Larrañaga: "No creo que se le pueda ganar al FA desde la postura defendida por Lacalle"
"Si alguien expresa que ahora es mucho más sabio, está reconociendo que antes tuvo enormes equivocaciones", expresó a En Perspectiva el precandidato por Alianza Nacional, Jorge Larrrañaga, sobre su par nacionalista Luis Alberto Lacalle. El ex presidente del Directorio blanco sostuvo que su sector le devolvió el respeto y la dignidad al Partido Nacional. En otro orden, Larrañaga indicó que este gobierno dejará un déficit fiscal histórico, "más del doble que el del doctor Batlle", aseguró, y afirmó que los tres precandidatos del FA "son corresponsables" de esto. Además, se mostró contrario a aprobar el voto epistolar y la anulación de la Ley de Caducidad.
(Emitido a las 8.53 horas)
EMILIANO COTELO:
Jorge Larrañaga sorprendió a más de uno cuando la semana pasada dijo que estaba dispuesto a participar en un debate con Luis Alberto Lacalle antes de la interna del 28 de junio.
De todos modos, la iniciativa no tuvo eco. Lacalle se mantuvo en su posición negativa y reiteró el argumento que también Larrañaga había manejado en el pasado de que un debate puede poner en riesgo la unidad partidaria.
¿Por qué Larrañaga dio este paso ahora? ¿Cuánto tienen que ver las encuestas, que hace ya un tiempo dan sistemáticamente a Lacalle liderando en intención de voto entre los blancos? ¿Qué temas está privilegiando en su campaña el líder de Alianza Nacional (AN)?
De esos y otros temas vamos a conversar con el propio doctor Jorge Larrañaga.
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EC - Hace una semana, consultado por un periodista en Mercedes, Soriano, usted se mostró dispuesto a participar en un debate con Lacalle, algo que hasta ahora había rechazado en varias ocasiones. ¿Qué pasó? Porque no fue lo único; después de la negativa que Lacalle volvió a dar, desde AN se propuso otro debate, pero entre economistas de AN y de Unidad Nacional (UNA).
JORGE LARRAÑAGA:
Un periodista me preguntó si estaba dispuesto a debatir, yo expresé que en el ámbito democrático de una sociedad y de un sistema político de cara a un proceso electoral en el que se eligen candidatos únicos a la Presidencia de la República estaba dispuesto a hacerlo. Cuando desde filas del doctor Lacalle se expresó que no había voluntad para eso, para mí punto, no soy de los que siguen insistiendo ante una negativa, en este caso del doctor Lacalle.
EC - ¿No volvió a hablar del tema a lo largo de la semana pasada?
JL - Simplemente he expresado que no se puede confundir unidad con unanimidad.
EC Hoy, el diario El País titula su crónica: "Larrañaga reta a Lacalle y tensa la interna blanca".
JL - No, simplemente he expresado que es bueno que desde el sistema político, ya que no se quiere debate, al menos se pueda discutir sobre las diferencias entre los proyectos políticos. Si no, ¿para qué tenemos una elección interna? Yo no he insistido con el debate, a mi juicio ese tema se terminó...
EC - ...De todos modos, ha habido un cambio en su posición. Acá mismo le preguntamos varias veces en otras entrevistas y usted estaba en la postura de que no convenía debatir. ¿Qué cambió? ¿Por qué ahora sí aceptaría un debate?
JL - No cambió absolutamente nada. Simplemente me preguntaron si estaba dispuesto a debatir y dije que llegado el momento y las circunstancias se podía analizar. Y de ahí surgió que teníamos una suerte de iniciativa o reclamo de debate que no formulamos y que no estamos reiterando. No es un cambio de postura al influjo de absolutamente nada, porque si vamos a las encuestas, no hay una suerte de liderazgo del doctor Lacalle, hay un empate técnico, la diferencia está dentro del margen de error de las encuestas...
EC - ...Hay una tendencia que se viene consolidando. Usted dice que está dentro del margen de error, pero Lacalle está arriba y Larrañaga está abajo.
