Entrevistas

Caída del dólar afecta la economía y las intenciones futuras de los empresarios

La caída del dólar preocupa al gobierno y a los empresarios, entre los cuales los exportadores parecen ser los más afectados y aseguran que ya entraron en la zona de pérdidas. Edmundo Macchi, tesorero de la Unión de Exportadores del Uruguay, sostuvo: "estamos al comienzo de un atraso cambiario, algo que vivimos una década atrás y que sabemos qué consecuencias tiene". "Las perspectivas en este momento no son las mejores", agregó, y "eso afecta la parte económica y las intenciones del empresario cuando mira hacia delante".

(Emitido a las 7.46)

EMILIANO COTELO:

¿Estamos otra vez ante un problema de atraso cambiario? El debate se ha instalado en estos días. En la prensa de esta mañana varios artículos se refieren a esta controversia.

Empiezo por una nota que publica el diario La Nación de Buenos Aires, fechada en Montevideo y escrita por el corresponsal aquí. Dice que el precio del dólar no encuentra piso en Uruguay y los empresarios comenzaron a expresar con más fuerza su preocupación por la incidencia de este fenómeno en el comercio exterior. Esta semana la cotización del dólar quedó en sus dos puntas, compradora y vendedora, por debajo de los 20 pesos uruguayos, y al traspasar esa barrera psicológica se encendió una luz amarilla.

En lo que va de 2008 la caída de la cotización fue de 9%, pero la tendencia se inició hace más de un año: desde el cierre de 2006 hasta ayer la cotización bajó 19,8%, según el resumen del diario La Nación.

La publicación agrega que la baja ocurre mientras el dólar se revalúa en Argentina respecto del peso, algo que perjudica a Uruguay en la recepción de turistas de ese país. Además, los argentinos que tienen inmuebles en Uruguay precisan cada vez más dólares para hacer frente a sus gastos locales, y eso provoca inquietud entre los operadores turísticos. Según esta nota, también la Cámara de Industrias expresó preocupación por la pérdida de competitividad.

Por su parte, el diario El País dedica prácticamente una página entera en su sección de economía. Comienza con una crónica de lo que ocurrió ayer en el mercado de cambios: el Banco Central (BCU) volvió a comprar dólares, luego de dos meses de ausencia. Para algunos operadores eso fue una señal para dar soporte a la divisa; algunos economistas ya empiezan a hablar de atraso cambiario, según la síntesis.

Cuando ayer de tarde los operadores de mesa de dinero vieron aparecer al Central en el mercado hubo sorpresa, porque la última vez que lo había hecho había sido el 21 de febrero. Enseguida se tejió todo tipo de especulaciones. Además, se detalla cómo fue la participación del BCU, primero con una licitación y después optando por una compra directa. Entre los operadores consultados por el diario, algunos consideraron que la movida del Central podía ser una señal adicional del equipo económico para evitar una caída mayor del dólar, mientras para otros no se puede sacar conclusiones tan rápido, ya que si el BCU hubiera querido levantar el dólar, su incursión en el mercado habría sido más agresiva. El País dice que intentó recabar la versión del BCU, pero que, como sucede desde la semana pasada, no hubo respuesta oficial ni extraoficial.

Después se pasa al terreno de los analistas y de las distintas evaluaciones que se hacen en estos días. Se dice que entre los economistas no existe consenso en si la caída del dólar y la evolución interna de los precios están regresando al país a las épocas de atraso cambiario. Hay puntos de vista diferentes.

El más contundente por la afirmativa fue el ex director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto Javier de Haedo, quien dijo ayer a El País Digital que el atraso cambiario está entre 6 y 7%. De Haedo destacó que esto surge de los propios indicadores de tipo de cambio real que utiliza el BCU, comparados con el promedio histórico. Indicó que, excluyendo a Argentina y Brasil, el atraso cambiario está entre el 16 y el 17%. "Aunque el dólar cae en todo el mundo, en Uruguay la evolución de los precios en dólares es mayor, lo que genera esta situación", explicó.

Por su parte, Jorge Caumont no quiso entrar en cálculos para evaluar si existe atraso cambiario, aunque señaló que si se excluye a los productores de materias primas y de productos agroindustriales, el resto de los sectores está enfrentando serios problemas por la caída del dólar y el alza en los precios. Caumont apuntó especialmente al aumento de los salarios medidos en dólares, que en los 12 meses cerrados a febrero subieron 29%.

