18.12.2005














Pases en comisión al Parlamento

Diputado Ricardo Castromán: La bancada socialista elige a los funcionarios que le brindarán su asesoramiento, y los legisladores los piden en comisión dentro de su cupo. Su función no es rodearnos en los despachos en tareas de secretaría. Gustavo González, que trabajará como consultor en El Salvador en el área de su competencia, ahora está con licencia y cesa su comisión.



EN PERSPECTIVA
Miércoles 18.02.04, 07.38.


EMILIANO COTELO:
“Es una gauchada de esas que en política se hacen para que alguien no tenga que trabajar”. Lo dijo Ariel Lausarot...

ALFREDO DANTE:
Siendo presidente del Banco Hipotecario del Uruguay.

EC – ...pero refiriéndose a una decisión que había tomado siendo diputado: llevar en comisión a su despacho del Palacio Legislativo a un señor llamado Adolfo Gil Ribeiro, aduanero, a quien la Policía estaba buscando por su vinculación con operaciones de contrabando.

A propósito, nunca más supimos de Gil Ribeiro.

AD – No. Está en Brasil.

EC – Se intentó extraditarlo pero el trámite no prosperó.

AD – No prosperó. Hubo algunas disquisiciones judiciales... Lo cierto es que Gil Ribeiro sigue en Brasil.

EC – Yo recordaba aquella frase, porque recordarán la polvareda que levantaron entonces los pases en comisión. El caso de Gil Ribeiro desató una gran polémica, una gran discusión a nivel nacional sobre los pases en comisión: cuántos funcionarios en comisión podía tener cada legislador, y en ese caso qué hacían esas personas.

AD – En aquel momento el presidente de la Cámara de Representantes era el herrerista Gustavo Penadés, quien reclamó a todos los legisladores que informaran cuántos funcionarios tenían en comisión en sus despachos.

EC – Lo que ocurrió casi de inmediato fue una reducción de la cantidad de funcionarios en ese régimen. Pero después, aún con esa caída del número, quedó pendiente el otro asunto: quienes están en comisión ¿trabajan realmente junto al legislador, o no tienen ninguna tarea –como en el caso de Gil Ribeiro— o se dedican a actividades partidarias, por ejemplo trabajando en el interior del país para tal o cual diputado?

Es un tema que nunca terminó de laudarse, sobre el cual cada ciudadano tendrá su propia evaluación y su propia opinión.

Y el tema vuelve al tapete en estos días, a raíz de un pase en comisión en la bancada del Partido Socialista. El País vuelve a tomarlo para su portada.

AD – Lo desarrolla en la página 7:

“El Comité Ejecutivo del PS resolvió disponer el cese del pase en comisión del funcionario de la Administración Nacional de Correos, Gustavo González, quien según las leyes vigentes debe prestar servicios de asistencia al diputado frenteamplista Ricardo Castromán y se encuentra en El Salvador cumpliendo tareas de índole social en su condición de cooperativista de la vivienda".

La crónica recuerda que González viajó a ese país a comienzos de febrero con el fin de permanecer un año, pero al haber trascendido esta denuncia regresará en marzo poniendo fin a su comisión.

“El cambio en la situación legal de González fue informado por el propio diputado Castromán que, adicionalmente, reconoció que el PS utiliza el mecanismo del pase en comisión para que algunos de sus militantes desarrollen tareas de carácter político y fuera de la asistencia directa al legislador”.

EC – El diputado está ahora en comunicación. En primer lugar, ¿es correcta la información tal cual se publica hoy?

RICARDO CASTROMÁN:
Con algún matiz. Ahí se dice que el PS utiliza políticamente a los compañeros que pide en comisión, cosa que es cierta: no los pedimos para jugar a las muñecas o para que vengan a rodearnos en nuestros despachos, en nuestra mesa de trabajo, a tomar mate o a alcanzarnos las hojas con las que trabajamos. Tenemos un criterio político por el cual buscamos a las mejores compañeras y a los mejores compañeros para trabajar en las distintas áreas del país, cuestión esta que no está establecida en ningún lugar de la ley que regula los pases en comisión.

EC - ¿Con qué criterio selecciona, por ejemplo un diputado del PS, a un funcionario del Estado para que esté en su entorno, para que pase a su secretaría, en teoría?

