El líder de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga, sostuvo que "el nuevo tiempo de la vida nacional no puede ser una invitación al antes, tiene que ser una invitación al mañana" y señaló que la eta

Larrañaga apunta a un gobierno de coalición nacional

Larrañaga apunta a un gobierno de coalición nacional

El líder de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga, sostuvo que "el nuevo tiempo de la vida nacional no puede ser una invitación al antes, tiene que ser una invitación al mañana" y señaló que la etapa "posprogresismo" tiene que encararse apelando a un gobierno de coalición nacional, con todos los partidos. Y consultado sobre la posibilidad de que el Frente Amplio integrara el gabinete de su gobierno, dijo: "no descarto nada". Asimismo, señaló que su pedido de autocrítica a los partidos tradicionales se vincula a "políticas neoliberales" aplicadas entre 1984 y 2004, y apuntó: "No somos propietarios de las virtudes y los otros propietarios de los errores".

(Emitido a las 8.54)

EMILIANO COTELO:
"En la campaña para las elecciones internas, Alianza Nacional (AN) debe apuntar a ‘ser gobierno’ y no confrontar con los otros candidatos blancos, porque resulta vital priorizar la unidad partidaria". Según las crónicas de prensa, ese fue de los lineamientos que el senador Jorge Larrañaga le planteó a la dirigencia de su sector durante un encuentro que mantuvieron el sábado pasado aquí en Montevideo.

En su discurso, a la hora de polemizar con el gobierno, Larrañaga eligió tres capítulos centrales: la seguridad pública, la educación y la carga tributaria. Pero al mismo tiempo convocó a nacionalistas y colorados a realizar una autocrítica sobre los errores en los que se incurrió en gobiernos anteriores.

¿Qué es eso de la autocrítica? ¿Cómo se relaciona con su propuesta de un gobierno de coalición nacional? ¿Cómo viene la interna nacionalista? ¿Qué dice sobre los temas más candentes del debate político?

De estos y otros temas vamos a conversar con el doctor Jorge Larrañaga, líder de AN y todavía presidente del directorio del Partido Nacional (PN).

***

EC - Dije "todavía presidente del directorio del PN", porque una de las novedades de este fin de semana fue que usted fijó fecha para la renuncia a ese cargo.

JORGE LARRAÑAGA:
Efectivamente, yo había dicho en el congreso de Joanicó, en enero de este año, que en setiembre o en octubre íbamos a renunciar al directorio. Y el sábado me pareció una fecha propicia, un par de meses antes, para fijar la fecha del 27 de setiembre, en la convención del partido, como el día de nuestro egreso del directorio del PN. Lo que expresamos en su momento en 2003 cuando éramos minoría, lo decimos y lo reafirmamos con los hechos ahora en 2008 cuando somos mayoría. Debo tener una actitud de compañerismo con el resto de los sectores del partido, de no interferir en una elección interna siendo al mismo tiempo presidente del directorio y precandidato a la Presidencia. Así se lo he expresado a los propios compañeros del Herrerismo y del sector del profesor Vidalín, porque ese es el principio fundamental que les hemos dejado a estos años de conducción del directorio en unidad, en los que hemos revitalizado la palabra "compañero" dentro del partido, y esto me parece importante.

EC - ¿Cómo va a hacer política a partir de setiembre? ¿Cuáles van a ser sus tareas? Va a seguir en el Senado y al mismo tiempo va a hacer la campaña como precandidato presidencial...

JL - ...al mismo tiempo vamos a hacer la campaña dentro del sector AN, coordinando con los otros sectores, con los otros compañeros.

El partido va a tener el 30 de noviembre, por nuestra iniciativa –que habíamos conversado en su momento con el doctor Lacalle– un acto de conmemoración de los 50 años del triunfo del partido en 1958, en lo nacional y aquí en Montevideo. Y nos parece una buena señal para el país que un partido esté unido, que tenga sus cosas claramente definidas en cuanto a que inexorablemente la elección interna es un camino insustituible. El camino de las urnas marca el método, el mecanismo para elegir el candidato único a la Presidencia del partido, y esto es una fortaleza. Alcanzamos la unidad sobre la diversidad y nos parece realmente gravitante haber elegido este camino y no el del consenso o la sustitución de cuatro o cinco dirigentes que determinan quién es el mejor candidato de los blancos.

