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EL “ECLIPSE PRESIDENCIAL” NO TERMINÓ: HAY QUE DEFINIR UN RUMBO PARA ESTE AÑO
Correntada Wilsonista hacia las elecciones internas
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Senador Francisco Gallinal: “Me siento un hombre de centro, con una concepción socialdemócrata bastante arraigada. No creo en el libre mercado; la intervención del Estado es fundamental para corregir la desigualdad que genera la libre competencia”. Los temas centrales de su propuesta son: reforma tributaria, política exterior, inversión respetando la propiedad de las empresas públicas, fortalecimiento de la inversión social y reforma del Estado. "Si la pluralidad de candidaturas pone en riesgo el triunfo de la renovación, seríamos unos irresponsables”.
EN PERSPECTIVA
Martes 17.02.04, 08.52.
EMILIANO COTELO:
En filas del Partido Nacional (PN), la polarización de la interna entre el doctor Luis Alberto Lacalle y el senador Jorge Larrañaga viene manteniéndose, quizás incluso acentuándose. En ese punto existe cierto consenso entre las diferentes encuestas.
Sin embargo importa mucho qué postura asumen los demás precandidatos de acá a junio. Sus decisiones, sus posibles alineamientos, pueden llegar a inclinar la balanza hacia uno u otro lado.
En ese marco se ha hablado en las últimas semanas de la posible conformación de un “tercer polo” de cara a las internas.
Ayer la Correntada Wilsonista (CW) celebró su IV Encuentro Nacional, instancia en la que se presentaron ya algunas propuestas concretas. Sobre estas iniciativas y el estado actual de la interna del PN vamos a conversar con el líder de ese sector, el senador doctor Francisco Gallinal.
Algunos datos para ubicarlo frente a nuestros oyentes, antecedentes que no siempre aparecen en estos diálogos. Cada tanto viene bien poner a punto la información, sobre todo teniendo en cuenta que usted es uno de los que están en carrera dentro del PN.
Usted tiene 46 años de edad, es doctor en Derecho y Ciencias Sociales; ejerce la profesión de abogado desde 1987…
FRANCISCO GALLINAL:
Ejercía.
EC - …en el estudio jurídico del que es titular. Ahora no está trabajando.
FG - No: desde que ingresé al Senado me vi en la obligación de optar y opté por mi vocación más profunda.
EC - En cuanto a cargos parlamentarios, ha sido senador y antes diputado.
FG - Fui electo diputado por el departamento de Lavalleja en las últimas elecciones nacionales y accedí al Senado de la República cinco meses después.
EC - ¿Cómo fue?
FG - Yo ocupaba la suplencia de los intendentes Juan Chiruchi y Carlos Moreira, que fueron electo nuevamente y reelecto respectivamente, entonces el 12 de julio del año 2000 ingresé al Senado como titular.
EC - Antes había integrado el Directorio de Antel.
FG - En la administración pasada integré el Directorio de Antel.
EC - Simplemente para agregar un antecedente de tipo familiar, usted es nieto del doctor Gustavo Gallinal, ex integrante del Consejo Nacional de Gobierno en los años 30.
FG - Sí, en el año 1931 integró el Consejo Nacional de Administración, que duró 30 días porque el 31 de marzo vino el golpe de Estado de Terra. A mi abuelo no lo llegué a conocer porque falleció en 1951, pero fue una de las figuras principales del Partido Nacional Independiente, senador en varias oportunidades, ministro de Ganadería durante el gobierno de Amézaga…
EC - Usted es un hombre del departamento de Lavalleja.
FG - Exacto.
EC - Usted fue una de las primeras figuras que se separaron del Herrerismo. Recién recordábamos que usted ingresó al Parlamento como integrante del grupo del doctor Lacalle, sin embargo a mediados del año 2000 se fue en un intento por marcar la necesidad de crear un bloque “renovador” dentro del PN.
Este término “renovador” que aparece con mucha frecuencia en su discurso, ¿qué significa?, ¿qué quiere decir ser renovador en el Partido Blanco hoy por hoy?
