Grupo de padres denuncia
irregularidades en casos de tendencia de menores y divorcios
Carta enviada a la Comisión de Derechos
Humanos de la Cámara de Diputados
"Sres.
Comisión de DDHH de la Cámara de Representantes.
Nosotros somos un grupo de padres que junto a nuestros hijos nos
ha tocado vivir una interminable saga en distintas órbitas
del PJ, del Ministerio del Interior, INAME, MEC, ONGs y otras dependencias.
Es así que más allá de denunciar las distintas
irregularidades en distintos ámbitos y de haberse ordenado
investigaciones, así como medidas disciplinarias que se han
dispuesto, muchas de nuestras situaciones permanecen incambiadas.
Por otra parte, más allá de nuestros propios casos,
que no son más que meros ejemplos de una realidad más
amplia, entendemos que esa comisión debe tomar conocimiento
a efectos de interceder entre los distintos organismos, ya que esta
problemática no refiere exclusivamente al PJ.
El origen de estas irregularidades se da en el ámbito de
separaciones o divorcios, en donde se recurre a fabricar una falsa
denuncia de abuso contra los hijos por parte de la contraparte o
su nueva pareja, la que deriva en una inmediata medida cautelar
separando al/los niños de la madre u el padre denunciado.
Es así que esta medida se usa como "chantaje" a
efectos de dirimir otros problemas derivados de una separación:
patrimoniales, tenencia, pensiones alimenticias, etc.
En todos nuestros casos y luego de hechas innumerables pericias
judiciales a los niños y adultos descartando el "abuso",
igualmente no se han podido revertir las medidas cautelares, las
que llevan entre 2 y 6 años según el caso.
Las irregularidades que hasta ahora hemos detectado y las personas
involucradas en estas, incluyen: psicólogas, jueces, fiscales,
ONGs y abogados.
Las gestiones que hemos hecho y las medidas tomadas hasta ahora
son las siguientes:
Denuncia ante el Sr. Fiscal de Corte por la actuación de
la Psic. Maria. C. Lassus en diversos expedientes en ámbito
Penal y de Familia, la que derivó en la resolución
A/58/002 de esa Fiscalía en donde se exhorta a la SCJ como
superintendente a investigar las actuaciones entre otras cosas por
los "disparatados, groseros, y poco profesionales informes
psicológicos en que se apoyaron las denuncias". A su
vez, más adelante la resolución agrega que, "los
informes de esta psicóloga fueron terminantemente descalificados
por distintos peritos judiciales y calificados profesionales
.".
Este exhorto fue recogido por la SCJ en donde se elaboró
un sumario en Despacho Administrativo que involucra no sólo
a la Psicóloga sino a los distintos juzgados intervinientes.
Res. SCJ/DA/309/002, aún en trámite.
Denuncia penal radicada en el Juzgado de 17° Turno contra la
susodicha psicóloga por "falsos testimonios", "injurias
y calumnias" y otras figuras en las que la profesional habría
incurrido. Exp. P17/038/001.
Denuncias penales contra integrantes de las ONGs Arco Iris y Somos
radicadas en el Juzgado Penal de 20° Turno.
Denuncia ante el anterior presidente de la SCJ, Dr. Gervasio Guillot
contra la Dra. Ana Lima por su actuación en los expedientes
P17/198/2000 y el referido anteriormente P17/038/00, la que derivó
en el traslado de dicha magistrado.
Denuncia ante el Sr. Ministro del Interior contra la Directora
del Centro de Asistencia a las Víctimas de Violencia Familiar,
Psicóloga Gabriela Fulco, por conjunción del interés
privado con el público, por no seguir los procedimientos
psicológicos vastamente aceptados y por actuar en conjunto
con la mencionada Psic. Lassus, la que derivó en un sumario
contra dicha funcionaria, el que se encuentra aún en trámite.
Denuncia ante la Dra. Ana M. Balparda, directora del Inst. de la
Mujer y la Familia, en donde se instalará el Consejo Consultivo
creado por la reciente ley de Violencia Doméstica, ante el
cual se han presentado estas profesionales cuestionadas para ser
tenidas en cuenta como peritas.
