18.12.2005












EL PARTIDO INDEPENDIENTE DE CARA A SU PRIMERA CARRERA ELECTORAL

Mieres apuesta a "tender puentes"
y evitar "la lógica de la polarización"

Diputado Pablo Mieres: Ideológicamente nos identificamos con la experiencia de la Concertación Democrática en Chile y el PSDB de Fernando Henrique Cardoso. Un país dividido a la mitad y con una confrontación creciente, donde el que gane tratará de imponerse al otro, es muy malo para quien acaba de sufrir la mayor crisis de las últimas décadas. El PI en el Parlamento es la garantía de que habrá un actor con capacidad de diálogo para los dos lados.

EN PERSPECTIVA
Jueves 26.02.04, 09.05.


EMILIANO COTELO:
El Partido Independiente (PI) ya está pensando en octubre, porque es la única fuerza política que ya definió su candidato a la Presidencia, por lo que pasará por la elección interna sólo como un trámite.

La semana pasada, tras realizar consultas con dirigentes de todo el país, se acordó que el diputado Pablo Mieres sea quien represente la PI en las próximas elecciones nacionales.

Con el doctor Pablo Mieres vamos a conversar sobre su candidatura y el papel que le cabe a uno de los partidos considerados y llamados “menores” entre los polos actuales del escenario político. ¿qué edad tiene usted?

PABLO MIERES:
44.

EC - Es abogado pero no ejerce, ¿verdad?

PM - Es verdad.

EC - Además es sociólogo y fue decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación Social de la Universidad Católica.

PM - Es cierto.

EC - Es diputado por el PI. Diputado es ¿desde cuándo?

PM - Desde el año 2000: fui electo en las elecciones de 1999, cuando integrábamos el Nuevo Espacio (NE).

EC - Justamente, vamos a empezar por ahí, ubicando al PI en el tablero político uruguayo. Este partido nació cuando un sector del NE se retiró en discrepancia con la decisión del senador Rafael Michelini de comenzar negociaciones con el Encuentro Progresista (EP) para un acuerdo político-electoral.

PM - Exactamente. A mí me gusta decirlo de otro modo: me parece que en realidad lo que políticamente ocurrió fue que los que formamos hoy el PI mantenemos el lugar y el espacio político que históricamente correspondió al NE, ya no sólo al de 1999 sino retrotrayéndonos en el tiempo al NE que nace allá por fines de los 80. Desde entonces ha marcado la presencia de un cuarto partido con representación parlamentaria significativa en el país.

EC - Llegó a haber incluso algún amague de reclamar el lema NE.

PM - Es verdad. Ciertamente valoramos que no era lógico, no era bueno para el país ni para nosotros estar peleando un lema en medio de la catástrofe económica que Uruguay vivía en ese entonces –estoy hablando de 2002 y 2003– y decidimos que lo mejor era cortar por lo sano. Lo que hoy le estamos planteando a la ciudadanía es lo que históricamente el viejo NE les ha planteado a los uruguayos, y como en la cancha se ven los pingos, con otro nombre de todos modos nos sentimos los herederos políticos de ese espacio político.

EC - Desde el punto de vista ideológico, ¿cómo se define el PI?

PM - Somos un partido socialdemócrata. Para que los oyentes puedan tener una idea más clara, un partido que se identifica fuertemente con la experiencia de Chile, de la Concertación Democrática chilena entre democratacristianos y socialistas…

EC - Esa es la referencia.

PM - La otra es Fernando Henrique Cardoso, el Partido Socialdemócrata brasileño. En los hechos cuando Lula asume el gobierno, continúa línea trazada por Cardoso que en definitiva es la que hoy lleva adelante el gobierno del PT, o sea una propuesta de cambio con sensibilidad social, digamos de centroizquierda y con una preocupación muy grande por planteos realistas en materia de política económica, que creo que es lo que lamentablemente nos separa históricamente de la propuesta del EP, es decir la falta de un sentido de la responsabilidad, de los pies sobre la tierra, que separa en el mundo lo que podemos llamar las dos sensibilidades de cambio. Si uno recorre Chile, Brasil o cualquier país del mundo, si uno mira a América del Sur, va a encontrar que hay dos cauces de cambio, uno que es el que expresan Lagos y Cardoso, y otro que es el que expresan Chávez y algunos otros que andan por ahí en la región.