FG - Significa no agotar la instancia de renovación en simplemente pensar que tenemos que tener un candidato distinto del de 1999. Tenemos que tener una forma de relacionamiento interno dentro del partido que deje atrás las diferencias y descalificaciones del pasado. Generacionalmente ese tema está muy bien posicionado, yo tengo una excelente relación tanto con Jorge Larrañaga, como con Luis Alberto Heber, como con muchos compañeros que integran el Herrerismo u otros sectores, con los que prácticamente nos hicimos juntos a la vida política durante los años de la dictadura.
EC - Una primera parte del significado del término “renovador” es “busquemos alternativas a Luis Alberto Lacalle”…
FG - Yo creo que…
EC - Seamos francos.
FG - …la renovación se produce como respuesta a la derrota electoral de 1999; sin duda surge como una respuesta. Todo partido después de un acto eleccionario, sobre todo si no le fue bien, tiene que empezar a plantearse alternativas diferentes de las que planteó en la elección en la que tuvo un traspié electoral tan importante. Pero seríamos muy mezquinos y no tendríamos horizonte largo si simplemente agotáramos en eso.
EC - Bien, pero una parte de la renovación para usted pasa por encontrar alternativas al liderazgo de Lacalle.
FG - Exacto, y por generarle al PN figuras diferentes, movimientos nuevos, que le den el aire fresco que todas las cosas en la vida necesitan; por eso la renovación no se genera de la noche a la mañana. En el PN es un proceso que arrancó en el año 2000 y se ha venido fortaleciendo durante todo este tiempo. ¿Hasta qué punto? Lo veremos en la instancia del 27 de junio próximo.
EC - Usted iba más allá del tema de los hombres, hablaba de formas de hacer política.
FG - Sí, creo que el relacionamiento con los demás partidos políticos en el país tiene que cambiar. La vieja práctica de la discrepancia permanente, de la acusación, de la confrontación, no es para este tiempo. Si algo está la gente, es asqueada de los enfrentamientos entre los partidos políticos y de ver cómo no somos capaces de ponernos de acuerdo en los cuatro, cinco, seis puntos sustantivos que hoy hay que poner en acción y reestructurar y reformar para sacar al país del pozo en el que se encuentra.
Hemos cultivado eso insistentemente durante todos estos años, desde el Senado ha sido mi estilo aun en la discrepancia. Hace pocos días tuve oportunidad de participar en una convocatoria realizada expresamente por la Federación Ancap, con la que tuvimos notorias diferencias en ocasión del referéndum. Yo fui redactor de buena parte del proyecto de ley de reforma del ente, sin embargo el día que lo redacté y antes de presentarlo me lo puse debajo del brazo y fui a golpear las puertas de la Federación para decirles: “Esto es lo que voy a proponer, ésta es la visión que tenemos”. Hemos mantenido ese diálogo, al punto de que pasó la instancia del 7 de diciembre y hoy seguimos hablando de esos y otros temas que hacen a la vida de Ancap.
Imaginar el futuro del país inmediato prescindiendo de los gremios, del PIT-CNT, de las organizaciones sociales como las ONG, planificar el futuro y el presente inmediato de Uruguay sin dar participación a la Universidad de la República, por ejemplo, no creo que sea el camino que estamos necesitando. Cultivemos ese diálogo y ese relacionamiento que en alguna medida para el PN lamentablemente fueron ajenos en los últimos años. Después de la muerte de Wilson el partido bajó mucho su nivel de acercamiento y de intento de penetración y participación en todas estas organizaciones sociales que no van sustituyendo a los partidos pero sí van adquiriendo un protagonismo muy importante y hoy forman parte de nuestra democracia.
EC - Hacia dentro del partido ¿qué implica esa renovación en cuanto a la forma de hacer política?
FG - Implica que el partido no puede verse cada poco tiempo enfrentado a crisis como producto de los problemas, de los líos o de las discrepancias entre sus dirigentes. Un partido como tal si aspira a gobernar al país tiene que demostrar que es capaz de gobernarse a sí mismo. Reconozcamos que el partido ha hecho mucho esfuerzo en los últimos años por superar esto y avanzar y se ha consolidado bastante la unidad, que creo que es una unidad en diversidad, porque para algo existen las elecciones internas.