Amén de todas estas denuncias formales, hemos informado
de estos hechos a distintos legisladores, al Dr. Carlos Ramela,
asesor presidencial, al Dr. Leonardo Guzmán, así como
al Colegio de Abogados, el INAME y otros.
En nuestra opinión, todo este desaguisado no sólo
deriva de una mala actuación de la justicia, la que evidentemente
está siendo usada por parte de gente inescrupulosa, sino
además por la brutal disparidad de criterios de las distintas
dependencias y organismos que apoyan a la justicia en estos temas.
Por cierto, que al diluir la responsabilidad entre tanta gente y
organismos, así como el no contar con un procedimiento único,
habilita este tipo de prácticas aberrantes. Es por esto que
entendemos que más que vacíos legales u falta de presupuesto,
estas prácticas se evitarían con una mayor coordinación
y marcando un procedimiento único y reconocido que involucre
un equipo multidisciplinario el que ante una denuncia de este tipo,
pueda otorgarle elementos de mayor convicción al juez, y
así reducir las medidas cautelares con las dramáticas
consecuencias para los niños, a un mínimo de días.
De acuerdo a nuestra experiencia empírica los temas a tratar
y coordinar serían los siguientes:
1) Abuso y usufructo por parte de algunos abogados de las falencias
en las normas y procesos de los juzgados de Familia, donde se recomienda
hacer este tipo de denuncias a efectos de lograr medidas cautelares
con los hijos que oficien de "chantaje" entre los adultos.
Hoy que el Colegio de Abogados se aboca a instaurar un código
de ética, sería bueno que tomaran este tipo de prácticas
entre las sancionables, ya que más allá de lo discutible
de que práctica entra o no dentro de un código de
ética, es claro que se involucra directamente a terceros,
o sea los niños, quienes claramente no eligen el abogado.
2) Distintos criterios cuando se radican denuncias de abuso o violencia
doméstica en las distintas dependencias, a saber: Comisaría
de la Mujer y la Familia, Comisaría de Menores, Dir. Nac.
De Previsión del Delito, Asistencia a las Víctimas
de Violencia Familiar, Juzgados de Familia y Juzgados Penales. Si
bien la práctica es radicar la denuncia en varias dependencias,
el derrotero que siguen las mismas es bien distinto y depende de
quien la diligencie primero. Es así que frente a una misma
denuncia se puede terminar preso y sin hijos o en su casa y con
ellos.
3) Diversidad de criterios y procedimientos en los peritajes psicológicos,
así como de los institutos y peritos. La falta de un procedimiento
aceptado a nivel judicial, hace que una evaluación a pedido
de parte sin involucrar todo el universo afectivo del niño,
se equipare con una pericia judicial que involucra a todo ese universo,
además de ser grabada y filmadas.
4) Falta de responsabilidad jurídica por parte de los Psicólogos
en sus actuaciones profesionales. Es tal el desorden en este sentido
que hemos detectado personas que firman informes que la justicia
toma como pruebas y que no tienen el titulo habilitante. A su vez,
al no haber un marco legal que regule la actividad de los psicólogos,
estos solamente responden como ciudadanos comunes, a lo sumo y con
suerte por, "injurias y calumnias".
5) Intereses económicos contrapuestos con los fines de algunas
ONGs, lo que las lleva a tratar niños más allá
de las comprobaciones o no de los abusos, con el fin de cobrar los
distintos subsidios (INAME y del exterior). En este sentido se ha
constatado que algunas de estas ONGs han tratado niños por
abusos que nunca se cometieron, ignorando pericias y dictámenes
judiciales.
6) Peligrosa consagración a texto expreso en la nueva ley
de Violencia Doméstica de la irresponsabilidad del denunciante,
lo que alienta aun más este tipo de prácticas.
Desde ya agradecemos ser recibidos en esa comisión a efectos
de poder ampliar y colaborar, para que este tipo de prácticas
no se sigan repitiendo con los niños.
Sin más quedamos a sus órdenes".
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