18.12.2005














La Paloma: la oposición a la terminal granelera “no es seria”

El ministro de Transporte, Lucio Cáceres, califica de “verdades o mentiras a medias” los argumentos en contra. El depósito de astillas tendría seis y no 20 metros de altura, no afectaría a la playa principal, el tránsito de camiones sería inferior al que existe hoy en la ruta 9, no cruzaría el balneario... No hay un puerto que genere 40 puestos de trabajo, la concesión es revocable... Todo esto es conocido, hubo una audiencia pública sin que se manifestara oposición, y los que “estaban durmiendo” reclaman 14 meses después.



EN PERSPECTIVA
Martes 10.02.04, 07.36.


EMILIANO COTELO:
Nos ocupábamos ayer a esta hora del balneario La Paloma y la apertura de ofertas por el llamado a licitación para construir una terminal granelera en ese puerto, un tema que ha provocado preocupación en los vecinos, operadores turísticos y legisladores rochenses. ¿Cabe la posibilidad de que se postergue esa licitación, para abrir un espacio de diálogo con quienes han efectuado objeciones y propuestas alternativas? Esa pregunta quedaba planteada ayer al final del diálogo que manteníamos con Fernando González, uno de los operadores turísticos que manifiestan su oposición al proyecto.

Estamos ahora en comunicación con el ministro de Transporte y Obras Públicas, ingeniero Lucio Cáceres. ¿Hay alguna posibilidad de postergación?

LUCIO CÁCERES:
Posibilidades, hay; lo que no me parece es que a este momento haya elementos racionales que avalen una postergación en un tema que ha tenido 14 meses de tratamiento público. Sobre los últimos días aparecen una serie de opiniones y preocupaciones que, realmente, desde el punto de vista de la racionalidad de los planteos, entendemos que no tienen contrafuerte. Además, muchas de las cosas que se dicen son verdades a medias o mentiras a medias.

EC – Le enumero una síntesis rápida de las principales objeciones manejadas. Una es que se entregaría por 50 años 27 hectáreas de un predio que, por su ubicación, “significa la eliminación de la zona más importante del corazón turístico de La Paloma, y significaría además el total aislamiento de La Aguada, Costa Azul, Antoniópolis y Arachania, al eliminarse la actual vía de acceso”.

LC – Por eso digo: si usted conoce el lugar le queda claro que no es la principal playa. Están hablando de un área que se gana al mar en una segunda etapa, y además no es la principal playa del balneario.

Está claro también que no queda para nada desconectada la zona hacia La Pedrera del resto de La Paloma. La desconexión se suponía que está vinculada a las dificultades del tránsito y a algunas calles por las que hoy podría estar llegando a La Paloma alguna persona que tomara por un camino bastante tortuoso. Está previsto que se tiene que hacer el acondicionamiento de toda la infraestructura. Y, con relación al tema del tránsito, para que tenga una idea comparemos dos rutas: la 15 y las 9, que son dos rutas iguales en cuanto a su tamaño, carreteras de dos carriles...

EC – La ruta 15 es la de acceso a La Paloma.

LC – Es la que va de Rocha a La Paloma. La ruta 9 tiene hoy más vehículos que el máximo previsto que circulen por la ruta 15 en el futuro. Si a los vehículos de la ruta 15 les sumo los camiones que eventualmente llegarían (en el máximo, cuando las dos plantas de chipeado ya estuvieran instaladas y produciendo, y por lo tanto debieran ser abastecidas), si sumo eso resulta que habrá menos camiones que los que hay hoy en la ruta 9.

Usted habrá circulado por la ruta 9, por ejemplo de San Carlos a Rocha, y no se sintió oprimido por la cantidad de tránsito de camiones.

EC – Ellos dicen que “ingresarían a La Paloma unos 200 camiones diarios, con acoplados, llevando 30 toneladas cada uno, a un promedio de un camión cada 3 minutos, lo que haría colapsar en muy poco tiempo la ruta 15”.

LC – Esos cálculos me parece que tienen algún error numérico pero, aparte de eso, me tomé ayer el trabajo de mirar la cantidad de camiones que circulan por la ruta 9 y compararlos con cuántos hay en la ruta 15. Son dos carreteras del mismo tipo, y a ver si uno, en la ruta 9... Después de San Carlos uno siente que va por una carretera medio vacía, ¿no?

EC - Exactamente.

LC – Y bueno: resulta que en la ruta 9 donde uno tiene la sensación de que va en una carretera medio vacía, hay más camiones que los que habría en la ruta 15 sumando los que circulan hoy más los que estarían llegando a la terminal.

EC – Esas son las estimaciones del Ministerio.

LC – Es simplemente un elemento para tener una referencia. Pero además, si hubiera más tránsito... pensemos no sólo que estuviera este sino también el otro proyecto sobre la otra parte, y que hubiera mucho más tránsito: si hay mucho más tránsito ¿qué es lo que va a pasar? Cuando hay más tránsito son acondicionadas las vías de acceso para atenderlo.

