18.12.2005














Los desafíos de Medio Oriente en 2004

El oficialismo israelí enfrenta una crisis interna y los palestinos vuelven a amenazar con avanzar sobre Jerusalén con atentados suicidas. Contacto con la corresponsal en Jerusalén, Ana Jerozolimski.

EN PERSPECTIVA
Viernes 09.01.04 - Hora 8.08.


JOSÉ IRAZÁBAL:
Estamos en contacto con Ana Jerozolymski, que está en Israel, para tener una proyección de qué puede pasar en esta zona del mundo -siempre tan convulsionada- de donde llegan informaciones todo el tiempo, que lamentablemente la mayoría de las veces tienen que ver con violencia entre palestinos e israelíes.

ANA MARÍA JEROZOLYMSKI:
Al hablar de 2004 está claro que aquí en la zona hay varios desafíos con los que lidiar. En el plano interno israelí, ante todo, no sólo huelgas y protestas por temas socioeconómicos, sino también grietas en el partido de gobierno. El primer ministro Ariel Sharon es aplaudido por unos, criticado por otros, cuando habla de retiradas, de desmantelamiento de asentamientos, en aras de la paz, según sus términos.

Hace unos días eso se sintió especialmente en una reunión de la central de su partido Likud. Todo estaba bien cuando Sharon empezó con un mensaje categórico diciendo que sólo la seguridad conducirá a la paz.

(Audio de Sharon)

Pero la cosa ya fue diferente cuando dijo qué estaba dispuesto a hacer su gobierno si se pone fin al terrorismo, a la incitación antiisraelí y se da plena seguridad a Israel. “El gobierno de Israel estará dispuesto a cumplir su parte y a hacer posible la creación de un Estado palestino independiente”, dijo.

(Audio de Sharon)

Los que lo critican ven reforzada su posición con grabaciones como la trasmitida anoche por la televisión israelí: Yasser Arafat recibiendo a un grupo de palestinos en su cuartel, la Mukata, en Ramala, dice al micrófono que los palestinos no pararán hasta que lleguen a Jerusalén. Para Israel eso es hablar de su capital.

(Audio de Arafat)

Lo más difícil fue que la gente allí reunida le contestaba con una frase ya conocida de antes, en perfecta rima: que millones de mártires marcharán hacia Jerusalén. En esta guerra, que también es de palabras, hay que entender que cuando los palestinos dicen “mártires” Israel oye lo que significa explosiones de suicidas en sus calles. Y Arafat responde: “Marcharán a Jerusalén”.

(Audio de Arafat)

De más está decir que los desafíos son vistos de otra forma del lado palestino. Estuve ayer en Nablus, por ejemplo, en el campamento de refugiados Balaka. En las últimas tres semanas Israel lleva a cabo un operativo militar en esa zona que parece haber terminado (al menos ayer no vimos tropas en la ciudad ni tampoco había toque de queda). Para Israel es parte de una lucha antiterrorista y de la búsqueda de extremistas que preparan atentados; para los palestinos es un ataque indiscriminado contra los civiles.

El gobernador de Nablus, Mahmud El Halou, con quien hablamos, se mostró muy preocupado. “Pedimos nuestra libertad, nuestra independencia; queremos el fin de la ocupación israelí de nuestra ciudad”, nos dijo.

Fuera, cuando salieron las tropas israelíes, los batallones Mártires de Alaksa, de Al Fatah, enmascarados tomaban la calle y volvían a disparar.

Fuimos con el gobernador a visitar la Kaspa, el caso antiguo de Nablus, una de las zonas más dañadas durante el último operativo israelí. Entramos, entre otras, a la casa de la familia Abulhabi, donde era claro el efecto del combate, y hablamos no sólo con los mayores sino también con niños. Primero nos atrajo la hermosa carita de Abir, una niña de 10 años que no paraba de sonreír y nos pareció una dulzura, realmente. Pero cuando hablamos con sus hermanas mayores, Madline e Iman -más que nada con la primera-, de 14 y 13 años, junto a sus comentarios sobre los sueños que tienen de un futuro mejor, había también tonos preocupantes. Les preguntamos qué piensan de la “Iajada”, un término islámico que significa martirologio, con el que se hace referencia también a los que perpetran atentados suicidas.

“Mucha gente en Palestina quiere la Iajada, el Islam ama la Iajada, pero no ama la muerte y la destrucción”,
dijo Madline.

“Pero Iajada significa muerte”, le dijimos. “Sí, pero hay tiempo para cada cosa”, nos respondió. De fondo se oye al tío de las niñas que trataba de dar alguna indicación en la respuesta. Lo crucial fue cuando le preguntamos a Madline si ella quiere ser una “shaide” (usando siempre el término en árabe para mártir) y respondió tajantemente lo mismo que nos dijo después su hermana Iman: “Sí, por supuesto”.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: María Eugenia Martínez

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