17.12.2003






FORO ACDE 2003 CON EL EQUIPO ECONÓMICO DE GOBIERNO
"El manejo de la política monetaria y cambiaria"

Texto completo de la exposición del presidente del Banco Central del Uruguay, Julio De Brun.

Vea la presentación en PowerPoint que acompañó la exposición

"No es posible tratar de explicar lo que fue el manejo de la política monetaria durante el año 2003 sin tomar en cuenta u olvidando las condiciones iniciales a fines del año 2002. Ciertamente tras la crisis ocurrida en Uruguay durante el año 2002 el sentimiento que teníamos, quienes integramos el equipo económico y el gobierno en general, era de que el largo plazo ya estaba aquí y que todas las decisiones que tomáramos desde ese momento en adelante ya no eran cuestiones de transición hacia otro estado de la economía en un proceso ordenado y demás, sino que en las circunstancias en las que se encontraba Uruguay a mediados del año 2002, era el momento de implementar todas las discusiones, todos los temas que eventualmente habían estado en la agenda durante mucho tiempo, porque ciertamente no había plazos, no había tiempos de ajuste como para poder procesar las cosas.

En la tumba de Karl Marx, en Londres, reza en su epitafio una frase del propio Marx que dice: "Hasta ahora los filósofos han discutido distintas maneras de interpretar el mundo, pero lo importante es cambiarlo". Si bien es curioso que sobre fines del siglo XX los que han filosofado más y se han convertido menos en agentes de cambio han sido los marxistas, de todas maneras ciertamente esa frase revela un espíritu con que hemos estado trabajando durante estos 18 meses en el gobierno, tratando de cambiar lo que estaba a nuestro alcance a fin de que la situación de Uruguay fuera hoy lo mejor posible en comparación con lo que era a mediados del año 2002.

Ciertamente, esto se trata de instituciones, no de personas; se trata del Banco Central (BCU), del Ministerio de Economía, del gobierno; se trata de autoridad, en definitiva ejercida con el propósito de lograr los objetivos buscados, pero corriendo el riesgo de caer en el error que se atribuye a Edward Gibbon en su obra Decadencia y caída del Imperio Romano, donde se le señala que a veces hay que distinguir cuándo habla del Imperio Romano y cuándo habla de sí mismo. De todas maneras trataremos de ir explicando qué es lo que tratamos de hacer durante todo este año a fin de llegar a los resultados que tenemos ahora.

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En lo que toca a mi parte, básicamente los problemas con que nos encontrábamos a comienzos del año y que de alguna manera determinaban los objetivos de política monetaria eran la necesidad de hacer una variedad de cosas. Esa variedad de cosas incluía reconstituir la confianza en el sistema bancario introduciendo, normas prudenciales que permitieran volver a recomponer gradualmente el nivel de depósitos, reconstituir activos daños en bancos que habían entrado en liquidación a través de la creación de un nuevo banco y fondos de liquidación sobre los activos no vigentes o malos de los bancos liquidados.

Teníamos por delante en el BCU encarar la tarea de liquidación de los cuatro mayores bancos del país, en un proceso en el cual desde prácticamente mediados de los 70 el BCU no había estado entrenado ni disponía de recursos humanos ni materiales como para poder llevarlo adelante, implementando con fortuna medidas legales innovadoras introducidas en la ley de diciembre del año pasado, que de alguna manera permitían agilitar y hacer más eficientes estos procesos, pero de todas maneras experimentando y aprendiendo en mecanismos que no eran habituales en la práctica uruguaya.

Teníamos un tema de predominio fiscal importante en la política monetaria, dado que los esfuerzos en materia fiscal que se habían empezado a realizar en el segundo semestre del año pasado todavía no se estaban materializando en un incremento sustancial de los saldos de las cuentas del gobierno.

Y además teníamos el que era "el tema" a fines del año pasado respecto a las perspectivas del año 2003: recuerden las preguntas que se nos hacían el año pasado en este lugar, básicamente referidas a qué iba a pasar con los vencimientos de deuda durante el año 2003. Durante este año, en conjunto con el Ministerio de Economía (MEF) y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) encaramos un proceso de reestructura de la deuda que resultó exitoso, y que permitió reducir significativamente la necesidad de financiamiento de corto plazo del gobierno y mejorar también sustancialmente la capacidad de maniobra del BCU en cuanto al manejo de los instrumentos disponibles para la política monetaria.

Además de todo esto también tratamos de ser generosos y contribuir con diversos esfuerzos parlamentarios en el sentido de investigar, a veces con sentido constructivo, a veces no tanto, las causas de la crisis del año pasado, en discusiones que abordaron la conveniencia o inconveniencia de determinadas decisiones adoptadas por el BCU en su momento, o que también involucraron tratar de averiguar qué pasó con alguna hoja de un expediente.

