18.12.2005












LAS REUNIONES BILATERALES, LOS DISCURSOS, LA FOTO...

Tras la Cumbre de las Américas

El encuentro dejó como saldo un bajo perfil del presidente Batlle, la menor beligerancia de Argentina y Brasil frente a Estados Unidos y un acercamiento entre Bush y Fox. Desde México, el periodista Uruguayo, Homero Fernández.

EN PERSPECTIVA
Miércoles 14.01.04, hora 7.40.


JOSÉ IRAZÁBAL:
La Cumbre de las Américas finalizó el martes en la tarde mexicana.

Estamos en contacto con Homero Fernández, periodista uruguayo, director de Operación Editorial del Diario Reforma, de México.

La Cumbre de las Américas concluyó este martes con un despliegue de divergencias entre los participantes. Después vamos a referirnos, por ejemplo, a los roces que surgieron entre Chile y Bolivia, que no estaban en la agenda; la polémica sobre el ALCA y las diferencias entre algunos países grandes de América Latina y Estados Unidos; advertencias que hizo el propio presidente estadounidense a Venezuela y Cuba…

Homero, ¿qué evaluación primaria se puede hacer a muy pocas horas de haber cerrado la cumbre?

HOMERO FERNÁNDEZ:
Como siempre, estas cumbres, estas reuniones tienen dos enfoques: uno es de los optimistas que dicen que siempre sirve una reunión presidencial, aunque sea para que los presidentes aumenten su conocimiento personal, básicamente en las reuniones bilaterales; y hay quienes dicen que estas reuniones no sirven más que para protocolo y para cumplir con una idea. Por ejemplo, Chávez mismo dijo que los presidentes solamente vienen, saludan, posan para la foto, firman la declaración, pero no se logra nada. Por ahí el líder de la izquierda mexicana, Cuauhtémoc Cárdenas, comentó que la reunión se hizo básicamente para obedecer a la convocatoria de Estados Unidos y mostrar a un Bush líder del continente.

En principio podemos decir que los presidentes se pusieron de acuerdo en lo que parece estar más claro: la necesidad de que el continente levante sus índices de calidad social o calidad de vida, tanto en el producto per cápita como en la educación, en la lucha contra el analfabetismo y el darle énfasis a los índices de salud fundamentales.

Desde el punto de vista, parece que Estados Unidos de alguna manera consiguió una pequeña victoria al lograr que los presidentes, incluso Lula, firmaran un término que da idea de que el ALCA arrancará en 2005, aunque no menciona una fecha específica. Venezuela, a través de Chávez, fue el único país que se opuso a que se hiciera mención al ALCA en esta cumbre; dijo que era demasiado apresurado fijar una fecha para el inicio.

JI - Se había generado toda una polémica en cuanto a si en se incluía o no esa fecha, 1º de enero de 2005, para la entrada en vigencia del ALCA. Se habían alineado algunos países grandes de esta región en contra de esa postura; finalmente se salda diciendo que comenzaría en las fechas previstas, sin nombrar el 1º de enero.este documento de la Cumbre de las Américas

HF - Exacto. Incluso Lula manifiesta que él firmó ese documento porque de alguna forma continúa el espíritu de Miami, que no dice nada diferente. Esas conclusiones son las básicas; este asunto del ALCA se convirtió de pronto en uno de los temas más conflictivos. Pero hubo otros roces inesperados.

JI - Vayamos a uno de esos roces inesperados, el planteo boliviano. Contanos cómo se generó ese planteo de Bolivia, el reclamo histórico de ese país de una salida al mar, que generó al final una discusión con el presidente de Chile.

HF - Así es. Inesperadamente en la segunda y última sesión primaria ante todos los presidentes, de pronto el presidente de Bolivia Carlos Mesa señala la necesidad de llegar a un acuerdo sobre una salida al mar para su país. Lo dice mirando fijamente al presidente chileno Ricardo Lagos. Es un asunto histórico, como tú dices, que se remonta a 1879. De pronto los presidentes se vieron involucrados en un debate entre ambos países no muy común en este tipo de agendas y donde el presidente de México, Vicente Fox, que como anfitrión era el mediador, se limitó a distribuir los tres minutos correspondientes a cada uno de los expositores. Lo cierto es que Mesa reclamó eso y Lagos le comentó que ése no era el ámbito para hacer ese tipo de reclamaciones, y que no podían comentar algo similar si Bolivia no cambiaba su actitud con respecto a negociar cuestiones comerciales. Dijo Lagos: “Mientras no tengamos relaciones diplomáticas, Chile no está dispuesto a hablar de estos asuntos”.

JI - Otro punto que apareció en la agenda de la cumbre que culminó el martes fue el planteo que hizo el presidente Bush hacia Venezuela y Cuba.

HF - También eso causó mucha polémica aquí en México. Es conocida históricamente la llamada “doctrina Estrada”, que durante muchos años desarrolló el gobierno mexicano, de no tomar ningún tipo de partido en asuntos internacionales que afecten directa o indirectamente el principio de autodeterminación de los pueblos. Bush salió al público, a la conferencia de prensa a decir: “El presidente Fox y yo vamos a seguir de cerca todo lo que tenga que ver con el referéndum presidencial que se está llevando a cabo en Venezuela” o “todos los esfuerzos para apoyar la democracia en la región”, y posteriormente únicamente aludió a Cuba.

