18.12.2005












ASAMBLEA URUGUAY DECIDIÓ NO PELEAR LA CANDIDATURA PRESIDENCIAL

Tras su renuncia, Astori apuesta a alcanzar
la mayor votación dentro del Frente Amplio

“No vamos a callar ninguna diferencia que podamos tener por el hecho de tomar esta decisión”, dijo el senador Danilo Astori después de renunciar a la lucha por la candidatura del Encuentro Progresista. “El fortalecimiento de Asamblea Uruguay exigía no competir en junio y tratar de trazarnos el gran objetivo de octubre”, explicó Astori y agregó que su grupo buscará que el Frente Amplio gane y “haga el mejor gobierno posible”.

EN PERSPECTIVA
Lunes 05.04.04 - Hora 8.48.


EMILIANO COTELO:
Dentro de Asamblea Uruguay (AU) esta decisión fue muy discutida, se reflexionó sobre ella durante semanas, hasta que finalmente la Mesa Nacional del sector lo resolvió el sábado pasado: el senador Danilo Astori no se postulará como precandidato presidencial en las elecciones internas de junio. De este modo, el doctor Tabaré Vázquez no tendrá desafiante y la competencia interna en el caso del Encuentro Progresista (EP) se limitará a la carrera entre sus sectores políticos.

Nos pareció importante dialogar hoy con el senador Danilo Astori para conocer el porqué de esta decisión, cómo se llegó a ella y, sobre todo, qué es lo que viene ahora.

***

Astori, tengo entendido que la decisión no fue sencilla ya que AU estaba prácticamente dividida en dos partes iguales entorno a esta cuestión.

DANILO ASTORI:
Pero fue muy buena, excelente. Nos ha dejado muy contentos a todos. Naturalmente, como en toda decisión, ya no política sino en la vida, somos todos conscientes de que corremos el riesgo de habernos equivocado, pero había llegado el momento de tomar una decisión.

Comenzamos a principios de febrero con dos puntos de partida. En primer lugar ésta tiene que ser una decisión colectiva, no personal, trasciende a las personas y en particular me trasciende a mí, que era la persona involucrada directamente. Segundo, tenemos que tomarla en función de la consolidación del proyecto político de AU, su fortalecimiento, su progreso, en una palabra. Tenemos que ser capaces de encontrar la mejor solución para AU, que es un sector que se ha trazado en la vida política un objetivo no fácil, complicado: contribuir a la renovación de la izquierda y su base, que es el FA, objetivo que en los días que corren es más importante que nunca porque el FA está muy cerca, con una altísima probabilidad, de llegar al gobierno nacional.

Para el FA nos parece importantísimo que AU sea fuerte –después podemos desarrollar este concepto– y, al mismo tiempo, para Uruguay es fundamental que el FA llegue y gobierne bien, haga un buen gobierno, entendiendo por buen gobierno a aquel que transforma al país en los cambios que hay que hacer y al mismo tiempo lo lleva por el sendero del progreso, la equidad, la igualdad de oportunidades, la mejora en las condiciones de vida de la gente. Todo esto estuvo en juego desde febrero, fue una reflexión larga, serena, absolutamente sin esas ansiedades que muchas veces hay en política. Nos trazamos el objetivo de decidir a fines de marzo –decíamos entonces–, las fechas quisieron que fuera el 3 de abril y aquí estamos.

EC - ¿Cuáles eran los argumentos a favor de una y otra posición, en una síntesis apretada?

DA - Me atrevo a una síntesis. Por el sí: es absolutamente fundamental mantener competencia en la izquierda, hay que dirimir ideas también en oportunidad de definir la candidatura presidencial única, AU tiene que mantener su perfil, su identidad, es una decisión coherente enfrentar a Vázquez, con quien hemos tenido y probablemente tengamos también en el futuro algunas diferencias importantes, que yo creo siempre que son de carácter instrumental, no de tipo estratégico; si no no estaríamos en el FA ambos…

EC - Pero sí son diferencias de ideas, porque usted dijo hace unos minutos, a favor de la tesis de competir y presentar la candidatura: “Es saludable dirimir ideas en las urnas”.

