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ARRANCA CON EL 68% DE APROBACIÓN A SU GESTIÓN
Bush prepara el terreno para su reelección
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Con un plan de reforma migratoria que permita trabajar a los indocumentados y un relanzamiento de la Nasa, con la meta de llevar al hombre a Marte; el presidente George Bush comenzó su carrera hacia la reelección. Los comicios serán en noviembre y la primera apuesta republicana fue ganar el electorado latino que hasta ahora le ha sido esquivo. Los demócratas por su lado aún no han definido candidato. El corresponsal en Estados Unidos, Fernando López Alves dijo que una de los puntos débiles de Bush están en el gran déficit fiscal del país y la campaña militar en Irak.
EN PERSPECTIVA
Viernes 16.01.04 - Hora 08.54.
JOSÉ IRAZÁBAL:
George Bush intenta conquistar el espacio, seducir a los latinos con reformas migratorias, desmarcarse de las denuncias de su ex asesor Paul O’Neill. Según la oposición también está buscando distraer la atención de la interminable serie de muertes que se han registrado de soldados estadounidenses en la posguerra de Irak. Todo a un mismo tiempo y con apuro; estamos a menos de 10 meses de las próximas elecciones presidenciales.
Sobre cómo se viene presentando esta campaña en Estados Unidos en el arranque del año, de cara a los comicios de noviembre, vamos a conversar con nuestro colaborador en Estados Unidos, el politólogo Fernando López Alves.
Fernando, ya se respira clima electoral en Estados Unidos.
FERNANDO LÓPEZ ALVES:
El clima electoral está tomando cada vez más ímpetu, hay una serie de propuestas del Partido Republicano (PR), entre ellas las que tú mencionaste. Han salido al mercado temprano con una serie de propuestas para consolidar su posición dentro de por un lado la comunidad latina con el proyecto de reforma inmigratoria del que vamos a hablar hoy; por otro lado han querido consolidar su posición dentro de la comunidad científica con el proyecto NASA, dándole a NASA una oportunidad de salir adelante –esta institución está un poco trancada, como vamos a ver–, y además hay otras propuestas de reforma social, que son también interesantes y novedosas. Por ejemplo existe una propuesta para incentivar el matrimonio con una serie de estudios para demostrar que los matrimonios duradero producen familias más balanceadas y éstas pueden combatir mejor la pobreza. Tenemos un mosaico de diferentes propuestas por parte de los republicanos. Los demócratas todavía están tratando de decidir quién va a ser el candidato.
JI - A la distancia da la sensación de que falta mucho para la elección de noviembre; suena extraño que el presidente Bush se descargue con una batería tan grande, con diferentes temas, tratando de convencer a la opinión pública de que lo siga.
FLA - La iniciativa viene por dos razones: una es que el Partido Demócrata (PD) todavía está muy dividido con respecto no solamente a su plataforma, sino también a quién va a ser el candidato presidencial. Hemos visto una de las elecciones más controvertidas del PD. Aún desde Uruguay, si uno mira los medios, supongo que la gente está consciente de que hay seis o siete posibles candidatos dentro del PD para la nominación a la Presidencia, los siete con plataformas bastante distintas. Esto se ha visto por el lado de la administración Bush como una oportunidad para salir antes al mercado.
JI - ¿Cómo está la popularidad de Bush?
FLA - Estamos todavía con más del 68 por ciento de aprobación.
JI - ¿Es un porcentaje alto históricamente en Estados Unidos?
FLA - Sí, muy alto, sobre todo considerando que es un año electoral, durante el cual el presidente en ejercicio generalmente pierde puntos de aprobación. La gente está mirando qué es lo novedoso en el mercado y el presidente en ejercicio generalmente pierde. En este caso el presidente Bush ha ganado algunos puntos extra. Los comentarios de Paul O’Neill con respecto a la guerra de Irak en lugar de bajar su nivel de aprobación lo han ayudado, ha subido un punto y medio o dos. La gente piensa que las declaraciones de Paul O’Neill son las declaraciones de una persona frustrada por su fracaso como secretario asesor.
