18.12.2005












INFORMACIÓN PARA LA PREVENCIÓN

¿Qué es el hantavirus?

Dos personas que limpiaban viviendas en La Coronilla murieron víctimas del hantavirus, una enfermedad que apareció en Uruguay en 1997. El doctor Eduardo Savio, director de la División Salud de la Población del Ministerio de Salud Pública, explicó las características de este mal y cómo prevenirlo.

EN PERSPECTIVA
Miércoles 07.01.04 - Hora 8.10.


JOSÉ IRAZÁBAL:
Un matrimonio, él de 63 años y ella de 60, perdió la vida víctima del hantavirus en La Coronilla. Ambos se dedicaban a hacer la limpieza de determinadas viviendas del balneario para el comienzo de la temporada y se sospecha que un galpón que limpiaron tenía el virus a raíz de la presencia de ratones.

Más allá de la preocupación que genera el caso, queríamos avanzar sobre el tema de a qué nos estamos enfrentando, una enfermedad que se conoció públicamente en el país en 1997.

Vamos a dialogar con el doctor Eduardo Savio, profesor director de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República y director de la División Salud de la Población del Ministerio de Salud Pública (MSP).

¿De qué tipo de enfermedad estamos hablando?

EDUARDO SAVIO:
El hantavirus es una enfermedad emergente, una enfermedad infecciosa, trasmisible, que no estaba en la región y que apareció para instalarse en forma definitiva.

JI - Apareció en 1997, más o menos, ¿no?

ES - Sí. La enfermedad producida por hanta tiene millones de años fuera del continente. En las Américas aparece en 1993 en el estado de Nuevo México con un brote de mortalidad en personas jóvenes, sanas, que habían estado en contacto con roedores, que mueren por insuficiencia pulmonar. Luego en 1997 se identifica el agente, un hantavirus –le pusieron virus sin nombre–, aparece el primer caso en Uruguay y desde entonces hasta el momento actual siempre han aparecido con muy baja incidencia, pero año a año siempre hay algunos casos de enfermedad por hantavirus, que se presentan de una forma variable.

JI - ¿Esos primeros casos también son de gente vinculada a espacios abiertos, en zonas rurales?

ES - En general es así. En primer lugar todos los casos que ha habido en Uruguay se han dado al sur del río negro, por alguna razón; y en segundo lugar el predominio más claro es en los límites entre Montevideo y Canelones, justamente en las zonas de chacras, muchas de ellas deshabitadas. Prácticamente en todos los casos en lugares donde había roedores ambientales en cantidad importante y en casi todos también se pudo identificar que las personas habían estado en ambientes con roedores, pero preferentemente cerrados, no en grandes espacios abiertos.

JI - Muchas veces se ha relacionado esto con el conocido ratón de campo, un ratón de cola larga, no el ratón más chico que puede haber en los hogares de ciudad.

ES - Claro. Hay muchos tipos de roedores que pueden trasmitir los distintos tipos de virus. En Uruguay incluso se intentó identificar cuáles podían ser los vectores y se había encontrado un ratón que se llama Oligoryzomys flavescens que tenía hantavirus en ciertos lugares, pero el ratón de cola larga, el ratón de campo, es uno de los vectores para el virus hanta. Importa recordar que los roedores albergan el virus dentro de ellos en forma crónica, sin enfermar y durante muchísimos años –quizás de por vida, no se sabe bien– lo van eliminando por su orina, su saliva y sus heces; ahí contaminan el medio ambiente y las personas se van infectando.

JI - Ahí aparece la clave: si el lugar donde están esos roedores está ventilado o no.

ES - Exactamente. El virus cuando es eliminado por los ratones queda depositado en superficies. Cuando se forma polvo y se remueve esa superficie las partículas virales ascienden, quedan en el aire, la persona las inhala, entran a sus pulmones y generan la enfermedad.

JI - ¿Cuáles son los síntomas?

