La Audiencia Opina

Preguntas de los oyentes de En Perspectiva, durante la entrevista con el Doctor Humberto Correa, decano de la Facultad de Medicina del Claeh

¿Cuál es el costo mensual? ¿Tienen convenio con algún Banco? ¿Hay algo como un campus? Jorge de Pocitos

Respuesta
El costo de la carrera, cada año, es de 12 cuotas de $17.500(diecisiete mil quinientos pesos).
Hay otros planes que amplían los años de pago y disminuyen la cuota mensual, pero no convenio con banco.
Existen becas (completas y parciales) solamente para algunos estudiantes de Maldonado.
Por planes de pago debe in formarse personalmente en Administración de la Facultad. (0 42-496612)
No existe un Campus.
Existen facilidades de contacto de los alumnos con empresas de transporte, hospedaje, entidades deportivas y sociedades de asistencia médica. En el predio de la Facultad existe una cantina donde se puede almorzar y hacer otras comidas.

Para los estudiantes del centro y norte del país, no vemos favorable que se hayan situado en Maldonado. No notamos la descentralización. Seguimos en lo mismo.

Respuesta.
La descentralización comienza siempre por algún lado. El CLAE al situarse aquí colaboró en la descentralización incipiente de la enseñanza universitaria.
Cuando se elige el asentamiento de una nueva entidad universitaria deben tenerse en cuenta entre otras cosas: población local, infraestructura ya existente, posibles alumnos que puedan concurrir y otras. Si bien Maldonado también está lejos del norte, es al menos un paso. Y ese paso seguramente tiene algunas características porque la población de alumnos que más ha crecido es la que proviene de todos los otros departamentos excluido Montevideo.

¿Haber sido Asistente Académico de la Dirección del Hospital de Clínicas no le creó dificultades en su tarea de Decano de esta Facultad privada?

Respuesta.
No me creó ninguna dificultad. Trabajé durante dos años simultáneamente como Asistente Académico del Hospital de Clínicas y como integrante de la Comisión del CLAEH que estaba generando el proyecto de la facultad. Todas las partes estuvieron siempre en conocimiento de mis dos actividades. Eran tareas diferentes.

¿Se podrá investigar la tendencia de los funcionarios de instituciones de la salud a ser hipocondríacos? Alicia

Respuesta
¿Porqué piensa Alicia que esto debe ser investigado?

¿Qué lugar ocupan las llamadas terapias alternativas en su Facultad? Dr. Zanolli.

Respuesta
No hemos abordado las terapias alternativas. Sin embargo ha surgido la discusión a propósito de las mismas en las clases de antropología, epistemología, ética, humanismo médico e historia de la medicina.

¿Qué opina el doctor sobre la resistencia que genera en la Facultad de Medicina en la UdelaR? Como estudiante de ésta lo noto fácilmente.

RESPUESTA:
La pregunta de esta estudiante no es completamente clara, puede referirse a lo personal o a lo institucional. Esto me conduce a intentar responder en ambos planos.

TRABAJAR EN "LA PRIVADA"
 He sido docente muchísimos años. Lo soy aún.
Fui Profesor Titular en la Universidad de la República y actualmente soy Decano de la Facultad de Medicina del CLAEH. Un día terminaré mi ciclo docente. Podría eludir la respuesta a preguntas espinosas o ásperas y esperar tranquilo y callado. Pero mis declaraciones han sido públicas y he sido peguntado por algunos asuntos que rebasan mi persona y que tienen un interés ideológico ó filosófico general. Responder asuntos multifacéticos, conflictivos, actuales y con un componente pasional innegable es difícil y expone al que responde, pero creo que debo hacerlo. Este asunto representa un aspecto de un conflicto de ideas e intereses (a veces enconado conflicto de posturas y de grupos) que se desarrolla parcialmente soterrado.

I) Virtudes y exclusividad
Cuando me invitaron a hacer docencia en la órbita privada yo había trabajado en la Facultad  Estatal (UDELAR-Facultad de Medicina) durante 43 años, y estaba terminando mi ciclo docente en ella. Cuarenta y tres años es más de media vida.
Estaba imbuido parcialmente o permeado en gran medida por  una noción de exclusividad de las mejores virtudes. Estaba presente en mi interior cierta "ideología", no muy bien estructurada de que la pureza de intención, la democratización, y el altruismo  al servicio de los ciudadanos,  solo existían en las instituciones del estado. Y  especialmente en las instituciones educativas universitarias gubernamentales autónomas.
Toda otra forma de gestión de la educación (privada, semi privada) estaba contaminada de lo opuesto.