EC - En materia de nombres, los nombres que la gente puede ubicar asociados con el PI; por un lado tenemos sus legisladores: usted mismo, Iván Posada y Ricardo Falero.

PM - Exactamente.

EC - Son tres diputados.

PM - Efectivamente. Iván Posada va a encabezar la lista de Montevideo con la candidatura a la diputación y el diputado Ricardo Falero va a encabezar la lista de Canelones; a su vez va a participar en la contienda electoral el doctor Heber Gatto, que es una figura bien conocida, en el segundo lugar de la lista a Diputados por Montevideo.

EC - ¿Qué pasó con la economista Fanny Trilesynski, que también pertenecía al PI?

PM - Ella optó por retirarse a fines de noviembre del año pasado. Yo lo lamento mucho porque es una persona muy capaz, muy inteligente y con una gran capacidad de comunicación, pero entendió que en este partido no había el espacio suficiente para ella. Nosotros respetamos su decisión y lamentablemente es un capítulo terminado.

EC - ¿Cuál es el papel del PI en el sistema político uruguayo de hoy?

PM - Creo que es un papel imprescindible. Hoy estaba escuchando que ustedes leían las declaraciones del diputado Araújo en Búsqueda…

EC - Sí, unas declaraciones que no pasan desapercibidas (*).

PM - Insólitas, pero creo que muestran el tipo de política polarizada que estamos viviendo. Es un indicador de esta sensación que uno tiene de que Uruguay va a una confrontación poco menos que letal, de vida o muerte, entre dos mitades. Creo que eso es muy malo para el país, pensar que un Uruguay que ha pasado todo lo que ha pasado va a inaugurar en 2005 un gobierno donde una mitad va a pretender gobernar contra la otra. Es tremendo, es una situación realmente muy mala, muy poca cosa positiva se puede esperar de ella.

Entonces es necesario un partido articulador. Nosotros somos un partido pequeño, lo decía usted en la presentación, pequeño pero con representación parlamentaria y que ha tenido una actividad decisiva yo diría en la mayor parte de los temas.

EC - ¿Algún ejemplo de temas en los cuales ustedes entiendan que el PI jugó ese papel del que está hablando?

PM - Durante toda la crisis que Uruguay vivió en el año 2002, el crack financiero y económico, el PI estuvo a la altura de los acontecimientos votando y apoyando cosas. Más allá de no integrar el gobierno siempre dijimos que hay momentos en la vida del país en los cuales estar calculando en función del interés particular del propio partido y retacear el apoyo a la situación dramática que se está viviendo no es correcto. El PI estuvo presente cuando hubo que votar la ley para salir del feriado bancario; por supuesto acompañamos la ley que se votó a fines del año 2002 para poner en marcha lo que terminó siendo el Nuevo Banco Comercial. Hemos participado activamente en materia de políticas sociales impulsando la forma del régimen de Asignaciones Familiares, hasta que finalmente el último día del año pasado se votó una ley que por lo menos habilita al Poder Ejecutivo a una cosa que hemos demandado desde hace muchos años: que los menores en situación de pobreza todos, independientemente de la situación laboral de sus padres, puedan cobrar la Asignación Familiar. Eso finalmente se convirtió en ley, aunque tiene una cláusula que lo hace depender de la disponibilidad de recursos, cosa que nos molestó bastante, pero es un avance.

Hemos estado tanto en el plano de la situación económico-financiera como en el plano social, tan preocupante para nosotros... Tenemos una pobreza duplicada: los niveles de pobreza que vivíamos en 1998 hoy son el doble, lo que significa un desafío tremendo en materia de imaginación y creatividad para crear nuevas políticas sociales. En todas esas cosas hemos estado permanentemente protagonizando, y ni hablar en lo que han sido los procesos de investigación parlamentaria en los que me ha tocado participar a mí personalmente; en iniciativas que tienen que ver con la transparencia, como el proyecto de ley que presentó el diputado Iván Posada sobre la modificación del alcance del secreto bancario, es decir la necesidad de reformar al sistema financiero después de que el que teníamos demostró que tenía los pies de barro y que evidentemente debe ser sustituido por otro mucho más realista, mucho más transparente y con controles mucho más profundos.

