18.12.2005














El viejo Comercial devolvió depósitos de una off shore

Senador Eleuterio Fernández Huidobro: Con el consentimiento del Banco Central y del gobierno, el directorio interventor de un banco privado en crisis asumió los compromisos de una financiera en Curaçao. Los socios privados extranjeros del Comercial asumieron esa deuda pero exigieron al gobierno uruguayo un compromiso de devolución si el banco quebrara. Casi en su totalidad, los depositantes retiraron su dinero, y ahora el Estado uruguayo debe hacer frente también a ese reclamo.



EN PERSPECTIVA
Jueves 04.12.03, 07.37.


EMILIANO COTELO:
Algunos ahorristas del sistema uruguayo que habían depositado su dinero en una financiera off shore del mismo grupo del viejo Banco Comercial, y que habían sido afectados por las maniobras de los hermanos Röhm, fueron resarcidos por la totalidad de sus colocaciones: se les devolvió el dinero en febrero, marzo, abril y mayo de 2002, en lo que supondría un tratamiento diferencial respecto a otros, sobre todo por tratarse de dinero colocado fuera del país. Tal la denuncia efectuada ayer por el Movimiento de Participación Popular, en una conferencia de prensa que tuvo lugar ayer en el Palacio Legislativo.

Se señala que eso fue posible gracias al acuerdo de capitalización de la institución, plasmada entre el Estado uruguayo y los tres bancos del exterior que eran socios de los Röhm en el viejo Comercial.

A todo eso se añade que algunos de esos ahorristas serían personalidades vinculadas al gobierno y al mundo empresarial.

Esto es una apretada síntesis de un asunto realmente complejo y que quiero tratar de entender en los próximos minutos conversando con el senador Eleuterio Fernández Huidobro. ¿Cuáles son las fuentes para estas informaciones que ustedes manejaron ayer?

ELEUTERIO FERNÁNDEZ HUIDOBRO:
Todas son del Poder Judicial. Es parte del expediente que está en el Juzgado Letrado de Primera Instancia en lo Penal de 4º Turno, a cargo del juez Balcaldi, que ha tomado estado público de un tiempo a esta parte. Es un expediente complejo porque tiene como 22.000 páginas, y por lo tanto el hecho de que tenga estado público no significa que cualquiera puede ir y obtener enseguida información interesante.

Quiere decir entonces que toda esta documentación es del Poder Judicial, y son conclusiones a las que arriban los peritos judiciales señores Júpiter Pérez, Héctor Prieto y Miguel Navajas, al servicio del señor juez para la investigación de los sucesos... por llamarlos de alguna manera: corrida bancaria o crisis financiera del año 2002.

EC - ¿Qué fue exactamente lo que ocurrió con esas colocaciones en Commercial Investment, que era la empresa del mismo grupo, una off shore de Curaçao?

EFH – Esta off shore provenía a su vez del ING Bank, que fue comprado por el Banco Comercial. Esta es una historia un tanto más larga. El ING ya tenía una off shore que tenía otro nombre, que luego –cuando el Comercial compra a la sucursal Uruguay del ING— tomó el nombre de Commercial Investment. Según la información que tenemos, los clientes son los mismos en líneas generales, y el servicio que se brindaba era colocar el dinero en el exterior, a través de Curaçao con destino a Amsterdam, Holanda.

A principios de este año, como es público y notorio, los hermanos Röhm realizaron una serie de maniobras, una estafa...

EC – En realidad estamos hablando de fines del 2001, comienzos del 2002.

EFH – Ahí está. Es un coletazo de la crisis argentina, en lo que tiene que ver con el hecho de que los hermanos Röhm tomaron este dinero que estaba en el exterior. Es una situación muy parecida a la del Banco Montevideo: tomaron el dinero para cubrir otras deudas, vendiendo valores muy sólidos a cambio de papeles casi de nulo valor. Cuando llegaron las fechas de los vencimientos en las que estos clientes se iban a presentar a reclamar su dinero en el Banco Comercial o a renovar sus depósitos en Curaçao, era evidente que se iba a generar un grave problema porque el dinero había desaparecido. Entonces se urdió un mecanismo bastante complejo que fue que el Banco Comercial como tal (cosa bastante extraña) se hiciera cargo de todos estos depósitos. Commercial Investment es una empresa diferente al Banco Comercial.