JI - Arrancamos por ahí en esta serie de episodios que se han ido generando en Estados Unidos en las últimas semanas. Hace pocos días se publicó el libro “El precio de la lealtad”, en el que un periodista describe las experiencias del ex secretario del Tesoro Paul O’Neill como miembro del gabinete de George Bush hasta que fue despedido, en diciembre del año 2002. ¿Cuáles son las principales revelaciones que hace este libro que ha levantado bastante polémica?
FLA - Es un libro confeccionado en base a una serie de documentos que Paul O’Neill le llevó a este reportero del Wall Street Journal que se llama Ron Sanskind. Sanskind tuvo que navegar –como dijo el otro día públicamente– en medio de 19.000 documentos para sacar adelante el libro. Lo que ha causado más inquietud, más roncha, es la aseveración de Paul O’Neill de que en un mitin en la Casa Blanca en enero del año 2001 se decidió la guerra contra Irak, muchísimo antes de lo que habíamos anticipado, de hecho de lo que la administración había dicho y que los motivos de esa guerra no tenían nada que ver con encontrar armas de destrucción masiva ni con las razones que la administración después dio para justificarla, sino que simplemente tenían que ver con una revancha personal de la familia Bush contra Saddam Hussein.
JI - ¿Cuál ha sido la reacción del gobierno de Bush ante esta publicación? ¿La esperaba? ¿Se conocía el contenido, al menos por parte de los hombres cercanos a Bush?
FLA - Creo que los hombres cercanos a Bush lo sabían, muchos de ellos salieron a la palestra pública a decir que el ex secretario Paul O’Neill no solamente había sido muy ineficiente en el cargo, sino que además se había ido muy frustrado y que todo esto tiene que ver con una revancha personal. O sea que los republicanos le han dado poco crédito; en cambio los candidatos del PD le han dado bastante crédito, algunos de ellos con cierta precaución, pero uno de ellos es Westlick Clark, un general retirado que se postula a la candidatura a la presidencia por el PD, otro es el senador John Clerik, otro de los favoritos dentro de la candidatura del PD a la presidencia, y Havabi, también ha hecho comentarios del estilo: ahora que sabemos que esto pasó, el Congreso debería examinar este libro, esta evidencia, y comenzar una investigación seria acerca de la guerra en Irak.
JI - Una primera defensa pareció ser el planteo de que Paul O’Neill se había llevado documentos secretos. El propio O’Neill salió a decir que no se había llevado documento alguno, aunque reconoció que antes de ser expulsado por el gobierno en medio de una situación económica negativa le pidió al director de Asuntos Legales del Tesoro que le permitiera usar los documentos que le correspondían.
FLA - Hay dos versiones contradictorias de esto; Paul O’Neill sigue diciendo que no eran documentos secretos o documentos que no se podían sacar del Congreso ni de la Casa Blanca. Por otra parte dos reporteros cercanos a Ron Sanskind, la persona que armó el libro, dicen que muchos de estos documentos eran de alta confidencialidad y que no eran documentos comunes que se manejaran dentro de las atribuciones que tenía el secretario del Tesoro. O sea que según esta versión no es solamente que sacó documentos que se permite por ley sacar, sino que buscó documentos en otras oficinas, en otras áreas de la burocracia estatal para poder armar este caso.
JI - Hubo algún elogio de Paul O’Neill después de esta polémica por la aparición del libro, como atenuando un poco la distancia o su rechazo al gobierno de Bush, incluso elogiando al propio presidente.
FLA - El mismo presidente ha hecho un comentario bastante amable sobre Paul O’Neill, diciendo que estuvieron en tiempos muy duros trabajando juntos en muchas cosas, entre ellas la guerra con Irak. Ese comentario amable fue destinado a desarmar la agresividad que tenían la postura de O’Neill y el libro mismo. Comentarios positivos ha habido por parte de otra gente, pero generalmente en la oposición. Creo que uno de los objetivos que tenía Paul O’Neill era sembrar la división dentro del PR con este documento. Eso no ha pasado aún.
***
JI - Después de casi tres años de absoluto silencio en cuanto al tema de los inmigrantes, la administración de Bush lanzó hace pocos días un plan de reforma migratoria que podría beneficiar a entre 8 y 12 millones de inmigrantes indocumentados que se encuentran trabajando en Estados Unidos. ¿Cómo se ha manejado el tema allí?