DA - Sin duda, sobre los instrumentos también hay ideas. Por ahí van los argumentos a favor.

EC - Yo agregaría otro que quizás no se reconoce públicamente: AU tiene una situación compleja después de algunos episodios en los que le ha tocado perder en la interna del Frente. Me refiero en especial a la ley de asociación de Ancap, a la postura que tuvo en ocasión del referéndum del 7 de diciembre, un hecho que dejó a su sector en una posición debilitada, se puede leer que quedó en una situación debilitada, acorralada dentro del Frente, en franca minoría.

DA - Yo no diría acorralada, pero sin duda fue una derrota política. Haber tenido el resultado que tuvimos el 7 de diciembre fue una derrota política para una idea –acá podemos hablar de una idea, de una propuesta– que entendimos era buena para el país, pero el pueblo uruguayo entendió lo contrario.

EC - Que usted compitiera con Vázquez en junio le permitía a AU marcar perfil nuevamente, tener un destaque especial en la elección interna, no ser un sector más de los que competían por tener tal porcentaje de la convención, sino ser el sector al cual pertenecía uno de los dos precandidatos presidenciales.

DA - Exacto; ese argumento se utilizó por parte de muchos compañeros, al tiempo –y cierro los argumentos a favor– que muchos sostuvieron que esto fortalecería, con criterio de mediano y largo plazo, el camino del proyecto AU.

Ahora paso a la síntesis contraria.

EC - ¿Cuáles eran los argumentos en contra de que usted se postulara?

DA - Empiezo por el mismo argumento, ahora doy a favor del no el que acabo de dar a favor del sí, y lo hago a propósito, porque como muchos compañeros advirtieron y yo también, un mismo argumento servía para fundamentar las dos posiciones, entonces hubo muchos compañeros que entendieron que el fortalecimiento de AU hoy exigía no competir en junio y tratar de trazarnos el gran objetivo de octubre, para el cual veían que una competencia en junio debilitaría las posibilidades.

EC - Ya estamos hablando de los argumentos ganadores.

DA - Estamos hablando de los argumentos ganadores.

EC - ¿Puedo pedirle profundizar un poco en éste? ¿Por qué competir en junio con su precandidatura presidencial podía debilitar a AU?

DA - Porque restaba energías para preparar desde ya una competencia que va a ser muy fuerte. Yo quiero adelantar ahora –lo podemos desarrollar después– que ya nos hemos trazado el objetivo de alcanzar la mayor votación sectorial del Frente en octubre de este año, ése es nuestro objetivo político.

EC - Hoy las encuestas no están marcando eso, ni por asomo.

DA - No están marcando eso, lo cual refuerza la dificultad de la tarea que nos hemos trazado. Se ha entendido por parte de quienes argumentaban eso que hay que trabajar desde ya, que una lucha en junio no acumularía para alcanzar este objetivo; al contrario, se corría el riesgo –siempre dentro de los márgenes posibles de error que hay en una decisión de este tipo– precisamente de restar y no sumar…

EC - ¿Por qué? Discúlpeme que insista: ¿por qué se corría el riesgo de que restara?

DA - Porque esto significaría emplear todo un tiempo que va desde ahora hasta el 27 de junio –esto va dicho por la positiva– en una campaña donde no se pone el acento precisamente en que suma, sobre todo dentro del FA, sino que enfrenta. Luego –ahora por la negativa– deja apenas tres o cuatro meses de distancia y de capacidad política para convocar a una propuesta frenteamplista, que es muy importante para obtener una votación como la que se desea en el mes de octubre. No hay que olvidar que AU, para obtener el resultado que se plantea obtener en octubre, tiene que convocar no sólo a ciudadanos que quieran incorporarse al FA, cosa que ha hecho siempre, sino en primer lugar a los frenteamplistas, y los frenteamplistas podrían no ser suficientemente convocados a tiempo y con convicción si dedicamos gran parte del período que nos queda hasta octubre a competir dentro del FA.

