18.12.2005














Venezuela 3, Uruguay 0

Director de 13a0, Ricardo Piñeyrúa: Terminó el noviazgo de Carrasco con la selección, y el de ésta con el público. Carrasco trajo una ilusión perdida, un sistema de juego atractivo, pero su personalidad pudo más.


EN PERSPECTIVA
Jueves 01.04.04, 07.17.


EMILIANO COTELO:
Había terminado el partido anoche, había ganado Venezuela por 3 a 0, no se sabía todavía si el director técnico, Juan Ramón Carrasco, participaría de la conferencia de prensa, y la primera autoridad del fútbol uruguayo que enfrentó a los periodistas fue el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Eugenio Figueredo.

El diálogo fue tenso.

(Grabación)


***


No era evidente que Juan Ramón Carrasco fuera a comparecer a la conferencia de prensa, pero lo hizo.

(Grabación)


***


EC – Director de 13a0, profesor Ricardo Piñeyrúa, ¿Para ti tiene que irse Carrasco?


RICARDO PIÑEYRÚA:
Pienso que debería. Creo que no lo va a hacer, pero me da la sensación de que en estas horas mucha gente en la AUF vaya a debatirlo.


EC – Te escuchaba anoche en el propio estadio, porque estaba en la tribuna mirando el partido...


RP – Qué suerte (Risas)


EC - ...una experiencia maravillosa, y seguía la transmisión de 13 a 0. Creo que fue después del tercer gol de Venezuela cuando, con mucha tranquilidad, dijiste que para ti la era Carrasco se había terminado.


RP – Lo digo con muchísimo dolor porque tenía mucha expectativa en lo que el podría lograr. Vino a hacer una propuesta de un fútbol mucho más agresivo, más ofensivo, que en algunos pasajes nos llegó a deleitar; con muy buenos partidos no sólo en las eliminatorias sino en una etapa previa de preparación. Pero da la sensación de que se le fue absolutamente todo de las manos.

Por mi experiencia, en el sentido de la historia que he visto en el fútbol, tengo la sensación de que en determinados momentos los equipos se encierran, no tienen salida, y la mayor parte de las veces la única salida es el cambio del técnico. Mucho más en una selección en la cual el tiempo de trabajo prácticamente no existe, donde las relaciones comienzan a deteriorarse, y me da la sensación (quienes fueron al estadio lo vivieron) de que ayer se terminó además el noviazgo entre Carrasco y el público, y el noviazgo entre la selección y el público. Algo que había resurgido con muchísimo trabajo, ayer se terminó porque no sólo se fue abucheado, no sólo gritaban “Ole” cuando la tocaban los venezolanos...


EC – Al terminar el partido, el equipo venezolano fue aplaudido.


RP – Exactamente, y a la salida del Estadio hubo problemas no muy graves pero que muestran un estado de ánimo. Porque además el público de la selección no es el de Nacional o el de Peñarol, que si pierde cualquier partido va a la puerta del vestuario a gritarle al técnico que se vaya y, si lo ganan, va a besarlo y a pedirle que se quede. Cuando el público de la selección fue a la puerta a gritarle a Carrasco que se fuera, es porque se acabó; no hay reconciliación.

Y creo que sí: no sé si va a pasar, pero sería muy sano para la selección un paso al costado de Carrasco y empezar una etapa nueva.


EC – Decías que Carrasco había logrado generar nuevamente una ilusión, porque veníamos de años de selecciones que no iban para atrás ni para adelante, y que lo único que producían en la hinchada era sufrimiento. Con Carrasco apareció un horizonte distinto, la posibilidad de un equipo ofensivo, que jugara “lindo”, y que ganara. Pero eso se vino desdibujando ya en los últimos meses, y ayer fue como la gota que colmó el vaso.


RP – Claro. Se empezó a dar un proceso con algunos puntos muy complejos, casi todos ellos motivados por sus propias actitudes que por el fútbol, aunque tuvieron repercusión en él. Los seis cambios contra Paraguay, que lo llevaron a sufrir una derrota muy fuerte; aquella historia de Chevantón que rengueaba aunque el médico había dicho que estaba pronto para jugar, y a quien no puso contra Brasil pero cuando entró ayudó a dar vuelta el partido; lo que pasó en el pre Olímpico, con aquel equipo que armó en forma bastante caprichosa, casi sin defensa, y que tuvo una pésima actuación; los problemas con los jugadores a quienes dejó solos y trató mal, que no fue a las conferencias de prensa...

