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Röhm ofrece declarar en EEUU; la Justicia argentina ya aceptó
Doctor Gervasio Guillot: Los bancos internacionales, dueños del 75% del Comercial, traicionaron a José Röhm. En el momento de la debacle pudieron aportar y no hubiera pasado nada. Pero lo dejaron morir y después prestaron U$S 100 millones al Estado uruguayo, mediante un contrato que les asegura impunidad... Ahora reclaman ese dinero, y Röhm puede decir todo lo que sabe de esa situación.
EN PERSPECTIVA
Miércoles 05.11.03, 07.38.
EMILIANO COTELO:
Informábamos ayer que el banquero José Röhm, prófugo en Miami, se ofrece a declarar ante la Justicia uruguaya pero con la condición de que el interrogatorio se desarrolle en Estados Unidos, sea en Nueva York o en la embajada uruguaya en Washington.
El anuncio fue formulado por su flamante abogado defensor –y ahí otro de los motivos de interés—, quien hasta hace pocos meses fue presidente de la Suprema Corte de Justicia, doctor Gervasio Guillot.
Ayer procuramos ubicar al doctor Guillot, cosa se fue complicando hasta cerca del mediodía. Sobre las 13.30 conversó con el programa La Brújula, y luego ofreció una conferencia de prensa en la que avanzó sobre la estrategia que está diseñando para su defendido e hizo algunas afirmaciones bastantes fuertes, en el estilo de Guillot, por ejemplo señalando que Uruguay tiene en Röhm un testigo calificadísimo a favor del país “en los pleitos que le siguen estos tres gángsters”. “Estos sí que son grandes tiburones, porque los Röhm son unas mojarritas que tenían un cuarto del paquete accionario del Banco Comercial, frente a esas orcas que tenían el 75%”, dijo aludiendo al Crédit Suisse, al Dresdner Bank y al JP Morgan.
Ahora sí vamos a poder conversar con el doctor Guillot, con quien estamos en comunicación telefónica. ¿Por qué José Röhm no viene a declarar a Uruguay, y ofrece ...?
GERVASIO GUILLOT:
Porque está requerido acá; si viene queda pegado, mi querido. Entonces, quiere ejercer su defensa con pleno ejercicio de su libertad ambulatoria y no con la capitis diminutio que significaría hacerlo desde una celda de Cárcel Central.
EC – Eso se entiende, pero la pregunta inmediata es: para la Justicia de nuestro país ¿es aceptable salir al exterior a interrogar a alguien que está requerido por la propia Justicia?
GG – Yo lo explico muy bien en el escrito donde pido la medida. Es una situación ontológicamente idéntica cuando el juez y el fiscal constituyen despacho fuera del local del juzgado, por ejemplo, en un hospital para interrogar a un protagonista de un hecho de sangre –sea imputado, testigo o víctima—, como cuando se constituye en una celda de un recinto carcelario –en Santiago Vázquez o en el Penal de Libertad—, o cuando se constituye en el domicilio de un testigo imposibilitado de desplazarse... Son todas ellas situaciones previstas en el Código del Proceso, y por tanto perfectamente... Porque no van a territorio exterior sino a territorio oriental, uruguayo, a cumplir una diligencia.
EC – Pero la diferencia con esos ejemplos que usted menciona es que en este caso se encuentra requerido.
GG – No tiene nada que ver: puede estar requerido en un hospital, en un recinto carcelario o en su domicilio. Es absolutamente irrelevante.
EC - ¿Hay antecedentes de actuaciones de la Justicia uruguaya en estas condiciones?
GG – Hay un antecedentes cuando la jueza argentina doctora Servini de Cubría vino a realizar diligencias indagatorias en Uruguay (usted lo recordará)...
EC – Sí.
