18.12.2005












LOS ARGUMENTOS EN CONTRA DE LA LEY SOBRE ANCAP (III)

Michelini: la ley es del gobierno,
no es cierto que hubo consenso

Según el senador del NE, la coalición se apuró a resolver en el Parlamento y aprobó una mala ley. La discusión llevó meses pero se resolvió en una semana, cuando Gallinal presentó el acuerdo de blancos y colorados que ignoraba las propuestas e inquietudes de la izquierda. En Chile conviven tres petroleras estatales, y eso debe ser tomado como referencia. Si gana la celeste, en su apuro por aplicar la ley, el gobierno subastará las acciones y traerá al peor de los socios.

EN PERSPECTIVA
Miércoles 26.11.03, 08.55.


EMILIANO COTELO:
Cuando faltan 12 días para el referéndum sobre la ley de asociación de Ancap volvemos a nuestro ciclo de entrevistas y debates. Hoy con el senador Rafael Michelini, líder el Nuevo Espacio (NE), impulsor de la Nueva Mayoría (NM) junto al Encuentro Progresista - Frente Amplio (EP-FA).

Usted se ha embarcado muy activamente en la campaña por el Sí. Vamos un poco para atrás en el tiempo: ¿ya se oponía a la ley cuando se votó en el Senado?

RAFAEL MICHELINI:
Por supuesto; nosotros votamos negativamente la ley. La votaron blancos y colorados, en la discusión en el Senado se dio el corte por el cual la izquierda –o la oposición, o lo que yo llamo la NM– votó en contra y blancos y colorados votaron a favor.

EC - Se lo pregunto porque es notorio que en las negociaciones para la redacción de esta ley participaron representantes del FA (los nombres son bien conocidos porque han estado todo el tiempo en estas discusiones: Couriel, Astori, Rubio; Astori sigue considerando buena la ley). ¿Cómo reaccionó usted en aquel momento, cuando hubo que resolver si se votaba o no? ¿Llegaron a satisfacerlo las conversaciones con el FA tal cual iban encaminadas?

RM - Primero que nada quiero recordar que en el Parlamento permanentemente se presentan propuestas, y ahí –independientemente de que funcionan el gobierno y la oposición–, cuando aparece un proyecto con el que uno no está de acuerdo, aconseja redacciones que lo mejoren. Para eso nos pagan, para eso estamos, para eso estamos trabajando.

Segundo: cada vez que los sectores conservadores de los partidos tradicionales dicen: “Miren que en la ley estuvo trabajando tal o cual senador…”, para mí implica una mayor debilidad de ellos: “Como la gente no nos cree” –es lo que de alguna forma se traduce de esas palabras de blancos y colorados– “le decimos: Mire que colaboraron tal y tal senadores, tal y tal diputados”, en vez de defenderla y decir: “Esta es nuestra ley, nosotros la votamos y la defendemos por tal y cual razón”.

Tercero: la discusión parlamentaria, si bien llevó varios meses, prácticamente se resolvió en una semana. El primer proyecto se presentó el 5 de diciembre, se trabajó en comisión en borrador el 7 y el 9, y el 11 vino el senador Gallinal y presentó el acuerdo de blancos y colorados que dejaba fuera una serie de propuestas e inquietudes que en su oportunidad había presentado la izquierda. Yo insistí en que esas propuestas que se dejaban fuera por lo menos fueran evaluadas o se pusieran arriba de la mesa para ver si se podía llegar a una ley de consenso. Uno todavía tenía esperanzas, el gobierno tenía un tiempo vital y por más que era un gobierno que nosotros no habíamos votado, se podía encontrar –como se encontró después en el caso de alguna otra– un consenso que permitiera que la ley fuera en la buena dirección. Yo digo la soberbia, pero quizás esto ofende a algunos; la tozudez de blancos y colorados de agotar la discusión en una semana y no esperar, no discutir más, no dar más chances, llevó a que se votara la ley tal cual está, que yo consideré muy mala, y que a raíz de lo que fui conociendo después, hoy considero peor.

EC - ¿Sus objeciones de hoy son las mismas de cuando votó negativamente en el Senado?

RM - Son las mismas; ahora hemos agregado algunos elementos nuevos a partir de ver experiencias en el exterior, en la región.

