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El informe europeo sobre control de la aftosa en Uruguay
Delegado del sector privado ante la OIE y técnico del SUL, veterinario Jorge Bonino.
EN PERSPECTIVA
Lunes 27.10.03, 08.05.
JOSÉ IRAZÁBAL:
Un informe elaborado por la Oficina Veterinaria Europea cuestionó los controles que se hacen en Uruguay en torno a la fiebre aftosa, planteando, por ejemplo, que falta personal técnico adecuado, que hay carencias en los controles técnicos.
Este documento se conoció el viernes a través de agencias internacionales. Recoge las conclusiones de una investigación que efectuaron veterinarios europeos en junio pasado en Uruguay, durante una auditoría sanitaria.
Además el documento señala que las sospechas de denuncias de aftosa no son investigadas en la forma que debida, y que es preciso extender la vacunación a los ovinos (hasta el momento sólo se inocula a los vacunos).
El tema fue analizado el viernes en Dinámica Rural, por Leonardo Bolla, pero queremos profundizar en el diálogo, en este caso con el delegado del sector privado ante la Organización Internacional de Epizootias (OIE), máxima autoridad a nivel sanitario internacional, y técnico del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), veterinario Jorge Bonino.
¿Cómo cayó este informe que se conoció en Europa?
JORGE BONINO:
Antes que nada quiero decir que las autoridades oficiales del Ministerio y los que participamos colaborando con ellas del sector privado estábamos enterados de que había ese tipo de observaciones porque estas misiones oficiales hicieron esas preguntas cuando estuvieron aquí con nosotros. Luego sigue el trámite de presentar la información allá y que venga por escrito; el Ministerio lo recibió y el grupo de técnicos oficiales está trabajando en dar respuestas a los distintos puntos cuestionados.
JI - No sorprendió, entonces.
JB - No, no sorprendió; por lo menos los allegados al Ministerio y los que estuvieron permanentemente en contacto con esta misión lo conocían, porque a pesar de que es una misión técnica siempre hay un relacionamiento donde se trata de allanar, porque el fin de todo esto es esclarecer y seguir manteniendo la transparencia que tiene Uruguay, muy reconocida a nivel mundial, que le ha permitido recuperar la mayoría de los mercados.
JI - Por las conversaciones informales se sabía que por acá venía la cosa. ¿Qué consecuencias puede tener un informe de esas características para la exportación de carne uruguaya hacia la Unión Europea (UE)?
JB - Siempre lo hemos manifestado: cuando tratamos estas enfermedades vinculadas al comercio, siempre hay un componente técnico, un componente político y un componente económico. Hay que tratar de que esos tres aspectos se adosen de la mejor manera posible para solucionarlos.
En lo que se refiere estrictamente a lo técnico, todos los puntos pueden ser aclarados; puede haber distintas posiciones pero normalmente se llega a un entendimiento, siempre y cuando haya un interés político y económico que lo amerite; lo hemos vivido en varias reuniones de la OIE, sabemos que es así y hay que trabajar en esos aspectos.
JI - Usted tocó tres puntos, tres características de la situación: la parte técnica –está este informe–, la parte política –que habrá que negociar– y la parte económica –que dependerá mucho de los dos factores anteriores. ¿Usted cree que este informe tiene algún componente político, una intencionalidad?
JB - Con el mayor de los respetos y sin ánimo de no responder: en este tipo de actividades participamos fundamentalmente dando nuestro parecer técnico, haciendo nuestras sugerencias desde el punto de vista técnico. En el componente político, que se maneja en otras esferas, participamos porque no quedamos excluidos, pero obviamente no es nuestro fuerte; hay personas mucho más indicadas para manejarlo.
En lo que se refiere a lo económico, si sirven los precios y el negocio a los países involucrados, entran otros integrantes de esta cadena que son los que tienen que negociar. Puedo decirle que las apreciaciones que se hacen en este informe no nos llevan a sorpresas –está documentado desde hace mucho tiempo–, porque esta comisión que integramos junto con los servicios oficiales ante la OIE ha manifestado que eran hechos que se venían y que Uruguay debía prepararse. Si está bien encarado o no es un aspecto de resorte interno donde son muy importantes las decisiones oficiales. No podemos desconocer –es un sentir común con las autoridades oficiales– y lo hemos manifestado muchas veces, sobre todo los privados, que en lo que se refiere a uno de los puntos que ellos cuestionan, es decir la parte de organización de los servicios veterinarios…
JI - Precisamente, iba a proponerle comenzar a repasar algunas de las cuestiones que ellos hacen después de la visita del mes de junio. Uno de los puntos clave es que consideran que hay un número insuficiente de funcionarios para trabajar en la parte sanitaria.
