18.12.2005












UN SIGLO Y MEDIO MARCADOS POR SU GEOGRAFÍA

Panamá, 100 años de independencia

Embajador en Uruguay, Luis Mario Cuestas Gómez: En el plano político, dos tercios de los panameños somos detractores de Omar Torrijos, aunque tiene el mérito de haber manejado la situación del Canal en la forma y el momento adecuados. El Canal tiene una participación marginal en la economía, pero con su recuperación “demostramos al mundo que con inteligencia se puede doblegar cualquier situación adversa”.

EN PERSPECTIVA
Lunes 03.11.03, 08.45.

EMILIANO COTELO:
La República de Panamá está cumpliendo 100 años hoy, 3 de noviembre. 100 años de una independencia a la cual no fue ajeno Estados Unidos, y que tuvo como origen la construcción del canal que uniría el Mar Caribe con el Océano Pacífico.

El Canal y EEUU han sido dos huellas fundamentales en la identidad de este país, sobre el cual les proponemos conversar hoy con su embajador en Uruguay, Luis Mario Cuesta Gómez. Con él vamos a hablar de la historia, pero sobre todo del presente y el futuro de Panamá, ahora que, desde el año 2000, el Canal le pertenece plenamente.

El ingeniero agrónomo Cuestas Gómez (54 años, casado, tres hijos) representa a su país desde noviembre de 1999 como embajador extraordinario y plenipotenciario en Uruguay.

LUIS MARIO CUESTAS GÓMEZ:
Así es; en pocos días voy a cumplir cuatro años en el cargo. Es muy fácil vivir en Uruguay, tanto yo como mi familia nos hemos aquerenciado. Todos estamos muy contentos, pero ya vemos que se nos termina el tiempo: todos tenemos un término, el nuestro es político, y pronto vienen las elecciones en nuestro país.

EC – La historia de Panamá en realidad registra varias independencias, desde que los españoles llegaron a sus tierras a principios del siglo XVI. La primera fue en 1821, cuando la Gran Colombia se independizó de España, y el territorio de Panamá formando parte de lo que hoy conocemos como Colombia.

LMCG - En cierta forma, sí. Nosotros realmente nos independizamos de España por nuestra propia cuenta. Hicimos un país independiente el 28 de noviembre de 1821, pero detrás del sueño de Bolívar, quien consideraba que debía haber una sola nación al sur del Río Grande, y que propuso a Panamá como capital de ese enorme país que hubiese sido, nos unimos inmediatamente a la Gran Colombia. Pero ese sueño murió con la caída política de Bolívar, y quedamos unidos a la Gran Colombia.

EC - Recién 80 años más tarde viene la Independencia de 1903, que es la que hoy se está conmemorando. ¿Qué es, exactamente, lo que los panameños recuerdan cada 3 de noviembre?

LMCG - Voy a decir algo adicional. En esos 82 años que tuvimos entre la independencia de España y 1903, Panamá se separó de Colombia en 17 ocasiones. La 18ª fue la última y definitiva, la del 3 de noviembre, cuando nos convertimos en una nación independiente y comenzamos a fungir como país en el concierto de las naciones. Y celebramos con mucha euforia (quizá por la mentalidad de los panameños, que somos un poco fiesteros) esa separación –no le decimos independencia sino separación— de Colombia.

Significó todo para nosotros: la largada, la vida independiente. Quizás con añoranza tanto de Colombia como de los panameños, hubiéramos pensado en la posibilidad... esas cosas para las que ya es tarde. Pero sí se veía como que aquello de Colombia, un país grande... Pero hay muchas disimilitudes, muchas disimilitudes entre lo que fue entonces el gobierno bogotano y la mentalidad del pueblo panameño.

EC – No por casualidad, la construcción del canal fue el disparador de esa independencia.

LMCG - Totalmente, totalmente. Todo lo último, lo que quedó como establecido históricamente radica en la construcción del canal. Los franceses hicieron el intento de construirlo en el siglo anterior...

EC – Habían empezado las obras en 1882...

LMCG - ...de la mano de Ferdinand de Lesseps. Pero es conocido que hubo un fracaso, no creo que sea oportuno recordarlo ahora.

EC – Fracaso, fraude, corrupción...

LMCG - De todo.

