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REBAJA DE IMPUESTOS Y DE TARIFAS PÚBLICAS PARA SOLVENTAR LA REACTIVACIÓN Y GENERAR "EMPLEO, NO SÓLO ASALARIADO"
Lacalle ofrece “experiencia, conocimiento y equipo”
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Para el precandidato presidencial del Herrerismo, "el gobierno actual ha producido una desilusión y una herida muy grande a la credibilidad y al concepto de “los colorados saben gobernar”. Además de los factores externos, en lo que se podía hacer aquí faltaron ritmo, sentido de la urgencia, audacia, al revés de todo lo que esperábamos. De nuestras propuestas recibieron un 10 por ciento, y de ellas el 8 por ciento se demoraron. Eso va a pesar sobre las candidaturas coloradas.
EN PERSPECTIVA
Lunes 15.03.04, 08.54.
EMILIANO COTELO:
El sábado pasado el doctor Luis Alberto Lacalle lanzó oficialmente su campaña electoral para este año 2004. En un Palacio Peñarol colmado de público, la asamblea del Herrerismo proclamó formalmente a Lacalle como su postulante para las internas de junio, tras lo cual el ex presidente realizó su primer discurso como candidato y avanzó con algunas de sus propuestas.
Vamos a conversar a propósito de cómo se posiciona Lacalle, de cuáles son sus principales iniciativas, por lo menos en estos primeros días de debates, en la entrevista que ahora iniciamos. Todo parece indicar que el Partido Nacional (PN) es el único partido que va a definir su candidato presidencial el 27 de junio.
LUIS ALBERTO LACALLE:
Efectivamente, una vez establecidas las supremacías indudables de Stirling y Vázquez, parecería que el PN será donde se cumpla cabalmente este sistema tan democrático y tan bueno de que no sea una candidatura surgida de entre cuatro paredes sino que la gente tenga la oportunidad de elegirla.
EC - Y parecería que lo que habrá en junio será una competencia muy disputada entre usted y el senador Jorge Larrañaga.
LAL - Sí, con gran gusto; Jorge Larrañaga esa una joven figura con mucho futuro, hay muy buen clima entre todos nosotros, hablamos periódicamente para comentar las cosas, sin perjuicio de la competencia, por supuesto. Pero creemos que se puede competir sin pelear, y como el PN va a ser el abanderado del resto del país en el enfrentamiento final con el Frente Amplio (FA), tiene que trasmitir esa confianza, esa sensación de certidumbre a todo el electorado.
EC - Acaba de decir unas cuantas cosas que dan para varias preguntas. Vamos por partes. Usted habló de “competir sin pelear”; están muy ocupados los dirigentes nacionalistas, sobre todo los precandidatos presidenciales en el entorno del debate, ¿no?
LAL – Claro: esa es la obra del Directorio, cuatro años de tratar de que esto fuera verdad y se ha hecho verdad: una concordia, un respeto mutuo, no incurrir en magnificar las diferencias sino tratar de buscar los puntos en común.
EC - Es la lección aprendida hace cinco años.
LAL - En 1999; el 16 de abril va a haber un acto único en la historia del partido, en la plaza Matriz, frente a la casa del partido, van a estar los tres candidatos todos juntos convocando a los nacionalistas de Montevideo para hacer un compromiso de concordia y ayuda mutua inmediata la propia noche del 27 de junio.
EC - ¿Cómo caracteriza el debate, cómo van a ser los discursos para poder diferenciarse unos de otros?
LAL - Yo le voy a contar lo que creo que voy a decir; no puedo predecir lo que va a decir el doctor Larrañaga, él tendrá su propia visión. Antes que nada digamos: ¿qué es lo que está en juego? Cierta gente cree que el doctor Jorge Larrañaga sería mejor presidente de la República que Luis Alberto Lacalle y otros dicen que Luis Alberto Lacalle está más preparado para ejercer la Presidencia. Eso es la interna, no es un juego de te gano, me gano, me ganás, te gano o empatamos, nada más que por el afán de una victoria; tiene una trascendencia, es todo un partido detrás de una de estas dos personas.
