"Reformas
y el gasto social
Conferencia
del director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Ariel
Davrieux.
"Vuelvo a estar con ustedes a tratar de esos temas y comenzamos
por decir que a diferencia del año pasado, tenemos que comenzar
diciendo que en este mes de diciembre tuvimos un retroceso. Efectivamente,
a fines de 2001 se aprobó una ley que intentaba dar comienzo
de solución al tema de los altos costos del combustible en
el país. El año pasado les decía que esto podía
estar sujeto a un referéndum y podíamos tener insucesos.
Efectivamente esto ocurrió. O sea que es bueno partir reconociendo
lo que nos ha pasado en este año: la sociedad uruguaya resolvió
que ese no era el camino y en este tema, por lo menos, no hemos
tenido éxito.
Pero eso no significa que la agenda de reformas se haya detenido
o no haya tenido avances importantes. Tengo que introducirme en
el campo del economista De Brun porque los cambios más importantes,
sin duda, que por el mismo hecho de que no se manejan como reformas
estructurales tal vez no han merecido la misma atención,
están vinculados con el sistema financiero.
A fin del año pasado se aprobó una ley modificatoria
de la Carta Orgánica del Banco Hipotecario (BHU), cuya trascendencia
tal vez no fue percibida, pero que implicó transformar otro
organismo que llamamos banco en no banco. En Uruguay tenemos cinco
bancos, de los cuales Banco Comercial (BC) es uno solo; tenemos
el Banco de Previsión Social, una institución de seguridad
social; un Banco de Seguros (BSE), cuyos funcionarios se consideran
bancarios y son empleados de una compañía de seguros;
el BCU que es un órgano regulador del sistema bancario, no
es un banco comercial; y ahora tenemos un BHU que ha dejado de ser
banco o está en camino de dejar de ser banco.
El BHU vivió en los últimos 20 años una situación
extraña: por un lado funcionaba como un banco, recibía
depósitos, efectuaba préstamos, pero todo el mundo
-Poder Ejecutivo, Legislativo, Directorio, funcionarios- operaba
como si no fuera un banco. Eso lo llevó a una situación
complicada con la crisis y a lo largo del año 2002 se votaron
dos leyes, una de ellas por unanimidad y la otra por una amplísima
mayoría, y en este año tendremos que continuar apoyando
al banco por un costo total de 1.100 millones de dólares.
Ése es el costo que nos ha traído tener un banco que
funciona por una parte como banco y considerado no banco a través
de medidas legislativas, resoluciones del Directorio, de sus gerencias
y de la orientación del Poder Ejecutivo.
La transformación del BHU significa pasar de un organismo
con un activo del tipo 2.000 millones a un activo que cuando esté
funcionando como prevé la ley sería de 80 millones
como máximo. De un organismo de 2.000 empleados pasaremos
a unos 500 empleados. También se concentrará efectivamente
en los préstamos hipotecarios con garantías y con
títulos suficientemente saneados para que puedan operar en
bolsa.
El organismo, por su parte, ha venido reduciendo sus gastos -su
personal ya está en el orden de las 750 personas- reduciendo
sus gastos operativos, comenzando a cerrar muchas de las actividades
involucradas. En consecuencia, ha comenzado en los últimos
dos meses a cumplir anticipadamente un nuevo acuerdo con el Banco
República (BROU) para cumplir con los pasivos que asumió
éste por cuenta de los depósitos que anteriormente
tenía el BHU. Este cambio está operando, se concretará
en un convenio posiblemente firmado esta semana entre el BROU y
el BHU y dará garantía a ese activo muy importante
que tenía hasta ahora el BROU contra el BHU, próximo
a los 800 millones de dólares, y que pasará a un nivel
de los 600 y tantos cuando se concrete un préstamo del gobierno
al BHU para pagarle al BROU por unos 170 millones de dólares
en este mismo mes. O sea que con las capitalizaciones dispuestas
por las leyes de junio y diciembre de 2002 se forma el conjunto
de 1.100 millones de dólares de costo en el cual incurrimos
y que estamos tratando de evitar para el futuro con los cambios
dispuestos en el BHU.
Algo similar pero afortunadamente de mucho menor escala debido
al tamaño del banco ocurre con el BROU, donde la idea de
que es un banco de promoción significaba que es una institución
que presta pero que no tiene por qué cobrar si le va mal
en el negocio. Eso no es un banco, no puede funcionar así,
porque crea obligaciones demasiado importantes que no es posible
afrontar con el capital del banco y el propio directorio ha iniciado
un conjunto de transformaciones -aprobación de un nuevo plan
estratégico, aprobación de tercerización o
separación de carteras que actualmente no están cumpliendo
debidamente con los intereses, carteras morosas, con lo cual se
trata de sanear nuevamente este banco, que en principio contará
con una garantía del gobierno sobre esa parte, pero que implica
cifras menores que las del Hipotecario por un banco más grande,
pero también del orden de 400 a 600 millones de dólares.