JB - Todos sabemos en qué situación está viviendo el país; y esto no escapa a la situación económica. Los servicios oficiales, como todos los uruguayos hoy, tienen limitantes tanto de recursos humanos como de recursos económicos. Eso se ha planteado, como también se ha planteado la importancia que debe tener nuestro laboratorio de referencia, el Dilade, que tiene las carencias lógicas por la situación económica que se está viviendo. Eso se ha manifestado, de todas maneras se ha intentado solucionar esas carencias, que son reales; hay la mejor buena voluntad, pero hay que tener una disponibilidad que muchas veces no se tiene.
El Ministerio le ha dado las prioridades del caso; como toda organización, empresa, lo que sea, cada uno prioriza de acuerdo a los recursos que tiene. No tenga la menor duda de que en este tema se ha priorizado, se ha buscado y se tienen las soluciones alternativas. Todo eso irá en los descargos, en la aclaración de esas preguntas o dudas. No se trata de darles una mayor magnitud, no tenga la menor duda de que vamos a llegar a buen puerto; en cierta medida las carencias se han ido paliando destinando otro tipo de recursos y dándole participación a la profesión en su ejercicio liberal, como ocurre con el llamado caravaneado, que no es más que una certificación de que los predios pueden estar habilitados para exportar.
JI - Usted dice que la falta de personal es real, pero que de alguna forma eso se ha solucionado por otros caminos.
JB - Exactamente.
JI - Otra de las críticas con respecto a la situación uruguaya es que falta investigación y que no se están vacunando los lanares.
JB - Ahí entramos en lo técnico. Puedo decirle –y usted lo va a entender– que en eso Uruguay ha hecho todo muy bien. Es algo que hay que remarcar de los servicios oficiales, que a pesar de las carencias reales que todos conocemos se han hecho los diversos estudios, sobre todo los relevamientos serológicos –que son muchos durante este tiempo– que nos permitieron que un organismo como la OIE, donde están representados más de 150 países de mundo, todos interesados en la parte comercial, avalara y pusiera de ejemplo a Uruguay. Eso es sabido, usted habrá recibido la información en el mes de mayo: fuimos puestos como ejemplo e inmediatamente se nos dio la categoría porque toda la documentación era muy vasta y correcta.
En lo que se refiere al ovino concretamente, esos relevamientos a nivel de serología, es decir que se chequean animales tanto de foco como fuera de foco, han demostrado que la prevalencia en esta especie fue muy baja en el país. Ahí donde SUL tuvo su participación también, intentamos por todos los medios cuando aquel insuceso que más vale no recordar, de la pérdida de condición por el episodio de fiebre aftosa, tratamos de que no se vacunara a los lanares porque consideramos que tenía muchas ventajas. La primera ventaja desde el punto de vista técnico de que esta especie quedara sin vacunar era que era un verdadero centinela: si aparece un virus de aftosa los bovinos están protegidos, entonces el ovino, que no está protegido, es el primero que nos va a manifestar la presencia del mismo y nos va a permitir tomar las medidas del caso.
Por otro lado se dejaba una especie sin vacunar, hay países que todavía cuestionan si vacunar o no a los ovinos, si pueden liberar después la comercialización de distintos subproductos.
Y otra cosa a tener en cuenta es que a partir de (se van a cumplir dos años en marzo del año que viene) en la reunión de las Américas en Puerto Mont, ya la OIE empezó a manejar algo que no tiene una traducción al español, como la compartimentalización, que quiere decir que para este tipo de enfermedades en algunos casos se va a considerar y ya algo está reflejado en el código de fiebre aftosa, no ya el país libre, sino más bien las distintas especies. Eso es más que nada por una inquietud que de repente desde el punto de vista técnico puede ser cuestionada, pero desde el punto de vista político tiene su que ver, en el sentido de aquellos países que tienen animales silvestres, de repente pueden estar libres las especies domésticas pero no las silvestres. Bajo ese mismo argumento podemos esbozar –así se ha hecho– esa compartimentalización en las especies domésticas.
JI - Usted dice que esto fue parte de una estrategia, no de una desatención…
JB - No, por supuesto que no. Cuando el episodio de aftosa, que en abril y nosotros concurrimos en mayo a la OIE, el profesor Ulrich Sting, que era el director de los servicios de Suiza, que fue también integrante de la Comisión de Fiebre Aftosa en su primera oportunidad, cuando Uruguay obtuvo el libre y estuvo aquí, que es reconocido a nivel mundial, él mismo, cuando le comentamos esto nos dijo textualmente: “Qué buena idea”. Estaban presentes varios delegados, no sólo los uruguayos sino de otros países. O sea que eso avaló que esa decisión, que fue muy consensuada y en la que también participó el doctor Casas Olascuaga como experto en el tema, nos dejó tranquilos, estamos plenamente tranquilos de que es una buena posibilidad.
JI - También hay comentarios negativos sobre la industria frigorífica, en cuanto a los procesos de certificación.