EC - Usted dice que el PI se concibe a sí mismo como un articulador.

PM - Sin ninguna duda, y creo que es indispensable que haya un articulador.

EC - Pero ese pasado nuevoespacista del PI, ¿no lo ubica un poco más cerca de la izquierda que de los partidos tradicionales?

PM - El NE históricamente jugó el rol de articulador. Si uno mira el período 1990-1994, en la época en que el liderazgo era ejercido por el doctor Batalla, o el período 1995-1999, sin ninguna duda el NE fue siempre un partido de articulación, de búsqueda de entendimientos. La reforma de la seguridad social, que se aprobó allá por 1995, no hubiera sido posible sin el NE de aquel entonces; la reforma constitucional que se votó en el plebiscito de 1996, la que nos rige actualmente, fue posible sólo por los votos del aquel NE. Es decir que históricamente la función de articulación, de cumplir un rol de tender puentes, de búsqueda de entendimientos, de ampliar los acuerdos, de evitar la lógica de la polarización que es tan empobrecedora, ha sido un papel que hemos cumplido y que el PI piensa seguir cumpliendo; claro, para ello va a requerir, y ese es el sentido del planteo electoral, el apoyo para ampliar su bancada parlamentaria para tener una incidencia mayor donde se definen los cinco años de gobierno. Yo sé que a los uruguayos les gusta…

EC - Antes de eso: no terminó de contestar mi pregunta a propósito de si no había, justamente por el pasado vinculado al NE, una mayor proximidad con la izquierda.

PM - Somos un partido que se puede ubicar como de centroizquierda. Eso es notorio; tenemos afinidades claras con el senador Astori, por ejemplo; es más, sentimos que mientras las coincidencias entre Astori y nosotros son permanentes, no es así la situación del propio Astori con el resto del Frente.

EC - ¿Por qué agrega eso?

PM - Porque los hechos lo demuestran.

EC - ¿Qué está queriendo decir, que no entiende a Astori dentro del Frente Amplio (FA)?

PM - No, no; yo lo respeto mucho y además le tengo mucho aprecio, tenemos una muy buena razón personal; él tiene sus razones para estar en el Frente, que respeto. Lo que digo es que Uruguay lamentablemente vive desde hace décadas un drama político que creo que las personas que se sienten de centroizquierda o con una propuesta de cambio con los pies sobre la tierra sufren, que es la imposibilidad de que dirigentes muy significativos de los tres partidos grandes coincidan entre sí y por el contrario terminan votando cada uno en su casillero y cooperando con el triunfo de opciones que no son precisamente las de ellos.

Pero esa es una historia vieja, que arrancó allá por 1971 (esa es mi opinión mirando la historia pasada), cuando Wilson Ferreira en 1971 termina votando junto con Aguerrondo, mientras Juan Pablo Terra y Zelmar Michelini votan con [Rodney] Arismendi y con [Enrique] Erro. ¿Qué hubiera pasado en Uruguay si Wilson, Zelmar Michelini y Juan Pablo Terra hubieran votado juntos? Es un drama histórico, viejo, que lamentablemente en este 2004 no vamos a revertir. Sin embargo el PI pretende ser un testimonio de ese espacio político, un planteo de que necesitamos que este espacio siga existiendo para convertirse en el futuro en una opción mucho más fuerte y con posibilidades reales de acceso directo al gobierno.

***

EC - Usted enfatizaba que el PI se concibe como un partido articulador, y agregaba que en esta instancia electoral del año 2004 lo que pretenden es aumentar la bancada parlamentaria, no están soñando con la Presidencia de la República.

PM - Sería tomar por tonta a la ciudadanía plantearle que necesitamos el voto para ganar la Presidencia. Por cierto sí quiero decir que nos sentimos –tengo que decirlo porque es así– con los técnicos, con las propuestas, con la preparación suficiente para asumir los compromisos que sean, pero la realidad es la realidad y hoy en día este partido fundado hace dos años lo que pretende fortalecerse en el Parlamento y, para eso, demostrar que ha tenido una trayectoria que lo avala, que da garantía al ciudadano de que ese voto se convierte en un voto útil en el sentido parlamentario del término.

