver en base a qué se refería...

LG - No tengo ni idea, pero me llamó mucho la atención ese comentario ayer.

JI - Tú que vives allí, que puedes palpar la sensación térmica de la opinión pública colombiana, ¿la gente va a apoyar el referéndum, crees que va a salir?

LG – Es la pregunta del millón, porque las encuestas han variado mucho. Hace tres semanas el diario El Tiempo, que es el principal, sacó una encuesta que decía que entre un 33 y un 45 por ciento anunciaba intención de voto para el referéndum. Con el 33 por ciento es más que suficiente; hace tres días un canal de televisión, RCM, dijo que un 53 por ciento declaraba intención de voto; y hoy por la mañana El Tiempo dice que, de acuerdo a una nueva encuesta, sólo entre el 20 y el 28 por ciento en las grandes ciudades dice que va a votar. Es muy difícil medirle la temperatura al referéndum, puede ocurrir cualquier cosa el sábado, puede pasar como no pasar.

Este fin de semana es una prueba de fuego para el gobierno, no por el referéndum sino porque la elección en Bogotá está sumamente caliente. Hay empate técnico en las encuestas entre el candidato vinculado con el uribismo y el candidato de la oposición, Lucho Garzón, que es realmente el símbolo de la oposición y el líder de la campaña por la abstención. Puede ser un triunfo, que gane el candidato uribista y pase el referéndum, así como puede ser un fin de semana muy tétrico para el gobierno. Lo que diga sería pura especulación.

Lo que puedo afirmar con toda seguridad es que la crisis de los partidos en Colombia no da señales de acabar, porque en la mayoría de las ciudades los candidatos que van primeros en las encuestas son independientes; tanto el Partido Liberal como el Partido Conservador van a ser los grandes perdedores de estas elecciones.

JI - Tú dices que los candidatos que están por fuera del sistema tradicional de partidos han crecido en las diferentes zonas.

LG - Sí, creo que los partidos tradicionales son los grandes perdedores.

***

Antecedentes:

Colombia: incierta aplicación de la mano dura que propuso Uribe. Doctora Laura Gil: "Su plan de paz es cuestionado desde el Ejército y la sociedad; propuso revocar al Congreso, pero hizo campaña por candidaturas a ese Congreso. Según el Banco Mundial, 60% de la población está viviendo bajo la línea de pobreza... Creo que en el primer año aumentará la violencia política pero, si la estrategia de Uribe da resultado, llevará a un diálogo de paz mucho más fructífero que bajo la administración Pastrana" (28.05.02)

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón

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