GG – Ella vino sobre estos mismos hechos, porque tiene la causa del Banco General de Negocios, en Buenos Aires. Y tiene a su disposición, sometido a proceso, a Carlos Röhm, el hermano de José Röhm. Cuando vino se planteó una recíproca: que el juez y la fiscal constituyeran despacho, fueran a interrogar a Carlos Röhm a su lugar de detención en Buenos Aires. La medida no se llevó a cabo porque la Suprema Corte no tenía rubros para financiar la operación, que requiere gastos de traslado y alojamiento en la capital, porque seguramente esa diligencia no se practicaba en un día solo.
EC – Ese es el antecedente más parecido, dice usted.
GG – El más parecido.
EC – La diferencia es que José Röhm está libre, directamente. En el caso de Carlos Röhm, si se hubiera concretado el interrogatorio, estamos hablando de alguien que está preso en Argentina.
GG – A los efectos de la constitución de despacho fuera del lugar, la situación era exactamente idéntica; la circunstancia de estar detenido no altera en absoluto la naturaleza de la medida.
EC – Hay un tema de gastos, de nuevo...
GG – Los absorbe la defensa. Ya lo dije en el escrito.
EC - ... y José Röhm ofrece hacerse cargo.
GG – La defensa después le pasará a Röhm la cuenta de gastos.
EC – Muchos oyentes, cuando escuchan esto, deben reaccionar con mucha irritación. Pienso por ejemplo en personas damnificadas por la quiebra del Banco Comercial.
GG – Naturalmente, querido. Si un damnificado demoniza a Röhm y personifica en la persona de Röhm la culpa, la responsabilidad de su tragedia económica, que le haya birlado todos los ahorros de su vida, debe querer matarlo. Pero usted que es periodista y yo que soy abogado sabemos que las personas deben responder por lo que hicieron; la responsabilidad penal... “Nulla crimen sine lege”: la conducta tiene que estar descripta en la norma, y ser realmente responsable de esa debacle. Entonces, nosotros –que no estamos involucrados emocionalmente y que no hemos perdido los ahorros de toda una vida— no podemos demonizar a una persona y atribuirle cosas por el natural impulso vengativo que es muy humano y muy razonable en ellos, pero no en nosotros, ni en usted que es periodista, ni en el fiscal, ni en el juez. Nosotros tenemos que determinar lo que hizo Röhm, exactamente sus actos, y luego valorarlos en su proyección jurídico penal, y entonces actuar en consecuencia.
EC – A eso pensaba ir. Pero he escuchado en estas horas el comentario de varias personas diciendo “Es absurdo; en vez de pagar a los depositantes o al Estado uruguayo que también fue notoriamente perjudicado por la quiebra del Comercial, Röhm paga los gastos de un trato judicial privilegiado”.
GG – En primer lugar, no es un trato judicial privilegiado. Es un disparate de comparar el buraco financiero que dejó el Banco Comercial con el costo de esta diligencia: son cifras absolutamente imparangonables porque acá se trata de dos o tres boletos de avión para juez, fiscal y funcionario receptor, y dos o tres días de estadía en Nueva York. No compare eso con el buraco financiero que dejó todo este colapso.
EC – De acuerdo; pero no cualquiera puede financiar semejante operación.
GG – Pero usted, que ha viajado, ¿cuánto cree que puede costar eso?
EC – Está bien. Pero la reacción va por el lado de a cuántos les gustaría declarar ante la Justicia en esas condiciones: llevando al juez al país en que se encuentra pese a estar requerido, etcétera.