Esta idea del "virtuoso exclusivo" ó único (más o meneos expresa, más o menos explicita)  campea en gran parte del imaginario de integrantes de muchas Universidades públicas.
Debe reconocerse que las virtudes mencionadas se concretan o se han concretado en muchos de sus mejores aspectos  en esas instituciones (Institutos Universitarios estatales) variando con los períodos históricos. Pero también debe reconocerse que también en muchos de ellos se concreta – y es de dudosa adecuación y fruto- la idea de que solo allí pueden residir.

El deseo o aspiración de vivir – aunque sea en parte- de acuerdo a esas virtudes sigue estando en mi. La noción de "exclusividad del virtuoso" entró en crisis cuando enfrenté un ofrecimiento de trabajo educativo universitario de gestión privada. Quizá allí también podían residir virtudes imprescindibles.

II) La Tolerancia
Soy afín a la libertad, a la tolerancia, a la buena interrelación, a apoyar – en mi modesta medida- los sistemas que favorezcan el desarrollo de todos los habitantes del país (sistemas humanistas).
Soy opuesto por naturaleza (por razones no totalmente explicitas en mi y algunas de ellas profundas  y no conscientes) a todo sistema o método de intolerancia radical, de fanatismo o de integrismo de cualquier tipo.
Soy afín  al respeto por las personas, por todas las personas que al menos sean tolerantes.
Tolerante es el que respeta y considera  -con razones, y fundamentos- lo que otros piensan, que está dispuesto a discutir ideas y proyectos lealmente, y que cualquiera sea su motivación o intención de lucha no recurra a la burla, la mentira, la demagogia, el insulto, el golpe o el crimen para imponer su ideología (su poder).
Cualquiera que sea la situación no creo en la respuesta violenta  salvo en el caso del combate a sistemas oprobiosos de opresión y muerte como por ejemplo el nazismo y otros similares que se repiten en la historia.

 III) Un balance
Cuando me propusieron integrar un grupo para generar una Facultad de Medicina en el CLAEH sopesé algunas cosas:

a) La oportunidad de un nuevo lugar creativo para aplicar mi experiencia en forma integral, decidida y completa en formar médicos. Podría lograrse quizá la formación de un nuevo tipo de médicos con enfoque realmente bio-psico-social, humanista y crítico, en una carrera más corta, aplicando métodos modernos. Y ese proyecto cursando dentro de una institución humanista, sin fines de lucro y con antecedentes de trayectoria abierta, con intención social y coherente.

b) Tener un trabajo. Tener una actividad docente y formativa intensa en un momento en que ya había finalizado otra también muy intensa y en tenía aún un buen capital intelectual y práctico que ofrecer. Suplir el hueco laboral, docente y académico que aparecía en mi trayectoria futura. Si bien la Dirección del Hospital de Clínicas me había honrado (y estoy profundamente agradecido a su Directora) con el cargo de Asistente Académico, la nueva posibilidad me ofrecía una perspectiva posiblemente más amplia.

c) El hecho de trabajar en un lugar accesible solamente a alumnos que "pudieran pagar" para ser admitidos (selección por posibilidad económica).

d) El tener que enfrentar inevitablemente las resistencias, rechazos, y exclusiones de una parte de las  personas y ambientes que antes habían apreciado y premiado mi trabajo. Este había sido muy dedicado y valorado positiva y repetidamente por diversas autoridades y ambientes universitarios. Sabía también que las personas con postura tolerante, (de cualquier ideología,  o pertenecientes a cualquier organismo o institución) no participarían de ese rechazo sin balancear integralmente mi actividad, los frutos de ella, y sin reflexionar (nuevamente y provocados por mi opción) sobre que de bueno y malo, que de adecuado e inadecuado puede tener la enseñanza de gestión privada en el país. Pero estas personas son más silenciosas que las otras.

En esta perspectiva me ayudaron con su dialogo algunas (muy pocas) personas selectas, íntegras, y de larga trayectoria en los más altos cargos universitarios y en otros ámbitos.

Los ítems sopesados y marcados como a) y b) me atraían. El punto d) en su aspecto negativo para mi, lo dejé fuera de consideración pues una persona medianamente libre no puede elegir bajo presión o bajo el temor. Si lo hace termina inevitablemente despreciándose a si misma.

El punto marcado con c) era y es el único centro de reflexión necesaria.