Nosotros creemos –yo no voy a hablar del candidato, para eso va a tener que traer a algún otro invitado– que hay una experiencia gubernativa, que hay un conocimiento nacional e internacional regional que pesa; hay un equipo de gobierno muy parecido al del Real de Madrid, que tiene un equipo en la cancha y otro tan bueno en el banco, el Instituto Manuel Oribe tiene 120, 130 personas, todas aptas para ocupar los principales cargos técnicos del gobierno; creemos que hay una experiencia conocida y verdadera: un desempleo del 6 por ciento, un sistema jubilatorio que pagaba mejor y más en tiempo, obras que se ven, que se palpan... Es decir: creo que pesa mucho la anterior administración nacionalista.
EC - Está bien, usted ya marcó algunas de las líneas a partir de las cuales promocionará su candidatura en comparación con la del doctor Larrañaga. Pero el escenario de este año es muy particular…
LAL - Todos los escenarios son distintos; por suerte no hay calcomanías.
EC - Sí, pero este año tiene un dato muy fuerte arriba de la mesa: que el Encuentro Progresista - Frente Amplio (EP-FA) está más cerca que nunca de ganar el gobierno.
LAL - Por supuesto.
EC - En las encuestas la izquierda aparece con más del 50 por ciento de intención de voto, o sea que podría llegar a ganar en primera vuelta, sin necesidad de balotaje, podría a ser presidente Vázquez con mayoría propia en el Parlamento.
LAL - Si así lo decide la gente, será el resultado de una democracia, ¿no es cierto?
EC - Paralelamente el PN figura segundo, pero lejos, con 18 por ciento según Factum, y el Partido Colorado (PC) tercero con 14 por ciento, también si me remito a Factum. Entonces en este escenario más amplio, no ya el de la interna del PN…
LAL - Hablamos de la interna porque es lo primero.
EC - Claro; ¿por qué los blancos deberían elegirlo a usted y no a Larrañaga como el candidato de su partido? ¿Por qué Lacalle es el candidato que eventualmente le permitirá al PN desbancar a Vázquez de ese liderazgo en la intención de voto? ¿O por qué con Lacalle el PN llegaría segundo, efectivamente, y podría competir por el balotaje?
LAL - En parte acabamos de decirlo, no voy a reiterarlo, pero además surgirá de la campaña. Si usted toma todos los augurios de campaña de las últimas elecciones desde la dictadura para acá, verá que en el mes de marzo no se parecían en nada al que después fue el resultado o muy poco. Entonces primero eso: lo que hoy se está estimando en la opinión es una cosa y normalmente de aquí a la elección de junio y más a la de octubre, hay mucha cosa por hacer.
Frente a la vaguedad del Frente nosotros vamos a hacer propuestas concretas; frente a la incertidumbre la certidumbre; y queremos colocar en el centro de la campaña el tema trabajo, pero no entendido solamente como el trabajo remunerado en subordinación, cuando yo me refiero al trabajo me refiero a la actividad económica en su totalidad, empresa y sus trabajadores, sus obreros, sus funcionarios, y el capital que le permite funcionar. Creo que no hay idea más muerta en la historia que la idea de la lucha de clases, aunque en nuestro país haya quien la preconice todavía, la competencia de clases –si es que las clases existen, tenemos que entrar en sociología– hacía que yéndole mejor a uno le fuera mejor al otro, y en nuestro país la preocupación máxima de la gente, lejos, duplicando a la segunda opción, es el trabajo, quiero que haya empleo, que haya oportunidades, quiero que haya posibilidad de vender para mi empresa y a lo mejor tomo un trabajador más; ese es el centro de la campaña. No hay mejor obra social que el salario, está bien la solidaridad, pero la mejor solidaridad es que la gente se gane el salario y no tenga que recurrir a los organismos sociales del Estado. Hay más recaudación del BPS, más recaudación de la Impositiva y podemos hacer el pacto fiscal, es decir creemos que la reactivación económica y cómo ponerla en marcha en serio, no con el “se promoverá tal cosa, se patrocinará tal cosa, se fomentará…”, no, esos verbos están prohibidos, hay que ir a cosas concretas.
