"SOLO CUANDO SUCUMBA"
La heroica defensa que dio identidad
a Paysandú
En 2004 se
cumplirán 140 años del Sitio a Paysandú y la
temeraria defensa dirigida por Leandro Gómez. Una resistencia
que hasta hace poco era orgullo de blancos y sanduceros pero ha
trascendido esas fronteras para instalarse como un hito dentro de
la historia de uruguaya. La reciente edición de "Solo
cuando sucumba", una recopilación de artículos
de César Di Candia sobre aquel hecho, motivó una tertulia
especial con el autor junto a José Claudio Williman, Carlos
Maggi y desde Paysandú, Nelly de Agostini.
EN PERSPECTIVA
Viernes 26.12.03, hora 9.35.
EMILIANO COTELO:
La heroica resistencia de Paysandú fue durante un tiempo
un orgullo exclusivo de los sanduceros y de los blancos. Hoy ya
seguramente no es así: aquella gesta legendaria de un puñado
de patriotas encabezados por el general Leandro Gómez se
ubica a esta altura como un hito mayor en la historia nacional.
Hace poco la
novela de Mario Delgado Aparaín "No robarás las
botas de los muertos" reavivó el debate y la reflexión
sobre aquel acontecimiento. Ahora, un libro del periodista César
di Candia, "Sólo cuando sucumba", lo encara, pero
a través de testimonios de los sobrevivientes.
Es una buena
forma de ir ingresando a 2004, cuando se conmemorarán los
140 años del sitio de Paysandú.
Les proponemos
hoy una tertulia especial, en la que nos acompañan Carlos
Maggi, José Claudio Williman, y con la participación
de dos invitados especiales: en estudios el propio César
di Candia, y desde Paysandú, la profesora Nelly de Agostini.
NELLY DE AGOSTINO:
Un agradecimiento por permitir a Paysandú participar en esta
tertulia.
EC - Era lo
más lógico, ¿no?
N de A - Sí,
supongo que sí. Un saludo a quienes están componiendo
la tertulia; creo que no es necesario decir quiénes son porque
los uruguayos ya lo sabemos.
EC - La profesora
De Agostini se define como una apasionada de la historia, lleva
31 años de docencia, se desempeña en el liceo Nº
1, ¿verdad?
N de A - Sí.
EC - ¿Está
cerca de retirarse?
N de A - Sí,
el 29 de febrero más precisamente. Ya tengo firmado el cese.
EC - ¿Es
un momento agradable o duro?
N de A - Es
un momento agradable porque fue elegido. De repente a partir de
ese momento puedo estudiar algo más sobre Paysandú.
EC - ¿Qué
dices, Carlos?
CARLOS MAGGI:
Que me parece muy bueno; además quería retribuirle
el saludo a esta mujer que ha dedicado mucho tiempo de su vida a
una labor muy noble, muy encantadora, en una ciudad muy importante.
JOSÉ
CLAUDIO WILLIMAN:
Yo tengo que saludarla además como colega. También
le voy a advertir que va a extrañar la clase.
N de A - Sí,
por supuesto que la voy a extrañar.
JCW - Porque
el docente es docente en tanto y en cuanto tenga un grupo de muchachos
enfrente; después es investigador, lector, mucha cosa.
N de A - Exacto,
si se siente realizado.
JCW - ¡Ah,
no! No hay tarea más hermosa que esa. Cuando a mí
me preguntan... sos abogado; no, no: docente; esa es la que me satisface.
EC - Bueno,
vamos a ir conversando entre todos con la más absolutamente
espontaneidad; para la profesora De Agostini es un poco más
difícil, pero nos avisa y enseguida la escuchamos.
Comienzo con
una pregunta para César di Candia: ¿por qué
este libro, uno más sobre el sitio de Paysandú, porque
la propia bibliografía que va al final detalla toda la historia
de libros?
CÉSAR
DI CANDIA:
La bibliografía se queda corta, además. Hay muchísimo
más escrito sobre Paysandú. El tema es que cuando
se conmemoraron los 135 años del sitio de Paysandú,
hace prácticamente cuatro años, en el año 2000,
yo escribí para el diario El País siete notas consecutivas,
largas, muy largas, con fotografías, tratando de que el diario
reflejara lo que pasaba en Paysandú semana a semana paralelamente
a lo sucedido en Paysandú entre el 1º de setiembre de
1864 y 2 de enero de 1865, es decir del 1º al 6 de setiembre
escribí lo que pasaba en Paysandú entre el 1º
y el 6 de setiembre, y así hicimos seis o siete notas que
ahora Canalda me pidió para editar un libro. De modo que
no éste no es un libro especialmente escrito para ahora;
es una reposición.