***
EC - Como dijimos, usted perteneció al Herrerismo, pero en los últimos años desarrolló un discurso diferente del de ese sector, un discurso menos liberal, más socialdemócrata… por utilizar algunos términos caprichosos que permitan una aproximación. Pero mejor se lo pregunto: ¿cómo se define ideológicamente, cómo se define en materia económica?
FG - Me siento más bien un hombre de centro en política –si es que vamos a utilizar las tradicionales definiciones–, con una concepción socialdemócrata bastante arraigada. No creo lisa y llanamente en el libre mercado, me parece que la intervención del Estado en determinadas áreas es bastante importante y fundamental, sobre todo para corregir, a través de desigualdades, la desigualdad que el libre mercado o la libre competencia están generando permanentemente. Pero no me siento atado a recetas, fórmulas, eslóganes ni políticas económicas definidas de antemano y con preconceptos. Me parece que hay que ser muy pragmático en un país cuyas dos problemas más graves a solucionar son la dependencia externa y la miseria interna. Esos son los temas en que tenemos que enfrentar, tenemos que ver de qué forma racional, sensata, inteligente, rescatando nuestros mejores valores, podemos empezar a limitar esa dependencia –que no se va a superar de hoy para mañana– y de esa forma darle una mejor calidad de vida a nuestra gente.
EC - Su grupo político invoca en el propio nombre a Wilson Ferreira Aldunate. ¿Qué agrega eso a todo lo que veníamos comentando, el hecho de tener a Wilson como principal referencia?
FG - En mi generación y para todos los que integramos CW –porque tampoco es excluyente–, Wilson fue un mentor, un derrotero y un norte. Yo me hice al lado de Wilson Ferreira, primero siguiéndolo sin conocerlo durante la época de la dictadura militar, y después me tocó ser secretario de la bancada de Diputados del Movimiento por la Patria de 1984 a 1989; Por la Patria tenía entonces 22 diputados, los mismos que tiene hoy el PN en total, entonces tuve durante esos años, hasta que falleció Wilson, la oportunidad de cultivar su amistad, disfrutar de su liderazgo y profundizar mucho en sus concepciones. Esa manera de sentir al partido, esa manera de buscar romper con la dependencia externa, esa forma de asumir… lo dije ayer expresamente en el discurso de cierre del congreso: de Wilson rescato como elemento fundamental para lo que intento sea mi idea política –y creo que de alguna manera lo he logrado durante estos años en el Senado– el concepto de la ética, de la responsabilidad.
El dirigente político tiene la responsabilidad en cualquier circunstancia de actuar, de definirse, de asumir protagonismo, de dejar a un lado los costos políticos y electorales y cada vez que se presenta un problema no limitarse a hacer un diagnóstico y pararse en la vereda de enfrente, sino que además debe buscar la coincidencia o en la discrepancia aportar el camino alternativo. Que fue lo que hicimos durante todos estos años desde el Senado, asumiendo a veces responsabilidades muy complicadas; creo que hubo un momento en esta administración en que se gobernó desde el Senado. En el momento de la crisis más impactante, cuando la caída del sistema bancario, cuando vino el eclipse presidencial a raíz de distintos episodios como las declaraciones a la cadena Bloomberg, la ruptura de relaciones con Cuba, los episodios posteriores con Argentina, el país perdió liderazgo desde el Poder Ejecutivo.
EC - Me llamó la atención esa expresión que usted utilizó: “el eclipse presidencial”; francamente no se ha utilizado demasiado hasta ahora.
FG - Pero ha sucedido, ¿no?
EC - Entiendo; es muy gráfico el término.
