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El ALCA “light” y las negociaciones bilaterales con EE.UU.
Ministro de Economía, Isaac Alfie: El resultado de la reunión en Miami es positivo, pero está por debajo de las expectativas: no hay precisión sobre los aspectos a negociar, por lo que no sabemos qué ALCA tendremos. Uruguay aprovecha este acuerdo “light” para avanzar en una negociación bilateral de protección de inversiones con EE.UU. No se descarta negociar por cuotas de exportación, pero lo “macro” en materia comercial se reserva para el formato 4+1.
EN PERSPECTIVA
Lunes 24.11.03, 07.38.
EMILIANO COTELO:
Los ministros de Comercio de los países americanos, que se encontraron en Miami y terminaron lanzando un “Alca light”, como lo han definido; o “un esqueleto”, como dijo el ministro argentino Martín Redrado, quien agregó que a cada país corresponderá ahora agregarle carne a esa estructura básica mucho más liviana que lo que se esperaba en principio.
Junto con esa novedad, desde Miami llegó otra que refiere a nuestro país y que se ubica en ese contexto: el anuncio de negociaciones entre Montevideo y Washington por un acuerdo bilateral de promoción de inversiones.
Este fin de semana regresó de Miami el ministro de Economía, Isaac Alfie, y con él estamos en diálogo a partir de este momento. ¿Cómo califica el resultado de la reunión del Alca (Acuerdo de Libre Comercio de las Américas)?
ISAAC ALFIE:
Me cuesta ponerle motes, pero fue claramente un resultado con un documento final en un formato parecido (o quizás igual) al que Uruguay propuso en Trinidad & Tobago, pero por debajo de nuestras expectativas.
EC - ¿A qué se refiere con que es al que Uruguay propuso en Trinidad & Tobago?
IA – Porque, al ver el fracaso de la ronda de la OMC en Vancouver, y al ver que el Alca se encaminaba a un fracaso similar, Uruguay propuso hacer negociaciones por diferentes andariveles; negociaciones que no impidan acuerdos plurilaterales u otros acuerdos subregionales, quizá, y eso se logró. En ese sentido es el formato uruguayo, el formato que había diseñado básicamente el vicecanciller Valles.
EC – Pero, aclaraba usted, “muy por debajo de nuestras expectativas”. ¿Cuáles eran esas expectativas?
IA – Las expectativas de la delegación uruguaya eran que las instrucciones a los comités de negociación comercial fueran bastante más precisas. Pero realmente no son precisas, quedamos en un nivel de imprecisión demasiado importante, me parece a mí, pese a lo cual los plazos se mantienen y se sigue con un enero de 2005 para tener una definición.
EC – Pero entonces, ¿qué tipo de Alca vamos a tener? ¿Existirá un Area de Libre Comercio de las Américas, o se tratará de una gran cáscara?
IA – Bueno: aún no se sabe. Realmente, aún no se sabe. Justamente, eso que a nuestro gusto es falta de precisión es que no se sabe si va a ser una cosa mínima a partir de la cual cada uno construye, o quizás algo más comprehensivo y elaborado.
EC - ¿Cuál fue el motivo de un desenlace así? ¿La pulseada entre Brasil y Estados Unidos, por ejemplo?
IA – Había básicamente dos posiciones. Brasil encabezaba (conjuntamente con Argentina, también) una posición en la cual no estaban dispuestos por lo menos por el momento a un relacionamiento más profundo, y en general el resto de los países –sobre todo los más chicos— pretendíamos algo bastante más profundo.
EC – Pero, quiero decir: ¿estaba de por medio la reticencia de Estados Unidos a liberar mercados que interesan a los países latinoamericanos más importantes, como Brasil? Me refiero a la agricultura, por citar un ejemplo. Y, como contrapartida, ¿la falta de disposición de Brasil y otros, como Argentina, a abrirse en materia de servicios si no se obtenía concesiones importantes del otro lado?
IA – Mire: en realidad hay de todo, como en todas las cosas. Creo que sí, que también Estados Unidos tenía problemas internos en estos momentos como para hacer determinado acuerdo en agricultura.
EC – Cuando usted alude a problemas internos ¿se refiere a la inminencia de las elecciones, en fin, que juega en contra de algunas de estas concesiones que se estaba demandando desde América latina?
IA – Quizá sea problema de las elecciones, o quizá sea problema directamente con su frente interno: no se olvide de que Estados Unidos también está en guerra y quizá no quisiera abrir otro frente. La verdad es que no estoy en condiciones de evaluar esa dimensión.
Lo cierto es que lo que nadie pretendía una negociación ejemplar ahora, pero sí qué temas se va a tratar y con qué previsión.
EC – Y eso no quedó estructurado.
IA – No; todavía no. A mi gusto, no quedó estructurado. Quedó abierto, digamos, todo lo general; se puede tratar todos los temas, pero ¿cuál es la precisión: dónde se va a poner el énfasis? No hay nada definido.