JL - No se consolida nada, y no se recogen las internas dentro de las internas. Tenemos una interna muy fuerte en el Partido Nacional (PN) y dentro de nuestro sector en Montevideo y en Canelones, mientras que el sector del doctor Lacalle prácticamente no tiene interna al influjo de situaciones muy prevalentes, de listas muy fuertes dentro de esos dos departamentos.
EC - ¿Cómo es eso?
JL - El doctor Lacalle tiene la Lista 71, una lista con un enorme poderío en el departamento de Montevideo, casi excluyente de las demás, mientras que nosotros tenemos una gran competencia en todos los diputados y diputadas que tenemos en Montevideo, con 10 u 11 listas...
EC - ...¿Por qué menciona esa diferencia?
JL - Porque seguramente eso no está recogido en las encuestas. No está recogido el interior del país en su verdadera dimensión. Si en una encuesta de 1.000 encuestados 350 dicen ser blancos, 160, 170 pueden ser de Montevideo y el resto del interior; saca Canelones, donde los blancos encuestados terminan siendo 60, y tiene 140 encuestados blancos y 17 departamentos.
Esto va a cuenta de lo más importante: la única interna hoy realmente competitiva en el sistema político de nuestro país es la del PN. No me van a decir que hay paridad en la interna del Frente Amplio (FA) o en la del Partido Colorado (PC); no la hay, hay una diferencia abismal. Los números dentro del PN han oscilado, en febrero estábamos algún punto por arriba en algunas encuestas, ahora estamos algún punto abajo, pero hay alguna encuesta que todavía sigue recogiendo que Larrañaga está adelante. Todo eso es relativo cuando faltan 54 días para la elección.
Quiero dejar claro que yo no modifico mi estrategia ni procuro jaquear a mis compañeros en esta interna en función de lo que pueda suceder en las internas. Yo no planteé el debate, me preguntaron y dije que estaba dispuesto...
EC - ...Pero eso mismo fue un cambio, porque antes usted no quería debatir, y ahora sí quiso. Por eso le preguntaba por qué.
JL - Pero porque tampoco podemos cometer el error de que frente a una interna competitiva del FA la interna del PN luzca aburrida y sin fuero de atracción. El FA tiene tres candidatos que se suben a las tribunas, se dan la mano y debajo del tinglado se dicen cualquier disparate, cualquier cosa, se están cruzando acusaciones durísimas en los últimos días. ¿Y nosotros qué? ¿Estamos jugando a hacer crochet, estamos jugando a los bebés? Es un absurdo.
Además, digamos todo: si tenemos distintos proyectos políticos dentro del PN, es porque hay distintas candidaturas. Un porcentaje muy grande de gente no aceptó al doctor Lacalle en la elección de 2004 y por eso yo gané 66 a 33%. En 1999, el doctor Lacalle tuvo una performance electoral de 22% y yo tuve una performance de 35%. Bajo el influjo y la mayoría del doctor Lacalle tuvimos un PN crispado, dividido, enfrentado; ahora tuvimos un PN que en la última convención, en la que yo renuncié al Directorio del Partido el 27 de junio pasado, todos los sectores unánimemente recogieron nuestra labor al frente del Directorio como una labor de unidad. Entonces, que no se venga a expresar que porque planteamos diferencias, discrepancias legítimas, respetuosas..., yo tengo una relación firme con el doctor Lacalle, pero de mucho respeto; nos entendemos, hablamos, conversamos. Yo de motu proprio, por iniciativa propia fui al homenaje a Herrera sin que nadie me lo exigiera. No tenemos que confundir unidad con unanimidad. La unidad se alcanza desde el disenso, desde la discrepancia. Tenemos distintos proyectos políticos...
EC - ...Ustedes insisten mucho en la diferencia entre centro y derecha, ese es uno de los énfasis que están poniendo últimamente. ¿Por qué? Y ¿a qué aluden con "centro"? ¿Qué quiere decir el término "centro" en el que usted se ubica?