EC – El nombre completo es Commercial Investment Holding Corporation – Curaçao.

EFH – Exacto. Es una empresa diferente: es una empresa con contabilidad separada, etcétera. El Banco Comercial ni ningún otro tienen por qué hacerse cargo de sus deudas, de su iliquidez generada en el exterior. Sin embargo, en este caso el directorio del Banco Comercial (cuando ya el directorio ya estaba integrado por personas designadas de común acuerdo con el Banco Central del Uruguay, y cuando esto ya estaba bajo control del Banco Central) tomó la decisión de que el Banco Comercial se hiciera cargo de esto.

EC – Estamos hablando, repito, del verano de 2002, febrero - marzo.

EFH – Estas decisiones, hacerse cargo de los vencimientos que iban a empezar a caer en febrero, marzo, abril y mayo, fueron tomadas en el entorno de enero – febrero.

EC – Cuando estaba operando una especie de intervención en el Comercial...

EFH – Exacto.

EC – ...que nunca se formalizó como tal.

EFH – No; fue denominado “desplazamiento de autoridades”, cuando los Röhm huyeron.

EC – Y lo que usted dice es que ese nuevo directorio, ya sin los Röhm, fue el que tomó estas decisiones.

EFH – Tomó estas decisiones. Esa es la parte formal, porque de lo contrario no habría como explicarse que el Banco Comercial pagara depósitos de otro banco, de un banco off shore. Ese directorio tomó la decisión, y el Comercial se hizo cargo de toda esta deuda como una pérdida del Banco Comercial, y así fue asentado en su contabilidad: como una pérdida. Lo cual va a afectar al patrimonio del Banco Comercial.

Como tampoco había dinero, había que resolver de dónde salían los más de 100 millones de dólares [para devolver los depósitos], y fue entonces que se hizo un acuerdo con los tres bancos privados socios del Comercial (el J.P. Morgan, el Crédit Suisse First Boston y el Dresdner Bank), que pusieron ese dinero con algunas condiciones: que el Banco Comercial lo amortizará en 60 cuotas, pero que el Estado uruguayo (ya no el Banco Central sino el Estado, por eso el contrato es firmado por el presidente Jorge Batlle y el ministro Alberto Bensión) se compromete a mantener sano al Comercial, aportar todos los fondos necesarios para que el Comercial no se funda (obviamente, si hay que amortizar una deuda en 60 meses, cinco años...). Y que si se llegaba a fundir, estos tres bancos quedaban en condiciones de exigir la devolución inmediata de ese dinero (en estos momentos tenemos un pleito iniciado por estos tres bancos, reclamando al gobierno uruguayo que le devuelva la plata).

EC - ¿Por qué vincula ese acuerdo de capitalización del Comercial, firmado el 26 de febrero de 2002 entre el Estado uruguayo y los tres bancos del exterior, con el resarcimiento a quienes tenían su dinero colocado en Commercial Investment?

EFH – Porque así surge de la documentación judicial, de la investigación de estos tres expertos. Es más: lo más grave de todo es que estos tres expertos informan al señor juez (incluso con documentos del Banco Central adosada al informe) que a su juicio este fue el detonante de la corrida que después se generalizó. Lo cual confiere suma gravedad a esto, y esto es casi una novedad: por primera vez conocemos que expertos del Poder Judicial que han hecho una investigación dicen que el detonante de la corrida, que ésta tuvo su origen en el Uruguay y no en ningún otro lado.

EC – Estoy leyendo la transcripción que ustedes han hecho de algunas conclusiones de los peritos. Una, que tiene el numeral 275, no dice exactamente que haya sido el detonante: “Las devoluciones a los ahorristas fueron realizadas durante los meses de febrero, marzo, abril y mayo de 2002, retiros que significaron el inicio de la «corrida» que sufrió el Banco Comercial en esa época, y que rápidamente se transformó en una corrida generalizada en todo el sistema financiero”. Dice “inicio”, no “detonante”.