RC – Primero, la organización política, con un criterio justamente de esa naturaleza (histórico, por otra parte) selecciona a aquellos compañeros que son del partido, afines al partido o de confianza de nuestro partido para que se desempeñen en el despacho de algún legislador, senador o diputado. Segundo, se busca el perfil para trabajar en determinada área, como es este caso que ha tenido tanta notoriedad y que ha distraído tanto a la atención pública (más allá de la obligación que tiene la prensa de hacer conocer las cosas que pasan): en el caso de Gustavo González, nadie desconoce que es uno de los tipos que más saben en el tema vivienda, y en este período legislativo (primero que ocupo, no sé si habrá un segundo) me tocó a mí solicitarlo en comisión dado que los otros compañeros ya tenían cubierto su cupo de cinco, que es el máximo establecido. Así lo hicimos, y trabajó en lo que él más sabe que es vivienda por ayuda mutua, en el área social, y creo que...

EC – Una precisión: Gustavo González y otros pases en comisión en el caso de los legisladores socialistas ¿trabajan para los parlamentarios, o trabajan políticamente en otras cosas?

RC – Trabajan para los parlamentarios: el compañero González nos asesora no sólo a mí, que lo pedí en comisión, sino al resto de los legisladores de mi partido y a otros legisladores del Encuentro Progresista en el tema de la vivienda y otros de carácter social...

EC – Pero ¿se necesita tener a un funcionario permanentemente a la orden, en el despacho de un legislador, por temas de vivienda?

RC – No: no estamos hablando de eso. El compañero iba a informarme en forma no diría cotidiana pero por lo menos una, dos tres veces por mes, según las circunstancias y las cosas que pasaban. Además ustedes han informado sobre las actividades de Gustavo González con relación a las marchas a Punta del Este, las vigilias frente al Ministerio de Vivienda, frente al Palacio Legislativo reclamando los dineros que corresponden a las viviendas por ayuda mutua...

EC – O sea que en el despacho en sí, un hombre como Gustavo González pasa pocas horas en el mes.

RC – Ah, sí, en el despacho, sí; pero...

EC – El resto del tiempo ¿lo dedica a la militancia en Fucvam, concretamente?

RC – Como todos los legisladores, todos, tenemos pases en comisión; los del interior y algunos de Montevideo también... En el interior yo tengo una compañera maestra que hace las veces de... me suplanta, de alguna manera, haciendo gestiones, mandándome las inquietudes de la gente, de organizaciones populares, de comisiones de fomento de las escuelas, de la gente a la que uno representa. Esa maestra recorre el departamento cada 15 días, en una oficina que tengo en Fray Bentos atiende a gente desesperada por las circunstancias que plantea un cúmulo de necesidades... Por lo tanto acá no hay nada raro, no hay nada espurio, porque...

EC – Quizás hay un matiz entre este caso y el otro. En el caso de esa militante que usted menciona ahora, por lo que usted cuenta trabaja efectivamente asesorándolo a usted, digamos. En el caso de Gustavo González, parecía que buena parte del tiempo lo dedicaba a militar en Fucvam, pagado con dinero del Estado, de la Dirección Nacional de Correos, porque es de ese organismo del cual viene.

RC – Gustavo González fue pedido en comisión para que nos asesorara en el tema vivienda y se desempeñaba en Fucvam. Se lo dije al comienzo: nosotros no tenemos por qué tener los cinco pases en comisión en nuestro despacho. Como organización política decidimos que el trabajo se puede hacer de esa manera para interiorizarnos de los problemas de la gente, y le pido que me deje decir un par de cosas más: creo que esto es un ataque a Fucvam, un ataque al Encuentro Progresista, creo que esto tiene un contenido político que no se puede tapar. Usted hacía referencia a algo que yo pensaba decir: nosotros tenemos la tranquilidad de que no se cometió ningún tipo de delito: en primer lugar el compañero pidió la licencia anual reglamentaria el 30 de enero de este año y se fue a El Salvador...

EC – Vamos por partes, porque primero estábamos hablando en general de cómo maneja en este caso el PS los pases en comisión, y cuál era en concreto la relación con Gustavo González. Usted dice que los criterios que sigue el PS son similares a los que siguen los demás partidos políticos representados en el Parlamento a la hora de seleccionar funcionarios para que pasen en comisión...