Para Alfonso Capurro, del Centro de Investigaciones Económicas (Cinve), no se puede hablar de una situación de atraso cambiario en el conjunto de la economía, y destacó que la fuerte inflación en dólares es una realidad en todo el mundo. A juicio de este analista, el enfoque y el análisis de la rentabilidad hay que hacerlo por sectores, algo que esa institución piensa estudiar en los próximos meses.

El tema también aparece en el matutino Últimas Noticias, en su sección de economía. El título es: "Impotencia de exportadores por nivel del tipo de cambio". Los exportadores están superpreocupados por el tipo de cambio bajo y por los altos costos internos, y afirman que ya no intentan interesar al gobierno porque les responde que está todo bien.

La Unión de Exportadores del Uruguay (UEU) ha estado haciendo un seguimiento sobre lo que, manifiestan, es un deterioro general de las condiciones para continuar trabajando. Y afirman que ya entraron en la zona de pérdidas. Luego tendremos la posición del viceministro de Economía, Mario Bergara, sobre esta discusión acerca del atraso cambiario.

Estamos con el tesorero de la UEU, Edmundo Macchi. ¿Qué balance hacen de este tema?

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EDMUNDO MACCHI:

Después de ese resumen tan completo que usted hizo, no hay mucho que agregar. Hay una realidad que palpamos, que los propios exportadores trasmiten en forma permanente a la UEU en cuanto a la inquietud que tienen, que ya es preocupación y que los está afectando directamente, con posibilidades de que la exportación empiece a sentir las consecuencias negativas de esta situación tan desgraciada que vivimos. No es mucho lo que podemos agregar, usted ha hecho un análisis muy completo en función de todas esas notas que han aparecido en la prensa de hoy.

EC - Pero ¿cambió algo con lo que ocurrió esta semana cuando el dólar bajó la barrera de los 20 pesos?

EM - Es la famosa barrera psicológica, pasó con el petróleo cuando pasó los 100 dólares, pasó con el oro y ahora pasa con el tipo de cambio. Afecta, el tema psicológico también importa, las posibilidades que tiene la gente cuando mira hacia delante se basan en las perspectivas, y las perspectivas en este momento no son las mejores. Como consecuencia, eso afecta no solo la parte económica, sino también las intenciones del empresario cuando mira hacia delante.

EC - Pero esto del atraso cambiario es muy controvertido, incluso hay de por medio diferentes criterios para medir esa variable. En la UEU, ¿qué tipo de examen hacen, qué tipo de conclusiones técnicas han extraído?

EM - La conclusión técnica –incontrovertible– es que tenemos una inflación en dólares enorme, poderosa, y que estamos entrando en la zona del atraso cambiario. Entendemos que estamos al comienzo de un atraso cambiario, algo que vivimos una década atrás y que sabemos qué consecuencias tiene, también las hemos vivido. Como consecuencia, tenemos que tratar de tener una relación fluida con el gobierno, que es quien tiene en sus manos la solución al problema. Y si no tiene la solución, al menos puede aportar elementos que estabilicen y frenen esta caída tan pronunciada, esta caída libre que ha tenido el dólar, de la cual todavía no se avizora un piso. Y luego que se estabilice la inflación interna en pesos, de manera que por lo menos las condiciones que estamos viviendo en este momento no empeoren.

EC - Usted dice que cuando plantean esta situación al gobierno la respuesta que obtienen es que la caída del dólar no es un problema solo uruguayo. Y es así.

EM - Es una realidad, contra la realidad no podemos ir.

EC - Por otro lado, también es un hecho que las exportaciones están encontrando precios muy buenos en los mercados internacionales.

EM - Sí, pero no olvide que los números de exportaciones están valuados en dólares.

EC - ¿Cuál es el razonamiento?

EM - Nosotros no somos formadores de precios sino tomadores de precios, por lo cual no podemos establecer un aumento del precio de nuestros productos en el exterior para que nos reporten más dólares. Y los mismos dólares que recibimos en forma permanente por las exportaciones tienen cada vez menor valor en la plaza y, como consecuencia, impiden entre otras cosas el valor agregado.

Le pongo como ejemplo lo que pasa en el área de la lana. El año pasado aumentó considerablemente la exportación de tops, la lana sucia, y bajó la parte de los hilados, de las telas, de manera que estamos retrocediendo en un área en la que fuimos casi pioneros en el mundo. Les estamos dando trabajo a operarios y obreros del exterior y estamos reduciendo la mano de obra en nuestra plaza. Es uno de tantos ejemplos, pero también las curtiembres que están pasando problemas bastante serios en este momento. El problema abarca distintas áreas.