EC - ¿Eso es un tiro por elevación para otros partidos?

JL - No, es una reafirmación de nuestro camino, no es un tiro por elevación para nadie.

EC - Pero es una alusión al Frente Amplio (FA) o incluso a decisiones que se han tomado en el Partido Colorado (PC) en las últimas semanas.

JL – No. Ojalá que el FA pueda tener interna, el PC la va a tener. El PN ha sido el único partido, después de la reforma constitucional del 96, que en el 99 y en 2004 tuvo una instancia interna para elegir su candidato. Yo resulté electo candidato único a la Presidencia del partido en 2004 y presidente del directorio mediante el voto de la gente, de la misma forma que en el 99 lo fue el doctor Lacalle. Esto es importante, es la vigencia de principios democráticos de participación, la gente votando elige en el PN. Es un mecanismo de renovación que nos permite hoy ser la alternativa del sistema político uruguayo.

EC - Sigamos hablando de lo que usted discutió con los dirigentes de AN el fin de semana pasado. Por ejemplo lo que yo mencionaba en la introducción, su exhortación a una autocrítica. No es algo común en los partidos políticos que se proponga una autocrítica, y menos frecuente todavía es que eso ocurra en el comienzo de una campaña electoral. ¿Cómo fue esto? ¿En qué contexto hizo usted este llamado?

JL - Es una reflexión en voz alta con los compañeros, que después reafirmé en mi alocución pública y estoy absolutamente convencido. El triunfo de la izquierda, luego de 30 años de virtualidad política, de oposición, no fue por que sí. Los partidos tradicionales –y nuestro partido– tuvimos errores en la conducción de la cosa pública. Eso es claro, es propio de los seres humanos reconocerlo.

EC - Pero no es algo que se haya dicho con frecuencia últimamente. ¿Por qué lo plantea ahora? ¿Y a qué tipo de errores alude?

JL - Aludo a errores de algunas políticas neoliberales que se siguieron desde 1984 a 2004, algunas políticas vinculadas con un rol subsidiario del Estado y con no impulsar políticas públicas activas para proteger el empleo, el trabajo y la producción. Y de la misma forma como nosotros le adjudicamos al FA un papel de confrontación durante todo el tiempo que fue oposición, y también ahora que es gobierno, un rol dicotómico, de blanco o negro, también nuestros partidos tradicionales fundacionales, y quiero referirme a mi partido, contribuyeron a excluir al FA.

EC - ¿A qué se refiere? ¿Al hecho de que no se lo invitó a participar en los directorios de los entes autónomos, salvo en el primer gobierno del doctor Sanguinetti?

JL - Salvo en el primer período de gobierno del doctor Julio María Sanguinetti, que comenzó en 1985, solo en esa oportunidad tuvo participación el FA. Los partidos tradicionales, mi partido también excluyó, y yo creo que el nuevo tiempo de la vida nacional no puede ser una invitación al antes, tiene que ser una invitación al mañana. Por eso hablé claramente sobre cómo se debe encarar una etapa posprogresismo. Debe ser apelando a un gobierno de coalición nacional que convoque a todos los partidos, en nuestro caso al PC, al Partido Independiente, a la Unión Cívica, pero también al FA, o a sectores del FA. Esto me parece primordial.

EC - ¿Está pensando en un gobierno encabezado por usted en el que el FA llegue a ocupar incluso cargos en el gabinete de ministros?

JL - No descarto nada, cuando creo que el país necesita cinco o seis políticas de Estado estoy absolutamente convencido de que debemos hacer los máximos esfuerzos. Por ejemplo, sobre el tema seguridad, que ahora estamos discutiendo, yo ayer comentaba en el directorio que hay un recrudecimiento de la violencia, y el PN ha tenido actitudes positivas, reclamamos un cambio de actitud del Poder Ejecutivo en cómo encarar la seguridad pública. Pero yo no soy tan tonto como para decirle al país que la inseguridad comenzó en 2005 o que la ministra tiene que renunciar.