JL - Es la percepción que tiene la gente de la postura y el proyecto del doctor Lacalle. Es evidente que de su gobierno, del período 90-95, quedan lecturas en el imaginario de la gente hay la percepción de un gobierno que tuvo posturas conservadoras, de derecha, que no estuvo de acuerdo con la negociación colectiva, con los Consejos de Salarios, que en el sector productivo tuvo atraso cambiario, ajuste fiscal, políticas que desde muchos sectores políticos del país se decía que eran muy cercanas a posturas neoliberales, con una conducción que muchas veces terminó siendo soberbia y distinta.
Cuando hablamos desde una postura de centro hablamos de una capacidad de dialogar con todos los extremos del sistema político uruguayo, de una política económica que concibe un Estado orientador, regulador, garante, compensador; por eso tuve la responsabilidad de decir el año pasado que mi equipo económico iba a estar orientado por personas inobjetables, como es el caso del doctor Sergio Abreu y del economista Javier de Haedo. El doctor Lacalle ha venido haciendo enormes esfuerzos por maquillarse con una postura de centro; pero si centro es tener el influjo económico de las posturas de De Posadas, de Caumont o de Végh Villegas, quizá yo esté equivocado, si me demuestran lo contrario.
EC - Para usted, Lacalle procura "maquillarse" como de centro.
JL - Es lo que ha procurado hacer. Si alguien dice que ahora es más humilde, está reconociendo que antes tenía posturas de soberbia; si alguien expresa que ahora es mucho más sabio, está reconociendo que antes tuvo enormes equivocaciones. Muchos referentes políticos de mi partido que en aquel gobierno ocupábamos cargos como jefes departamentales, como intendentes municipales, teníamos una postura contraria a la orientación de la política económica. Se han magnificado muchas cosas y se intenta generar una suerte de proceso de victimización que no voy a permitir...
EC - ...Para usted, Lacalle se está colocando en víctima.
JL - Si no puedo formular ningún tipo de apreciaciones so pretexto de que puedo afectar la unidad del Partido, es una equivocación. No fue desde AN que se impidió que en la elección de 2004 el doctor Lacalle ni siquiera fuera candidato al Senado; no fue desde AN que se relegó al doctor Lacalle de toda participación luego del resultado electoral de la interna.
EC - Usted alude a decisiones tomadas dentro del propio Herrerismo.
JL - No me incumben, pero son hechos de la realidad, hechos indiscutibles, incuestionables. Tenemos distintas propuestas, tenemos diferencias en la capacidad para dialogar, en la política económica, en la concepción del desarrollo del interior, en las políticas sociales, en el combate a la inseguridad, incluso a partir de nuestra iniciativa de guardia nacional, en el tema de la imputabilidad penal, que surge como un planteo de último momento en la cercanía de la instancia electoral. Tenemos diferencias en la negociación colectiva y en los Consejos de Salarios.
Hemos venido generando propuestas, los lineamientos estratégicos para un nuevo Uruguay, una oportunidad para los jóvenes, que es una propuesta hecha por y para los jóvenes, un plan de oportunidades para las micro, pequeñas y medianas empresas, un plan de oportunidades para el adulto mayor. Hemos estado permanentemente generando ideas a partir de la Fundación Wilson Ferreira Aldunate, con un equipo excepcional.
Antes se decía: "Larrañaga es una suerte de caudillo del interior que revolea el poncho y que construyó una mayoría efímera dentro del PN, pero después no puede conducir al Partido". Primero, no podíamos tener una gran postulación electoral y sacamos el 35%, más votos que todo el PN junto con tres candidatos cuando el Partido ganó en 1989. Después hablaron de "un liderazgo efímero, que no puede conducir al Directorio del Partido"; y lo hicimos en unidad, con respeto por todos los sectores, y ayudamos a construir una alternativa positiva cuando todos los politólogos en Uruguay hablaban de una era progresista de 15 o 20 años. Hoy, el PN está en una posición prevalente porque hicimos una enorme tarea en estos últimos cuatro años, incluso en contra de las posiciones del propio doctor Lacalle que estaba en desacuerdo con que rechazáramos la participación en los entes autónomos y servicios descentralizados, que esbozó criticarnos por esas posturas cuando le dijimos al presidente que no necesitábamos cargos para ayudar al país y rechazamos el ultimátum de Zapicán.