EC - ...hicieron fracasar el primer envión, en el que de todos modos se avanzó en la construcción del canal.

LMCG - Así es. Entonces, los norteamericanos compraron los derechos y firmaron un tratado Herrán – Hay (por Tomás Herrán y John Hay), que nunca fue aprobado por el Senado colombiano. Esto cayó a los panameños como un baldazo de agua fría.

EC – El Parlamento colombiano no aprobó que los derechos vendidos a una empresa, a una sociedad por acciones originalmente francesa, pasaran a poder del gobierno de EEUU.

LMCG - El tratado se hizo entre el ejecutivo colombiano y el norteamericano. Pero el Senado, que debía tratarlo, no lo aprobó. Allí fue cuando en Panamá comenzaron a sonar deseos de independencia que se aceleraron porque los colombianos, que también se dieron cuenta de lo que estaba pasando, enviaron un contingente militar que inteligentemente fue rebatido: no hubo una confrontación militar. Pero, haciendo un poquito de historia, ya antes del Canal existía en Panamá un ferrocarril que transportaba a los viajeros desde el Caribe hasta el Pacífico.

EC – Fue el primer medio para unir las dos costas.

LMCG - Así es. Y aparentemente cuando el ejército colombiano quiso viajar desde la ciudad de Colón (porque entraron por el Caribe) a la de Panamá para la sublevación que supuestamente se iba a realizar, se les dijo que no había vagones suficientes para el ejército pero que tenían un vagón disponible para llevar a la oficialidad. Una vez que la oficialidad y el ejército se separaron, en Panamá detuvieron a los oficiales y hasta ahí llegó todo.

EC – Pero no ha mencionado el papel que jugó EEUU apoyando esa rebelión independentista.

LMCG - Definitivamente. Una vez que esto ocurrió y que en Colombia quisieron tomar cartas militares en el asunto, EEUU presionaron militarmente. A ellos les convenía, porque para ellos era imperativo hacer ese canal. El presidente [Theodore] Roosevelt, había concebido la idea de que si un país como el suyo no tenía un contacto de costa a costa para sus barcos (comerciales, de guerra, para todo esto), no era una situación completa. Dar la vuelta al Cabo de Hornos representaba una enorme cantidad de tiempo y además un gasto enorme. Ellos tuvieron un problema durante la guerra con España, cuando fue hundido un barco en la bahía de La Habana y debieron reemplazarlo por uno que se encontraba en San Francisco y realmente sintieron esas 12.000 millas, porque fueron 67 días de viaje.

EC – Se podría decir que hay una paradoja en esa independencia...

LMCG - Totalmente de acuerdo.

EC – ...porque fue una independencia pero para asegurar a otro país, nada menos que a una potencia de primer orden como EEUU, la facilidad que necesitaba para el despliegue de su poderío en el mundo.

LMCG - Es un hecho. A nosotros no nos avergüenza decirlo porque es nuestra historia. Efectivamente, nacimos como Estado de la mano del Canal, y el Canal fue construido efectivamente por interés de EEUU...

EC – Que a su vez otorgó una franja de 9,5 km de ancho a través del istmo...

LMCG - Más o menos 10 millas de un extremo al otro. Hay ahí una parte que es la que no le gusta a los panameños...

EC – Para ubicarnos: estamos hablando de un canal que tiene casi 80 kilómetros de extensión, y en torno al cual se establecía una franja...

LMCG - ...de cinco millas a ambos márgenes.

EC – Que quedaba bajo control de EEUU.

LMCG - Totalmente bajo control de los EEUU, con jurisdicción legal; correos, policía, bomberos.... Todo absolutamente. La parte jurídica era realmente la que más roncha nos hacía. Y ahí es donde está la partecita un poco no delicada. Nosotros fuimos objeto de... la mala voluntad del negociador panameño. El negociador panameño en ese tratado era el francés Philippe Bunau Varilla, quien había quedado rezagado de la intentona francesa de construir el canal, y se había acriollado a Panamá. Sin embargo, firmó con el secretario de Estado de EEUU, John Hay, el tratado Hay – Buneau Varilla que otorgaba demasiado a EEUU. Le entregaba el canal a perpetuidad, y los emolumentos que Panamá iba a percibir eran insignificantes: 10 millones de dólares en primera instancia, y posteriormente una mensualidad que no excedía los 500.000 dólares anuales, sin ningún derecho a los peajes. Eso significaba que, en manos de este aventurero en quien se confió plenamente, Panamá hubiera entregado el canal.

