18.12.2005












EL CLÁSICO MÁS IMPORTANTE DEL TURF URUGUAYO VUELVE A MAROÑAS

Falero, un protagonista del Ramírez

Fueron siete años sin un clásico que tiene 113 de historia. El Premio Ramírez hoy vuelve al remozado y lujoso Hipódromo de Maroñas. Seguramente será una fiesta. Para el turf y para el barrio que ha vuelto a la vida con la reapertura de este escenario hípico. Una fiesta que tendrá un protagonista: Pablo Falero montando a Gran Vitesse. El jockey uruguayo, uno de los más importantes de todos los tiempos, estuvo En Perspectiva y dijo que es un orgullo volver a correr en su país.

EN PERSPECTIVA
Martes 06.01.04, hora 8.50.

JOSÉ IRAZÁBAL:
Después de siete años de paréntesis y de esperar tanto tiempo la gente del barrio Maroñas, el barrio del hipódromo, hoy se prepara para vivir su gran fiesta.

113 años de historia tiene el Premio Ramírez y hay algunos personajes que tienen que estar, porque sin ellos la fiesta no es completa.

Uno de esos personajes es el jockey uruguayo Pablo Falero, que ganó el Olimpia de Plata este año, otorgado por el Círculo de Periodistas Deportivos de Argentina; fue galardonado “Jockey del año”, también en ese país, por sexta vez, en la fiesta de los Premios Pellegrini del Jockey Club de San Isidro. En nuestro país también fue premiado con el Charrúa de Plata por el Círculo de Periodistas Deportivos.

Los que saben de turf, los que saben de burros, dicen que después de Irineo Leguizamo, el uruguayo Pablo Falero es el mejor jockey de todos los tiempos. Y hoy en Maroñas corre el Gran Premio José Pedro Ramírez. Aprovechando su presencia en Montevideo, vamos a dialogar con este jockey.

Falero, ¿cuándo llegó al país?

PABLO FALERO:
Ayer.

JI - Ayer de tarde, ¿no?

PF - Sí, a la tarde.

JI - ¿Cuánto hace que está en Argentina?

PF - Hace 12 años.

JI - ¿A qué edad comenzó a correr?

PF - Tenía 14 años cuando empecé en Colonia; a la semana cumplía 15.

JI - Usted es de Colonia.

PF - Soy de Colonia.

JI - Pero esto viene de familia, ¿no?

PF - No, no, yo me crié en el campo, mi papá trabajaba en una estancia cuando yo era niño. A mis 14 años se radicó en el Hipódromo Real de San Carlos, de Colonia, y ahí es donde tengo contacto con el caballo de carrera. Al muy poco tiempo de estar en Colonia, como vieron que yo era muy de a caballo, mi padrino Enrique Bibar, que ahora es fallecido, me hizo debutar en una carrera para aprendices y de ahí en más fui aprendiendo.

JI - ¿Cómo es esa historia de su padre con el hipódromo en Colonia?

PF - Mi papá había trabajado en el campo, nosotros estábamos estudiando, entonces necesitaba acercarse a la ciudad y consiguió trabajo de capataz en el Hipódromo Real de San Carlos y ahí empezó todo lo mío con el turf.

JI - Yo le preguntaba si venía de familia justamente por eso, porque tenía la referencia de que hace poco le hicieron un homenaje a su padre en el Hipódromo de Colonia por su trayectoria en el turf.

PF - Sí, se retiró del cargo que tenía en el Hipódromo. Se jubiló.

JI - ¿Por qué decide irse a Argentina?

PF - Uno siempre busca el futuro; me había ido muy bien en Maroñas, me vinieron a buscar, incluso me habían venido a buscar bastante antes, cuando recién hacía dos años que estaba en Maroñas y me pareció que no estaba preparado, la situación en Argentina estaba medio floja y decidí no irme. Después vino otra gente con otra propuesta, me pareció bastante importante, fui a hacer una prueba y realmente salió muy bien.