Hemos devuelto al Partido dignidad, respeto. Antes nos lanzaban piedras por todos lados, en la elección anterior entrábamos al Cerro, a La Teja, al Casabó, a cualquier barrio de Montevideo y teníamos dificultades y riesgo en nuestra propia condición personal, y ahora andamos por todo el país y somos respetados por la gente. Hemos tenido mucho que ver con ese PN, que es alternativa no solo para los blancos, sino también para ciudadanos de otras colectividades políticas.
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EC - Escuchando su discurso y su argumentación, muy enfático a propósito de las diferencias entre lo que significan Larrañaga candidato y Lacalle candidato, escuchando ese contraste, e incluso la disposición de llegar al debate directo o a un debate indirecto marcando las diferencias entre una y otra opción, vuelvo a la pregunta sobre las encuestas. En la última Encuesta Factum, que se cerró el domingo 26 de abril y que Bottinelli difundió el viernes aquí en El Espectador, no solo se mantiene Lacalle primero en la intención de voto de los blancos, sino que además incluye otra pregunta: "¿Quién creen los uruguayos que será el candidato de cada uno de los partidos?", y la respuesta en el caso del PN fue claramente a favor de Lacalle: el 61% de los uruguayos cree que Lacalle será el candidato del PN, mientras que solo la mitad, el 32%, cree que el candidato será Larrañaga. Ante esos números, Bottinelli agregaba esto:
(Audio Oscar Bottinelli)
"La percepción de la gente sobre el triunfo de Lacalle es mucho mayor que la distancia real que Lacalle lleva sobre Larrañaga. Se puede decir que hay en la sociedad, en el público, un imaginario establecido de Lacalle ya ganó, que no es exactamente coincidente con la diferencia que hay entre Lacalle y Larrañaga.
Esto obliga a Larrañaga a lo mismo que a Astori: a combatir ese imaginario. La distancia que debe achicar con Lacalle en el peor escenario es de ocho puntos del universo blanco, no del total del electorado, y en el mejor de muchísimo menos. Pero además, debe revertir el escenario instalado, porque son el doble los que creen que Lacalle gana versus los que creen que gana Larrañaga. Larrañaga tiene que dar claras señales de que considera que la competencia no está definida".
(Fin)
EC - ¿Cómo trabaja usted para combatir esa sensación que la encuesta muestra que está instalada en la gente de que la competencia en octubre será Mujica-Lacalle?
JL - Me hace gracia la explicación que llevan adelante los politólogos en su marco de números de escenarios de óptima y de mínima. En todos los escenarios, incluso en los que ha planteado Oscar, nuestra diferencia con el doctor Lacalle es de cuatro puntos...
EC - ...Pero yo le pregunto por el resultado de esta otra encuesta, que muestra lo que los uruguayos en general creen que va a ocurrir en el PN: ¿cómo combate esta convicción que está instalada de que quien gana es Lacalle?
JL - No creo que esa sea la lectura de la gente. Ayer tuvimos un acto excepcional en Durazno con el diputado Bruno, con prácticamente el doble de gente que la que tuvo el candidato oficial del FA, el senador Mujica. Y esto se está dando en todo el país. Qué me importa la percepción que pueda tener en una encuesta el conjunto de los uruguayos...
EC - ...No le presta atención a ese dato.
JL - Es que no pueden compararse la interna del FA o la situación de Astori con nuestra situación. Estamos en una competencia real...
EC - ...Por lo visto, la gente hace otra evaluación.