FLA - El plan del presidente Bush retoma viejos temas de la ley migratoria de Estados Unidos, los pone todos juntos, es una especie de revisión de los mismos, los pone todos juntos y saca una propuesta que no es ni tan novedosa ni tan importante en términos de legalizar a la gente que está ilegalmente en este país. Primero es una propuesta de darles permiso de trabajo a aquellos trabajadores que estén indocumentados en el país; no es claro si la indocumentación se refiere a trabajadores que han entrado ilegalmente, que no tienen documentos porque entraron en forma ilegal, o a trabajadores que entraron legalmente al país y se transformaron en ilegales al quedarse más allá de la extensión de su visa. Ese es el primer problema, porque si entramos en estas dos categorías el número de inmigrantes a los cuales esto se aplicaría va mucho más allá de los 12 millones. No sabemos, porque el texto no es claro, me imagino que se refiere a gente que entró por la frontera sin documentación, ilegalmente, generalmente desde México o algún país centroamericano que pueda haber pasado a través de la frontera con México.
JI - ¿Se puede independizar este anuncio de Bush de las elecciones presidenciales en Estados Unidos?
FLA - El anuncio de Bush pertenece a esta campaña electoral; en el fondo el PR está tratando de ganar una audiencia con el voto latino, que se ha multiplicado, dependiendo de la región, en un 12, 13 por ciento o más de lo que era en la elección pasada. Esto simplemente porque hay jóvenes de origen latino que nacieron en este país que ahora van a votar. No es importante para la administración de Bush si el plan se aprueba o no; como toda ley de migración, esto va a llevar por lo menos un año.
JI - Tiene que pasar por el Congreso.
FLA - Tiene que pasar por el Congreso. Además la ley no está escrita, es una propuesta; el Congreso tendría que escribirla. Hay una oposición brutal a esta propuesta, yo estimo que por lo menos 50 y pico de republicanos que conozco se van a oponer, y algunos demócratas también, porque dicen que no va a haber un cambio radical, no garantiza residencia, no garantiza permiso de trabajo permanente, no garantiza que la gente realmente regularice su situación. Los republicanos dicen que la propuesta es dañina para los intereses del trabajador y la empresa estadounidenses, por lo tanto también se oponen. O sea que hasta el año 2005 no veo que pase nada con esto. Lo que sí pasa es que al salir la Presidencia con una propuesta de reforma migratoria, se apruebe o no es un punto a favor dentro de la comunidad latina.
JI - Aparecen allí algunos datos no menores. El censo del año 2000 marca que hay 39 millones de latinos hoy en Estados Unidos, de los cuales 9 millones votan. Otro dato nada menor es que en las elecciones presidenciales pasadas –estamos hablando de hace cuatro años– Bush obtuvo un 35 por ciento del voto hispano frente a un 62 por ciento que alcanzó el candidato demócrata, Al Gore.
FLA - Exactamente. Cuando Bush toma la Presidencia declara el 5 de mayo un día festivo dentro de la Casa Blanca; el 5 de mayo es una fiesta mexicana, se la considera como la fiesta de la independencia mexicana, que en realidad no es, pero en la cultura latina en Estados Unidos es la fiesta más popular dentro de la comunidad mexicana. Lo primero que hizo Bush cuando tomó la Casa Blanca fue declarar el 5 de mayo como fiesta de la Casa Blanca e invitó a inmigrantes mexicanos a visitarla, a conocer a su familia, etcétera. De ahí en adelante hubo un esfuerzo sostenido durante estos años por igualar esa diferencia en el voto latino que tiene con el PD. Esta propuesta encaja en esto perfectamente. Es una propuesta que le partido está usando como instrumento de campaña electoral; se aprueba o no, hasta 2005 no vamos a saberlo. En este momento también el PD está elaborando su propuesta de reforma migratoria; además hay una presión del gobierno mexicano para que esta propuesta u otra, cualquiera sea, se apruebe.
JI - El tema es que la propuesta que ha hecho Bush les da la posibilidad a los inmigrantes de trabajar durante tres años con un permiso especial, con la posibilidad de renovarlo, pero no les da la ciudadanía estadounidense.