JI - Usted dice que a los 14 años empieza a armarse la cosa…

PF - Sí, empiezo en Colonia a los 14. En Colonia corrí durante cinco años y fui uno de los primeros aprendices que vinieron del interior a correr a Maroñas; pudimos hacer los papeles y corrí como aprendiz. Antiguamente hasta no ser jockey en el interior no se podía correr en Maroñas. Tuve que tener un tutor, que fue Alejandro Pérez, hicimos todos los trámites y vine a correr de Colonia como aprendiz.

JI - ¿Qué cosas fue aprendiendo? ¿Qué cosas hacen que un jockey vaya adquiriendo buena madera?

PF - Siempre me fui fijando en los muy buenos jockeys que había en ese momento, tanto en Colonia como después cuando empecé a venir a Maroñas. En Colonia tenía una vidriera muy importante, había jockeys de la talla de los Aceredo, Carlos Rocha, Ruben Rivero. Colonia fue una cuna bastante buena de jockeys, tuvo a los Larrechea, que dicen que fueron muy buenos. Alcancé a correr con uno, con el otro no pude nada más que varear a la par. Fueron jockeys que hubieran podido correr en cualquier parte del mundo, pero nunca decidieron irse de Colonia.

JI - Hay que tener determinadas características físicas para ser un jockey, ¿no?

PF - Sí, por supuesto, hay que tener un peso bastante ideal, no ser muy pesado.

JI - ¿De cuánto estamos hablando? ¿Cuánto tiene que pesar un jockey?

PF - Para estar bastante tranquilo tiene que pesar 53, 54 kilos; con más de eso ya le cuesta mucho estar rebajando.

JI - Uno tiene que ser más bien chiquito, de complexión chica, para poder dedicarse a esta profesión.

PF - Sí, por supuesto. Hay jockeys de gran altura, que por ahí son más flacos, con huesos más chicos y también son livianos. Lo importante es tener el peso.

JI - ¿A qué edad llegó usted a Montevideo?

PF - Me vine a radicar a los 19 años.

JI - ¿Con qué se encontró aquí? ¿Qué cambió en aquel jockey que llegaba desde Colonia, del interior, a correr a Maroñas, que era la gran vidriera?

PF - Para mí fue muy importante. Yo siempre digo que he sido un iluminado de Dios, porque estuve un mes y medio tramitando los papeles en Maroñas para poder correr, o sea que no pude correr enseguida; me dejaban correr en el interior, entonces me iba a Las Piedras. Durante un mes y medio estuve haciendo eso, hasta que salieron los papeles y pude correr un caballo de Báez, que era el que me había traído, por medio de Villamarín –mi padrino había hablado con Villamarín y Báez–. Báez estaba corriendo poco, una vez me había querido dar una monta cuando yo estaba viniendo a correr de Colonia y no me dejaban. Me vine, empecé a trabajar con Báez y el primer caballo que corrí se llamaba Albieri, era uno de los caballos más matungos que tenía Walter en ese tiempo…

JI - ¿Qué quiere decir que era un caballo “matungo”?

PF - Que era un caballo flojo; sin embargo tuve la suerte de ganar debutando con él, debutando como jockey para Báez, ¿no?

JI - Campanazo en Maroñas, ¿no?

PF - Por supuesto, fue maravilloso; era el primer paso y lo di muy bien. Después trabajando siempre, trabajé mucho con Báez, me enseñó muchas cosas, un jockey de gran nivel.

JI - ¿De qué años estamos hablando?

PF - Me vine a Maroñas a fines de 1986, y tuve la suerte de ganar el Ramírez en 1987, que era lo mejor que me podía pasar.

JI - ¿Fue el primer gran triunfo? Usted dice que el día que debuta le toca llevarse el triunfo con un caballo que no era el favorito y al otro año el Ramírez.

PF - Sí, enseguida el Ramírez. Creo que gané una carrera de fin de año con una yegua de Vergara que se llamaba Aldorina; eso fue antes del Ramírez. Vergara era de Colonia, lo conocía y le corría; a veces no tanto allá, pero a veces venía y le corría alguno. Después ganar el Ramírez fue lo mejor que me pudo pasar.

JI - ¿Qué se siente cuando se gana por primera vez un Ramírez?