JL - Para mí, esa lectura es equivocada, no sé cuál es el marco de esa pregunta, pero tengo el más absoluto convencimiento de que la percepción de la gente pasa por el hecho de que el PN tiene una interna competitiva, con una gran competencia en todos los departamentos de la República. En la inmensa mayoría de los departamentos del interior, incluso en Canelones, AN va a ser mayoría, y seguramente vamos a definir en Montevideo, donde estamos en paridad con el doctor Lacalle. Eso me da la más absoluta convicción de que vamos a ganar.
Se ha venido intentando construir una suerte de opinión pública sobre las bondades del otro candidato del PN, con una cierta complicidad de la izquierda, que va a durar hasta el 28 de junio, porque si ocurre lo que no va a ocurrir, que el doctor Lacalle fuera el candidato único de los blancos, el 29 se va a desatar una diatriba de críticas de todo tipo y naturaleza que van a resucitar el pasado en una polarización, pese a que cuando yo expresé a la opinión pública en enero que la candidatura del doctor Lacalle podía terminar radicalizando al sistema político entre la izquierda y la derecha, entre Mujica y Lacalle, eso generó una suerte de conmoción. No creo que se le pueda ganar al FA desde una postura defendida por el doctor Lacalle.
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EC - La semana pasada AN organizó una conferencia de prensa para presentar la adhesión del comisario retirado Alejandro Otero. Otero cumplió, en su momento, un papel de primera línea en el combate a la guerrilla del MLN Tupamaros, un detalle que fue destacado en ese acto en el que se lo puso en contacto con los periodistas.
¿Fue un gesto destinado a tomar distancia con Mujica, como algunos lo interpretaron?
JL - No, fue una incorporación más, de un personaje que tuvo una activa participación, que incluso fue rescatada por la izquierda. No hay que hacer segundas lecturas de los actos políticos que se llevan adelante. También incorporamos a la historiadora Ana Ribeiro, una persona estupenda que desde la izquierda nunca votó a un partido político y ahora se incorpora a nuestro proyecto.
EC - Se lo preguntaba porque hasta ahora usted había eludido la confrontación con el MLN argumentando que esos eran debates del pasado, y por otro lado en más de una ocasión había mostrado que tenía un buen nivel de diálogo con Mujica.
JL - Esa es la condición que ostentamos de ser el centro del sistema político, tenemos diálogo con los extremos, podemos dialogar y en la capacidad de diálogo está una de nuestras diferencias. Como en la política económica que podemos conducir con un equipo que no ha presentado ningún candidato dentro del sistema político uruguayo, con políticas orientadas al desarrollo económico, humano y social...
EC - ...Volviendo a la presentación del comisario Otero, ¿cuál era la importancia?
JL - Es una persona que tiene que ver con el tema de la seguridad, que demostró que se pudo combatir la inseguridad pública en aquellos tiempos, todo lo que significó la subversión, dentro de la Constitución y de la ley, lo cual fue reconocido por nuestros propios adversarios del FA y por los propios tupamaros. Ha sido reconocido en textos históricos que han salido en distintos reportajes. Además, en el tema de la seguridad hemos venido proponiendo ideas.
EC - ¿Otero pasa a ser su referente en temas de seguridad pública?
JL - No, no, es un integrante más, no sigamos poniendo en el centro de este reportaje la incorporación de una figura que tiene el valor de incorporarse a un proyecto político; eso no significa que sea mi referente en materia de seguridad. Muy por el contrario.
EC - Usted ha dicho en algunos discursos que en los primeros 100 días de gobierno el país tiene que quedar en orden en materia de seguridad. ¿Con qué tipo de medidas?
JL - Este gobierno ha sido incapaz para combatir la inseguridad y la delincuencia, lamentablemente hemos tenido un Ministerio del Interior blando, con un ministro que liberaba los presos y actualmente con una ministra que no combate la delincuencia, que no agarra a los delincuentes y que anda de tablado en tablado haciendo política sectorial interna, no siendo garantía para la gente.
