A
48 HORAS DE LA VEDA ELECTORAL
Candidatos frente a las cámaras
En tres días los argentinos tienen que votar un presidente.
La paridad entre cinco de los postulantes y el alto nivel de indecisión
son los únicos consensos que existen entre los analistas.
Es una elección que despierta pasión en los contendientes
y cierto grado de apatía en los ciudadanos. El miércoles
23, las principales fórmulas pasaron por el programa A dos
voces del canal TodoNoticias. Allí quemaron algunos de sus
últimos cartuchos. Veamos.
Gustavo Silvestre y Marcelo Bonelli, conductores del programa A
dos voces -uno de los más prestigiosos en el debate político
argentino-, comenzaron la emisión reconociendo que en las
últimas semanas se dio un manejo tendencioso de las encuestas.
Sin señalar a quién había beneficiado esa maniobra,
aclararon que el programa no iba a dar datos de ese tipo. Simplemente
ofrecería las palabras y propuestas de los candidatos. Cierto
o no, los comentarios respecto de las encuestas parecían
poner una sombra de duda sobre el marcado crecimiento de Ricardo
López Murphy, hasta hace no mucho tiempo un candidato testimonial.
Péguenle a López Murphy
El ex y fugaz ministro de Economía del gobierno de Fernando
De la Rúa fue entonces el blanco preferido de todos candidatos
que pasaron por el programa. Seguramente, la apuesta era cortar
el crecimiento de este postulante y retener los votos que pudiera
"robarle" a cada uno.
La
primera fue Elisa Carrió, candidata por la centroizquierdista
Alternativa para una República de Iguales (ARI). Popular
tras la campaña que emprendió contra la corrupción
que para ella reinó en el gobierno del ex presidente y actual
candidato Carlos Saúl Menem, la única mujer con posibilidades
de llegar al sillón de Rivadavia comparó a López
Murphy con ese líder peronista. Según Carrió,
ambos representan al establishment económico argentino y
desarrollarían "un modelo de exclusión social".
La candidata aseguró que de ser presidente apostaría
a una integración sólida de América del Sur
y su consolidación como una zona de paz, frente a la "guerra
global" que, dijo, emprendería el presidente de Estados
Unidos, George Bush. En esta línea, Menem y López
Murphy vendrían a materializar el interés estadounidense
de romper esta integración con "dos cabeceras de playa":
Colombia y Argentina.
Carrió fue enfática. "Soy la única que
le puede ganar a Menem". Agregando eslóganes afirmó
que hay que votar por "una Argentina distinta", ganarle
"a la Argentina del miedo" y que "integración
social es mejor que corrupción". "Yo voy a ser
presidente, vote con dignidad", remató.
"Gano en la primera vuelta"
Así de categórico fue el ex presidente Carlos Menem
al iniciar su participación. Aseguró que en su gobierno
de 10 años (entre 1989 y 1999) Argentina vivió en
paz, con pleno respeto a los derechos, con seguridad y que ese era
el mejor aval en su pretensión de ser presidente por tercera
vez. "No tengo dudas de que vamos a arrasar", sentenció.
Su
nueva gestión se inclinará por el shock, según
afirmó. "Me inclino por un giro copernicano de 180 grados.
El shock (se daría) por la confianza que da que vuelva (a
ser presidente) un hombre que gobernó 10 años".
La experiencia, entonces, es lo más importante para superar
la crisis que vive ese país. Para él, la política
se nutre de la previsión y su mandato la garantizaría.
"Los que no tienen previsión en este mundo fascinante
van al fracaso".
En cuanto a sus propuestas de gobierno, anunció un importante
plan de obra pública, la construcción de viviendas
pero no adelantó quién será su ministro de
Economía. Otra de sus ideas es dividir la Cancillería
para crear el Ministerio de Comercio Exterior destinado a captar
mercados para reactivar la producción con el consiguiente
aumento del empleo y el consumo.
Menem dijo que no tiene nada que ver con López Murphy, contestando
a quienes los equiparan en propuestas e ideología. "Él
es radical, yo soy justicialista", afirmó. "Basta
de experimentos, (los argentinos) ya saben quién ha gobernado
bien". Propuso volver a la Argentina de los 90, "aumentada,
mejorada y corregida".
El que tiene el partido más difícil
El tercero en presentarse ante los ciudadanos fue el candidato
de la Unión Cívica Radical, Leopoldo Moreau. Muy rezagado
en la contienda y sin chances de llegar al balotaje, optó
por subestimar la validez de los estudios de opinión. "La
verdad es que la inmensa mayoría está indecisa",
afirmó. Sostuvo que la postergación de su partido
en los datos responde a una campaña por dispersar el voto
radical "para que Menem gane en la primera vuelta".