EC - ¿Implícita en ese razonamiento está también la decisión de marcar las diferencias con Vázquez, pero no llevarlas tan a fondo como implicaría tener que competir por una candidatura presidencial?

DA - No; no, porque lo haremos todas las veces que sea necesario, pero desde lo que podría considerarse una contribución, una suma a ayudar al candidato del Frente a llegar al gobierno y, por supuesto, después, si se da esto, a gobernar de la mejor manera posible. Para expresarlo en otras palabras: nosotros no vamos a callar ninguna diferencia que podamos tener por el hecho de tomar esta decisión.

Pero queda un elemento muy importante que no quiero omitir en esta suerte de síntesis de argumentos que veníamos exponiendo, que quizás sea el último por el voto negativo: no hay sondeo de opinión, no hay análisis político, no hay comentario político que no dé por definida esta lucha por una distancia importante.

EC - Quizás ése que acaba de agregar al final sea el dato más relevante de todos: que usted en las elecciones internas frente a Vázquez no tenía posibilidades; lo sabían ustedes mismos hace meses, cuando empezaron esta discusión interna.

DA - Pero lo que quiero destacar…

EC - Quizás el problema era la cuantía, la proporción entre un candidato y el otro.

DA - No me voy a referir a eso porque no soy capaz de determinar qué posibilidades teníamos al respecto; incluso hay quien sostiene que podíamos haber obtenido un resultado mejor al de 1999, que fue muy contundente.

EC - Recordemos cuál fue.

DA - 82 a 18 en términos de porcentajes, un resultado de una fuerza tremenda. Pero más allá de la cuantía de la definición aritmética, estamos en un proceso en el que todos los días, en todos los medios posibles de comunicación, se genera y se forma opinión en cuanto a que esta interna está definida. Ese es un proceso acumulativo. Todos los días se repite que la interna del FA no tiene resultado que no sea el de Vázquez ganador, lo cual por supuesto desgasta mucho y al mismo tiempo resta posibilidades de obtener un resultado significativo. Este argumento, que para mí es muy importante –obviamente junto a los demás–, refuerza la idea del desgaste de energías que pueden capitalizarse para otro fin político, como el de octubre, y al mismo tiempo durante todo este desarrollo ayudar al FA precisamente a ganar. Si AU vota muy bien en octubre, como nosotros queremos, creo que crecen las posibilidades de triunfo del Frente, y al mismo tiempo –y no vaya ninguna arrogancia en lo que voy a decir– crecen las posibilidades de hacer un buen gobierno porque crece la posibilidad de que AU influya. Por supuesto, un buen gobierno para nosotros.

EC - El razonamiento que usted estaba haciendo era: ¿de qué sirve ser candidato en junio, competir con Vázquez, si voy a votar tan mal que el episodio de junio no va a ser una plataforma que le permita a AU acumular para octubre?

DA - Exactamente; pero además hay otro detalle: en toda campaña electoral, cuando hay una confrontación –en este caso de precandidatos– se ponen los acentos en determinados aspectos que seguramente son distintos de aquellos en los que los vamos a poner en una campaña hacia la elección parlamentaria de octubre, que tiene dos caras: por un lado la acumulación con el resto del FA, con todos los sectores del Frente para el resultado común, ganar, y por otro, naturalmente, las marcas de identidad de AU, que se van a seguir planteando, no vamos a resignar nuestra identidad, que incluso supone plantear discrepancias cuando las haya. Discrepamos con el pensamiento único en la izquierda, no lo queremos y aun en una campaña electoral si hay diferencias hay que plantearlas, ya lo hemos hecho en estas últimas semanas, con criterio obviamente constructivo, con el criterio de sumar, no de restar. Pero en todo caso en la decisión que se tomó el sábado pasado no debe verse –lo decíamos recién– la decisión de callar diferencias, no es así.

EC - Una última pregunta para cerrar esta primera parte de la charla: ¿cuál era su posición?

DA - Yo terminé proponiendo no competir, me guardé mucho de hacerla saber antes del final de la sesión del sábado porque no quería presionar a ningún compañero, a ninguna compañera, quería que se sintieran todos libres de expresar en forma absolutamente explícita sus argumentos, cosa que creo que se logró; lo digo con sinceridad, se logró porque cada uno de ellos aportó lo que tenía dentro.