Queremos restablecer el principio de autoridad, defender la institución policial, tener más policías y mejor pagos. Queremos tener una política carcelaria que no ha tenido este gobierno; la prueba está en que sugerimos en su momento el realojo de presos en el cuartel de Punta de Rieles y se tomó para la burla nuestra propuesta, pero ahora se la va a aplicar. Queremos crear una guardia nacional como hay en otros países del mundo, no para afectar la institución policial, no para afectar la institución Fuerzas Armadas, sino para esos recursos humanos colaboren con la policía en el combate contra la inseguridad y el miedo que se han apoderado de la sociedad uruguaya.
Ya presentamos el proyecto de ley al Parlamento de la República, no con la intención demagógica de transformarlo en un tema de campaña, sino, si hay voluntad política, para aprobarlo ahora. Podemos tener 2.000 efectivos integrados operativamente bajo el mando del ministro del Interior de turno para trabajar, converger en el combate de la inseguridad. Hemos sido muy contundentes y muy claros, por eso digo que si soy presidente de los uruguayos, quiero ponerme como plazo los primeros 100 días para, junto con el ministro del Interior, para aplicar todos estos instrumentos y generar un combate frontal contra la delincuencia. Es un problema de disposición, de cómo nos paramos en la cancha para enfrentar esta situación que se reproduce en todo el territorio nacional, porque ya no es solamente en la capital de la República, es en el interior del país, es en los barrios de las capitales departamentales, en pueblos chicos y villas del interior. Hay que hacer un enorme esfuerzo, no es justo que seamos poco más de tres millones de uruguayos y no podamos combatir la delincuencia, la criminalidad, que en los últimos 15 años las rapiñas se hayan multiplicado por cuatro, los hurtos por dos y los presos por cuatro.
EC - Mencionó que el Poder Ejecutivo hace poco tomó y está ejecutando una idea que usted había presentado el año pasado y que inicialmente había sido rechazada desde el oficialismo, la de utilizar como cárceles algunas dependencias pertenecientes al Ministerio de Defensa Nacional. ¿Cómo observa este proceso? ¿Ha tenido algún tipo de contacto con el gobierno desde que se dio este paso? ¿Ha habido comunicación, consultas?
JL - No, no hemos tenido ningún tipo de contacto, hace un año lo propusimos, se nos dijo que no era posible, que era impracticable; pero después vino el relator de las Naciones Unidas a decir lo que dijo en forma pública, y el presidente, en ausencia de la ministra, dispuso esta medida. Ahora se está llevando adelante. No conozco los detalles de la iniciativa. El PN viene reclamando tener una política carcelaria por una razón elemental: de cada 10 pesos que recobran la libertad, siete u ocho las cifras oficiales hablan de seis vuelven a delinquir. Ese es el porcentaje dramático que tenemos. ¿Qué política de seguridad vamos a tener si no tenemos una política carcelaria?
EC - ¿Este es un tema prioritario en su discurso?
JL - Es uno de los temas centrales, la inseguridad pública, además del desarrollo nacional integral y el desarrollo del interior para lograr el crecimiento del país a partir de radicar emprendimientos industriales, generar empleo, acercar la educación y la salud al interior de la República, las políticas de juventud desde el gobierno nacional para generar ámbitos promocionales que estimulen el trabajo, el acceso a la vivienda, a la educación. Las escuelas de tiempo completo son un tema absolutamente prioritario, porque el 50% de los niños que nacen en Uruguay nace en hogares pobres.
Fui el primer candidato que habló de las escuelas públicas, de ir a la escuela pública los 365 días del año para tener una función educativa, sanitaria, alimenticia, de contención familiar que el país hoy necesita. Solo tenemos 130 escuelas de tiempo completo, cuando hay 2.300 escuelas en todo Uruguay. La escuela pública se está transformando en una escuela residual y de segunda categoría, y no podemos permitirlo porque tenemos un cuerpo docente excepcional.
