Entrevistas

Destacan buena posición de América Latina frente a la crisis bursátil

Para el economista Arturo Porzecanski, profesor de Finanzas Internacionales en la American University de Washington, la economía de Estados Unidos muestra un "parate fuerte". "La economía de Estados Unidos y probablemente la europea en los próximos meses demuestren como mínimo un estancamiento", señaló. En tal sentido dijo que en la economía global habrá un enlentecimiento. "Eso no quiere decir que tengamos una recesión mundial, si estábamos creciendo al 4, de repente crecemos al 2%", explicó. Respecto a la región, dijo que "si hay un problema nos pesca en una inusualmente buena posición y no deberíamos tener problemas graves inmediatos".

(Emitido a las 8.29)

EMILIANO COTELO:
Después del lunes negro con que se abrió la semana, el martes de mañana la Reserva Federal de Estados Unidos recortó sorpresivamente la tasa de interés de referencia en 0,75 puntos porcentuales, llevándola a 3,5%.

¿Cómo se entiende la reacción que los mercados mostraron entre martes y miércoles en distintas partes del mundo? Además, ¿habrá recesión en Estados Unidos? Y, en caso de que eso ocurra, ¿qué ocurrirá con la economía mundial? En especial, ¿qué pasará con los países asiáticos? ¿Qué evolución tendrán los commodities? ¿Cuáles pueden ser las consecuencias en países como Uruguay?

De estos temas conversamos ayer en el análisis económico con Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte, y hoy nos interesa tener una visión desde fuera, desde el centro mismo de toda esta turbulencia.

Estamos en diálogo con el doctor Arturo Porzecanski, economista uruguayo, profesor de Finanzas Internacionales en la American University de Washington. Porzecanski fue economista jefe para países emergentes del Banco ABN-AMRO y economista jefe para las Américas del banco de inversión anglo-holandés ING Barings.

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Economista Porzecanski, ¿cómo evalúa la decisión de la Reserva Federal, adoptada este martes, de recortar las tasas de interés?

ARTURO PORZECANSKI:
Fue muy acertada, porque quedó claro durante el transcurso del día lunes, que era feriado en Estados Unidos pero no en el resto del mundo, que estaba empezando a cundir un cierto pánico en los mercados financieros. Y como las autoridades se iban a reunir la semana próxima y probablemente iban a rebajar las tasas, decidieron tener algún impacto preanunciando la decisión y haciéndola un poco mayor de lo que se esperaba. Eso ayudó a frenar un poco el carro.

EC - Fue una rebaja de tres cuartos de punto porcentual.

AP - Efectivamente, el mercado esperaba medio punto la semana que viene, así que ayudó a parar un poco esa espiral descendiente que se había instalado en la psicología de los mercados.

EC - Ha pasado ya un poco más de tiempo, ya han transcurrido dos días. ¿Cómo analiza ahora las reacciones que se produjeron en estas 48 horas? Las repaso rápidamente: el mismo martes el Dow Jones cerró con una caída de 1,1%, una caída menor a la que había tenido al comienzo de la jornada; ayer miércoles los mercados asiáticos rebotaron y cerraron con subas importantes, el Nikkei de 2,04%, pero los europeos, que comenzaron el día reaccionando bien, finalmente cerraron con caídas fuertes, por ejemplo el índice de la bolsa de Francfort, el Dax, bajó 4,9% y el índice del Finantial Times, en Londres, cayó 2,3%; por último, en Nueva York mismo, ayer el Dow Jones terminó con una recuperación clara de 2,5%.

¿Qué le dicen todos esos números?

AP - Los mercados todavía no tienen una convicción, se dejan llevar por la corriente, por los rumores, por las esperanzas, por los miedos, de manera que esto tiene para rato. En concreto, yo diría que un factor negativo fue que el Banco Central de Europa, en lugar de seguir el guión de la Reserva Federal y rebajar las tasas, echara un balde de agua fría a los inversionistas europeos, diciendo que ellos todavía le iban a dar prioridad al combate a la inflación e indicando que no iba a haber un recorte. Eso en particular descorazonó mucho a los inversionistas en Europa.