EC – A eso iba: entendido todo lo que usted acaba de decir, la pregunta siguiente puede ser si hay espacio real para el PI en una elección tan particular como va a ser esta de octubre de 2004, en un escenario en el que el EP cuenta con posibilidades de ganar incluso en la primera vuelta, y en el que el Partido Colorado (PC) y el Partido Nacional (PN) aparecen preocupados por evitar que Vázquez llegue al 50 por ciento en octubre y funcionando a todo vapor, captando votos para ubicarse uno de ellos segundo, de modo de poder disputar un eventual balotaje. En una carrera así diseñada, así planteada, ¿con qué argumentos van a tratar ustedes de captar votos?

PM - Creo que hay dos partes en esta pregunta: con qué argumentos vamos a captar votos y por otro lado si tenemos posibilidades de captarlos. Le diría que no dejo de registrar que habrá una enorme polarización, pero la polarización en materia electoral no es nueva: si usted recuerda el año 1994, los tres partidos grandes terminaron con un punto y medio de diferencia entre ellos: 32-31-30. Más polarización, más ejercicio del “voto útil” que en esa instancia que fue un final cabeza a cabeza entre tres… Sin embargo sobrevivió –y yo diría con mucha fuerza– un cuarto espacio político, en aquel entonces el NE, con alrededor de un 5 por ciento del electorado de apoyo. O sea que hay un sector de la ciudadanía que no se deja llevar por lo que podemos llamar ese espíritu lúdico del voto a ganador y que evalúa en función de sus valoraciones de qué es lo mejor para el país.

Yo creo –aquí la respuesta a la segunda parte de la pregunta– que hoy apostar a un partido que tenga la capacidad de tender puentes, de lograr moderar sea cual sea el polo que gane… Repito: el escenario de un país dividido a la mitad y con una confrontación creciente donde el que gana va a tratar de imponerle al otro su concepción y sus políticas, con dificultades de diálogo, es un escenario muy malo para un país que acaba de sufrir la crisis mayor de las últimas décadas de su historia. Entonces la presencia del PI para muchos ciudadanos es una garantía, es la garantía de que va a haber un actor en el sistema político con capacidad de diálogo para los dos lados. Eso va a despertar el apoyo y la adhesión de un sector de la ciudadanía que no puedo cuantificar hoy pero que ciertamente no dudo de que va a ser significativo.

Por otro lado está el tema de lo nuevo y lo viejo. Los tres partidos grandes –vamos a ver qué pasa en junio– en principio vienen repitiendo a los viejos conocidos de siempre, en definitiva más allá de los nombres es muy probable que la ecuación de poder en esos partidos siga reposando en la misma gente. Creo que hay un cierto agotamiento; que hay una época que nace con la salida de la dictadura en 1985 y que de alguna manera se desploma con el cierre de los bancos en 2002 que también afecta a liderazgos y referencias políticas; y cuando me refiero a ellas no me refiero sólo a las que ejercieron el gobierno, también a los que les tocó el papel de principales referentes de la oposición en estos años. Creo que la gente busca cosas nuevas, opciones independientes, como dice el propio nombre de nuestro partido; entonces entre por un lado el rol articulador, la necesidad de que alguien –como se dice vulgarmente– baje la pelota y por otro lado la búsqueda de lo nuevo, de lo distinto, de algo que traiga un poco oxígeno a la política uruguaya, creo que el espacio del PI es grande.

EC - Eso pensando en octubre; ¿y pensando en junio, en las elecciones internas? Ustedes ya han definido al candidato presidencial, entonces ¿cuál es el incentivo para que se los vote el 27 de junio? De todos modos tienen que pasar por la instancia de la elección interna.

PM - Vamos a pasar…

EC - Tienen que pasar por razones legales y constitucionales.

PM - Exactamente.

EC - Si no, no pueden presentarse en octubre.

PM - Exactamente.

EC - Tienen que elegir la convención, justamente, en esa instancia. ¿Van a tener competencia interna para la convención o no, o tampoco eso?

PM - En principio no; por supuesto que existen espacios políticos en el partido para hacerlo, pero el objetivo, lo que nos hemos planteado políticamente es que el partido haga una carrera de fondo mirando a octubre. Es decir que tenemos ocho meses por delante, en el transcurso de los cuales el 27 de junio es un episodio formal en el que el partido tiene que marcar sus votos. Por supuesto que vamos a pedirle el voto a la gente, pero no vamos a hacer una campaña electoral de cara a las internas que signifique gastar energía y recursos cuando en realidad sabemos que el futuro del partido se juega sustancialmente en las elecciones de octubre.