EC - ¿Ahí también hay autocrítica?

JL - No, siempre tiene que haber autocrítica. No somos propietarios de las virtudes y los otros propietarios de los errores. Todos tenemos errores y virtudes, es el ser humano el que está en el medio de todo esto y de los propios partidos políticos.

EC - Usted estaba haciendo el análisis de la situación de la seguridad pública y el debate político en torno de la seguridad pública, para llegar ¿adónde?, ¿a que este es uno de los temas que para usted deben ser una política de Estado?

JL - Es uno de los temas que deben ser política de Estado. Pero también para marcar que no estamos en una actitud contra la ministra. Personalmente creo que la ministra ha tenido logros positivos, yo no salgo a expresar que debe ser sustituida. ¿Qué quiero decir con esto? Es el motivo central de la pregunta que usted me hacía: hacia dónde vamos en un gobierno de coalición nacional, en nuestra perspectiva. Vamos a buscar caminos que nos permitan superar una división, una política de confrontación que ha habido en Uruguay posrégimen de facto desde 1984 hasta la fecha. Que ha sido la política de los buenos contra los malos, de la izquierda contra la derecha, de los progresistas contra los neoliberales, de los trabajadores contra los empresarios, de un permanente enfrentar, y eso puede estar bien, yo he sido partícipe de enfrentamientos y críticas muy duros.

EC - Desde el FA lo consideran a usted como un opositor pertinaz, "siempre no", "Larrañaga = siempre no".

JL - No ha sido así, el PN bajo nuestra conducción ha sido firme y duro en la crítica, pero también ha colaborado con el país: situación con la República Argentina, tratado de protección de inversiones con Estados Unidos, integración de la Suprema Corte de Justicia, fiscal de Corte y muchas cosas más. Al inicio de este gobierno firmamos los acuerdos programáticos de febrero de 2005; después el gobierno, titular de la responsabilidad, no siguió por ese camino, se rompieron los entendimientos por la participación en los entes autónomos y servicios descentralizados y por supuesto que fuimos firmes en la tarea de oposición. Pero también propusimos, el PN a través de la bancada de diputados y de senadores fue el partido que más iniciativas legislativas tuvo en el Parlamento uruguayo.

EC - Usted estaba diciendo que entiende que su sector en caso de llegar al gobierno va a promover un acuerdo que abarque a todos los partidos en la medida de lo posible y que se concentre en algunas áreas que deberían ser políticas de Estado, ¿cinco dijo?

JL - Política exterior, seguridad pública, trabajo, educación, desarrollo del país, tanto desarrollo del interior como desarrollo nacional integral. Pueden agregarse otras, pero esos son temas centrales de definición, de inserción de un Uruguay moderno. Yo lo decía claramente, quizás en alusión a lo que está, pero sustituyendo el progresismo por el progreso, el voluntarismo por la dignidad del trabajo. Más que frases, son orientaciones de hacia dónde Uruguay debe encaminarse. ¿Hasta qué punto las políticas sociales asistencialistas han sido un obstáculo para superar la pobreza y la indigencia, si hoy tenemos por cada adulto mayor en situación de pobreza siete niños menores de cinco años en situación de pobreza? Esto nos debe obligar a convocar a lo mejor de cada uno de nosotros para superar las dificultades que Uruguay tiene.

EC - ¿Es posible, en el caso de que se diera un triunfo del PN, y que usted fuera el candidato, llegar a conformar un gobierno de coalición nacional, teniendo en cuenta la dureza de los enfrentamientos que se dan permanentemente en el debate político ahora, cuando ni siquiera se ha intensificado la campaña?

JL - Siempre es posible.

EC - ¿Qué se puede hacer ahora para ir cimentando el camino en esa dirección, para ir preparando el terreno en esa dirección? ¿No hay que tomar acciones ahora?

JL - Tener una instancia política civilizada, tener un proceso electoral que no sea un enfrentamiento irreversible, donde se respeten las trayectorias de los partidos, de sus integrantes.