FG - Ha sucedido, yo incluso lo hablé con el presidente de la República en ese momento. Cuando el PN pide la sustitución del ministro Bensión porque en ese momento ya todos –en un primer momento habíamos sido unos pocos quienes habíamos reclamado su cambio– pensábamos que se había agotado su tiempo y no estaba en condiciones de enfrentar, desde el punto de vista de su posicionamiento público, la crisis que después se profundizó, le señalé al presidente que si yo tuviera que elegir a un ministro de Economía elegiría a alguien que asumiera una suerte de responsabilidad de primer ministro, porque en aquellas circunstancias fue que se dieron todos estos episodios de la cadena Bloomberg que creo que golpearon mucho más dentro del país que fuera, porque no fue bueno lo que pasó con Argentina, pero creo que nuestros compatriotas y todos nos sentimos un poco carentes del liderazgo presidencial que siempre es importante, quienquiera que sea el presidente. Me temo que ese eclipse presidencial todavía no ha terminado porque no tenemos un rumbo claro y definido de hacia dónde vamos; todavía queda un año de gobierno y parecería que lo que hay que hacer es llegar al 1º de marzo del año que viene para entregar la banda y que no se muevan mucho más las aguas.
EC - Una última pregunta para terminar esta parte de la charla de caracterización de su accionar político y el de su grupo. ¿Con qué figuras internacionales se identifica usted?
FG - Ese es otro tema del que también hablaba ayer. El Mercosur es fundamental para el Uruguay de hoy y el del mañana, aunque hoy atraviesa por dificultades importantes; pero creo que no es excluyente, tenemos que tratar de abrirnos a todos los mercados posibles. Y creo también que sería un gran error (que a veces parecería que muchos están en la tentación de cometer) “lulizarse” o ser kirchneriano; yo soy mercosuriano por encima de quienes ocasionalmente llevan adelante los gobiernos de los países vecinos, pero si acaso buscara una referencia no la buscaría en estos tiempos dentro del Mercosur, porque veo que los países vecinos están peleando por ver cómo enfrentar las dificultades del momento. Preferiría mirar hacia Chile, donde la apuesta a la eficacia, a la eficiencia, a la apertura de mercados, la apertura hacia el mundo, les ha generado réditos muy beneficiosos porque en su momento tomaron conciencia clara de cómo había que enfrentar la crisis.
***
EC - En materia de encuestas a propósito de la interna del PN lo más nuevo es el informe de la empresa Radar publicado el viernes en el semanario Crónicas. Allí aparece una ventaja del senador Jorge Larrañaga de 3 puntos porcentuales sobre el líder del Herrerismo, Luis Alberto Lacalle. Los números son: Larrañaga 37 por ciento; Lacalle 34 por ciento; luego viene usted, pero lejos, con 11 por ciento y bajando 2 puntos con respecto a noviembre; y Abreu mantiene el 10 por ciento. ¿Cómo observa este escenario en la interna del PN?, ¿en qué medida lo lleva a examinar su propia decisión de ser candidato en junio?
FG - No voy a ser o dejar de ser candidato en función de lo que estén señalando las encuestas. Por supuesto que las tengo muy presentes y creo que son un elemento de referencia fundamental, no solamente en cuanto a los datos fríos de quién está en el primero, el segundo y el tercer lugar, sino también a los análisis profundos que de los mismos surgen en cuanto a tendencias, perfil del electorado, necesidades de la población, temas fundamentales. Trabajo con ellas, con una [empresa] en particular, en la cual hemos depositado nuestra confianza.
Pero también tengamos presente que esta campaña electoral recién está por comenzar. El país ha vivido momentos muy difíciles, la gente tiene una opinión muy crítica respecto del sistema político, se ha perdido credibilidad y lamentablemente a veces también se van perdiendo las esperanzas. Recién ahora la gente va a empezar a poner su mente, su mirada en la interna de los partidos, en ver quiénes son los candidatos para en función de eso ir tomando definiciones.
EC - Todo indica que se polarizan las opciones entre Lacalle y Larrañaga; ante ese escenario, si se va efectivamente en esa dirección, a un precandidato como usted –y a otros de los no herreristas, no lacallistas– se le plantean dos opciones, quizás tres: seguir como candidato, sumarse a Larrañaga, acordar con Larrañaga o entre esos otros candidatos generar un tercer polo. De eso ha hablado, por ejemplo, el doctor Sergio Abreu (está también el nombre del doctor Ruperto Long, etcétera). ¿Cómo examina esas alternativas?