Vamos a arrancar ahora, a fines de marzo tendremos el acto de lanzamiento de campaña, y vamos a hacer un trabajo sostenido, permanente, participando por supuesto con iniciativas y propuestas en el debate político, pero sabiendo que los votos que existan en junio no son relevantes para nosotros, sean muchos o sean pocos.

EC - ¿Cómo se saldó una discusión que tuvieron dentro del PI, porque el ex diputado Gabriel Barandiarán llegó a proponer un nombre como el del ex director de Aduanas Víctor Lissidini para la candidatura a la Presidencia?

PM - El contador Barandiarán no planteó nada formalmente en el partido. El episodio Lissidini tiene la particularidad de que nunca se transformó en una propuesta concreta: fue un rumor de prensa levantado en varias oportunidades en distintos medios, lo que nos llevó a la necesidad de aclarar la situación porque el propio Lissidini ha dicho que él no ha planteado nunca nada con respecto al PI. Supongo que el contador Barandiarán habrá tenido algunas exploraciones con el doctor Lissidini, pero no llegaron a transformarse en una iniciativa concreta.

EC - ¿Entonces Lissidini ni siquiera está vinculado al PI?

PM - Nunca tuvo una conversación política con ningún dirigente del partido; quizás con el ex diputado Barandiarán sí, pero no con ningún dirigente del partido, ni pidió la afiliación. Él mismo lo ha dicho con claridad.

EC - De modo que el 27 de junio en el PI hay un candidato único a la Presidencia de la República y una lista única a la convención.

PM - En principio es así; por supuesto, pueden existir compañeros que pretendan presentar su propia lista a las convenciones departamentales o a la convención nacional, pero es difícil que sea así justamente por el tamaño del partido, porque todos tenemos claro lo que nos jugamos en esta elección y por lo tanto vamos a maximizar toda nuestra energía hacia fuera, no en competencias internas que en algunos partidos grandes son productivas porque generan mayor energía, pero que tenemos la impresión de que en los partidos pequeños son desgastantes y terminan generando pérdida de acumulación. Esa es la concepción que tenemos en esta circunstancia.

EC - Para el final de este diálogo, desde el punto de vista programático, usted decía que se preparan para hacer propuestas. Hemos estado viendo los documentos del PI, ustedes van a manejar cinco grandes temas: reactivación productiva, reforma tributaria, reforma del sistema financiero, políticas sociales y finalmente una preocupación por los jóvenes: “que no se vayan”.

Por el lado de la reactivación productiva ustedes dicen: “Nos negamos a que haya un proyecto productivo basado en una sola palanca, el agro”. ¿Cómo es esto?

PM - Uruguay ha vivido una época realmente trágica para todos los sectores productivos, y hoy en día afortunadamente estamos viviendo un proceso favorable, particularmente en el sector agropecuario. Creo que hay que aprovecharlo, es parte de lo que podemos llamar el mix de opciones de desarrollo que Uruguay tiene que alentar, pero no puede caer en el espejismo de un retorno al viejo país agroexportador.

EC - ¿Usted dice que ese es un riesgo hoy?

PM - Es una posibilidad. En la medida que el país está pasando por los momentos tan graves que ha pasado, aferrarse a lo primero que surja y cerrar ahí todas sus baterías. Por ejemplo, el sector agropecuario hoy por lejos tiene la desgravación impositiva históricamente más importante de décadas, eso significa una apuesta. Ahí está un poco el punto: los gobiernos que se han sucedido en los últimos años han carecido, desde nuestro punto de vista, de un rol orientador. No estoy hablando de intervencionismo ni de participación decisiva ni mucho menos, pero me parece que le ha faltado al país una orientación más clara por parte de los actores de gobierno en cuanto a cuáles pueden ser las áreas, los sectores, los dínamos del desarrollo productivo. El sector agropecuario es indispensable, hay que pensar muy bien qué sectores de la agroindustria deben ser reactivados –por supuesto algunos están felizmente funcionando– y cosas como el turismo, que ha sido en este período finalmente un retorno a la senda de crecimiento, es una apuesta de largo aliento, importante, como el sector informático, del software.