GG – Normalmente, a una persona que está requerida, que está verdaderamente prófuga, no le interesa declarar ante el juez. Se va, y cuanto más lejos mejor. Al contrario, Röhm podría haber pedido declarar por exhorto, como ya se ha hecho con los representantes de esos tres bancos tiburones a los que me refería ayer, como usted citaba al comienzo. Pero él fue más allá de eso: no sólo pide declarar por exhorto, tener su día en el tribunal, sino que va más allá y ofrece de su peculio declarar allí frente al juez y a la fiscal (que para él y para toda la sociedad uruguaya representada por la titular del Ministerio Público) es infinitamente más eficaz un interrogatorio en presencia, con las repreguntas bloqueando cualquier evasiva de Röhm en sus declaraciones, que mandarle un interrogatorio (como se hizo con Carlos) al que el indagado contesta y puede irse por las ramas, o dar respuestas evasivas, o aún inconscientemente no dar exactamente en la tecla de qué es lo que se le pregunta. Aquí la sociedad uruguaya va a estar mucho mejor defendida y representada porque el juez y el fiscal van a estar ahí como dos cancerberos, exprimiendo las preguntas y bloqueándole toda salida evasiva. Y Röhm acepta ese desafío porque él se considera inocente de esa imputación.
¿Le queda claro lo que digo, no?
EC – Entiendo: usted enfatiza en las ventajas que tiene para el Estado uruguayo...
GG – Eso; exactamente.
EC – ...aceptar este ofrecimiento. Vamos justamente al fondo del asunto. ¿Por qué está convencido de que la responsabilidad de José Röhm en el fraude del Banco Comercial es distinta de la de Carlos, y mucho menor que la de los tres bancos, los otros socios en el capital accionario?
GG – Eso ya sería ingresar en el fondo del asunto, lo que no me parece de estilo; no es elegante ni ético ingresar al fondo del asunto antes de que se hayan expedido el juez y el fiscal, porque puede parecer una suerte de presión o qué sé yo. No me gusta hablar de eso porque eso que usted dice es lo que van a dirimir en uno u otro sentido la señora fiscal y el señor juez luego de escuchar a Röhm y disponer las medidas instructorias complementarias, si es que las hubiera, para fallar en definitiva sobre su responsabilidad.
EC – Pero usted adelantó algo ayer en ese sentido. Que José Röhm no estaba involucrado en el gerenciamiento cotidiano del banco...
GG – Esa es la razón de ser de por qué pido la declaración: para deslindar responsabilidades. Pero le reitero que, sobre el fondo del asunto tuve una extensísima conversación con Röhm y tengo una idea muy clara, pero no me parece bueno –cuando eso está a deliberación de los órganos competentes— incidir o de alguna forma adelantar opinión sobre ello.
EC – Usted dijo ayer en la conferencia de prensa que José “Puchi” Röhm era “un poco el canciller del banco”. ¿A qué se refería con eso?
GG – Que es el que estaba en los negocios internacionales. Era un hombre que vivía prácticamente en el exterior, en el extranjero: en Suiza, en Estados Unidos... Era el encargado de los grandes negocios off shore del Banco General de Negocios y del Banco Comercial consecuentemente. Era el que trataba con los socios que después lo traicionaron; trataba en las ventas, en las privatizaciones (más allá de la opinión que usted tenga en esto: no hay que hacer un tema político, usted puede estar a favor o en contra, eso es aparte; pero cuando un Estado salió a privatizar José Röhm era el gestor, el director, el estratega de toda esas operaciones, que son muy complejas y él las llevaba a la práctica).
EC – Usted sabe que hubo ya varias investigaciones sobre cómo se produjo la caída del viejo Banco Comercial, y por ejemplo acaban de trascender hace pocos días las conclusiones de la investigación administrativa interna del Banco Central del Uruguay. En ese trabajo, se pudo determinar que “la situación de insolvencia que desembocó en la liquidación del Comercial y de la Compañía General de Negocios tuvo como causa determinante las operaciones dolosas que perpetraron quienes conducían los hilos de esas entidades. Hubo un fraude resultado de una larga e ingeniosa secuencia de acciones u omisiones, deliberadamente realizadas por las máximas autoridades, que actuaron en forma conjunta y coordinada a través de una sofisticada organización”. Esa organización estuvo operando en esos términos durante años y años, según esos dictámenes. ¿Puede entonces sostenerse que José Röhm estaba al margen de esos mecanismos?
