El presidente de la Cámara de Industrias, Diego Balestra, afirmó que por ser el último año con Consejos de Salarios antes de las elecciones, 2008 será más conflictivo que 2007. Para él, el gobi

Industriales prevén mayor conflictividad en 2008

Industriales prevén mayor conflictividad en 2008

El presidente de la Cámara de Industrias, Diego Balestra, afirmó que por ser el último año con Consejos de Salarios antes de las elecciones, 2008 será más conflictivo que 2007. Para él, el gobierno da apariencia de ser equitativo pero sólo legisla en favor de los trabajadores por "compromisos" electorales. "Se habla de una diferencia entre la visión de los empresarios que miran a Uruguay desde fuera y la de los empresarios uruguayos. Lo que vale es que los empresarios uruguayos que pueden salirse del negocio, se salen. Y esto no es bueno porque ningún país puede desarrollarse sin inversión real de sus integrantes", afirmó.

(Emitido a las 9.13)

JOSÉ IRAZÁBAL:
El 2008 va a ser un año clave en materia laboral, un año de definiciones, un año no exento de conflictos.

Esas dos expresiones, definiciones por un lado y conflictos por otro, se han vuelto una especie de muletilla cuando se habla de este año que está comenzando. Queremos conocer la opinión de un representante del sector empresarial, vamos a dialogar con el presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), Diego Balestra.

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Ingeniero Balestra, usted es uno de los representantes del sector empresarial que han afirmado que este año 2008 va a ser especialmente conflictivo. ¿Qué lo lleva a vaticinar eso?

DIEGO BALESTRA:
Ese es el análisis que hemos hecho en la Cámara respecto de una situación que viene de larga data. Esto viene desde el comienzo de esta administración, que ha llevado adelante una política laboral que no ha contado con el apoyo empresarial porque los reclamos que ha hecho el sector no han sido tenidos en cuenta. Eso ha generado una suerte de relacionamiento no bueno, determinados sectores de los sindicatos han tomado posiciones que a veces van en contra de los propios trabajadores y de las propias empresas. Eso unido a que este va a ser el último año en el que va a haber consejos de salarios antes de las elecciones. Eso hace que se espere una conflictividad mayor a la de 2007, que no fue baja, por cierto.

FERNANDO ROSENBLATT:
Algunos consideran que la conflictividad que se ha venido registrando se asocia con la emergencia de nuevos sindicatos y por lo tanto de líderes sindicales sin experiencia en lo que tiene que ver con negociaciones, como también que todos estos años sin consejos de salarios habían malacostumbrado al sector empresarial, lo que ha resultado en una falta de experiencia en materia de negociación colectiva. ¿Qué opinión le merece esta interpretación?

DB - Dos aspectos. Hasta el comienzo de esta administración Uruguay tenía un sistema desregulado de relaciones laborales en el cual existía un estatus de manejo entre sindicatos y las empresas. A comienzos de los dos mil hubo una situación de crisis económica muy fuerte, de aftosa, una serie de problemas que todos conocemos, que generó una situación de complejidad. Cuando se inició esta administración el gobierno comenzó a tener una política laboral absolutamente sesgada por los intereses de sus obligaciones electorales con los sindicatos, lo que lo llevó a legislar exclusivamente para el sector de empleados, de los sindicatos, sin tener en cuenta en ningún caso los reclamos ni los derechos de los empleadores. Esa es la primera gran diferencia. Toda relación laboral es por definición bilateral, por lo tanto no puede partir de la base de desestimar los reclamos o los planteos de un sector.

Pero dejando eso de lado, en el Consejo Superior Tripartito –uno de los varios ámbitos que el gobierno ha creado para dar una imagen de situación equitativa, que no es tal– solo se ha legislado sobre temas como fueros sindicales, licencia sindical, pero nada se ha dicho sobre el derecho de propiedad, sobre la propiedad de los medios de producción, sobre la protección de los bienes de la empresa. Tampoco se ha hablado de la libertad de comercio e industria que permite la creación de empresas, la organización, la dirección por los empleadores. Tampoco se ha hablado de temas como negociación libre y voluntaria, derecho a tomar medidas de autotutela, medidas que no configuran derechos de huelga. Tampoco sobre los derechos de consulta tripartita. Ni tampoco sobre aspectos específicos que el sector empresario ha planteado, como que se legisle sobre la cantidad de representantes sindicales por empresa, sobre personería jurídica y sobre los estatutos por los que se deben regir las organizaciones. Tampoco sobre derechos y obligaciones de las organizaciones, ni sobre la responsabilidad de las organizaciones o sus representantes. Tampoco se han dictado normas respecto de elección de autoridades por voto secreto, ni sobre un sistema de adopción de decisiones de conflicto por voto secreto, ni nada de lo que tiene que ver con la confidencialidad y responsabilidad patrimonial cuando hay no cumplimiento de una de las partes. Nada se habló sobre los derechos de paz o preavisos para la toma de medidas de corte gremial. Tampoco sobre temas como la reglamentación del derecho de huelga, que está en el artículo 57 de la Constitución, ni sobre el derecho de los trabajadores que no estén de acuerdo con las medidas tomadas. Nada de esos planteos del sector empresario ha sido tomado en cuenta.
 
