Publicado
por la Agencia Latinoamericana de Información (11.09.01)
Un
voto por la cordura
Por Rigoberta Menchú Tum
Luego de conocer los sucesos que han conmovido al mundo desde
las primeras horas de hoy, deseo hacer pública mi posición
en los siguientes términos:
Condeno firmemente
los repudiables actos terroristas que han costado miles de vidas
civiles inocentes y han desatado una espiral de violencia de consecuencias
imprevisibles. El terrorismo, venga de donde venga, es una conducta
políticamente injustificable y moralmente inaceptable.
Expreso mi más
profundo sentimiento de condolencia y solidaridad con las víctimas,
sus familias y el pueblo estadounidense.
Hago un llamado
a la serenidad y la cordura para evitar responder a la provocación
y la insensatez con lo que podría resultar en una ofensiva
revanchista que únicamente alimentaría una escalada
de violencia que sabiendo cómo y dónde empieza, nadie
podría prever cómo ni cuándo terminaría.
Invoco a extremar
los recursos que hagan posible el diálogo entre un sistema
mundial hegemónico, que incluye y excluye selectiva y unilateralmente,
y la radicalidad desesperada de las respuestas que ha engendrado.
Alerto a la
comunidad internacional sobre el peligro de que las acciones de
estos grupos terroristas contribuyan a desatar una lógica
de guerra, buscando dirimir viejas y nuevas controversias entre
naciones y justificando acciones contra grupos y sectores que no
han encontrado una disposición pluralista para el reconocimiento
y respeto a sus expresiones identitarias en los marcos institucionales
actuales.
Hago un llamado
a los medios de comunicación a evitar el alarmismo fundado
en interpretaciones de fuerte filiación ideológica,
que sólo acrecienta la confusión y alimenta los fantasmas
de la intolerancia.
Finalmente,
convoco a la sociedad civil del planeta, a los Premios Nobeles y
a quienes ostentan la responsabilidad de gobernar todos los países
del mundo, a no precipitar conclusiones sobre los acontecimientos
de hoy y comprometernos en un gran FRENTE DE LA CORDURA, que detenga
la obarde insensatez de la violencia y evite mayores sufrimientos
a la humanidad.
Ciudad de México,
11 de septiembre de 2001
Rigoberta Menchú
Tum
Premio Nobel de la Paz
Embajadora de Buena Voluntad de la Cultura de Paz
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