EC – En ese contexto, ¿cómo se ubican estas conversaciones Uruguay – Estados Unidos, de las que se informó el jueves pasado en Miami, y que comenzarán en enero?
IA – Es un andarivel diferente. Si algo tiene de bueno la posición, por lo menos de salida, es que usted puede comenzar a hacer negociaciones o a buscar tratados pluri o bilaterales, sin que se le pueda acusar a usted de boicotear o de estar en contra de un acuerdo más general. Lo que Uruguay va a hacer con esto es buscar un acuerdo de protección recíproca de inversiones, que conjuntamente vendrá con un acuerdo de doble tributación, y seguramente se podrá charlar de algunas cosas más en ese marco.
EC – En un primer momento se insistió en esto, justamente, en que las negociaciones tendrán como tema central las inversiones. Pero después, su colega Didier Opertti (quien también volvía de Miami) no descartó la posibilidad de avanzar también en el plano comercial. Quiero pedirle precisión, entonces, respecto a qué es lo que se negociará a partir de enero.
IA – El primer punto es el tema de las inversiones y la doble tributación. Eso está bien claro. Después –como está abierto, diríamos— se podrá seguir avanzando y se verá en el transcurso de las negociaciones.
EC – Pero ¿es correcto que un tratado bilateral de libre comercio no es viable por lo menos inicialmente? ¿Es correcto que ese tema sólo puede correr en el ámbito Cuatro más Uno, en la negociación Mercosur – Estados Unidos?
IA – En este momento, sí. Es correcto; exactamente.
EC - ¿Cuál es el motivo? Porque no sé si a esta altura todos tenemos claro este tipo de restricciones.
IA – El motivo es que Uruguay en este momento prefiere eso.
EC – O sea que, para discutir cuestiones comerciales, por ejemplo acceso a...
IA – Generales. Cuestiones comerciales generales. El canciller habló de cuestiones comerciales puntuales, como aumentos de cuota para la carne, para los textiles, para los cítricos, para los productos lácteos... Una cuestión así se puede tratar en una cosa más bilateral, pero cuando se hable de una cuestión bien general, Uruguay no está en estos momentos en un formato bilateral sino directamente Mercosur con Estados Unidos.
EC – O sea que ¿cuestiones como acceso a mercados, subsidios, en particular el tema de la agricultura, quedan para el ámbito Cuatro más Uno?
IA – Exactamente.
EC – Y lo que empieza a negociarse es protección o promoción de inversiones. Usted ya mencionó un par de títulos de qué se incluye en esa materia, pero ¿puede ser un poco más específico?
IA – Básicamente se incluye los derechos que tienen los inversores y las leyes bajo las cuales... la protección que el Estado da a los inversores, o que les promete, bajo el acuerdo. De hecho, para Uruguay no hay un problema importante en esto. Más bien es que exista una certeza superior, si fuera del caso, para que un inversor estadounidense que compra acá una empresa, o que directamente pone una empresa, tenga al momento de invertir la protección a esa inversión, que las reglas de juego no le cambien y que no terminemos expropiando las cosas. Básicamente, es eso.
Eso se complementa normalmente con un acuerdo de doble tributación, justamente para evitar que los impuestos pagados en Uruguay deban ser pagados nuevamente en Estados Unidos. Y viceversa, aunque el viceversa es bastante limitado; aunque existe, es bastante limitado.
EC – No entendí lo último.
IA – Claro: que también un uruguayo que pueda invertir en Estados Unidos (que los hay) también tenga la misma protección de parte del Estado norteamericano.
EC – Por lo que usted decía, este tipo de disposiciones no van a resultar difíciles de acordar, porque prácticamente están vigentes.
IA – No es que estén vigentes, pero Uruguay tiene desde hace mucho tiempo una política de protección, más que protección de igual tratamiento a las inversiones nacionales y extranjeras, qué es básicamente lo que se discute en este tratado. Siempre hay algunos temas diferentes, algunas cosas muy específicas del tratado (no vale la pena mencionarlas porque son demasiado técnicas) y esas son las cosas discutidas.
EC - ¿Qué plazos manejan ustedes para estas negociaciones sobre inversiones entre Uruguay y Estados Unidos?
IA – Nosotros entendemos que los plazos deben ser cortos, pero cortos, en las negociaciones, no son lo cortos que uno tiene en mente. Así que no le voy a decir un plazo hoy, porque generamos expectativas que quizás después no se cumplan.
EC – Porque el canciller Opertti habló, como fecha tentativa, de setiembre 2004.
IA – Bueno: eso es un plazo corto, justamente.
EC – Usted no lo ve necesariamente factible.
IA – No, no: es factible, sí. Quizá sea factible más corto, pero lo que pasa es que usted sabe cuándo empieza pero no sabe cuál es la basurita que le entra en el ojo y le tranca todo. Nunca sabe.
EC – Una vez que sea alcanzado ese acuerdo, ¿qué resultados prácticos implicará; qué consecuencias se puede avizorar que tenga? La delegación uruguaya anunció con entusiasmo el comienzo de estas conversaciones. ¿Cuáles son las expectativas, entonces, en esta materia?