EC - Se lo pregunto a propósito de asuntos que están en el tapete ahora. Ya que usted lo mencionó: seguridad pública; en ese terreno en concreto, ¿qué se puede hacer hoy en pos de la superación de los enfrentamientos, de las divisiones, de las dicotomías?

JL - Que el Poder Ejecutivo convoque a una comisión nacional sobre seguridad, con representación de todos los partidos para que podamos aportar, tomar lo mejor de cada uno de nosotros. Hace un año presentamos un plan nacional de seguridad; nadie se enteró del gobierno. Hace 25 días le pedimos un diálogo nacional a la ministra de Educación sobre el proyecto de ley que ha enviado al Parlamento el Poder Ejecutivo; no hemos recibido contestación. Entonces, frente a este recrudecimiento de la violencia, que además subyace en el tejido social del país, convocar a una mesa de diálogo sobre el tema seguridad donde todos los partidos podamos aportar, quizás hay ideas que nos sirvan.

Hace dos meses estuvimos hablando con la ministra del Interior, con el ministro de Defensa, con el comisionado de cárceles, con el comandante en jefe del Ejército sobre la situación carcelaria. Hay 9.800 presos, hace 15 años había 2.700, y está el cuartel de Punta de Rieles con una enorme potencialidad para servir como recinto carcelario. Tengo conocimiento de que la senadora Topolanski, del MPP, está trabajando en un aditivo –nosotros vamos a hacerlo en la etapa de discusión de la Rendición de Cuentas– para facultar al Poder Ejecutivo a transferir desde el Ministerio de Defensa, el Ministerio del Interior, ese predio y solucionar un tema que hace a la situación carcelaria. ¿Y por qué la situación carcelaria?, ¿por qué los presos? Porque de cada diez presos que salen a la vía pública, que recuperan su libertad, seis reinciden. Eso también afecta la seguridad. Por eso el partido ayer reclamaba un cambio de actitud del Poder Ejecutivo.

EC - El enfrentamiento ha sido muy duro en estas horas. La ministra entiende que la oposición está utilizando el problema de la inseguridad y la violencia con fines electorales.

JL - Ahí se equivoca la ministra, porque la agenda del miedo no la instala el perverso PN –para hablar de mi partido–, la agenda del miedo la instala la propia gente, la gente que toma prevenciones adicionales para andar por las calles de Montevideo o por cualquier punto del país, o para ir a un cobro un jubilado, un pensionista. O la mujer que sale de mañana a trabajar, o el muchacho que regresa del baile. El miedo lo tiene la gente, y el miedo condiciona, quita libertad. Esto es indiscutible y no se puede sustituir, es mucho más allá de una sensación. La ministra razona de manera equivocada, y conste que creo que la ministra ha tenido aciertos, ha tenido una actitud que me permito avalar en muchas áreas.

EC - ¿Qué destaca positivamente? ¿Qué considera que ha hecho bien la ministra Tourné?

JL - Ha tenido una dedicación firme, ha tenido posturas firmes en muchos temas vinculados con la seguridad. Pero no puede decir que si llevamos este tema a la campaña electoral estamos transformándolo en tema de campaña. Tampoco lo podemos tratar ahora, porque si no, instalamos la agenda del miedo. Entonces la culpa la tienen la oposición y los medios de prensa que publican en la crónica roja todos los hechos delictuales. No, paremos la mano, ni la violencia empezó hace tres años cuando comenzó el gobierno del FA, ni tampoco está todo bien. A partir de eso, la ministra puede perfectamente decir que todos tenemos algo para aportar y convocar a todos los partidos, a especialistas de todos los partidos. ¿Qué perdemos?

EC - ¿Hay algún canal abierto como para facilitar una posibilidad como esa?

JL - Yo conversé hace un mes con la ministra.

EC - Pero ahora, en estas horas, en estos días que se han puesto tan calientes, ¿ha quedado algún tipo de comunicación que permita pensar que algo así puede darse?

JL - Puede darse, no hay ninguna zanja tan honda como para no poder atravesarla y tener la mejor disposición para dar respuestas. Hay zonas de Montevideo y del país que generan miedo en sus pobladores, y es la gente más pobre la que sufre más la violencia y el incremento de la delincuencia.