FG - No hemos avanzado en la posibilidad de generar un tercer polo porque no estaba dentro de nuestra visión en la forma que se nos presentó. Correntada definió su propio camino el 14 de setiembre pasado en un acto que hicimos en la Aguada de proclamación de mi candidatura, y ahora vamos a ingresar en un proceso en el que vamos a buscar la consolidación del sector, la definición muy clara de nuestras ideas, el trabajo en todo el país con las distintas agrupaciones, de manera de ir fortaleciendo un sector que a mi juicio está llamado a tener una incidencia gravitante en la vida del partido, ya no solamente en la inmediatez de la elección, sino también en el mediano y el largo plazo.
EC - Parece claro que usted está construyendo para el mediano y largo plazo; además en términos de la política uruguaya es un hombre joven, 45-47 años es –llamativamente– una edad baja para la política uruguaya. O sea que futuro tiene, la pregunta es cómo va a manejar esta instancia de junio.
FG - Yo tengo que construir para el hoy también. La renovación que pretendemos, si no gana en las elecciones internas, tiene que esperar cinco años más; creo que eso condena al propio país a que esa renovación, trasladada a la esfera nacional –porque no se agota en lo partidario, abarca también el ejercicio del gobierno y el diálogo con los demás partidos políticos–, se frustre y espere cinco años con los costos que el país va a pagar.
De todas maneras, dije muy claramente el 14 de setiembre y antes a los intendentes y diputados, a los compañeros que nos están apoyando, que yo aceptaba la candidatura en la medida que no tuviera compromisos con sectores económicos, con repartos de cargos políticos, ni con nada que me obligara a matar la renovación al nacer. Y agregué: vamos a estar abiertos a una política de alianzas, que podrá ser antes o después de las elecciones internas, que tiene que ser un proceso natural, tiene que haber una comunión en la renovación y en la forma de ejercer el gobierno y el gobierno partidario para renovar al PN a partir del momento mismo de celebradas las elecciones internas. Así que no puede ser unidireccional: si estamos dispuestos a las alianzas es porque aspiramos a que otros sectores u otros candidatos nos apoyen en nuestra candidatura presidencial, o porque nosotros podemos apoyar a otro candidato; pero en tanto se consolide Correntada, se den procesos naturales de acercamiento básicamente ideológicos y programáticos.
EC - Usted no está resuelto a mantener su precandidatura hasta junio de cualquier manera, no es una decisión inamovible. Eso es lo que queda claro en esta conversación.
FG - Sería contradecir mi concepto de renovación decir: “Yo sí o sí”, bajo cualquier circunstancia, pongo mi nombre por delante de toda futura alternativa; lo mismo espero de quienes participen de esta idea de llevar adelante la renovación. En ese sentido, por supuesto; y le agregaría un sentido más que no es de desdeñar: si la pluralidad de candidaturas, habiendo coincidencias fundamentales, pone en riesgo el triunfo de la renovación, seríamos unos irresponsables.
EC - Esto es interesante; ¿puede desarrollar un poco más la idea?
FG - Claro, seríamos unos irresponsables si por comparecer en una pluralidad de candidaturas terminamos dejando el triunfo a quienes legítimamente son candidatos pero no tienen esa visión o esa óptica de renovación o cambio de las mayorías partidarias. Eso vale tanto para Gallinal, como para Larrañaga, como para todos los precandidatos que estemos en el escenario y que compartamos, desde luego, esa idea de renovación.
EC - De los nombres no herreristas, ¿de cuáles está más cerca?
FG - Durante todas estas semanas hemos tenido invitaciones a conversar por parte de Sergio Abreu y de Jorge Larrañaga, y con todos ellos hemos conversado. No tuvimos coincidencias con Sergio Abreu respecto de la conformación del polo, pero él tiene todo el derecho de seguir adelante con esa idea, con su candidatura; no va a recibir de nuestra parte pedradas ni el mínimo obstáculo, pero creo que tenemos una visión diferente de la interna partidaria y del futuro.