EC - Enseguida vamos a hablar con más profundidad de este tipo de iniciativas que usted ha lanzado este fin de semana, pero permítame volver sobre el punto de la pregunta anterior desde otro ángulo. Yo le preguntaba por qué los blancos deberían votarlo a usted y no a Larrañaga; en filas del PC, por ejemplo, he escuchado esta preocupación: si gana Lacalle la interna del PN en octubre se producirá fuga de votos nacionalistas hacia el Frente; o sea que ese vuelco hacia Vázquez de votantes de Larrañaga que no van a estar dispuestos a acompañarlo a usted podría desencadenar el triunfo del EP en primera vuelta en la medida que esto es una posibilidad –el Frente está cerca del 50 por ciento o por encima–, con ese vuelco de votos larrañaguistas Vázquez liquidaría el pleito en la primera vuelta. ¿Qué dice usted?
LAL - ¿Por qué no la otra hipótesis?
EC - ¿A ver?
LAL - Que haya colorados que crean que Lacalle es más confiable para ganarle a Vázquez y desde la interna o en octubre voten masivamente por Luis Alberto Lacalle. Usted me trae la teoría en contra, yo le traigo la otra. Como esto no va a ser dilucidado por usted ni por mí, sino por la gente, nunca sabremos de dónde vino el voto, porque en las internas se vota por listas, no se dice: “Yo soy colorado o frentista votando en el PN o colorado o blanco votando en el Frente”. Van a ser especulaciones estadísticas que le van a dar a usted para hablar en las audiciones, traer técnicos, etcétera. Esto es un sistema abierto y democrático, el PN o quienes se sientan parte de él van a decidir quién es el candidato.
EC - ¿Pero tiene prevista la fuga de votos nacionalistas en caso de que usted sea el candidato designado en el PN?
LAL - Yo no tengo prevista nada más que la muerte y espero que demore un poco todavía mientras Dios no lo disponga.
EC - ¿Ha razonado sobre ese punto y por lo tanto necesita efectivamente que vayan votos colorados a respaldarlo?
LAL - Creo que el PN va a votar unido y fuerte, sea cual sea el resultado. Creo en los propósitos de mis compañeros de partido, del doctor Larrañaga, del doctor Abreu, de la doctora Maeso, de todos, el PN es la gran opción. Y es verdad, porque es el PN –no el Partido Blanco– pocas veces ha ejercido el gobierno –lamentablemente para Uruguay–, pero en el año 1958, ante un desastre de gobierno, votaron miles, centenares de miles de ciudadanos que no eran blancos por el PN; en 1989 me consta, sé que muchos votaron por mí sin ser pertenecer al PN; y creo que cuando en las apuradas hay que hacer cosas el país le reconoce al PN la capacidad de hacerlas y de enfrentar las crisis. Por eso creo que va ser el instrumento preferido por mucha gente que no tiene por qué ser blanca, estar detrás de Aparicio Saravia, ni enarbolar el nombre de Herrera para votar al PN, no al Partido Blanco.
***
EC - Antes de ingresar al tema de las propuestas, había quedado colgada una pregunta; usted decía que era perfectamente probable que en octubre, si usted era el candidato del PN, votantes colorados lo acompañaran. ¿Por qué para esa gente sería usted la opción y no Stirling?
LAL - Yo no estoy diciendo que no sea Stirling, simplemente digo que la lectura que yo hago de la opinión pública, de lo que estoy oyendo, de lo que estoy viendo como compromiso, incluso de los dirigentes, me hace pensar eso; me puedo equivocar. Es lo que yo palpo, y no en vano uno está desde hace tiempo en estas cosas; entonces no es en desmedro de la figura del escribano Stirling, amigo y político destacado; simplemente creo que hay una tendencia en ese sentido, pero esto no va en desmedro del, hasta el día de hoy, vecino de la radio.