PF - Ahí yo ya tenía 20 años, había cumplido en diciembre. Son cosas que no se pueden describir, no se olvidan, no hay palabras para describirlas... Uno las lleva el resto de su vida en la retina.

JI - ¿La familia lo acompaña cuando le toca correr?

PF - Sí, desde siempre me acompañó. Mi mujer me conoció ya en esto y me acompañó y me apoyó siempre. En todo lo que he querido hacer siempre me ha acompañado.

JI - ¿Va siempre al hipódromo?

PF - Prácticamente sí, los fines de semana sí; los días de semana ahora no, porque allá tenemos carreras todos los días y ella se encarga de los chicos en el colegio y eso, pero los fines de semana siempre.

JI - Usted decía que en 1987 ganó el primer Ramírez. ¿Qué pasó de ahí en más? ¿Cambió en algo su carrera?

PF - Sí, por supuesto, porque ganar un premio de tan larga trayectoria, una grande, a uno le da una confianza y una tranquilidad para decir: bueno, menos mal, me tocó esto, voy a seguir laburando para lograr lo más que pueda. A partir de ahí empiezo a ganar la estadística en Maroñas. No lo podía creer, porque venía a que me fuera bien, a probar suerte… Trabajé mucho para eso y se fueron dando muy bien los resultados.

JI - ¿Qué es “ganar la estadística”?

PF - Es el jockey que gana más carreras durante todo el año.

JI - ¿Cuándo lo concreta? ¿En 1987 también?

PF - Sí, ya en 1987 me tocó ganar la estadística.

JI - Uno de los detalles que quien no está cerca del turf quizá no advierta es que un jockey lleva, por ejemplo en su caso, miles de carreras ganadas.

PF - Sí.

JI - ¿Sabe cuántas? ¿Tiene una idea?

PF - Sí, creo que gané alrededor de 1.500 carreras en Uruguay y casi 3.500 en Argentina.

JI - Usted tiene dos récords en Argentina: ganó de 13 carreras 11…

PF - No, no; la vez que gané más gané ocho, creo que fueron ocho de 10.

***

JI – Estamos escuchando un tema de Gardel: “Preparate” pa’l domingo”, fue grabado en 1931.

¿Le gusta el tango?

PF - Sí, me gusta, por supuesto.

JI - Si me decía que no teníamos que terminar la nota acá…

PF - No, no, por supuesto.

JI - ¿Los jockeys son de escuchar este tipo de temas? ¿Se preparan también psicológicamente antes de un premio tan importante como puede ser el Ramírez u otros premios que usted ha corrido, como el Pellegrini, en Argentina?

PF - Sí, uno se prepara para todas las carreras. Uno tiene como… no una cábala, pero tiene siempre una preparación física y mental para todas las carreras.

JI - Pero alguna cábala debe haber tenido; cuénteme las que ya no usa, porque muchos cabuleros dicen que las cábalas no se pueden contar porque después no se cumplen.

PF - Cuando estaba en Montevideo tenía cábalas, cuando me ponía una ropa y no me iba bien el primer día, no la usaba más. Pero después uno empieza a creer que es un factor de suerte, no tanto las cábalas. No me fijo, siempre hago lo mismo. En Palermo y San Isidro tenemos una virgencita en el cuarto de los jockeys que saludamos cuando llegamos y cuando nos vamos de las carreras, les agradecemos a Dios y a la Virgen que pudimos irnos tranquilos.

JI - Usted dice que cuando usaba algún atuendo y después en la carrera no le iba bien, no lo usaba más. Por lo general los jockeys visten los colores de los studs.

PF - Por supuesto, cada stud tiene su chaquetilla con su color propio.

JI - ¿Qué pasa cuando en una tarde de Palermo, por ejemplo, le toca ganar ocho de diez carreras que se corren? ¿Qué tiene que hacer el jockey ahí? ¿Se cambia todo el tiempo? ¿Cómo hace?

PF - Cada caballo corre para un stud diferente; puede ser que en el correr de la tarde se corran caballos del mismo stud, dos o tres.

JI - Ahí tiene que cambiarse de chaquetilla también.