EC - Si entiendo bien, en la medida en que usted fue siguiendo con expectativa esas negociaciones que llevaban adelante Couriel, Rubio y Astori, no discrepaba con la idea de la asociación.

RM - Para nada se puede discrepar en que el capital privado y el público o estatal se asocien, pero ¿una asociación por 30 años? ¿La entrega total de la empresa?

EC - Pasemos en limpio: ¿cuáles son sus discrepancias, cuáles son sus argumentos centrales en contra de esta ley?

RM - Sinceramente creo que hay que poner arriba de la mesa el ejemplo de Chile, que es el paradigma del capital privado. En Chile hay tres refinerías, las tres son del Estado, dos grandes y una pequeña, no hay otras, se puede importar libremente el combustible y el 85 por ciento del crudo se refina por parte del Estado. Está bien, es una empresa de derecho privado –algo que incluso el NE puso en su campaña electoral en el año 1999–, pero es 100 por ciento del Estado y las acciones no se venden. Y, oh casualidad, el presidente es un uruguayo.

O sea que tenemos un ejemplo en el lugar de la región que es paradigma del capital privado, donde el Estado no resigna la gestión. Como no la resigna en México, en Ecuador, en Brasil, en Venezuela, ni en ningún país de América Latina, salvo Argentina, que es un desastre. Además en Chile, donde el Estado es el que refina, quien maneja la empresa es un uruguayo, o sea que los uruguayos no somos neófitos, podemos hacer bien las cosas.

Mi objeción es que esto se entrega por 30 años y no tenemos marcha atrás. Se entrega la principal empresa pública, se entrega la política energética a nivel de combustibles –porque el actor va a ser fundamental–, se entrega el 49 por ciento de las acciones, naturalmente se entrega la ganancia correspondiente a esas acciones, se entrega la gestión, el control –el 100 por ciento– y lo peor, creo que nada advertido –no veo despertar a algunos sectores muy antimonopolio–, se pasa del monopolio estatal a un monopolio mixto mandado, gobernado o administrado por un socio privado. Ya el vicepresidente Hierro –lo vi yo en la televisión, nadie me lo contó– dijo que había que ampliarle el monopolio, que si la ley se mantiene aparentemente caería en 2006, pero para 2006 no hay tiempo de reformar Ancap, según él. Entonces en plenas elecciones, el año que viene, hay que ampliar el monopolio.

EC - Sí, supongo que el año 2006 estaba puesto en la ley previendo un determinado trámite, una determinada velocidad del proceso de asociación que obviamente no ha podido verificarse por la recolección de firmas, etcétera.

RM - Exacto. Entonces vamos a darle dos, tres, cuatro años más de monopolio, ya no un monopolio estatal sino un monopolio mixto gobernado por ese privado. Lo que me trasmite gente de mucha capacidad en el tema petrolero, uruguaya y no uruguaya, que realmente sabe, es que esta ley es de una ingenuidad total, critica algunas cosas que uno podía pensar que a pesar de todo sería bueno auscultar, observar o analizar más. Esta gente nos dice que un actor con tres o cuatro años de monopolio en el mercado uruguayo, que es un mercado imperfecto, pequeño, primero de derecho se queda con el monopolio, y luego se queda de hecho, porque es un mercado que no permite ampliar a gran cantidad de actores y generar un nivel de competencia permanente.

***

EC - Usted no dijo “Ancap se vende”, pero dijo más de una vez, en la respuesta anterior, “se entrega”, “se entrega la principal empresa del país”. ¿Por qué habla de “se entrega”? La ley prevé una asociación en la que se conforma una nueva compañía en la que el Estado tiene el 51 por ciento de las acciones, en la que el privado que viene tiene que pagar por entrar al negocio y además tiene que asumir una serie de compromisos. ¿Por qué habla de “se entrega”? ¿Por qué para usted no vale nada lo que el privado pone o tiene que poner?

RM - Porque no es una discusión jurídica, hay que hacer una traducción política. Con la principal empresa del país se va a generar una sociedad anónima de la cual el 49 por ciento del capital accionario se va a subastar y va a ser comprado por el que tenga más dinero. Que tenga más dinero no significa que sea el mejor socio para Ancap y para el país. Por eso se negaron blancos y colorados a poner el tema estratégico en la ley, porque acotaba a algunos socios y a otros no; independientemente de que nosotros de todos modos estamos en contra de los 30 años y demás, por lo menos había un rumbo.