EC - No avanzó mucho más en cuanto a por qué.
LAL - Porque yo creo que el PN esta vez es el vehículo preferido. El gobierno actual del doctor Batlle les ha producido una herida muy grande a la credibilidad y a algo que era casi automático en nuestro país: “Los colorados saben gobernar”. Claro: con 93 años de gimnasia había una especie de equivalencia: colorado = gobierno; como decía Wilson, “Partido Colorado es el otro nombre que se le da al gobierno”, con aquella gracia que tenía Wilson, a quien hoy tenemos que recordar porque es aniversario de su muerte. Eso ha fracasado, es una desilusión.
EC - ¿Para usted el gobierno de Batlle es un fracaso?
LAL - Es una desilusión y un fracaso, más allá de descontarle las cosas que pasaron fuera, porque en lo que había de latitud para hacer cosas, sí, realmente es una desilusión: falta de ritmo, falta de sentido de la urgencia, falta de audacia, al revés de todo lo que creíamos que iba a ser. Eso va a pesar sobre las candidaturas coloradas.
EC - Usted fue socio del presidente Batlle en el primer tiempo de esta administración.
LAL - Claro que sí, no está diciendo ninguna cosa que la gente no sepa.
EC - No, por eso: ¿no se siente responsable de ese fracaso?
LAL - No, porque si yo le hiciera un cómputo de las propuestas nuestras le diría que fue recibido un 10 por ciento, dentro del cual el 8 por ciento se demoró en tomar; perfectamente puedo ofrecerle una descripción de las ideas, de las fechas, tengo los memorandos de cuándo se entregaron, cuándo se conversaron y cuándo se propusieron.
EC - Usted dijo el jueves en el semanario Búsqueda que se ubica en el extremo centro del espectro político.
LAL - ¿No le gustó la expresión?
EC - La verdad es que nunca la había escuchado.
LAL - Pero vio que capta, son esos titulares que a veces uno trata de generar. Me lo dijo una persona a la que quiero mucho: “Nosotros estamos en el extremo –y cuando dice ‘extremo’ uno piensa: ‘¿Qué barbaridad va a decir éste?’–… centro, que es una tontería.
EC - ¿Y qué significa eso?
LAL - Es la respuesta a esa pregunta a veces tan banal: “¿Usted es de derecha o de izquierda?”, o “¿Es más de izquierda o más de derecha?”. Yo siempre pregunto: los problemas ¿son de derecha o de izquierda?, la desocupación, ¿es de izquierda o de derecha, la inflación ¿es de izquierda o de derecha? No, por supuesto, como decía Den Xao Ping, que el gato sea blanco o negro no es la cosa, sino que coma a los ratones. Yo digo: las soluciones ¿son de derecha o de izquierda? Para mí tampoco; por ejemplo…
EC - ¿Qué es extremo centro entonces?
LAL - No es nada, es una manera de decir, cuando dicen extrema derecha, extrema izquierda, yo digo: “No, yo estoy en el extremo centro”, es como decir: “No digas macanas”.
EC - Está bien. Usted refería recién las categorizaciones izquierda y derecha, pero hay otras que se le suelen aplicar, para mucha gente usted es un liberal o un neoliberal directamente.
LAL - Sí, es una palabrota a esta altura, más o menos, decir “hijo de neoliberal” debe ser…
EC - Para una parte de la población puede ser una palabrota, pero para otra no.
LAL - Es una lástima, porque son los esquemas conservadores mentales que se han ido imponiendo.
EC - ¿Qué dice usted de ese sayo?
LAL - Yo digo que soy blanco, como decía Wilson.
EC - ¿No se lo pone?