GG – Ese es un dictamen de una investigación y de un criterio que puede perfectamente no ser compartido, y seguramente no es compartido. Los abogados (con quienes hablé en Buenos Aires) garantizan que la liquidación va a ser superavitaria, e incluso dicen que se reservan acciones contra el Estado argentino. De modo que ese es un tema muy polémico, y seguramente estarán en mejores condiciones de dar una respuesta los investigadores argentinos que están en la defensa de Carlos Röhm.
De cualquier manera, aún si así fuera, lo que se trata de dirimir... Usted me pregunta si yo creo que José Röhm puede sostener que estuvo al margen. Bueno: es lo que sostiene y lo que van a dirimir juez y fiscal; en qué medida –de ser exacta esa apreciación del informe que usted menciona— José Röhm tuvo participación en ella o estuvo al margen. La circunstancia de que Röhm quisiera personalizar la defensa personal, que fue lo que trajo mi presencia en el caso, es que parte de una radical escisión de funciones. Sin desmerecer un ápice el amor fraternal que puede tener por su hermano Carlos, hace una radical escisión entre las funciones que cumplían uno y otro.
EC – Usted está convencido ¿de su absoluta falta de responsabilidad, o de que la responsabilidad es menor?
GG – Como le dije, si tomo la defensa es porque tengo determinadas convicciones; si no, no la hubiera asumido. Pero, en ese tema, hasta por mi propia condición de ex magistrado prefiero no emitir opinión antes de que se pronuncien el juez y la fiscal actuantes.
***
EC - Usted decía que Uruguay tiene en los Röhm, en particular en José Röhm, “testigos calificadísimos para los pleitos que al Estado uruguayo le siguen estos tres gángsters”...
GG - Sí, señor.
EC - ...aludiendo al Crédit Suisse, el Dresdner Bank y el JP Morgan. ¿Por qué es tan categórico en la calificación del accionar de los tres bancos que eran socios de los Röhm en el Banco Comercial?
GG - Porque cuando empezó la debacle, que se vio que era imposible, la debacle de las inversiones que tenían el Comercial y el Banco General de Negocios en Argentina, cuando cayeron esas acciones, su activo disminuyó brutalmente y salieron desesperados a apagar un incendio. Ahí fue donde se cometió toda una serie de barrabasadas en Buenos Aires.
Cuando alertan a José Röhm de esa situación, él se precipita, va a Suiza a hablar con los bancos: “Miren lo que pasa, se nos viene una corrida, estamos en esta situación”, para que asistieran financieramente, lo que podrían haber hecho con total holgura porque tienen un poder inmenso. Yo utilicé la imagen de que comparados (con los Röhm) eran unas ballenas; está fuera de toda discusión posible. Imagínese esos tres monstruos financieros comparados con los Röhm. Cuando él va cambian los directores, los que eran sus amigos, con los que él tenía un trato deferente, los cambian porque seguramente éstos no se animarían o porque se negaron a decirle que no, a ejecutar la tremenda traición para José Röhm. Y no solamente les dan la espalda, sino que además les clavan un puñal, los denuncian y hacen ese contrato con el gobierno uruguayo que… dejémoslo, porque es harina de otro costal.
EC - Sí; es más, lo que recuerdo –estoy trabajando de memoria– es que esos tres bancos, o por lo menos representantes de uno de ellos, sostuvieron en su momento que José Röhm había acusado a su hermano de haber perpetrado una estafa contra la empresa.
GG - Sí. Eso está en el auto de procesamiento y de requisitoria para José Röhm –tendría que buscar el texto–; no dice “acusar a su hermano”, él fue a poner en conocimiento de los bancos la situación de debacle que ya era casi irreversible. Si los bancos hubieran aportado no hubiera pasado absolutamente nada, pero los dejaron morir y sacaron su responsabilidad. Asistieron, pero en vez de capitalizar, prestaron la plata al Banco Central, al gobierno uruguayo, hicieron ese convenio por el cual se garantiza la impunidad, etcétera, etcétera.... Pero dejemos eso de lado.