Es evidente que con el sector Alianza Nacional hemos tenido otras coincidencias, como también hemos tenido diferencias importantes de protagonismo. Nosotros fuimos una suerte de líderes en la convención del 3 de noviembre de 2002 de la permanencia en la coalición porque pensábamos que era el peor momento del país para una ruptura de esas características.
EC - Ustedes; Larrañaga estaba en la otra posición.
FG - Por eso: CW. A pesar de que no teníamos ministros, directores de entes autónomos y servicios descentralizados, ni contratos; no estábamos defendiendo ninguna posición personal sino defendiendo una concepción que fue la que me permitió ayer, en el encuentro de Correntada, hablar de un gobierno de reencuentro nacional y de la necesidad de, entre el día en que se celebre el balotaje y el 1º de marzo de 2005 cuando asuma el nuevo gobierno, ponernos de acuerdo la mayor cantidad posible de sectores y de partidos en el conjunto de ideas fuerza y de reformas estructurales que el próximo gobierno tendrá que llevar adelante en sus primeros cien días.
Vamos a ver cómo se desarrollan los acontecimientos, tengo mucha confianza en nuestro posicionamiento, en la gente de Correntada, en el trabajo de los dirigentes, en el trabajo de los intendentes, en la coherencia y sensatez con las que hemos tenido un protagonismo permanente y una gran capacidad de propuesta, y que sea la gente la que se exprese en el correr de los próximos meses.
***
EC - Ayer, durante el IV Encuentro Nacional de CW, usted dijo que tienen conformado un Consejo de Consulta Permanente que está trabajando en un plan de “10 medidas para los primeros 100 días de gobierno”, ya que entiende que, instalado el nuevo gobierno en 2005, deberán tomarse medidas profundas de inmediato y que sería “un pésimo mensaje para la población expresar que las soluciones serán implementadas a partir de 2006”.
Pero al mismo tiempo dijo que hay cinco asuntos que requieren definición inmediata. Según la lista que tengo son: reforma del sistema tributario; definición de una política exterior; apertura de áreas de inversión respetando la propiedad de nuestras empresas públicas; fortalecimiento de la política de inversión social; y reforma del Estado.
FG - Exacto.
EC - Son cinco temas grandes.
FG - Pesados.
EC - Pesados.
FG - Sí, sí…
EC - ¿Podemos explicar brevemente cada uno de ellos, por dónde viene su inquietud?
FG - Primero un tema que hace a la forma pero que me parece muy importante. Es muy interesante que los partidos presenten programas de gobierno de mediano y largo plazo, pero la credibilidad que se ha perdido en nuestros tiempos y la inmediatez de la urgencia de los problemas que la gente vive no se solucionan presentando programas de gobierno. Todo partido tiene que tenerlos porque aspira a gobernar durante los cinco años, pero lo que se está necesitando en este momento son medidas de alto impacto que rápidamente empiecen a revertir esta situación y, por sobre todas las cosas que, aún aceptando que va a ser un año de crecimiento, por lo menos de mejoría en la política macroeconómica, empiece a palparse a nivel de la gente porque empieza a bajar la desocupación, porque hay un mayor poder adquisitivo, porque hay una protección del salario o de la pasividad.
EC - ¿Con ese criterio evalúa usted también a Tabaré Vázquez?
FG - A todos.
EC - …porque hay toda una discusión y un reclamo desde los partidos tradicionales a Vázquez y al Encuentro Progresista de que se conozca su programa de gobierno. Cuando hace ese tipo de reclamos, ¿pide también básicamente las primeras medidas, las más urgentes?
FG – Claro. Por eso le decía que, terminada la instancia del balotaje, rápidamente tenemos que ir a un encuentro de voluntades que nos permita decir: en estos cinco puntos o estas cinco medidas, que son de impacto importante, vamos a trabajar juntos y nos vamos a dar una tregua de un plazo considerable. Por eso hablo de un gobierno de reencuentro nacional, tenemos un país demasiado atomizado como para pensar que un partido solo está hoy en condiciones de sacarlo adelante.
EC - Veamos esas cinco áreas prioritarias para usted.