LAL - A mí no me vengan con izquierda y derecha, yo soy liberal. ¿En qué sentido? Libertad política, por ella luché mucho más que muchos de los que andan ahora por ahí –bomba de los tupamaros, lucha contra la dictadura–, puedo dar testimonio de que luché contra la dictadura y por la libertad; libertad económica también, que es el complemento de la libertad política. Pero haber hecho una obra social sin precedentes, haber hecho el Pris, haber hecho duplicar el presupuesto de la salud, haber hecho hospitales nuevos como nunca, haber puesto ambulancias, haber hecho lo que se hizo en el gobierno del PN, ¿es de izquierda o de derecha, es liberal o es socialista? Los pobres que andan con esas herramientas de lenguaje tan pobres se quedan sin asunto porque uno los desconcierta, uno hace una política económica sana, como se hizo durante el gobierno del PN, con superávit, y al mismo tiempo una inversión social sin precedentes en número, cantidad y calidad. Entonces quedan sin asunto porque o uno es liberal para todo o es socialista para todo.
Por eso yo digo: yo soy blanco nacionalista, cuando tengo que agarrar un destornillador es porque hay que destornillar, cuando agarro un martillo es porque hay que martillar; creo que el Estado tiene que avanzar en muchas cosas, tiene que avanzar en el medio ambiente, tiene que avanzar en la educación pública que se está deteriorando, tiene que avanzar en seguridad y defensa cambiando su rol, tiene que haber más policías en las comisarías, tiene que volver a haber comisarías y no distritos en Montevideo –este invento nuevo que ha habido–. Estado fuerte, ¿dónde?: donde yo lo quiero y usted también: en lo esencial.
EC - Y cuando habla de revisar el estatismo, ¿a qué se refiere?
LAL - Yo distingo Estado de estatismo. Estado es la función esencial en la que todos estamos de acuerdo, de cualquier tonalidad –salvo los anarquistas que no quieren Estado, salvo Zabalza, que quiere la revolución–. Estatismo es cuando el Estado está metido en lo que no debería estar, en el monopolio y las tarifas más caras de Antel, en el monopolio de refinación de combustibles que hace que el gasoil valga cuatro o cinco pesos más; en el estatismo no debería estar, y nosotros no estamos planteando la desaparición de las empresas públicas, ni su privatización, simplemente desmonopolizar y gestionar mejor porque creo que importando combustible y con gasoil a cuatro o cinco pesos menos todos nos beneficiamos. No hay un solo argumento válido en contra de esto.
EC - Esa –usted ya lo anunció– será una de las primeras medidas que tomaría estando en el gobierno.
LAL - Esa y la del IRP, en marzo y en abril del año que viene, y me disculpa la certidumbre, creo que hay que darla.
***
EC - En su discurso del sábado usted dijo que el principal problema que el país enfrenta hoy es la falta de trabajo.
LAL - Sí, señor, y creo que hicimos una descripción del alcance del concepto, no es solamente el trabajo en relación de dependencia, sino la actividad, en tanto cuanto empresas unipersonales, empresas medianas, chicas y grandes son las que generan empleo, entonces en ese entendido la palabra trabajo.
EC - Puso el foco en ese asunto como la prioridad de su campaña, ¿no?: “El tema central de esta campaña electoral será cómo reactivar al país para que mediante la inversión se genere actividad económica y por lo tanto empleo”, dijo, palabra más, palabra menos.
LAL - Y a su vez mejor recaudación y mejora del BPS, porque la generación y el aumento del producto, es decir más bienes y servicios, son posibles. Fíjese que la logística –ahora tengo que ir a una conferencia sobre logística– se ha basado en la ley de puertos, que fue uno de los grandes éxitos del gobierno del PN, haber abierto la actividad portuaria. En este momento se venden 250 millones de dólares de servicios portuarios, que es casi todo mano de obra porque es todo servicios, además mano de obra calificada. ¿Sabe cuánto se estima que puede ser para el año 2010, es decir mañana en términos históricos (estaremos usted y yo, si Dios no dispone lo contrario, sanos y buenos en ese momento)? 1.000 millones. La gente dice: ¿de dónde va a salir el trabajo? De seguir ciertas clases de políticas, la política portuaria y de servicios; la certidumbre, la certeza para la inversión en ese tema puede traer no sé cuántos miles de empleos, pero si cuadruplica, puede cuadruplicar. Entonces que no se me diga que no hay oportunidades, por eso el trabajo entendido como actividad del capital y de sus empleados juntos, sin lucha de clases, sin querer destruirse, socios en la prosperidad, es la respuesta. ¿La única? No, pero la principal.