Fue un tratado oprobioso; nunca fue del agrado de los panameños. Que en el país tuvieran jurisdicción legal... El país estaba cortado en dos pedazos prácticamente; estábamos obligados a pasar por “territorio norteamericano”, cosa que nunca aceptamos pero para ellos era así, tenían jurisdicción, y ante cualquier infracción de tránsito, cualquier situación que ocurriera, debías presentarte ante un jurado norteamericano. Era una situación bastante, bastante ingrata, con la que convivimos muchos años.

***

EC – Justamente: ¿cómo fue la convivencia de Panamá con el canal y con los EEUU en esas condiciones tan peculiares durante el siglo XX? Recordábamos hace unos minutos cómo se precipitó este movimiento independentista del 3 de noviembre de 1903, y el papel que jugó EEUU en respaldo de quienes promovían la separación de Colombia (para consolidar la independencia, algunos de los principales actores panameños del momento se trasladaron a Washington para conseguir el apoyo del gobierno encabezado por el presidente Theodore Roosevelt), y cómo estuvo de por medio el interés de EEUU por la construcción del canal. Recordábamos también que ese canal incluyó la concesión a EEUU de una franja de varios kilómetros en torno al canal, dentro de la cual rigió la jurisdicción de EEUU. En esa Zona del Canal se instalaron bases militares norteamericanas que fueron plataforma para el control de EEUU en América latina, en el marco de la Guerra Fría. Esas bases también sirvieron de centros de instrucción de la Doctrina de la Seguridad Nacional a militares de países latinoamericanos. La Zona del Canal albergó también un centro financiero de gran poderío.

Hubo, entonces, una influencia de EEUU muy marcada en la vida panameña durante todo el siglo XX. ¿Qué balance hace de esa huella de EEUU en la vida del país?

LMCG - Quizá el mejor balance de lo que se aprendió de los norteamericanos durante todo ese período ha sido el concepto de funcionar y hacer funcionar las cosas bien. En este momento, el canal está funcionando a la perfección. Además, no fue tanto lo que se aprendió, porque Panamá sigue siendo un país latino, un país tropical... No tenemos tanto la herencia que pudieron dejarnos los sajones si es que queremos llamarlos así. Seguimos siendo un pueblo totalmente caribeño, latino, con las bondades y los defectos que tenga esta forma de ser. No cambiamos realmente; más bien nos cimentamos como pueblo; somos un pueblo totalmente variado en cuanto a su origen: negros, asiáticos, criollos, europeos... De todos tipos se ha formado la esencia del panameño.

EC – Pero ¿cómo fue la relación, el estado de ánimo de la población panameña respecto a EEUU?

LMCG - Allí sí. Desde el mismo día en que se inauguró el Canal hasta el último día del siglo pasado hubo mucha confrontación, manifestaciones de estudiantes y de panameños que se opusieron realmente, que se sintieron foráneos en territorio panameño.

EC – Incluso hubo una ruptura de relaciones entre los dos países.

LMCG - En 1964, el 9 de enero, los estudiantes del Instituto Nacional quisieron hacer ondear la bandera panameña en la Zona del Canal (como estaba escrito en el tratado de 1963 firmado por el presidente John F. Kennedy), que había sido arriada porque así funcionaba entonces, y al intentar ir a colocarla fueron agredidos por policías y habitantes de la Zona del Canal. Allí se formó una batahola importante, con muchos muertos de nuestro lado, y el entonces presidente –Roberto F. Chiari— tomó la decisión de romper relaciones con EEUU. Allí se creó una histórica manifestación de nacionalismo.

EC - ¿Cómo se laudó aquel episodio y esa ruptura de relaciones?

LMCG - La indignación hizo que nuestro presidente rompiera relaciones, y posteriormente se restablecieron con el compromiso de iniciar conversaciones serias conducentes a la devolución del canal. Ahí comenzó la parte política.

EC – En 1977 vendrían los tratados Torrijos – Carter, que establecieron el compromiso de EEUU de retornar el Canal y la Zona a soberanía panameña para principios del siglo XXI, pero antes de que eso ocurriera, EEUU llegó a invadir Panamá en diciembre de 1989, para arrestar al entonces presidente Manuel Antonio Noriega...