EFH – Bueno; se lo acepto. Aquí es como si se hubiera querido adoptar un remedio amargo con cierta desesperación, intentando que cuando esos ahorristas, al vencimiento de sus plazos fijos depositados en el exterior, fueran a reclamar el dinero, éste estuviera. Que muchos lo dejaran, o... en fin: la tranquilidad el hecho de que el dinero está.

EC – Esa es, justamente, una explicación que creo recordar que dieron en su momento autoridades del Banco Central en el Parlamento. Creo recordar, porque no tengo las actas a la vista, que el razonamiento fue el siguiente: estas colocaciones en Commercial Investment – Curaçao, fuera del país, sí, eran ofrecidas en los locales del Banco Comercial. Por lo tanto, era una muy mala señal que, llegado el vencimiento de esas inversiones, los ahorristas no recibieran la devolución en ese momento tan crítico de febrero – abril. Por eso se habría optado por devolverlo: para no afectar más todavía la imagen del banco, que venía en un momento de endeblez a raíz de todo lo que se sabía de la estafa de los Röhm.

EFH – Efectivamente. Da para pensar que se actuó de esa manera intentando apagar el incendio y, por lo tanto, entrando en algunas irregularidades que fueron las más estudiadas en la comisión investigadora de la Cámara de Representantes, como lo fue justamente este extraño contrato, leonino, que firmó el Estado uruguayo. La justificación era esa: una situación dramática y un intento de apagar el incendio.

Pero sucedió, y esta es una cosa muy curiosa, que casi todos estos depositantes, casi todos (llama la atención el enorme porcentaje), cuando llegó el vencimiento retiró el depósito.

EC – Estamos hablando de ¿U$S 70 millones?

EFH – Según las cifras que manejan los peritos judiciales, cerca de U$S 70 millones, aunque otros dicen que llegó a más de U$S 80 millones esta ola de retiros, concentrada en un sector de lo que serían los servicios que prestaba el Comercial: concretamente los depósitos que estaban en el exterior.

Claro: en una plaza tan chica y en ese momento en que veníamos con el tema del Banco de Galicia en enero, cuando ya había una corrida digamos larvada, y todo lo que estaba en Argentina, corrió como reguero de pólvora en la plaza financiera y se contagió. Quiere decir que el remedio, de algún modo, fue algo peor que la enfermedad: no se aisló al caso de los depósitos del exterior respecto del conjunto, sino que se trató de cubrirlo pero agravando la situación patrimonial del Banco Comercial.

EC – Trato de terminar de entender esto. ¿Cuál es el cuestionamiento, concretamente? Esta gente tenía su plata afuera, ¿verdad?

EFH – Estaba depositada en el exterior.

EC – Vía una empresa del grupo Banco Comercial, pero era plata que estaba afuera.

EFH – Sí, sí.

EC - ¿No era lo más lógico que, si lograban recuperarla, en un momento como ese en que se había conocido las estafas de los Röhm, siguieran con la misma filosofía?

EFH – Puede ser que, tranquilizados, o que al menos no tanta gente, no un porcentaje tan alto de depositantes... Fíjese que en el resto del Comercial todavía sigue esperando para cobrar sus depósitos, quiere decir que a pesar de todas las corridas que hubo no los retiraron, ¿no? Y en los demás bancos, lo mismo. Sin embargo acá hubo como una estampida que llama la atención; llama mucho la atención.

EC – Usted entiende que, al lograr recuperar su dinero (que estaba en entredicho en ese momento, por todo el tema de la estafa), ¿debió haberla dejado en el propio banco?