EC - ¿Cuáles son las medidas? o ¿qué tipo de políticas se propone implementar usted para fomentar el empleo, justamente?
LAL - Usted habrá visto que en el discurso nosotros decimos que hay posibilidad de generar cuando hay reglas de juego conocidas y mantenidas; cuando haya políticas monetarias claras –nosotros somos partidarios de la libre flotación y de manejar la variable de emisión solamente, que me parece la mejor manera de que la gente sepa lo que va a pasar, cuánto dinero se está imprimiendo respecto de cuánta riqueza hay. Cuando el sistema impositivo funcione de manera tal que más gente pague menos –por eso el pacto fiscal, del cual quizás tengamos tiempo de hablar. Cuando se puedan cobrar las cuentas, cuando un cheque sea un cheque y no un papel que se lleva el viento; cuando los depositantes estén seguros; cuando el contrabando no destruya al que trabaja legalmente; cuando la energía... Lo de las tarifas públicas del doctor Vázquez, que dice que las va a congelar, me parece una típica expresión de la izquierda conservadora: ¿cómo vamos a congelar las tarifas? Hay que desarmar y rearmar al sistema tarifario, como propusimos el año pasado, para que tenga un costo mejor y premie al gran consumidor cuando gasta más. Cuando el sistema educativo prepare para el mundo del trabajo actual; cuando la demanda doméstica mejore –por eso lo del IRP; por eso lo de los cuatro pesos menos del gasoil, que va a ser dinero en plaza. Hay una serie de circunstancias que enmarcan… También lo del Servicio Exterior, ojo que una de nuestras principales propuestas es que no haya más Ministerio de Relaciones Exteriores, punto…
EC - …sino que haya, ¿qué?
LAL - Ministerio de Relaciones Exteriores y Comercio Exterior…
EC - Ajá…
LAL - …eliminando 14 oficinas que están dedicadas a lo mismo. Vamos a aprender de las cosas buenas: Chile tiene una sola y no le va mal en exportaciones; nosotros tenemos una red de 45 embajadas y unos cuantos consulados que tienen que ser agencias de ventas. Por supuesto que hay embajadas políticas –como las de Washington, Bruselas, Buenos Aires y Brasilia–, pero la principal función es vender. Son aproximaciones a una solución; no hay una sola solución, en la medida que uno avanza en la vida se da cuenta de que no existe “la” solución.
EC - A propósito de algunos de los puntos que ya mencionó vale la pena ir un poco más a fondo. Por ejemplo, habló de eliminar el IRP, “para que aumenten salarios y jubilaciones y se reactive el mercado interno”.
LAL - Sí, señor.
EC - Pero estamos hablando de un impuesto que usted mismo creó.
LAL – No; no es así.
EC - ¿A ver…?
LAL - Se equivoca usted; vaya a sus archivos, se creó en el año 1980 y… antes del gobierno democrático, así que no es así.
EC - ¿Pero existía en 1990?
LAL - Existía en la época militar.
EC - Ah.
LAL - Existía durante el gobierno del doctor Sanguinetti y durante nuestro gobierno, así que vaya usted a sus libros y no repita algo que alguien repitió, seguramente con mala intención.
EC - Pero lo que sí ocurrió fue que durante el gobierno del doctor Lacalle aumentó.
LAL - Ahora me refregó la sal en la herida y el programa va a durar bastante más.
EC – No; vamos a aclarar este punto.
LAL - No, no; primero que nada: informarse bien.
Segundo, el gobierno del PN elevó grandemente el impuesto a los sueldos para pagar la reforma jubilatoria porque había que pagarles a los jubilados como se les pagó, en fecha, durante cinco años, los mejores aumentos que tuvieron en su historia.
