Larrañaga: "Hay expresiones de Mujica que son contrarias a la democracia"
El candidato presidencial por el Frente Amplio, José Mujica, brindó una entrevista al diario argentino La Nación en la cual reflexionó, entre otras cosas, sobre su época como guerrillero. Tras la publicación del reportaje, Jorge Larrañaga, candidato a vicepresidente por el Partido Nacional, manifestó que las declaraciones del líder frenteamplista son una "barbaridad", que muestran que el líder frenteamplista descree de la justicia y justifica la violencia y la lucha armada. "Los conceptos que ha expresado ponen en tela de juicio sus condiciones para ejercer la primera magistratura del país", enfatizó.
(emitido a las 7.50 hs.)
EMILIANO COTELO:
La polémica por el pasado del candidato a la Presidencia del Frente Amplio (FA), José Mujica, volvió en estas horas al centro de la campaña electoral a raíz de sus declaraciones publicadas ayer por el diario La Nación de Buenos Aires.
¿De qué se trata? ¿Qué pasó? ¿Qué es lo que dijo Mujica? Empecemos por ahí. La entrevista que se publicó en La Nación ayer es muy larga, imposible revisarla toda en estos minutos. El título, una frase entrecomillada: "No sé qué ideología tienen los Kirchner". Luego, el copete del artículo firmado por Ricardo Cárpena dice: "El candidato presidencial del FA promete una economía sin barquinazos, dice que el problema de Hugo Chávez es que habla mucho, afirma que la justicia tiene hedor a venganza y que Tabaré Vázquez no pudo solucionar el conflicto por Botnia porque es un enamorado de la dignidad".
"Hay que tratar de resolver los conflictos por la vía de la negociación no estancarse en una lucha indefinida, en una confrontación que al final le cuesta mucho y en la que termina perdiendo mucho más, porque cuando uno está en el gobierno también hay que mirar cómo se incide en el resto de la gente, no hay derecho a amargarle la vida a muchísima gente. Esa frase, entrecomillada pero sacada de contexto, parece un sabio consejo de José Mujica a los Kirchner. Pero el candidato presidencial del FA en realidad está hablando estrictamente de la posición filosófica e inteligente de Brasil, Luis Inacio Lula Da Silva". En realidad Mujica dice que a la pareja gobernante de la Argentina no quiere darle consejos, pregunta "¿quién soy yo para hacerlo?", pero agrega que no cree que compartan el mismo sendero, "es que no sé cuál es la ideología de los Kirchner, parece que son progresistas pero también son peronistas, en Uruguay nos resulta bravísimo entenderlo", agrega.
Luego siguen otros párrafos con descripción de cómo es Mujica y en qué entorno se hizo el reportaje, que fue en el quincho cercano a su chacra. Aparecen, claro, las reseñas de algunas de sus principales frases y luego se da paso al intercambio de preguntas y respuestas.
Quizás uno de los pasajes que dio pie a las repercusiones en la campaña electoral uruguaya es este. Le dice el periodista: "He leído algunas declaraciones suyas que me llamaron la atención cuando dijo que hay que pelear por los derechos humanos de los que están vivos y de los que están desapareciendo hoy. Por decir algo semejante en la Argentina lo habrían acusado de haberse vendido a la derecha". Y contesta Mujica: "Tengo el defecto de decir lo que pienso y a veces me cuesta dolores de cabeza, a los tres o cuatro días de salir de la cárcel dije un discurso en el que afirmé que no creía en ninguna forma de justicia humana, ¡pa qué!, ¡me dijeron de todo! Hasta hoy lo creo, el ser humano para poder convivir en sociedad tuvo que inventar la justicia porque si no sería la Ley del Talión, pero eso de la imagen de la justicia como una vieja con unos platillos de la balanza yo que sé, es cierto que necesitamos algo que trance, que nos juzgue".
Le dice el periodista: "Usted también dijo que no cree en los militares viejos presos", y agrega Mujica: "Sí, yo no quiero tener viejos presos, viejos de 75, 80 años, pero no sólo los militares, ningún preso a esa edad. Hay algunos viejos que están ahí presos que Dios me libre", "¿Y cómo se saldan esas cuentas del pasado en materia de derechos humanos?" le preguntan: "No sé -contesta Mujica- entiéndame, soy un hombre que estuvo mucho preso, mi punto de vista puede estar viciado por conocimiento de causa".
