Entrevistas

El Foro para la Historia Contemporánea en Leipzig

Los últimos 60 años de la vida de los alemanes, a un lado y otro del muro, son recorridos en el Foro para la Historia Contemporánea de la ciudad de Leipzig. Un paseo recomendable que Emiliano Cotelo comentó en la siguiente crónica.

(Emitido a las 8.56)

Emiliano, ¿cómo está el tiempo ahí en Bonn?

EMILIANO COTELO:
Tenemos siete grados de temperatura, el cielo está nuboso pero aparece el sol a cada rato. Digamos que tenemos un tiempo más amable que el que me tocó en Berlín e incluso en Leipzig.

AG - Vamos a ubicar a Bonn en el mapa de Alemania.

EC - Bonn se encuentra ubicada al oeste de Alemania, próxima a la frontera con Holanda y con Bélgica. Está a 100 kilómetros de Maastricht, a 250 kilómetros de Bruselas y a unos 500 kilómetros de París, casi tan cerca de París como de Berlín. Y recordemos que fue sede del gobierno de la República Federal de Alemania durante la época de la Alemania dividida.

AG - Contanos qué es el Foro para la Historia Contemporánea, de Leipzig, que visitaste ayer.

EC - Como ya comentamos, Leipzig jugó un papel muy importante en la caída del Muro, para algunos fue la ciudad donde primero cayó el Muro, con la manifestación pacífica del 9 de octubre de 1989 (la culminación de las "oraciones de los lunes" en la Iglesia de San Nicolás) cuando 70.000 personas se volcaron a la calle orando por la paz con velas encendidas y terminaron tomando el cuartel de la Stasi en esa ciudad.

Por eso, y exactamente 10 años después de aquel acontecimiento, el 9 de octubre de 1999, en Leipzig se inauguró el Foro para la Historia Contemporánea, que tuve oportunidad de visitar ayer. Es un edificio nuevo, construido especialmente, que muchos tenderíamos a catalogar como museo pero que sus responsables prefieren llamar foro. Porque, si bien contiene algo parecido a un museo, lo que se busca con especial énfasis es promover la reflexión y el debate sobre los últimos 60 años de Alemania, y destacar la oposición, la resistencia y el coraje moral que se dieron en la ex RDA en la lucha contra la división. Por eso, además de la muestra permanente, se organizan otras exhibiciones especializadas en aspectos parciales de ese pasado, y se promueven conferencias, seminarios, investigaciones, publicaciones.

Si bien el edificio no es enorme, yo tuve que elegir, y me concentré en esa parte que podríamos llamar museo, una instalación muy gráfica, atractiva, efectiva. Es como una larga caminata por un corredor sinuoso que va avanzando en el tiempo, desde la caída del nazismo y el fin de la Segunda Guerra Mundial, hasta el día de hoy, con el foco puesto sobre todo en la Alemania dividida. A lo largo de esa caminata el visitante tiene a la izquierda lo que ocurría en la República Federal de Alemania y a la derecha lo que en los mismos momentos sucedía en la República Democrática Alemana. Ordenados cronológicamente, se van viendo los hechos más relevantes, todos ellos ilustrados con fotos, con videos, pero también con objetos originales, por ejemplo libros, armas, afiches, uniformes, vehículos blindados y también electrodomésticos y muebles. Esto último es muy importante: la muestra pone mucho cuidado en recrear la vida cotidiana de un lado y del otro: cómo se trabajaba, qué se consumía, cómo era la educación, qué pasaba en materia cultural.

Uno de los detalles interesantes es que este foro busca que el visitante le ponga rostro humano a toda esa cronología ilustrada que va viendo. Por eso al entrar uno puede elegir, en una pantalla de computadora, un ser humano real, con nombre y apellido, y la máquina le entrega una tarjeta magnética asociada con esa persona, que permite ir consultando monitores, a lo largo del paso del tiempo, que informan qué ocurría en tal o cual fecha con ese hombre o con esa mujer que uno eligió como su "acompañante".

Seguramente se necesitan varias visitas para asimilar toda la información y asimilar todos los materiales y detalles que se ofrecen a quien ingresa. De todos modos, en mi caso 90 minutos fueron suficientes para salir con un panorama bien completo de aquellos 60 años. Una reseña muy rica y también conmovedora. Hay, por ejemplo, una filmación estremecedora de una manifestación –que yo no recordaba y que ocurrió en Berlín Oriental a mediados de los años cincuenta; grandes cantidades de gente de todas las edades reclamando libertad y mejoras económicas, que fueron duramente reprimidos por la policía y las fuerzas armadas de la RDA, con tanques de guerra incluso, delante de las fuerzas de los países aliados, que observaban pasivas del otro lado de la línea divisoria, cuando todavía no existía el muro.

Hay otras tomas que erizan la piel y que registran el día en que aceleradamente, en muy pocas horas y sin previo aviso, se decidió erigir el muro (primero con alambrados de púa, etcétera) y entonces ocurrió que algunas personas que habían cruzado el límite, por ejemplo a trabajar o a visitar a un amigo, ya no pudieron regresar. Así, por ejemplo, las imágenes muestran cómo, después de intentar todo ante los soldados y recibir la respuesta negativa definitiva, dos mujeres, tal vez dos hermanas, se saludan a la distancia, una que se resigna y la otra que llora desconsolada. Lo mismo sucedió con padres e hijos, y con esposos y esposas, en aquel día en el que el muro comenzó a nacer.

Uno puede hacer el viaje solo o puede contar con un guía. En mi caso el guía resultó admirable, un historiador de unos 40 años que hablaba un inglés perfecto y que en esa hora y media demostró una capacidad de síntesis poco frecuente, exponiendo pero también contestando preguntas con solvencia. Fue el complemento ideal para la instalación material que uno estaba viendo.

Créanme, realmente vale la pena conocer este lugar: el Foro para la Historia Contemporánea, una institución creada por el gobierno federal alemán. La entrada es gratuita, porque se quiere fomentar la asistencia para alimentar el debate y la reflexión. Por supuesto que los extranjeros son bienvenidos, pero el objetivo básico es que lo visiten los propios alemanes, los más jóvenes ni qué hablar, pero también los veteranos, hayan vivido en el este o en el oeste, para conocer la otra cara de esa historia reciente que tanto incide en su presente.

En particular, para nosotros, los uruguayos, el interés de este Foro para la Historia Contemporánea es doble.  Uno, por la información en sí, y dos, para aprender cómo este país encara algo que a nosotros nos cuesta tanto: el abordaje a fondo de los hechos dolorosos y polémicos ocurridos hace muy pocas décadas. No es el único ejemplo en el mundo de este tipo de museo (pienso, por ejemplo, en el Museo del Appartheid, que visité en Sudáfrica), pero tal vez sea el más reciente.  Por eso conviene tener en cuenta esta experiencia, yendo hasta allí o, por lo menos, visitando el sitio web.

AG - ¿Cuál es tu agenda para hoy?

EC - Estuve visitando el flamante edificio del Deutsche Post, el correo alemán, aquí en Bonn –un edificio inteligente que es un tema aparte–, y ahora acabo de llegar a las instalaciones de la Deutsche Welle, donde voy a pasar buena parte de la tarde.

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Edición: Mauricio Erramuspe