Tercero, durante el gobierno del PN, al año, empezó a bajar, así que vea cómo hay que tener una información cabal, subió mucho en el mes de mayo cuando el gran ajuste fiscal para poder pagar –había que pagar un aumento, un salto de no sé cuántos millones de dólares, y se pagó en fecha siempre–, luego empezó a bajar y en este gobierno subió. Y ahora bajó el 1º de enero y va a volver a bajar el 1º de mayo porque el PN así lo ha acordado con el gobierno. Esa es la verdadera historia del IRP.
EC - Está bien, valía la pena hacer la precisión; de todos modos es un hecho que, para buena parte de la población, el IRP está asociado a su gobierno. Por eso valía la pregunta, más allá de que ya existía antes.
LAL - Qué lástima que usted también lo asoció, porque le van a creer más a usted que a mí; pero bueno, así es la cosa.
EC - No, usted ya hizo las aclaraciones del caso, el impuesto ya existía, pero tuvo un salto grande cuando se instaló el gobierno Lacalle.
LAL - Y ahora con Batlle, y expliqué para qué. Yo no rehuyo lo que es verdad, lo que no quiero es que prospere la mentira.
EC - Y aquí acaba de quedar aclarado ese punto.
LAL - Perfecto.
EC - ¿Cómo hace para eliminar el IRP?
LAL - Se decreta la baja del IRP el 28-29 de abril; primero, gran parte de ese dinero se recicla inmediatamente a través del IVA y del Imesi, o sea que estimamos que un 25 por ciento no es pérdida de recaudación, y que la posibilidad del puente financiero, como se recauda por mes, se puede perfectamente prever con mejora de la recaudación del contrabando y de la evasión, quizás se pueda duplicar lo que se recibe de IRP. Hay que saber adónde ir y ser muy duro e implacable en esta materia.
EC - ¿Así va a ocurrir, efectivamente?
LAL - Así va a ocurrir.
EC - Usted acaba de decir que el 28 o el 29 de abril se elimina el IRP.
LAL - Sí, señor.
EC - Descontando, entonces, que va a tener éxito la mejora de la recaudación por esas otras vías que citó.
LAL - Sí, señor. Porque si usted divide… vamos a suponer que el IRP diera 120 millones para que la cuenta sea fácil, da 10 por mes; yo necesito 10 para el primer mes, quizás 5 o 6 para el segundo y sucesivamente la reactivación traída por la rebaja del combustible –que va a producir un aumento de consumo– va a producir más Imesi, más la eliminación quizás de algún gasto superfluo que hay y estamos identificando, puede perfectamente financiar. Pero además la reactivación económica va a provocar, sobre todo en el comercio, un aumento de empleo, un aumento de aportes, va a haber más aportes al BPS. La economía es un todo, yo no estoy haciendo una apuesta demagógica –nunca he hecho– ni irreal, tengo fundamentos jurídicos y económicos para hacerlo y creo que se puede hacer.
EC - A propósito de otro de los anuncios que usted formulaba hace un rato, vayamos de nuevo hacia atrás en el tiempo y hablemos de su período de gobierno. Usted habló de una política de una política cambiaria de flotación, y claro: ahí están los mensajes de los oyentes recordando lo que ocurrió durante su período de gobierno con el atraso cambiario.
LAL - Efectivamente.
EC - ¿Qué dice usted de aquella época…?
LAL - Que no es la misma.
EC - …no sé, ¿qué autocrítica, qué análisis hace hacia atrás para plantear ahora esto otro?
LAL - El plan económico del PN era conocido en el año 1989 por todo el que lo quisiera leer; lo que faltó fueron los votos para la reforma de las empresas públicas y de la seguridad social; si hubiéramos podido bajar la presión tributaria el atraso cambiario no hubiera ejercido ningún efecto. Tenía tres apoyos, tuvo uno solo, y entonces fue más débil. Reconozco que no se cumplió todo, pero no por falta nuestra: la reforma de la seguridad social fue cuatro veces votada negativamente en el Parlamento, y la ley de empresas públicas fue votada en contra masivamente por la gente, inducida por el FA y el Foro Batllista.