FR - ¿Usted concuerda con la afirmación del dirigente de la Cámara de Comercio Horacio Castells, quien a mediados del año pasado señaló que estábamos ante un "gobierno cívico-sindical"?

DB - Esas son definiciones que se hacen en un momento, en una entrevista, cómo se dicen o se plantean tiene que ver con el contexto.

FR - Se lo pregunto por el escenario que usted describía.

DB - El escenario que describo es la realidad, los reclamos que le menciono están hechos por escrito, fueron planteados tanto al Ministerio de Trabajo (MTSS) como al Parlamento. Son realidades, no estoy adjetivando. Es una realidad, se ha legislado para uno de los dos sectores. Si usted me pregunta, esta gente tiene mayorías parlamentarias, por lo tanto puede legislar en la línea que le parezca mejor. Estoy de acuerdo, llegaron al poder con determinada cantidad de promesas, con determinados votos y compromisos con el sistema sindical y ahora están cumpliendo.

Eso es el derecho, pero no hay derecho a insistir y decir –como dicen las autoridades– que se tiene en cuenta la situación de los empleadores. Podríamos tomar como ejemplo la ley de tercerizaciones, se dice hasta el cansancio que se tuvo en cuenta la posición de los empleadores. O como se llegó a decir en algún momento, que los empresarios criticábamos las situaciones y por atrás brindábamos. Ese tipo de adjetivación es querer tapar el sol con un dedo. No es esa la situación, los empresarios no estamos de acuerdo con las medidas que se toman ni con la situación de que no se consideren sus derechos.

JI - Se ha señalado, no sé si la CIU o todas las gremiales empresariales, que este avasallamiento que entienden que hace el gobierno puede ser presentado como una denuncia formal ante la OIT. ¿Se está analizando esa posibilidad? ¿Se va a canalizar finalmente?

DB - Es una posibilidad que está latente. Esto es consecuencia de una presentación sobre el sistema legislativo en lo laboral de Uruguay, con la presentación del proyecto de ley de negociación colectiva, específicamente de los artículos 21 a 24, que tienen que ver con la ocupación de los lugares de trabajo como una extensión del derecho de huelga (artículo 21) y la solución de conflictos. La Organización Internacional de Empleadores (OIE) entendió que era una clara violación de los derechos y se está analizando.

Antes de fin de año tuvimos reuniones con el vicepresidente ejecutivo de la OIE, el doctor Daniel Funes de Rioja, y con la directora para Asuntos Sudamericanos, y después tuvimos una reunión con el ministro de Trabajo y con el subsecretario de Industria. Les planteamos estos temas, se analizó en profundidad que este tipo de leyes son muy avasalladoras, que en el mundo no había nada parecido a esto, ni siquiera la OIT tiene legislación sobre este tema. Es evidente que si esta situación no se revierte está la posibilidad de hacer una denuncia ante el Comité Internacional de la OIT.

JI - Las gremiales empresariales hablan de un gobierno que se ha volcado decididamente a favor de los sindicatos, usted hablaba de un compromiso electoral en ese sentido, pero nos llegan mensajes de los oyentes con otra mirada.

Alejandro, de Malvín: "Trabajo en la industria farmacéutica y hasta que se instalaron los consejos de salarios no nos daban aumentos ni se firmaban convenios. Siendo este un sector de crecimiento permanente teníamos que seguir esperando la buena voluntad de los empresarios. ¿Qué opina de usted esto?".

Fernando, de Colón: "Los empresarios estuvieron acostumbrados durante décadas a gobiernos totalmente sesgados en su apoyo. ¿En las cámaras empresariales deciden por voto secreto?".

DB - Sin duda que en este tipo de cosas puede haber dos visiones diferentes. En primer lugar, las cámaras empresariales la elección de autoridades se hace por voto secreto, con listas.

Y el tema de los consejos de salarios puede analizarse desde dos puntos de vista. Si me pregunta específicamente cómo es la situación hoy, yo le diría que hoy tenemos una situación de crecimiento franco como el país no había visto durante muchísimos años. Aclaro que el sector farmacéutico no creció permanentemente ni mucho menos, estuvo muy complicado hace muy pocos años, de modo que esa visión es equivocada. En los últimos tiempos sí ha venido creciendo, de manos de una estructura de caída de patentes.

Pero independientemente de eso, si hoy estuviéramos en un escenario de desregulación, como tuvimos hasta principios de 2000, los salarios estarían por encima de los valores de hoy. Porque hoy la demanda de la mano de obra increíblemente está muy por encima de la oferta. En 1999, después de la famosa devaluación de Brasil, que dijeron que no iba a pasar y pasó, 13 de enero de 1999, Uruguay entró en una fase de desaceleración muy fuerte. Ahí la oferta de mano de obra estuvo muy por encima de la demanda durante todo un período. Quizás en ese momento sí habría sido lógico tener algún tipo de regulación. Pero en este momento, cuando la oferta de mano de obra es muy inferior a la demanda, la regulación está generando una caída del precio relativo de los salarios, que podrían estar bastante por encima de lo que están hoy.