Para todo esto tratamos de poner atención, entendiendo que en definitiva, en circunstancias como las que ha vivido Uruguay, con tantas ansiedades y preocupaciones, es sumamente difícil distinguir entre lo importante y lo urgente y tratamos de alguna manera de poner atención en todo eso dentro de la medida de lo que fue posible.

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Yendo a las cosas importantes, en las cuales me voy a concentrar, partamos de una de las principales preocupaciones que tuvo el BCU durante el año 2003, que era reconstituir la liquidez internacional. El BCU tiene como objetivo fundamental -tiene varios, pero entre los fundamentales- el de preservar la capacidad de pago del país y el valor de la moneda. Dentro de las prioridades que tenía el año 2003, dadas las circunstancias que vivíamos a fines del año pasado, la primera prioridad estaba en reconstituir la liquidez del país con reservas internacionales que estaban todavía bastante menguadas sobre fines del año pasado y que incluso se deterioraron algo en el primer trimestre del año, hasta que pudimos encarar el canje de deuda.

Pero precisamente en buena medida gracias al éxito del canje las reservas internacionales se pudieron prácticamente cuadruplicar a lo largo del año 2003 desde niveles menores a 500 millones de dólares a mediados de marzo, hasta niveles cercanos a los 2.000 millones de dólares para fines de este año.

No solamente es importante el aumento de reservas internacionales per se, sino además la calidad de la composición de estas reservas internacionales. La posición en moneda extranjera del BCU, que era negativa en 300 millones de dólares en setiembre del año 2002, está prácticamente nivelada hacia fines del año 2003. Y la relación entre las reservas internacionales y las exigibilidades de corto plazo, fundamentalmente del sistema bancario en el BCU, que llegaron a ser negativas en casi 500 o 600 millones de dólares en febrero del año 2003, hoy también están prácticamente niveladas y con tendencia a tener un saldo positivo una vez que vayamos teniendo los incrementos de reserva previstos en el programa 2004.

De modo que, hoy por hoy, el BCU ha recuperado su plena capacidad de respaldar al sistema, de atender la capacidad de pagos del país frente a todo el mundo, lo cual a su vez se ha reflejado, en definitiva, en una mayor estabilidad de todas las variables financieras que hemos manejado durante este año.

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El otro gran objetivo, que es en materia de inflación, tuvo resultados mucho mejores de los esperados originalmente; habíamos arrancado el año hablando de una inflación similar a la del año 2002, en niveles del orden del 27 por ciento. Pero una serie de factores benignos permitieron que la inflación observada fuera persistentemente inferior a la que establecíamos en nuestras metas.

En el año 2002 el BCU modificó el esquema cambiario y en definitiva el ancla nominal del sistema vigente hasta este momento hacia algo que prácticamente no se hacía desde el año 1984, que era tener un esquema de flotación relativamente limpio, utilizando la cantidad de dinero como ancla nominal del sistema. Lo cual tenía un par de razones básicas detrás. La primera es que, dado el nivel de reservas que teníamos a mitad del año pasado, no podíamos razonablemente basar una estrategia de reducción de la inflación en compromisos en materia cambiaria porque no teníamos niveles de reserva suficientes como para sostenerla. Pero además por el hecho de que, dada nuestra preocupación en reconstituir las reservas del BCU (la principal preocupación del BCU en 2003 no era tanto en términos de precio, de determinadas variables, sino en términos de stock), si teníamos que incrementar nuestras reservas internacionales y teníamos que a su vez mejorar nuestra posición en moneda extranjera, teníamos que necesariamente incrementar esas reservas internacionales contra pasivos denominados en moneda nacional, y eso de alguna manera implicaba establecer metas sobre expansión de pasivos monetarios y de ahí también nuestra preocupación por establecer metas sobre esos pasivos monetarios que fueran consistentes con la estabilidad de precios y evitar un fenómeno que se había dado muchas veces en crisis cambiarias en Uruguay en el pasado, que era el regreso a la inflación a niveles altos y por períodos prolongados de tiempo.

La estabilidad lograda por el éxito de una política monetaria sumamente restrictiva sobre fines del año 2002, junto con el crecimiento de la economía durante el año 2003 -tema sobre el cual va a hablar el ministro de Economía- y una tendencia a la remonetización de la economía generada por el propio ambiente de flotación, que consideramos una herramienta indispensable si queremos entrar en un proceso de desdolarización, fueron generando un gradual aumento de la demanda de dinero, por encima de lo esperado por el BCU, lo que dadas determinadas metas sobre cantidad nominal de dinero en definitiva se reflejó en niveles de inflación sustancialmente menores a los esperados.