EC - Que tiene
una determinada base: los testimonios de los sobrevivientes.
C di C - Me
gustó más eso porque -estaba hablando de eso con Carlitos
a la entrada- la historia de grandes períodos de la historia
uruguaya ha sido escrita por muchos más nacionalistas que
colorados; hay una inmensa mayoría de profesores y escritores
de historia. No es fácil encontrar testimonios colorados
sobre este período. Sobre la toma de Paysandú hay
un libro de Lepro, creo, ¿no?
JCW - Pero es
sobre Flores, ¿no?
C di C - Sí,
pero trata circunstancialmente de Paysandú. Hay mucho libro
escrito sobre Leandro, Lucas Píriz y Azambuya, todos los
héroes de Paysandú; o sea que no es fácil hacer
una historia más o menos equilibrada del episodio, uno tiene
que ceñirse a testimonios de gente que tenía sus pasiones
y sus vivencias, muy ligadas al Partido Nacional (PN), además.
N de A - Me
gustaría hacer una precisión...
EC - Sí,
adelante.
N de A - Coincido
plenamente con lo que se está diciendo, porque aquí
en Paysandú muchas veces pensamos, incluso cuando vemos la
nomenclatura de la ciudad, que el hecho se partidizó y eso
le restó trascendencia. En este momento creemos que se está
redimensionando, resignificando; lógicamente el proceso histórico
lo va alejando de esa dimensión partidaria y le está
dando otra proyección, que pensamos que es la adecuada. En
la ciudad misma uno puede observar, en sus calles, en la nomenclatura,
cómo el hecho revistió durante mucho tiempo un carácter
partidario, la propia celebración quedaba en el ámbito
del PN.
EC - Sobre todo
para los oyentes más jóvenes: estamos hablando de
un episodio donde las dos divisas se enfrentaron; encabezando el
sitio estaba nada menos que una figura emblemática del Partido
Colorado (PC), Venancio Flores, apoyado inicialmente en su gesta
por el gobierno argentino, pero en las instancias críticas
de diciembre de 1864 por miles de soldados brasileños y la
flota a cargo del comandante Tamandaré apostada en el puerto
frente a la ciudad de Paysandú.
Williman iba
a agregar algo...
JCW - Confirmando
lo que dice la profesora, este año salió un librito
de divulgación de un amigo mío, Aníbal Durán
del Campo, "Paysandú heroica", mostrando que es
una ciudad que siempre fue heroica desde la época de Artigas,
porque en ese momento, ya en el año 1811, se defendió
de los portugueses, pero está destinado a destacar que en
la ciudad no hay una respuesta clara en sus nombres, en las 10 o
12 manzanas fundamentales; hay una calle que no está en el
centro, que es Leandro Gómez, hay un monumento a Leandro
Gómez, pero en general el resto de los héroes, que
lo fueron y muy destacados, no está debidamente registrado
en el nomenclátor, dice él. Uno ve las calles: Monte
Caseros, Del Plata, Queguay, Comercio, Montevideo, ésas son
las principales; lógicamente 18 de Julio. La ciudad evitó
poner en el centro las figuras más...
N de A - ...más
emblemáticas de la defensa.
JCW - Eso es
lo que pretende Aníbal del Campo con este librito que él
dice que es de divulgación, que tiene un prólogo muy
lindo de Enrique Beltrán.
C di C - A propósito
de lo que mencionaba sobre el primer sitio a Paysandú, en
el cual se enalteció la figura de Francisco Bicudo...
JCW - Bicudo,
que fue el que defendió a Paysandú.
C di C - ...hay
una poesía histórica que se recitaba en campaña
en aquellos años, que decía al final: "Y de Bicudo
se cuenta...", porque eran 50; voy un poco para atrás:
fueron 50 los últimos defensores de Paysandú.
JCW - ¿Querés
que te la lea?
C di C - No,
la tengo en la memoria. (Risas.)
JCW - "Allí
quedan los 50, y de Bicudo se cuenta..."
C di C - "...y
de Bicudo se cuenta, que al sentir manar su herida, volcó
la sangre encendida en el cuenco de su mano, y la arrojó
al lusitano como un bofetón de vida".
JCW - Muy bien,
exacto.
N de A - Francisco
Bicudo está recordado en una calle absolutamente periférica,
junto con otros héroes posteriores de las sucesivas defensas
de la ciudad.
JCW - Era un
blandengue.
N de A - Era
un blandengue.
C di C - En
Montevideo hay una calle Bicudo que creo que se prolonga como por
50 metros, que está llena de pastos y de pozos.