Si las cosas salen bien el costo será cero, si salen mal
podrán costar todo eso adicionalmente a todos nosotros como
ciudadanos.
O sea que las transformaciones en el sistema financiero, que no
estaban dentro de nuestra agenda inicial, pasaron a ser de hecho
las más importantes que se están haciendo y van a
continuar concretándose en el año 2004.
En la parte real de la economía, para hablar de lo que generalmente
es el parafinanciero, como si no fuera de la parte real, también
las noticias más importantes de éxito o de ejecuciones
tienen que ver con toda la parte de infraestructura de transporte.
En el área portuaria recordemos que se había privatizado
la terminal de contenedores de Montevideo, este año se inauguró
un puerto totalmente privado, construido privadamente y por lo que
entiendo también con crédito del Banco Interamericano
de Desarrollo (BID), como siempre apoyando estas actividades en
Uruguay. En Nueva Palmira existen varios operadores o tres terminales
de hecho privadas, se está planteando una licitación
o puja de precios entre distintos interesados en construir otra
terminal y se está llamando a licitación para el puerto
de La Paloma a partir de una iniciativa privada. O sea que en principio
de no haber otras mejores será ese privado que operará,
y en consecuencia la actividad portuaria, origen de Uruguay en definitiva,
porque inicialmente fue un puerto, a veces decimos, ha tomado un
impulso enorme y con gran impulso sobre todo en los años
2003 y 2004 en el país.
En el área aeroportuaria, ¿qué podemos decir?
Primero la compañía aérea del gobierno pasó
a ser una compañía privada con participación
del gobierno. En el período de gobierno pasado el aeropuerto
de Laguna del Sauce fue concedido a particulares; y hace dos meses
se concretó el traspaso de la principal terminal aeroportuaria
de Uruguay, el Aeropuerto de Carrasco. En ese tema se ha completado
lo que podíamos hacer.
El año pasado anunciamos que íbamos a hacer algo
con el ferrocarril -no yo, naturalmente, el Poder Ejecutivo-; el
ferrocarril a través de la acción muy eficiente de
su presidente interino en enero de 2003 inició la parte más
complicada del tema que era la separación por un lado en
una empresa de transporte y por otro en un Departamento de Mantenimiento
e Infraestructura que asumió el Ministerio de Transporte.
Eso llevó a una reducción del personal de algo así
como el 70 por ciento de la propia empresa de transporte, y en este
momento se ha llamado a licitación para la reconstrucción
de la infraestructura de transporte por ferrocarril en las principales
líneas que tienen capacidad de transporte pesado que es a
Rivera, a Rio Branco y a Minas. Por otro lado se está tentando
la posibilidad, con fuertes chances, de que se concrete alguna o
más de una empresa que use las vías con material propio,
privada, para efectuar transporte junto con la empresa pública
AFE.
En otra área de reforma, que es la más habitual que
yo manejé durante mucho tiempo, que es la de la seguridad
social, después de la reforma de 1996-1996 se había
conseguido aprobar en el año 2002 la ley de la Caja Notarial;
en el año 2003 esperábamos aprobar por lo menos dos
leyes. Por el momento se aprobó la de la Caja de Profesionales
Universitarios y tuvo una media aprobación en el Senado la
de la Caja Policial. Aspiramos en el año 2004 poder obtener
que el Parlamento dé su aprobación a las modificaciones
de las cajas Policial y Militar. En particular yo siento -y me gustaría
manifestarlo- especial interés en la Caja Policial, que introduce
modificaciones todas ellas buenas: extiende el período de
actividad, mejora sustancialmente las pasividades de los policías
de menores ingresos incorporándole partidas que actualmente
no dan derecho a jubilación, tales como pagos en especie,
el servicio 222, y todo eso que en la actualidad hace que el policía
que se retirea con un régimen particularmente beneficioso
termine cobrando la tercera parte de lo que cobra en actividad.
Por el nuevo régimen entra a un sistema similar, con porcentajes
iguales a los de la ley 16.713, la ley general del BPS, extiende
su actividad y crea un componente de ahorro que justamente incentiva
y hace ver el rendimiento de lo que uno va haciendo y de los aportes.
Tenemos un problema -y es bueno enunciarlo y tal vez sea bueno
hacerlo público- con la situación de la Caja Bancaria.