Fueron acumulándose elementos que tiraron lo que había sido al principio la imagen de Carrasco, y creo que también el fútbol. Pienso y pienso, porque no puedo encontrar una sola explicación. Nunca hay una explicación sola para nada, pero en particular para el partido de ayer, ¿qué pudo pasar para que alguien que hace cuatro, cinco meses atrás, hizo un segundo tiempo notable contra Brasil, o un buen partido con Chile, o un buen partido contra Bolivia, pudiese jugar tan, tan pero tan mal?


EC – Lo de ayer fue francamente desastroso. La selección no anduvo nunca, en ningún momento del partido, ni siquiera en el comienzo.


RP - La selección empezó por fracasar en lo que primero que hasta ese momento había hecho muy bien, que era presionar al rival en el área contraria; ir a sacarle la pelota. Vimos en los partidos anteriores que Chevantón, Forlán, Hornos, Recoba, el que fuera, sacaban la pelota a los defensas y generaban situaciones de gol. Ayer llevamos una planilla para resumir el partido, y veíamos que en el primer tiempo los delanteros de Uruguay no recuperaron ninguna pelota. A partir de ahí, el resto empezó a fallar; la mitad de la cancha tampoco podía con los venezolanos, era sólo el Pato Sosa para jugar contra cuatro que jugaban bien y ordenadamente. Y las pocas chances de gol creadas se erraron: el equipo fracasó en todas las partes, desde el punto de vista individual y colectivo.

Yo creo que esas cosas no pasan solas. No creo que “Bueno, fue una mala noche de...”. Creo que Carrasco habló en la conferencia de prensa de “una mala performance”. Sí, no cabe duda que es la peor derrota histórica del fútbol uruguayo por lo menos en el Centenario por eliminatorias. Se la podría calificar de vergonzosa... hablando en términos futbolísticos, claro.

Esto quiere decir que hay algo que no está bien, y que no es sólo un problema de la elección de los jugadores...


EC – Tú comentabas anoche, casi sobre el final de la transmisión, palabras más o menos: “Algo se quebró en esta selección”. ¿A qué aludías, qué tenías en la cabeza entonces?


RP – La sensación de que Carrasco trabajó muy bien, trabaja muy bien en el sentido de que tiene una concepción del fútbol y trata de aplicarla de la mejor manera posible, con muchas horas de trabajo incluso, con planificación de jugadas... Pero que a su vez tiene una mala relación con los jugadores desde la distancia. Simplemente cuando uno mira los partidos se va dando cuenta de que a la larga a los jugadores les tiene que llegar la cara de burla cuando un jugador erra un gol... Ayer miraba en el televisor que tenemos en la cabina algunos primeros planos y, en un par de jugadas... Cuando entró Pandiani, tuvo una primera chance bastante cercana a un gol y tiró muy mal, Carrasco se dio vuelta en un gesto de “Así no se puede, ¿no?”.

Tengo la sensación de que ese tipo de cosas han ido mellando el espíritu de los jugadores y la convicción con que empezaron a jugar con Carrasco. Como que todo lo que pasó en el pre Olímpico, lo del técnico que se iba al terminar el partido, que no iba al vestuario cuando se perdía, que no iba a las conferencias de prensa... todas esas cosas les llegan a los jugadores; viven en el mismo mundo que nosotros y es más: varios jugadores uruguayos que andan por el mundo están suscriptos a Espectador.com para escuchar los partidos, saben qué pasa aquí y cómo se están dando las cosas. Y creo que eso fue, en principio, lo que se quebró: la pérdida de confianza en el técnico, porque en el fútbol es muy importante que el técnico trabaje pero también respalde al jugador, que es en última instancia el que está más expuesto cuando está en la cancha. Aunque creo que, ayer, por más que en algún momento silbó a los jugadores, la gente fue bastante clara en diferenciar que la rabia no era con ellos sino con Carrasco.


EC – Efectivamente, la bronca estaba completamente. ¿Viste qué contestó Carrasco en la conferencia de prensa, cuando le preguntaron hasta por los insultos que recibió en gran cantidad? “Bueno, eso lo que quiere decir es que los hinchas son como yo. Son espontáneos, directos...”