Y en Estados Unidos ayer gran parte del día el mercado siguió bajando, no había pánico pero siguió bajando, hasta la tarde, cuando hubo una medida que puede haber pasado desapercibida en Uruguay pero fue importante aquí: se supo que las autoridades del estado de Nueva York, en particular la institución que supervisa a las compañías de seguros, había organizado una reunión entre los principales bancos para conversar sobre cómo salvar a dos empresas que aseguran a bonistas en Estados Unidos, que parecen estar descapitalizadas. El mero hecho de convocar a una reunión para tratar ese tema fue suficiente para dar vuelta la tortilla.

Es importante porque muchos inversionistas conservadores, especialmente de fondos de pensión, compran bonos corporativos, municipales, gubernamentales y otros, si tienen un seguro detrás que los coloca en una muy buena categoría de bajo riesgo, de manera que si hay un problema en la empresa o entidad gubernamental que los emitió, la compañía aseguradora de ese bono paga los platos rotos. Pero ha habido problemas en ese sector, entonces había peligro de que la garantía de muchos bonos no valiera nada y hubiera una venta masiva de esos bonos comprados con un seguro que ahora no valdrían nada. Esa pesada carga estaba como una espada de Damocles en el aire, pero parece que vamos a tener una noticia buena por ese lado.

EC - A propósito del futuro, en primer lugar del cortísimo plazo: la semana que viene, en la reunión que ya estaba prevista de la Reserva Federal, ¿se va a decretar una nueva baja de los tipos de interés?

AP - Sí, probablemente otro medio por ciento, para demostrar una vez más que captaron el problema, que están encima del asunto, que no se van a atrasar. Básicamente están comprando tiempo para ver si alguno de los otros bancos centrales importantes, ya sea el de Europa o el de Japón, se adhiere al plan, y también si el Poder Ejecutivo y el Legislativo de Estados Unidos logran acordar un paquete de emergencia de recorte de impuestos que pueda entrar en acción en los próximos pocos meses.

EC - ¿Cuál es su previsión con respecto a Europa? ¿El Banco Central Europeo terminará aflojando y bajando las tasas?

AP - Yo creo que sí, pero para la psicología del mercado importan mucho el cuándo y el cómo. Si lo hace de aquí a dos, tres o cuatro meses, cuando haya quedado claro que las economías de Europa también se han desacelerado significativamente, no va a tener impacto, porque el daño ya va a estar hecho y la psicología en Europa va a seguir negativa.

EC - ¿Puede ocurrir que esa rebaja de las tasas en Europa se dé en estos días?

AP - De repente se suben al tren, se dan cuenta de que es mejor prevenir que curar, pero si se toman en cuenta las declaraciones de ayer del presidente Triché sería demasiado pronto para que se den vuelta. Aunque esto ya sucedió en Inglaterra, el Banco de Inglaterra hace unos meses dijo que no iba a salvar a ningún banco que entrara en problemas y cuando uno entró en problemas tuvo que meterle plata con un embudo.

EC - Pasando al futuro en cuanto a la cuestión de fondo, ¿qué probabilidad hay de que Estados Unidos entre en recesión?

AP - Hoy por hoy definitivamente más del 50%, ya los indicadores de diciembre del mercado laboral, del sector manufacturero, del sector servicios, del sector consumidor, mucho más allá del sector bienes raíces, mostraban un parate fuerte, y ahora, con toda esta turbulencia en los mercados financieros en enero, seguramente muchos consumidores y empresarios están postergando todo tipo de decisiones. Definitivamente la economía de Estados Unidos y probablemente la europea en los próximos meses demuestren como mínimo un estancamiento.

EC - Si Estados Unidos entra en recesión, ¿la economía mundial puede evitar verse arrastrada también?

AP - Ciertamente no puede evitar que las cosas se desaceleren. Si uno es China, creciendo al 10%, y pasa a crecer al 5% no es el fin del mundo, no es una recesión pero se notaría. Sí, estamos enfrentando un período de menor crecimiento económico de muchos. Una de las principales razones es que estamos tan globalizados, tan interconectados que un inversionista en Uruguay, en Corea, en Egipto o en Dinamarca se decide sobre la base de los mismos datos, la misma información, la misma ignorancia, las mismas modas, y eso hace que las cosas se trasmitan por efecto contagio de forma muy rápida.