PF - Sí, sí.

JI - ¿Con qué colores corre esta tarde el Gran Premio Ramírez?

PF - Con los colores del stud Maroñas, que son blanco y negro a rayas verticales, y gorra granate.

JI - ¿Y el número de caballo?

PF - No me fijé…

JI - Por ahí no pasa la cábala…

PF - No, no, no me preocupa.

JI - Corre con el número 4, le voy tirando el dato.

PF - Ah…

JI - Ahí tenemos otro tema: ¿cuál es la relación entre el jockey y el caballo? En una tarde usted puede correr 10 caballos diferentes, da la sensación de que el jockey no tiene una relación tan cercana con el animal, o de conocimiento. ¿Cómo es eso? ¿Cómo se maneja?

PF - La relación con el caballo… lo vengo montando desde hace prácticamente dos años, así que lo conozco bastante.

JI - El de esta tarde.

PF - Sí. Y a Imperial Roy, que corre el otro clásico, lo vengo montando desde hace tres.

JI - ¿Siempre hay un conocimiento de los caballos de ese tiempo? ¿O de repente le toca un animal que nunca corrió y no conoce?

PF - Por supuesto, de repente uno liga un caballo en el correr de la reunión y bueno, tiene que subirse, tratar de conocerlo lo más rápido posible y tratar de manejarlo de acuerdo a lo que necesite.

JI - ¿Cómo es eso? Cuéntenos con qué tipos de caballos se ha encontrado.

PF - Se encuentra de todo, porque el genio de los caballos es como el de las personas, son todos totalmente diferentes.

JI - ¿Cómo se lleva la cosa?

PF - Creo que corre por dejar que el caballo haga lo que sabe hacer, que es correr; y después, de acuerdo al resultado de la primera vez, usted podrá cambiar o dejarlo igual para la vez siguiente.

JI - ¿En qué cambia concretamente? ¿Qué características puede tener el caballo?

PF - Hay caballos más geniosos, otros más tranquilos, a algunos les gusta correr más adelante, a otros más atrás; a algunos les gusta correr por el lado de afuera, a otros por dentro; otros por dentro no quieren correr… Son totalmente diferentes.

JI - ¿Cuál es la tarde más gloriosa que recuerda?

PF - Creo que hubo muchas tardes gloriosas, pero la que me quedó más en la memoria fue la vuelta con Delivery, en San Isidro, en el Gran Premio Cheval, cuando volví después de nueve meses de estar parado por una gran lesión.

JI - Eso le iba a preguntar: ¿ha tenido accidentes grandes en estos años de carrera?

PF - Sí; no había tenido muy grandes hasta 1998, cuando tuve un accidente trabajando de mañana en la cancha con un caballo parado: se boleó, me apretó y me fracturó las cervicales. Estuve nueve horas en el quirófano y después como siete meses y medio, ocho, en recuperación.

JI - ¿Qué pasaba por la cabeza de Pablo Falero en ese tiempo?

PF - Fue un tiempo muy duro. Pasaron muchas cosas… En el primer momento parecía que no era nada, después se complicó porque no se había descubierto la lesión en el primer momento y cuando se descubrió fue muy grave, muy duro. Me asusté mucho cuando el médico me habló antes de la operación; después tomé mucha conciencia de lo que me había pasado, primero me preocupé por estar bien yo para mi familia y para poder caminar –porque la lesión me podía haber dejado totalmente fuera de la actividad–, me recuperé muy bien y una vez que me empecé a recuperar ya empecé a pensar en la actividad; bajarse del caballo era muy duro.

JI - Cuéntenos cómo fue ese día, cuando se volvió a subir a un caballo después de ese trago tan amargo.

PF - Me fui preparando para volver a correr, y cuando volví la respuesta del público en Argentina fue muy linda; después me tocó encima –como siempre digo: soy un iluminado de Dios– ganar una carrera maravillosa, que era lo mejor que me podía pasar, porque para alguien que ha estado tanto tiempo parado volver y ganar una carrera casi por medio pescuezo, es… No hay palabras para describirlo.