EC - Esta resistencia
de Paysandú, la que encabezó Leandro Gómez,
¿está efectivamente asumida ya como un episodio mayor
de la historia nacional, en cuya valoración coinciden todos
los sectores de la sociedad uruguaya? ¿Qué dicen?
CM - Voy a ser
un poco heterodoxo porque no tengo una sensación amable con
respecto a los episodios de Paysandú. Pienso que corresponden
a una época horrible; justamente, se han publicado en muy
pocos meses tres libros muy importantes sobre Paysandú: el
que tú citaste de Delgado Aparaín, que cuenta exactamente
igual que Di Candia el sitio, el de Di Candia con otro enfoque -porque
Di Candia no sólo es periodista, además es un buen
novelista y acá se nota, escribe muy bien-, y el tercero
es un libro también muy importante, "El caudillo y el
dictador", de Ana Ribeiro, que cuenta toda una época
en la cual estos países, esta región, eran mucho más
salvaje de todo lo que pensamos, se debatió en una cantidad
de guerras horribles donde la única que se salva porque explica
por qué es, es la guerra artiguista, que duró nueve
años, de 1811 a 1820. Las demás guerras, como ésta,
tienen un talón de Aquiles terrible; dice Di Candia que es
difícil conseguir la versión colorada. ¿Qué
versión? ¿Por qué estaban peleando? Y estos
que se defendían, ¿por qué se defendían?
Busqué con todo cuidado una idea, ¿por qué
peleaban? Peleaban porque había que ser valientes, corajudos,
había que despreciar el valor de la vida y había que
matar o morir. Eso me parece una cosa maravillosa, muy grande en
lo que tiene de inmolación, y muy triste como fenómeno
social. Te diría más: creo que los países,
cuando lo necesitan, crean los anticuerpos para curarse de sus males.
Uruguay está
enfermo de descreimiento y de desprecio por el fenómeno republicano;
lo que fue admirable y maravilloso en los años dorados de
Uruguay, actualmente no interesa; tan es así que no se estudia
como se debe en nuestra historia porque las instituciones republicanas
y su nacimiento no son de interés para nadie en este momento.
Y aparecen estos libros donde salta como una cosa terrible lo de
la sangre purpúrea, porque éste era un país
teñido de sangre, todos se mataban. ¿Por qué?
No se sabe bien por qué. Horrible comprobación. Este
libro de Di Candia lo muestra muy claramente, porque hablan los
actores pero ninguno dice por qué.
JCW - ¡No,
Carlitos, no es así! Es muy claro por qué: porque
la gente que está en Paysandú, defendiendo Paysandú,
son las autoridades locales de un gobierno legítimo, como
fue el gobierno de Berro y la prolongación en Aguirre que
era presidente del Senado. Están defendiendo precisamente
la tierra, el terruño, la patria, pero las instituciones
legítimas, invadidas por invento de Flores... Ahí
sí es característico de los guerreros que si no están
en estado de guerra no se sienten confirmados o afirmados, eso les
pasó a las revoluciones de Máximo Pérez, no
se sabe por qué. Pero acá es distinto, está
enfrentado a un hombre que fue a pelear a Argentina junto con Mitre,
a favor de Mitre, contra Urquiza, peleó en Cepeda -batalla
que se perdió, pero la gente de Flores evitó una masacre-
y después ganaron en Pavón.
Con Flores tengo
una dificultad especial porque personalmente lo tengo -hay una leyenda
casi de mi familia- por un hombre bueno, pero no me cabe ninguna
duda de que no controlaba a sus oficiales que dejaron en Argentina
un recuerdo de terror. Esto hay que decirlo. Se dirá "eran
todos iguales"; no, no eran todos iguales. Caraballo, Suárez,
Carbajal, Sande -que fue una cosa impresionante y después
desapareció-, Regules -sus hijos Eduardo y Fortunato se hicieron
famosos por la agresividad y las cosas que hicieron-. Después
vienen acá, y claro, Mitre, a quien le pareció un
disparate -lo dice muy bien Di Candia-, le financia ese levantamiento.
EC - Bartolomé
Mitre, el presidente argentino de la época.
JCW - Bartolomé
Mitre, en ese momento presidente de Buenos Aires después
de la Confederación, ya derrotado Urquiza. Y todavía
busca el apoyo de Brasil, que viene a vengarse de Sarandí,
de Ituzaingó; con ese bombardeo de una ciudad abierta, no
es una ciudad amurallada, fue destrozada. No creo que Flores tuviera
motivos para su levantamiento; ese cuento de que venía a
defender a la Iglesia Católica me parece (...).
CM - ¿Puedo
hacerte una pregunta?
JCW - Sí,
Carlitos...