EC - En la hipótesis de que Estados Unidos entre en recesión, ¿en qué medida Asia, los países asiáticos en general, no solo China, pueden compensar ese inconveniente?

AP - Ciertamente pueden amortiguar, no solo una recesión en Estados Unidos, sino aunque sea un estancamiento. Pueden amortiguarla, porque en muchos de esos países, y también en América Latina, las economías terminaron 2007 con el pie en el acelerador, así que por más que lo larguen el vehículo va a continuar hacia delante por un buen rato.

EC - Pero, ¿pueden sustituir a Estados Unidos, pueden reemplazar el papel que juega Estados Unidos hoy?

AP - No, vamos a ver un enlentecimiento, nadie va a acelerar lo suficiente como para compensar la desaceleración en Estados Unidos. Pero eso no quiere decir que tengamos una recesión mundial, si estábamos creciendo al 4, de repente crecemos al 2, con Estados Unidos creciendo cero o menos.

EC - Una pregunta que interesa especialmente a países como Uruguay, ¿qué puede pasar con los commodities en este nuevo escenario? ¿Los precios de los commodities pueden mantenerse en niveles elevados, en estos niveles que hemos visto últimamente?

AP - No, yo hoy vendería oro y otros metales y precios de materias primas que han tenido un alza brutal en los últimos meses y años. Porque la demanda, por lo menos industrial, de muchas de esas materias primas debería bajar. Además hay un elemento especulativo muy importante, se ha puesto de moda en los últimos años especular a través de las materias primas. Hoy por hoy el precio de la soja, del oro o del petróleo no refleja mayormente su uso industrial sino la diversificación saliendo del dólar, saliendo de activos financieros tradicionales, y mucha de esa gente, por problemas crediticios o por pesimismo, va a vender sus posiciones y va a haber una baja en los precios de las materias primas.

EC - Usted aludió al pasar a países como los de América Latina, pero en concreto, ¿qué horizonte observa sobre Uruguay?

AP - En primer lugar, lo bueno de Uruguay en cierto sentido es que está todavía bastante desconectado de los mercados financieros internacionales. Obviamente la deuda pública uruguaya se cotiza, se mueve y refleja, pero en general no hay muchos bonos, acciones, ni instrumentos financieros sofisticados que puedan contagiarse. Además la posición del gobierno y de los principales bancos y corporaciones, como en otros países de la región, es lo suficientemente sólida y hay un colchón suficientemente bueno como para que no haya necesidades financieras grandes por suplir en el corto plazo. Eso no quiere decir que no sienta ecos, que no haya preocupación y que el ambiente que hay incluso en el mercado inmobiliario, no se afecte.

EC - Otra vez, sobre el impacto que una recesión en Estados Unidos puede tener en las condiciones financieras para los mercados emergentes, ¿qué puede pasar con el acceso al crédito?

AP - Nuestros gobiernos, empresas y bancos han aprovechado muy bien los últimos años para repagar deudas, pesificar, extender plazos, para acolchonarse por si venía un evento negativo como el que podría estar en marcha. Por lo tanto tenemos en nuestra región una posición lo suficientemente sólida y cómoda, si hay un problema nos pesca en una inusualmente buena posición y no deberíamos tener problemas graves inmediatos.

EC - Por último, ¿qué perspectivas hay para las monedas mundiales en el escenario que se avizora?

AP - Es curioso, el dólar no perdió mucho camino en los últimos días, incluso se recuperó parcialmente con respecto al euro. La gente estará vendiendo bonos y acciones de Estados Unidos, pero no está vendiendo dólares. Eso es interesante, algunos piensan que el dólar perdió tanto terreno, ya sea en Uruguay, en Europa, en Japón o en otros países, que ese activo estadounidense ya incorpora todo el pesimismo que ahora se está empezando a reflejar en la bolsa, en los mercados de bonos, etcétera. Hoy no está claro, ni para mí ni para muchos, si el dólar va a salir perdiendo o ganando de esta situación de incertidumbre.

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Edición: Mauricio Erramuspe