RP – Lo que me pareció primero que nada fue que este Carrasco de ayer no tiene nada que ver con el de otras conferencias de prensa: aquel Carrasco agresivo, que respondía con preguntas... Un periodista le preguntó por qué no traía a Pablo García y él le contestó todos los jugadores podían jugar, que llegado el momento... En otra conferencia anterior le hubiera contestado “Si te gusta tanto llevalo para tu casa”, o “Si querés te lo presento”, como ha contestado. Ayer fue de una mansedumbre que soportó todo lo que se le preguntó, estaba realmente muy caído.

Y creo que se busca excusas. Algunos jugadores, cuando les preguntaron al salir cómo se sentían ante la silbatina, dijeron (recuerdo a algunos, por ejemplo a Recoba) que “En la situación en que está el país, pagar $300 para venir a un partido y que nosotros juguemos tan mal... Tenemos que trabajar para salir adelante y que no vuelva a pasar”. Munúa dijo “Me molestó mucho, me dolió mucho, porque estábamos haciendo lo que podíamos”. No creo que a Carrasco no le haya importado que, de ser una persona a quien la gente aplaudía y le decía “Vamos arriba Juan Ramón”, y en quien había expectativas, pase ahora a no ser querido, a que un estadio entero le abuchee, a que esté exigiendo que se vaya de la selección, y no importarle. Me parece que eso fue intentar generar simpatía, en una conferencia de prensa en la que no tenía adeptos. Hasta ahora siempre, cuando había alguna pregunta complicada, tenía a algún otro periodista que le tiraba un lazo. Ayer nadie le tiró un lazo, y creo que las preguntas fueron bastante complacientes con Carrasco, mucho más que con Figueredo a quien los periodistas acosaron e hicieron enojar bastante.


EC – Dice un oyente que “este no puede ser el fin de la era Carrasco, porque Carrasco nunca comenzó. Nunca ganó nada como técnico, por lo tanto no puede finalizar algo que nunca empezó. Es un personaje engreído, inflado por el marketing”.

Una oyente dice a su turno que nunca mira fútbol pero, cada vez que lo hace, “planchamos. Creo que la causa es que los jugadores no se arriesgan porque tienen un cartel en la frente que les recuerda todo el tiempo que tienen que cuidar las piernas”.

Otro tiene “la teoría de que esto es un complot de los jugadores, disconformes con Carrasco porque no los trata bien”.

Otro cuenta que todos los días ve “muy tranquilo caminando por la rambla a Markarián. ¿Por qué no lo llaman a él como técnico?”.

Y otro opina que “Carrasco es el Jorge Batlle de los técnicos”.

Esta oyente sale en defensa de Carrasco, y le pregunta al profe Piñeyría “quién estaba jugando en la cancha, si los jugadores o el técnico”.

Por e-mail, otro oyente dice: “siendo hincha ferviente de Carrasco jugador, siempre tuve muchas dudas respecto a su capacidad y a su trabajo como técnico. No es bueno que una persona actúe como si fuera el centro del mundo, no acepte críticas, insulte a los periodistas que discrepan, desprecie públicamente a los colegas que trabajan de otra forma, y haga gala de una descomunal falta de respeto con la gente, los jugadores, y sobre todo con la historia del fútbol uruguayo. Cualquiera que tuviera un poco de humildad renunciaría sin que lo echaran. Seguramente él no lo hará, porque no la tiene. Hace rato pensé que esto iba a terminar mal, pero anoche me quería morir de vergüenza”.

Último mensaje con el que intentamos hacer un muestreo de opiniones (porque hay muchos más): “Vieja estupidez uruguaya que, cuando un partido se pierde, opta por cambiar al técnico. Los que pierden son los jugadores”, dice Guillermo. “En un fútbol serio, un técnico deberá ser nombrado y dejado allí hasta el término de su contrato. Es necesario acabar con el divismo de nuestros jugadores. El mal nivel de nuestro fútbol es el mal nivel de nuestros jugadores. Recuerden esto: cuando fuimos al mundial con Borrás jugamos la serie, clasificamos entre los mejores terceros, jugamos un partido más y regreso. Cuando fuimos con Tabárez, jugamos la serie, clasificamos entre los mejores terceros, jugamos un partido más y regreso. Es la misma performance la de un equipo dirigido por un técnico conservador y otro ofensivo, y ambos ex técnicos del maravilloso Montevideo Wanderers. El problema no son los técnicos”.


***


EC - Escuchabas algunas opiniones, algunos de los mensajes; simplemente quiero preguntarte qué te parece que viene de ahora en adelante, a partir de este ambiente en la gente y de lo que está pasando en la cancha con la selección.

