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24.04.2003























 

A 48 HORAS DE LA VEDA ELECTORAL
Candidatos frente a las cámaras

En tres días los argentinos tienen que votar un presidente. La paridad entre cinco de los postulantes y el alto nivel de indecisión son los únicos consensos que existen entre los analistas. Es una elección que despierta pasión en los contendientes y cierto grado de apatía en los ciudadanos. El miércoles 23, las principales fórmulas pasaron por el programa A dos voces del canal TodoNoticias. Allí quemaron algunos de sus últimos cartuchos. Veamos.

Gustavo Silvestre y Marcelo Bonelli, conductores del programa A dos voces -uno de los más prestigiosos en el debate político argentino-, comenzaron la emisión reconociendo que en las últimas semanas se dio un manejo tendencioso de las encuestas. Sin señalar a quién había beneficiado esa maniobra, aclararon que el programa no iba a dar datos de ese tipo. Simplemente ofrecería las palabras y propuestas de los candidatos. Cierto o no, los comentarios respecto de las encuestas parecían poner una sombra de duda sobre el marcado crecimiento de Ricardo López Murphy, hasta hace no mucho tiempo un candidato testimonial.

Péguenle a López Murphy

El ex y fugaz ministro de Economía del gobierno de Fernando De la Rúa fue entonces el blanco preferido de todos candidatos que pasaron por el programa. Seguramente, la apuesta era cortar el crecimiento de este postulante y retener los votos que pudiera "robarle" a cada uno.

La primera fue Elisa Carrió, candidata por la centroizquierdista Alternativa para una República de Iguales (ARI). Popular tras la campaña que emprendió contra la corrupción que para ella reinó en el gobierno del ex presidente y actual candidato Carlos Saúl Menem, la única mujer con posibilidades de llegar al sillón de Rivadavia comparó a López Murphy con ese líder peronista. Según Carrió, ambos representan al establishment económico argentino y desarrollarían "un modelo de exclusión social".

La candidata aseguró que de ser presidente apostaría a una integración sólida de América del Sur y su consolidación como una zona de paz, frente a la "guerra global" que, dijo, emprendería el presidente de Estados Unidos, George Bush. En esta línea, Menem y López Murphy vendrían a materializar el interés estadounidense de romper esta integración con "dos cabeceras de playa": Colombia y Argentina.

Carrió fue enfática. "Soy la única que le puede ganar a Menem". Agregando eslóganes afirmó que hay que votar por "una Argentina distinta", ganarle "a la Argentina del miedo" y que "integración social es mejor que corrupción". "Yo voy a ser presidente, vote con dignidad", remató.

"Gano en la primera vuelta"

Así de categórico fue el ex presidente Carlos Menem al iniciar su participación. Aseguró que en su gobierno de 10 años (entre 1989 y 1999) Argentina vivió en paz, con pleno respeto a los derechos, con seguridad y que ese era el mejor aval en su pretensión de ser presidente por tercera vez. "No tengo dudas de que vamos a arrasar", sentenció.

Su nueva gestión se inclinará por el shock, según afirmó. "Me inclino por un giro copernicano de 180 grados. El shock (se daría) por la confianza que da que vuelva (a ser presidente) un hombre que gobernó 10 años". La experiencia, entonces, es lo más importante para superar la crisis que vive ese país. Para él, la política se nutre de la previsión y su mandato la garantizaría. "Los que no tienen previsión en este mundo fascinante van al fracaso".

En cuanto a sus propuestas de gobierno, anunció un importante plan de obra pública, la construcción de viviendas pero no adelantó quién será su ministro de Economía. Otra de sus ideas es dividir la Cancillería para crear el Ministerio de Comercio Exterior destinado a captar mercados para reactivar la producción con el consiguiente aumento del empleo y el consumo.

Menem dijo que no tiene nada que ver con López Murphy, contestando a quienes los equiparan en propuestas e ideología. "Él es radical, yo soy justicialista", afirmó. "Basta de experimentos, (los argentinos) ya saben quién ha gobernado bien". Propuso volver a la Argentina de los 90, "aumentada, mejorada y corregida".

El que tiene el partido más difícil

El tercero en presentarse ante los ciudadanos fue el candidato de la Unión Cívica Radical, Leopoldo Moreau. Muy rezagado en la contienda y sin chances de llegar al balotaje, optó por subestimar la validez de los estudios de opinión. "La verdad es que la inmensa mayoría está indecisa", afirmó. Sostuvo que la postergación de su partido en los datos responde a una campaña por dispersar el voto radical "para que Menem gane en la primera vuelta".

