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MNR rompió alianza con Reconstrucción Nacional
Sergio Abreu: El Movimiento Nacional de Rocha tiene una forma peculiar de relacionarse políticamente, que quiere prevalecer en materia de cargos y de posiciones. La negociación y los contactos que hemos tenido con otros candidatos presidenciales no son para acordar posiciones en las listas, sino para analizar posibles propuestas.
EN PERSPECTIVA
Miércoles 03.03.04, 07.55.
EMILIANO COTELO:
Naufragó abruptamente ayer la alianza electoral pactada entre el Movimiento Nacional de Rocha (MNR) y el grupo Reconstrucción Nacional, liderado por el ex ministro Sergio Abreu, reveló el propio senador Carlos Julio Pereyra.
Según Pereyra, Abreu desconoció el acuerdo alcanzado en junio del año pasado al negociar, por su lado, un acuerdo personal con el líder de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga. Así lo expresaba ayer al servicio informativo de El Espectador.
(Grabación)
CARLOS JULIO PEREYRA:
“(…) en la circunstancia de que ya por algún lado se empezaba a hacer contactos con otros candidatos presidenciales, que indicaban que de alguna manera el doctor Abreu no había –como lo muestran las encuestas– crecido suficientemente y buscaba acuerdo que nosotros entendemos que una vez celebrado con nosotros no se podía hacer a título personal. En fin, no son cosas muy agradables de comentar, pero le digo que lo real es que ayer el Comité Nacional nuestro decidió dejar en suspenso el acuerdo”.
(Fin de la grabación)
Vamos a dialogar ahora con el doctor Abreu. ¿Qué pasó con el MNR?
SERGIO ABREU:
Nada, es el producto de dos estilos de hacer política, de vieja data. El MNR es un viejo movimiento con mucha tradición, de hace muchos años, que tiene una forma peculiar de relacionarse políticamente que nosotros hemos administrado con paciencia, pero además con satisfacción, porque la verdad es que siempre hemos tenido un buen contacto. Lo que sucede a veces es que ese estilo quiere prevalecer en materia de cargos y de posiciones, y nosotros queremos trabajar sobre relacionamientos que hagan a una visión de partido político. Una candidatura no es un proyecto personal: es una visión, un instrumento para poder ir creciendo en entendimientos que van más allá de posiciones: en equipos, en valores, en propuestas, en conductas. No es que esos temas estén en contra de la visión del MNR, es que la vieja visión del MNR es el viejo estilo de hacer política.
EC - ¿A qué se refiere?
SA - Al estilo de solicitar cargos o establecer negociaciones como si las negociaciones fueran todas sobre la base de posiciones. Y eso no es así.
EC - Concretamente, ¿se le estaba solicitando a usted determinadas posiciones? ¿Dónde?
SA - Obviamente, son posiciones que se van sosteniendo y solicitando en función de lo que se piensa que es una negociación, y la negociación y los contactos que hemos tenido con los otros candidatos presidenciales son simplemente de ver cómo se analiza las posibilidades de alguna propuesta: la propuesta que hizo el doctor Larrañaga, en cuyo lanzamiento estuvimos el otro día, el ajuste político del doctor Lacalle, nosotros hicimos una propuesta en el Directorio del Partido Nacional (PN). Todo esto supone un acercamiento de los distintos alineamientos del partido, no en función de posiciones, sino en función de que un partido político es algo más que sus dirigentes. Esa visión que nosotros tenemos a veces es contraria a lo que se piensa que es una negociación de esta naturaleza.
EC - Pereyra señala que no fue consultado para esos contactos que usted ha venido desarrollando.
SA – Pero todos los días tenemos esos contactos, no son simplemente sentarnos en una mesa; yo puedo hablar, por ejemplo, de política energética, y no tengo que estar pidiendo permiso para hablar de estos temas; o hablamos de los desarrollos sectoriales con los productivos, o vemos qué coincidencias tenemos sobre algunos temas. Las conversaciones políticas son todos los días, con todos los dirigentes, en forma permanente; yo no le estoy pidiendo a ningún dirigente, y mucho menos al senador Pereyra, que me diga con quién se reúne todos los días.
Es un tema que está en el viejo estilo y lamentablemente se interpreta en función de eso, nada más. Nosotros seguimos conversando, porque este es un partido político, el Nacional, que hoy tiene otro estilo, otra forma de relacionarse. En 1999 los candidatos no se hablaban: había que ir en ómnibus separados, y la interna era una serie de acusaciones recíprocas para ver quién prevalecía sobre el otro descalificándolo. Hoy hay otro estilo, otra forma, que es la que me gusta a mí.
EC - Y en esa “otra forma”, en ese “otro estilo” de diálogo, ¿usted ha estado avanzando, efectivamente, con Larrañaga?
SA - He conversado con el doctor Lacalle también, he conversado con el doctor Larrañaga; cuando converso no converso sobre cómo acordamos…
EC - Pereyra dice que usted estaba negociando la incorporación a una lista de senadores, concretamente aludiendo a Larrañaga.
SA - Ni incorporación, ni lista de senadores. Cuando uno conversa estos temas conversa primero sobre la base de las ideas y las propuestas. Yo no me voy a sentar con ningún candidato presidencial que tenga una idea diferente de la que tengo sobre determinados temas. Por ejemplo: el financiamiento de los partidos políticos; yo le pido que en una de las tertulias se discuta por qué no se legisla sobre el financiamiento privado de los partidos políticos.