EC - En el pliego de la licitación se van a establecer determinadas condiciones…

RM - Sí, en la subasta del aeropuerto cambiaron los pliegos, cambiaron todo para que...

EC – ....y a la hora de elegir al socio

RM - ...para que no entraran oferentes.

EC - …y la hora de elegir finalmente el socio se van a tener en cuenta otros factores, no solamente lo que ponga en dinero en el momento de entrar al negocio.

RM - No: se va a hacer por subasta, va a ser por el dinero; se precalifica y el que tiene más plata se lleva el 49 por ciento de las acciones. Eso va a ser así. Y en el caso del aeropuerto todos sabemos que el que vino a comprar las acciones en la subasta compró más que el aeropuerto: compró el monopolio de lo aeropuertos en la región.

¿Qué va a pasar cuando se subaste? Van a venir algunas empresas serias a ofertar por el negocio y otras van a venir a ofertar por el negocio, más el plus del monopolio, más el plus de no dejar entrar a un competidor en la región. Hay algunas empresas en la región, sobre todo en Argentina –no las voy a nombrar–, que están dispuestas a pagar más con tal de que Ancap se quede sin potenciar su energía, que quede topeada.

Vamos a poner el ejemplo de Pluna - Varig; había varios ofertantes para Pluna. Unos complementaban y llevaban a la empresa arriba, y otros la dejaban como estaba o la achicaban. Quien puso más plata, porque en definitiva desplazó a un competidor –“compró un mercado”, dicen los economistas–, fue la empresa que dijo: “Si entra un competidor se me complica”. Entonces, en este caso Varig, terminó haciendo de Pluna una empresa que no termina de tener personalidad. ¿Por qué? Porque no se complementó, sino que una empresa muy grande decidió desplazar a competidores.

Esto es lo que va a pasar con Ancap: quien va a pagar más –como pasó en el aeropuerto– va a ser quien pague el negocio –que lo vale–, además el monopolio –que tiene un plus–, y además paga por desplazar competidores. Cuando le digo monopolio es porque hay empresas –usted lo sabe mejor que yo– que por su actividad pueden empujar y presionar más para que el monopolio se quede, que otras que muchas veces están controladas –independientemente de la legislación uruguaya– por las legislaciones de sus países madre y por lo tanto no pueden tener políticas monopolistas, de trust u oligopólicas; y esas naturalmente están compitiendo en desventaja.

EC - Entonces su discrepancia radica en el procedimiento a través del cual se va a resolver la asociación.

RM – No. Mi discrepancia es porque la ley es mala en su contenido y por cómo se va a procesar la asociación. La ley es mala porque además tenemos quien va a llevarla adelante no es competente para ello; yo siempre pongo el ejemplo del avión: nadie se sube a un avión que está mal ni a un avión cuyo piloto no es competente. Ahí hay un segundo factor muy importante, por lo tanto los controles deberían estar en la ley y no dejados para el contrato o el pliego de licitación. Este gobierno no me genera ningún tipo de confianza en cuanto a que va a respetar en el pliego de condiciones y en el contrato las cosas que no respeta ahora, como el tema de la propaganda. Hoy Ancap pone propaganda por el No, traspasando todas las leyes y sacando dinero de mi bolsillo, que estoy por el Sí, como del bolsillo suyo y de muchos ciudadanos, para hacer propaganda por una opción.

Fíjese ahora con el tema del Correo; se aprueba la ley del Correo y empiezan Antel y Scaglia en UTE a hacer propaganda, ya no por el referéndum, sino para instar a que los ciudadanos revoquen esta ley y procuren un plebiscito. Nos hemos metido en un callejón en el cual, en el cual incluso (no es una crítica sino un punto de vista) la prensa no ha tomado debida cuenta del papel que le ocupa de cómo se están manejando los dineros públicos. Se están sacando dineros públicos para hacer campaña electoral, ¿dónde se ha visto? Por eso planteamos la interpelación, ahora consensuamos con el FA, en el ámbito de la NM, para plantearle exigencias al ministro de Energía en ese sentido, y vamos a procurar la semana que viene, si la información no está –tenemos información de que en esto se han gastado más de 2 millones de dólares–, interpelar. Fíjese: ¿le voy a tener confianza a un gobierno que ni siquiera me muestra las cuentas de lo que está gastando? Me dice: “Quédese tranquilo, senador Michelini, que en el pliego de condiciones las cosas van a estar”. ¡Por favor!