Y no es solamente mi punto de reflexión interna, sino un tema de reflexión, de dialogo y de discusión ideológica y filosófica  necesario en toda nuestra comunidad académica. Ese diálogo  debe integrar a todo el que pueda pensar (académico o no) con algún fundamento, que aunque sea simple debe ser necesariamente verdadero y desprejuiciado. Es un tema con modulaciones históricas, sociológicas, educativas y otras. Las modulaciones políticas aunque importantes,  las menciono al final, porque generalmente están teñidas –muchas veces mas que las anteriores- de aspiraciones dogmáticas de poder (en cualquier postura del espectro) y de competencia.

IV) Algunas de las preguntas necesarias
(Algunas con respuesta y otras sin respuesta definitiva aún).

1) ¿Es inadecuado o nocivo que exista una institución educativa sea de gestión privada si cumple con todas las normas que el Estado impone a los institutos educativos y es estrechamente supervisada por este?
Parecería que no, si lo que se busca es la calidad técnica y humana del egresado.

2) ¿Cuál es el daño real de que exista en parte una selección económica para un instituto educativo entre muchos? Esta es una pregunta a contestar en un dialogo profundo. Puede ser un elemento benéfico, neutro o recibir la crítica de antidemocrático. Esos alumnos que pueden pagar, si no existiera una institución de gestión privada por la que puedan optar irían a la Facultad de Medicina de la UDELAR recargando su trabajo ya inmenso, excesivo y difícil de realizar con su masa de alumnos. Usufructuarían gratuitamente recursos que pueden usar otros alumnos con menos posibilidades. Por otra parte la selección nunca es solamente económica, porque si programa, currículo y resultados del instituto privado son malos no habrá alumnos que opten por él aunque tengan el dinero para pagar la matricula. Tampoco es solo una "selección", puede ser parte de una "solución".

3) ¿Es inadecuado que funcione una institución de gestión Privada con reducido número de alumnos (el 5% de los que ostenta la facultad Pública), que ponga en práctica programas y modos educativos modernos y los lleve a cabo bajo estricto control para formar médicos con un perfil integral humanista, técnico y critico? ¿No constituye esto un ejercicio casi experimental de las posibilidades de formación – en condiciones casi ideales-  para ser luego discutido en el país? Debe recordarse que algunas de las aspiraciones puestas en práctica por el CLAEH son aspiraciones e ideas nacidas y mantenidas  - aunque no siempre realizadas- por la Universidad de la República y sus pensadores de hace muchas décadas. Pero las ideas no tienen "corral".

4) Si el país tiene una institución de gestión pública formadora de médicos, gratuita en su matricula para todos, y que abarca la mayoría de los aspirantes ¿Se ve menoscabada por una institución pequeña, veinte veces menor?
Debe tenerse en cuenta que una gran parte de los concurrentes a la Facultad pública tienen disponibilidad económica para pagar su matricula y mucho más, pero no lo hacen, usufructuando de esas manera los bienes del Estado. Repetimos aquí que la institución de gestión privada alivia la enorme carga de alumnos de la institución de gestión pública (carga con la que no puede moverse adecuadamente para educar) y posiblemente permite en alguna medida aplicar sus recursos para más alumnos que no puede pagar la matricula.

5) ¿Cuando los médicos egresados de la institución de gestión privada pasen a la comunidad, atenderán solamente a los ricos?
Muchísimos médicos egresados de la institución pública trabajan con elevada remuneración y "atienden ricos". En este punto es justo decir que nadie ignora que esto contrasta con la enorme masas de médicos egresados de la misma que no encuentran lugar decoroso y moderadamente bien remunerado de trabajo.
A "quien atiendan" los médicos (egresados de cualquier lado) va a depender de la organización sanitaria del país y no del lugar de formación y egreso.
Y "cómo los atiendan" va a depender  en gran parte de su formación ética y humanista, la cual, al menos en la facultad del CLAEH es primordial.

6) ¿Serán más humanos e integrales los médicos egresados de la Facultad del Estado que los egresados de la privada?
Eso no depende de que paguen o no la matricula, sino más bien del programa, modo de formación, modelo de los docentes y médicos con  que se forman y principios expresos que maneja y practica cada institución. Esos son los factores determinantes del perfil del egresado y no si paga o no paga individualmente la educación.

7) ¿Serán ciudadanos menos democráticos, más exclusivos, menos solidarios, con peores ideales sociales los médicos que realizan su formación en una institución de gestión privada?
Evidentemente que una Universidad debe proporcionar una formación integral y solidaria, con  conocimiento de la realidad social y con intención de cambiarla y mejorarla. Pero creemos que eso comienza por la consideración integral de cada persona humana primero y a ello tiende todo el programa educativo del CLAEH.

Y hay más puntos de reflexión, pero sería muy importante una discusión abierta, múltiple,  respetuosa y fundamentada de todas estas cosas.

Humberto Correa