CM - ¿Todos
los blancos eran buenos y todos los colorados eran malos? No te
creo.
JCW - ¡No,
no, no pretendo eso! Me estoy refiriendo a este episodio... se sabía
perfectamente bien por qué se peleaba y quiénes estaban
invadiendo.
C
di C - Pero este episodio, Claudito, perdoname, es de los pocos
en los cuales se sabía por qué se peleaba y por qué
se atacaba. En el resto de la historia uruguaya del año 30
en adelante, Carlitos tiene razón: nadie sabía por
qué se peleaba. Se obedecía al caudillo, al jefe del
regimiento, al patrón, al capataz, al dueño de campo,
pero las ideas estaban totalmente entreveradas. La ideología
se impone en Uruguay a partir del viejo Batlle, de ahí para
adelante se empieza a pelear o a discutir por razones ideológicas;
cuando se plantea la ley del divorcio o los derechos civiles de
la mujer, del niño, las nacionalizaciones, ahí la
gente se diferencia, se distancia ideológicamente.
JCW - Yo lo
dije: los caudillos se levantaban para sentirse tales, no tenían
motivaciones... Máximo Pérez se levantó no
se sabía para qué.
C di C - ¿Estás
incluyendo a Saravia ahí?
JCW - ¡No,
por favor! Saravia veía clarísimo que era la defensa
de instituciones; tanto que jamás se le ocurrió pretender
ocupar el gobierno; jamás luchó por el poder, luchó
por los principios del sistema electoral y de la política.
EC - En este
caso César di Candia en el libro repasa las causas de la
revuelta de Venancio Flores. ¿Cuáles eran, concretamente?
C di C - Habría
que preguntárselo a Venancio Flores; no creo que tuviera
demasiadas motivaciones para levantarse contra Berro.
CM - Tampoco
tenía demasiadas motivaciones Leandro Gómez para inmolar
su persona, sus seguidores y su ciudad.
JCW - Era un
representante del gobierno.
N de A - ¿Podría
intervenir?
EC - A ver,
profesora...
N de A - Estoy
atendiendo con sumo interés el diálogo que se está
desarrollando y mi conclusión es que en parte explica la
complejidad de la historia y la complejidad de poder recuperar o
interpretar esos procesos desde la distancia. Creo que está
saltando lo que planteábamos al principio: que también
hay ciertas apreciaciones desde el punto de vista partidario; puede
ser que esté equivocada, pero lo estoy oyendo y me da la
sensación de que a veces es muy difícil despojarse
de la divisa cuando se hacen apreciaciones. Yo puedo compartir las
apreciaciones del doctor Williman desde el punto de vista del contexto
histórico que él recreó muy bien; también
puedo compartir apreciaciones de Maggi sobre el problema; pienso
que detrás de todo esto debemos obligarnos a entender lo
que somos, para dejar de ser sólo un pedazo de tierra con
gente encima y poder trascender el hecho histórico. Una nación
en definitiva, ¿qué sería? La sumatoria de
muchas historias, de historias íntimas, locales, como sucede
en este caso, donde lo local trasciende lo puramente local para
convertirse en un episodio de carácter nacional. Pienso frente
a todo eso, ¿no será que en ese acto se defendía
también el terruño, hasta el hogar en el cual se estaba
viviendo?
***
(Grabación:)
"Heroico
Paysandú, yo te saludo/ hermano de la patria en que nací,/
tus versos y tus glorias encendentes/ se cantan en mi tierra como
aquí./ Los bardos que tenemos en el Plata,/ que están
en el Olimpo en su canción,/ dedican a este pueblo de valientes/
su más grande y sublime inspiración,/ dedican a este
pueblo de valientes/ su más grande y sublime inspiración."
(Fin de la grabación.)
EC - Con los
versos de Gabino Ezeiza, el "Saludo a Paysandú",
cantado por Omar Romano, retomamos esta tertulia. Seguimos hablando
de la heroica resistencia de Paysandú, del sitio de Paysandú
de diciembre de 1864, sobre el cual César di Candia escribió
este libro, "Sólo cuando sucumba".
Maggi tenía
que responder a una alusión...
CM - Sí,
necesito aclarar: yo no soy colorado, soy batllista y en los episodios
de esa época soy partidario de Palomeque.
EC - ¿Quién
era Palomeque?
CM - Era el
que estaba al frente en la ciudad de Salto, amenazado por la misma
situación de Leandro Gómez; iba a ser sitiado por
las fuerzas brasileñas y coloradas, y cuando lo supo, vio
y comparó la fuerza, levantó una bandera blanca y
dijo: "Entren, señores"; salvó la ciudad,
los habitantes, salvó a sus soldados, vino a Montevideo y
se presentó para una corte marcial: "Yo hice tal cosa,
díganme si estuve bien o mal", envuelto en la bandera.
