18.12.2005














Primeras impresiones de un país en conflicto

Desde Tel Aviv, Mauricio Rabuffetti.



EN PERSPECTIVA
Martes 04.11.03, 08.49.

EMILIANO COTELO:
El periodista de En Perspectiva responsable de los temas internacionales, Mauricio Rabuffetti, está de viaje desde hace varias semanas, y hemos charlado con él desde Madrid, desde París.

Ahora te encuentras en Israel, en Tel Aviv, ¿verdad?

MAURICIO RABUFFETTI:
Exactamente, estoy en Tel Aviv desde hace aproximadamente 10 días.

EC - Un viaje que llevó a que la frecuencia de nuestro espacio de análisis internacional se alterara bastante, de ahí que nos pareció buena idea comentarle a la audiencia, para empezar, qué estás haciendo ahora en Tel Aviv.

MR - Estoy en el marco de un viaje personal que incluyó varios reportajes y algunos trabajos a nivel periodístico. En este momento me encuentro, invitado por el gobierno israelí, en un curso para periodistas latinoamericanos y personas que trabajan en el área de la comunicación en América Latina. Un curso al que fuimos invitados 27 periodistas y que se desarrolla en un Centro de Cooperación Internacional del gobierno de Israel, aquí en Tel Aviv.

EC - ¿En qué consiste exactamente ese curso que estás haciendo? ¿Cuáles son los temas que se tocan, quiénes participan?

MR - Somos 27 periodistas y encargados de temas de comunicación de América Latina y un país africano; hay gente de Argentina, Brasil, Ecuador, etcétera, prácticamente están representados todos los países de América Latina.

Es un curso que tiene por objetivo que los periodistas que de una u otra forma trabajamos o podemos llegar a trabajar en áreas de conflicto, en áreas donde están en riesgo vidas de personas, podamos discutir qué papel tomamos, las formas de protegernos y cuáles son los resultados de nuestro trabajo en esas circunstancias. La idea es aprovechar la situación que se vive aquí para comprender las implicancias que tiene el trabajo de los periodistas en esas situaciones. En ese contexto fue que nos pareció interesante participar de este curso que dura 25 días.

EC - ¿Cuál es tu objetivo en este curso?

MR - Desde hace nueve o diez meses estamos trabajando en este espacio de análisis de información internacional En Perspectiva. Muchas veces nos hemos referido al tema de Oriente Medio, es una situación cotidiana en las noticias y a nivel profesional la posibilidad de acercarse a una región como ésta, tan conflictiva, con una guerra que tiene causas y razones a veces tan difíciles de percibir en su total dimensión, en ese marco me pareció que la posibilidad de estar en el lugar, de conocer las opiniones de la gente de la calle, de las autoridades, de tratar de conocer cómo se vive esto que es una guerra en ambos lados, era una forma de obtener elementos de análisis para aplicar después en el trabajo que hacemos en la radio.

EC - Algunos oyentes deben estar preguntándose por qué, si estás allí en Tel Aviv, no ingresamos directamente en el análisis del conflicto entre israelíes y palestinos. Fue algo que discutimos contigo antes de que viajaras; me gustaría que le contaras al público cómo resolvimos manejarlo.

MR - Es verdad, fue objeto de alguna que otra charla antes de salir. Obviamente, el hecho de estar aquí invitado por el gobierno israelí implica que, en lo que va de la visita, hemos visto y hablado esencialmente con uno de los dos lados que componen este conflicto. Debido a eso decidimos no realizar desde Israel los análisis habituales sobre el conflicto israelo-palestino, por lo menos hasta tener un panorama más acabado sobre el terreno, un panorama más completo que nos permita ver las dos partes involucradas. Es una cuestión lógica de respeto hacia el oyente.

EC - Por otra parte sigue estando en línea, disponible en cualquier momento, nuestra corresponsal en Jerusalén, Ana Jerozolymski, con quien tomaremos contacto si es necesario, sobre todo si ocurren episodios fuertes y urgentes.

Dejando de lado lo político y lo militar, vayamos a tus primeras impresiones sobre cómo se vive ese conflicto a nivel de la gente común con quien has estado conversando.