EC - Y finalmente ¿de qué manera se tomó la resolución?

DA - Por consenso. Debería decir por unanimidad (pero) no hubo votación, fue una especie de exteriorización muy estimulante de aprobación de mi propuesta.

***

EC - A partir de la decisión de AU de que usted no compita con Vázquez por la candidatura presidencial en junio, el EP-FA va a una elección interna con poco atractivo.

DA - Yo creo que no y voy a explicar por qué. En primer lugar hay un atractivo colectivo, el de que el Frente no repita lo de 1999, cuando no acumuló la mayor votación de los partidos y terminó perdiendo la elección. Como se recordará, el Frente llegó detrás del Partido Colorado (PC) en 1999.

EC - En las elecciones internas.

DA - En las elecciones internas de abril; luego en octubre fue la primera fuerza, pero en el balotaje perdió la elección. En 1999 hubo competencia porque nosotros presentamos nuestra precandidatura. No nos puede volver a pasar eso, aunque no haya lucha por la candidatura única tenemos que ser la primera fuerza en cuanto al número total de votos.

EC - ¿Por qué? ¿Para qué?

DA - Porque aquí también juega lo que decíamos recién para el sector: generaría una muy mala imagen hacia octubre y noviembre que el Frente no reuniera la primera votación; y diría más: por una diferencia considerable. Daría una imagen de que en realidad lo que están indicando los sondeos no es verdad, les daría a los adversarios un estímulo extraordinariamente importante, que en las últimas fases de una campaña siempre es fundamental. No olvidemos que aquí juegan factores no estrictamente objetivos, sino fuertemente subjetivos, como los psicológicos, la necesidad que tiene mucha gente de votar lo que va a ganar, la necesidad de contribuir a definir una lucha reñida y todas las expectativas que se generan al respecto. Entonces es muy importante que el Frente tenga la mayor votación en junio por este tipo de factores.

EC - ¿Pero tiene que llegar al 50 por ciento, como están dando las encuestas?

DA - No, no se trata de un porcentaje, yo mismo no lo he utilizado en el razonamiento, pero hay que ganar y por una diferencia apreciable. Para mí ése es el primer estímulo, un estímulo colectivo.

Segundo estímulo: el estímulo sectorial. Me gustaría mucho que AU, por ejemplo, tuviera el mejor número de convencionales posible, entonces haré campaña por la 2121 en el marco de la campaña que todos los frenteamplistas van a hacer, y la voy a hacer intensamente.

EC - Y aquí viene de nuevo la objeción: ¿para qué? ¿Para qué sirve que AU tenga una buena votación en junio? ¿Para qué sirve que cualquiera de los sectores del Frente tenga una muy buena votación en junio, si la convención que se elige en julio en el caso del FA no tiene funciones reales porque el FA funciona con su plenario y su congreso?

DA – Exactamente. Es absolutamente compartible la inquietud. Pero no es por esa razón, aquí valen también los argumentos que dimos antes de la pausa, cuando pensábamos las posibilidades de AU en junio y en octubre y si acumulaba o no para octubre competir por la candidatura presidencial. Ahora voy a sostener que la performance, el comportamiento, la conducta, el resultado que obtenga cada sector en junio lo proyecta positiva o negativamente hacia octubre. Por eso comparto la decisión de no haber competido por la candidatura presidencial, porque estoy convencido –a lo mejor me equivoco– de que es más factible hoy para AU obtener una buena votación en junio sin competir por la candidatura presidencial. Me puedo equivocar, por supuesto, la vida dirá si hemos tomado una buena decisión, pero es la que honestamente creemos mejor.

Y me queda un tercer argumento, que es de casa, de AU adentro, que fijó el diputado Baráibar…

EC - Claro, en una entrevista que hicimos con él hace algunas semanas.

DA - Nosotros estamos definiendo nuestra dirección interna en la elección de junio. En función de los votos que cada zonal, cada departamental de AU, aporte en junio al Frente en primer lugar y a AU en segundo lugar, se conforman las autoridades de AU. Entonces tenemos un tercer estímulo importante.