Yo soy partidario de Palomeque.
EC - Eso había
ocurrido antes del sitio de Paysandú.
CM - Antes del
sitio de Paysandú. Creo que fue la actitud más inteligente,
más afín con lo que somos; más civilizada,
diría.
JCW - No, no:
con lo que somos ahora nosotros pero en aquella época los
valores estaban en juego de manera distinta...
CM - Equivocados.
JCW - ¡Ah,
no el valor de patria no está equivocado, don Carlitos!
C di C - No
podés juzgar la sensibilidad de hace 100, 150 años,
con la nuestra.
JCW - Pero tú
defendiste ciertos valores y los destacaste en el caso de Martín
Aquino, el valor, el riesgo, una cantidad de elementos que también
están jugando en esa época.
CM - Dije al
pasar hoy -no me expliqué bien-: Artigas tiene nueve años
de guerra continua y pelea contra los españoles, contra los
portugueses, contra los porteños, no para nunca de pelear
en esos nueve años. No deja de generar doctrina que explica
de manera increíble por qué está peleando en
cada situación y es capaz de decir: ¡Cuidado, Otorgués,
no te dejes llevar! Mirá que con los españoles peleamos
de una manera y con los porteños de otra; primero tenemos
que terminar con el imperio, después entre nosotros nos vamos
a entender; así que peleá con Buenos Aires, pero no
demasiado. Es un hombre lúcido y un hombre que valora bien
las cosas que importan más. A mí un suicida, un kamizake
me parece formidable de coraje y muy pobre en cuanto a sus ideas;
en todo el sitio de Paysandú no encuentro ninguna idea.
EC - Vamos a
este punto, algunos datos para que el oyente haga memoria y se ubique:
las dimensiones de la plaza que se defendía, el reducto en
el que se encerraron los defensores de la ciudad, eran muy pequeñas,
¿verdad?
C di C - Cinco
cuadras por dos, una cosa así, ¿no?
N de A - Unas
pocas cuadras.
EC - Cinco cuadras
de Este a Oeste y dos de Norte a Sur.
C di C - Además
ese pequeño recinto amurallado...
N de A - ...muy
poca gente...
C di C - ...estaba
integrado por casas, que eran el límite, a las cuales se
hace agujeros en las paredes por donde sacaban los fusiles. En las
bocacalles habían levantado muretes de ladrillos y barro.
De modo que las defensas eran sumamente precarias, había
algunas trincheras pero no servían para nada.
EC - Ni qué
hablar del armamento, que era simbólico...
C di C - Ni
qué hablar de la gente: eran 20.000 contra 400 o 500.
EC - Empezaron
siendo 950 contra 3.000, ¿no?
C di C - Sí,
pero después vino el ejército brasileño, que
participó poco; vamos a ser sinceros: los brasileños
más bien miraban...
EC - Pero eran
20.000...
C di C - Eran
20.000 que estaban ahí al acecho; los que realmente atacaron
fueron los floristas y algunos brasileños.
EC - ¿Y
el bombardeo desde los barcos brasileños en el río?
JCW - Eso fue
decisivo, con balas proporcionadas por Mitre, porque la flota brasileña
no estaba bien armada y Mitre, además de haberle dado dinero
a Flores originariamente, abasteció a la flota.
C di C - Habría
que contar además que Flores ya venía con una inquina
anterior porque en el asalto a Florida, camino a Paysandú,
antes de llegar, se desarrolla una terrible batalla en la cual muere
su hijo mayor.
JCW - Venancito...
C di C - Venancito;
a tal punto Flores siente esa pérdida que no se anima a comunicárselo
a su esposa -parece que Flores era muy malo, pero doña Mariquita
lo dominaba y lo llevaba para atrás y para adelante-, le
manda un chasque -ni siquiera le cuenta a la esposa que murió
el hijo- y sigue para arriba. Pero ese dolor le queda encima, ese
sufrimiento y ese sentido de venganza le quedan encima.
JCW - Hizo una
primera masacre en Flores...
C di C - Flores
mismo, sí.
JCW - ...a los
que se entregaron; ya venía de masacre en masacre.
EC - Pero yendo
a la actitud de quienes defendieron Paysandú, en especial
de quien lideró esa resistencia, el general Leandro Gómez,
que no acepta ningún tipo de negociación, desde el
pique pone sobre la mesa esa expresión que se ha hecho clásica:
"hasta sucumbir"...
C di C - "Sólo
cuando sucumba".
