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El referéndum de Ancap: continuidades y confusiones
El Sí perdió un punto, el No se mantiene. Confusión sobre qué se vota, y cómo. Análisis político del director de Factum, Oscar A. Bottinelli.
EN PERSPECTIVA
Viernes 14.11.03, 08.10.
EMILIANO COTELO:
Estamos a 23 días de la votación y, como es obvio, la atención política va concentrándose en el referéndum sobre la ley de Ancap.
El politólogo Oscar Bottinelli, director de Factum, actualiza los datos de la Encuesta Nacional Factum y analiza la marcha de la campaña referendaria. El título del análisis político de hoy: “El referéndum de Ancap: continuidades y confusiones”. Comenzamos actualizando cifras.
OSCAR A. BOTTINELLI:
Con una aclaración previa. Cuando decimos “voto por Sí” no es necesariamente los que dicen que votan por sí, sino los que hemos depurado que dicen que están en contra de la ley. Después, cuando veamos las conclusiones, vamos a ver por qué hago esta aclaración.
- Sí (contra la ley) 44% (1 menos que la semana anterior, 2 menos que en setiembre)
- No (a favor de la ley) 30% (igual que la semana anterior, 1 menos que en setiembre)
- Indefinidos 26%
Está el tema del voto en blanco. Recordemos que el voto en blanco se computa a favor de la ley, se suma al No. El problema es que esto no es conocido por la gente. Entonces, cuando uno pregunta qué votaría, aparece un 5 por ciento que dice “yo voto en blanco”. Ahora bien: un punto porcentual, la quinta parte de ese 5 por ciento, es coherente: dice “Estoy a favor de la ley, voto en blanco”, pero otro 4 por ciento cree que el voto en blanco es neutro y por lo tanto está en contra de la ley o no sabe qué hacer y vota en blanco. Esto deja dudas, porque la gente puede terminar votando en blanco de todos modos o puede ir cambiando a medida que se vaya aclarando el tema.
Veamos qué dudas aparecen en cuanto al referéndum.
EC - Hay una cantidad de dudas, una cantidad de confusiones.
OAB - Yo me refiero a las dudas menores; porque este es un referéndum con muchas dudas. Desde el punto de vista de la forma de votación aparecen tres dudas importantes.
La primera es que hay una confusión entre el Sí y el No. De la gente que está inclinada por el Sí o por el No, que groseramente es las tres cuartas partes del electorado, uno de cada tres confunde el sentido del voto, dice “Sí” porque está a favor de la ley, o dice “No” porque está en contra de la ley. Nosotros depuramos esto, a eso se refería la aclaración inicial: ni en el Sí ni en el No están sumados los confundidos, cada cual fue ubicado de acuerdo a la posición que tiene sobre la ley. Hoy por hoy está el riesgo de que haya gente que vote equivocado.
EC - ¿Qué más?
OAB - La confusión del celeste y el rosado. Cinco de cada diez personas, es decir la mitad, no tienen idea de para qué lado van el celeste y el rosado, y una de cada diez cree que las cosas son al revés, es decir que el celeste está por el Sí y que el rosado está por el No.
EC - Tremendo.
OAB - Mi materia no es el marketing, pero me está resultando extraño (que no ocurrió así en la ley de empresas públicas, en esa ocasión se hizo énfasis en “vote sí”, “vote no” y aclarar qué eran el Sí y el No) que se les haya ocurrido hacer un énfasis simultáneo en dos cosas: en el Sí y el No y en los colores. Algunos a quienes he consultado me han dicho que en general no se aconseja en una campaña de cualquier marketing, político o no político, llevar a la cabeza de la gente dos cosas distintas a la vez, porque no siempre se logra el resultado.
EC - Tampoco se justifica demasiado porque el Sí y el No en las respectivas papeletas aparecen bien grandes.
OAB - Es lo que se ve de lejos, no es que haya que estar media hora leyendo; por lo tanto el color parece una cosa absolutamente accesoria para el énfasis que le están dando. En la calle se ven carteles que dicen solamente “vote celeste”, “vote rosado”, mientras por otro lado dicen “vote Sí”, “vote No”. Mucha gente puede creer que hay cuatro opciones.
EC - Decías que hay una confusión más.
OAB – Hasta hace una en que difundimos el tema, nadie tenía idea en este país –no lo había dicho ningún actor político– de que el voto en blanco no es neutro. El voto en blanco opera.
Luego hay otra confusión más, es qué quiere decir “voto en blanco”, porque la gente cree que voto en blanco es solamente el sobre vacío, pero en el caso especial del referéndum hay muchas formas de votar que la gente cree que resultan en un voto anulado, pero la Corte las computa como votos en blanco.
EC - Esa reglamentación que he repasado en estos días, a partir de las dudas y preguntas que se generaron por el tema del voto anulado, me dejó desconcertado. Es demasiado preciosista, demasiado exquisita, no hay forma de que uno retenga las distintas alternativas.
OAB - El tema es que hay formas que siempre se consideran voto nulo (no uso la palabra “anulado” que es muy técnica) pero que en este caso se consideran voto en blanco; eso va a confundir a mucha gente. Que se aclare cada caso, que lo haga la Corte Electoral, porque hemos visto que hay una sensibilidad, cuando se dicen las cosas todo se lee partidariamente en este momento.