Debido a la evolución que ha tenido la actividad financiera
la situación de las cifras básicas de la Caja Bancaria
se ha venido deteriorando muy fuertemente. No me contengo de citar
algunas cifras: hace cinco años la Caja Bancaria tenía
17.500 afiliados; hace un año, 15.200; actualmente 13.300
o 13.200. La tendencia declinante del número de afiliados
activos es tan importante que hace prácticamente imposible
efectuar previsiones de largo plazo. En julio de este año
hicimos previsiones sobre 15 escenarios distintos trabajando con
una estabilización de los números de funcionarios
en 14.000; pocos días después estábamos debajo
de 14.000 y con perspectivas de seguir bajando. Hoy este número
está en 13.500 en octubre, en noviembre todos sabemos que
está próximo a 13.000 y nuestras previsiones con 13.000
nuevamente se ponen en duda, sobre todo cuando pensamos en 30 años.
Hemos decidido, el gobierno decidió -normalmente, no yo-
tener reuniones y análisis junto con la Caja Bancaria y con
la Asociación de Empleados Bancarios para analizar el tema
en una perspectiva que muestra que con cifras y evoluciones de este
tipo es muy difícil poder prever sistemas que sean autosustentables
en la práctica. Al mismo tiempo que los activos pasaron de
17.000 a 13.000, los pasivos pasaron de 13.000 a 16.000, y la relación
pasivo-equivalente que estaba hace sólo cinco años
en 1,70, ahora está en 1,04. Quiere decir que es una situación
realmente, como evolución en muy corto plazo, muy difícil
de predecir; por supuesto que no se espera una continuación
de este decrecimiento, pero es lo que hace muy difícil cumplir
con nuestro compromiso con nosotros mismos y con organismos internacionales
de presentar un proyecto viable antes de este fin de año.
No podemos cumplir ese compromiso y tenemos que abordar qué
posibilidades se abren para el futuro con una evolución tan
desfavorable de la población activa con respecto a la pasiva.
En otras áreas de actividad vamos a continuar haciendo modificaciones,
en el día de hoy se publicitó que UTE hará
su llamado para la central de gas, tema que esperábamos desde
hace bastante tiempo; y en otros sectores que son deficitarios,
tales como Correos, o donde se necesitan mejoras, como OSE, encararemos
cambios en el año 2004.
Paso ahora, enganchando con las pasividades, al tema del gasto
social. En Uruguay el gasto social -ya lo hemos dicho muchas veces
y más o menos está reconocido y absorbido por todos
nosotros- representa un gasto muy importante del Estado, aproximadamente
el 70 por ciento del gasto del Estado es gasto social, lo que representa
en el orden del 22-23 por ciento del producto. Es el país
de América del Sur o en general sin contar Estados Unidos
que dedica mayor porcentaje de su producto y de su presupuesto al
gasto social. Una situación en la cual el producto del país
cayó 11 por ciento en el año 2002, después
de bajas en los tres años anteriores, y con la necesidad
de un fuerte ajuste del gasto público, naturalmente que afectó
el total del gasto social. Entonces, acompañando a la reducción
general del ingreso, el gasto social, que es uno de los elementos
muy fuertes de Uruguay que conducen y lo mantienen todavía
como el país con distribución del ingreso más
igualitaria de América, se vio afectado, afectando también
la distribución del ingreso. La consecuencia es que la caída
del producto y la necesaria baja del gasto social condujeron a un
aumento de desigualdad y a un empeoramiento de la situación
de los más pobres.
En ese sentido, frente a esa situación, ¿qué
se hizo? Algunos elementos son automáticos: si aumenta la
desocupación hay un seguro de desocupación que permite
cubrir a esa gente, y si bien la noticia de que hay más gente
cobrando seguro de desocupación no es buena, es bueno saber
que está cobrando, que no solamente está desocupada
y no cobra. El número de desocupados que cobró en
retribuciones en el año 2002 se duplicó frente a años
anteriores, aunque ha tenido una evolución favorable en el
sentido de pagar menos en línea con la disminución
de la desocupación que empezó a operarse a mediados
de este año.
Pero se adoptaron otras medidas vinculadas, justamente, a una situación
crítica. Uno de los elementos más importantes fue
el destinado a atender las situaciones más graves vinculadas
con la alimentación. Tanto el Programa de Alimentación
Escolar (PAE), como los programas del Instituto de Alimentación
(INDA), lejos de disminuir, como es la tendencia general del gasto
público, el gasto público primario, sin incluir intereses,
bajó del 30 por ciento del producto al 25 por ciento del
producto. Para un producto que baja 10 por ciento es una baja espectacular
del gasto público en términos reales y en relación
debe haber habido una disminución del orden del 30 por ciento,
pero en el gasto en alimentación en particular en términos
reales, tanto el gasto del INDA como del PAE, aumentaron en el orden
del 30 por ciento, y lo mismo el número de personas atendidas
por estos servicios. El número de personas alcanzó
en el año 2002 a 510.000 y los gastos subieron de cifras
menores a éstas, o sea que hubo una duplicación del
gasto, por ejemplo del INDA, a una cifra de 800 millones de pesos
partiendo de cifras más próximas a 400 el año
anterior.