EC - "Sólo
cuando sucumba".
C di C - Flores
intima rendición el primer día, y él dice:
"No, sólo cuando sucumba".
EC - ¿Qué
pasaba con Leandro Gómez? ¿Era un enamorado de la
muerte, como han dicho algunos? ¿Un desequilibrado, como
han dicho otros? Di Candia habla de una voluntad cercana al misticismo;
¿cómo se explica esa conducta, ese comportamiento?
JCW - A veces
discrepo con Carlitos, lógicamente, además no nos
consultamos la noche antes para ver qué vamos a decir, jamás.
Nos llamamos para otras cosas. Acá hay valores. Eliseo Salvador
Porta decía que las únicas guerras que se justifican
son las guerras fratricidas, porque se sabe cuáles son los
motivos del otro y los propios; en las guerras internacionales no
se sabe. Puede haber un exceso en Eliseo Porta, pero tiene interés;
en este caso está en juego la patria, el gobierno legítimo,
su obligación de representar al gobierno legítimo
en todo lo posible. Puede haber un exceso de heroísmo, no
todos estamos en condiciones de ejercer ese heroísmo; puede
haber un exceso de heroísmo, pero estaban muy claros los
valores. Recién Di Candia dijo que si hay algún enfrentamiento
claro entre orientales fue el episodio de Paysandú; y después
los levantamientos de Saravia, que siempre fueron por razones de
principios.
EC - Profesora
De Agostini, ¿qué se dice en Paysandú?
N de A - Considero
que el diálogo que se está desarrollando no es un
elemento menor, el plano histórico no es un elemento menor,
la interpretación de ese plano histórico; creo que
usted, Cotelo, tendría que hacer otra tertulia para continuar
debatiendo estos aspectos. Basados en ese pasado histórico,
en esa interpretación del contexto en que el hecho se desarrolla,
en Paysandú nos preguntamos qué conexiones tiene con
determinados sucesos del presente...
EC - A ver...
N de A - ...cómo
se resignifica en el presente. Uno se pregunta si efectivamente
la gente tiene conciencia del hecho histórico concretamente
en la forma en que lo estamos debatiendo -de repente en eso los
profesores de historia tenemos que hacer un mea culpa-, ese hecho
está presente en cuanto a los testimonios, los saberes, las
celebraciones, los hechos que nos van convocando, que van rememorando
el pasado y que han ido dando paso a un imaginario colectivo. Hay
algo de mito, como se dijo, en la situación; y los sanduceros,
a poco de tener conciencia de ser, empezamos a oír aquello
de "heroica Paysandú, yo te saludo", etcétera,
de Gabino Ezeiza, y todo lo demás.
EC - Pero sobre
la actitud de Leandro Gómez, ¿qué dicen ustedes
ahí?
N de A - Se
ha ido generando una construcción colectiva. La actitud de
Leandro Gómez... Arriesgaría una opinión personal,
me parecía que se estaba discutiendo sobre estrategias, cuál
hubiera sido la correcta, la de Palomeque para Di Candia... Pienso
que sí, que habrá habido algo de heroicidad, pero
que también tiene que haber habido en esa defensa la defensa
del terruño -no sé si usar la palabra patria, la palabra
hogar-, la defensa de valores que estaban siendo atacados en ese
momento; aquello de independencia o muerte, algo de eso, más
allá de si la estrategia era o no conveniente, de si se llevó
a la ciudad al martirologio, no sé. Pienso que en todo hecho
de esa naturaleza hay que sondear un poco los sentimientos, algo
muy difícil, tal vez esa parte irracional del ser humano
en lo que atañe a los sentimientos y muchas veces a la defensa
de los valores por encima de los sucesos, de lo que puede suceder
frente a eso.
La historia
no son solamente hechos de carácter racional, muchas veces
la mentalidad colectiva de un pueblo se va conformando también
con elementos de tipo irracional, sentimientos, emociones, que deben
haber estado presentes en ese hecho que hoy, a muchos años
de distancia, a 140 años de distancia, pretendemos interpretar.
Obviamente vamos a tener interpretaciones distintas. Pienso que
en Paysandú ese sentimiento, más allá del conocimiento
consciente del hecho -creo que la literatura última y la
redimensión de lo local frente a lo global han contribuido
a esa resignificación o reinterpretación-, está
presente en Paysandú; no diría en el espíritu
de Paysandú, pero sí en el accionar de los sanduceros,
que muchas veces tenemos una actitud combativa frente a muchos problemas,
de repente en forma no totalmente consciente, pero tenemos toda
una historia de actitudes combativas frente a determinados hechos.
EC - César,
en particular sobre Leandro Gómez, ¿qué conclusión
sacas?