EC - Teniendo en cuenta este tipo de argumentos que usted maneja, vuelve a cobrar vigor una demanda que ustedes, quienes impugnan la ley, han escuchado en reiteradas ocasiones en estos días, en estas semanas, por parte de quienes la defienden: muy bien, supongamos que esos riesgos son ciertos; ¿cuál es la alternativa?, ¿qué va a pasar al otro día? Supongamos que la ley se deroga; ¿Ancap puede seguir existiendo en las condiciones actuales? ¿Por cuánto tiempo vamos a tener que seguir soportando los precios de los combustibles que Uruguay tiene en su mercado los consumidores, sabiendo, como sabemos, que son los más caros de la región? ¿No hay que asociar a Ancap?

Este tipo de cuestiones: el mercado monopólico, el mercado de los combustibles, el futuro de Ancap, ¿cómo los encarará el EP en alianza con el NE si es gobierno? Una posibilidad es empezar a negociar el 8 de diciembre; otra es encontrarse con el problema el 1º de marzo de 2005. En cualquiera de los dos casos, ¿qué es lo que se va a hacer?

***

EC - Usted decía que esta asociación va a terminar resolviéndose simplemente por precio; de todos modos, repasando la información disponible, por ejemplo en lo que las gerencias de Ancap han trasmitido a la Federación Ancap, que es uno de los documentos que han estado circulando en todos estos debates, allí se señala que “para ser preclasificado y seguir adelante en la licitación el oferente deberá reunir una serie de requisitos de reservas y producción, operación de refinerías, distribución, patrimonio neto.

“Entre los que queden preclasificados se abrirá el sobre dos y allí los factores de adjudicación serán los siguientes: precio, personal, inversiones, exportaciones. Esto significa que primero se considera el precio, y eso vale 100 por ciento, pero en función de las propuestas que haga sobre otros items su puntaje puede aumentar: la propuesta sobre personal puede llegar a valer un 30 por ciento adicional, la de inversiones adicionales otro 15 por ciento y la de exportaciones otro 15.

“Del oferente que salga primero de acuerdo a esta evaluación se abrirá el sobre tres, del plan de negocios; se trata de que el plan sea razonable y consistente. Si el plan del que salió primero por precios adicionales no resulta adecuado se puede pasar al que se había ubicado segundo, y así sucesivamente”.

A partir de esta descripción queda claro que el precio lo es lo único que resuelve.

RM - Yo aplico sentido común: si la papeleta azul sale victoriosa el gobierno va a querer implementar la ley, cualquier gobierno que se va a sentir ganador, respaldado por el pueblo, va a querer aplicar la ley. Por los procedimientos de licitación no la puede aplicar en un año; entonces va a ir a otro procedimiento. Cualquier gobernante diría: ¿cómo lo podemos hacer más rápido? Y se va a la puja pública. Ancap Estado conforma una Ancap SA, hace un contrato con Ancap Estado para el usufructo –porque no es una asociación, es un usufructo– de esa sociedad anónima, usufructo de todos los bienes vinculados al tema del combustible, y después el 49 por ciento de esa Ancap SA que tiene un contrato de usufructo con Ancap Estado se remata en puja pública, de tal forma que quien compra ese 49 por ciento tiene derecho a tantos lugares en el Directorio y a llevar la gestión de Ancap SA.

EC - Eso es lo que usted supone que va a ocurrir.

RM - No, no es lo que supongo, es sentido común. Ningún gobierno, después de salir victorioso va a decir: “Ahora dejo para que el próximo gobierno haga las cosas”. Se supone que quiere hacerlas, si no sería de una incompetencia todavía peor, porque dicen: “Esta ley es buena. Lleva dos años, ahora se plebiscita y después se la dejamos al próximo gobierno”. ¿Entonces para qué están?

EC - Vayamos a otro tema. Yo le preguntaba: supongamos que el Sí triunfa y la ley se deroga, y por lo tanto se aventan todos estos riesgos que usted detallaba recién, que lo llevan a impugnar la ley. ¿Cuál es el futuro de Ancap en ese caso?