ES - Normalmente durante la incubación de la enfermedad no hay ningún tipo de síntomas y ese período es muy variable entre cinco y 30 días.

JI - Durante ese tiempo la persona no siente absolutamente nada.

ES - Está infectada, el virus está empezando a actuar, pero no siente nada. Normalmente, en una media de dos semanas, aparecen primero elementos digestivos –diarrea, vómitos– y luego dolores musculares y fiebre.

JI - Eso puede llegar a confundirse con síntomas de otra enfermedad.

ES - Claro, se puede confundir con cualquier cosa. Pero después aparece el elemento respiratorio que es lo que más orienta; a esos elementos digestivos menores se va a sumar la falta de aire, algo que se llama disnea, que va aumentando, el paciente se agrava rápidamente, hace una forma de insuficiencia respiratoria que se manifiesta clínica y radiológicamente por un patrón que se llama distrés respiratorio –ese término no importa ahora– y eventualmente agrega shock con alta gravedad y probable evolución a la muerte. Ésa sería la clínica completa.

Pero como se confunde con mucha cosa el MSP recurrió a una definición de caso para decir que alguien tiene hantavirus. Se precisan cuatro requisitos: que la persona esté en buen estado de salud e instale fiebre y dolores musculares; que haga una hipotensión, es decir una presión baja muy importante, o shock; que instale una insuficiencia respiratoria; y en cuarto lugar que el examen de sangre, el hemograma, muestre que las plaquetas bajan y que aumenta un tipo de glóbulos blancos que se llaman neutrófilos. Si todo eso se da en una persona que es inmunocompetente y no es un politraumatizado –que a veces dan lo mismo– se tiene la sospecha que se pasa a confirmar por un examen diagnóstico.

JI - ¿Cómo son los índices de mortalidad con respecto a esta enfermedad?

ES - Depende; en Uruguay llevamos siete años de hantavirus. La mejor forma de evaluar la letalidad es tomando los quinquenios; en el quinquenio de 2001 hacia atrás la letalidad –la mortalidad directa por hantavirus– fue de 21,3 por ciento; el momento de mayor mortalidad fue el año 1998, con una letalidad de 66 por ciento; pero en 2001 fue tan baja como 0 por ciento, porque ese año hubo solamente cuatro casos. O sea que importa mirarlo con perspectiva y no año a año.

JI - En esos siete años estamos hablando de unos 30 casos.

ES - No, son más, estamos acercándonos a los 50 casos en todo el país.

JI - ¿Cuántas personas murieron?

ES - La mortalidad de todo ese grupo fue de 21 por ciento. ¿Qué pasa? A medida que se conoce más la enfermedad, que se detecta y se trata más rápidamente, la mortalidad va cayendo. Eso no es algo propio de Uruguay sino de toda la región. En todo el Mercosur está pasando lo mismo: a medida que se conoció más la mortalidad fue decreciendo, si bien continúa siendo una enfermedad mortal y sin tratamiento específico.

JI - No sé si usted tiene los detalles concretos de estos últimos dos casos.

ES - Sí, conozco la situación, que fue muy típica.

JI - ¿Por qué no se pudo evitar la muerte de estas dos personas?

ES - Porque una vez que el virus comienza a dar un daño en el pulmón o en los parénquimas que sea, se desencadena un mecanismo que no es neutralizable por ningún agente, no hay un fármaco antiviral contra el virus y los antibióticos no funcionan.

JI - O sea que depende mucho de la celeridad con la que se pueda actuar sobre el caso.

ES - Depende de la celeridad y de cómo responda la persona al tratamiento de apoyo que se le haga. Globalmente cuando hay una insuficiencia respiratoria severa se hace asistencia respiratoria mecánica, se aporta controladamente el volumen de líquido que le falta, se corrigen los niveles de oxígeno, etcétera; depende del margen de la persona para responder. Obviamente, cuanto más joven es la persona, más chance tiene de recuperarse. Pero además importa que sepamos que no todos los casos de hantavirus son mortales, o sea que existen formas mucho más leves, más benignas y no toda persona con hantavirus necesariamente va a morir. Hay formas felizmente menos graves.