JI - A quienes que no estamos cerca del turf, no lo conocemos al dedillo, nos gustaría saber si la meta de un jockey es correr en la región, o si existen, como en otros deportes, otros ideales, otros países donde sea un deporte de características importantes, donde se pueda hacer una diferencia económica, donde se pueda tener otra fama.

PF - Como en todo, uno siempre trabaja para ganar cosas y cuando llega a un punto quiere demostrar que llegó ahí porque es alguien. Es muy lindo ir a otro lado y tener un triunfo, aunque no sea de tanta importancia. Yo tuve la suerte de ir a Perú y ganar, de ir a Chile y ganar, de ir a Brasil y ganar; realmente es muy lindo ganar en otro lado cuando uno sale.

JI - ¿Qué siente hoy cuando lo comparan, por ejemplo, con Leguizamo?

PF - Es un orgullo grandísimo. Yo estuve cuando le hicieron un homenaje a Leguizamo en el pueblito donde nació; para mí fue un honor, pude venir y realmente me agradó mucho. O sea, no quiero que me comparen, quiero ser como él, que perduró y va a perdurar en la historia por siempre. Es lo más lindo.

JI - Capaz que hasta tener un tango en algún momento…

PF - Ya tengo algún tango.

JI - ¡Ya tiene tango!

PF - Sí, sí; no lo hizo Gardel, pero bueno…

JI - ¿Cómo se le paga a un jockey? ¿Tiene un sueldo? ¿Gana según si le va bien o mal en la carrera? ¿Tiene diferentes premios? ¿Cómo se maneja?

PF - Por supuesto, si le va bien cobra más, o sea uno gana un porcentaje del premio y en caso de no tener premio se lleva una monta perdida que no es tanto.

JI - ¿Igual se paga?

PF – Si, si.

JI – Se nos pregunta algún oyente de algunas de las historias no tan claras que acompañan al turf, por ejemplo si alguna vez le pidieron que tirara para atrás en alguna carrera.

PF - No… No se pide… Algún propietario a veces quiere hacer algún invento raro, frenar los caballos para después jugarles… Pero uno no puede entrar en esas porque eso desmerece al jockey.

JI - Debe tener mucho que ver con el respeto que uno se puede ganar después, ¿no?

PF - Por supuesto. Si una persona viene a pedirme que frene un caballo me está faltando el respeto, entonces trato de sacarle el cuerpo a esa gente.

JI - Usted decía que por lo general su esposa lo acompaña siempre al hipódromo. Usted tiene 37 años, nada más, ¿no?

PF - Sí, nada más.

JI - Tres hijos.

PF - Tres hijos y un nieto.

JI - ¿Hasta qué edad corre un jockey?

PF - Puedo correr vigente siete u ocho años más, diez; de acuerdo a cómo esté el físico, el físico me va a decir cuándo tengo que dejar.

JI - Por ahora hay cuerda para rato.

PF - Pienso que sí, ¿no?

JI - Hablemos concretamente de esta tarde, de las expectativas que usted tiene con respecto al Gran Premio Ramírez de hoy. ¿Cómo se dio la invitación? ¿Cómo ha sido este proceso en las horas previas a la carrera de esta tarde?

PF - El caballo reprisó hace tres o cuatro meses en Palermo y los propietarios, que son uruguayos, más o menos habían diagramado traerlo. Ellos programaron todo, corrí esa carrera, pensaban correr otra que después no corrieron y después del Pellegrini, de acuerdo a cómo les fuera, venían a correr acá. Como les fue bastante bien, el caballo corrió bien, decidieron traerlo; es un caballo que hizo una buena campaña en Las Piedras, por eso volvieron a correr. Es una carrera muy importante para los propietarios, al ser uruguayos es muy importante, es la carrera más importante del turf uruguayo y siempre quieren estar representados por un buen animal.

JI - Es una cuestión hasta de tradición; sobre todo después de siete años de Maroñas prácticamente parado.

PF - Por supuesto.

JI - Usted ya tenía más o menos claro que iba a estar en el Ramírez.