***

EC - Yo le preguntaba por esa invitación que usted hizo el sábado a los partidos de la actual oposición, es decir a colorados y a blancos, pero en particular a los blancos, a la autocrítica.

JL - Yo no hice una invitación.

EC - ¿Cómo fue?

JL - Dije que desde los partidos tradicionales tenemos que advertir que no todo lo que hemos hecho lo hemos hecho bien. No quiero involucrar a otro partido que respeto como el PC, será su forma de actuar. Pero nuestro partido también tiene que advertir que no hemos sido los propietarios de la razón ni de todas las cosas hechas bien a lo largo de todos estos años.

EC - Mencionaba dos ejemplos en particular: "Las políticas desarrolladas en los últimos 25 años se afiliaban a posturas divorciadas de buena parte de la población del país, contenían políticas neoliberales que no privilegiaban el centro de las respuestas". Y el segundo punto: "También nosotros excluimos a la izquierda en algunas instancias, del mismo modo que le criticamos al Frente no tener participación hoy en el gobierno hay que reconocer que, salvo en el primer gobierno del doctor Sanguinetti, el Frente no tuvo participación, por ejemplo, en los directorios de los entes".

Casualmente esos dos ejemplos que usted manejó son alusiones al gobierno del doctor Luis Alberto Lacalle.

JL - Yo no aludo al gobierno del doctor Lacalle, aludo a algunas posturas desde el punto de vista de políticas desde el gobierno, desde el Estado.

EC - Desde la audiencia, Héctor dice: "Esto de la autocrítica es una elegante forma de enfrentar a Lacalle".

JL - Yo no quiero enfrentar al doctor Lacalle ni a nadie dentro del partido, digo simplemente que en aquel tiempo yo era intendente municipal y muchos intendentes municipales del partido teníamos posturas diferentes con respecto a la política económica de aquel momento.

EC - ¿Esa era una política neoliberal?

JL - Algunas posturas tenían ese rasgo, como la supresión de los Consejos de Salarios, el rol subsidiario del Estado, la pérdida de competitividad. Pero es nada más que algo referido a un período de gobierno, de un gobierno que tuvo muchísimos aciertos y que no tengo ningún empacho en reconocer. No se trata de un tiro por elevación a nadie, lo nuestro y lo que expresé el sábado es una postura para entender que los partidos tradicionales y mi partido también han tenido errores en la conducción de la cosa pública.

EC - En particular usted aludió al gobierno de Lacalle cuando habló de no dar participación a la izquierda en los directorios.

JL - Yo no vine desde mi querido departamento de Paysandú, no he estado los últimos 20 años recorriendo el país, haciendo 100.000 kilómetros por año, para invitar a lo de antes. Con lo de antes tengo coincidencias y discrepancias, yo no pertenecí a los que aceptaban el tema de las familias ideológicas y mi posición quedó claramente expresada en forma negativa cuando la participación de ministros blancos en el gabinete del gobierno del doctor Batlle. La prueba está en que después convoqué a la convención del partido y terminé con esa coalición y sin embargo seguimos apoyando a ese gobierno, votamos muchas leyes para salvar al país, como la ley de reprogramación de los depósitos de los bancos públicos, entre otras acciones que tuvimos.

No se trata de detenerme en lo puntual, mi perspectiva es hacia el futuro. Lo de antes fue una respuesta para lo de antes, no reniego de lo de antes, digo cómo debemos enfrentar el futuro, que es lo que tenemos que enfrentar. Y ahí expreso que el gobierno necesita un gobierno de coalición nacional, que convoque a todos, y después veremos quiénes son los que quedan conformando mayorías parlamentarias. El PN tiene más chance de lograr esas apoyaturas en el Parlamento Nacional a partir de la constatación de que ningún partido va a tener mayoría en primera vuelta en la próxima elección.