IA – Cuando iniciamos este tipo de acuerdos, entendemos que es el inicio de una corriente muy importante de inversiones y de comercio, porque las inversiones son las que traen el comercio, y por eso también queremos un acuerdo más general. ¿Por qué la preferencia de Uruguay por un acuerdo comprehensivo, ambicioso y multilateral, que profundice la integración regional, donde haya disciplina en todas las áreas, reglas para todos los países? No es una cosa caprichosa, ni siquiera ideológica. Más bien es todo lo contrario, porque nosotros entendemos que el comercio, las inversiones, todo, debe basarse en reglas y en acuerdos generales, no en acuerdos aislados y parciales. Para nosotros es preferible, entonces, un acuerdo bien general en materia de comercio. En materia de inversiones, si no se puede hacer una cosa general, bueno: vamos a una cosa bilateral para que las inversiones se radiquen en el país, para que generen empleo (sobre todo para que generen empleo), para que podamos exportar los productos y exportar nuestro trabajo. Ese es el esquema: queremos consolidar la corriente de inversión que estamos recibiendo en estos momentos.
Recuerde que, hace dos semanas, yo dije que la tarea es transformar la reactivación en crecimiento sostenido a largo plazo. Tomamos algunas medidas en materia de inversiones y de empleo hace una semana y están saliendo ya los decretos. Este es otro eslabón, y el mes que viene seguramente ya cerremos un acuerdo –estamos en la etapa final— de protección de inversiones y tributación con la India (ya hay inversiones indias en Uruguay). Son, diría, los pasos que tenemos que dar para asegurar que venga para Uruguay la corriente de inversión que genera el empleo.
EC – Mi pregunta apuntaba a saber si hay proyectos de inversión estadounidenses en Uruguay que puedan estar esperando la concreción de este acuerdo.
IA – Usted nunca lo sabe, ni lo va a saber. Después, aparecen las cosas; o se aceleran proyectos que están en la vuelta. Le voy a poner un ejemplo: nosotros tomamos medidas generales el otro día. Estados Unidos me había pedido que me quedara un día más para dar una conferencia en la Cámara de Comercio Uruguay – Estados Unidos en la Florida. Apareció un señor diciéndome que él había invertido en los años 1999 – 2000 y que por supuesto se le había caído todo, y que era todo para exportar pero no tenía certidumbres, y que tenía que regularizar las admisiones temporarias, y que había perdido los beneficios de la declaratoria de interés nacional, y si no podíamos hacer algo por eso. Le dije “Mire: yo por usted particularmente no puedo hacer nada pero ¿sabe una cosa? Hace una semana, conjuntamente con los ministros de Industria y de Ganadería tomamos una serie de medidas generales que le solucionan a usted los dos aspectos que lo están bloqueando. Así que, si quiere, apúrese”. “¿Cómo?” “Sí, sí”, y el señor está viniendo la semana que viene a ver cómo reactiva su planta industrial. O sea: usted no sabe lo que viene atrás. Ni yo me imaginaba, ni el ministro de Industrias ni el de Ganadería se imaginaban esto.
En esto hay que ser pragmático. Asia tiene una zona de libre comercio entre ellos, y de protección de inversiones y reglas. Crecen entre 4 y el 8 por ciento anual; duplican su nivel de ingreso per cápita entre 15 y 20 años. Nosotros, mientras seguimos discutiendo en base a ideologías, crecemos al uno por ciento anual; pasamos más de 70 años para duplicar el ingreso. Eso ¿qué es? Necesariamente menos nivel de vida, menos empleo, menos salario, menos pasividades. Es eso.
EC – Desde hace tiempo funciona una comisión conjunta Uruguay – Estados Unidos de comercio e inversión. Se la conformó en febrero de 2002, a raíz de un encuentro entre los presidentes Bush y Batlle. En ese ámbito ¿qué se sigue haciendo aparte de lo que ahora va a correr en estas negociaciones por un acuerdo de promoción de inversiones?
IA – Esa es la comisión que va a trabajar para terminar este acuerdo.
EC – Es la que va a dar forma a este acuerdo. Pero en el plano del comercio, por ejemplo, ¿qué continuará haciendo esa comisión paralelamente?
IA – En el plano del comercio, como dijo el canciller Opertti, lo que se va a analizar en el corto plazo son aumentos de cuota, aumentos de acceso libre de impuestos de productos de Uruguay que tienen impuestos en Estados Unidos. También hay que tener presente que Estados Unidos tienen más de 4.000 posiciones arancelarias que no tienen impuestos; es sólo cuestión de conocerlas.
EC – Usted dice que ahí es el empresario uruguayo el que está desaprovechando oportunidades.
IA – Hay algunos ejemplos. Algún empresario que cuando se enteró porque nuestro embajador en Washington le dijo “Bueno: la verdad es que perdí 10 años”.
EC - ¿De qué sector se trataba?
IA – Imprenta y papel. Pero ya tiene 80 empleados trabajando, y está exportando U$S 3 millones por año.
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón
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