EC - Usted habló de políticas para la juventud, y más de una vez en distintas campañas electorales distintos candidatos han incursionado en esa materia. Por ejemplo, se ha hablado y se han ensayado instrumentos destinados a fomentar el empleo de jóvenes en el sector privado, se ha hablado de facilitar el acceso a la vivienda a los matrimonios jóvenes, etcétera. ¿Con qué herramientas se presenta usted? ¿Qué alternativas efectivas propone en un ámbito en el que los resultados van tan lentamente?
JL - En la elección de 2004 fuimos el único candidato que hizo un programa desde los jóvenes con la participación de los jóvenes, que proyectó políticas de juventud desde un gobierno del PN. Lo dejamos por escrito. Y hoy nuevamente tenemos una propuesta a partir de herramientas de política tributaria, de política tarifaria...
EC - ...¿No se han aplicado ya?
JL - No, no se han aplicado, no se han tenido políticas orientadas a la juventud, no se han bajado los aportes patronales a la seguridad social para estimular el empleo de los jóvenes, no se han generado créditos con bajo interés para la creación de micro, pequeñas y medianas empresas a partir de los jóvenes, no se han establecido políticas de juventud para el acceso a la vivienda, no se han establecido trabajos comunitarios remunerados para los sectores de jóvenes más vulnerables por ejemplo en las escuelas de tiempo completo para reinsertarlos en la sociedad uruguaya; la cuarta parte de los jóvenes en Uruguay no estudia ni trabaja, la tercera parte es pobre, más del 50% de los emigrantes es joven.
Tenemos una propuesta escrita. Estamos haciendo un enorme esfuerzo con la Fundación Wilson Ferreira Aldunate, con más de 1.000 técnicos, pero a eso no se le da estridencia, se le da estridencia a lo efímero, a lo de corto plazo. Somos de los candidatos que hemos tenido propuestas, que las hemos lanzado, que hemos tenido la preocupación de conformar equipos, de decir quiénes van a ser nuestros responsables en el área económica...
EC - ...Casi todas esas propuestas implican gastos.
JL - O reorientar gastos o establecer prioridades.
EC - ¿Cómo resuelve ese conflicto en un año como se prevé que va a ser 2010, un año difícil para las cuentas públicas, teniendo en cuenta la crisis internacional y los impactos de la sequía, etcétera?
JL - Todo objetivo programático está a resultas de las limitantes con que recibamos el país. El FA hablaba de "herencia maldita", la herencia del doctor Jorge Batlle, que entregó el país con un déficit de 1,4% del Producto después de la crisis más impactante en el sistema financiero, que dejó lecciones muy importantes en el tejido social de los uruguayos. Sin embargo, el país terminó con crecimiento en el último año de gestión del doctor Batlle. Y este gobierno del doctor Vázquez, del cual son corresponsables los tres precandidatos del FA, todo el FA, va a dejar el país con un déficit histórico, de más de tres puntos del Producto, más del doble que el déficit del doctor Batlle.
EC - Esa es la estimación de AN de cuál va a ser el déficit.
JL - Esa es la estimación de todos los economistas. Y el doctor Vázquez, presidente de la República, pretende atribuir ese resultado fiscal del gobierno a la gripe porcina.
EC - No fue así, no fue tan lineal. El doctor Vázquez dijo que la gripe porcina generaría una serie de gastos que no estaban previstos y por lo tanto contribuiría al desequilibrio, no dijo que fuera a ser la causa.
JL - Pero lo dijo prácticamente en esos términos, más allá de las interpretaciones. Es una suerte de ensayo de justificación que no alcanza a esconder que se fue extremadamente generoso en dilapidar la bonanza económica de estos tres años y medio de gestión, lo que ahora termina generando condicionamientos para el próximo gobierno...
EC - ...Yo le preguntaba cómo maneja ese marco acotado.