RC – No, no: yo no dije eso. Dije que nosotros utilizamos el criterio de elegir a los mejores compañeros y a las mejores compañeras. No sé qué criterio usan los otros partidos políticos. Lo que sí sé es que nosotros no tenemos en comisión a ningún funcionario requerido por la Justicia o por Interpol, como el caso de Gil Ribeiro, usted decía muy bien; que no tenemos corruptos (por ahora, aunque no estamos vacunados contra eso); no tenemos procesados como hubo muy importantes personajes de la vida política como el señor Noachas o el señor Laguardia; que no tenemos “ñoquis” como se dijo y se trató de “desprolijo” sacando de contexto una declaración que hice la semana pasada... Mire usted: una semana con este tema.

Y habría que ver por casa cómo andamos. Ustedes hacían referencia a cuando Penadés presidía la Cámara de Representantes. El Nuevo Espacio, antes de que se escindiera y surgiera el Partido Independiente, tenía cuatro diputados y 13 pases en comisión. El Partido Nacional, con 22 legisladores, tenía 211 pases en comisión, 101 más que los 110 establecidos por la norma. El Partido Colorado, con 33 legisladores, tenía 259 pases en comisión, 94 más de los 165 que le correspondían. Y nuestro Encuentro Progresista – Frente Amplio tenía 147 funcionarios, 53 menos que lo que establece la norma. A partir de aquel episodio hubo una estampida, rescisiones de pases en comisión para tratar de acomodar el cuerpo y emprolijar la cosa.

Por lo tanto creo que esto no da para tanto bochinche. En el caso de Gustavo González...

EC – Le aclaro que en nuestro caso no estamos embarcados en ningún bochinche; ...

RC – No, no.

EC – ...estamos dando la información hoy a partir de una serie de confirmaciones....

RC – Me parece correcto.

EC – ...y no forma parte de ninguna campaña contra nadie.

RC – No tengo ninguna duda de eso.

EC – Lo que nos interesa es que la población sepa cómo se manejan estas cosas, cuáles son las definiciones, los criterios de los distintos partidos políticos, y que la gente saque sus conclusiones, compare, le parezca bien o le parezca mal. Yo trataba de ordenar lo que usted decía y, si recojo bien su exposición, lo que usted dice es que un pase en comisión como este no viola ninguna de las normas vigentes...

RC – Ninguna.

EC – ...no hay una obligación de que el funcionario en comisión tenga que estar ocho horas en el despacho del parlamentario al cual está asignado.

RC – Ocho, 10, 12, 15, por lo menos en nuestro caso.

EC – Pero no es obligatorio que el funcionario en comisión trabaje allí, en el despacho, dice usted.

RC – No, la norma no lo dice. Pero quiero también ser muy claro: yo he dicho a título personal, como Ricardo Castromán, que deberíamos revisar la norma y quizá incluir una disposición que aclare a la gente (que es la que en definitiva nos paga el sueldo y se los paga a los funcionarios en comisión) el uso que indicamos a los compañeros, los trabajos que hacen, porque en definitiva no nos asustemos: acá estamos trabajando en política y, si es malo ir a un asentamiento irregular precario, reunirse con la gente, tratar de organizarla para ver si se puede construir una vivienda digna y no vivir peor que animales, no sé qué es lo bueno. Por lo tanto, quizá revisando la norma, quizás acordando políticamente (aunque es muy difícil y en este año electoral mucho más) podríamos mostrar más claridad, más transparencia, dado que –lo he dicho en todos los medios— nosotros, el EP-FA, hablamos permanentemente y sin duda con razones de la transparencia, de la ética, de la honradez y de la cristalinidad. Tampoco estamos vacunados para dejar de ser eso y pasar a ser otro tipo de personas, pero en todo caso sería bueno que la gente tuviera mayor información y viera cómo se hacen las cosas.

EC – Creo que sería conveniente una normativa más clara a propósito de los alcances del pase en comisión.

RC – Sin duda que sí. Los aportes que hacen los compañeros que están en comisión con nosotros nos han servido una cantidad, incluso para incluir temas en la unidad respectiva de cualquiera de las comisiones de nuestra fuerza política en el área programática (eso ayuda a que tenga un crecimiento constante, nos da elementos para rebatir cualquier cosa que se nos quiera decir y además para tratar de aportar por la positiva para sacar al país de la situación en que se encuentra)...

EC – Es correcto, entonces, que Gustavo González dedicaba buena parte del tiempo teóricamente comprendido en el pase en comisión a su militancia en Fucvam.

RC – Sí, sí.