Agrega luego el periodista de La Nación: "En la Argentina todavía tenemos ese debate entre quienes quieren revisar a fondo todo lo que pasó y quienes dicen hay que hacer un punto final y mirar hacia delante". Mujica acota: "Yo quiero saber la verdad, pero en la justicia no creo un carajo". Y la pregunta a continuación es: "¿Y cómo se llega a esa verdad entonces si no es a través de la justicia?", aquí Mujica contesta: "En lo personal he pensado: si me dicen la verdad, le conmuto la pena, si lo que me interesa es la verdad, eso es lo que yo pienso. Pero, ¿las sociedades se bancan eso? Porque la justicia tiene un hedor a venganza de la puta madre que lo parió y tengo la conciencia de que lo que pasé no me lo va a devolver nadie, tengo que cargar con eso como una mochila, una cicatriz, como si uno hubiera tenido un accidente, una enfermedad". Le dice el periodista: "Usted apostó a la lucha armada para llegar al poder y conseguir cierto tipo de sociedad y ahora está a punto de conseguirlo, pero va a hacerlo o lo podrá hacer por los votos, habrá pensado más de una vez en esto ¿no?", y contesta Mujica: "Lo que pasa es que por la vía armada tampoco llegábamos a la tierra prometida, ahora tampoco, los dos momentos tienen una cosa en común".
Luego le preguntan de qué se arrepiente de los años en los que tomó las armas y Muica contesta: "De lo que más me tengo que arrepentir de la lucha armada es de que este pueblo se comió 16 años de dictadura y no la pudimos sacar a patadas". Se ríe y agrega: "Allí fallé como militante". "La lucha armada fue un fenómeno no sólo uruguayo pero ¿no pensaron en otra vía?", le consulta el periodista, y Mujica contesta: "Había una especie de modelo, con la conquista del poder para construir una sociedad sin clases, pero resulta que le aparece el monstruo de la burocracia que le come todos los ideales y lo revolucionario desemboca en estos burócratas acomodados. Es el mundo de la desilusión".
El periodista luego comenta: "No hablamos de que esa lucha estuvo asociada con la violencia, con la muerte, ¿se arrepiente de haber elegido ese camino?", "Sí, claro dice Mujica- pero usted está en Uruguay no en la Argentina, la vida humana acá siempre... a nosotros nos dicen guerrillas pero tenemos mucho de movimiento político con armas y la violencia en Uruguay fue muy justificada. Las barbaridades que pasaron en otro lado, acá no". Entonces el periodista le repregunta: "¿Justificada por qué? ¿En qué sentido?", y explica Mujica: "Nosotros en las operaciones discutíamos, hemos perdido varias vidas porque la consigna era que no fuera cruento, que no hubiera hemoglobina. El más preocupado por eso era el viejo compañero Sendic que decía en las decisiones, decidía el encuadre político de las operaciones. En otras partes de América la vida humana valía menos que la de un perro, nosotros cometimos algunos disparates porque tuvimos desviaciones militares".
Y la pregunta final es una pregunta difícil, dice el periodista: "¿A usted le tocó matar a alguien en esos años?". "No, a mí no, no le pegué", contesta y se ríe.
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EC Estamos con el senador Jorge Larrañaga, candidato a vicepresidente por el Partido Nacional (PN). Estos dichos de Mujica ayer en La Nación se metieron enseguida en los discursos que usted y Luis Alberto Lacalle pronunciaron, ¿por qué?
JORGE LARRAÑAGA:
Porque son una barbaridad, porque realmente la sola lectura exime de comentarios. Primero, fueron hechos en uno de los principales diarios de Latinoamérica. En segundo lugar, las formas: contiene insultos. Tercero, las manifestaciones no son sobre traer el pasado del senador Mujica ni la guerrilla al presente, son simplemente comentar declaraciones del presente, y las declaraciones del presente son gravísimas. Primero, porque no se puede justificar la violencia; segundo, porque no se puede decir que un movimiento político es un "movimiento en armas"; tercero, porque no se puede hablar de la justicia uruguaya como si tuviera un "hedor a venganza". Y en último término, tampoco se puede hacer referencia a que simplemente "no le pegó", porque estaba tratando de apuntarle con un revólver o con un rifle o con una metralleta a un ser humano, no a un animal.
Yo creo que son declaraciones gravísimas. Aquí no se trata de una expresión llana de un personaje político que, como él, siempre nos tiene acostumbrados a ese tipo de salidas. Se trata de alguien que aspira a la Presidencia de la República y que no puede descreer de la justicia de la forma que lo hace, no puede justificar la lucha armada ni la violencia.