Por todas estas razones valoro mucho la elección de junio, aun cuando no se compita.

EC - Aun cuando no se compita y aun cuando la convención no sea, como en el caso del PC y el Partido Nacional (PN), el órgano máximo de esa fuerza política.

DA - Exacto; puedo anotar, de paso, que en los partidos Colorado y Nacional el máximo órgano es es absolutamente inocuo porque no funciona. En el caso del PN funcionó algo más que en el caso del PC, pero a los efectos de la toma de decisiones fundamentales, de los lineamientos políticos fundamentales, creo que en los partidos históricos estas convenciones son irrelevantes; lo digo con toda sinceridad. Y en el caso del PC, además de ser irrelevante no existe, no funciona; por eso prefiero toda la vida que el congreso y el Plenario Nacional del Frente vayan marcando las orientaciones políticas al respecto.

***

EC - En la conferencia de prensa que usted encabezó el sábado pasado en la sede de AU, cuando comunicó la decisión de la Mesa Nacional de que usted no iba a ser precandidato presidencial, entre otras cosas sostuvo: “AU es necesaria para el FA y el FA es necesario para Uruguay”. Me quedo con la primera de esas dos frases, “AU es necesaria para el FA”. ¿Qué es hoy AU en el FA?

DA - AU es un sector –comienzo por nuestro objetivo fundacional– que está trabajando para la renovación en unidad del Frente. Menciono los dos conceptos porque si trabajar por la renovación es una tarea siempre difícil, sobre todo en la izquierda, que trae muchos resabios del pasado, lo es mucho más cuando quiere desarrollar esta tarea salvaguardando la unidad entre todos los frenteamplistas, en este caso.

EC - ¿Qué quiere decir “renovación”?

DA - Quiere decir, en una primera definición sencilla, trabajar para que el Frente sea una fuerza madura, responsable, consciente de su desafío presente, conocedora del país; en esto hay que avanzar mucho todavía. Capacidad de propuesta es otra de las características que hacen a la renovación y sobre todo actitud de búsqueda de acuerdos con los adversarios. Todo eso para nosotros es renovación. En este último terreno nos queda mucho por hacer, muchísimo, como ha quedado de manifiesto en los últimos tiempos. Cuando yo digo capacidad de búsqueda de acuerdo con los adversarios, no sólo estoy pensando en el acuerdo específico que permite resolver un problema determinado, estoy pensando incluso en la definición de cuestiones de Estado con nuestra participación, con la participación de los frenteamplistas, definiendo líneas que se mantengan en el país gobierne quien gobierne; sentirnos parte del sistema que integramos, no mirarlo de afuera, no creer que el sistema político es una cosa y que nosotros llegamos en paracaídas porque el pueblo uruguayo nos lanza para gobernar al país. No. Somos parte del sistema. Y como somos parte del sistema y queremos formar parte de una alternancia democrática, queremos que haya cuestiones que se mantengan por encima de esa alternancia.

Yo he estado defendiendo y voy a seguir defendiendo que uno de los grandes cambios que necesita este país es la definición de un proyecto nacional de especialización productiva a altos niveles de calidad. ¿Alguien puede creer que ésta es una propuesta exclusiva del FA? En absoluto; es una propuesta nacional que el FA tiene que lanzar, que los partidos históricos no han puesto en práctica; partidos a los que hay que convocar para que la compartan, para que la mantengan, para que si el día de mañana el Frente llega al gobierno y pasado mañana le toca a otro partido, esa línea se mantenga. Todo esto para nosotros es renovación.

EC - ¿Por qué? ¿En el FA no hay disposición a trabajar en busca de proyectos nacionales, de acuerdos nacionales?

DA - Yo percibo que nos falta muchísimo terreno por conquistar a la luz de esta orientación.

EC - Se lo pregunto porque más de una vez el FA ha llamado a este mismo gobierno a realizar determinados acuerdos nacionales o a buscar consensos entorno a algunas políticas de Estado; no parece un concepto ajeno a la dirigencia del Frente.