EC - ¿Usted dice que la responsabilidad es de esos tres bancos?
GG - No, no; sin perjuicio de las responsabilidades de las otras personas encausadas tanto en Buenos Aires como en Montevideo (ojo: no estoy diciendo que fueran todos unos santos), los grandes traidores fueron los tres bancos que bien que se beneficiaron con toda la operativa banquera del Comercial, porque tenían el 75 por ciento, las tres cuartas partes del capital accionario, bien que se beneficiaron en las maduras, pero cuando llegaron las duras pero no arriesgaron un ápice, pegaron una puñalada e hicieron eso.
EC - ¿Qué puede aportar José Röhm en los juicios que el Estado uruguayo enfrenta?
GG - Todo lo que conoce del tema.
EC - ¿Cuál puede ser la utilidad de ese testimonio frente a los tres bancos del exterior?
GG - Habría que entrar… No sé cómo está planteada porque éste es un juicio arbitral que se ventila en Washington; no conozco los detalles. Le reclaman 100 millones de dólares al Estado uruguayo. Los Röhm, que conocen toda la operativa, pueden perfectamente decir todo lo que saben sobre toda la actuación de esos bancos, lo cual avalaría la posición… Tampoco sé en qué términos contestaron la demanda los abogados del Banco Central, pero por lo que me dijo José Röhm… Eso era un poco al margen porque lo fundamental era su responsabilidad penal, de lo que hablamos, pero al margen, lateralmente, me explicó: “Yo estoy en condiciones de ser testigo por esto, esto y esto”, una serie de factores.
EC - Un oyente pregunta por qué recién ahora, después de tanto tiempo, aparece José Röhm ofreciéndose a declarar.
GG – Porque él estaba siendo defendido pero veía que no progresaba su defensa en Montevideo –él tenía abogados aquí, que eran los mismos de otros encausados–, y al ver que no prosperaba su defensa, que sigue pendiente el juicio extraditorio que le está haciendo el juez uruguayo en Nueva York, dijo “Quiero una defensa personalizada para mí, no quiero estar en el paquete de todos porque estoy en una situación sustancialmente distinta”. Consultó con los abogados argentinos, ahí surgió mi nombre, mi viaje a Estados Unidos, mis conversaciones con él y la asunción de su defensa.
EC - ¿José Röhm ha hecho un ofrecimiento similar a la justicia argentina?
GG - Claro que sí, está en eso. No: la justicia argentina ya aceptó; la doctora Servini de Cubría... Estaba fijada la audiencia para declarar en la embajada argentina en Washington y después, por vicisitudes de la instrucción… No era un proyecto: era una resolución, una decisión, similar a la que espero que se tome acá. Está pendiente de cumplimiento, se hará en estos días.
EC - ¿El doctor Balcaldi, el juez a cargo de la causa en Uruguay, le ha dado ya alguna respuesta ante su planteo?
GG - No, no, pero está el escrito, o sea el planteo a él y a la señora fiscal; presenté el escrito el lunes y debe estar tramitándose, seguramente le ha dado vista la fiscal y se expedirá tal vez la semana que viene.
EC - Se lo pregunto porque el diario El País, citando fuentes judiciales, dice que el juez probablemente haga lugar al pedido del doctor Guillot.
GG - Ojalá, ojalá sea un comentario, una especulación periodística que resulte cierta.
EC - ¿Usted no tuvo ninguna señal?
GG - Bueno, si lo planteo es porque no me parece imposible, pero ni el juez ni la fiscal me lo han garantizado.
EC - Usted también agregó que de todos modos José Röhm no vendrá a Uruguay en caso de que después de esa instancia en Estados Unidos la Justicia siga requiriéndolo.