LMCG - Esa quizás haya sido la peor de las situaciones que hemos vivido en nuestras relaciones con EEUU. Es algo que la mayoría de los panameños todavía no comprendemos. Definitivamente nos quitaron un dolor terrible que era tener a este señor Noriega, que representó la ignominia, el desorden, la droga, el tráfico, la corrupción en Panamá.

EC – Era un ex agente de la CIA, y fue acusado por EEUU por sus vinculaciones con el narcotráfico.

LMCG - Él nació de la pseudo revolución de 1968 encabezada por Omar Torrijos. Él definitivamente ocasionó, declarando públicamente la guerra a los EEUU... él inició ese proceso en el cual nosotros nos vimos involucrados como pueblo. Creo que la situación de haberlo retirado hubiera sido mucho más tranquila y mucho más pacífica.

EC - ¿Cómo dice usted? ¿Qué solución podría haber sido?

LMCG - Y, bueno... Retirarlo clínicamente, sacarlo de alguna forma; EEUU tenía los medios para saber dónde estaba, cuándo estaba. Si en la Zona del Canal había medios que en un momento dado permitieron escuchar conversaciones telefónicas en el mundo, también pudieron saber dónde se encontraba.

EC – Porque fue una invasión de muy cruenta, y de un volumen pocas veces visto, ¿verdad? La orden fue impartida por el presidente George Bush padre, ingresaron 26.000 soldados de EEUU, hubo centenares de muertos panameños y decenas de norteamericanos.

LMCG - Fue así. Realmente no esperábamos una cosa como esa. Ocurrió, los panameños nos quedamos absortos, pensamos que se nos estaba tratando mal... Nosotros hemos sido toda la vida un pueblo pacífico, nunca hemos sido agresores, y es algo que todavía no comprendemos por qué nos trataron de esa manera. Aún después de todo esto, el pueblo panameño es un pueblo sin rencores, un pueblo que sabe convivir con quienes lo ofenden.

EC – A eso iba: después de este recuento muy somero, a vuelo de pájaro que hemos hecho de la relación Panamá – EEUU durante todo el pasado siglo XX, la pregunta era cómo ha sido, cómo queda hoy el vínculo entre las dos naciones o los dos pueblos.

LMCG - Con orgullo puedo decir que las relaciones son excelentes por lo que dije: nosotros somos un pueblo que tiramos a la vida, apostamos a vivir, a desarrollarnos. No podemos vivir con el fantasma de rencores con el principal socio del Canal, que es EEUU. Las relaciones son excelentes; históricamente no hemos sido bien tratados por este país tan poderoso, pero sin embargo Panamá ha demostrado sobradamente que no es un país de serviles, porque hemos luchado, pero no somos un pueblo rencoroso. Nuestro país sigue hacia delante, y esperemos que por mucho tiempo le demos esa lección a ellos, en el aspecto de que sabemos manejar el Canal, queremos seguir manejándolo y lo estamos haciendo bien.

***

EC – En 1977, el presidente de Panamá, Omar Torrijos, y el de EEUU, James Carter, firmaron el tratado que devolvió a Panamá la propiedad definitiva del canal a partir del año 2000. ¿Cómo figura en la historia panameña ese acuerdo: como un triunfo de los panameños?

LMCG - Un triunfo de los panameños. Definitivamente, allí es donde demostramos al mundo que, haciendo las cosas con inteligencia, con razonamiento, se puede doblegar cualquier situación adversa como en este caso: un canal que los norteamericanos, en un momento dado, concibieron como algo propio, de su tierra, de su sitio: era dado a perpetuidad. Y trabajando, universalizando la causa de Panamá, se pudo doblegar esa tesis norteamericana.

EC - ¿Por qué EEUU cedió?

LMCG - Creo que tuvieron que ceder ante lo que es correcto, ante lo que el mundo consideraba necesario que se hiciera. Que el concepto de perpetuo no existe, y que Panamá tenía todos los derechos para retomar su territorio.

Se les convenció, cayó en manos de un presidente de grata recordación en Panamá, un presidente que veía las cosas desde un punto de vista distinto a la militarización de estas cosas...