Yo creo que son declaraciones verdaderamente preocupantes que no se pueden dejar pasar, porque se han dicho en un medio de una circulación que es leído por miles de personas no solamente en nuestro país sino también en Latinoamérica.
EC Cuando le preguntan a Mujica si se arrepiente de haber elegido el camino de la lucha armada, que incluyó violencia, que incluyó muerte, Mujica contesta "sí claro", se arrepiente. ¿Qué valor le adjudica usted a esa respuesta?
JL Me parece bien pero inmediatamente justifica la lucha armada, justifica la violencia. Y termina con una expresión, quien aspira a ser presidente democrático de este país, con una descalificación a la justicia, con una imputación muy grave; no se puede decir que el Poder Judicial independiente de un país tiene "un hedor a venganza de la p.. madre que lo p...". Es imposible que eso pueda darse en el diálogo político, democrático, encierra manifestaciones que son verdaderamente contrarias a la democracia.
No estoy haciendo liturgia dramática ni buscando un aprovechamiento indebido desde el punto de vista político, estoy simplemente señalando expresiones verdaderamente preocupantes que indican lo que yo he declarado en algún medio de prensa, que el senador Mujica volcó con estas declaraciones. Se trata del "Pepe tal cual es", sin maquillaje, que lo pone frente a la ciudadanía en una circunstancia. ¿Esto es justificado? ¿Esto es aceptado por el senador Mujica? ¿Esto es apoyado y aceptado por ejemplo por el señor presidente Vázquez? ¿Usted imagina al presidente de los uruguayos en la campaña electoral de 2004 efectuando estas declaraciones contrarias al Poder Judicial? ¿Qué piensa la Suprema Corte de Justicia del Uruguay con relación a este tipo de declaraciones? Si un referente político no cree en un poder del Estado, si un referente político no cree en el Poder Judicial de nuestro país... bueno, realmente entonces ¿en qué valores estamos creyendo?, ¿qué le dirá mañana un profesor o una maestra a los niños o a los jóvenes en las clases cuando digan malas palabras en forma pública, si le pueden expresar claramente que hay un candidato a la Presidencia de la República que tiene chance real de acceder al poder que dice en un diario de circulación excepcional internacional en la República Argentina las cosas que termina diciendo?
EC ¿Estas declaraciones del senador Mujica pasarán a formar parte central de los discursos suyos, de los discursos del doctor Lacalle y otros dirigentes del partido? Se lo pregunto teniendo en cuenta cómo venía hasta ahora de enredada la campaña y cómo se había ido agravando y levantando la temperatura del debate. ¿Esto ahora qué lugar ocupa?
JL Yo creo que tiene que ocupar un lugar realmente importante porque no son dichas por un edil en una junta local del interior del país, no son dichas por un candidato a diputado, son expresiones de un candidato a la Presidencia, que encierra una cantidad de lecturas realmente importantes. No es que nosotros tomemos esto, y tendríamos derecho a hacerlo porque decir que no se cree en la justicia, justificar la lucha armada y decir que un movimiento político es un movimiento político en armas es como si hoy expresáramos que el PN ha sido un movimiento político en armas; lo fue hasta 1904, en tiempos donde las libertades se conquistaban a punta de fusil.
Yo no quiero traer el pasado guerrillero del senador Mujica, no forma parte de las apreciaciones mías, pero sí los conceptos que ha expresado ahora en el presente, que revelan y ponen en tela de juicio sus condiciones para ejercer la primera magistratura del país.
De estas cosas el país tiene que hablar, porque si mañana es presidente de los uruguayos y realiza declaraciones de esta naturaleza, ¿hasta cuánto compromete a todo el país?, ¿cuánto compromete a toda la sociedad cuando puede llegar a ser el presidente de todos los uruguayos? Creo que este es un tema de reacción del sentido común de una sociedad que no puede seguir cayendo en sus valores, en su forma de expresarse a través de los principales dirigentes de los partidos políticos.
Quisiéramos estar hablando de programas, de propuestas, del trabajo, de la seguridad, de la salud, de los jóvenes, del interior, de la inserción internacional, pero lamentablemente no podemos dejar pasar este tipo de declaraciones que, a mi juicio, son declaraciones que encierran expresiones reñidas en buena medida o que descreen de la democracia.