EC – Está de por medio también el hecho de que La Paloma es un centro turístico. Entonces, más allá de que se tolere ese movimiento dentro de la ciudad, semejante cantidad de camiones circulando significan una distorsión grande.

LC – ¿Usted conoce el acceso a La Paloma? La primera cuestión es que, para acceder al puerto, no lo hace por el mismo lugar que para la ciudad. La ruta se abre para el acceso a la ciudad por un lado y por otro al puerto, y ahí el tránsito se separa y se separará también en el futuro. Puede ser que, si hay mucho tránsito, ese sea un punto de conflicto y se buscará la solución: se pondrá un semáforo o no se pondrá, se pondrá un pasaje a distinto nivel o... yo qué sé: la solución que sea la adecuada.

EC – Le menciono otros puntos. “Se autorizaría a la empresa privada a rellenar parte de la bahía, se construiría un puente de 1.500 metros con una cinta transportadora internándose en el océano para llevar la madera hasta enormes barcos, y toda la zona desde el Parque Andresito hasta la costa, incluyendo las instalaciones de la Armada, se transformaría –después de ser totalmente deforestada— en un enorme depósito abierto de troncos, que alcanzaría una altura de 12 metros, con una enorme máquina trituradora de madera”.

LC – La primera cuestión: corrija la página de Internet, porque lo que dijo ahí es que eran 20 metros de altura.

EC – Usted está hablando de la transcripción de la entrevista de ayer.

LC – Sí, sí, y usted está haciendo referencia a eso. Realmente no es así, por eso le digo...

EC – Usted se refiere a la entrevista, pero ahora le estaba leyendo el folleto que los vecinos han distribuido en sus manifestaciones, y allí hablan de una altura de 12 metros para el depósito de troncos.

LC – Bueno: no es así. Nada más hay que leer las bases que rigen el llamado, donde dice que son 6 metros. Yo acabo de venir de España y estuve en el medio de la ciudad de Pontevedra, donde está la fábrica de Ence que se alimenta con los chips que vienen de los distintos proveedores del mundo. Están las pilas de chips y están las plantas para su procesamiento y manejo, y está a su vez la madera que llega en rolos y que es transformada en chips en esa planta. Allí están los acopios de madera en rolos que se transforma en chips, y yo no vi que tuviera ningún drama: convive perfectamente con una ciudad que está infinitamente más próxima a la planta que lo que pueden estar hoy estas instalaciones con relación a la ciudad de La Paloma.

EC – La preocupación central es “el impacto ambiental, económico, visual y sonoro que produciría”, y que “terminaría con La Paloma turística que hemos estado pensando y construyendo en los últimos 50 años”.

LC – La verdad es que es considerar que el Ministerio de Obras Públicas estuviera en otro planeta. Desconocer la función turística de La Paloma y no tomar las medidas para prevenir cualquier impacto que pudiera tener, me parece hasta agraviante para los técnicos del Ministerio...

EC – Usted dice que todos esos aspectos estuvieron tenidos en cuenta en el análisis.

LC – Yo no le digo que todos. Nosotros manejamos una cantidad de elementos, por ejemplo insonorización de las plantas de chipeado porque pensábamos que el ruido podía molestar al entorno, si bien está muy lejos. Creo que mucho más molestan las motos de agua, pero a esas las tenemos asumidas. Insonorización de las plantas, entonces.

También precauciones con relación a los elementos que puedan afectar por la propia existencia de madera y demás. Serán elementos que habrá que acotar y evitar.

EC - ¿A qué alude?

LC – En un lugar donde hay acopio de madera es probable que haya desarrollo, yo que sé: de ratones. ¿Es un elemento inevitable o es evitable? Es evitable, y hay múltiples técnicas para evitarlo, desde ultrasonido hasta las tradicionales.

De manera que las [consecuencias] previsibles, o por lo menos las que nosotros consideramos previsibles, fueron consideradas en ese momento.

Pero, como no consideramos que tengamos la capacidad de ver tan claro y tan absoluto el futuro como para decir que previmos todo lo previsible, todavía incorporamos en el pliego algo que es... “Muy bien, acá se da una concesión por 50 años, pero el Estado se queda con la posibilidad de la rescisión unilateral del contrato, sin otra indemnización que la inversión realizada y no amortizada”, es decir sin daños y perjuicios, sin lucro cesante, que son derechos establecidos en nuestra legislación, y renuncian a esos derechos. Precisamente porque, si algo sucediera interin y no hubiera sido previsto, y realmente una razón de interés público lo justificare, queda la posibilidad del rescate...

EC – De todos modos, ese es siempre un paso difícil de dar, ¿no?

LC – No sé: es un paso que está previsto en el pliego y por lo tanto en el contrato, y si está previsto está para poder ser dado si es necesario. Y eso está asociado a otra de las críticas que se hacen, el tema de los 50 años. Sí: son 50 años, así lo planteó la empresa porque considera que es en ese período que puede amortizar la totalidad de sus inversiones, hace algunas reflexiones con relación a los ciclos de auge y caída de la madera... A nosotros también nos pareció mucho tiempo, pero dijimos “Muy bien; es la iniciativa que presenta el privado, pongámosle un elemento de límite”. Este es el elemento de límite: la facultad de rescindir unilateralmente con indemnización de las obras ejecutadas y no amortizadas.