EFH – No, no; yo no digo nada. Cuando la gente cobró el dinero pudo haber hecho muchas cosas. Pero lo que efectivamente sucedió fue que comenzó a retirarlo, y esto concentrado en dos meses (marzo y abril, porque en febrero los recibos fueron pocos) llamó poderosamente la atención, la noticia corrió como reguero de pólvora y contagió la corrida al resto del sistema financiero. Porque se trataba en algunos casos de empresas muy importantes de plaza, según la lista que hemos podido ver, pero además de algunas personalidades del gobierno. Por lo que este tema, la lista de quienes hicieron estos retiros (está incorporada al informe de los peritos judiciales) es también alarmante...

EC – Ustedes no dieron a conocer esa lista. Lo habían anunciado, pero luego, en la propia conferencia de prensa, optaron por no hacerlo.

EFH – Sí; valoramos mucho si debíamos o no dar nombres, porque se nos trajo esta denuncia hace 72 horas, y lo que pudimos comprobar fehacientemente fue la mecánica de la maniobra. Siempre lo pusimos en tela de juicio: “Vamos a examinar esto; son fotocopias, puede no ser auténtico...”, y nuestros asesores corroboraron que era auténtico sencillamente apelando a documentos de ese momento del Banco Central y otros de fácil acceso en Internet. Entonces, cerraba el puzzle y ahí quedamos ciertos de que el documento estaba diciendo algo que efectivamente había pasado, y cómo había pasado. Por ejemplo, teníamos enormes dudas: nuestros asesores decían “No: es imposible que el Banco Comercial, como Banco Comercial, pagara estos depósitos y que esto entrara en la contabilidad de pérdidas del Banco Comercial; no es normal”. Pero resultó que se inventó una manera –no sé si normal o no— para hacerlo. Al principio nuestros asesores nos habían dicho “No; acá hay un error muy grande”; pero no lo había.

Entonces, corroboramos lo cierto de la maniobra o no sé cómo llamarla. Ellos usan la palabra “resarcimiento”, una palabra extraña en términos bancarios, porque los propios peritos que trabajan para el juez no encontraban otra manera de definir, de calificar qué es esto: no fueron retiros propiamente dichos sino un “resarcimiento”, porque el Banco Comercial no tenía por qué hacerse cargo de estas cuentas. Íntegramente, además, porque se pagó hasta el último dólar o hasta el último vintén.

***

EC – Si entiendo bien, entonces, la primera parte del cuestionamiento del MPP va a la decisión política (en la medida en que ya entonces había representación del Estado uruguayo en el directorio del Comercial) de devolver su dinero a quienes habían invertido en Commercial Investment – Curaçao...

EFH – Sí, pero no sólo del Banco Central sino Presidencia de la República, comprometiendo al Estado uruguayo y ya no sólo al Banco Central. Porque fue necesario ese contrato para poder traer el dinero.

EC – También existía por esas fechas asistencia directa del Banco Central al Comercial, independientemente de la capitalización.

EFH – Sí, sí. Y otra asistencia al Comercial que no provenía del Central sino que se daba por orden directa del ministro Bensión, de Rentas Generales y de Tesorería.

EC – Entonces, por un lado, hay un cuestionamiento a la decisión política de devolverle el dinero a ese tipo de ahorristas.

EFH - Más que un cuestionamiento…

EC - Ustedes entienden que no se debió devolver; que esa gente que tenía el dinero fuera debió habérselas arreglado por su parte, con demandas, juicios, etcétera. ¿Eso es lo que usted dice?

EFH - Eso es lo que se está planteando hoy por parte del gobierno en relación a otros depositantes en otros bancos, ¿no?, en exactamente la misma situación o peor, porque acá hubo consentimiento, estos clientes venían no sólo del Comercial sino del ING Bank. En cuanto a los hombres…

EC - Después está el tema de los nombres. Ustedes no los dieron.

EFH - Al recibir esta denuncia… Hay que entender una cosa: nosotros no somos periodistas, ni... Somos legisladores, y estamos obligados a actuar sobre las denuncias que recibimos. Podríamos callarnos la boca, y se nos podría decir luego “Ustedes se callaron la boca” –porque sabíamos que esto ya estaba circulando en diversos ámbitos–. Ayer pusimos en conocimiento de la opinión pública lo que ha investigado o ha llegado a investigar –creo que la investigación aún no terminó– el Poder Judicial, apenas se pudo acceder normalmente a ello, porque ese sumario ahora es de acceso público.