DA - Hemos presentado propuestas, sin duda, que dicho sea de paso fueron desechadas en todos los casos por el gobierno. Esto hace a la parte (de responsabilidad) que este gobierno y los anteriores, tuvieron en cuanto a la fragmentación política del país. Pero nosotros también hemos hecho lo nuestro desde este punto de vista, en muchas ocasiones nos hemos negado a participar de decisiones nacionales fundamentales. Recuerdo simplemente dos: la crisis del sistema bancario a mediados de 2002 y el canje de deuda pública, que fue un éxito, en 2003. Son sólo dos ejemplos. O sea que nosotros también hemos aportado un terreno difícil, un contexto, un escenario difícil para la búsqueda de esos acuerdos. Renovar es avanzar, es no tener miedo a acordar con el adversario cuando el interés nacional está en juego. Desde ese punto de vista nosotros decimos: queremos que la izquierda llegue al gobierno y que haga un gobierno de izquierda, y esto no es un juego de palabras. ¿Qué es hacer un gobierno de izquierda? Hacer las transformaciones que los partidos fundacionales no hicieron, transformaciones muy profundas que diferencian un gobierno de izquierda hoy de un gobierno tradicional.

EC - Pero desde la propia izquierda se le puede responder a usted que AU puede llegar a ser un contrapeso para ese tipo de grandes transformaciones.

DA - No, no.

EC - Hay, dentro de la izquierda, sectores que entienden que usted, que su sector político, está demasiado al centro, que ha tenido demasiadas y frecuentes coincidencias con sectores de los partidos tradicionales. ¿Qué responde?

DA - Las coincidencias que hemos tenido, que son las que acabo de mencionar antes, se dieron en situaciones muy específicas y al mismo tiempo de carácter esencialmente instrumental. La gran crítica que nosotros les hacemos a los partidos históricos –y no por los últimos años, sino por todo lo que ha sido el proceso histórico de gobierno de este país a lo largo de décadas– es precisamente no haber hecho nunca las grandes transformaciones que el país necesita y cuya postergación permanente es la gran explicación de la crisis. La explicación de la crisis no es lo que pasó en Uruguay en los últimos cuatro años, es lo que no se hizo en décadas. Es no haber tenido ese proyecto nacional de especialización productiva; haber dejado crecer un sistema financiero absolutamente especulativo y distanciado del ahorro genuino y la producción; no haber hecho la reforma del Estado –hace veinte años que hablamos de reforma del Estado y no se ha hecho nada–; no haber hecho la reforma tributaria que el país pide a gritos –al contrario, el sistema tributario es cada vez peor–; tener una política exterior con saltos continuos, con variaciones imprevisibles, con un rumbo un día para un lado y otro día para otro; no tener reglas de juego claras, conocidas y estables al respecto; no disponer de un marco institucional adecuado para las políticas sociales; haber olvidado que para competir en base a calidad hay que desarrollar la formación educacional, el desarrollo científico –valga la redundancia–, el progreso tecnológico. Todo esto es lo que un gobierno de izquierda tiene que hacer; con esto AU está tan comprometida que es la razón de su vida, esto es la renovación también.

EC - Un oyente quiere que amplíe a propósito de uno de los puntos que usted mencionaba recién: el concepto de proyecto nacional de especialización productiva.

DA - Proyecto nacional de especialización productiva es la definición de grandes prioridades que el país está dispuesto a apoyar como cuestión de Estado y a largo plazo, camino que ha seguido cualquier país exitoso del mundo que queramos encontrar, cualquiera, desde Irlanda, un país muy parecido a Uruguay; Nueva Zelanda, más parecido todavía a Uruguay; hasta el propio gigante chino, que también camina por los senderos del progreso y la prosperidad y va a ser la gran economía del siglo XXI.

EC - Implícitamente usted está diciendo que todos los gobiernos, incluso aquellos de orientación más liberal, han desarrollado políticas sectoriales.