FLA - Claro, no va hacia la residencia ni menos, en un paso más allá, hacia la ciudadanía. Estos elementos han estado presentes en la ley de migración estadounidense durante muchísimos años; en los años 60 hubo por ejemplo un programa destinado a traer inmigrantes mexicanos y de América Latina a Estados Unidos por períodos de tiempo cortos y devolverlos a su país de origen. El programa fracasó porque la gente se quedaba aquí. Este programa es parecido, porque Bush dijo claramente que tiene la esperanza de que la gente finalmente regrese a su propio país. Es un programa parecido pero con mucho más ambición, es un programa mucho más grande, que abarca una masa de inmigrantes mucho mayor que la que abarcó el otro, porque en aquel momento el número de inmigrantes era mucho menor.
JI - Vamos al espacio; por un lado la NASA tiene el éxito de llegar a Marte con un robot que ya está circulando por la superficie del planeta y tomando muestras. Un científico argentino con el que pudimos hablar desde En Perspectiva decía que lo que falta es voluntad política y, por supuesto, dinero, para poner hombres en Marte, que esto es posible tecnológicamente, incluso es más probable de lo que en su momento fue poner un hombre en la Luna en 1969. Pocas horas después el propio presidente George Bush adelantó que esta semana –hecho que se concretó– iba a hacer algunos anuncios que entre otras cosas incluían la posibilidad de ir con misiones tripuladas a Marte. ¿Cómo analizás todo esto? ¿Cómo se fue presentando todo este tema de la carrera espacial nuevamente en Estados Unidos?
FLA - El tema tiene una historia bastante larga. El primer eslabón de este tema es el fracaso de las dos últimas naves espaciales que se lanzaron y que pusieron a la NASA en una situación muy delicada dentro del presupuesto del país. La NASA tiene un presupuesto de 15,4 billones de dólares, o sea 15,4 mil millones de dólares. Ese presupuesto que a todo el mundo le parece muy grande en realidad no lo es considerando el gasto que la NASA hace o debe hacer. Dentro de NASA se dividen dos posiciones: una que es la que hasta ahora ha tenido éxito, que es el lanzamiento de estas naves espaciales exploradoras, y luego el lanzamiento de naves espaciales con humanos dentro para experimentar presión, etcétera, en el espacio exterior; en este plan todavía teníamos una idea de armar estaciones espaciales desde las cuales se podía viajar más allá. La segunda posición, que es la que tomó el presidente, es la que dice que nuestra vía más certera y acertada para este plan es viajar a la Luna y hacer de ella una estación espacial para de allí ir a otros planetas. Lo que tiene de bueno esta segunda propuesta es que es más barata; de ahí volvemos al presupuesto. Mandar desde la Tierra hacia arriba en una misión espacial cuesta 16 mil dólares el kilo, para vencer la resistencia atmosférica. Si se larga desde la Luna, que no tiene esa resistencia, los costos se reducen a menos de la mitad. Entonces hacer de la Luna una estación espacial para poder ir más allá tiene sentido.
El presidente ha asignado 12 billones de dólares más en los próximos cinco años a la NASA, 1 billón de este dinero ya podría ser cobrado el mes que viene, o sea mil millones. El plan se extiende hasta el año 2020, donde habría una estación en la luna con científicos y capacidad de dirigir naves espaciales y otro tipo de naves manejadas desde la Luna hacia el espacio. Todo esto está dentro del plan electoral de los republicanos porque es el plan de salvación de la NASA.
JI - Una de las críticas más fuertes que se refuerza a medidas que manejamos cifras es que hay un concepto de responsabilidad fiscal que se estaría llevando por delante, según la oposición a este gobierno. Recordemos que Estados Unidos cerró el año pasado con un déficit de 450 mil millones de dólares.
FLA - Exactamente. En 1998 uno de los cortes más grandes que se hicieron en el presupuesto nacional fue a la NASA. De hecho durante la época de Clinton el programa NASA se desvirtuó bastante porque la carrera espacial no fue la prioridad de Clinton, se abandonó un poco NASA. Durante la reelección de Bush, la NASA revive y se hacen estos dos lanzamientos, que reflejaron muy mal en el gobierno y en la NASA. La nave Columbia, por ejemplo, el 1º de febrero del año pasado fracasó y fue un terrible fracaso para la NASA y para los republicanos que estaban detrás de la reconstrucción y el renacimiento de NASA como un elemento pivotal dentro de la política.
JI - Y un golpe muy fuerte para la opinión pública, para el estadounidense medio.