Después estaba el problema de los nombres. Hacer una denuncia directamente, de nombres concretos, de personas concretas, de empresas concretas, sin verificar –teniendo posibilidad de hacerlo en forma directa en el juzgado– si esas fotocopias –en las que yo creo personalmente y todos nosotros creemos que son como las vimos–; nos parecía necesario dar ese paso, sabiendo que además esas listas ya están circulando por ahí.

EC - Y que de hecho algunos nombres iban a ser publicados, como lo están hoy en la prensa.

EFH - Era evidente que eso iba a pasar.

EC - Hoy hay tres nombres publicados en la prensa, uno de ellos nada menos que el del entonces y nuevamente hoy senador Alejandro Atchugarry, pero que ocupara el Ministerio de Economía; otro el de Alfonso Varela, quien fuera ministro de Salud Pública; y el nombre de un empresario, Walter Devoto.

Antes de ir a lo que algunos de ellos han señalado, la consulta es: ¿por qué ustedes difunden esto en este momento? La interpretación que mucha gente ha hecho es que era una bomba interesante para largar al final de la campaña electoral, antes del referéndum, sobre todo cuando hace pocos días fue cuestionado el senador Rafael Michelini por su voto en la Cámara alta cuando se trató el proyecto sobre los ahorristas del Montevideo y Caja Obrera, cuyos fondos habían sido derivados al TCB.

EFH - Sí, efectivamente, se puede pensar todo eso.

EC - ¿Esto es como una respuesta?

EFH - Se puede pensar todo eso. Cuando a uno le llega información siempre piensa “¿Quién me la habrá mandado y por qué, y por qué ahora?”. Porque yo puedo pensar, pongamos por caso, “Fue la gente del Nuevo Espacio, es Rafael Michelini que la está diseminando” –he oído todo esto–, “Fue el juez Balcaldi o gente del juzgado que conociendo esa parte del expediente” (¡porque hay que leerse un expediente de 22.000 páginas) “la ventiló”; otra puede ser (así me lo han dicho) “Es la escribana Barbani la que anda difundiendo todo eso, o sus abogados”, y muchas otras hipótesis más.

Bien, fenómeno: lo cierto es que uno está acá sentado, de senador, y la ley dice que como funcionarios públicos, y más como senadores o diputados, si vemos algo no podemos quedarnos quietos. Con esto no quiero decirle que somos rehenes de manipulaciones, pero…

EC - Pero lo cierto es que es un golpe de impacto en el final de la campaña, cuando se afectan de una u otra manera nombres de gente que ha estado en cargos tan importantes como el Ministerio de Economía en el período más crítico de la crisis bancaria, hasta hace muy pocos meses.

EFH - Puede ser; aunque usted conoce el estado de las encuestas en relación al próximo domingo. Efectivamente, puede ser que eso opere de ese modo, pero nosotros sabíamos que de todos modos esto iba a tomar estado público.

EC - Tengo aquí la respuesta que el doctor Alejandro Atchugarry ha hecho conocer, un texto breve que aparece publicado hoy en algunos diarios con respecto a su nombre y su vinculación con esta operación. Dice: “Mi madre tenía bonos del Tesoro uruguayo, y a comienzos de 2001 recibe intereses y amortizaciones por 17.000 dólares, los que se colocaron a plazo fijo en el ex ING, en el exterior. Por practicidad se pusieron a mi nombre. Vencido el plazo fijo en abril de 2002 [que es la fecha que ustedes han estado mencionando], se nos depositan los 17.000 dólares, los que quedan en el banco y posteriormente se utilizaron en comprar bonos del Tesoro uruguayo. En consecuencia, cuando se produce la crisis de julio de 2002 no teníamos colocación alguna en el exterior y los ahorros de mi madre estaban colocados en bonos del Tesoro uruguayo”.