Es así que en los 12 meses a noviembre estamos ya muy cerca de la inflación de un dígito, vamos a terminar este año con niveles de inflación entorno al 10 por ciento, y estamos trazando metas de inflación para el año 2004 de entre 7 y 9 por ciento anual diciembre a diciembre [ver gráfica].

Justamente, el proceso de remonetización de la economía se observa allí [ver gráfica]. Esa línea gris en la evolución de la emisión durante el año 2003... (es más difícil manejar este cursor que hacer política monetaria). Este incremento de la emisión en términos reales que observan aquí es el que se produce a la salida del feriado bancario, cuando el BCU paga las cuentas en pesos en cuentas corrientes y cajas de ahorro, junto con algunos problemas fiscales que se producen precisamente por los problemas en la cadena de pagos a la salida del feriado bancario. Luego se observa la caída siguiente, que es la contracción monetaria realizada a partir de ese momento, que es la que permite estabilizar la inflación (o sea la inflación fue alta en el tercer trimestre del año 2002, pero bajó rápidamente en el cuarto trimestre, merced a este esfuerzo en materia monetaria), y luego la línea rosada refleja la evolución de la emisión durante el mismo período, del mismo mes de cada año para el año siguiente, donde ya se observa hacia fines de este año, ya en diciembre, niveles de emisión en términos reales superiores a los del mismo mes del año pasado, en un proceso que dada esta tendencia seguramente va a continuar durante el año 2004.

El aumento en la demanda de dinero por encima de lo previsto hizo que el BCU tuviera que generar mecanismos que inyectaran mayor liquidez sin modificar nuestros objetivos originales en materia de base monetaria. Y eso lo hicimos disminuyendo la distorsión que en definitiva existía sobre el sistema bancario, que era el alto nivel de encajes en moneda nacional, también con ello apuntando, al establecer un menor encaje en moneda nacional que sobre depósitos en moneda extranjera, a los objetivos de desdolarización que estamos buscando en la economía uruguaya. Esa reducción de los encajes generó a partir de los meses de julio y agosto un incremento importante en los niveles de liquidez excedentes de los bancos, pero que ya a partir del mes de octubre comenzó a revertirse gradualmente coincidiendo con un aumento de los préstamos en moneda nacional en el sistema bancario en su conjunto en este período.

Este proceso de liberación de liquidez a su vez contribuyó a una reducción sustancial de todas las tasas, las tasas pasivas del sistema bancario, el call interbancario, la tasa de las letras de Tesorería o las letras de regulación monetaria del BCU, y junto con ello también una gradual reducción en las tasas de interés activas en moneda nacional. Todo ello contribuyendo, sobre todo en la segunda mitad del año, a la recuperación en el consumo que están mostrando también las cuentas nacionales del tercer trimestre, y que también empiezan a ratificarse para el cuarto trimestre.

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A partir de este momento y habiendo como quien dice limpiado la cancha de los mayores problemas a fines de 2002, llega el momento de trazarnos nuestros principales objetivos con miras al año 2004.

En primer lugar vamos a mantener nuestro esquema de flotación cambiaria con metas monetarias que van a estar anunciadas en breve en el boletín monetario que publica trimestralmente el BCU, en un mecanismo por el cual vamos a seguir trabajando en el sentido de aumentar la transparencia y la calidad de la información de que disponen los agentes en cuanto al objetivo del BCU en este esquema de flotación.

A lo largo del año hemos ido tratando de enfatizar cada vez más que lo que pretende el BCU en el mercado de cambios no es establecer precios, sino que las intervenciones son con propósito exclusivo desde el punto de vista cuantitativo en materia de reservas internacionales. Por eso es que en su momento empezamos a anunciar cuáles eran los montos de licitaciones de letras de Tesorería y regulación monetaria al inicio de cada jornada operativa, a fin de que el sistema tuviera mejor información sobre cuál iba a ser el nivel de liquidez disponible. Luego incorporamos anuncios sobre el nivel de compras de dólares por parte del BCU para que también el mercado tuviera conocimiento de la naturaleza de la intervención del BCU en ese día. Esos mecanismos se van a mantener, lo único que con mucho menos intensidad que en el año 2003, porque, habiendo llegado hacia fines del año 2003 a redondear nuestros objetivos en materia de cierre de posición de moneda extranjera y de cobertura de los depósitos en el BCU con nuestras reservas internacionales, la necesidad de compra de dólares por parte del BCU van a ser sustancialmente inferiores en el año 2004 respecto del año 2003. Estamos pensando en principio en un nivel de compras brutas por parte del BCU en el mercado del orden de los 100 millones de dólares, aproximadamente equivalentes a las pérdidas en moneda extranjera que tiene el BCU por pago de intereses, ya sea al Fondo Monetario (FMI) o por depósitos en el BCU, lo cual representa aproximadamente una quinta parte de las compras que hizo el BCU en el mercado durante el año 2003.