DA - Absolutamente, políticas sectoriales pero definiendo las prioridades que más convienen al país y luego poniendo políticas de Estado a su servicio. El país va a transitar por rubros fundamentales en agroindustria alimenticia, muy bien, aquí tendremos un terreno; va a transitar por el impulso a actividades fundamentales de servicio –transporte, comunicaciones, servicios portuarios, turismo y actividades conexas–, muy bien, tengamos políticas de Estado que practique gobierne quien gobierne; el país va a transitar por el camino de la producción de inteligencia –biotecnología, informática, telecomunicaciones, en las que Uruguay tiene enorme posibilidades–, muy bien, acá hay una política de Estado al servicio de esto. Mi pregunta es: hasta ahora, ¿lo hemos tenido? Absolutamente no. Uruguay es una sucesión, un conjunto de espontaneidades y esfuerzos sin apoyo. Hoy se exporta 10 millones de dólares de software, de inteligencia en informática y telecomunicaciones, por el esfuerzo de muy pocas personas que no han encontrado en el país ni siquiera la decisión de tener banda ancha, que es lo primero que piden estos productores y estos empresarios, para hablar en términos técnicos que todos conocemos. Ni siquiera eso, ni siquiera hay una respuesta para eso.

¿Uruguay tiene política energética?, pregunto. ¿Definió una política energética, absolutamente fundamental para cualquiera de estas prioridades de especialización productiva? Me eximo de cualquier comentario al respecto vista la situación que se nos ha generado. Pero entendamos bien –pido disculpas por lo extenso de la respuesta–, todo esto tiene que ser además a altos niveles de calidad, Uruguay no puede plantearse un futuro compitiendo en el terreno de la cantidad, es sólo en base a alta calidad, y puede hacerlo.

EC - Una de las ideas que usted manejó desde el fin de semana es: AU trabajará no sólo para que el FA llegue al gobierno, sino para que haga el mejor gobierno posible. Recién estaba explicando qué es lo que entiende por el mejor gobierno posible, cuáles son las características de la renovación que su sector político impulsará, por ejemplo en las instancias que quedan todavía de definición del programa del FA-EP.

DA - Exactamente.

EC - Pero también habla de que trabajará para que el FA llegue al gobierno y en cuanto al trabajo para que el FA llegue al gobierno me llamó la atención que usted dijera que en los actos, en las apariciones públicas, que AU elegirá algunas áreas o priorizará algunos temas como los económicos, por ejemplo. ¿Por qué?

DA - Es una diferencia de comunicación que tuvimos en la conferencia de prensa. Yo no trasmití exactamente esa idea, o por lo menos no quise hacerlo, a lo mejor fui mal entendido cuando señalé eso; no nos vamos a concentrar en los temas económicos, de ninguna manera. Lo puse como ejemplo, dije: en una campaña no sólo hay que tener un buen programa, como es obvio, para gobernar al país, sino que hay que comunicarlo de la manera más precisa posible –idea en la que vengo insistiendo aun antes de tomar la decisión sobre la precandidatura presidencial–; y se me preguntó por qué ponía énfasis en la comunicación y contesté: porque muchas veces en campaña electoral cometemos errores, nosotros mismos hemos cometido errores en otras campañas, entonces nos interesaría mucho ayudar a evitar que tengamos estos desvíos que por supuesto debilitan las posibilidades electorales. Y dije, por ejemplo: en materia económica muchas veces hay que tener cuidado cuando se trasmiten ciertas propuestas, por lo árido del tema.

EC - ¿Usted estaba aludiendo a algunos de los anuncios del doctor Vázquez de las últimas semanas, que han dado lugar a polémica?

DA - No, no, estaba recordando nuestra campaña de 1999, donde hubo notoriamente dificultades de transmisión; es más, sobre algunos temas dijimos cosas distintas varios de los actores que estábamos haciendo esa campaña. Eso no nos puede pasar, tiene que haber una sola voz; lo que no quiere decir una sola persona, pero tiene que haber una sola voz, un solo discurso. Lo puse como ejemplo, pero no quise decir que vamos a hacer campaña sobre temas económicos, fue una mala interpretación.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Caterina Notargiovanni
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