GG – No: yo dije que él no había adquirido el compromiso de venir. Porque me preguntaron unos colegas suyos ayer si había una suerte de pacto como ply agreement anglosajón, de pactar con fiscal y juez. Acá no hubo ningún pacto; lo que hará Röhm después no sé, lo deliberaremos, será materia de nuestras deliberaciones qué va a hacer con su vida si sigue requerido. Él no pactó venir a Uruguay; puede ser que venga, no sé, no está pactado; no hay un pacto al respecto.
EC - El hecho de que el interrogatorio se desarrolle, por ejemplo, en la embajada uruguaya en Washington, que es territorio uruguayo, ¿no implica el riesgo de que Röhm sea detenido allí?
GG - Sí, si el embajador tiene los medios… No, porque no hay un Poder Ejecutivo en la embajada uruguaya con una Policía que esté en circunstancias, en condiciones de… Si el juez dictara el auto de procesamiento por el 123, no es una cosa tan sencilla. No; (se ríe) no corre ese riesgo.
EC - ¿No existe ese riesgo?
GG - No, no.
EC - ¿O hay que pactarlo previamente?
GG - No, no. No existe ese riesgo.
EC - ¿Cómo le resulta defender a José Röhm? ¿Es de las primeras actividades que desarrolla como abogado defensor desde que dejó la Suprema Corte?
GG - Cuando cesé –por viejo– el 30 de marzo tenía 90 días para decidir mi situación en la Caja de Jubilaciones Profesionales, si me afiliaba o hacía una declaración de no ejercicio; estaba en eso, no sabía qué hacer, esperando y justamente al vencimiento del término vino –por medio de un abogado– una consulta sobre la vigencia del artículo 314 del Código Penal, que trata el homicidio culposo, que fue modificado por la Ley de Seguridad Ciudadana en 1995. Le expliqué eso y me dijo “Pah, qué interesante”. Le digo “¿Me hacés una consulta?”; “Cómo no”; le hice la consulta –que presentó con éxito–, entonces inmediatamente me afilié, para no estar trabajando clandestinamente, hice mi afiliación a la Caja, a la DGI y todo lo demás.
EC - ¿Desde cuándo no trabajaba como abogado defensor?
GG - Desde 1985, cuando me reincorporé… O desde antes, desde 1980, 1982… porque después viajé a París…
EC - Usted había sido juez antes de la dictadura, fue destituido…
GG - …desde el 1963 a 1978, fui destituido y me reincorporé en 1985.
EC - Interin ejerció como abogado defensor.
GG – Exactamente; sí, viví de eso.
EC - Y este caso en particular ¿cómo le resultó? ¿Tuvo que pensarlo mucho? Porque es un caso delicado, con características bastante particulares.
GG - Pensar mucho… ¿qué cosa: si aceptaba o no o cómo encaraba la defensa?
EC - Si aceptaba o no.
GG - Y para resolver si lo aceptaba tenía que hablar con el cliente. Viajé a Estados Unidos y después de todas las conversaciones resolví que sí, que era un hombre que merecía ser defendido, y asumí la defensa. ¿Por qué pensarlo?
EC - ¿No se le presentaron dudas de tipo ético?
GG - En absoluto, pero en absoluto. Es como si usted preguntara si un médico puede tener dificultades éticas en tratar a una persona, en curar a una persona. Sería un grueso error, muy propio de personas sin cultura alguna, sostener que al asumir la defensa de Röhm yo asumo una defensa del hampa financiera, o de las maniobras dolosas. No: yo asumo la defensa de una persona para que responda exactamente por lo que hizo, nulla crimen sine lege: le garantizo el derecho de defensa, lo logre o no lo logre, su derecho de ejercer su defensa, de tener un debido proceso. Eso no tiene ningún impedimento ético.
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Transcripción: Jorge García Ramón y María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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