EC - Le preguntaba por esa autocrítica y la interpretación que puede hacerse de que usted alude al gobierno que encabezó el doctor Luis Alberto Lacallle, porque por otro lado, también según las crónicas, en esa reunión del sábado usted les dijo a los dirigentes de AN que no confrontaran con los demás candidatos blancos en medio de la campaña para no romper la unidad que construyó en su gestión al frente del directorio.

"Larrañaga trató de explicar en la reunión que el discurso de aquí en más debe poner la mira en ‘ser gobierno’ y no tanto en la interna", decía ayer un artículo de Últimas Noticias. ¿No hay una contradicción entre una cosa y la otra?

JL - No, porque yo no establecí críticas, sino una postura vinculada con un examen que todos debemos hacer sobre lo que hemos hecho, en el que yo también me incluyo porque yo integro orgullosamente mi partido. Y con respecto al futuro, que no haya enfrentamientos dentro del partido, lo he venido postulando; la conducción en el marco de unidad que ha tenido el partido desde la elección interna de 2004 hasta la fecha es un clarísimo ejemplo. Hemos superado una cantidad de desavenencias y de tiempos complejos. Entonces la autocrítica o el examen de advertir era más una postura de decirle al país que nosotros también hemos cometido errores, y, si no, que alguien diga, de cualquier sector, de cualquier partido, que no ha cometido nunca errores. Pero eso no es para enfrentar, no es para confrontar, el que quiera hacerlo que lo haga, yo simplemente expreso cuál es nuestra postura. Además en esa línea había muchísimos compañeros del partido, no era pacífica, algunas políticas incluso desde nuestro propio gobierno del PN, que no quiero ni entrar a discutir.

EC - Pero si no se va a polemizar con el doctor Lacalle, ¿cómo va a elegir la población blanca entre usted, el doctor Luis Alberto Lacalle y eventualmente Carmelo Vidalín?

JL - La gente va a elegir en función de lo que representa cada una de las posturas, de qué aporte generacional les estamos dando a la política y a nuestro partido, de cuáles son nuestras raíces, de cuáles son el Estado y el país que queremos, de cuáles son las políticas que vamos a proyectar. Es la historia de los distintos sectores, que siempre han tenido una legítima pugna sobre la que reposa esa unidad construida desde la diversidad.

EC - ¿En qué se diferencia hoy usted de Lacalle desde el punto de vista ideológico o programático?

JL - Quiero reafirmar lo que me parece que inteligentemente se insertó en la Carta de Principios del PN. Estamos afiliados a una línea de liberalismo igualitario y solidario, un liberalismo inteligente. Esa es la definición de una postura de centro de un partido que debe ser el centro del escenario político nacional.

Yo no quiero establecer las diferencias; la audiencia, la gente sabe quién es el doctor Lacalle, quién es el profesor Carmelo Vidalín, quién es Jorge Larrañaga, cuáles son sus posturas, cuáles es su ejecutoria pública, cuáles son sus antecedentes. Esta es la realidad de lo que va a estar en juego, la gente nos va a escuchar en las propuestas, vamos a tener un programa. Tenemos un programa de gobierno que fue de todo el partido, el de 2004, que seguramente vamos a corregir. La Fundación Ferreira Aldunate está trabajando, tiene 856 técnicos. En la referencia económica he dicho que tenemos dos personas que son referentes indiscutibles, el doctor Sergio Abreu, un político técnico, un profesional de indudable jerarquía, y el economista Javier de Haedo. Ahí vamos definiendo.

EC - Esa fue una de las sorpresas de la semana pasada, el hecho de que usted, ante una pregunta periodística, respondiera que tiene dos nombres para ocupar la titularidad del Ministerio de Economía, uno un político, Sergio Abreu, otro un técnico, Javier de Haedo. ¿Cómo es esto? Porque a Javier de Haedo la audiencia en general lo identifica con el gobierno del doctor Luis Alberto Lacalle, en el que ocupó distintos cargos importantes, fue subsecretario de Economía, fue director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, fue vicepresidente del Banco Central. ¿Hoy es un hombre identificado con AN?

JL - Es un hombre del partido, esto es central. Porque además, convengamos, el equipo de un sector del partido va a estar a disposición de todo el partido.