FLA - Exactamente. Yo no soy científico para nada, ni pretendo serlo, pero el plan tiene sentido porque son los dos planes tradicionales que había; ahora se sabe para dónde va esta administración, se sabe lo que apoya. También es verdad que está dentro de una propuesta del PR hacia el desarrollo de una institución –la NASA– que estaba bastante desprestigiada y que el PR considera una prioridad.
JI - ¿Cómo cayó en la opinión pública la presentación por parte del presidente de este proyecto?
FLA - Cayó fantástico en la opinión pública. Los resultados que tenemos, por lo menos de la opinión de los televidentes, en cuatro cadenas grandes –CNBC, ABC News, NBC y ABC– son extraordinarios. Mucha gente dice: a mí qué me importa, tenemos que resolver cosas aquí en la Tierra, en Estados Unidos, y luego nos dedicamos a resolver cosas en el espacio. Ese comentario apareció repetidamente, pero de los comentarios que se hicieron con respecto al plan por sí mismo, que lo leyó o escuchó con atención lo que el presidente dijo, diría que tenemos una opinión pública entusiasta acerca de este plan.
JI - Un tema que no ha formado parte del discurso del presidente Bush en las últimas horas, con todos estos anuncios que recién repasábamos, pero que está vigente en la medida que Estados Unidos mantiene una importante cantidad de tropas en Irak, ¿cómo está manejando a nivel de la opinión pública el gobierno el tema de la presencia de tropas y las muertes que se siguen registrando, tal vez más esporádicamente que al comienzo de la posguerra, pero de cualquier manera siguen muriendo soldados estadounidenses en territorio irakí?
FLA - El manejo de eso ha sido no tan bueno; la típica justificación: esto es una etapa de transición que lleva a una cosa mucho más importante que es la consolidación democrática del nuevo gobierno de Irak. La justificación ha sido el argumento ya bastante gastado de que no teníamos otra solución que intervenir. La administración ha sido muy cuidadosa de traer al foro público y a los medios testigos de esta guerra, traer familias enteras que dan testimonio de cómo era la vida en Irak antes de la caída de Saddam y después de la reconstrucción; traer a colación las memorias terribles de la época de Saddam en términos de su terrible maltrato de prisioneros y de la opinión pública. La administración está humanizando la guerra trayendo testigos, actores, y haciéndolos hablar por sí mismos. Muy pocos salen en las declaraciones de prensa públicas, muy pocos oficiales de la administración Bush salen a hablar del tema por sí mismos. Siempre traen un testigo.
JI - Mientras te escuchaba pensaba en qué pasó con Saddam Hussein; no han surgido demasiadas informaciones de qué ha hecho el ejército de Estados Unidos con el ex presidente de Irak.
FLA - Hubo todo un debate acerca de si es prisionero de guerra o no, si le aplican las convenciones como prisionero de guerra o no. El debate va a terminar diciendo que sí, que se le aplican esas convenciones de prisionero de guerra, pero mientras el debate dure tenemos ya más de tres semanas y en ese tiempo Saddam ha sido interrogado, trasladado varias veces y Estados Unidos lo ha tenido en sus manos.
JI - Tú comentabas fuera de micrófonos que a 10 meses de las elecciones la actividad es frenética en Estados Unidos; supongo que a medida que vaya avanzando el año eso se va a multiplicar.
FLA - Se va a multiplicar, se está multiplicando ya con estas otras propuestas que salieron por parte de la Presidencia, de la Casa Blanca. Se va a multiplicar muchísimo cuando sepamos quién va a ser el candidato a la Presidencia del PD; eso va a decidir mucho la estrategia tanto de los republicanos como de los demócratas. Va a ser una elección muy interesante y muy importante para este país. Este es un momento de transición muy importante, sobre todo con respecto a política exterior. La gran interrogante es si la política exterior establecida por la Casa Blanca con respecto a Oriente Medio va a seguir siendo la misma o no, si es que Estados Unidos puede cambiar el curso. Mucha gente dice que no, que ya está establecido un parámetro y que por más que gane un demócrata que esté en contra de esa política exterior, cambiar ese padrón será muy difícil. Va a ser un año muy interesante; espero que estemos en contacto y podamos añadir algo al análisis de este momento tan importante para América Latina.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
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