EC – Usted se refiere a Carter.

LMCG - Exactamente, a Carter. Había 17 bases militares en Panamá; creo que era el único sitio del mundo donde había esa concentración de bases en 1.500 metros cuadrados, que era lo que abarcaba la Zona del Canal.

EC – Y el nombre del general Omar Torrijos, ¿cómo es visto hoy por los panameños? Se lo estoy preguntando a usted que pertenece al Partido Arnulfista, que llevó a la Presidencia a la actual presidenta, Mireya Moscoso, quien se impuso al hijo de Torrijos. Sé que estoy haciéndole la pregunta a un opositor, a un crítico de Torrijos, pero ¿cómo sitúa la gente en general a quien entonces era el presidente?

LMCG - Yo hablo en lo personal, y quizás puedo hablar en nombre de un grupo de panameños. Considero que Torrijos tiene el mérito histórico de haber sabido manejar la situación; lo hizo en el momento preciso y en el lugar adecuado. Todo estuvo perfectamente y finalmente salimos con la nuestra.

Sin embargo, en la parte política, hay que recordar que Torrijos no entró por elecciones a Panamá, que irrumpió en la democracia de Panamá (que era una democracia de muchos años), que la mal llamada revolución de Torrijos estuvo demasiado tiempo en Panamá, por 21 años. Nada que demore 21 años, por simple decisión personal de mandar y tomar decisiones está bien visto. Hubo también muchos problemas, los panameños lucharon denodadamente contra Torrijos desde el primer momento hasta el último día. El 33 por ciento de los panameños son adictos a Torrijos o a lo que dejó Torrijos (porque ya no existe) y el otro 66 por ciento somos detractores. Sin embargo, somos panameños todos, y estamos contentos con lo que Torrijos logró.

EC – En el momento del traspaso de la propiedad del Canal, uno de los temas discutidos fue la posibilidad real de que Panamá llevara adelante su administración eficiente. Pasados casi cuatro años desde que Panamá controla el pasaje entre el Caribe y el Pacífico, ¿cuáles son los resultados?

LMCG - Desde que llegué a Uruguay estoy respondiendo a esta pregunta, a este cuestionamiento que nos sentimos muy orgullosos de contestar. Como periodista, en lo que va de este siglo ¿has escuchado alguna noticia del canal?

EC – Es cierto: hace mucho que no se oye...

LMCG - Eso significa que lo estamos haciendo divinamente, perfectamente. Si hubiera habido algo mal hecho, automáticamente nos hubieran caído los medios de comunicación del mundo, hubieran venido los detractores, se nos hubiera tildado de incapaces... Pero no ha sido así.

EC - ¿Qué ha pasado en cuanto a movimiento a través del canal, ...

LMCG - Todo; lo hemos superado.

EC - ...reinversión para mantener actualizada la estructura?

LMCG - Totalmente; hemos superado estadísticamente en casi cada uno de los rubros importantes: en seguridad, en mantenimiento, en conservación ecológica, en incremento del paso de toneladas, en ganancias netas... Hemos superado todo, hemos roto todas las estadísticas que se tenía. Se ha renovado el canal, se ha hecho las mejoras requeridas, se ha ensanchado el “Corte Culebra” que fue el dolor de cabeza de Lesseps, de Stevens y de todos los que construyeron el Canal. Se ensanchó, y en este momento dos de los más grandes barcos que cruzan el canal pueden hacerlo simultáneamente. Se ha renovado la maquinaria, los sistemas de apertura de las esclusas... Se ha modernizado, y todo ha salido de nuestro dinero: no se ha requerido endeudar al país para eso.

EC - ¿Qué utilización hace Panamá de los recursos que genera el Canal, básicamente el peaje?

LMCG - Primero que nada, mantenerlo, sacarlo de una posible obsolescencia es lo más importante. Está funcionando, funciona bien, y de los recursos que provee se saca los fondos para mantenerlo y modernizarlo.

Sin embargo, eso es injusto. Si el pueblo panameño luchó tanto tiempo por tener este canal, lógico es que esos fondos deben ir a cubrir la deuda social de Panamá, y se los está utilizando con ese fin. Se los está utilizando para solucionar los problemas de orden social, de la pobreza que existe en nuestro país como en cualquier otro. O sea que se está invirtiendo estos fondos en nuestro propio pueblo.

