Tras el ataque de Estados Unidos a Afganistán

Estados Unidos, promoviendo la guerrilla de la Alianza del Norte que se opone al régimen talibán, controla la totalidad de Afganistán. Pasó más de un mes de bombardeos, ejecutados por fuerzas estadounidenses e inglesas, y aún no se conoce nada sobre el posible desenlace de esta campaña militar. El principal enemigo, Osama Bin Laden, sigue prófugo y desafiante.

La misma actitud que el 11 de setiembre derribó las Torres Gemelas de Nueva York y parte del Pentágono en Washington, cambiando el mundo para siempre. La misma actitud que lo vuelve un enemigo diferente a cualquier otro. La misma que mantendrá intranquilo al pueblo norteamericano hasta que no lo vea "fuera de combate".

Tras perder Kandahar, el viernes 7, los talibán se refugiaron en las montañas afganas. Una topografía prácticamente inexpugnable que, se supone, esconde a Bin Laden y complica las intenciones estadounidenses de terminar pronto la campaña en Afganistán.

Ya se habla de dos posibles nuevos objetivos en la "lucha contra el terrorismo": Irak y Somalia...

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Antecedentes:

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