EC - Pero hoy concretamente, ¿De Haedo está trabajando con usted?

JL - Yo tengo consultas con el economista Javier de Haedo, es un hombre del partido, de referencia nacionalista, no está sectorizado. Pero frente a una pregunta periodística yo contesté que en el área económica tenía esos dos nombres, el doctor Sergio Abreu, de cuya trayectoria nadie puede expresar nada, y la trayectoria del economista Javier de Haedo, que es indiscutiblemente uno de los grandes economistas del país, que tuvo una intervención muy destacada en el gobierno del PN, a muy temprana edad, siendo un técnico muy joven. Es un hombre de experiencia, de consulta, de solvencia, de talento. Yo lo consulto, no lo quiero etiquetar con mi sector, pero puedo –tengo autorización para ello– mencionarlo como uno de los nombres que el partido puede aportar en una instancia de gobierno.

EC - En la campaña electoral anterior el doctor Tabaré Vázquez anunció con mucha anticipación que el contador Danilo Astori sería su ministro de Economía.

JL - Con mucha anticipación no, fue después de la interna.

EC - Es cierto.

JL - Fue después de la interna y en las puertas del Fondo Monetario Internacional.

EC - Y muchos lo interpretaron como una forma de llevar tranquilidad a los mercados. ¿Por qué en su caso el anuncio se hace con más anticipación todavía, casi un año antes de las elecciones internas?

JL - Esto revela que estamos preparándonos para gobernar, que estamos pensando en las áreas más importantes de un gobierno nacional. Que el PN no está improvisando. Que desde la Fundación Ferreira Aldunate con la presidencia del doctor Carlos Delpiazzo, con la conducción y el trabajo de Rodolfo Saldain, de Jorge Bartesaghi, del doctor Rodrigo Goñi, del economista Washington Ribeiro, del doctor Álvaro Lorenzo, entre otros, estamos apostando a un equipo de gente con enorme talento que está trabajando en 30 grupos con mucha gente de todo el país pensando al Uruguay.

EC - ¿Pero en particular en el área económica usted sentía que necesitaba mostrar nombres, que por ese lado tenía un flanco a fortalecer ante la opinión pública?

JL - No, simplemente frente a la pregunta periodística contesté y le pedí al periodista que cuando vinieran los precandidatos del FA les preguntara exactamente lo mismo. Es una respuesta reflexiva de alguien que está pensando en cuál va a ser la marcha de un futuro gobierno en caso de que le toque al PN. Estas cosas no se pueden improvisar, hay que decirlas con tiempo.

EC - ¿Y cómo va a elegir entre los dos, entre el político y el técnico?

JL - Eso se va a definir más cercano a los tiempos político-electorales. No hay apuro. Son algunas definiciones que hay que adoptar, sin perjuicio de que también puede haber otros nombres. Por suerte el partido tiene una enorme renovación, tiene una bancada de diputados estupenda, una bancada de senadores con gente muy calificada, con profesionales de enorme reconocimiento y capacidad, mujeres y hombres, hombres y mujeres que pueden perfectamente estar a la altura de la conformación de un gobierno que precisa 300, 350 responsables de distintas áreas, y tenemos que trabajar con seriedad en estos temas.

***

EC - Una última pregunta para una respuesta breve: ¿cómo se siente un hombre como usted?, ¿no tiene la sensación de que esto empezó demasiado temprano?

JL - Yo tengo la sensación, y así lo dije y por eso retrasé dos meses el comienzo de mi campaña sectorial. La postergué para fines de setiembre para comenzar a partir de octubre...

EC - ...pero de hecho ya hay un lanzamiento de la campaña dentro de su propio sector político desde hace semanas.

JL - Correcto, pero el gobierno tiene una cuota parte de responsabilidad: cuando el presidente le dice al país que no va a la reelección y larga a buena parte de sus ministros al ruedo político, está marcando tiempos.

EC - ¿Para usted ahí estuvo el disparo de largada de la campaña?

JL - Sí, porque esto es como la Vuelta Ciclista del Uruguay, sale un ciclista y detrás salen otros a marcarlo. Es lo que ha sucedido.