JB - Exactamente. Eso está enrabado con dos temas que hace mucho tiempo que se vienen anunciando y que por equis motivo –que no soy yo quién para definirlos– no se han concretado. Por un lado la trazabilidad…
JI - La trazabilidad es el seguimiento del animal desde que nace hasta el momento en que se lo sacrifica y se manda al destino donde se vaya a colocar la carne.
JB - Exactamente. Con raíz en otros idiomas se lo llama trazabilidad, y en español es “rastreabilidad”. Es saber todo lo que el animal ha sido sometido durante su vida hasta que la carne llega al consumidor. Uruguay tiene una muy buena “trazabilidad” (aceptemos el término) colectiva a través de Dicose: se sabe de qué establecimiento proviene la tropa; todavía no tenemos la individual. Respecto a la individual, Europa presiona mucho porque para ellos es muy sencillo: son rodeos pequeños, entonces se sabe; en el caso nuestro es mucho más complicado. Pero también le digo que muchas veces, muchos países –esto está documentado– han puesto que la trazabilidad colectiva de Uruguay a través de Dicose es muy buena. Hay que dar ese otro paso, el país tendrá que darlo –lo hemos dicho– a la trazabilidad individual en la medida que todos los involucrados vean que tiene un beneficio.
JI - Supuestamente había un sistema de caravanas comenzando a aplicarse…
JB - Exactamente.
JI - ¿Cómo está caminando?
JB - Está bien procesado, fue público que el Ministerio ya otorgó las adjudicaciones; hay que tratar de empezar a instrumentarlo a medida que se vayan dando las condiciones.
JI - Eso es lo que se les va a explicar a los europeos: estamos en eso.
JB - Exactamente.
JI - Tienen razón en ese planteo.
JB - Tienen razón porque lo miran desde el punto de vista de ellos. Y siempre lo digo...
JI - Son los que compran.
JB - Sí; usted lo ha dicho: Uruguay sale a vender. Lamentablemente cuando uno sale a vender una cosa, tiene que adecuarse a los requerimientos del comprador. La decisión es de Uruguay; ellos la plantean, nosotros la consideramos un poco estricta, pero bueno… Si nos sirven los precios y nos sirven esos mercados, tendremos que apegarnos a esos beneficios.
JI - Este tipo de planteos sanitarios, todos estos cuestionamientos que ellos hacen, que vemos que en muchas cosas tienen razón, ¿pueden estar encubriendo bloqueos comerciales a la producción uruguaya?
JB - No, yo diría que no en primera instancia. Todo esto debe ser negociado; hay que ver la buena intención –Uruguay la tiene, está tomando todas las medidas para poder cumplir con esos requisitos. Dentro de ese documento –está manifestado– ellos hacen especial hincapié en todo lo que es el bienestar animal. Siempre se van poniendo nuevas trabas, se solucionan los aspectos técnicos y empezamos con otros, en un momento fue el medio ambiente, en lo que Uruguay está muy bien posicionado; hoy se habla de la trazabilidad y del bienestar animal. Uruguay está encarando esos temas, así lo hemos hecho saber hace mucho tiempo –me refiero tanto a integrantes oficiales como particulares de estas misiones– que era un tema que se venía. Sobre fin de año va a haber distintos eventos para empezar a desarrollar un programa en todo lo que es bienestar animal y a nivel de OIE va a haber distintas actividades sobre bienestar animal para que todos nos vayamos capacitando y viendo cuáles son los nuevos requerimientos para poder implementarlos.
JI - ¿Cómo se procesa la respuesta al informe conocido el viernes?
JB - Nuestras autoridades oficiales, representadas por el doctor Ugarte y todo su equipo –donde participan autoridades políticas de mayor envergadura– están trabajando en el tema. Nosotros hemos colaborado y estamos colaborando con ellos en todo lo que sea necesario a fin de darles por escrito todos estos “descargos” y buscar la medida para poder solucionar esto. Si bien existen, si bien deben preocuparnos porque hay que encararlas, no debemos alarmarnos porque si bien ellos son nuestros compradores, el producto de Uruguay interesa y la imagen de Uruguay es muy buena, entonces eso también va a facilitar o allanar los caminos.
JI - ¿Ese informe tiene algún peso legal, algún peso dentro de la propia UE a la hora de comprar, en cuanto a que si las respuestas de Uruguay no satisfacen se pueden cerrar los mercados europeos?
JB - Yo diría que no, pero en el mundo del comercio y en el mundo político nunca se sabe lo que puede pasar. Son cosas que se negocian; a veces se ponen plazos y demás, pero pienso –es una opinión personal– que si bien es lógico que aparezcan esos cuestionamientos, la UE tiene la mejor intención de seguir comprándole a Uruguay. Le interesa el producto y confía en el país. Hay que remarcarlo: Uruguay tiene una imagen muy buena a nivel de los organismos internacionales, a nivel del mundo y en particular a nivel de esta comisión de la UE.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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