EC - Para ser un poco más precisos: esta semana, en el espacio de análisis económico nos deteníamos en las últimas cifras de exportación, las que ha manejado el Instituto Uruguay XXI, que marcan que en el primer trimestre del año las exportaciones totalizaron 1.367 millones de dólares, lo que implica 37% más que lo que se exportó entre enero y marzo del año pasado.

EM - Yo también tengo esas cifras, aunque me dan un 33,59%, no un 37%, pero no es una gran diferencia. Claro que es así, de la misma forma que es incontrovertible que el dólar está bajando en el resto del mundo, también lo es que vienen creciendo las exportaciones medidas en dólares –en pesos no ocurre lo mismo, hay una diferencia–. ¿Por qué? Porque en la medida en que el petróleo sigue subiendo y siguen subiendo los productos que exportamos (que no son más de siete, ocho o diez), que se llevan cerca del 80% de las exportaciones del país. Estos son productos que no tienen valor agregado, que son productos del agro que prácticamente no sufren ningún tipo de transformación y salen al exterior en un estado casi natural. A eso tenemos que buscarle una solución.

EC - Usted dice que esas cifras de exportaciones, con el aumento espectacular que están teniendo, son "engañosas", que hay que mirarlas con lupa para ver qué es lo que tienen detrás.

EM – Sí, aunque quizás no utilizaría la palabra "engañosa"... están un poco disfrazadas, habría que observarlas con un poco más de atención y pasar esas cifras tan grandes en dólares (1.333 millones en el primer trimestre) a pesos para ver qué consistencia puede tener eso en el futuro, en la medida que empiecen a bajar los precios internacionales. Ese es un elemento que no debemos desechar de ninguna manera en función de la situación de la economía, en primer lugar de Estados Unidos y luego de algunas otras partes del mundo.

EC - Volviendo a algunos de los enfoques de especialistas que yo citaba antes: usted va por el lado de que los problemas de competitividad que estaríamos empezando a tener no son generales sino sectoriales, dependen del sector que se considere en materia de exportaciones.

EM - Los problemas son generales, pero con distinta incidencia en los distintos sectores. Por ejemplo, todos aquellos sectores que tienen un valor agregado importante están con problemas serios, mientras que aquellos que toman el producto en su estado natural y lo mandan al exterior –en la medida que se mantenga la demanda importantísima y los precios importantísimos que tienen– no tendrían mayores problemas. Por esa razón es que fundamentalmente estamos exportando productos con valor agregado a la región, más concretamente a Brasil, porque Argentina tiene el problema inverso al nuestro, si es que podemos definirlo como problema.

EC - Ante un problema como este, parece que ustedes no tienen un buen diálogo con el gobierno.

EM - Tenemos buen diálogo, de hecho la semana que viene tenemos prevista una reunión con el presidente del BCU. Yo estimo que tiene que estar preocupado por esta situación, porque ellos tienen que ver, como miran los empresarios y muchos de los analistas que usted nombró, que esta situación está dificultando la economía del país y puede tener consecuencias negativas en adelante en la medida que estos precios excepcionales que tenemos en el exterior tiendan a estabilizarse o a bajar.

EC - ¿Qué tipo de medidas puede tomar el gobierno?

EM - La UEU siempre ha insistido en que el tipo de cambio es uno de los elementos que contribuyen a esta situación, pero hay otros, como la presión tributaria, las tarifas públicas, la reducción de la devolución de impuestos indirectos, que vino a menos de la mitad. Hay que tener en cuenta que dentro de uno o dos meses se inicia el período de los Consejos de Salarios. Si bien son aceptables y razonables los requerimientos de todos los gremios en cuanto a tener ingresos que les permitan una vida decorosa, hay que tener en cuenta que esos aumentos no vayan por encima de la productividad, porque seguiríamos hundiéndonos en esta situación.

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EC - Andrés, del Buceo, dice: "Compré una casa el año pasado, y con el dólar como está voy ganando como 2.000 dólares en comparación con el importe con el que me enfrenté en el momento del contrato. Me tocó ganar a mí, por lo general siempre ganan los exportadores y empresarios".

Y Roberto, de Colonia, hace notar que con el dólar bajo también se beneficia el que importa bienes de capital e insumos para la producción, si vende en pesos. Dice que también hay que tener en cuenta este aspecto cuando se considera el panorama.