EC - Ya lo hemos discutido. Es un tema pendiente, largamente pendiente.
SA - Para mí es mucho más importante qué coincidencias tengo con el doctor Lacalle y el doctor Larrañaga en estos temas que ver en qué posición puede ir Fulano o Mengano, que pueda ir yo u otro Fulano en la lista de ellos o ellos en nuestra lista. Porque tampoco es aquello de que estamos bajando y subiendo, el diálogo político uruguayo siempre es: “Se bajó Fulano, se bajó Mengano”, o “Logró tal acuerdo”.
EC - ¿Pero no estaba corriendo la posibilidad de un tercer polo?
SA - Estaba.
EC - O sea, de que además de la candidatura de Lacalle y de la de Larrañaga, hubiera un grupo fuerte que nucleara a candidatos de los otros sectores que están hoy presentados en la interna.
SA - No estaba corriendo: está corriendo, porque los contactos existen y siguen. Además al tercer polo de alguna manera lo estamos representando nosotros con este esfuerzo. Pero este esfuerzo significa ir creciendo sobre una forma distinta de relacionarnos.
EC - ¿Usted dice, entonces, que la idea del tercer polo no está vencida ...
SA - ¡¿No, cómo va a estar vencida?!
EC - ...que las conversaciones con Larrañaga no eran para ya acordar con él y dejar sin efecto su precandidatura presidencial?
SA - Las conversaciones con Larrañaga, como las conversaciones con el doctor Lacalle –porque hablamos con los dos– son sobre cómo nosotros nos paramos frente a una estrategia electoral y cómo el partido se moderniza en su propuesta. Tenemos al Encuentro Progresista, que tiene posibilidades de ganar la elección, que dice que el programa es secreto, no lo tiene, y ya está repartiendo los cargos… Vamos a buscar que en el PN hoy, que tiene un buen relacionamiento entre todos, podamos discutir y conversar, y no que cada vez que se conversa sea una alianza con un reparto de cargos. Las posiciones y las distintas formas de expresar los movimientos en los acuerdos es la derivación de las propuestas y las ideas en las que se coincide, pero establecer primero los cargos y las posiciones para después ver en qué estamos de acuerdo.
Ese es el problema: nosotros queremos cambiar de estilo en el relacionamiento, y a veces no se entiende. Y yo respeto mucho que no se entienda, pero no es el estilo con el que me gusta trabajar, entonces parecería que una conversación con el doctor Larrañaga, con el doctor Lacalle, incluso con gente de fuera del partido; yo converso con varios dirigentes de todos los partidos políticos, hablé con el doctor Tabaré Vázquez personalmente, por el proyecto de financiamiento de los partidos políticos; me dijo que sí, hablé con el senador Nin Novoa; hablé con gente del Partido Colorado. Si no tenemos esa condición de estar dialogando y cada vez que se dialoga parece que estamos repartiendo cargos, vivimos atados a un viejo esquema político.
EC - En síntesis: su candidatura presidencial dentro del PN sigue vigente…
SA - Mi candidatura no se ha menguado para nada, yo diría que se ha potenciado cuando por lo menos hago prevalecer la forma y el estilo de hacer las cosas.
EC - Y la posibilidad del tercer polo, ¿con quiénes es viable hoy?
SA - Con la gente.
EC – No; digo ¿con cuál de los otros candidatos blancos?
SA - Yo les he hecho las propuestas a todos, les he abierto la posibilidad de trabajar en este tema.
EC - Porque lo que se buscaba con la idea del tercer polo era, entre otras cosas, simplificar la oferta, achicar la oferta de candidatos que tiene el PN.
SA - Exacto; es más, no sólo simplificar, yo siempre he sostenido que hay que simplificar la oferta, y usted recordará que en mi discurso inicial en junio de 2003 hablé de la necesidad de que el partido se simplificara en columnas para poder tener una oferta aceptable y una diversidad en una unidad que respetara las posiciones de los compañeros.
EC - Pero, por ejemplo, desde el pique nada más Gallinal dijo no al tercer polo.
SA - Me parece muy bien; es un problema de Gallinal.
EC - ¿Cuál de los candidatos podría sumarse a ese tercer polo?
SA - ¿Sabe qué pasa? Que en general los candidatos no hacen a la suma, sino que es la gente la que hace a la suma. Mañana voy a Cerro Largo a inaugurar, con gente joven de todos los sectores (y mire que está viniendo gente de todos los partidos, se está incorporando porque por suerte no tiene ese casamiento excesivamente tradicional), voy a Florida, a Rocha; en cada uno de estos departamentos se va incorporando gente que quiere hacer las cosas en forma diferente. Si uno queda atado a lo que puede ser una encuesta o a las encuestas contradictorias ...porque uno busca la encuesta en la que le va bien: unas dan el 1 y otras el 15, unas dicen que Lacalle va arriba y otras dicen que Larrañaga va arriba, entonces alguien se equivoca. Como el tema es así, yo respeto a la gente y voy y converso con la gente y hago este estilo de relacionamiento, hablo con Lacalle, hablo con Larrañaga, les digo: “Señores, vamos a trabajar en esto”. Porque esto es un partido, y un partido político es una mano tendida, no es un puño crispado; un partido político es un instrumento de diálogo con la gente, no un juego de poder y reparto de cargos entre cuatro o cinco dirigentes para después decir que el menú ya está servido.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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