Por otro lado, a través de la acción de los ministerios
de Vivienda y de Trabajo básicamente, se inició un
plan de actividades comunitarias tendientes a asociar la percepción
del ingreso con pagos, utilizando recursos propios del Ministerio
de Trabajo (MTSS) y fondos del MEF.
En el marco de los acuerdos con el BID y el Banco Mundial (BM),
que ayudaron a financiar y permitir más o menos transitar
este período tan grave que vivimos en el año 2002,
las condiciones de los propios bancos, que se preocupan no sólo
por los aspectos financieros sino también por los sectores
sociales, incluyeron un conjunto de áreas protegidas de actividad,
áreas sociales protegidas en las cuales el gobierno se comprometió
a hacerlo, y cumplió, con el gasto vinculado con esas actividades.
Ellas están relacionadas efectivamente con la alimentación
-el PAE, el INDA-, los principales planes de reforma de la educación,
la atención de tiempo completo en las zonas sociales críticas
en la educación primaria, el desarrollo de la actividad de
secundaria, el Servicio de Empleo del MTSS, el pago de desempleo
del BPS, los pagos de las pensiones no contributivas del BPS, los
principales servicios de Salud Pública que atienden a toda
la población, en particular la más carenciada -toda
la zona de inmunizaciones, la lucha contra el dengue-. Hubo un compromiso
de mantenimiento del gasto para todas esas actividades, en el año
2002 se propuso un mantenimiento del gasto en eso, que traducido
a dólares de la época representaba 400 millones de
dólares el año pasado. El programa fue cumplido efectivamente,
se cumplió un 106 por ciento de los programas protegidos;
o sea que se gastó en promedio un 6 por ciento, donde sólo
en algunas áreas de educación no se llegó al
gasto previsto, pero el exceso en alimentación y en áreas
de Salud Pública hizo que se cumpliera por encima. Y en el
año 2003, en el primer trimestre, que era la condición
de desembolso con el BID, que cumplimos estrictamente, también
se superó la cifra prevista. Es decir que hubo un intento
de que dentro de una reducción global del 30 por ciento,
en el 70 por ciento la parte básica destinada a los sectores
más carenciados no sólo se mantuvo sino que pudo aumentarse.
Y con una visión a problemas nuevos -nuevos en el sentido
de que no están atendidos por el sistema formal- se creó
y comienza su aplicación en este fin de año el Programa
de Infancia y Familia de la Secretaría de Presidencia de
la República. Esto está destinado justamente a los
problemas de la niñez, la maternidad adolescente y tendrá
un impulso esperamos decisivo en el año próximo.
Para el año próximo pensamos continuar con estas
actividades, estamos diseñando nuevamente, en colaboración
con el BID, un programa de empleo que permita incrementar las actividades
comunitarias, que evidentemente no son la mejor solución
económica, no están destinadas al crecimiento económico,
son actividades que no deberían desarrollarse normalmente
si la economía respondiere y no tuviéramos desocupación.
Pero en tanto conseguimos el crecimiento y la recuperación
de la actividad, estas actividades dan un empleo digno y un ingreso
a gente que hoy no los tiene. Este programa de empleo supone un
aumento de las actividades comunitarias, una financiación
de todas las actividades vinculadas con exoneraciones de aportes
-industrias, agropecuaria, transporte, construcción- que
permitan mantener la competitividad en las actividades externas
y la reducción de costos en las que trabajan en las actividades
internas.
Por otra parte también estamos terminando -siempre el Poder
Ejecutivo, no yo; en particular el MTSS y el MEF- la preparación
de un nuevo proyecto de seguro de desocupación que amplíe
su extensión y traiga innovaciones que le permita ser más
útil y dedicado a alcanzar a más desocupados y que
evite algunos incentivos negativos que sobre todo encontramos en
el sistema creado en el año 1958 -en esa época éramos
estudiantes; pero también fui profesor a partir del año
1960, que no se preocupe el contador Iglesias-, en esa época
el seguro de desocupación fue votado, allá por octubre
de 1958, junto con la ley orgánica de la Universidad y requiere
desde nuestro punto de vista algunos mejoramientos, sobre todo una
mejora en los incentivos que hagan más atractiva la recuperación
pronta del empleo.
Básicamente esto es lo que estamos haciendo en condiciones
bien difíciles, ya que la contención del gasto público,
la obtención de un superávit primario de 3 por ciento
ahora y proyectándose hacia el 4 por ciento en años
futuros, implica que el gasto público decididamente ha tenido
una contracción fantástica en términos reales,
lo que significa un mayor peso en definitiva del Estado sobre la
sociedad. Muchas gracias".
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Transcripción: María Lila Ltaif
Edición: Mauricio Erramuspe
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