RM - Primero cuál es el futuro del país. El futuro del país es tener como objetivo la baja del precio de los combustibles.

EC - Bien; empecemos por ahí.

RM - La ley no baja los combustibles y es mentirosa la campaña que se está haciendo porque el crudo y los impuestos son más del 80 por ciento; decir que un 30 por ciento del total del precio de los combustibles bajaría con esta ley es una mentira total. Tan es así que ningún dirigente político lo asume, sino que le pagan a una presentadora en esos avisos.

EC - La ley dice que incluso antes de que caiga el monopolio de la importación de combustibles el precio máximo de venta de los combustibles en puerta de refinería, sin considerar impuestos, deberá ser igual al precio de paridad de importación; eso es lo que se prevé en principio para marzo de 2004.

RM - Sí, pero imagínese: son 60 millones de dólares lo que vale la refinería, si se va a refinar el combustible acá; digamos que la empresa que viene dice “refino gratis”: está eliminando el 7 por ciento, no 30 por ciento. Hiere la sensibilidad y la inteligencia de los uruguayos; por eso ningún partidario del No sale a decir que esos son los montos. Es más: yo escuché al vicepresidente Hierro y al presidente del Directorio del Partido Nacional, Luis Alberto Lacalle, decir que si baja es poca cosa, que eso no es lo importante.

Pero, primero, hay que bajar los precios...

EC - ¿Qué fórmula tiene usted o tiene el EP para que bajen más de lo que la ley permitiría?

RM - Tenemos un tema de impuestos, que hay que analizar, y un tema de sobrecostos. ¿Usted sabe que la tercera parte de lo que se gasta en refinería corresponde a sobrecostos? ¿Usted sabe que por el mismo volumen de consumo de agua a Ancap le cobran el doble que a una empresa privada? ¿Usted sabe que el BPS que Ancap paga por sus funcionarios es mucho más alto que el que paga una empresa privada? ¿Usted sabe que cuando Ancap tiene que proveerse de divisas paga más la moneda extranjera a través del Icome?

EC - Efectivamente, esos son temas que los propios directores de Ancap han planteado en más de una ocasión.

RM – Bueno. Pero entonces viene el socio, se asoció, y el mismo mes en que se asoció caen 20 de los 60 millones de dólares; y al mes dicen: “Miren, con sólo el cambio jurídico he logrado que desaparezca una tercera parte del costo de refinar”. Eso no es valor del socio, eso es incapacidad, ineptitud e incompetencia nuestra, en este caso de la mayoría que gobierna. Saquémosle los sobrecostos a Ancap para poder gobernar.

Pero usted me preguntó qué es lo que haríamos. Yo haría dos cosas, sólo dos cosas, y después lo analizaría con mucho detalle. Primero el marco regulatorio. Cuando yo era chico íbamos a jugar al fútbol, a la cancha, poníamos los arcos, las piedras y marcábamos las líneas de donde la pelota podía salir afuera o no; primero las reglas. Después, elegíamos...

EC - Y en esas reglas, ¿incluye desmonopolizar el mercado? ¿Por ejemplo, permitir que se importen combustibles refinados?

RM - Sí, y pondremos las fechas, todas las reglas: estas son las reglas con las cuales el mercado de combustibles o de energía en Uruguay va a caminar.

Primero las reglas. Tenemos que discutir también el tema de la caída del monopolio, tenemos que discutir cómo entran, si entran más ellos, si entran menos; tenemos que discutir si va a haber o no estaciones “blancas” (son las que no venden de un sello, y en Argentina la experiencia es muy mala); tenemos que ver si puede haber distribuidoras que no tengan estaciones de servicio. Discutir las reglas.

Después de discutirlas, o en paralelo, estudiar la experiencia chilena. ¿Por qué en Chile hay tres refinerías (naturalmente, el mercado chileno es mucho más grande) que son del Estado y refinan el 80 por ciento del combustible a pesar de que el mercado es libre y cualquiera puede importar?

EC - ¿Estamos hablando de empresas 100 por ciento estatales?

RM - 100 por ciento estatales. En un marco jurídico privado, pero 100 por ciento estatales y no se pueden vender las acciones.