PF - Sí, sí, porque incluso si no venía Grand Vitesse iba a venir una yegua que corrió el otro día, que se llama Luna Local, que ganó en Palermo una carrera sobre 2.500 metros. Esa yegua también estaba preparada para venir a correr esta carrera.

JI - ¿Existen nervios en un jockey ante una carrera como la de hoy? Me refiero a un jockey con sus características, que ya tiene miles de carreras sobre su espalda.

PF - Siempre hay un poco de nervios, sí, cómo no. Pero cuando uno sale a la pista y la gente lo aplaude, le da un poco más de coraje, uno se da cuenta de que es alguien y tiene que estar tranquilo para que la carrera sea lo más limpia y sacar el mejor provecho posible, porque a veces el nerviosismo no lleva a nada.

JI - Suponemos que su día arranca bastante más temprano, usted nos comentaba que se levanta tempranito. ¿Cómo va a seguir el día de Falero hoy?

PF - Voy a estar arribando al hipódromo antes de las 12, a organizar a mi familia para que se ubique bien y después voy a ir al cuarto de jockeys, donde voy a pasar toda la tarde.

JI - ¿Cómo se viven esas horas en el cuarto de jockeys? ¿Qué se hace?

PF - Se saluda a los amigos de mucho tiempo, se comenta; hablamos entre los colegas.

JI - Viene Jorge Ricardo; quienes no conocemos mucho de esto recién nos estamos enterando, pero parece que es uno de los jockeys más importantes del mundo, un brasileño. Se dice que trae sobre sus espaldas más de 8.600 triunfos, es uno de los jockeys en actividad más ganadores del mundo.

PF - Sí, en actividad es el que tiene mayor número de carreras ganadas. Algunos han ganado hasta 8.000 carreras, pero ésos no corren más. Él está en actividad y en una edad bastante buena como para seguir cinco o seis años más. Siete o diez.

JI - Hoy hay que ganarle aquí, como local.

PF - Siempre hay que ganarle; hoy yo también soy visitante, ahora ya soy visitante. Pero para mí es un gusto estar aquí y me voy a sentir como local, creo que el público me va a hacer sentir como local.

JI - Por supuesto; los propios medios de prensa esta mañana en esas comparaciones con Leguizamo lo recogen como uno de los jockeys más importantes de la historia de Uruguay. Le deseamos una muy buena carrera hoy; en realidad va a estar en más de una carrera esta tarde, ¿no?

PF - Sí, corro cuatro; los tres clásicos y la última, un caballo de Báez, que para mí va a ser muy lindo también.

JI - Se dice entre quienes conocen que este caballo es uno de los grandes candidatos a llevarse el Ramírez esta tarde.

PF - Sí, el mío, sí.

JI - Ajá…

PF - Pergamino tiene muy buena chance, entrando tercero en el Pellegrini, corriendo bien, atropellando al final; es un caballo de muy buena calidad; hoy viene a enfrentarse con los mejores caballos de aquí y con algunos que vienen de Argentina y el brasileño; aunque no sé si corre, creo que estaba en duda.

JI - ¿Qué les diría a los uruguayos? A los que les gusta el turf no hace falta decirles mucho…

PF - A los que les gusta el turf no hay que decirles nada porque están deseando que llegue el momento desde hace mucho tiempo. A los que no les gusta: que se arrimen al hipódromo, que vean el espectáculo; es increíble cómo han dejado a Maroñas, a mí me enorgullece venir en el estado en que está.

JI - Una aspiración muy larga, fueron siete años; toda esa barriada sufrió mucho el cierre del hipódromo.

PF - Por supuesto, pero demos gracias a Dios por que hoy lo tenemos como lo tenemos; hay que pedir que siga por mucho tiempo porque esto da de comer a muchas familias y le da felicidad a la gente.

JI - Esta tarde con el número 4 a las seis y veinte –para esa hora está previsto el Gran Premio Ramírez–, con el caballo Grand Vitesse, a largar con todo.

PF - Por supuesto.

JI - Le mandamos un abrazo grande y le agradecemos muchísimo que nos haya atendido esta mañana. Buena suerte.

PF - Un saludo para todos. Buena suerte a los que van al hipódromo, que les vaya muy bien.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe

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