Aftosa, cuatro años después
Escuche
el informe Hace casi cuatro años, la reaparición de una epidemia
de fiebre aftosa en Uruguay pareció asolar nuestra economía.
Uruguay logró, trabajosamente, recuperar su status de país
libre de aftosa con vacunación, y avanzó en la recuperación
de mercados que habían cerrado sus puertas a las importaciones
de carne uruguayas cuando estalló el brote en el año
2000.
Pero un mercado estratégico, México, todavía
está en el debe. Las exigencias planteadas son muchas y
muy rígidas, y tienen a productores y autoridades pendientes
del manejo del tema.
Pero, ¿son razonables?
Vale la pena repasar de qué estamos hablando y en qué condiciones
se encuentra ahora nuestro país.
¿Cómo definimos la aftosa? El presidente de la Sociedad
Médica Veterinaria, Omar Landeira, explicó que “la
fiebre aftosa es una enfermedad viral que es aguda que produce
un produce un proceso febril de acción espectacular en los
animales que no tienen inmunidad. Ataca a los bovinos y ovinos,
fundamentalmente en estos últimos, perjudicando notablemente
la parte del aparato locomotor porque se ubica entre las pezuñas
y en la boca. El animal se ve imposibilitado de caminar y de comer.
Cuando el virus es muy poderoso puede llegar a producir la muerte,
sobre todo en ejemplares jóvenes”.
La fiebre aftosa afecta a todos a casi todos los animales biungulados,
de pezuña hendida: bovinos, ovinos, caprinos, bufalinos
y una enorme cantidad de animales silvestres, como puede ser el
jabalí o los ciervos. Según Landeira, la enfermedad
se transmite “por las secreciones, fundamentalmente en el
contacto de animal con animal. Puede ser por la leche, la orina,
las materias fecales y la saliva. El animal enfermo produce una
gran salivación porque tiene aftas o ampollas en el epitelio
lingual”.
Durante la fase de la enfermedad, que dura alrededor de dos semanas,
en los bovinos por ejemplo se da una pérdida en la producción
de leche, una disminución en el peso y, cuando es grave,
deja otras secuelas que son menos evidentes por el efecto de la
vacunación en la protección del animal.
Landeira agregó además que “en 15 o 20 días
si los animales no mueren, se recuperan y están normales.
Es una enfermedad que es peligrosa por su gran contagio. Por eso
es que los países no la quieren tener”. El médico
agregó que “los productores saben que catastrófico
que se les venga la fiebre aftosa porque la producción se
les viene casi a cero y después a los animales les cuesta
recuperarse porque quedan lesiones de ubre que producen mastitis,
infecciones en la ubre. En cuanto a la producción de carne,
el animal baja de peso porque está varios días sin
comer”.
El doctor Landeira aseguró que comer carne con aftosa no
produce ningún tipo de inconveniente a la salud. “Se
puede comer un animal enfermo de aftosa. Fíjese que en esos
brotes brutales que dieron, por ejemplo, hace tres años,
no se dio ningún ser humano con aftosa”.
Si comer carne con aftosa no es nocivo para la salud, ¿por
qué existe un cuidado extremo por parte de los mercados
libres de aftosa en consumirla? “Los países que están
libres de aftosa se guardan muy bien de que vayan productos o subproductos
de estados con aftosa por el gran peligro de que le entre la enfermedad
a ellos. Sobre todo, un vehículo muy importante es el cerdo.
Por eso es que hay que tener mucho cuidado con residuos de productos
porcinos en aeropuertos”.
Para el técnico la carne uruguaya en este momento se encuentra
en una “excelente situación” en el mercado
internacional. “Desde hace años no tenemos ningún
brote de aftosa y estamos con un plan de vacunación muy
estricto. Por eso es que se están abriendo los mercados.
Pero tenemos el problema de estar con vacunación. En términos
epidemiológicos se habla de riesgo cero. Nosotros no podemos
hablar de riesgo cero mientras estemos con vacunación.
Siempre puede haber algún animal que como está vacunado,
tiene anticuerpos y puede vehiculizar el virus en alguna parte
de sus tejidos. Como los mercados compradores generalmente adquieren
carne desosada ya están prácticamente seguros de
que no hay riesgo”.
Para él, en el futuro hay que “mantener un estricto
control de vacunación como se está haciendo y hacer
sangrado de animales vacunados porque ahora es posible saber si
los anticuerpos son de la vacunación o de las ovejas. Otra
cosa importante es sangrar a las ovejas. Como los ovinos no son
vacunados en Uruguay, si aparecieran anticuerpos sobre todo en
animales jóvenes (es que existe la enfermedad). Si no aparecen
anticuerpos en las ovejas jóvenes estamos tranquilos de
que el virus no está presente en el medio ambiente”.
Landeira afirmó que “la ventaja que tenemos es que
el país está cubierto con vacunación y no
han aparecido brotes desde hace unos años. Cuanto mayor
tiempo pase, mejor será porque los animales se van faenando
y si hubiera algún portador, va desapareciendo. La lástima
es que para hablar de erradicación que es suspender la vacunación
tenemos que esperar que no aparezca ningún brote durante
muchos años y que estén dadas las condiciones de
control en Argentina, en Brasil y en Bolivia. Hablamos de un control
sanitario a nivel regional y eso es lo más difícil”.
Arbiza, el primer denunciante de un foco
Si bien las perspectivas son bastantes alentadoras para Uruguay
a futuro, quisimos saber cómo están viviendo este
momento los productores rurales. Y es por eso que la primera consulta
fue a José Enrique Arbiza, el primer productor rural en
denunciar en el 2000 un foco de aftosa en Artigas y en el país.
Arbiza contó que ahora sigue en la actividad agropecuaria
después de haber recibido aquel “golpe moral y económico”. “Ahora
estoy dedicado a la compra y venta de equinos, a la piscicultura
y a la apicultura”.
El productor agregó que desde el brote de aftosa en Artigas
hasta ahora, no éxiste ningún interés informativo
por saber cómo están y cómo viven los productores
que fueron afectados. Hubo un gran revuelo de medios en ese entonces
y luego dejaron de informar. “Después de aquel gran
movimiento, nunca tuvimos la posibilidad de salir a los medios.
Nadie se ha arrimado por acá y sería bueno porque
esto ha cambiado mucho. Hemos quedado muy pocos productores y la
actividad ha mermado sustancialmente. Recién se está queriendo
recuperar la cosa”.
Entrevista con la productora Norma Ibarra
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