JL - Vamos a recibir el país a beneficio de inventario, con las limitaciones y condicionantes que vamos a recibir del gobierno, y vamos a establecer las prioridades, a reordenar los gastos, a suprimir gastos innecesarios.
El país tuvo que hacer contención de gasto público a razón de topear el presupuesto que ahora se está ejecutando con la Rendición de Cuentas de 2008 para 2009, haberlo hecho hacia 2008. En ADM, con el economista Javier de Haedo y con Sergio Abreu, lanzamos una cantidad de iniciativas para determinar prioridades, por ejemplo no tocar la educación, el Ministerio de Desarrollo Social, la Policía, el Poder Judicial, pero para todo el resto, que conforma el 50%, se puede topear el incremento del gasto, porque este gobierno hizo lo que criticó durante 30 años en cuanto a clientelismo político.
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EC - En octubre es muy probable que junto con las elecciones nacionales haya un par de plebiscitos de reforma constitucional. Uno, que ya está confirmado, a propósito de la introducción del voto epistolar, y el otro, que es muy probable, para intentar anular la Ley de Caducidad. ¿Qué posiciones lleva usted, lleva su sector político en esos dos debates?
JL - Con respecto al voto epistolar no consular, no es lo mismo, no estamos de acuerdo, ha generado enormes dificultades en otros sistemas políticos del mundo entre la emisión del voto y la recepción por las autoridades electorales. Además, los uruguayos que estamos acá y los que puedan venir tienen el legítimo derecho en función de su condición de ciudadanos somos los que tenemos que resolver la suerte y el destino del gobierno que nos van a impactar directamente. Lo digo con todo respeto...
EC - ...Para esa reforma constitucional la posición es "no".
JL Sí. Y con respecto a la segunda iniciativa, esperemos que la Corte se pronuncie sobre si se han alcanzado las firmas. Pero si se alcanzaron las firmas y se plebiscita, vamos a estar en contra de la anulación de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. Porque es mentira, es una engañifa que se diga que anulando la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado va a haber más verdad y más justicia.
Uruguay no puede seguir discutiendo 35 años hacia atrás, tenemos que discutir a futuro. Y además el FA, el doctor Vázquez, el senador Mujica, el senador Astori y el intendente Carámbula, que figuran como precandidatos, habrán dado una de las volteretas más grandes en la historia política de los partidos políticos en el mundo, porque en 2004 se comprometieron a aplicar y no derogar la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, lo dejaron a texto expreso, pero ahora el PIT-CNT le quiebra la muñeca primero a Mujica y después al propio presidente Vázquez, que termina desdoblándose en su condición de persona o de presidente. La fuerza política tuvo cuatro años los votos en el Parlamento para derogar la Ley y no lo hizo...
EC - ...El argumento que manejan es que el mandato del Congreso del FA regía para este período de gobierno.
JL - Ese argumento tiene una debilidad antológica, es de ripley el cambio de posicionamiento. Lo hacen para intentar aglutinar y generar un factor de cohesión dentro del propio FA. Esta es la realidad, volver a vivir y a confrontar. Confrontaron durante 30 años para intentar alcanzar el gobierno, cuando lo alcanzaron confrontaron desde el gobierno, y ahora pretenden volver a confrontar dentro de la sociedad uruguaya con hechos que sucedieron hace 35 años.
Tenemos que preocuparnos por los Derechos Humanos de los niños que nacen pobres, de los jóvenes que no tienen oportunidades, de los jóvenes que se van, de la inseguridad pública: de los temas que hacen al desarrollo nacional integral para que nacer en el interior no sea una condena. Esos son los temas que nos interpelan hoy a los políticos; no tenemos derecho a seguir discutiendo del pasado.
Yo respeto el tema de los Derechos Humanos violados antes y durante la dictadura militar, pero anulando la Ley de Caducidad no va a haber ni más verdad ni más justicia. No pueden decir que esta es una ley de impunidad cuando están presos los que están presos al amparo de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado como la aplicó el propio presidente Vázquez.
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Transcripción: María Lila Ltaif