JI - ¿En el caso de estas personas se detectó rápidamente la enfermedad?

ES - Sí, por lo que nos han comunicado hubo una sospecha, se empezó el tratamiento de sostén, que se llama de soporte a las funciones vitales, pero tuvieron mala evolución con fallecimiento.

JI - Supongo que también depende mucho de la actitud y el conocimiento que pueda tener la persona de la enfermedad, o de la posibilidad de que sea esta enfermedad para poder concurrir a la atención médica.

ES - Eso es posible, pero depende de dos cosas: primero del nivel de percepción del médico, éste tiene que tener en su cabeza que la enfermedad existe y frente a síntomas tan vagos como los que mencioné buscar el dato epidemiológico de roedores ambientales, dónde vive esa persona y sobre todo en qué trabaja; punto uno. Y punto dos, es muy importante que la población en general sepa estas cosas que estamos conversando, que tenga la percepción de que la enfermedad existe, que se manifiesta de tal manera y que se da en ambientes con determinadas características, por lo tanto que haga su consulta preventiva si tiene algún síntoma de ese tipo.

JI - ¿Qué tipo de medidas puede tomar un ciudadano común y corriente ante el hantavirus? Estaba pensando en gente que pueda pasar por este tipo de situaciones, que tenga que ir a una casa que hace tiempo que no se abre, a una casa de balneario o de campo; ¿cómo hace?

ES - El riesgo es para las personas que van a trabajar en viviendas, galpones o garajes que frecuentemente están contaminados con ratones que tienen allí sus excretas, muy especialmente en zonas rurales o periurbanas. Las personas con más riesgo de contraer la enfermedad son las que limpian galpones o viviendas cerrados y las que alambran campos y remueven malezas, ésos son los grupos de mayor riesgo.

En cuanto a las medidas lo básico es –vayamos de dentro hacia fuera– mantener muy limpia la casa, no tener nunca comida, agua o basura en recipientes que no tengan tapas herméticas para evitar los ratones, no dejar nunca artículos perecederos en la casa. En segundo lugar controlar que los roedores no entren a las viviendas, para eso hay que acondicionar los edificios evitando agujeros, sellando huecos y aberturas y poniendo trampas cuando corresponda, cuando se piensa que hay estos animales. Y cuando se va a entrar a un lugar que estuvo cerrado mucho tiempo y hay la sospecha clara de que hay roedores por sus excretas o por lo que sea, lo primero que hay que hacer es cubrirse la zona de la nariz con un pañuelo, con una máscara o lo que sea y proceder a abrir las ventanas. La rápida ventilación del ambiente alcanza para ir eliminando buena parte de los hantavirus, al igual que los ultravioletas que entran, que rápidamente los matan. Si estuvo cerrado mucho tiempo se aconseja mojar las superficies con hipoclorito de sodio, dejarlo actuar unos 30 minutos y posteriormente pasar al lavado y la limpieza de todos los pisos y superficies para sacar todo lo que pueda quedar de suciedad y de virus.

JI - ¿Existe el contagio interhumano de esta enfermedad?

ES - Esta enfermedad se trasmite de los ratones al ambiente y del ambiente a las personas, no hay contagio interhumano, excepto en un caso. Cuando aparece en el Cono Sur hantavirus, en 1996, hubo en El Bolsón, Bariloche, un brote importante de la enfermedad y allí por primera vez en el mundo se pudo documentar la trasmisión de un paciente a un médico y de ese médico a otras personas. Se estudió ese brote y se encontró que era la variedad Andes de hantavirus la que lo había producido. Hasta el momento actual sólo para la variedad Andes de hantavirus hay chances de contagio interhumano, para todo el resto no.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe

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