EC - El sábado pasado usted habló de un pacto fiscal, propone a la población un pacto fiscal. ¿De qué se trata?
LAL - Yo lo veo así: estamos recaudando por IVA –que es el centro del tema– 100 pesos –ponga la cifra que quiera–; entonces digo: “Compatriotas, estamos recaudando 100 pesos y no queremos recaudar más, pero queremos que esos 100 pesos se distribuyan mejor”. Entonces el gobierno, en prueba de buena voluntad, a fin del año 2005, más o menos, baja a 22 el IVA y si sigo aumentando la recaudación bajo en proporción a lo que vaya aumentando. Un punto de IVA vale 50 millones de dólares, por decir una cifra, entonces estoy seguro de que con una función inspectiva que no vaya al que paga siempre sino a buscar al que no paga, facilitándole la entrada pero siendo muy duro con él si no entra, y alentando a la gente, en un pacto fiscal con la gente, diciéndole: “Señora, pida la boleta porque si mejoramos este mes, capaz que el mes que viene en vez de 22 por ciento de IVA tenemos 20”.
EC - Ha habido más de un intento por convencer a la gente de que pida la boleta pero esa costumbre no termina de consolidarse.
LAL - No, pero hubo gobiernos que tuvieron superávit, como el nuestro, y para encontrar otro gobierno con superávit hay que irse muy lejos para atrás.
EC - ¿Cuánto estima que baja el IVA durante los primeros años?
LAL - No puedo estimarlo porque no estoy hablando de IVA único, porque los que hablan de 15 o 18 de IVA dicen que entonces hay que subirlo de 0 a 18. Yo creo que tiene que haber dos tasas, o tres, como hay ahora: 0, 14 y 23. Creo que a lo que se puede razonable, inteligente y responsablemente comprometer uno es a una rebaja de las tasas; yo me comprometo hasta donde creo que puedo llegar porque no vendo buzones, la utopía es el veneno de la democracia. Digo hasta dónde puedo y quiero cumplir lo que cumplí la vez pasada; mi discurso del 1º de marzo de 1990 terminaba diciendo: “Espero que dentro de 60 meses venga aquí un ciudadano al cual podamos entregarle un país mejor que el que encontramos”. Y cumplimos. Esa es la gran promesa y compromiso: dejar en el año 2010 un país mejor que el de hoy.
EC - Usted no habla de impuesto a la renta.
LAL - Creo que primero hay que hacer estos ajustes al sistema impositivo. ¿Quiénes se escapan del impuesto a la renta hoy? Los honorarios profesionales; porque están gravadas las rentas agropecuarias, las industriales y las comerciales; entonces quizás convendría pensar en eso. Pero primero reactivación, porque con reactivación usted puede decir: muchachos, la cosa está andando mejor, ahora tenemos que hacer algún ajuste, algún apriete.
***
EC - Hemos entrado apenas en los primeros capítulos de los anuncios que usted hizo el sábado pasado; en otras áreas todavía no aportó detalles. Por ejemplo, habló de proyectos para el desarrollo en el marco de la descentralización.
LAL - Sí, 20 proyectos.
EC - Pero no los informó.
LAL - No, porque es una lista muy larga y era un discurso frente a 7.000 u 8.000 personas. Además esta no es la propuesta, la propuesta va a estar después de semana santa y va a tener tres documentos: el primero con las medidas de urgencia a las que aludíamos; el segundo que va a ser el programa propiamente dicho, con la filosofía en materia educativa, etcétera; y el tercero, pero no menos importante, van a ser 20 o 25 proyectos concretos en tal lado, en tal lado, en tal lado, para que las gente los vea como posibles en su lugar, como gran factor de descentralización.
EC - Tendremos para seguir conversando con usted y otros dirigentes del Herrerismo en los próximos días.
LAL - Sí, y para algún oyente que pregunta si alguna vez me equivoqué: sí, me he equivocado muchas veces, por supuesto.
EC - Hay muchas preguntas que en todo caso después le traslado porque no han llegado a ingresar en este diálogo.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
Fotos: Caterina Notargiovanni
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