A 20 años de la liberación de Seregni

El 19 de marzo de 1984 pronunciaba un célebre discurso desde el balcón de su casa, ante la multitud que esperaba día y noche su salida de la cárcel. Hoy recibe un homenaje en el Paraninfo de la Universidad.



EN PERSPECTIVA
Viernes 19.03.04, 07.41.

EMILIANO COTELO:
En este espacio en el que iniciamos cada día el tratamiento de las noticias del día, hoy vamos a estar haciendo memoria; ubicándose en esta misma fecha 20 años atrás.

Porque entonces hacía varios días que se esperaba la liberación del general retirado Líber Seregni, preso casi ininterrumpidamente desde el 9 de julio de 1973, y un numeroso grupo de personas rodeaba su domicilio noche y día. Finalmente, su salida de Cárcel Central se produjo a las 17.45 del lunes 19 de marzo de 1984.

Acompañado por sus familiares, Seregni se trasladó a su departamento de Bulevar Artigas casi Bulevar España, frente a la Facultad de Arquitectura.

(Audio, ovación)

La noticia corrió como un reguero de pólvora, y una multitud se fue congregando ante el edificio para volver a ver y saludar al entonces líder del Frente Amplio.

(Audio: la multitud corea “Liberar, liberar a los presos por luchar”)

Caía la noche cuando Seregni salió al balcón de su casa. Habló primero a viva voz, y luego ayudado por un megáfono, en una imagen que también pasó a la Historia.

(Audio: la multitud corea “¡Que hable, que hable!”)

LIBER SEREGNI:
Quiero decirles dos o tres palabras. Primero, mi tremenda emoción, mi reconocimiento y mi cariño para ustedes.

(Aplausos)

(Continúa hablando con el megáfono)

Bueno: con esta ayuda creo que voy a poder hacerme entender mejor.

(Se escucha un grito: “Dale, viejo”, seguido de risas y aplausos.)

Sólo quiero decirles esto, han pasado diez largos años. Salgo con la conciencia tan tranquila como entré.

(Cerrado aplauso)

Salgo más firme, salgo más convencido de nuestros ideales; salgo más decidido que nunca a entregar...

(Aplausos)

...dentro del marco jurídico en el que me encuentro y dentro del límite de mis posibilidades, hasta el último átomo de mis energías al servicio de nuestro pueblo.

(Aplausos y gritos: “El pueblo unido jamás será vencido”, “Seregni, amigo, el pueblo está contigo”)

No es momento compañeros, no es momento compañeros de discursos. Es momento de expresar una tremenda alegría, pero es momento de pensar el camino que tenemos que transitar hacia delante. La patria marcha a la reconquista de la democracia.

(“¡Bien!”, aplausos)

En ese camino estamos.

(Aplausos)

Todos nuestros esfuerzos para facilitar esa marcha y para alcanzar la libertad y el total ejercicio de la democracia.

(Aplausos)

Por eso, compañeros, pedía recién a ustedes ni una sola palabra negativa, ni una sola consigna negativa.

(“¡Bien!”, aplausos)

Fuimos, somos y seremos una fuerza constructora. Obreros de la construcción de la patria del futuro que soñamos.

(Aplausos)

Sólo quiero repetirles ahora mi tremenda emoción de este momento. Mentiría si nos les dijera que en estos largos años cuántas veces soñé con el momento de ser reintegrado a la libertad que me había sido sustraída.

(Aplausos)

Pero una cosa es soñarlo y otra cosa es vivirlo, compañeros, como lo estoy viviendo en este momento, en que los siento a ustedes... (Los aplausos hacen inaudible el final de la frase)

Sólo quiero decirles, una y mil veces: muchas, muchas gracias compañeros por estar acá.

(Aplausos y gritos: “Seregni amigo el pueblo está contigo”)

Les quiero hacer un pedido, les quiero hacer un pedido.

(Desde la multitud se pide silencio. Alguien, cerca del micrófono, indica “La bandera al revés”.)

Antes de que ustedes se retiren...

(“¡Nooo ...!”)

... quiero ... quiero decirles una cosa: la gran preocupación de este momento, para poder transitar efectivamente los caminos hacia la recuperación de la democracia, es la pacificación de los espíritus, la pacificación nacional.

Nos sentimos con una necesidad. No hay democracia si no hay paz.

(Aplausos)

Y la pacificación que lleve al reencuentro de los orientales tiene que reconocer necesariamente la más amplia de las amnistías; ...

(Aplausos)

... la libertad de los presos políticos, el retorno de los exiliados, ...

(Aplausos)

... la desproscripción de hombres y partidos ...

(Aplausos; “Liberar, liberar a los presos por luchar”)

... una auténtica democracia.

(La multitud sigue coreando)

Sólo les pido a ustedes una demostración cabal de que el pueblo se ordena a sí mismo, que nuestro pueblo siempre se ha ordenado a sí mismo, vayan ahora para sus casas. Les pido a ustedes, que de la forma más pacífica y más tranquila, cada quien retorne a su hogar.

Hoy es un día que espero inicie el camino en que todos los que están detrás de rejas, por motivos ideológicos y por motivos políticos puedan seguir, en el más breve plazo puedan abrirse las puertas y estar todos en la libertad.

(Aplausos y gritos: “Liberar, liberar a los presos por luchar”.)

Y no más compañeros, no más... Comprendan estoy, no cansado, estoy profundamente emocionado.

(Aplausos)

Muchas gracias otra vez, muchas gracias. (entre aplausos y gritos).

***

Y efectivamente la gente se retiró, como Seregni lo había solicitado, pacíficamente, sin ningún tipo de incidentes como se temía que podían ocurrir, desde que todavía se estaba en dictadura y no se conocía cómo actuarían las fuerzas policiales ante una concentración de esas dimensiones y de ese significado.

Era ya la noche del 19 de marzo de 1984.

***

Al cumplirse 20 años de aquella fecha, tendrá lugar hoy a las 18.30 en el Paraninfo de la Universidad de la República el homenaje que le organizan distintas personalidades a partir de la iniciativa de un grupo de estudiantes universitarios de los años 80. La convocatoria se ha venido difundiendo y recibiendo adhesiones a través de un sitio web. Se anuncia que en el acto será difundido un video relativo a aquella jornada, y en el cual Seregni dará su último discurso en la vida pública uruguaya.

Obviamente, En Perspectiva intentó conversar con él esta mañana pero el general Seregni ha resuelto no conceder entrevistas y limitarse a su discurso de esta noche.

***

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Edición: Jorge García Ramón

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