Moreau pertenece al partido que llevó a Fernando De la Rúa a la Presidencia y ese parece un obstáculo difícil de superar. Él dijo que se hace responsable de haberlo votado pero no de las decisiones que tomó el ex presidente. Quien debe hacerlo es Ricardo López Murphy, aseguró, dada su condición de ministro de ese gobierno durante 18 meses. También señaló que muchos integrantes de aquel gabinete hoy trabajan por la candidatura de López Murphy. En su embestida contra este candidato, afirmó que "juega en el mismo equipo de Menem". En ese contexto, dijo que la propuesta de Menem se grafica con el pueblo en una vereda, el presidente en otra y en el medio las Fuerzas Armadas reprimiendo. Lo mismo ocurriría con López Murphy, enfatizó.

El delfín del gobierno

Néstor Kirchner vaticinó que sin duda estará en el balotaje. En ese caso, él sería la alternativa para consolidar el cambio hacia la producción y el trabajo, frente al ajuste permanente, la desocupación y la concentración del ingreso que representarían Menem y López Murphy. Profundizando esa idea, citó lo que le habría dicho un banquero del que no mencionó más datos: "queremos a Menem y López Murphy en el balotaje porque sería una interna casera".

Una vez más, el candidato del gobierno ratificó que en su gobierno el ministro de Economía sería quien actualmente desempeña el cargo: Roberto Lavagna. Destacó que el secretario de Estado "viene demostrando que hay una manera distinta de manejar la economía" y propuso "una Argentina donde la armonía permita el crecimiento". Para ello se basó en los datos favorables que viene presentado la actividad en los últimos dos trimestres. "Lavagna asegura certeza, previsibilidad. No vamos a perder ni un solo segundo, seguiremos trabajando".

Sin despegarse del actual gobierno provisorio encabezado por Eduardo Duhalde, prometió llevar adelante un gobierno de inclusión social, con fuertes políticas de salud y funcionamiento correcto de las empresas privatizadas, todo un tema dentro de esta campaña. Además: "mejorar el poder adquisitivo de la gente generando empleo para que los que no están consumiendo puedan hacerlo".

"Estamos llegando..."

Ese fue el mensaje de Ricardo López Murphy. Su crecimiento ha sido la mayor sorpresa de este proceso electoral y algunas encuestas ya lo ubican disputando un balotaje con Menem.

Lógicamente y tras todas las comparaciones con ese candidato, el intento de distanciamiento de Menem fue notorio a lo largo de la entrevista. En primer lugar señaló que tienen visiones institucionales "absolutamente distintas". Acusó al ex presidente de haber impulsado reformas constituciones y de las instituciones constantemente para beneficiarse. Agregó que durante la presidencia del líder riojano hubo "una enorme expansión del gasto público corriente para financiar políticas clientelísticas. Nos quedamos con la deuda externa y sin activos".

Él, en cambio, se presentó como "una versión prolija de lo que se hace en el mundo". "No hagamos cosas raras, hagamos lo que se hace en el mundo", pidió. Y remató: "tengamos un gobierno normal". Todo un desafío para la Argentina actual. En esa línea propuso "hacerse cargo de los problemas en un marco que permita el desarrollo".

Respecto a su pasaje por el Ministerio de Economía, señaló que hoy no propondría lo mismo. En aquella oportunidad había postulado la arancelización de las universidades, la reducción de los aportes a las provincias y un fuerte ajuste en la retribución a los funcionarios públicos. Este paquete fue rechazado por la población y por la clase política y, tras pocos días, tuvo que renunciar. Hoy apostaría a la racionalidad, dijo, "porque estamos seguros de nuestras propuestas".

Tiempo de sonrisas

"Estamos ganando en todo el país", dijo Adolfo Rodríguez Saá contrariando los datos de todas las encuestas que lo ubican lejos del balotaje. Los consultores de opinión "están actuando como adivinos, con el perdón de los adivinos", ironizó. Para él, la postergación de su candidatura responde a un pacto entre Duhalde y Menem para perpetuarse en el poder.

Sin perder la sonrisa, destacó que desde el primer día de su mandato habrá cambios sustanciales. "Vamos a aumentar la jubilación, convocar al consejo de salarios y dejar atrás la Argentina que nos divide". Esto se sumaría a otras 120 medidas de rápida implementación en su gobierno. El financiamiento llegaría de mano de la eliminación de los gastos de la corrupción, aseguró sin más datos.

Recta final

Las promesas, sonrisas y alusiones a los contrincantes dominaron los discursos de los candidatos. Se termina el tiempo y todos aseguran que estarán en la segunda vuelta. Así, como en toda campaña, acumulan las promesas. Claro, falta el cómo llevarlas a cabo pero, lamentablemente, esto no es patrimonio exclusivo de Argentina.

Mauricio Erramuspe (Espectador.com)




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