EC – En sus primeros tres años, la autoridad del Canal entregó al Estado panameño 652 millones de balboas (la moneda panameña, equivalente a un dólar)

LMCG - Igual a un dólar: de hecho, no existe como moneda.

EC – 652 millones de dólares fue lo que el Estado recibió del Canal desde que éste pertenece enteramente a su país.

LMCG - Así es. Eso en un país que tiene un presupuesto anual de casi 6.000 millones de dólares, no representa nada.

EC – A eso iba: ¿cuánto pesa el Canal en la economía panameña; cuánto más es Panamá que el Canal mismo?

LMCG - Dos pasos hacia atrás en la historia: comentábamos que desde el mismo día en que se firmó el tratado Hay – Buneau Varilla, los panameños nos dimos cuenta de que éramos niños pobres, que no teníamos un papá rico y que la naturaleza tenía que brindarnos todo lo que tenemos. Inmediatamente los empresarios comenzaron a pensar qué podían hacer aprovechando tener un canal en nuestro territorio, y desde entonces comenzaron a surgir cosas que tuvieran que ver con el Canal pero sin poder tocarlo (éramos sólo observadores del Canal, pero teníamos que sacarle ventajas). Así nació un centro bancario internacional de mucho peso, así nació la Zona Libre de Colón (zona franca, como las llaman ustedes), así nacieron grandes compañías aseguradoras, navieras, de tráfico marítimo... Así nació todo un comercio internacional, así se hizo Panamá, sin tocar el Canal que pasaba por Panamá pero utilizándolo.

Eso hace que la economía panameña tenga muchas aristas y muy importantes, como todas las mencionadas. Incluso, el Canal hoy día no es la empresa que más ingresos genera a Panamá. La Zona Libre de Colón es la que más ingresos genera. El ingreso por concepto de turismo superó en 2002 lo que el Canal nos dio en concepto de peajes. O sea que, realmente, Panamá tiene un cúmulo de distintas empresas, casi todas de servicios, que son las que generan la riqueza de nuestro país.

EC – En territorio, Panamá la mitad de Uruguay.

LMCG - Un poco menos que la mitad.

EC – En población andamos parejos. En cuanto a deuda pública, ustedes tienen 6.000 millones de dólares en 2002...

LMCG - Así es.

EC – ...menos que nosotros. En alfabetización tienen 92% frente a casi 100 por ciento de nuestro país.

LMCG - Tenemos algunos escollos que nos hacen difícil integrar parte de nuestra sociedad a los bienes que la sociedad genera. Somos orgullosos de nuestra estirpe, y los indios ocupan realmente un lugar importante en la población, pero no siempre reciben los beneficios de la sociedad. Llevarles la cultura es muy difícil, llevarles salud es muy difícil...

EC - ¿Cómo pesa ese ocho por ciento de analfabetismo?

LMCG - Justamente, en eso estamos trabajando, a eso tratamos de que lleguen los beneficios del Canal para cubrir esa falla social.

EC – En general, ¿cómo diría usted que está su país cuando cumple 100 años?

LMCG - Superándose paso a paso, creando conciencia en su gente. Su gente debe darse cuenta de que unidos vamos a lograr mucho más que separados como vivimos en un momento. En este momento hay empresas muy grandes llegando a Panamá, tenemos excelentes relaciones con países con los que anteriormente no las teníamos... Excelentes relaciones comerciales y diplomáticas con la República Popular China, y también muy buenas relaciones con la isla de Taiwan.

O sea que Panamá es un país multifacético, tiene muchas formas de vivir, muchas formas de ver las cosas, y somos amantes de la paz, somos un pueblo –como se dice “en panameño”— “echao p’adelante”.

***

EC – El embajador sale de la entrevista para concurrir al Hospital Pereira Rossell, donde entregará un presente al primer niño nacido hoy.

LMCG - Es una tradición panameña. Se estila mucho incluso, cuando cualquier compañía, club cívico o agrupación cumple un aniversario, llevar una canastilla con los implementos necesarios (pañales, ropita, escarpines, sábana, frazada, etcétera, etcétera) a la primera criatura que nazca el día que se celebra. En este caso a la primera criaturita nacida el 3 de noviembre, día del centenario de nuestro país.

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón

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