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18.05.2003
























CREDITOS Y AGRADECIMIENTOS

Ministerio de Relaciones Exteriores del Uruguay
Canal 12

BIBLIOGRAFÍA
CONSULTADA

Guías Océano

PRODUCCIÓN:
Victoria Rodríguez
Alejandra Borques
Enrique Cotelo

MUSICALIZACIÓN:
Enrique Cotelo

EDICIÓN:
Nano Priliac


 

Pasaje a Cartagena de Indias

"Relájese e imagine.
La noche es cálida, como todas.
La brisa del mar agita levemente las amarras de los veleros y las luces de la ciudad vieja se mueven cuando las devuelve el reflejo del agua convertidas en estrellas fugaces... tan suave como nostálgica es esta ciudad que mira al Caribe y tiene el encanto de los momentos Inolvidables".

Carlos Sachetto
Diario Clarín de Buenos Aires

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Les propongo llegar con la imaginación hasta Cartagena de Indias, la ciudad de Gabriel García Márquez, la ciudad colonial rodeada de una muralla única en Latinoamérica, con sus pintorescos bares y cafés.

Una ciudad como Cartagena de Indias donde la historia y sus monumentos han sido argumentos importantes para ser declarada Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad que ofrece a cualquiera que la visite un especial atractivo.

Sus callecitas coloniales, su arquitectura española, la riqueza de sus maderas y la alegría de su gente, hacen que uno la pase muy bien si se atreve a desafiar las mala fama de Colombia. Es más les diría que lo pensamos mucho cuando me hablaron del viaje. Es que de la violencia de Colombia tenemos noticias todos los días, solo que a veces hay que animarse y sin arriesgarse demasiado... viajar igual.

Pero es un viaje divertido lleno de anécdotas que iremos compartiendo de a poquito en este mapamundi de hoy. Por eso les proponemos abrir los sentidos, disfrutar y vivir: "Cartagena de Indias".

Un pasaje obligado en el saqueo de las Indias

Cerca de 500 años han pasado desde que el primer europeo llegó por primera vez a la Bahía de Cartagena. Y han pasado muchas historias y leyendas desde entonces.

Calamari era el poblado indígena que dominaba los playones, islas y canales hasta el año 1533, cuando Pedro de Heredia fundó la ciudad. Según algunos relatos de la época así se veía:

"Calamari que en el lenguaje indígena significaba cangrejo y que Heredia y sus gentes españolizaron llamándole simplemente Calamar, era el nombre con que los nativos denominaban una aldea situada en el último repliegue de la bahía de Cartagena hacia el norte. Pueblo pajizo con techos que casi llegaban a tierra, rodeado de fuerte empalizada circular y de arboles espinosos coronados de calaveras cuyos habitantes estaban sumidos en secular barbarie, pero también en absoluta libertad."

Tuvieron que pasar algunos años para que Cartagena de Indias se convirtiera en el lugar privilegiado del comercio entre el Nuevo Mundo y Europa. Era como un paso obligado de las riquezas destinadas a la Corona Española.

Cuentan sus habitantes de hoy que el aroma del oro no hizo esperar los ataques y sitios de la ciudad. Sólo para darles algunos nombres Drake, Vernon, Cote y Hawkins fueron algunos de los de los más importantes personajes que protagonizaron hechos batallas e invasiones que por más de 200 años mantuvieron a la ciudad entre la gloria y la desgracia.

Francis Drake

Les contaba hace un ratito sobre algunos de los famosos corsarios que llegaron hasta ahí y esos tiene una explicación histórica por decirlo de alguna manera: las potencias rivales de España, principalmente Francia e Inglaterra, no ignoraban lo que venía sucediendo en el Nuevo Mundo y así, envidiosas del enriquecimiento logrado por aquella con el saqueo de las Indias y no pudiendo hacerlos ellas directamente decidieron participar en el enorme botín, con el sistema de autorizar la piratería en los mares, sobre todo en el Caribe, cuando no de enviar, abierta o disimuladamente expediciones corsarias que asaltaban y saqueaban sin piedad las colonias fundadas por España. Y Cartagena fue una de sus victimas preferidas.

Historias de corsarios hay muchas y eso explica la enorme muralla que rodea a la antigua ciudad de Cartagena.

En especial el último y más conocido el famoso corsario Francis Drake, el terrible inglés que se animó a dar la vuelta al mundo por el estrecho de Magallanes -era el segundo mortal que lo lograba en toda la historia de los navegantes hasta esa época-.
Cuenta la historia que el pirata Drake se presentó frente a Cartagena en el año 1586 con una gran escuadra de 23 navíos y unos 3000 hombres veteranos. Su flota entró a la bahía por la Boca Grande, y él mismo iba al frente de una de los barcos, dirigiendo la operación.