C di C - Leandro
no es el único, vamos a no olvidar a Lucas Píriz...
N de A - Por
supuesto.
C di C - ...Lucas
Píriz era el jefe de la guardia de Paysandú, cuando
viene llegando Gómez resigna su cargo y le dice: "Manda
usted". Y no solamente se lo resigna, sino que además
le escribe una cartita diciendo: "Autorizo al general Leandro
Gómez a pegarme un tiro en el caso de que me vea aflojar".
Lucas Píriz tenía una dignidad, un coraje, que no
han sido suficientemente resaltados. Al final muere, muere el penúltimo
día de un balazo.
N de A - Sí.
C di C - Yo
me preguntaría, incluso con dolor: ¿cuánta
gente recuerda a Lucas Píriz hoy?
N de A - Me
pregunto en Paysandú eso yo: ¿cuánta gente
lo recuerda?
C di C - ¿Por
qué esa calle "Lucas Píriz" lleva ese nombre?
N de A - Hay
una calle Lucas Píriz -curiosamente está muy cerca
de mi domicilio-, por la que paso asiduamente y me hago esa misma
pregunta: ¿cuánta gente realmente sabe quién
fue Lucas Píriz en Paysandú?
EC - César.
C di C - Sacando
a Lucas Píriz del medio, la historia colorada sostiene que
Leandro Gómez estaba tuberculoso, que sabía que su
muerte era próxima, que estaba ahí nomás y
que ese coraje desmedido que pone y que le exige a su gente -hay
20 proclamas donde dice: "Tenemos que luchar todos hasta morir"-
era porque sabía que iba a morir, que moriría antes
de muerte natural si no lo mataban.
EC - Ésa
es una interpretación.
C di C - Es
una interpretación desde el punto de vista colorado: que
el coraje de Leandro Gómez estaba influenciado, determinado,
por su próxima e inminente muerte por enfermedad. Eso tampoco
borra o disuelve su verdadero martirologio.
JCW - Porque
además los demás no estaban tuberculosos, Lucas Píriz
no estaba tuberculoso.
C di C - Claro,
pero él le trasmite ese heroísmo a la gente. Cuando
muere, muere mal, muere traicionado; evidentemente nunca imaginó
que su muerte iba a ser así.
***
EC - César
dejaba esbozada al final de su última respuesta la muerte
de Leandro Gómez, su fusilamiento; como tú decías,
una traición.
C di C - Traición
es la entrada o confusión, no sé si es traición
cuando entran los soldados floristas y brasileños a Paysandú.
Me inclino más por la teoría de confusión,
porque habían levantado una bandera de parlamento para enterrar
a los muertos, una pequeña tregua, y ellos interpretaron
que era una bandera de rendición y se colaron.
EC - Se colaron
al principio desarmados, con talante afectuoso y de reconocimiento
al heroísmo de quienes estuvieron defendiendo.
C di C - Por
lo menos los uruguayitos; no sé cuál sería
el talante de los brasileños.
EC - Después
eso cambia, al poco tiempo se transforma en una matanza.
C di C - A Leandro
lo prenden los oficiales brasileños, lo van llevando y cuando
se encuentran con una partida uruguaya, se lo piden y Leandro mismo
elige a los uruguayos, dice: "Prefiero ir preso de mis compatriotas".
Pero los compatriotas eran comandados por Belén, un amigo
de Claudito (risas), que cuando lo van llevando se encuentran con
Goyo Alv... (Risas.) Eso fue un lapsus...
EC - Te confundiste
de Goyo.
C di C - Terrible
lapsus; con el Goyo Suárez...
EC - ...alias
el "Goyo Jeta".
C di C - ...y
le dicen: "Cumpla con su deber". Belén interpreta
que cumplir con su deber es matarlo; probablemente Belén
no tenía muchas ganas de dejarlo vivo, aun sin el Goyo Suárez,
y lo fusila. En el episodio de fusilamiento primero fusilan a Leandro,
que era el de mayor jerarquía, y el segundo que intentan
fusilar se llama Acuña, y cuando van a fusilarlo se interpone
otro oficial, el comandante Braga -también me pregunto cuánta
gente que vive en la calle Comandante Braga sabrá quién
era-, quien dice: "No, primero me matan a mí, porque
yo tengo mayor jerarquía que Acuña". Y lo fusilan.
Hay una actitud de dignidad, de coraje, de responsabilidad ante
la muerte, que hoy es impensable, en esta generación nuestra
es impensable, totalmente impensable.
EC - Aclaremos
al pasar por qué Di Candia decía que Belén
era un amigo de Williman...