RP - Ayer cuando terminó el partido, a la salida del vestuario adonde había ido a saludar a los jugadores y al técnico, el presidente de la AUF tuvo un fuerte encontronazo, entre otros y especialmente, con Rafa Villanueva, que en realidad lo presionaba para que dijera qué iba a hacer con Carrasco, que era lo que todo el mundo quería saber.

Figueredo fue muy claro, dijo: “Tengo que tomar tiempo para pensar, tengo que consultar a mis compañeros”, pero dio toda la sensación de que la intención, por lo menos de él, es sacar a Carrasco; entre otras cosas porque en ningún momento dijo con claridad: el técnico de la selección es Juan Ramón Carrasco y la AUF lo respalda más allá de la derrota. Por el contrario, en un momento determinado fue claro al decir que el tema de la continuidad del técnico era algo que había que pensar para tomar la decisión con tranquilidad. Carrasco es el técnico de la selección, entonces no habría por qué pensar en su continuidad; si alguien está pensando en si va a seguir es porque está poniendo en tela de juicio su actuación y piensa sacarlo.

En la conferencia incluso manifestó que al técnico de la selección lo pone la AUF, no Tenfield; lo expresó claramente, de ahí a que sea verdad puede haber una distancia, pero lo dijo y me quedó toda la sensación de que si fuera por él lo habría sacado ayer. Pero hay otros factores, además Figueredo es un hombre muy inteligente, que trabaja muy calmadamente…


EC - Y no creo que sea algo serio remover al técnico la propia noche del partido; parece lógico y razonable que haya un período de calma en el medio, algo de serenidad para examinar con cuidado y después resolver.


RP - Sí, creo que es eso lo que va a pasar. Por ahí escuchaba algún mensaje de un oyente con quien seguramente también nos cruzamos en la rambla, porque vemos a Markarián caminando. Recordemos que Markarián fue el primero a quien se le planteó el tema de la selección, antes que a Carrasco, y no agarró o no quiso por distintos motivos.

Creo que la decisión del futuro de Uruguay pasa por analizar y tratar de encontrar explicaciones, si es que se puede, de cuánta culpa tuvieron los jugadores y cuánta tuvo Carrasco, o si fue el conjunto; hay una ley terrible en el fútbol, pero es verdad: es mucho más fácil sacar a uno que a quince; a los jugadores no los pueden sacar y si viene otro técnico la mitad de los jugadores que estuvieron ayer en la cancha va a estar nuevamente, es muy difícil en un país como Uruguay que con un cambio de técnico cambien todos los jugadores. Ya ha pasado a lo largo de la historia, en realidad –es un síndrome muy claro de nuestro país–, contra Venezuela habíamos jugado en cinco eliminatorias y solamente en la primera se repitió el técnico del primero al segundo partido, en todas las otras el técnico se cambió y en prácticamente todas las eliminatorias que ha jugado Uruguay ha cambiado de técnico en algún momento, clasificando o no al campeonato del mundo, pero en casi todas.

La otra pregunta es quién.


EC - Claro, sobre todo quién que sea capaz de ilusionar, de convencer de que efectivamente empieza una etapa nueva y no vamos a andar otra vez en los pantanos del pasado.


RP - Exactamente, el tema es quién, quién acepta y quién es el técnico adecuado. Muchas veces la decisión de la sustitución no pasa por la convicción de si hay que sustituir o no, sino por la indecisión o la falta de un nombre para llevar en lugar de ése.

Hoy va a haber una asamblea de clubes y los clubes también van a pedir cuentas a la AUF sobre este tema, sobre el tema de la selección, que es un resorte exclusivo de la AUF, pero tengo toda la sensación de que más allá de lo que decía el oyente, que Carrasco no ganó nada, haya ganado o no, fue un técnico que inició un proceso en la selección y que sin duda generó una expectativa de cambio. Ayer me quedó la sensación de que con su metodología y su forma de ser lamentablemente no puede encabezar ese cambio; ha intentado hacer un cambio con una capacidad futbolística y una forma de ser interesantes, pero su propia personalidad es el principal enemigo para seguir adelante y al frente de la selección.

Anteayer algunos jugadores en algunas notas, hablando de Carrasco, decían: “No, él es un jugador más, se siente un jugador como nosotros”. Cuando uno es el técnico de la selección es el técnico de la selección, no puede sentirse un jugador; creo que a veces a Carrasco se le confunden los roles.

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Transcripción: Jorge García Ramón y María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón


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