No creo en un país que reposa sobre una sola forma de atraer inversiones y capitales, ni me parecía buena la enorme prevalencia del sector financiero que vivimos durante mucho tiempo. Muy poco de la cantidad de dinero que los uruguayos tenían depositado en los bancos se destinaba a las inversiones productivas, y tenemos que lograr que esos recursos se apliquen en un sentido directamente productivo. En ese sentido de vislumbran cambios de posición en muchos sectores que afortunadamente están repensando y revisando posiciones anteriores.

EC - Paso de ese punto, que es el primero de los que ustedes presentan en materia programática, al último, el de los jóvenes: “Discutir cómo hacemos para que los jóvenes sientan que vale la pena quedarse”. Dicen además que van a hacer de este un tema central de la campaña del PI; ¿con qué tipo de iniciativas?

PM - El primer dato fundamental es que no hay un espíritu demagógico, sino al contrario, un espíritu de sobrevivencia. Hace pocos días salió en El País una página entera donde se hablaba del drama demográfico de Uruguay. En Uruguay nace cada vez menos gente, cada vez se vive más años –afortunadamente, por los avances tecnológicos y por su accesibilidad– y al mismo tiempo hemos sufrido un nuevo pico emigratorio tremendo, como el de los años 70.

En esas condiciones, con jóvenes que están mirando en su mayoría hacia fuera, el país se vuelve inviable, insustentable, no va a poder sostenerse a sí mismo. Y no estoy exagerando ni dramatizando, es una situación muy mala, muy preocupante, y por lo tanto tenemos que dedicar atención a las políticas hacia la juventud, lo que significa poner el énfasis en dos áreas fundamentales, la educación y el trabajo. Una de las claves, lo hemos notado y los estudios que se han hecho desde la Anep lo confirman, hay una deserción creciente en las edades difíciles, es decir en torno a los 12, 13 años hay un salto al vacío de muchos jóvenes que dejan de estar integrados al sistema educativo o que lo van arrastrando cada vez con más desidia hasta que terminan abandonándolo. O recuperamos el interés de los jóvenes y la posibilidad de que puedan completar un ciclo educativo, o la situación se vuelve cada vez más insostenible.

Y por otro lado el empleo. Tenemos que discutir profundamente el tema del empleo juvenil, la ley de empleo juvenil no ha sido exitosa, no ha habido impacto positivo de ninguna índole, no bastan ciertos incentivos en materia de contratación de jóvenes, tenemos que pensar otras cosas. También hay que pensar en el otro extremo de la escala demográfica, hay que pensar en retiros parciales, en retiros anticipados, hay que buscar caminos para que realmente los jóvenes sientan… Creo que hay que buscar un cambio cultural porque no es sólo un problema de oportunidades objetivas económicas para que los jóvenes quieran quedarse, también hay un tema que tiene que ver con que Uruguay se convierta en un lugar habitable, lindo y querible para los jóvenes, y eso tiene que ver con una transformación cultural, con un país más dinámico, más abierto, más dispuesto a la innovación y el cambio, y en ese sentido que reconozca a los jóvenes como actores principales y no como molestos, como gente que está por entrar en la vida activa, que en definitiva está en el cuarto de espera.

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(*) Entrevistado por Búsqueda, el diputado del Partido Nacional por Rivera, Fernando Araújo (Herrerismo) afirmó que “El Frente Amplio ‘está haciendo una tarea de saneamiento’ de los partidos tradicionales porque ‘se está llevando’ a los dirigentes de esas colectividades políticas que son ‘la cascarria’, el ‘material de desecho’, la ‘resaca’ y ‘el mugraje’.

“El parlamentario blanco dijo que la izquierda está ‘ayudando’ al Partido Nacional y al Partido Colorado al sumar a esos dirigentes y opinó que no advierte que ‘si no gana’ las próximas elecciones nacionales ‘se va a quedar con todo eso y no va a saber qué hacer’.

"‘Los dirigentes que se pasan son personas que estuvieron mamando en los partidos Blanco y Colorado, que mamaron hasta que pensaron que la ubre se secó y que por eso resolvieron irse. Piensan que en la izquierda está la ubre llena’, agregó”.


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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
Foto: Archivo de Espectador.com

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