Moreau pertenece al partido que llevó a Fernando De la Rúa
a la Presidencia y ese parece un obstáculo difícil
de superar. Él dijo que se hace responsable de haberlo votado
pero no de las decisiones que tomó el ex presidente. Quien
debe hacerlo es Ricardo López Murphy, aseguró, dada
su condición de ministro de ese gobierno durante 18 meses.
También señaló que muchos integrantes de aquel
gabinete hoy trabajan por la candidatura de López Murphy.
En su embestida contra este candidato, afirmó que "juega
en el mismo equipo de Menem". En ese contexto, dijo que la
propuesta de Menem se grafica con el pueblo en una vereda, el presidente
en otra y en el medio las Fuerzas Armadas reprimiendo. Lo mismo
ocurriría con López Murphy, enfatizó.
El delfín del gobierno
Néstor Kirchner vaticinó que sin duda estará
en el balotaje. En ese caso, él sería la alternativa
para consolidar el cambio hacia la producción y el trabajo,
frente al ajuste permanente, la desocupación y la concentración
del ingreso que representarían Menem y López Murphy.
Profundizando esa idea, citó lo que le habría dicho
un banquero del que no mencionó más datos: "queremos
a Menem y López Murphy en el balotaje porque sería
una interna casera".
Una
vez más, el candidato del gobierno ratificó que en
su gobierno el ministro de Economía sería quien actualmente
desempeña el cargo: Roberto Lavagna. Destacó que el
secretario de Estado "viene demostrando que hay una manera
distinta de manejar la economía" y propuso "una
Argentina donde la armonía permita el crecimiento".
Para ello se basó en los datos favorables que viene presentado
la actividad en los últimos dos trimestres. "Lavagna
asegura certeza, previsibilidad. No vamos a perder ni un solo segundo,
seguiremos trabajando".
Sin despegarse del actual gobierno provisorio encabezado por Eduardo
Duhalde, prometió llevar adelante un gobierno de inclusión
social, con fuertes políticas de salud y funcionamiento correcto
de las empresas privatizadas, todo un tema dentro de esta campaña.
Además: "mejorar el poder adquisitivo de la gente generando
empleo para que los que no están consumiendo puedan hacerlo".
"Estamos llegando..."
Ese fue el mensaje de Ricardo López Murphy. Su crecimiento
ha sido la mayor sorpresa de este proceso electoral y algunas encuestas
ya lo ubican disputando un balotaje con Menem.
Lógicamente y tras todas las comparaciones con ese candidato,
el intento de distanciamiento de Menem fue notorio a lo largo de
la entrevista. En primer lugar señaló que tienen visiones
institucionales "absolutamente distintas". Acusó
al ex presidente de haber impulsado reformas constituciones y de
las instituciones constantemente para beneficiarse. Agregó
que durante la presidencia del líder riojano hubo "una
enorme expansión del gasto público corriente para
financiar políticas clientelísticas. Nos quedamos
con la deuda externa y sin activos".
Él,
en cambio, se presentó como "una versión prolija
de lo que se hace en el mundo". "No hagamos cosas raras,
hagamos lo que se hace en el mundo", pidió. Y remató:
"tengamos un gobierno normal". Todo un desafío
para la Argentina actual. En esa línea propuso "hacerse
cargo de los problemas en un marco que permita el desarrollo".
Respecto a su pasaje por el Ministerio de Economía, señaló
que hoy no propondría lo mismo. En aquella oportunidad había
postulado la arancelización de las universidades, la reducción
de los aportes a las provincias y un fuerte ajuste en la retribución
a los funcionarios públicos. Este paquete fue rechazado por
la población y por la clase política y, tras pocos
días, tuvo que renunciar. Hoy apostaría a la racionalidad,
dijo, "porque estamos seguros de nuestras propuestas".
Tiempo de sonrisas
"Estamos ganando en todo el país", dijo Adolfo
Rodríguez Saá contrariando los datos de todas las
encuestas que lo ubican lejos del balotaje. Los consultores de opinión
"están actuando como adivinos, con el perdón
de los adivinos", ironizó. Para él, la postergación
de su candidatura responde a un pacto entre Duhalde y Menem para
perpetuarse en el poder.
Sin perder la sonrisa, destacó que desde el primer día
de su mandato habrá cambios sustanciales. "Vamos a aumentar
la jubilación, convocar al consejo de salarios y dejar atrás
la Argentina que nos divide". Esto se sumaría a otras
120 medidas de rápida implementación en su gobierno.
El financiamiento llegaría de mano de la eliminación
de los gastos de la corrupción, aseguró sin más
datos.
Recta final
Las promesas, sonrisas y alusiones a los contrincantes dominaron
los discursos de los candidatos. Se termina el tiempo y todos aseguran
que estarán en la segunda vuelta. Así, como en toda
campaña, acumulan las promesas. Claro, falta el cómo
llevarlas a cabo pero, lamentablemente, esto no es patrimonio exclusivo
de Argentina.
Mauricio Erramuspe (Espectador.com)
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