EC - Sí, el viernes pasado, cuando tú señalaste al pasar que el voto anulado jugaba a favor del mantenimiento de la ley (cosa que fue un error), a las pocas horas aparecieron dirigentes, voceros, que señalaban que esa equivocación tuya formaba parte de una campaña a favor de no se sabe qué.
OAB - Sí, es insólito que de la comisión llamada “de defensa de Ancap”, a la que en última instancia le sirve la aclaración, en lugar de darse cuenta de que estaba omitiendo algo que la perjudicaba, salió a buscar debajo de la silla para ver si encontraba una maquinación política. Es una cosa insólita.
EC - El ambiente está muy sensible, eso ya se veía venir, y va a ir poniéndose cada vez más delicado a medida que nos acerquemos al 7.
OAB - Que aclare la Corte, pero que la gente sepa que voto en blanco puede ser cosas que cree que son nulas, puede haber gente que diga “yo voy a votar así porque no me pronuncio para ningún lado”, y su voto termine sumándose para un lado. Son muchas las dudas, en este caso ya desde el punto de vista técnico, sobre la forma de emitir el voto. Lo increíble de todo esto es que en Uruguay a lo largo de ya casi 80 años se sustentó la tesis de que el voto debe poder emitirse de la forma más clara, que todos los mecanismos deben evitar confundir al votante, y no hay cosa más confusa que la forma de votar en este referéndum.
EC - Todas estas dudas y confusiones deben estar incidiendo en el alto nivel de indecisión que muestra la encuesta, ¿no?
OAB - Nos animamos a ver en qué proporción se da cada uno de los elementos. Están estos elementos técnicos que son importantes y hay elementos políticos importantes, que tratamos el viernes pasado, sobre el contenido de la ley.
El mensaje que está sintiendo gran parte de la ciudadanía es: “Nadie nos está trayendo el escenario inequívoco de que aquí se juega el destino del país”, los partidarios del No están diciendo que hay que defender la ley porque si no el destino de Ancap es malo, pero que esta ley tampoco resuelve mucho porque es muy difícil conseguir inversores. Y del otro lado están diciendo que esta ley es inaceptable pero que al otro día habrá que conversar para sacar una ley que lleve a una asociación. No digo que todos hagan este discurso, pero buena parte hace discursos que confunden a la gente, que la lleva a preguntarse: “Entonces, ¿acá qué se juega?”.
También desde el punto de vista político da la impresión de que, si bien lo simbólico está pesando decisivamente, en eso simbólico hay atracciones y rechazos de las mismas partes. Por ejemplo, un individuo siente que es el momento de frenar a la izquierda, pero no le gusta darle el voto al gobierno. O es contra los gobiernos: a veces se confunde, no es puntual contra este, sino que determinado sector está insatisfecho con las políticas seguidas en los últimos años, esa gente está indecisa porque no se siente atraída por el discurso opositor, tiene claro en qué está en contra pero no a favor de qué está. Estas confusiones ya no tienen que ver con el referéndum en sí sino con el posicionamiento político global; a esto hay que sumar, además, el caso de Astori con un discurso favorable a la ley y un peso determinado dentro del Encuentro Progresista - Frente Amplio.
EC - En definitiva estamos con un nivel de indecisión…
OAB - Tenemos un 26 por ciento de indefinidos, a los cuales hay que sumarles los dudosos, que no preocupan tanto porque históricamente afirman el voto en el sentido en que se van inclinando: cuando dicen “estoy dudoso por el Sí” terminan votando por el Sí y el dudoso por el No termina votando por el No, salvo que venga una corrida, como pasó en la Ley de Empresas Públicas. Recordemos que al final fue una oleada para el Sí y una caída del No; en la última semana, en los últimos días, el No perdió votos; hubiera votado mejor unos días antes. Pero esos son casos excepcionales; también se dio en el plebiscito constitucional de 1994, el de la minirreforma, cuando el Sí fue perdiendo votos semana a semana, arrancó ganando por lejos y terminó ganando pero después de haber pegado en el palo.
EC - Más allá de los dudosos dentro por el Sí y el No, está el tema son los indecisos puros.
OAB - Claro. Los indecisos puros están entre el 21 y el 26 por ciento, dada la confusión con respecto al tema del voto en blanco. Son muchos. El Sí ha ido perdiendo un poquito en el nivel global, porque está en el 44 y llegó a estar en el 46 hace un mes y pico, pero dentro de esa cifra va creciendo lo más firme, el voto seguro por el Sí pasó del 33 al 37 por ciento entre julio y octubre, mientras que los dudosos por el Sí fueron bajando del 12 al 8 por ciento. Es decir que al Sí la campaña le ha servido no para captar de afuera –incluso no ha retenido todo–, pero sí para ir afirmando a su gente. En el No por ahora no se han producido movimientos importantes.
Con esto la conclusión no puede ser que la campaña no ha servido para nada; la campaña es un conjunto de señales que dan los actores políticos que la gente va procesando, cuando llega la instancia más cercana toda esa acumulación de impactos para un lado y para el otro influye sobre la decisión. Todo esto se va acumulando y en un momento lleva a que la gente se decida para un lado o para el otro.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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