EC – Para eso, dice usted, no hay ningún inconveniente desde el punto de vista legal. Pero con esto que acaba de conocerse, que se encontraba en El Salvador mientras continuaba cobrando su sueldo en el Correo ¿qué pasó?

RC – No pasó nada: el compañero pidió licencia a partir del 30 de enero, como le dije, y el 2 se fue a El Salvador a arreglar sus cosas para ir a radicarse por lo menos por un año. Lo que hizo fue cobrar el mes de diciembre en enero, como le corresponde, cobrará enero y febrero como le corresponde, porque sigue siendo un funcionario del Correo del que sigue dependiendo. Cuando pida la licencia sin goce de sueldo por 12 meses, obviamente se le suspenderá el pago. No creo que los directores del Correo cometan la torpeza de seguir pagándole: sería un acto espurio por parte del Correo, por parte de él si cobrara ese sueldo (cosa que no va a hacer, es un hombre inteligente) y por parte mía, que soy quien solicitó su pase en comisión.

EC - ¿Desde cuándo está en El Salvador?

RC – Se fue en febrero.

EC – Ahora, en este mes de febrero.

RC – Sí, sí; gozando de su licencia anual reglamentaria. Y creo (lo tengo que confirmar) que tiene dos licencias acumuladas porque el año anterior no la solicitó.

EC – Y esto de que permanecería un año, dice usted que se iba a regularizar ¿porque él iba a volver para solicitar una licencia sin goce de sueldo?

RC – Claro. El está en El Salvador y, según se me informó, volverá a mediados de marzo para solicitar la licencia definitiva sin goce de sueldo para radicarse en El Salvador como consultor y asesor en materia de vivienda y en materia social.

EC – Si todo era tan transparente, ¿por qué el PS resolvió disponer el cese de este pase en comisión?

RC – Pero: es tan lógico, tan fácil de entender... ¿Cómo puedo tener a un funcionario que pide licencia sin goce de sueldo en el organismo en el que trabaja, y que se va 12 meses a Centroamérica a enseñar, a dar una mano como consultor; cómo puedo seguir teniéndolo en la plantilla como funcionario pasado en comisión? Estaría violando la ley, estaría cometiendo un acto delictivo. Por lo tanto, está claro como el agua.

EC – Se lo pregunto porque daba la impresión de que la decisión del Comité Ejecutivo del PS era una respuesta a la difusión de este caso.

RC – No, no. Eso fue a raíz de un petitorio mío porque además es lo que corresponde, como le estoy diciendo: ¿cómo vamos a tener a una persona que está en el exterior? No sé si dieron de baja al señor Gil Ribeiro, que está requerido por la Justicia, pero si no lo dieron de baja el responsable de su pase en comisión estaría cometiendo un delito: un hombre requerido por la Justicia que nunca apareció por el Palacio...

Hablando de pastas y ñoquis, hay muchísimo... No soy de los que acostumbra acusar a nadie, quizá esté cometiendo un error. Pero creo que este tema está saldado, ...

EC – ¿Va a sustituir a Gustavo González como funcionario pasado en comisión?

RC – No lo he pensado. Además no lo resolvemos nosotros como se nos antoje: consultamos siempre a la dirección del partido porque trabajamos en forma orgánica y tratamos de tener a los mejores compañeros, a los más responsables, más allá de que a la derecha no le guste las cara o las actitudes desde el punto de vista social de Gustavo González, y que quizá desean ver su cabeza colgada en un palo y pasearla por la plaza pública (esto corre por mi cuenta). No lo hemos pensado; estamos trabajando bien con los funcionarios que tenemos; lamentablemente él se va, está buscando dar una mano en un país como El Salvador, que pasó por momentos muy embromados en su historia, revolución, guerra, todo eso...

Y esta historia, para mí, termina por acá. Hace una semana que estamos en esta máquina; yo nunca rehuyo nada, ni las metidas de pata que pueda cometer. Esta no lo es, pero también digo que no escucho en la prensa las denuncias que yo he hecho sobre los gastos de los directores de Antel (un millón de dólares en viajes en clase ejecutiva), o la recaudación de los ocho nuevos peajes de la megaconcesión en los que el Estado asiste económicamente a la empresa Hernández y González (casi 20 millones de dólares) porque no llegó a la cifra estimada de recaudación, que eran 25 millones, y todos los uruguayitos y las uruguayitas nos metemos la mano en el bolsillo para solventar a esta empresa que tiene en concesión los peajes que están en la megaconcesión.

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón

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