EC – El entrevistado de ayer, Fernando González, señalaba también ayer que todos estos riesgos que corre el balneario son a cambio de 40 puestos de trabajo directos, que son los que generaría este emprendimiento.

LC – Otra vez, una verdad a medias, una mentira... No sé bien cómo tomarla. Yo no conozco ningún puerto de estos que tenga 40 puestos de trabajo. Le diría que con un funcionamiento normal y si nada pasara estamos hablando en términos regulares por lo menos de 80 dentro del recinto. Además de ellos, piense en todos lo que son periféricos: en Montevideo creo que estamos hablando de 1.500 entre el sector público y el privado, y 40.000 personas trabajando en torno a la actividad portuaria.

EC – Esa sería la relación entre puestos directos e indirectos.

LC – Claro; o sea que ese tema me parece que... Al principio pensé que era hijo del no conocer, porque la verdad es que ningún ciudadano está obligado a saber de materia portuaria. Por lo tanto, pensé que era desconocimiento, y si es desconocimiento hay que tratar de ayudar a que se conozca el tema. Pero con este señor en particular (me decían que es una de las personas que tuvo una reunión conmigo en el Ministerio), todos estos elementos que le estoy comentando y muchísimos más fueron manejados en esa reunión como para aclarar. Entonces, bueno: cuando uno recibe una aclaración la podrá someter a su crítica pero no puede estar manteniendo los mismos argumentos cuando se le han dado las razones para poder cambiar de opinión.

EC – Para finalizar, la apertura de las ofertas, prevista para el lunes 16, entonces, no se modifica.

LC – Mañana voy al Parlamento (planteé para ir hoy, pero estaba la interpelación al ministro Alfie) porque me parece que corresponde primero ir al Parlamento de la República, a quien me debo institucionalmente. Después ofrecí ir a la Junta Departamental de Rocha, donde concurriré con mucho gusto para conversar sobre este tema, pero me parece que lo primero es lo primero.

EC – Lo que se le solicitaba en definitiva es una postergación de ese plazo para tener instancias de diálogo y entregarle algunas propuestas alternativas.

LC – Lo que tengo formalmente sobre mi mesa es un pedido que me hizo un conjunto de ciudadanos (que no es el representado por este muchacho), que querían la suspensión del proyecto. La verdad es que el documento por la suspensión del proyecto manifestaba estar de acuerdo con el tema portuario pero al final me pedían la suspensión. Y eso no me parece razonable si no median elementos que sean concretos, tangibles... Si son elementos concretos y tangibles, será cuestión de tomar precauciones, yo qué sé, pero me da la impresión de que lo que hay hoy es (inclusive manifestado por una de las personas que participaron en esa reunión) es el miedo a un vecino nuevo. Esa es la situación, y es comprensible el miedo a un vecino nuevo, pero no por eso se va a dejar de vender o alquilar la casa de al lado, ¿vio? Es comprensible, es una angustia; lo comprendo, tratemos de levantar las angustias de la gente, en primer lugar sabiendo, en segundo lugar si hay algo que se pueda incorporar, incorporándolo...

EC – Pero ¿todavía hay margen para hacer esas correcciones, pese a que se la apertura de las ofertas se hace el lunes?

LC – Uno siempre lo puede hacer; lo puede hacer hoy, mañana... Para prorrogar siempre hay tiempo, para modificar siempre hay tiempo.

EC – O sea que usted no descarta una prórroga todavía...

LC – Yo no descarto nada; ...

EC – Depende de las reuniones y las conversaciones de estos días.

LC – ...lo que me parece es que no hay hasta el momento un planteamiento por el que uno diga “Vamos a recorrer este camino que es serio, tan serio como el que recorrimos en 14 meses de negociación”. Porque mire que en noviembre o diciembre de 2002 se estuvo en La Paloma, se comunicó este asunto, después fui personalmente a dar dos charlas... Hoy se esgrime falta de información, y que se ha hecho entre gallos y medianoches. Creo que los gallos y medianoches lo que determinaban es que estaban durmiendo quienes hoy en día opinan. Hubo una audiencia pública, ¿no?, a la que se citó por la prensa para ver si alguien tenía oposición y no hubo ninguna oposición; estuvieron representantes de la Intendencia Municipal de Rocha, los legisladores, y todo eso se procesó durante 14 meses. También en este país debemos tener un poco de cuidado con los inversores, una vez que aparecen, sobre cuál es la señal que reciben cuando, 15 días antes de la apertura de una licitación se les dice “Ah, ahora nos encontramos con que hay defectos”. Me parece que este país necesita inversión, necesita trabajo, necesita proyectarse hacia delante; es una de las cosas que aprendí en estos días en España y aspiraría a que Uruguay siguiera ese ejemplo.

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón

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