JI - Cuba, que no participa nuevamente en la cumbre.

HF - Por supuesto, porque es una participación organizada por la OEA, de la que Cuba está excluida desde la Conferencia de Punta del Este, allá por los 60.

JI - El planteo que hizo Estados Unidos sobre el tema de la corrupción tampoco tuvo andamiento; una de las posturas fuertes de ese país era que no participen más en este tipo de cumbres aquellos presidentes que sean corruptos. Sería muy complicado definir a qué se refiere concretamente, pero esto no tuvo andamiento.

HF - No, ése fue justamente el argumento de algunos gobiernos de la región, que dijeron: ¿cómo medimos ese asunto de la corrupción? Quedaron de acuerdo en no dar refugio a funcionarios corruptos o a quienes los corrompen y a sus bienes. Eso implicaría cuestiones bastante difíciles: estar buscando, hurgando en las cuentas de los bancos a ver si hay algo que pertenezca a algún funcionario de algún país, que no creo que sea demasiado difícil encontrar si cualquier gobierno hace una búsqueda un tanto detallada.

JI - Centrémonos unos minutos en la presencia del mandatario uruguayo, de Jorge Batlle. Tú decías que algunas particularidades –más allá de que no hagan en este caso a roces diplomáticos de los que hemos estado hablando– destacaron al presidente; por ejemplo su forma de vestir, su aparición en las fotos de la cumbre.

HF - Así es; como siempre, el presidente uruguayo viste traje claro, entonces uno mira la foto, mira el resto de las presencias, de las imágenes de los mandatarios que comúnmente se van hacia el lado oscuro –me refiero a la vestimenta–, y Batlle destacó visualmente por eso. Yo aprecié algunas de las reuniones públicas que se llevaron a cabo, lo vi bastante distante, fuera del círculo de países o de jefes de Estado poderosos o muy importantes, o muy influyentes. Por ejemplo la prensa mexicana, buscando dar color a sus crónicas, destacaba a la delegación uruguaya como una de las más pequeñas, señalaba que eran prácticamente 12 personas, lo cual no está mal visto. Ni pensar la comitiva que acompañó a Bush, prácticamente se contaban desde el aeropuerto hasta la zona de las conferencias y su hotel 35 automóviles, dos limusinas, varias camionetas de esas cerradas, con antenas parabólicas y satelitales. Fue el único mandatario que llegó a la puerta del sitio de reunión con su comitiva; los demás se trasladaban o en un ómnibus o prácticamente a pie.

Otra cosa que cabe destacar es que Batlle se reunió con Fox.

JI - Eso te iba a preguntar, porque la presentación de esta cumbre que hizo el gobierno ante la sociedad uruguaya fue más por el lado de lo que buscaba Uruguay en una reunión con el presidente mexicano apuntando a la posibilidad de que se abra el mercado de carnes de ese país para Uruguay. En eso se enmarca esa reunión de Fox con Batlle.

HF - Así es. Es una reunión de tipo bilateral en la que no hubo demasiado concreto, más allá de la necesidad de que los mandatarios revisaran las relaciones bilaterales entre ambos países. La cuestión de la carne quedó supeditada al hecho de que Fox dio una orden al secretario de Economía para que éste agilice todos los trámites relativos al asunto y se le diera una respuesta expedita al gobierno uruguayo. La semana pasada el ministro de Agricultura, Javier Usabiaga, había comentado que hasta el momento no tenía más que esperar trámites de un mes, un mes y medio, para que hubiese las condiciones reglamentarias o legales para el gobierno mexicano. No sé cómo influirá la presencia de Batlle junto a Fox para que ese trámite que Usabiaga había comentado que llevaría 45 días se acelere y de pronto Uruguay esté en condiciones de comenzar a ofrecer carne al mercado mexicano.

JI - La Presidencia ha informado aquí a los medios uruguayos que “hubo receptividad”, así se refiere a la reunión. No ahonda en detalles de si hubo una respuesta concreta o no por parte del presidente mexicano. Y recuerda esto que tú dices, que el ministro de Ganadería mexicano había dicho que en el primer trimestre de este año que recién arranca se estaría culminando el proceso para que las carnes uruguayas tengan la certificación para poder ingresar al mercado azteca.

HF - Sí. Ahora el asunto de las vacas locas parece haberse diluido, por lo menos es lo que se aprecia y muchos productores mexicanos están comenzando a decir que es el momento para que la carne mexicana también comience a recuperar parte del mercado que ha perdido, básicamente con la carne procedente de Estados Unidos.

JI - Si tuvieses que compartir una percepción tuya de lo que fue esta cumbre, ¿cómo la definirías?

HF - Como una reunión reglamentaria con algunos puntos fuertes, como el que comentaba de Bush-Fox, el reverdecimiento de los lazos después del alejamiento en los tiempos de la guerra contra Irak; la presencia de Chávez como el “suplente” de Fidel Castro en materia de polémica; y al fin y al cabo tanto Brasil como Argentina –Argentina con la renovación del crédito con el Fondo Monetario Internacional– no fueron tan beligerantes como se hubiera podido esperar, por lo menos en los discursos.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe

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