En la situación actual, si usted analiza el crecimiento de los sectores por sector, verá que los sectores que más crecen y mejor comportamiento tienen son los menos activos en mano de obra. Los más activos en mano de obra están con complicaciones y han perdido competitividad, tienen más compleja su venta tanto dentro del país, por el valor bajo del dólar y la competencia con los productos que ingresan, como en el mercado internacional.

Si se miran las exportaciones del país en 2007, casi el 60% son productos que vienen del agro o con muy bajo grado de industrialización. Y en el otro extremo, los productos con mediano y alto nivel de industrialización y con tecnología incorporada, son un 8% los de nivel medio y 2% los de alta tecnología.

En los productos que están con un viento muy fuerte de cola, con precios internacionales muy fuertes, hay inversión. Pero en los productos de mayor valor agregado la inversión es la mínima para mantenerse. Se habla de una diferencia entre la visión de los empresarios que miran a Uruguay desde fuera y la que tienen los empresarios uruguayos, pero lo que vale es que de los empresarios uruguayos que pueden salirse del negocio se salen. Y esto no es bueno, porque ningún país puede desarrollarse sin inversión real de los propios integrantes de la sociedad.

Esta es una situación real, se puede constatar, se puede medir, no es "me parece que". No es un problema de sensación, es un problema de realidad, de situación constatable. Cuando la inversión fuerte está en los sectores que vienen de la mano de valores internacionales muy altos y con un aporte de mano de obra bajo, estamos corriendo un gran riesgo. Ojalá que esta situación perdure y dure muchísimo y que tengamos un Uruguay que siga trayendo turismo como ha traído estos primeros quince días del año, pero frente a un cambio nos vamos a encontrar en un problema muy serio.

***

FR - Usted hablaba del clima de inversiones. De todos modos, la reglamentación de la ley de inversiones fue muy bien valorada por el sector empresarial. ¿Qué importancia tiene esa reglamentación y qué escenarios se abren con ella, qué herramientas brinda? Porque tiende a contradecir lo que usted decía recién.

DB - No se contradice para nada, porque un aspecto es visto desde el punto de vista de la legislación laboral y otro es un tema sobre capacidad de inversión. Es muy buena, la CIU lo ha dicho claramente, esta nueva ley de inversiones es mucho más equitativa y permite el acceso de las pymes a financiamientos que no existían en la ley anterior. Es mucho más razonable y apoya más a la pequeña y mediana empresa, que son el 97% o 98% de las empresas del país.

Pero cuando uno analiza la situación, está lo que el pequeño emprendedor hace y le sirve para desarrollar una empresa de características pyme, de cinco o menos empleados y las otras de 15 o 20, y la situación del gran paquete industrial, del gran desarrollo de las empresas. Son dos visiones totalmente diferentes, usted no ve grandes conflictos en pequeñas empresas, el empresario normalmente no tiene conflicto con sus funcionarios, los conflictos en la mayoría de los casos son importados o traídos de fuera de las empresas. Tenemos pruebas de ese tipo de cosas, en empresas con 400 o 500 personas de repente grupos de 10, 12 o 15 se arrogan el derecho a decidir si se para o no, si se toma o no, si se trabaja o no, porque ese pequeño grupo de gente está privilegiado por las leyes y lo que ha legislado el gobierno con respecto a las relaciones laborales. Ese es el gran problema, como no está bien regulado todo esto, pequeños grupos se transforman en centros de poder dentro de los sindicatos y hacen que el resto, el 80%, sea rehén de una situación, porque no tiene mecanismos, tiene que terminar pidiendo una ley de amparo, ir a un juez para que lo atienda.

No hay contradicción, esto no quiere decir que lo que se ha hecho en política económica dentro del país no haya sido muy bueno, ni lo que tiene que ver con la macroeconomía no haya sido muy bueno, que no se hayan tomado medidas muy buenas en Economía, en el Ministerio de Industrias, con sus limitadísimas posibilidades, porque con este gobierno ese ministerio sigue teniendo un presupuesto realmente paupérrimo. En lo que se les asigna a los ministerios está implícita la expectativa o el peso que se les quiere dar a determinadas actividades, y aquí es muy bajo.

Pero no podemos decir lo mismo del MTSS ni del Ministerio de Relaciones Exteriores, porque tenemos serios problemas de inserción internacional, la CIU ha dicho claramente que le pareció un error la política que se llevó adelante con Estados Unidos y el TLC.

Son dos cosas que no se contradicen para nada, unas cosas son muy buenas, pero hay cosas muy malas. No decimos que no se hayan tomado medidas, todo el Gabinete de Innovación, todo lo que tiene que ver con innovación y tecnología, todo lo que tiene que ver con las nuevas presentaciones de acceso a concursos y a planes de promoción es excelente, buenísimo.

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Edición: Mauricio Erramuspe