Una noche oscura aprovechó para desembarcar y tomar la ciudad, sin demasiada resistencia pues desgraciadamente el gobernador de la época no era un hombre de guerra.

Lo cierto es que durante varios días el pirata negoció con el gobierno y consiguió lo que buscaba: llevarse 107.000 ducados, joyas, y las campanas de la ciudad, así como piezas de artillería. Dicen que hasta que consiguió este botín, recorría la ciudad atemorizando a sus habitantes y además mucho más grande fue su sorpresa cuando en el despacho del gobernador encontró una carta que le avisaba a Cartagena de la llegada del famoso pirata... Esto provocó aun más su furia creyendo que alguien en Europa lo había traicionado y quemó parte de la ciudad.

El encanto de la Cartagena colonial

Para empezar a caminar Cartagena lo principal es atravesar las puertas de la muralla, allí empieza la magia, sobre todo si estamos afuera, no sólo porque tiene un encanto muy particular, sino porque esta muy bien conservada.

Hoy pintadas y recicladas en su gran mayoría, muchas casas coloniales guardan el espíritu de la conquista española.

Visitamos juntos la casa del Marques de Valdehoyos, situada en la calle de la Factoría. Es una sobresaliente muestra de la arquitectura criolla de finales del Siglo XVIII. Su propietario, el marqués a quien debe su nombre, tenía autorización real para importar esclavos y ese es sin duda uno de los grandes motivos de su riqueza. En un ángulo de su casa hay un mirador, dicen que desde allí podía divisar a sus barcos trayendo la preciada mercancía. Hoy se conserva como un testimonio de esa época que ya pasó. Si esas paredes si hablaran, contarían muchas cosas. La mayoría, terribles.

El Museo del Oro ubicado en una hermosa casa colonial en la Plaza de Bolívar, tiene una de las más sobresalientes muestras de la orfebrería y cerámica de las culturas precolombinas. Las piezas son las que se salvaron del robo de los piratas y de los propios españoles que utilizaban justamente el puerto de Cartagena para mandar todo a España.

Cartagena tiene de día tanto movimiento turístico como cualquier ciudad europea, así que seguro tropezaran con turistas de todo el mundo. Hoy además tiene un importante centro de Convenciones que atrae a hombres de negocios que afortunadamente disfrutan de esta ciudad colonial como se merece.

En uno de los costados de la muralla se puede visitar los que eran las Bóvedas antiguas, el lugar donde se ponía la pólvora y donde se alojaban las tropas. Hoy son almacenes de artesanías de toda Colombia. Venden piezas de cerámica tejidos, hamacas, y en especial las molas, una típica pieza de factura manual que hacen los indígenas, tienen fuertes colores del naranja al rojo y tienen formas que se identifican claramente con la sabiduría indígena, llegan a venderse a precios muy altos en algunos locales de antigüedades, en especial si se sabe precisamente los años que tienen. Si tuviéramos que describírselas, les diría que son varias telas superpuestas de dos o tres colores distintos y sobre ella en una especie de laberinto con distintas formas se dibuja en ella, a su vez con pequeños trozos de telas de colores más oscuros. El resultado es una pieza única cada vez, si camina por la ciudad podrá toparse con vendedores que le ofrecerán "molas" no muy baratas porque son un buen recuerdo.

La Casa de la Inquisición

Sobre la Plaza Bolívar se levanta como sombrío recuerdo la Casa de la Inquisición hoy transformada en inofensivo museo... Es imposible recorrer distintas salas y observar los variados elementos de tortura utilizados sobre herejes, brujas y demás, sin que un escalofrío recorra la espalda. Se trata de un reflejo muy vivo de esa etapa negra de la religión católica.

Este palacio es el ejemplo más representativo de la arquitectura civil realizada por los españoles en Cartagena. Su construcción culminó en 1770 y sirvió de sede del temible Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición que la Corona Española decidió establecer en la ciudad con el fin de combatir la herejía y las prácticas de brujería.

En 1954, luego de ser propiedad de algunos particulares, el gobierno nacional adquirió la edificación para destinarla a ser sede del Museo Histórico de Cartagena y de la Academia de Historia. Vale la pena en especial prestar atención al exterior de la edificación donde la hermosa puerta de piedra con diseños barrocos que son únicos en la ciudad.

Un convento que inspiró a García Márquez

Hay un lugar en el centro de la ciudad, siempre dentro de la muralla que no deben dejar de visitar, hoy es el famoso Hotel Santa Clara, un antiguo convento de las hermanas clarisas, que fue construido en 1617, puesto de maravilla y hoy administrado por la compañía Sofitel. Es una especie de oasis en medio de la calurosa Cartagena.