EFH – Perfecto. Nosotros hablamos ayer con el señor senador Atchugarry, antes de la conferencia de prensa; nos manejamos con muchísimo cuidado en todo este tema porque tenemos una relación fluida con el senador, y claro, esta lista era sorprendente y en alguna medida alarmante. Tuvimos esa conversación, de algún modo ya teníamos esta explicación.

EC - Como que el resumen es que la actitud que tuvo con los dineros de su madre no fue la de salir del país: al contrario, era dinero que estaba en el país y cuando logra recuperarlo lo transforma en bonos del Tesoro uruguayo.

EFH - Sí, pero si no fuera por lo que el gobierno decidió él no lo hubiera podido recuperar. El mismo derecho pueden tener hoy, por ejemplo, los del TCB, y decir: “Yo también quiero el dinero, así compro bonos del Tesoro uruguayo; y también son ahorros de mi madre”.

EC - No, porque una parte de la discusión es a propósito de doble discurso, de un presunto doble discurso, ¿no?; por un lado reclamar confianza en la plaza uruguaya, y por otro tener el dinero afuera. Lo que Atchugarry está diciendo de esa manera es que él con el dinero de su madre hizo en todo caso todo lo contrario: lo trajo para Uruguay y lo dejó colocado nada menos que en bonos del Tesoro, en un momento en el que no era nada seguro que los bonos del Tesoro se pudieran recuperar.

EFH - Sí, pero lo trajo gracias a estas decisiones que tomaran el BCU y Presidencia de la República; si no, no lo podría haber traído, no podría haber cobrado un peso; esa plata no estaba. Esa plata ni siquiera es ya de él, es de todos nosotros, porque la estamos debiendo a los tres socios privados del Comercial.

Fíjese que todos los demás ahorristas del país, incluso los que tenían dinero en el exterior con o sin consentimiento, están esperando una prorrata para ver cuándo podrán hacerse con sus depósitos, con su dinero, y algunos están recibiendo bonos al año 2020, por ejemplo. Sin embargo, cuando ya era evidente que el banco no tenía este dinero no tendría por qué haber cubierto. No quiero decir que fue incorrecto hacerlo, no quisiera estar en los zapatos de quienes tomaron esta decisión en circunstancias tan dramáticas, pero hay una incongruencia, una incoherencia.

Además hoy mismo se alega en el tema de los depositantes en el TCB, por parte de quienes se oponen a que ellos sean incorporados a la prorrata (ni siquiera a la devolución de sus depósitos), y siempre y cuando no quede claro que dieron el consentimiento porque en ese caso, hasta la última ley interpretativa que todavía no fue aprobada, que establece bien claramente que el que dio el consentimiento, no. Sin embargo desde el otro lado se alega que no, que si la tenían en el exterior, mala suerte, no entran [en la prorrata].

Lo otro grave, que nos preocupa mucho, es que existiendo esto en el juzgado penal, tomando estado público porque el sumario es público, iba a tomar estado público tarde o temprano, imagínese los pleitos que el Estado uruguayo puede comenzar a recibir ahora por parte de muchos ahorristas, incluso los que tenían dinero y papeles en el exterior, con o sin consentimiento, para que a la luz de lo que pasó y de esto que se hizo, se les pague, no que se les prorratee sino que se les pague. Estos pleitos van a terminar dentro de unos años, muy probablemente en el próximo gobierno, sea quien sea el próximo gobierno. Y encima de que les vamos a tener que pagar si perdemos el pleito con los bancos privados, estos extranjeros (grandes responsables de lo que pasó en este banco, pero que tienen vamos a decir “derecho” a cobrar porque el presidente de la República les firmó un contrato), vamos a tener que devolverles ese dinero y probablemente después les vamos a tener que devolver también el dinero a otros ahorristas debido a esto, entre otras cosas. Yo no digo que esto decida esos pleitos, pero es un elemento pesadísimo que un juez penal de Uruguay y sus peritos en la materia estén diciendo lo que están diciendo.

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón

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