El Espectador en el Congo
Enviado especial: Mauricio Almada
El campo de desplazados Kibuti 2
El Espectador visitó el campo de desplazados Kibuti 2, en la provincia de Kivu Norte, en las afueras de la ciudad de Goma, en la República Democrática del Congo.
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Se calcula que en esta provincia hay dos millones de desplazados, que poco a poco van regresando a sus tierras luego de la guerra que desangró al país. La inestable situación también hace que muchos no quieran salir del campamento.
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La seguridad al campo de desplazados la brindan Cascos Azules del Batallón Uruguay, que realiza periódicas patrullas.
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En Kibuti 2 los servicios son casi inexistentes, falta el agua y no hay saneamiento, por lo cual las enfermedades son un temor constante.
- Escuche "Desde lejos siempre presente", tema del doctor Omar Porcíuncula, grabado en la ciudad de Goma con músicos locales
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La escuela de Sake
El Espectador estuvo en la escuela de Sake, en Goma, capital de la provincia de Kivu Norte, en República Democrática del Congo. En cooperación con la FAO, el Batallón Uruguay IV, realiza una actividad de promoción de la agricultura entre los niños.
La educación pública es paga; cada niño debe pagar dos dólares mensuales y hay muchos que no pueden hacerlo. Por eso se promueve la agricultura, para que con el producido de la cosecha se puedan pagar los estudios.
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En este acto se entregaron semillas de tomate y de espinaca, asadas y regaderas. Los discursos fueron traducidos al francés y al swahili. Participaron el jefe del Batallón Uruguay, el coronel Marcelo Montaner, la cabo de 2ª e ingeniera agrónoma, Graciela Nosei, la cabo de 2ª Sonia Carballo y el mayor Leonardo Silva. Por la escuela de Sake hablaron el director y el presidente de la comisión de padres. |
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Volcán Nyaragongo, en la ciudad de Goma
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La violencia sigue en el Congo
El Frente Democrático para la Liberación de Ruanda (FDLR) es un grupo armado que se mantiene activo en la República Democrática del Congo. Estos ruandeses pertenecen a la etnia hutu, que cruzaron la frontera tras el genocidio de 1994.
En plena selva congolesa mantienen sus posiciones. Atacan y se repliegan en el mato. En la provincia de Kivu Norte eso ocurre todos los días.
En el mes de julio el ataque ocurrió cerca al destacamento que ocupaban cascos azules uruguayos de la Compañía Alfa. El FDLR acribilló un camión repleto de civiles. Cuando los soldados uruguayos llegaron se encontraron con la escena. Primero una niña y su madre que habían logrado sobrevivir, estaban heridas y fueron atendidas por los enfermeros de la compañía.
Luego encontraron el camión y los cadáveres desparramados. El comandante de la Compañía Alfa, el capitán Wilfredo Correa, contó a El Espectador cómo fueron aquellos momentos. El video fue grabado por un soldado de la Compañía.
Advertencia: estas imágenes pueden herir la sensibilidad
La aldea de Tshonka
En el medio de la selva congolesa, el Batallón Uruguay IV tiene un destacamento con treinta soldados. El campamento está a pocos kilómetros de la aldea de Tshonka, que ni figura en los mapas.
Sin embargo, está muy presente para los traficantes de minerales que operan en la provincia de Kivu Norte, en la República Democrática del Congo.
El jefe del Batallón, coronel Marcelo Montaner, acompañó al periodista de El Espectador hasta la aldea. Allí fueron testigos de cómo se separaba el coltan de la casiterita.
Tras recorrer un tramo del camino en jeep y luego a pie, la comitiva, que incluyó a un intérprete swahili=español, llegó a la aldea.
Poderosas antenas parabólicas contrastaban con la precariedad de las casas de barro y paja de los pocos habitantes de Tshonka.
Esas antenas permiten la comunicación con los dealers, que bajan de las avionetas bolsas repletas de piedritas negras. En varias chozas de la aldea se separan los minerales, que llegan mezclados.
Pero utilizando un imán logran separar el coltan de la casiterita. En la aldea ese trabajo se paga a 17 dólares el kilo de coltan. El mismo kilo, llevado luego a Europa, alcanza cifras astronómicas, ya que este mineral es muy codiciado por la industria electrónica y aeronáutica.
El video, grabado por el enviado de El Espectador, muestra el momento preciso en que un habitante de la aldea separa el coltan de la casiterita.