MR - Es bueno decir que los periodistas vivimos por cuenta propia, tenemos absoluta libertad de movimiento. Eso quiere decir que, si queremos, sin ningún tipo de inconveniente –más allá del inconveniente lógico de la seguridad–, podemos trasladarnos hacia los territorios palestinos y hablar con el otro lado del conflicto que no vemos directamente en Israel.

EC - Has visitado varias ciudades ya, ¿verdad?

MR - Sí, hemos visitado Tel Aviv y Jerusalén, hasta ciudades en la frontera norte con el Líbano, y está previsto que hagamos un recorrido bastante general por este país, que es muy chiquito (entra casi ocho veces en Uruguay), entonces es bastante práctico y fácil moverse, tomando siempre los recaudos sabiendo que uno está en un país donde existe una situación particular a nivel de seguridad.

En ese sentido existen diferencias muy perceptibles a nivel de la calle, de la gente, entre una y otra ciudad. Las visitas a Jerusalén permiten observar un grado de militarización en las calles mucho más fuerte que el que puede verse en Tel Aviv, donde es muy perceptible el esfuerzo de la gente común y corriente por llevar una vida normal en medio de esta situación. Es una ciudad con mucho movimiento nocturno, la gente va a comer, sale, se mueve. En Jerusalén también hay mucho movimiento, pero uno observa una cantidad de fuerzas de seguridad mucho mayor en la calle; eso es claramente perceptible y es una diferencia que obedece a que es un blanco más frecuente de atentados suicidas. En ese sentido está más reforzada la seguridad, aunque es muy general el tema de la seguridad y muy chocante para quienes, como nosotros, venimos de países tranquilos.

EC - ¿Es una sociedad con un alto grado de militarización?

MR - Sí, sin duda; los adolescentes que tienen 14 o 15 años saben que en un par de años tienen que entrar al ejército, en el caso de los hombres durante tres años y en el de las mujeres durante dos. Aunque no necesariamente sirven en zona de combate, estar en el ejército en este contexto obviamente implica problemas de seguridad; por la calle podés ver adolescentes de 16 años armados –es la edad mínima para el porte de armas–; ves una gran cantidad de voluntarios, personas que han pasado por el servicio militar y trabajan como voluntarias en fuerzas de seguridad. Es decir que la presencia de armas en la calle es bastante notoria para quien no está acostumbrado y cuesta –a mí personalmente me costó– acceder a que de repente voy en un ómnibus y me encuentro con un fusil colgado al hombro de una persona vestida de civil. No son imágenes comunes para nosotros. Los colegas colombianos, por ejemplo, que vienen de un país donde hay un conflicto muy fuerte, me decían que observan que la presencia de fuerzas de seguridad en la calle es mucho mayor que en su país, y Colombia es un país que se encuentra en conflicto desde hace varias décadas. Me pareció interesante como comparativo. Es bastante fuerte la imagen. No obstante, la gente trata de llevar una vida normal.

EC - Tú has podido estar en contacto con gente de esta zona del mundo, del Río de la Plata, que ha elegido irse a vivir a Israel pese al estado de conflicto siempre latente. ¿Qué puedes contarnos sobre las experiencias de esas personas?

MR - Quizás ese sea uno de los aspectos que más me han llamado la atención de lo que he visto hasta ahora. El Estado de Israel recibe a los inmigrantes judíos que vienen al territorio y en ese marco hay un montón de gente de países latinoamericanos –argentinos, uruguayos, chilenos– que llegan hasta aquí. Lo interesante es que esa gente que viene de países donde la forma de vivir es un poco distinta –para que te hagas una idea: aquí en cada lugar que entrás te exigen una revisión, abrir los bolsos, pasar por detectores de metales– no sólo se acostumbra, sino que tiene –según me contaban algunos– que incorporar a su concepción de la vida cotidiana el saber que, de repente, sus hijos que nacen aquí en Israel o que nacieron en Argentina por ejemplo, en algún momento van a tener que pasar eventualmente por un frente de combate. Es una situación que aceptan pero a la cual les resulta difícil acostumbrarse. Es lógico, pensemos en un uruguayo: nosotros estamos acostumbrados a un determinado esquema de vida y tenemos que pasar de golpe a que un hijo esté en el frente de combate. Ellos me ponían ese ejemplo, que me resultaba bastante impactante por la seguridad de la decisión, a pesar de la situación que se vive, de venir e instalarse con su familia a vivir en el Estado de Israel.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón

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