FG - En materia de política económica me parece que debemos, no solamente como país sino en diálogo y negociación con los organismos de crédito y con los acreedores, empezar a generar un blindaje en nuestras políticas económicas, básicamente de carácter regional, que nos ponga a salvo de que se repita cada 15 o 20 años un fenómeno económico que arrasa con la economía nacional y destroza la calidad de vida de la gente. Ni Uruguay, ni Brasil, ni Argentina, ni muchos de los países de la región pueden estar viviendo una sacudida de crisis monetaria y cambiaria y devaluación como la que vivimos en Uruguay a principios de la década del 80 o como la que vivimos ahora. Eso mata nuestras reservas y nos obliga a empezar de vuelta.
Eso solamente se logra en un acuerdo de voluntades con quienes nos llevaron a esta situación, porque hay responsabilidades propias pero también ajenas: las políticas del Fondo Monetario Internacional no han sido buenas ni siquiera para su calidad de acreedores, porque cada vez se les hace más difícil si no imposible cobrar sus cuentas, y a nosotros no solamente pagarlas, sino que además pagamos el costo del sufrimiento de nuestra sociedad muy duramente. Ese es un tema que hay que precaver y profundizar desde las primeras de cambio.
EC - Una renegociación con los organismos multilaterales…
FG - Eso va a tener que venir, ojalá fuera posible a través del bloque regional, lo que nos daría mayor fuerza de negociación. Hoy no es posible: hoy Uruguay, Argentina y Brasil tienen posicionamientos absolutamente distintos en la negociación con sus acreedores, y básicamente hay una gran expectativa en cuanto a lo que va a suceder con Argentina y los acreedores privados, a los que les debe nada menos que 88.000 millones de dólares y les ha dicho que les va a pagar solamente el 25 por ciento. No es un buen momento para pensar en aliarnos dentro del bloque regional para la reestructura de la deuda; ojalá en alguna circunstancia llegue esa oportunidad porque nos va a dar otra fuerza y otro posicionamiento.
EC - ¿En cuanto a los otros puntos y casi en titulares…?
FG - La reforma tributaria y fiscal me parece absolutamente fundamental. En Uruguay es caro vivir y es caro producir, con un IVA de 26 por ciento –porque el COFIS es un símil– es imposible pensar en alguna suerte de crecimiento con cierta velocidad. Hay que llevar ese IVA abajo del 20 por ciento y hay que legislar en materia de combate y represión a la evasión y al contrabando, porque disminuyendo solamente en una quinta parte la evasión que tiene el país, pagamos una reducción del IVA del 23 al 16 por ciento.
EC - ¿Piensa en una reforma que incluya el impuesto a la renta, por ejemplo?
FG - El impuesto a la renta tiene que estar arriba de la mesa. Primero porque es la manera de convocar a todos los partidos a la discusión del sistema tributario; no podemos aprobar un sistema tributario con la debilidad de que le falte una pata en el apoyo del sistema político. Nosotros hemos concebido, y está redactada casi al detalle, la posibilidad de tener un impuesto a la renta dual, un impuesto a la renta al capital y a la inversión, con una tasa que tiene que estar necesariamente muy por debajo del 35 por ciento que hoy se está pagando de IRIC, porque tiene que ser una tasa que convoque a la inversión en un país que lamentablemente prácticamente ha perdido la inversión extranjera directa, y porque además disminuir el impuesto a esa rentabilidad o a esos capitales significa asegurar nuevos ciclos de inversión de lo que se vaya generando. Y un impuesto a la renta personal tendrá que tener un mínimo no imponible y ambos conjugados nos permitirán la eliminación del impuesto a los sueldos.
El impuesto a los sueldos va a ser tema de campaña, todos vamos a decir que vamos a eliminarlo, creo que lo que hay que hacer es aterrizar los instrumentos a través de los cuales se lo pueda eliminar.
EC - Nos queda para próximas charlas seguir profundizando en estos cinco temas críticos en la propuesta programática de CW. Hoy hemos logrado tener un buen pantallazo de cómo se posicionan su sector político y su precandidatura en estas internas.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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