Como habíamos dicho estas metas monetarias van a ser consistentes con un objetivo de inflación de un dígito, entre 7 y 9 por ciento anual, diciembre a diciembre, manteniendo la tendencia a la reducción que observamos durante el año 2003. Esto va a estar acompañado de una encuesta sobre expectativas de inflación que vamos a estar circulando entre colegas y que vamos a estar divulgando mes a mes a fin de que todos los formadores de precios y el propio BCU una visión clara de cuáles son las expectativas del mercado en materia de inflación; y en ese sentido tomar los correctivos necesarios en nuestra política monetaria a fin de lograr que gradualmente y en forma consistente con la mayor credibilidad de nuestra política monetaria esas expectativas se vayan alineando a los objetivos de inflación por parte del BCU. Esto es también, por un lado, el reflejo del compromiso que tiene la autoridad monetaria con la estabilidad de precios, que pretendemos que sea un objetivo de tipo institucional que vaya más allá de lo que pueda ser el mandato de las actuales autoridades, y además es una forma de centralizar la atención del público en lo que realmente nos interesa, que es la inflación, y no otras variables que normalmente solían generar la atención por parte del público en cuanto a sus precios, en particular el tipo de cambio.

El mecanismo de flotación que hemos tratado de implementar tiene como uno de sus objetivos destruir el rol del tipo de cambio como unidad de cuenta del sistema y todas nuestras acciones de alguna manera están dedicadas a que la atención del público empiece a concentrarse cada vez más en la evolución del poder adquisitivo, en definitiva de la evolución de la inflación.

La mejora de la liquidez internacional, al estar limitadas nuestras compras a lo que pueda ser simplemente el mantenimiento de nuestra posición en moneda extranjera va a provenir de los desembolsos de los organismos internacionales, fundamentalmente, en el caso del BCU, de parte del FMI, y vamos a seguir introduciendo medidas dedicadas al fortalecimiento bancario.

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La crisis del año 2002 nos ha dejado muchas lecciones que en el BCU estamos tratando de incorporar y reflejar en el desempeño de nuestras funciones, en nuestro marco regulatorio, en el tipo de organización de nuestra supervisión.

En ese sentido vamos a seguir una continua mejora de una normativa prudencial sumada a lo que ya hemos introducido en materia de distintos topes de riesgo. Uno de los temas que seguramente analicemos en profundidad durante el año 2004 es la cuestión de los topes de riesgo en materia de mismatch de monedas, donde ya tenemos alguna normativa que introduce dentro de la calificación subjetiva el posible impacto de la devaluación sobre los balances de las empresas deudoras del sistema y el establecimiento de previsiones en consecuencia respecto de ello. Pero es un tema sobre el cual vamos a seguir trabajando de tal manera de reducir la fragilidad que tradicionalmente afectaba a Uruguay en materia de excesiva dolarización del sistema cuando créditos en moneda extranjera estaban concentrados en sectores cuyos ingresos estaban fundamentalmente basados en el mercado interno.

Vamos a mantener nuestra agenda de desdolarización, partiendo de un esquema de flotación cambiaria, siguiendo con normativa prudencial que refleje los distintos riesgos del sistema entre estar en una moneda u otra, introduciendo gradualmente un esquema de seguros de depósitos que también reconozca los diferentes tipos de riesgo entre moneda nacional y moneda extranjera, en una forma paulatina que refleje por un lado la necesidad de contar con el seguro de depósitos como un elemento más en las redes de seguridad del sistema financiero, pero también en forma consistente con la situación actual del sistema financiero, su rentabilidad, el nivel de tasas de interés y el nivel general de tributación que hoy tiene el sector.

Entre otras acciones previstas para el año 2004 tenemos acciones relativas al fortalecimiento del mercado de capitales, desregulación de los agentes intervinientes, teníamos un proyecto de ley enviado a fines del año 2002, que fue desglosado en el tratamiento parlamentario, vamos a insistir sobre el tema a través de algunas coincidencias que hemos encontrado con agentes participantes del mercado como la Bolsa de Valores. Tenemos temas en carpeta desde hace mucho tiempo que entendemos imprescindibles para el desarrollo y la transparencia del mercado de capitales uruguayos, como es el tema de la caja de valores, sobre lo cual también vamos a estar trabajando y tomando algunas decisiones durante el año 2004.

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Esto es todo por ahora. Quedo a las órdenes para la etapa de las preguntas. Muchas gracias".

Vea la presentación en PowePoint que acompañó la exposición

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón





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