JCW - Porque
yo, como un aporte extraño, traje una foto de Santos, sobre
el cual tengo escrito un libro, como se sabe, donde está
con una serie de amigos: el coronel Olav, Ricardo Ortiz, Barraguer
y Belén; el Pancho Belén, que además no se
llamaba "Belén", se llamaba Barrionuevo, y no era
indio porque los indios, Carlitos no me deja mentir, no tenían
barba y éste tiene una barba impresionante, pero tiene un
aspecto de forajido que aterra... Julio Freire, que era amigo de
Santos, una vez le dijo: "Santos, la gente está muy
mal impresionada de que tú tengas a Belén al lado",
y Santos le contestó: "Belén tiene la lealtad
del perro".
***
EC - Profesora
De Agostini.
N de A - Estoy
atendiendo con mucho interés lo que se está dialogando;
es un debate muy rico. Discutir en definitiva, recuperar la memoria
es un hecho absolutamente importante, no es por erigir un culto
a la memoria por la memoria misma, se hace indispensable [saber]
con qué fin recuperar la memoria, recuperar el pasado: [para]
que nos ayude a ser conscientes de los retos a los que hoy estamos
enfrentados, que nos permita desafiarlos, que nos permita revalorizar
nuestra idiosincrasia. Y creo que eso se siente en Paysandú.
Me hubiera gustado
muchísimo estar en la tertulia y mirar cara a cara a quienes
participaron porque podría haber respondido muchas cosas
a todos los aportes que se hicieron, algunos reiterados, porque
los hechos históricos puros los conocemos; no así
la interpretación, que es otra cosa.
Aquí
se pueden percibir de esa heroicidad, de ese heroico Paysandú,
algunos elementos importantes hoy en día, más allá
de que eso sea consciente, de que esté el hecho consciente.
Hemos tenido actitudes frente a los hechos que han conmovido a la
ciudad, desde el cierre de Famosa hasta el último cierre
de Norteña, y otros muchos, que trascienden lo partidario
y mueven a la comunidad en su defensa.
EC - César,
¿hay algo de eso en la idea de publicar el libro en este
momento?
N de A - Claro,
no estoy haciendo chauvinismo con esto.
EC - Sí,
entiendo; ¿a ver qué dice Di Candia?
C di C - No
se pensó en eso, porque el libro, reitero, fue escrito en
2000, ya tiene varios años.
EC - ¿Cuál
es la utilidad del libro hoy?, ¿cómo lo ves tú?
C di C - La
utilidad, si es que ese verbo...
N de A - Es
fea la palabra "utilidad", pero bueno...
C di C - ...más
que nada es remarcar que Paysandú ha trascendido al PN, ya
es un episodio histórico que nos comprende a todos y que
todos los uruguayos tendríamos que atesorar. Me asombra que
nuestra enseñanza -y me dirijo aquí a un distinguido
profesor, como el doctor Williman, que no es responsable, por supuesto-
no se detenga en estas cosas, que quede en el umbral de los hechos
históricos; nunca los analiza, nunca los estudia, nunca los
plantea a los estudiantes. Se enseñan cosas que los estudiantes
no van a utilizar jamás en su vida, pero no la historia de
su propio país, la historia de los héroes auténticos
de nuestro país.
CM - Vivimos
un tiempo de héroes suicidas, nuestro tiempo está
lleno, las páginas de los diarios, de héroes suicidas.
Son héroes, es verdad, pero yo prefiero a esa exaltación
del coraje hasta el último extremo un planteamiento culturalista,
es decir cuáles son los valores que nosotros deberíamos
exaltar en primera instancia, cuáles son los más importantes
para nosotros. Lo más importante es cambiar la sangre purpúrea
del siglo XIX por las formas civilizadas con que se trataron las
diferencias de iguales importancia y trascendencia en el siglo XX,
sentándose en torno a una mesa, discutiendo las cosas y respetando
a las mayorías sin matarse los unos a los otros. Este espectáculo
de Paysandú para mí es horrorosamente doloroso y no
un ejemplo para exaltar. Eso fue maravilloso, estar dispuesto a
morir es admirable, pero no es ejemplar desde el punto de vista
cultural en la ordenación de los valores.
EC - ¿Va
a seguir esta discusión o le ponemos aquí punto?
JCW - No, no,
yo creo que ahí hay valores, me parece muy claro. Carlitos
afirma un estilo de solución de problemas que corresponde
a otro mundo; es el siglo XX, no cabe ninguna duda, donde el PC
y el PN montaron las instituciones pacíficas y a los viejos
guerreros los hicieron votantes. Los dos enfoques no son incompatibles,
son dos mundos y dos épocas.
(Canción.)
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
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