EC - Le pedía la precisión porque, como usted mismo relataba, mientras se discutió esta ley en el Senado de la República, usted y la izquierda en general estuvieron dispuestos a considerar una asociación de Ancap con un privado; después no se cumplieron las condiciones que entendían debían darse y por eso rechazan la ley. Pero la idea de asociación con un privado no era rechazada. Ahora usted piensa en otro modelo, en un modelo de Ancap 100 por ciento estatal, que puede intentarse una Ancap 100 por ciento estatal en el mercado de los combustibles siempre que sea sociedad anónima.

RM - Pasaron dos años. Las experiencias argentina, chilena, brasileña se van completando, tenemos además una figura que es uruguaya –el presidente de esta empresa chilena– que nos puede acercar una enorme experiencia en esto. Yo no quiero copiar, quiero estudiar: por qué allá funciona y acá no puede funcionar.

EC - Se lo pregunto porque hace pocos días entrevistamos en este mismo ciclo al senador Enrique Rubio y él hablaba de otro mecanismo, de una asociación de Ancap con una o más de una petrolera estatal de la región.

RM - Yo estoy dispuesto a estudiar todo. Lo que digo es que hay una experiencia en el país que es el modelo del capital privado, los chilenos no se desprendieron de las refinerías a pesar de que el mercado es libre, cualquiera puede exportar. ¿Por qué las petroleras multinacionales que distribuyen en Chile –hay varios sellos importantes– le compran a la refinería estatal?

EC - Entonces el modelo alternativo no está todavía, la alternativa a esa ley no está, porque usted está manejando un mecanismo y el senador Rubio manejaba otro.

RM - Y blancos y colorados, a pesar de que se derogue la ley, se aferrarán a este. Empezaremos a estudiar y a discutir.

EC - Claro, pero mi pregunta apunta a cuánto tiempo lleva esto, porque están corriendo los años y los meses en un mercado en el que, para empezar necesitaríamos tener combustibles más baratos, más allá de que también se argumenta que Ancap está en peligro porque de hecho tendría que abrirse el mercado de los combustibles cuanto antes por las reglas del Mercosur.

RM – No; eso no es así.

EC - ¿Pero cuánto tiempo lleva definir un modelo alternativo para el futro de Ancap en los combustibles?

RM - Creo que si el único parámetro que tenemos es el problema del tiempo y es preferible hacer nuevas cosas a estudiarlas y hacerlas bien, vamos por un camino equivocado.

EC - Pero el EP-FA, la NM, ¿no deberían llegar al 7 de diciembre con una alternativa, con un proyecto, por lo menos, para negociar el 8 de diciembre?

RM - ¿Para negociar con quién el 8 de diciembre?

EC - Con el gobierno.

RM - Nosotros estamos haciendo política, vamos a ver los efectos primero de lo que dice la población.

EC - El doctor Tabaré Vázquez dijo que al día siguiente, si triunfa el Sí, se sentarán a negociar una nueva ley.

RM - Perfecto; invite al doctor Vázquez, pregúntele y él le trasmitirá lo que él piensa; yo trasmito que hay algunos modelos que no hemos estudiado suficientemente bien y que me parece que tendríamos que prestar más atención. Incluso personas vinculadas a este tema en el plano académica o algunos vinculados a empresas dicen que esa experiencia en Chile está funcionando bien. Lo peor que nos puede pasar es tratar de volver rápidamente a hacer mal las cosas; vamos a hacerlas bien.

Le pongo un ejemplo: nosotros trasmitimos al gobierno una y otra vez que cambiara al ministro de Economía en su oportunidad porque él era parte del problema; no se nos hizo caso, y al final el ministro voló. En ese momento había que actuar rápido, y éramos nosotros; el gobierno se tomaba su tiempo y el país estalló en mil pedazos. Muchos decían: “No, no hay que hacer olas, no hay que cuestionar al ministro, cualquier cosa que se mueva va a traer la crisis”. La crisis estaba instalada y había que sacar al país a partir de sacar a aquellos que la agravaban, en ese momento el propio ministro de Economía.

Ahora, nuestra recomendación es: antes de embarcarnos nuevamente los uruguayos en la reforma estructural a nivel de combustibles, estudiemos algunas experiencias interesantes que están pasando en la región, que ya tienen más de dos años acumulados, creo que habría que prestarles más atención.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón


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