Pintada de un color rojo fuerte en su exterior respeta su original arquitectura y guarda ciertas piezas del convento en muy imaginativos lugares: el reclinatorio, los bancos de la iglesia, el altar es la recepción, todo el tiempo encontrará figuras religiosas casi escondidas entre los huecos de las piedras originales. Ahora recuerdo que en el lugar del confesionario hoy hay un teléfono y, por supuesto, usted elige a quién llamar...

El hotel tiene 162 confortables habitaciones, con todas las comodidades de la hotelería moderna. Tres magníficos restaurantes donde disfrutar las más exquisita comida francesa, italiana y local.

Uno de los restaurantes decorado con la mejor cerámica de América los tentará, tanto como a nosotros, hasta con el aire del convento, austero pero con muy buen gusto, y la piscina infaltable... Pero hay más. Dicen los lugareños que este convento sirvió de inspiración a Gabriel Gracia Márquez para su obra "Del amor y otros demonios" y que precisamente en una de estas habitaciones del hotel se sentaba a escribir la novela. Además hoy el escritor colombiano es el propietario de una vieja casona, enfrente al antiguo convento. Eso sí, su casa esta celosamente resguardada de los turistas y curiosos por una alta empalizada inexpugnable así que si están en ese hotel o entran a visitarlo pregunten por el corredor que les permitirá husmear literalmente la terraza del premio Nobel de la literatura.....

Sones, palmeras, cocos y, claro, ron

Hay que tener en cuenta que la ciudad fortificada mira al mar caribe, y la vida de esta ciudad esta irremediablemente asociada a esta situación geográfica... La alegría y la seducción de los sones caribeños son parte de la vida misma, al igual que las palmeras, los cocos y el ron. Estas cualidades ayudan a dulcificar la dureza de las fortificaciones que celosamente guardan a la antigua ciudad fundada en 1533.

Construir la muralla que la rodea tomó más de 194 años, fue pensada y diseñada por el ingeniero italiano Bautista Antonelli. Un detalle para destacar es la entrada principal al recinto fortificado que hoy sigue existiendo, ya que sólo se derrumbó una parte no demasiada extensa para permitir la ampliación de la ciudad, es a través de la Torre del Reloj, a cuyo alrededor se desarrolla parte de la vida cotidiana de Cartagena.

Caminando por sus angostas callecitas se puede disfrutar de los balcones de madera que adornan las fachadas de las casas coloniales cuya sencillez es interrumpida por la riqueza de sus inmensos portales de madera maciza y las macetas que cuelgan con sus flores de colores.

Cuentan que los artesanos de la época tuvieron que adaptarse al clima caluroso, húmedo y muy salado, así que las rejas y balcones en vez de ser de hierro fueron creados en madera. La maestría para trabajarla ha quedado de manifiesto en la riqueza de los adornos y es difícil saber cuándo se les aprecia mejor, si de día o de noche, cuando iluminadas las calles con antiguos faroles adquieren ese atractivo tan especial.

La falta de piedra y la escasez de materiales de construcción obligo a utilizar el único disponible en la región, la piedra coralina. En las arcadas que predominan en numerosos claustros e iglesias, dado que en esos tiempos la vida social giraba en torno a lo religioso y también en los amplios patios que esconden algunas casas, se pueden ver las columnas hechas del mismo material.

No deje de ver, no se pierda

Como siempre, vale la aclaración: lo de hoy fue apenas una recorrida por Cartagena de Indias. Es imperdible una visita guiada al Castillo de San Felipe de Barajas. Los túneles, galerías subterráneas y construcciones misteriosas explican parte de la historia americana.

Desde el sector más alto, donde antes se divisaba al enemigo pirata, se tiene una excepcional vista de Cartagena con el mar que la rodea.

Ocupe por la noche una mesa en el Bar de la Plaza frente al convento de Santo Domingo. Pruebe un autentico café colombiano que se hace muy rico allí, sobre todo por la puesta en escena que hace el hotel sacando prácticamente la cocina a la plaza y brindando un espectáculo muy divertido.

Si van con tiempo, no dejen de visitar muy cerca de la ciudad las famosas Islas del Rosario, se puede hacer como un paseo diario, en unos yates lujosisimos que podrán ver y tomar a lo largo de la costa. Es el caribe que todos imaginamos cuando cerramos los ojos y vemos el azul esmeralda y las arenas bien blancas... No se pierdan de nada, y nos cuentan a la vuelta...

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